y PENSAR QUE ESTO FUE LO ULTIMO QUE ESCRIBÍ DE ESTA HISTORIA

Tres meses después…

—¿Bella, qué pasa? —Pregunta Rosalie, entrando en el baño y acaricia con ternura mi cabello.

—Creo que voy a vomitar, otra vez —me quejo.

El sudor baja por mi cuello y siento que de un momento a otro voy a desmayarme y quedar tendida en el piso.

—¿Quieres que vayamos al médico? Tal vez estás intoxicada —comenta, con preocupación.

—Lo único que comí la noche anterior fue pizza de peperoni —digo, y regreso a mi tarea de vaciar mi pobre estomago.

Aunque puede que ya no tenga nada que vomitar. Estoy deshidrata. Esta mañana al despertar lo único que hice fue correr a excusado para vaciar la pizza de la noche anterior.

—Pero tienes días sintiéndote mal.

—Ya se me pasara —balbuceo — .Tal vez setrate de un virus.

—O puede que estés embarazada —comenta ayudándome a levantar.

Siento mi respiración atascarse en la garganta y creo que esta vez quiero estar en el suelo, por voluntad propia. No puede ser cierto.

Mierda, mierda, mierda.

-¿Rosa?

-¿Mmm?

—¿Crees que estoy embarazada? —Preguntó, con temor a saber su respuesta.

—Bueno, ustedes han estado practicando un montón desde que se conocieron.

—¡Joder! No puedo creer que haya sido tan estúpida —Chillo golpeando mi frente en el proceso.

Corro a mi habitación a revisar el calendario de la pared, y por el círculo rojo, mi periodo está retrasado quince días. ¿Pero puede que aún pueda venirme, cierto?

Siempre he sido regular, pero puede que esta vez la puta quiera jugar a las escondidas.

Ni siquiera puedo imaginarme en un escenario dónde yo sea mamá. ¡Aún soy demasiado joven para cambiar pañales sucios!

¡Y el buche!

—Creo que voy a morirme.

Sé que estoy exagerando un poco, pero el pánico me tiene momentáneamente aterrada y mi mente no deja de procesar imágenes de mi futura vida y no son para nada agradables.

Rosalie toma mis hombros para que la vea.

—¡Cálmate! Respira profundo, no hay motivos para entrar en pánico.

—Lo dices porque no eres tú quién podría tener una semilla en su estómago.

—Pero puede ser que estemos equivcada.

—¿Tu crees? —Pregunto con esperanza, pero la muy perra está mintiéndome —.Necesitamos llamar a Alice —digo.

—De acuerdo —dice y sale de la habitación para llamar.

—Dile que traiga cuatro pruebas de embarazos.

¡Ay Dios! ¡Ay Dios! Voy a desmayarme.

Estoy acostada en mi cama, por mi segundo pote de helado de mantecado cuando alice entra en mi habitación.

—¿Para quién es la prueba de embarazo? —Pregunta.

—A mi no me veas —aclara rosalie con rápidez.

—¿Bella, cómo paso?

—No lo sé Alice, puede que hayamos estado teniendo mucho sexo desde que nos conocimos —respondo con irónia.

—No me refiero a eso tonta. ¿No usaron protección?

-No. I don't know. Joder lo único que puedo pensar cuando tengo su polla cerca es en tenerla.

Si estoy embarazada, es por se una jodida cachonda. Desde que nos conocimos no he podido mantener mis manos alejadas de ese hermoso cuerpo caliente.

—¿Vas a decirle a Edward?

—Sí, supongo —gimo enterrando mi cabeza entre mis manos -. No puedo creer que haya sido tan estúpida para olvidar usar preservativo.

—¿Cómo crees que reaccione?

—No lo sé —lloriqueo como una nena pequeña.

—Basta de eso, vamos a realizarte las pruebas ahora —grita Rose.

Alice, me entrega las cuatro prueba y mis manos tiemblan cuando la tomo entre mis manos. Las instrucciones son claras, debo orinar sobre el palito y esperar cinco minutos.