(Los deseos de los lectores son órdenes así que... gracias a Desia aquí tenéis otro capítulo. En serio, gracias sinceramente porque a veces se necesita saber al menos que alguien sigue leyendo lo que escribes para animarse a continuar y tu review me ha animado mucho. Gracias por todo!) Capítulo 42

Cuando Adrienne regresó junto a Jack y los demás ya empezaba a atardecer.

Había decidido regresar únicamente por ellos, o eso se obligaba a creer ya que en realidad era por ella misma, aunque se mintiera diciéndose que quería estar sola, en el fondo era lo que más temía: volver a estarlo. Y eso estaba íntimamente relacionado con otro miedo: el miedo a perder a las dos únicas personas que le importaban en esa isla.

No odiaba a Jack, eso sólo era otra mentira más que se obligaba a creer en aquellos momentos, ¿cómo podría odiarle? ¿acaso había olvidado lo que sintió al encontrarle en aquel lugar?

Sólo era orgullo, nada de odio, orgullo herido, y ni siquiera tenía que ver con aquel niño, con el hecho de que Jack la viera incapaz de ayudarle, no, nuevamente eso no era más que una mentira, porque en realidad lo que no quería admitir y creer es que realmente no podría sobrevivir por sí misma, sola, otros ocho años, ni siquiera uno más, no ahora que les tenía.

Sabía que no sería capaz de dejarles y volver a su cueva, cuando echó a andar alejándose de ellos ya lo sabía aunque no pudo evitar hacerlo.

No podría describir con palabras el alivio que sintió al volver a ver a su tío, era como estar en casa de nuevo, a salvo con él, no sola.

Pero tampoco habría sido capaz de describir lo que sintió cuando Kate le preguntó por Sawyer, ¿cómo que dónde estaba?

- Fue a buscarte hace ya tiempo- le explicó Jack. – quería salir de aquí- se apresuró a aclarar.

- ¿Por dónde se fue?

Le indicó el lugar por donde ella se había ido la primera vez. Inmediatamente volvió a colgarse la mochila a la espalda pero Jack se acercó a ella y la agarró del hombro.

- No pensarás ir...

- Esa es la idea, sí.

- ¿Te has vuelto loca? Oscurecerá dentro de poco.

- Te aseguro que a la oscuridad es a lo último que podría temer, Jack.

Le echó una mirada de reprobación.

- No puedo dejarte ir.

Adrienne le fulminó con la mirada.

- Creía que había quedado claro que eso no importaba.- le mantuvo la mirada- no estoy pidiéndote permiso y lo siento pero afortunada o desgraciadamente ya no tengo diez años, poco me importa lo que quieras tú.

Jack por un momento no supo qué responder, era cierto que no podía tratarla como a una niña porque no lo era pero no dejaba de ser su familia y no quería perder a nadie más.

- Adrienne..., por favor.- cambió el tono de voz sabiendo que de nada servía ponerse duro.

- Jack..., los otros podrían estar cerca- omitió la afirmación rotunda para no inquietarles más.- si le dejamos ahí afuera, solo, morirá. Sé que no querrías que eso ocurriera, eres médico, tu trabajo es justo salvar vidas- miró al niño que yacía moribundo en el suelo- reconozco que yo no puedo salvarle, que eres el único que podría hacerlo si es que está en la mano de alguien. Pero yo soy la única que conoce este lugar y si Sawyer tiene alguna esperanza de sobrevivir otro día esa soy yo.

Jack dudó examinando rápidamente todas las opciones que tenían, no quería dejarla sola por más que supiera que podía valerse por sí misma, pero si le ocurría algo se culparía igualmente.

- Puedo acompañarle...

Todas las miradas se volvieron hacia Kate pero la respuesta de Jack fue aún más rápida que la de Adrienne.

- Ni hablar, si nos separamos sí que no tendremos ninguna posibilidad, además necesito ayuda con él- miró al niño.

- Terry puede ayudarte- replicó la mujer.

Las miradas pasaron al chico.

- Yo..., preferiría que fuera él con ella.- comentó Jack.

Tanto Adrienne como Kate arquearon una ceja pero antes de que pudieran replicar el hombre se apresuró a aclarar advirtiendo el leve carácter machista de la petición.

- No es que no confíe en vosotras... es sólo que..., bueno... - no sabía cómo salir de aquello y las miradas de las mujeres no ayudaban.- fisicamente el cuerpo del hombre es más fuerte.

Por las expresiones de quienes le miraban no supo si había arreglado algo o lo había empeorado aún más pero parecía ser lo segundo.

- Sí, físicamente quedará mejor aplastado contra el suelo si esa cosa aparece tirando árboles.- comentó Adrienne. Kate soltó una carcajada.- a mí me da igual quien venga pero yo me voy.

- Ya voy yo... – se ofreció Terry, aunque no parecía muy convencido. Miró de pasada el cuerpo del niño, con una expresión que Adrienne, quien mantenía la mirada fija en él esperándole, no supo descifrar, ¿preocupación?

Podría ser pero no le había visto así en ningún momento desde que lo encontraron, únicamente ahora que tenían que alejarse de ellos.

Terry al ver que le observaba se apresuró a cambiar la expresión y esbozó una leve sonrisa.

- ¿Vamos?

- Sí, claro...

Adrienne se acercó a su tío.

- Jack, puedo... ¿me dejas un arma?

La inmediata contestación de Jack iba a ser un no rotundo, no quería que se repitiera lo ocurrido con el chico y que el siguiente herido...o muerto fuera Sawyer o Terry. Pero si no lo hacía estarían totalmente indefensos.

Sacó el arma de su mochila y se la dio.

- Asegúrate de a quien disparas antes de hacerlo...

Adrienne le mantuvo la mirada mientras cogía el arma, le había molestado el comentario, pero no dijo nada, sólo se la guardó en la cintura.

- Volved inmediatamente en cuanto le encontréis.

- No pensaba aprovechar para irme de excursión.

- Me has entendido.

- Sí, claro doctor...

Jack arqueó una ceja, ¿era su imaginación o su sobrina empezaba a hablar como Sawyer? Genial, sin duda era lo que le faltaba.

Después de que desaparecieran entre los árboles miró a Kate.

- ¿La has oído?

Kate rió divertida, en realidad se había estado aguantando desde aquel momento.

- Sí, todo se pega...

- Preferiría que se le pegara una gripe.

La mujer soltó una carcajada, él la miró muy serio.

- Hablo en serio... - sonrió.

Mientras tanto Adrienne y Terry caminaban sin rumbo fijo. No sabían hacia dónde había podido ir Sawyer así que prácticamente era como buscar una aguja en un pajar, sólo les quedaba la esperanza de que se hubiera parado al ver que se había perdido y que no estuviera lejos de allí...

...Si es que seguía vivo.

Terry tenía sus dudas, además de que se le notaba bastante nervioso.

Adrienne lo notó no sólo en el hecho de que no dejara de mirar a su alrededor sino en que desde que habían perdido de vista a Jack y Kate no había dejado de intentar convencerla para que le dejara llevar la pistola a él.

- Jack me la ha dado, ha confiado en mí, ¿por qué no lo haces tú también?

- No es que no confíe en ti... es que no me gusta ir desprotegido y tú ya llevas ese cuchillo- dijo señalando su cintura.

Adrienne notó cómo se quedó mirándola, como esperando que le diera una de las dos armas... pero no lo haría, no entendía muy bien el porqué pero algo en su mirada le impidió hacerlo. Además de que aquel cuchillo prácticamente formaba parte de ella y la pistola...

Si ella misma, acostumbrada a la constante tensión de vivir en la selva, la había disparado contra un niño... ¿qué podía esperar de él? No le conocía tanto como para adivinar la reacción que tendría.

No, le había ido bien hasta el momento confiando únicamente en ella, ahora le costaba hacerlo en los demás cuando se trataba de algo tan importante como la supervivencia.

- Te protegeré, no te preocupes.

- Tal vez deberías empezar a hacerlo tú también...

Le miró y arqueó una ceja, juraría que aquello había sonado a amenaza.

- ¿Qué?

Terry dudó.

- Bueno... que está oscureciendo y... esa cosa podría estar cerca, y también...

- Los otros- le miró a los ojos. El chico le mantuvo la mirada unos segundos antes de apartarla.

- Sí, ellos también.

- Camina delante.

- ¿Qué?

La chica dejó escapar un suspiro.

- Que camines delante de mí, yo te cubriré si pasa algo.

Terry la miró sorprendido.

- Sí, eso es muy valiente por tu parte... - murmuró mirándola con cierto desprecio.

- Ya que mi tío te eligió para que me protegieras... cumple con tu deber.

No se trataba de cobardía, se trataba de desconfianza y de seguridad, con gusto habría ido en su lugar... pero por alguna razón no quería perderle de vista.

El chico murmuró algo más y se adelantó poniéndose delante de ella de mala gana.