Se podría decir que prácticamente Adrienne había sido arrastrada contra su voluntad fuera de la cueva.

Apenas había comenzado a amanecer y ya había sido obligada a indicarles el camino hasta los otros con el tiempo único para llenar con algo de comida unas mochilas, coger unas mantas y las dos lanzas aunque éstas no eran las únicas armas que llevaba consigo...

Michael había cogido una de las lanzas y Sawyer llevaba la otra, decidieron que no era sensato dejar a la chica con alguna de ellas aunque extrañamente ella no parecía en desacuerdo con la decisión.

Cuando salieron de la cueva la lluvia era una ligera llovizna pero chocaba contra ellos con fuerza debido al constante viento.

Adrienne iba en primer lugar seguida de cerca por Michael y mas atrás Jin y Sawyer. Los guiaba a través del valle pero por la zona cercana a los árboles. Había comentado que era más peligroso pero así no serían vistos por los otros al acercarse, en mitad del valle habrían sido un blanco demasiado fácil. Se dirigían hacia el lado oeste de la isla.

Cuando apenas llevaban una hora andando Sawyer se acercó junto a la chica y bajó la voz de forma que Michael no pudiera oírle.

- ¿Guardas para alguien en especial las balas de esa pistola?- le preguntó.

Adrienne le miró sorprendida.

- Soy un experto escondiendo cosas, no iba a escapárseme el trabajo de una novata- explicó.

Adrienne fijó la mirada al frente de nuevo vigilando el suelo bajo sus pies de cuando en cuando.

- Es por protección...

- No te creo.

La chica volvió a mirarle disminuyendo ligeramente el ritmo.

- Si fuera por protección seguro que hacía tiempo que habrías gastado las balas en ocho años, pero no es así. A no ser que sea sólo un farol para intimidarnos y que no tenga balas, cosa que dudo, diría que las reservas para alguien.- argumentó Sawyer. A Adrienne le sorprendió lo perspicaz que podía llegar a ser.

- No es asunto tuyo- respondió cortante.

- Yo diría que sí, vamos cerca tuya...

- No voy a dispararos.

- Entonces no te importará que la lleve yo.

- No te la daría por nada del mundo así que olvídalo.

- Uhhh, la niña se pone dura.

- No me provoques o...

Sawyer paró frente a ella y la agarró con fuerza de la mandíbula.

- ¿O qué?

Michael y Jin se acercaron rápidamente.

- ¿Qué pasa?

- Sólo solucionamos nuestras diferencias...¿verdad Adrienne?

- Me haces daño...- murmuró entre dientes sin poder vocalizar. Sawyer disminuyó la presión y la agarró del brazo mientras acercaba la boca a su oído.

- Más vale que no nos la juegues...- susurró. Adrienne clavó los ojos en él mirándolo seriamente.

Pero en ese momento un sonido que ya conocían demasiado bien sonó demasiado cerca, procedente de la selva. Un estremecedor rugido.

La chica se apartó rápidamente de Sawyer y salió corriendo.

- ¡¡EH!

- ¡Corred!- les gritó ella, aunque no era necesario decirlo ya que nada más verla todos habían salido detrás.- ¡alejaos de los árboles! ¡hacia el valle!

Aquel rugido se hacía cada vez más intenso hasta que casi pareció estar sobre ellos, pero de repente paró por completo.

Siguieron corriendo unos metros más hasta que comenzaron a disminuir la velocidad y detenerse intentando recuperar el aliento.

Una inmensa tromba de lluvia cayó entonces sobre ellos. Parecía como si todo sobre la isla hubiera decidido unirse en su contra.

Por unos instantes nadie dijo nada, tampoco era fácil entenderse bajo la lluvia. Estaban cerca de una pequeña colina rocosa que se alzaba a unos metros de ellos pero todavía seguían en el valle.

Adrienne se volvió hacia Michael y señaló la colina.

- Es allí, tenemos que seguir, aquí estamos muy expuestos.

No fue necesario que se lo repitiera dos veces ya que Michael la siguió inmediatamente, corrió tras ella y la adelantó dejándose llevar por los nervios. Sawyer y Jin corrían detrás de la chica intentando alcanzarla mientras estaba gritaba a Michael que parara.

Pero el hombre estaba centrado en una única cosa: volver a ver a su hijo, y una vez supo dónde debía buscar no le importó nada más. No parecía oírla, o no quería.

Adrienne ya no sabía qué hacer, corría con todas sus fuerzas y gritaba bajo la lluvia pero no podía pararle.

De repente una lanza surcó el aire y paró a unos centímetros delante de Michael, quien se detuvo al instante, casi al momento dos lanzas más aterrizaron frente a Adrienne quien paró en seco e hizo que Jin y Sawyer casi chocaran contra ella.

La chica levantó la mirada.

- Nos han visto- gritó lo suficientemente alto como para hacerse oír bajo la tormenta.

- Como para no hacerlo...- comentó Sawyer. Pensó que sólo les había faltado acercarse agitando una bandera y cantando. Agarró la rústica lanza que llevaba y Michael hizo lo mismo con la otra.

El sonido de un disparo cruzó el aire, afortunadamente no dio en ningún blanco.

- ¡A las rocas!- gritó la chica mientras corría unos metros a la derecha y se resguardaba contra la pared rocosa. Todos la siguieron.

- ¿Y ahora qué?- preguntó Michael.

- Dínoslo tú, la brillante idea de alertarles ha sido tuya.- respondió Adrienne cortante.- Y la de venir en mitad de la lluvia también. Es casi imposible subir ahora.

- No pienso quedarme aquí si mi hijo está allí arriba.

- Y yo no pienso jugarme el pellejo de nuevo como lo acabamos de hacer hace un momento- añadió Sawyer- no volverán a meterme una bala si puedo evitarlo.

- No os pido que vengáis- respondió Michael y un segundo después estaba subiendo por uno de los laterales de la colina con una habilidad y velocidad asombrosa.

Adrienne dudó un segundo pero entonces salió tras él y comenzó a escalar a un metro de distancia para evitar que Michael cayera sobre ella si resbalaba.

- ¡Qué hacéis, han perdido la cabeza por completo...- murmuró Sawyer mientras levantaba la cabeza al igual que Jin para seguirles con la mirada.

La colina no habría contado con mucha dificultad para ser escalada en condiciones normales ya que contaba con muchos salientes que facilitaban el agarre y no era muy elevada, unos metros sobre sus cabezas, a unos cinco del suelo se abría ya una pequeña explanada..., pero el hecho de que estuviera lloviendo lo hacía todo más difícil y peligroso.

Las manos y los pies resbalaban y no podían apoyarse con seguridad pero milagrosamente ambos llegaron al primer saliente sin problemas.

Desde abajo no podían verles y tampoco separarse de las rocas para tener un mayor campo de visión porque corrían el riesgo de ser disparados de nuevo.

Sawyer se acercó a la pared de roca y comprobó cómo resbalaba a causa del agua.

- No pienso subir por ahí, no estoy tan loco...- se dijo para sí, así que lo único que podían hacer era esperar.

De repente la lluvia cesó y un disparo resonó en el repentino silencio, un grito y otro disparo.

El grito parecía provenir de Michael pero la persona que cayó frente a Sawyer y Jin con un golpe sordo fue Adrienne, su espalda dio contra la hierba fuertemente pero no parecía haber sido alcanzada.

El silencio volvió a reinar por completo como si nada hubiera ocurrido.