Ok, ok se que es largo, pero se los debía hace chorros que no actualizaba y los últimos capítulos eran supe cortos! Asi k me sentía en deuda… otra cosa, espero le guste este cap, lo tengo escrito desde hace bastante pero no había podido pasarlo a la compu, por falta de tiempo y de comp., jeje pero alfil ya ta! Y toy feli!
Vamos festejen conmigo!
Una ultima cosa, quiero dedicarles este capi a las personas que me mandaron un correo, lamento no poder mencionarlas, pero es que tengo una bronca con los correos, ojalá no sea un haker!
Pero bueno, pasemos al fic en
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Ahora!
Beyblade no es mío, no me pertenecen sus hermosos y divinos personajes y no pienso, hacer un negocio con esta historia, ni mucho menos recibir dinero por ella, solo deseo ofrecer algo de entretenimiento a Tods aquells lectors y tal vez recibir uno k otro correo, ok? Ya explicado todo, pasemos a la historia.
Pd. Como siempre se me olvida escribir esto, lo copiaré y pegaré para k no haya malos entendidos.
SIMBOLOGÍA
--'pensamientos'--
-- diálogos--
Onomatopeyas
'sueños'
Capitulo V:
Por: Angie Black Mizuhara""""""""""""""""""""""""""""""""""""""""""""""""""""""""""""""""""""""""""""""""""
Era muy temprano aún, las sombras de la noche reinaban todavía y danzaban a su alrededor… mientras que él, sentadito en su cama, trataba de tranquilizar su agitado corazoncito; Aquella fea pesadilla era la culpable, y nuevamente, se encontraba despierto a mitad de la noche, tratando de convencerse de que aquel sueño no era real, de que nunca pasó.
Sus doradas orbes viajaron por aquella habitación, confirmando que sus "amigos" o mejor dicho, compañeros, no habían despertado; algunas lagrimas se asomaron por sus bellos y tristes ojos, ¡se sentía tan solo…! Cuanto deseaba que alguno de sus compañeros los acompañara en esos momentos de insomnio… pero no… él estaba solo, siempre estaba solo y tenía que acostumbrarse…
Esas lágrimas que se habían formado, emprendieron su camino por esas rosadas y suaves mejillas hasta perderse en aquel delgado cuello... Ray no hizo nada, había llorado tanto antes… que una lagrima más o una menos realmente no importaba… ¿de que serviría limpiarlas, siempre salían más, no tenía caso… simplemente ya estaba cansado, a su corta edad, ya estaba harto, harto de todo, de llorar, de sentirse así, de verse fuera de todo, excluido…
Fue entonces cuando algo mágico sucedió… alguien, con una dulce y suave mano acarició su sonrosada mejilla y con la otra mano, removió su negra cabellera, haciendo que el chinito cerrara sus ojitos disfrutando al máximo de aquella muestra de cariño que se le había negado por tanto tiempo… más algo andaba mal… esa hermosa caricia, por que no podría definirla de otra forma, no era tibia como él esperaba, era mas bien fría, como la lluvia…
Ray llevó el dorso de su manita a su rostro y limpió sus carrillos, secándolos, como en tantas ocasiones anteriores… y abriendo sus ojitos, divisó al causante de aquella fugaz caricia… el viento…
Sonrió entonces con nostalgia… ¿Por qué? No sabía bien lo que le recordaba, pero le removía hasta lo más hondo de sus entrañas… tal vez era algo de lo mucho que se había perdido entre sus tantas lagunas mentales. El gatito, se dirigió a la ventana por donde entraba el viento. Un suspiro escapó de sus labios al observar el marco de madera blanco, el cual, con mano temblorosa, acarició como si de una mascota se tratara… seguramente, antes había sido suave ante las capas de pintura color blanca, pero ahora, el tiempo se había encargado de agrietarla y volverla rasposa al tacto… sin embargo, a pesar de que el tiempo había dejado su huella sobre ella, ante sus transparentes ojitos, seguía siendo hermosa, pues su color blanco le recordaba lo más bello que en su vida había tenido, a su madre…
El minino sonrió nuevamente ante el borroso recuerdo de esa dama que siempre vestía de blanco en su memoria y por un segundo sintió como si estuviera junto a él.
Respiró profundamente y el aroma del campo llenó sus sentidos; nuevamente el viento hizo su aparición, jugando con los mechones de cabello que escapaban al amarre de su larga trenza y moviendo de forma graciosa, para él, las ramas de los árboles, tirando algunas hojas de divertidos colores y formando una bella danza ante los ojos del joven espectador.
'¿Por qué cambian de color las hojas árboles?' esa pregunta siempre rondaba en su cabeza por aquella época, y a su corta edad, cualquier idea, por descabellada que pareciera, sonaba real…
Algunos de sus amigos pensaban que era porque las hojas envejecían, como la doña Mayu, otros más decían que se debía al sol, que pasaban demasiado tiempo bajo este, y como a nosotros, nos quemaba y cambiaba de color… Todas sonaban lógicas, creíbles, pero su favorita era sin duda, que las hojitas cambiaban de color como él de ropa, cuando llegaba el frío, se cambiaban del color verde que era fresco, al amarillo o café rojizo, que era más calientito y después, como los pajarillos, volaban lejos… el porque amarillo o rojizo, era elección de cada hoja… pero a él, en particular, le gustaba más el café rojizo… le recordaba a alguien…
Y otra vez, la tristeza se apoderó de él… y es que el intento fallido de tantas ocasiones anteriores era frustrante… y ahora era peor, justo hacía una semana que se había enterado de que el que pensaba que podría ser su amigo, ahora se llevaba de las mil maravillas con Byan, el bravucón del orfanato, el niño mas malo y fuerte que, por razones que el desconocía, lo odiaba…
"Genial" había comentado con sarcasmo… ahora si que veía lejana la posibilidad de una amistad con Kai… --'La esperanza muere al último'-- se dijo y nuevamente la sensación que le decía que él y Kai serían amigos se hizo presente… no sabía como explicarlo, solo lo sentía… Dicen que quien ha visto a la esperanza, no la olvida, La busca bajo todos los cielos y entre todos los hombres; Y sueña que un día va a encontrarla de nuevo.
--Seremos amigos ¿verdad? -- preguntó a sus únicas amigas, las estrellas y más a una en especial que brillaba con más intensidad diciéndole un claro "si" por respuesta, o eso le gustaba pensar al pequeño; y con esa idea en la mente, regresó silenciosamente, el sonriente infante a su cama, más su sensible oído, escuchó u extraño sonido y curioso se acercó hasta donde se producía; era Takao, el niño glotón peliazul, su amigo quien seguramente había tenido un sueño agitado, pues la revuelta sabana que lo debía cubrir, se encontraba en el suelo y él temblaba de frío…
Ray sonrió con ternura y tomando la tela arropó a su amigo.
-- buenas noches Taka --
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-- 7:21 a.m. -- leyó el rubiecito al tiempo que secaba su hermoso cabello con una toalla beige; giró, entonces, sus garzos ojos hasta donde aún dormitaba su felino amigo en posición fetal cerca de la orilla de la cama.
-- ¿ya es muy tarde, no creer Taka? -- Preguntó al nipón que sacaba su azul cabeza por el cuello de la camiseta que acababa de vestir…
--Pero ya casi estoy listo Maxie!-- objetó el ojimarrón viendo al yanqui
-- je je no por ti… hablo de Ray… mira aún está dormido…-- dijo haciendo una seña animando a su amigo a ver al minino -- se me hace raro… ¡él siempre se levanta primero que yo! -- se ató las agujetas de sus zapatos para terminar de vestirse.
--mmm… je je je, se me ocurre una broma je je je -- esbozó una enorme sonrisa y acercándose lo más silenciosamente posible, colocó sus manitas alrededor de su boca y tomando una gran bocanada de aire, ante la mirada expectante de todos, gritó:-- ¡DESPIERTA!--
Él lo sabía, todos lo sabían y aún así no hicieron nada, el fino y sensible oído del niñito chino vibró con fuerza ante semejante grito, y repentinamente asustado, saltó de la cama en la que se encontraba para ir a dar en el duro suelo, ganándose así las risas de sus demás compañeros y el titulo de "bufón" por parte del chico nuevo… Kai.
--Bien niños… déjenme ver sus dibujos… espero todos hayan terminado-- habló la maestra Elena a todos sus alumnos quienes sonrientes contestaron un sonoro "si".
Uno a uno, la profesora examinó las obras de sus pequeños… halagando lo bueno y aconsejando como mejorar lo malo; Ella era una buena educadora, se preocupaba por sus alumnos y cuidaba de ellos, solía pasar horas contando historias y jugando con sus "niños" como le gustaba llamarlos y cuando alguno cumplía años, siempre lo celebraban con su maestra Elena; sin embargo, no todo es miel sobre hojuelas en este mundo y la señorita Elena tenía un defecto… era en extremo supersticiosa y como algunos decían "asustada"; en otras palabras, le preocupaban simples hechos como que un lápiz se rompiera a la mitad o un dibujo triste como el que Ray había hecho…
--¡POR DIOS! ¿QUE ES ESTO? -- preguntó (grito) horrorizada la institutriz al ver la hoja de papel donde con ciertos trazos con colores de cera se formaban unos hombre, 3 para ser precisos, y donde 2 de ellos daban muerte al tercero con un arma de fuego… incluso un rayón rojo en forma circular alrededor de la victima, simulaba la sangre, viscosa y abundante.
--Ray ¿Dónde viste esto?-- preguntó tratando de calmarse y agitando el papel en sus manos, la verdad, ella estaba desesperada, asustada y preocupada por su "niño", Ray nunca había querido decir como era su vida antes del orfanato, y el hecho de que dibujara esas cosas o pensara en hechos tan atroces, era alarmante y un digno motivo para perder la razón.
--lo soñé-- contestó con simpleza el chinito, pues él no entendía porque su maestra hacia tanto escándalo por un dibujo, ¿a caso era tan malo dibujando?
-- ¡VE AL SALÓN DE CASTIGADOS!-- sentenció la señorita, si era cierto lo que se decía que lo niños mienten, Ray en esos momento era un claro ejemplo de ello, pues para su limitada razón, que un niño a esa edad sepa que es la muerte y lo plasme en un dibujo, no puede ser obra más que de la televisión y esos programas violentos, no de un sueño, eso era mentira y las mentiras en su clase eran castigadas.
'oh genial' exclamó en sus pensamientos el niño bicolor al ver abrir se la puerta por causa del neko, 'solo eso me faltaba'
--ho…hola-- dijo tímida y estúpida, al parecer de Kai, mente el niñito y es que él sabía lo desagradable que era para, el nuevo, su presencia
--hn-- expresó el otro… no estaba de humor para responder como era debido y además, el gatito no lo merecía, no era digno de su saliva.
'bien, no estuvo tan mal, tan lo menos me corrió como la otra vez' se animó mentalmente el chino, y es que para ser su primera vez castigado, no estaba saliendo tan mal; aunque aún no sabía muy bien lo que había hecho mal, él hizo todo lo que pidió la profesora, y aunque había querido protestar por el injustificado correctivo, se resistió a hacerlo, pues él jamás había refutado nada, y ese no sería el día que comenzara a hacerlo. Sonrió entonces y pensó que sería buena idea conversar un poco con Kai, 'solo mientras llega alguien más'. Error.
-- ¿y tu porque estas aquí?-- preguntó y esperó una respuesta que nunca llegó, solo un casi inaudible resoplido que claramente demostraba que el pálido niño junto a él estaba molesto, pero Ray no lo comprendió.
-- yo estoy aquí porque hice un dibujo malo… -comentó inocente el infante a lo que el bicolor solo se levantó de la silla y caminó hacia la puerta, 'suficiente tengo con mis problemas como para aguantar a un enano estúpido, latoso y fastidioso con cara de animal' pensaba la joven mente rusa.
--No Kai ¡!... ¿a donde vas?-- preguntó preocupado y es que no tenía permiso de salir, estaban castigados y si llegaba la prefecta Madla y se enteraba, les iría mal, muuuy mal…
A Ray le horrorizó la idea, el simple hecho de pensar en lo que haría la prefecta, era suficiente para que su rostro palideciera y sus rodillas (y cuerpo entero) temblara de miedo… la leyenda de "Madla, la prefecta infernal" como la apodaron los chicos mas valientes del orfanato, se había extendido como la leche derramada (muy rápido) y sus "hazañas" por llamarlas de alguna forma, ya se escuchaban por doquier, haciendo que cualquier cuento de terror, pareciera una canción de cuna, sin embargo, parecía no importar a las demás prefectas "son cosas de niños" decían entre sí y olvidaban el asunto, pero el miedo, los insultos, los inusuales castigos, no se olvidaban, seguían allí, perturbando a los niños que la veían con ojos temerosos.
--…-- Kai guardó silencio nuevamente meditando el porque ese niño no entendía sus palabras --ALÉJATE DE MÍ -- dijo al fin con voz fuerte y avanzó a la puerta.
Sin embargo Ray hizo caso omiso a la petición o mejor dicho orden del ruso y corriendo se interpuso entre él y la salida.
--Quítate -- siseó con acidez y amargura en su voz, capaz de poner nervioso y los cabellos de punta a cualquiera y Ray no fue la excepción.
-- no-- dijo tratando de sonar seguro, sus ojitos se encontraban cerrados, pues no quería ver el rostro furioso del otro y con sus bracitos extendidos impedía el paso.
'¡Esto es el colmo! ¡Es increíble! ¡Pero ya basta del Kai amable! Ya verá lo que se gana por meterse conmigo' pensó colérico el niño y cerrando su puño con fuerza, lo estampó en el estómago del chino, logrando sacarle por completo el aire y que cayera de rodillas frente él, con sus hermosos ojos desorbitados ante el impacto y sorpresa y con sus bracitos alrededor de su cintura, tratando inútilmente de calmar el dolor.
Una sonrisa apareció en su rostro, era diminuta, apenas visible, pero mostraba un claro sentimiento de orgullo y satisfacción…
Ray no podía creer lo que pasaba, se encontraba demasiado confundido, triste y adolorido para pensar… y para su desgracia solo sentía…
Sentía un enorme vacío formarse e su pecho; sentía unas terribles ganas de llorar, de perderse entre las bancas del aula, de salir corriendo; y sobre todo sentía el empujón que Kai le otorgaba, junto a las palabras "quítate, me estorbas"
'¡como odio mi vida!' pensaba Madla mientras caminaba al salón de castigados, una sonrisa se formó en su rostro, lo único bueno que tenía ese trabajo era eso, la posibilidad de desquitarse con unos mocosos huérfanos que a nadie quería ni creerían si dijeran algo.
Sus sonoros pasos hicieron eco con la frías paredes del lugar y después de virar a la derecha, observó la puerta que mas le gustaba del edificio, bueno había otra que le fascinaba también, su torcida sonrisa se agrandó, y no era precisamente por las puertas; allí junto a la puerta se encontraba un niño, parecía estar lastimado, pues apenas y podía ponerse en cuatro patas como el animal que era, 'basura' pensó ella y quitó su mueca.
--Valla, valla, valla -- exclamó burlonamente al ver al chinito tratando de ponerse de pie sostenido del marco de la puerta-- ¿que tenemos aquí?
Ray se paralizó al escuchar aquella voz… 'no puede ser' pensaba una y otra vez 'no puede ser' el aire comenzó a faltarle, sus músculos se tensaron, los ligeros cabellitos de la nuca se erizaron, su corazón se aceleró de pronto, sus pupilas se dilataron y el sudor frío cubrió su piel, era oficial, había entrado en un estado de pánico, seguido del de shock.
-- estas en graves problemas-- al fin la frase estaba dicha y la sardónica sonrisa apareció nuevamente en el horrible rostro maquillado en exageración.
El Sádico placer y el miedo, formaban una deliciosa imagen ante la rojiza mirada del ruso quien si había tenido oportunidad de entrar al aula y con una sonrisa maquiavélica en su rostro, imaginó el castigo por osar salir del salón…se sentía tan complacido, no pudo encontrar una mejor forma de vengarse del chino y ¡había salido por si sola!
Ver sufrir al gatito era magnifico, tal y como Byan le había contado…
'Y esto es solo el principio' pensó y su malvada sonrisa se agrandó.
TBC
