Después de dar muchas vueltas a lo ocurrido, la cara de Adrienne cuando la miró, a todo…pudo quedarse dormido. Aunque la cara de la chica le siguió atormentando en sueños. Soñó con ella, un sueño precioso, se besaban, se querían, se deseaban. Pero solo había sido un sueño y al despertar se encontró contra el duro árbol, y ella a varios metros de él.
Al levantarse ella él la imitó y también se levantó y se preparó para continuar la marcha. Por un segundo la miró, y ella le miró a los ojos. Tenía la mirada triste, sus ojos reflejaban un dolor tremendo, cómo se odió en ese momento. Quiso hablar con ella pero en cuanto dio un paso para acercarse ésta se dio la vuelta, dejo de mirarle, supo que eso era un "déjame en paz capullo" y no pudo evitar sentirse mal de nuevo.
¿Cómo podía haber sido tan cabrón? Tenía que dejar de desear así a dos mujeres a la vez. Pero tenía miedo de la decisión, aunque lo tenía muy claro no podía dejar de pensar en las dos. Cada una tenía su "aquello" y era inevitable no desearlas a las dos. A las dos las quería a su manera y de diferente forma, no podía amar a las dos pero tampoco quería reconocer que estaba enamorado de una.
Caminaba detrás de Adrienne, tenía mala cara, parecía haber pasado muy mala noche ¿tan interesada estaba en él? ¿Tanto le quería?
Vio como aquel inútil se acercaba a ella y le preguntaba que qué la pasaba. ¿Será idiota? ¿Y a él que le importa? Estuvieron un rato hablando, seguro que se lo estaba contando. ¡Perfecto¡ que todo el mundo sepa que es un cabrón. Aunque si se lo contaba las esperanzas de aquel chico de tener algo con ella se desvanecerían, y eso le gustaba.
Pero luego vio como Jack comenzaba a discutir con ella, en la cara de Jack se veía preocupación. ¿Qué la pasaba?
Jack la obligó a tumbarse, tenía fiebre…no sería por él ¿no? No podía quererle tanto. Jack comenzó a palparla y a hacer preguntas. Se estaba preocupando mucho, estaba muy enferma, se notaba que no podía continuar, todavía se sentía celoso al ver que el doctorcito la tocaba.
Jack se apartó, y les dijo que era malaria lo que tenía Adrienne. Malaria, esa palabra le resultó dolorosa, había gente que se moría de malaria…
Llevaban todo el día allí parados, Adrienne no mejoró, es más ahora también vomitaba. Estaba muy preocupado, sentía que se debía a él, no sabía cómo podía ser pero lo sentía así.
El agua comenzó a escasear y Adrienne la necesitaba con urgencia, parecía que la fiebre aumentaba con el tiempo, los minutos corrían como si su vida se estuviera apagando. Y no lo soportaba, no soportaba verla así tan débil, cuando ella siempre había estado llena de vitalidad.
Decidió ir a por el agua, creyó que se lo debía a la chica por todo el daño que la había hecho, además necesitaba estar solo. Pero cuando el cirujano chiflado le dijo que debía de acompañarle el niñato, la ira sustituyó a la preocupación. No necesitaba ayuda y menos de un crío.
Pero no podría discutir o no le dejarían ir, parecía que Jack hablaba en serio. No le importó, así ya tenía quien cargara con el agua y debían darse prisa.
Emprendió el camino por donde les había indicado Adrienne. Pero no podía dejar de pensar en ella...
