VIII

Aullido de lobo

Chris se soltó del brazo de Lupin, y cayó al piso, a la vez que daba un grito de dolor y se deshacía en lágrimas. La muerte de su amigo, y el recuerdo de la de su madre, le hicieron sentir un dolor profundo, era como si el corazón le ardiera. Con la muerte de John, perdía a las dos personas que eran prácticamente toda su vida; a John, lo había aprendido a querer como si fuera su hermano, y había sido tanto lo que habían pasado juntos. Desde que su madre lo había recogido y adoptado como casi un hijo suyo en su casa, todo lo hacían juntos, las travesuras, los juegos, las lecciones que su madre les daba en casa… Tantos recuerdos llenaban de dolor a Chris, al saber que su hermano y su madre ya no estaban junto a él. Y tenía miedo, mucho miedo; aunque estando con John, disimulaba un poco, sentía un gran temor por todo lo que pudiera pasar, todo eso de la magia y la sensación extraña que sentía desde que su madre lo había tocado con esa varita.

- Chris, Chris… Está bien, grita y llora todo lo que quieras. Lo necesitas – dijo con una voz muy suave Lupin, a la vez que le ofrecía su hombro a Chris para que llorara.

- Está bien llorar, el sentir el dolor nos hace más fuertes. – dijo Lupin, quien también lloraba pensando en la madre de Chris.

Chris no supo cuánto tiempo estuvieron así, pero para cuando finalmente separó su cabeza del hombro de Lupin, sintió como si hubiera logrado liberar gran parte de su carga. Ambos se levantaron y Lupin siguió a Chris adentro de la casa, con su cojera aún más pronunciada.

- Es cierto, lo he olvidado. ¿Cómo esta su herida, señor? – dijo Chris, quien le ofreció a Lupin una silla para que se sentara.

- Puedes llamarme Remus, si lo prefieres. Ese es mi nombre, por si no te lo había dicho. Y en cuanto a esto… - dijo haciendo una cara de desagrado al cojerse la pierna y examinarla con más atención – Pues, no soy muy fuerte en este tipo de encantamientos, pero no hay más remedio – asintió al tiempo que apuntaba con la varita a su pierna y de la nada, quedaba vendada y entablillada.

- Me temo que Mundungus no haya podido salir de ésta. Bueno, tú lo conociste, era el dueño de Luna Nueva, un ladrón, sí; pero uno de los miembros vivos de la Orden más útiles. Gracias a él, hemos podido acabar con más de un mortífago; pero cada vez somos menos, y ellos más – contó Lupin a Chris, con un cierto dejo de tristeza en la voz.

- ¿La Orden? Señor… Remus –

- La Orden del Fénix. Fue creada por Albus Dumbledore, el mago más grande del siglo, para combatir a Voldemort y sus mortífagos. Hace diez años, llegamos a ser muchos y pensamos que ya casi derrotaríamos a Voldemort, pero desgraciadamente pasó eso… - dijo Lupin, quien se quedó callado, como inmerso en sus pensamientos.

Chris dudó sobre interrumpir la distracción de Lupin o no, ya que tenía un montón de preguntas que hacer, y cada explicación de Lupin, no hacía sino aumentar el número de ellas.

- Aunque tú no debes saber sobre lo que pasó. Tu madre no debió haberte contado mucho, ya que su principal deseo era protegerte. De verdad me dolió tener que dejarla ir, pero la Orden ya no estaba en condiciones de protegerla; aunque siempre supe que era una maga excepcional, no por algo salió con ese truco del hechizo transformador. Genial, realmente genial, así nunca más necesitó la poción multijugos para convertirse en Giselle Harper, tanta determinación es difícil de encontrar en una mujer de diecisiete años. – dijo Lupin, suspirando de vez en cuando, pero como si todo lo dijera para sí mismo.

- ¿Qué¿Diecisiete años? Pero si mi madre tenía treinta y cuatro, cuando murió. No puede ser posible. Pero… espere un momento¿mi mamá no se llamaba Giselle Harper? – dijo Chris, sintiendo una gran confusión en su interior.

- ¿Por qué crees que tu mamá se había hecho a otra apariencia?- interrogó Lupin a Chris.

- Porque… - Chris frunció el seño, concentrándose – porque se estaba escondiendo, y no quería que nadie la reconociera –

- ¡Exacto! Y si se estaba escondiendo, lo más lógico era que también cambiara su nombre¿no te parece? – dijo Lupin, como si estuviera dando una clase y explicando principios obvios.

Chris no respondió nada, porque no tenía nada que responder. Era obvio que si su madre no era quien realmente creía que era, su nombre debía haber sido otro.

- Pero¿por qué se ocultaba¿De Voldemort? – dijo Chris con voz ansiosa. - ¿Cuál era su verdadero nombre? –

- Chris, Chris. Cálmate. Creo que ya han sido demasiadas cosas por hoy, tenemos que descansar. Tratemos de dormir por lo menos una hora, para que luego me lleves a ver el viejo castillo sobre el que me hablaste antes. Si tenemos suerte, podremos hablar de esto y muchas otras cosas, adentro del castillo, y allí estaremos mucho más seguros. –

Chris asintió más por que el cansancio y el peso de todo lo que había pasado, estaba empezando a apoderarse de su cuerpo y ya empezaba a reclamarle a gritos que durmiera. Pero a la vez, cierto sentimiento de desazón le invadió, cierto miedo a que, al igual que como había pasado con John, no pudiera terminar la conversación pendiente con Lupin.

Éste mientras tanto había realizado un encantamiento sobre la puerta, para asegurarla mejor y había sacado una cajita de un bolsillo, de la cual había extraído una especie de esfera giratoria muy pequeña, la cual también hechizó.

Lupin insistió en quedarse en la silla, con lo que Chris fue a su propia habitación y en cuanto se acostó, se quedó profundamente dormido. Fue un dormir sin soñar, al menos la primera media hora, pero prontamente Chris se vio inmerso en otro sueño extraño, pero del que sólo pudo retener el aullido de un lobo en agonía de muerte, cuando Lupin lo despertó una hora después haciendo una señal de silencio.

- Apresúrate, creo que tenemos compañía – susurró Lupin.

Con esa advertencia, Chris se movió rápidamente y en pocos segundos estuvieron fuera de la casa, con él caminando adelante y Lupin, en la retaguardia. En el camino, lo hizo detenerse un par de veces, en las cuales el corazón de Chris se aceleró, pero fueron falsas alarmas, hasta cuando a punto de cruzar la casa de la madre de Henry, Lupin lo agarró de un brazo y lo hizo meterse adentro y agacharse debajo de una ventana sin vidrio.

- Pero¿por qué tenemos que venir acá otra vez y aguantar este frío, Goyle? – dijo una voz que hacía pensar en un hombre gordo y feo.

- Ya te lo había dicho Crabbe, cuando Bellatrix… - Goyle interrumpió su frase porque había escuchado algo y se quedó viendo para todos lados, para luego continuar – cuando Bellatrix regresó y dijo que el licántropo estaba con dos niños que no eran de Nuevo Camino, Draco pensó que podrían ser los que escaparon de esta aldea, y que era mejor venir a revisar- dijo Goyle, que se estaba pasando la mano por el pelo, como si fuera un tic nervioso.

El ruido que había interrumpido a Goyle había sido una especie de bufido de Chris, al escuchar el nombre de la asesina de John; y Goyle lo hubiera escuchado de nuevo, en el momento en que dijo que Lupin era licántropo, si éste no le hubiera tapado la boca con las mano derecha, a la vez que le hacía un gesto de que oyera con la izquierda.

- ¿Crees que el Señor Oscuro la perdone? No poder atrapar a Lunático… Me gustaría quebrarle los huesos yo mismo.. je jeje – rió con voz tonta Crabbe, con una voz que ya sonaba más debil, porque estaban alejándose.

En cuanto Lupin soltó la mano, Chris se le quedó viendo con una cara que a la vez expresaba miedo, asco e incomprensión; la misma cara que Lupin había visto en ya tantas personas que se enteraban de su condición de hombre lobo.

Y es que Chris no podía creer que una persona así pudiera ser un hombre lobo, para él los hombres lobos eran criaturas maléficas. Y más en este momento, en el cual volvía a recordar como el hombre lobo los había atacado esa noche, el recuerdo de sus colmillos afilados le llenó de temor hacia Lupin, por más que se resistiera a creer que él fuera una persona mala.

- Chris, escucha. ¡Escúchame! Tienes que confiar en mí, además de que la luna está en cuarto menguante, por lo que no puedo transformarme. Primero preocupémonos por salir vivos de esta, y ya hablaremos – dijo Lupin en voz baja, pero con un tono lo bastante enérgico como para que Chris dejara de mirarlo con esa expresión.

Con lo que nuevamente emprendieron la huida, con lo que finalmente llegaron al límite del bosque, con lo que Chris sintió cómo habían dejado el peligro atrás, hasta que una voz fría y arrastrada sonó fuerte y clara.

- ¡Avada Kedravra!

Chris sintió como cuando Malfoy empezaba a decir Kredravra, Lupin le daba un manotazo que lo impulsó para que quedara oculto por un árbol; lo súbito de la acción, le hizo tomar un segundo para comprender la situación, con lo que para cuando volteó la mirada hacia Lupin, ya se hiciera a la imagen de lo que iba a encontrar.

Lupin, se hallaba en el suelo, con los ojos todavía abiertos y fijos en Chris, pero totalmente vacíos y carentes de expresión. Al contemplar esos ojos inertes, en su mente volvió a escuchar el aullido que había escuchado en su sueño, y por segunda vez en menos de tres horas, Chris vio a la muerte de cerca, ésta vez llevándose a la persona que sabía que habría aprendido a querer si el tiempo lo hubiera permitido, y lo que era peor, caía a manos del asesino de su madre.

El dolor nuevamente se hizo presente en el corazón de Chris, pero éste se obligo a pensar en cómo salir de esta, sabría que luego tendría tiempo para llorar una nueva muerte.

- Vamos, niñito. El lobo malo ya está muerto… - dijo Draco, imitando una voz dulce – y no tengo tiempo para jugar a las escondidas – dijo ahora con su voz normal, pero cargada de odio.

El sudor caía por la frente de Chris, y el corazón le latía rápidamente. Quería hacer algo, y no simplemente quedarse quieto esperando a que lo encontraran y lo mataran. Con lo que armándose de valor, se dispuso a realizar el único hechizo que hasta ahora conocía.

- ¡Desmaius! – gritó con todas sus fuerzas, apuntando a la dirección donde el ruido de pasos, le hacía suponer que Malfoy se encontraba.

En el resplandor causado por el hechizo, vio como Crabbe y Goyle ya se encontraban al lado de Malfoy, y cómo el rayo rojo pasaba muy cerca del oído derecho de Malfoy quien se balanceaba un poco, como quien está a punto de perder el equilibrio, con lo que Chris aprovechó esto para echar a correr entre los árboles.

Chris corrrió como nunca, mientras sentía como un montón de rayos de distintos colores estallaban detrás de sus pasos. – Al igual que en mi sueño – alcanzó a pensar precipitadamente. El cansancio estaba empezando a hacerle mella, a la vez que el sendero se volvía más agreste y los árboles se juntaban. Y justo en el momento en que se iba a rendir, lo sintió.

La criatura, ser o lo que fuera que los había seguido ese día en el bosque, se acercaba nuevamente, y esta vez se movía más rápido que nunca. Y sin saber, como estaba seguro de eso, sintió renacer la esperanza, puesto que sabía que la criatura lo ayudaría.


N.A: Cómo me gusta dejar con la intriga... ¿quién será la criatura¿Chris se salvará?. Espero que no me maten por matar a Lupin, pero la cuestión es que era una muerte necesaria, no por algo este fic (por ahora) está bien oscuro y trágico. Antes de responder review, quiero agradecer a Cissy Black-Potter, por incluirme en su lista de autores favoritos, es la primera persona que lo hace y lo considero un honor; a Anyeli Cetra y Ginebra gracias por sus reviews.

EternalWing: Supongo que seguirás con tu teoría de que Ginny es la madre de Chris, más aún después de este capítulo; y aunque no debería decirlo esa cuestión se va a resolver pronto... También me dolió un poco matar a John (le puse a sí por mi nombre), pero un muggle no tiene cabida en lo que sigue. Gracias por tu constancia y espero que dejes review en este capítulo también. ¡Hasta la próxima!