(Otro nuevo Interlude de manos de Myssa...y os preguntareis...¿porq comento siempre sus interludes y los mios no? pues porq yo ya se están geniales, no necesito escribírmelo XDDDD Modestia aparte. Y bueno, a Myssa ya se lo digo en privado pero así le hago publicidad por aquí ;) Ale, a ver que os parece! )

Interlude 8

Cuando se pusieron en camino Sawyer no podía evitar mirar de mala manera ese chico. ¿A que venia ese interés tan repentino de acompañarles? Ese muchacho nunca es había acercado a ellos, nunca había entrado en la selva. Pensó en que era posible que se quisiera hacer el héroe delante de Adrienne. Le pareció algo estúpido por parte del chico, pero allá él.

La verdad era que tenia celos, no soportaba que ella hablara tan amistosamente con él. No le conocía de nada, y ella era demasiado inocente para darse cuenta de que el chico intentaba ligársela. Luego tuvo miedo de que pasara como con él y no se resistiera a ese mamarracho. Eso le desconcertaba, no podía dejar de pensar que él para ella había sido algo nuevo que experimentar. ¡Ja! Estaba celoso ¿Cómo era posible? Estaba cambiando, y eso no era bueno. Pero no podía evitarlo, no la dejaría sola con él.

De vez en cuando veía como Adrienne se llevaba las manos al vientre y se encogía, y estaba seguro de que alguna vez la había escuchado gemir de dolor levemente. Se acercó a ella, en parte preocupado, en parte para que el tal Terry la dejara. La llamó Lara Croft. El comentario no lo hizo exclusivamente porque la viera como una heroína, sino más bien por la semejanza de las camisetas. Adrienne llevaba muy justa la camiseta, estaba seguro que necesitaba al menos un par de tallas más, pero le sentaba genial. Ya había comprobado que tenía un hermoso cuerpo, pero verla así, con el pecho tan marcado le impresionaba bastante, le encantaba, deseaba a cada paso acariciarla. Y mandar a los demás a hacer puñetas, quedarse solo con ella.

Necesitaban encontrar a Jack, tenia que mirara esas heridas. Pero con Jack estaba Kate. Cuando se marchó en la balsa no pudo despedirse de ella. Mientras estuvo en el mar solo pensó en ella. Pero ahora estaba esa niña que también le atraía de una manera especial, tanto era así que creía estar enamorado de ella…pero Kate…

A Adrienne, la tenía un gran cariño, y la verdad era que le volvía loco, pero en cierta forma ya la tenía conquistada, sus besos se lo habían dicho y eso le gustaba tremendamente. Con Kate era diferente, ella le había besado engañada, y en ese beso había sentido deseo por parte de ella, pero era dura, no se había rendido a él…aun. También necesitaba estar con ella, deseaba a las dos pero de manera diferente.

Cuando se quiso dar cuenta el muchacho hablaba de nuevo con la mujer, la miraba de una manera que a Sawyer no le gustó nada. Parecía que solo se fijaba en el pecho de la chica, al hablar con ella su mirada siempre bajaba. Eso no lo permitiría, se metió con él, no pudo evitarlo, pensó que se lo merecía.

No pudo jactarse de ello mucho. Sayid le mando callar. Lo hizo al escuchar ese sonido que hacía tan poco había escuchado. Instintivamente miró a Adrienne, que se paró en seco. Rezó para que no volviera a asustarse. Pero en la cara de la mujer vio miedo, quizás no tanto como en la noche pero si que estaba asustada. Quiso abrazarla pero algo dentro de él le dijo que no se moviera. Por suerte el peligro pasó y la muchacha se encontraba bien dentro de lo que cabía. Respiró aliviado.

Dieron un rodeo para no encontrarse con esa cosa, a cada pasó comprobaba que Adrienne iba bien, aunque volvía a hablar con el chico. Lo dejó estar, no le gustaba que la mirara pero estaba seguro de que no haría más. Era demasiado tímido, él le imponía respeto, y si se atrevía a decir o hacer algo que a ella le molestara lo pagaría.

Caminaron durante mucho tiempo ¿Dónde coño estaría esa maldita escotilla? Solo esperaba que Sayid no les hiciera perderse, no sabía si Adrienne se encontraba lo suficientemente bien para caminar mucho más.

Iba a decirle cuatro palabras al hombre árabe cuando oyó una voz familiar. Era ese tipo, Locke, atravesaron unos arbustos y hierbajos y se reunieron con ellos. La Pecosa estaba sorprendida al verle. No pudo evitar fijarse en ella, ¡Cómo le atraía! Repasó su cara, parecía que hacia años que no la veía. Sonrió. Luego todos sus pensamientos fueron para Adrienne, Jack debía examinarla ya, aunque no tuviera lo necesario para curarla. Necesitaba la opinión de un médico. Odiaba admitirlo, pero así era.