Apenas pudo creerlo cuando la vio entrar en aquella camilla. "Mujer blanca, entre 35 y 40 años, ha sido arrollada por un coche, posible traumatismo craneoencefálico y fractura de varias costillas. Se encuentra inconsciente."
Se acercó hasta la camilla tras su padre en cuanto la pusieron sobre ella y miró a la mujer palideciendo en el acto.
Pasó la mirada de ella a su padre pero éste no mostró la más mínima reacción al ver a su hija en aquel estado.
"Jack, ya sabes lo que hay que hacer" le dijo simplemente. El hombre dudó, lo sabía, por supuesto, aunque llevaba apenas un par de años en el hospital era de los mejores en su trabajo aún pese a su juventud. Pero el hecho de que fuera su propia hermana la que estaba allí cambiaba todos sus esquemas.
"Si no puedes olvidarte de quien es será mejor que te largues, no me sirves" añadió su padre en un tono más serio, mientras conducían la camilla directamente al quirófano.
Jack sacudió la cabeza intentando recomponerse y asintió apartando la mirada del rostro de su hermana, imaginando que era cualquier otro caso de cualquier otra persona desconocida. Siguió el procedimiento.
"¿Estás conmigo o fuera?"
"Estoy contigo, puedo hacerlo..." dijo, aunque no estaba tan seguro.
Cuando escuchó el continuo sonido que anunciaba su fracaso, tras cinco intensas horas, el mundo se le vino abajo, simplemente parecía como si todo se derrumbara sobre él.
No había sido capaz de salvarla.
Lo único que escuchó salir de los labios de su padre fue una maldición, parecía furioso, no derrotado, no hundido como él, simplemente enojado por no haber podido hacer nada por la vida de su hija.
Salió arrojando el instrumental al suelo en un arrebato y se perdió de su vista.
Sin embargo él permaneció allí, no sabía cuanto tiempo, mirando su hermoso rostro, aquel rostro que nunca volvería a hablarle, aquel rostro del cual no había podido despedirse, aquel rostro al que había fallado.
Se maldijo a sí mismo, pensó en dejarlo todo justo en aquel momento, lloró.
"¿Doctor Shephard?"
Jack se volvió, fuera del quirófano una enfermera tenía una mano sobre el hombro de una niña que le miraba confusa y asustada.
Salió de allí tras quitarse el gorro y la mascarilla y fue junto a ella.
"Estaba con la mujer..."
"Gracias Caroline, ya me ocupo yo, es mi sobrina..."
Le había costado mucho tiempo olvidar aquella mirada.
"Adrienne..."
Aquellas lágrimas, aquella mirada perdida, aquel rostro lleno de dolor.
El mismo que tenía ahora a unos metros.
- Tierra llamando a Jack...
El hombre reaccionó de repente, miró a quien le había hablado, aunque sabía perfectamente que se trataba de Sawyer.
- Lo siento, estaba...bueno, no importa.
- Tienes razón, en absoluto.- respondió con una mueca.- Croft sugiere pasar la noche aquí- añadió.
Jack arqueó una ceja.
- Tu sobrina, lumbreras.- aclaró Sawyer mientras miraba a la chica de pasada, iba a costarle bastante asumir esa relación.
Adrienne miró a Jack, de nuevo esa mirada...tenía que solucionar aquello esa misma noche o se volvería loco.
- Los árboles son frondosos aquí, nos protegerán de la lluvia- explicó- además estamos cerca de las montañas, no creo que corramos peligro...
- Me parece bien- asintió él, luego miró a los demás. Kate y Terry asintieron. Miró a Sawyer y éste se encogió de hombros.
- Sobreviví siguiendo sus consejos pese a todo...
Jack dejó su mochila en el suelo junto a un tronco tumbado.
- Acamparemos aquí entonces...
- Señor, sí señor...- Sawyer dejó sus cosas en el lado opuesto al que se encontraba él.
Terry se aseguró del estado de la tierra antes de sentarse.
- Al menos el suelo está seco...
Sawyer rió.
- ¿Hemos ido a traer al principito? Chaval, que el suelo esté mojado debería ser un problema insignificante comparado con lo que podría pasarte en cualquier momento.
Terry tragó saliva y apartó la mirada, lo cual acrecentó aún más las risas de Sawyer.
- ¿Por qué no le dejas en paz?
Adrienne se plantó de pie a su lado. Sawyer levantó la vista hacia ella.
- Si bajas te lo explico...
La chica se agachó junto a él.
- Me cae mal. Simple y llanamente. Creo que incluso hubiera preferido que nos acompañara la Piernas. No le soporto.
Adrienne puso los ojos en blanco.
- Tal y como le has dicho, creo que en estos momentos tienes cosas más importantes de las que preocuparte.
- ¿Como cuáles? ¿tú?- preguntó sarcásticamente.
- Como la serpiente que tienes a tu lado.
Sawyer sonrió socarronamente.
- Buen intento, pero si de verdad piensas que voy a creérmelo...
- Sawyer...- Kate miró hacia su mano y entonces pudo sentir algo frío que pasaba rozándosela.
Ninguno de ellos había visto antes a Sawyer saltar de aquella forma. Incluso Jack, sumido como se encontraba en sus propios pensamientos, soltó una carcajada.
- Oh...¿os creéis muy graciosos eh? ¿y si me hubiera mordido qué?
- No es peligrosa- respondió Adrienne- además creo que la has asustado tú más a ella.
- No sabría qué decir a eso...- comentó Kate con una sonrisa.
- Geniaaal, las niñas están graciosas esta noche...estupendo...
Se alejó del sitio por el que huía el ofidio y se sentó a unos metros echándoles una mirada de pocos amigos. Sin embargo, en el fondo, se alegraba de que al menos Adrienne pareciera estar un poco mejor, aunque hubiera sido a su costa.
Sacaron la fruta que llevaban y se dispusieron a cenar una vez Adrienne logró encender una pequeña hoguera entre ellos.
Empezaba a anochecer, aunque no habrían podido asegurarlo ya que apenas se filtraba luz entre los frondosos árboles.
Jack aprovechó que los demás parecían distraídos hablando y comiendo para acercarse a Adrienne. Notó la mirada de Sawyer siguiéndole mientras se sentaba al lado de la chica pero aquel no le dijo nada. En el fondo esperaba que solucionaran cualquiera que fuera su problema para que así Adrienne volviera a ser como siempre.
- ¿Puedo sentarme?
La chica asintió.
Jack se tomó su tiempo, buscando las palabras adecuadas y dejando que ella se acostumbrara a su presencia.
- Adrienne...¿qué te dijo tu padre?
La chica fijó la mirada en el fuego, recordando momentos tiempo atrás olvidados. Sintió ganas de volver a llorar pero extrañamente ninguna lágrima llenó sus ojos.
No le miró mientras respondía.
- Que mataste a mi madre...- susurró- levantó la mirada al frente y se encontró con los ojos de Sawyer fijos en ella, por su expresión dedujo que había podido leerle los labios y por un instante temió que se levantara y se acercara, sin embargo no lo hizo, se lo agradeció.
Jack dejó escapar un suspiro, era justo la respuesta que se esperaba.
- ¿Y tú le creíste?- preguntó suavemente.
Adrienne volvió a fijar la mirada en el fuego.
- Por favor, mírame...- le pidió amablemente- mírame un momento, Adrienne.
La chica fijó sus ojos en él. Jack tuvo que hacer un gran esfuerzo para poder continuar ante su mirada.
- ¿Le creíste entonces?
Asintió.
- No quería pero...no quería creerlo pero mi padre...
- ¿Lo crees realmente?
Fijó sus ojos en él, sabía la respuesta desde hacía tiempo, cada molécula de su ser le decía que era imposible, que Jack no había tenido la culpa. Jack la quería, quería a su hermana y la quería a ella, nunca había tenido dudas de aquello antes del accidente.
Negó suavemente.
- No quiero creerlo...
Jack sonrió débilmente.
- Tu madre era muy importante para mí, en aquel momento puede que no lo hubieras entendido pero creo que ahora sabes lo que duele perder a alguien a quien quieres.
Adrienne recordó a Matt, por supuesto que lo sabía.
- Hice todo...todo cuanto en ese momento pude hacer para intentar salvarla...y no quiero buscar culpables- recordó a su padre- pero el caso es que fallé- ni siquiera iba a mencionarle en aquello, cargaría con la culpas él mismo, encajaría los golpes por esa vez- no fui capaz de salvarla, pero puedo asegurarte que en ese momento deseé morirme.
La chica volvió a apartar la mirada mientras se pasaba la mano por los ojos e intentaba calmarse respirando profundamente.
- No quiero culpar tampoco a tu padre, estoy seguro de que hizo únicamente lo que creyó mejor para vosotros...- continuó Jack.
- Se equivocó.- volvió a mirarle y sonrió levemente. Jack esbozó una amplia sonrisa y le limpió las lágrimas.
- No sabes lo que ha significado para mí encontrarte aquí, Adrienne...no...- los ojos empezaron a llenársele de lágrimas- no tienes ni idea...- susurró con un hilillo de voz- estaba totalmente perdido y ahora...- no pudo seguir, ella simplemente le abrazó.
Pasados unos instantes Sawyer se acercó.
- Muy enternecedor..., lástima que no tengamos palomitas...
Ninguno de los dos respondió al comentario.
- Genial...avisadme cuando regreséis de donde quiera que estéis- dijo de mala gana, había esperado poder hablar con Adrienne pero parecía que iba a ser imposible aquel día.
Cada minuto que pasaba odiaba más a Jack, y a cada minuto que esa chica seguía ignorándole...no sabía si la deseaba más o quería perderla de vista.
Se recostó contra un árbol dispuesto a olvidarse de todo hasta el día siguiente pero le costaba conciliar el sueño, sin embargo cuando Adrienne intentó entablar una conversación con él pasados unos minutos éste se negó en redondo.
- Tengo sueño niña, hablamos mañana, ¿eh? ¿podrás aguantar?
Se maldijo a sí mismo por esas palabras pero salieron antes de poder detenerlas. Nunca olvidaría aquella mirada...ahora sí que no podría dormir en toda la noche.
La observó alejarse y tumbarse al otro lado del fuego, dio un puñetazo a su mochila furioso, como se odiaba...como odiaba a Jack, a ese niñato..., incluso la expresión paciente y comprensiva de Kate, como de compasión, estaba harto.
