Prólogo
Morir o matar. Era lo único que podía hacer y era en lo único que podía pensar, mientras limpiaba la sangre de la manga de su túnica. Enderezó sus anteojos y clavó su mirada en él, la fuente de todos sus miedos, de todo su odio y de toda su infelicidad; aquel pedazo de ser viviente, que a pesar de estar debilitado y de haber sentido muy de cerca su mayor temor, la muerte; seguía allí mirándolo, sonriendo macabramente, regodeándose en el hecho de que acaba de matar a la única mujer que realmente lo había amado, la mujer cuya sangre estaba limpiando con su túnica, la mujer con la que alguna vez pensó vivir juntos para siempre, claro si él no se hubiera cruzado en su vida.
Y él seguía allí parado, después de tantos años, de tantas vidas sacrificadas, después de tanto sufrimiento, como si nada, como si tanta maldad fuera invencible, como si no tuviera fin.
Ella acababa de morir, y estaba ahí simplemente hipnotizado por esos ojos rojos llenos de odio; un sacrificio más, otra vida sacrificada para que estuviera vivo, como había sido desde el principio de su vida o de su infelicidad, que al fin al cabo vendrían a ser lo mismo. No lloraba, no porque no sintiera una tristeza infinita, simplemente porque ya no quedaban más lágrimas que derramar, era imposible ya que venía derramándolas desde hacía diecisiete años, y por más que se esforzó en tratar de sacar alguna a la superficie no pudo. Lloraba en silencio y con un dolor mucho más grande al que nunca hubiera sentido en su vida, si es que eso era todavía posible.
¿Para qué tanto dolor, tantas penas? Acaso significaban algo tantas esperanzas destruidas, tantos esfuerzos, tanta agonía… al parecer no, puesto que él permanecía allí, inmune a todo, aún con un minúsculo reducto de su alma, pareciera que ya fuera inmortal, que no hubiera nada más poderoso que él. Y se encontraba totalmente a su merced, sabía que sólo con que él moviera un poco su varita, todo habría acabado; y sin embargo, no parecía estar dispuesto a hacerlo, tal vez sólo estaba torturándolo, disfrutando el placer de acabar con su vida poco a poco, tal vez pensaba torturarlo lentamente, porque sabía que a diferencia de él, no le temía a la muerte. Tal vez lo mejor era morir de una vez, acabar con el sufrimiento de una vez por todas, pero sabía que él no lo permitiría, no lo dejaría ir tan fácilmente al otro lado del velo.
¿Pero quería morir realmente¿y entonces qué significaban para él los sacrificios y las muertes de tantos seres amados?
-Nada-, pensó. Y este pensamiento lo aterró; reviso una vez más sus pensamientos y nuevamente encontró la misma respuesta. No eran nada ya, después de que había jurado protegerla a ella y a sus amigos y derrotarlo a él aún a costa de su propia vida, para que el bien triunfara.
-El bien-, qué palabra si no esa se le hacía borrosa en ese momento¿acaso adónde lo había llevado el bien? Sólo a perder una tras otra a las personas que amaba, a seguir en una carrera desenfrenada en nombre del bien y que al parecer sólo había esparcido el mal, la tristeza y la muerte a su alrededor.
Voldemort avanzó un paso y con un movimiento de su varita, aventó el cuerpo de ella contra una pared, al mismo tiempo que expresaba con su rostro un desprecio absoluto por la que hasta solo unos segundos era el único pedazo de cordura en la mente de Harry. Su cuerpo inerte chocó contra la loza fría, un sonido que ni siquiera inmutó a Harry, que estaba inmerso en sus pensamientos, y que sólo salió de ellos cuando sintió que él se hallaba a tan sólo un metro de distancia.
Voldemort murmuró un hechizo e inmediatamente una serie de visiones inundaron los pensamientos de Harry, imágenes de ella con él, con los hijos que nunca tendrían; incluso a sus amigos besándose y agarrados de la mano, a su padrino y a sus padres, vio a todos los seres que alguna vez quiso y que ya no existían. Un sentimiento profundo invadió su corazón al mismo tiempo que una vocecita aguda, como de serpiente se introducía en su mente.
- Puedes volverlos a tener. Si ya dilaté la muerte, podré recuperar la vida. Pero sólo si te unes a mí. Vivirán – repetía una y otra vez la voz dentro de su cabeza.
Y cada vez sonaba más convincente¿para qué seguir luchando, acaso no era mejor reconocer que en su afán de hacer lo correcto, lo único que había hecho era lo incorrecto. ¿Pero quién podría distinguir entre lo uno y lo otro, tal vez sólo había una persona en el mundo que hubiera podido contestarle esa pregunta, pero también había muerto por él; y sin su consejo, el corazón de Harry no hacía sino llenarse de inquietudes y dudas.
Volteó a ver el cuerpo tirado en la pared, y fue su último momento de duda. No, no había nada más que hacer, simplemente lo que había tratado de combatir era superior a todo y por lo tanto correcto.
Con la mirada aún fija en Ginny, Harry dejó caer su varita al suelo reconociendo su derrota y una risa diabólica llena de satisfacción llenó la fría y oscura noche, la noche en que el mundo cambió para siempre…
N. A.: ya sé que es algo cortico, pero esto es justamente la introducción a una nueva posibilidad. ¿Cómo es el mundo post-Voldemort¿Qué pasará con Harry¿Ya no hay más esperanza de imponer el bien y la justicia?
Si quieres conocer las respuestas, por favor continúa leyendo, sé que los primeros capítulos también son algo cortos y que en ellos introduzco nuevos personajes; pero, sin embargo, pronto se tienen noticias de viejos conocidos y de cómo esta nueva historia se une con la vieja…
