Parte II:. ¿Mal o bienvenido?
Se produjo un silencio algo ensordecedor, una incomodidad que no era común en el gimnasio de la preparatoria Shohoku. Al parecer, Akane comprobó lo que decían todos, Kaede Rukawa realmente tenía una mirada intimidante, como también, que era un chico muy atractivo.
"Con razón…"
- ¿Has visto a Hana? – preguntó de nuevo pero esta vez su voz fue más tímida, la amenaza de aquella mirada de ojos azules la hacían sentir amenazada constantemente.
- No…
- ¿Puedo quedarme aquí a esperarlo? - Rukawa sólo se encogió de hombros, dando la señal de "como quieras" y luego siguió jugando.
La chica no miró muy optimista su panorama, seguramente el moreno no le daría la bienvenida a la preparatoria con confetis… Pero si era tal como le habían dicho¿en qué había cambiado? Lo que veía era la fiel copia de todos los chismes de sus compañeros de su equipo… si supiera que se andan calentando la cabeza tardes enteras para averiguar la razón de su aislamiento. Akane veía que ya no era tan descabellado la idea de Takamiya de que ese chico podría trabajar para a Yakuza, porque era muy raro…
- ¿Vas a ir? – preguntó después de algunos minutos, el moreno la miró con extrañeza, como si hablara en chino - ¿Qué?... ¿No te dijeron?
- "…"
- Mejor me callo, esto es peor que un monólogo… - se iba a sentar, pero la voz de Kaede la interrumpió.
- Espera… - dijo el moreno de repente - ¿dónde?
- Lo que pasa es que hoy es…
La morocha no alcanzó a terminar de hablar porque…
- ¡EL GRAN GENIO, HANAMICHI SAKURAGI ESTA DE VUELTA!
- El genio de los idiotas – murmuró Rukawa por lo bajo.
- Hola Hana – saludó su prima muy contenta, hacía tiempo que no veía a Hanamichi tan feliz.
- Akane… - el pelirrojo se acercó celosamente hacia ella hasta abrazarla - ¿no te estará haciendo nada este zorro idiota?
- Grrrr – Rukawa le desvió la mirada.
- ¿Quién te crees… - iba a seguir gritando, pero la mirada de Kaede se volteó directamente hacia la suya, inexplicablemente, Hanamichi se quedó callado, contemplando los ojos de Rukawa.
Los tres se quedaron en silencio, que ya no era incómodo sino hasta cierto punto, cómplice…
- Contigo sólo pierdo mi tiempo – miró a Akane de reojo y, de ahí, definitivamente se fue a jugar, dejando a Sakuragi desconcertado.
- ¡Hanamichi! – gritó alguien a lo lejos, logrando percatar la atención del pelirrojo, yéndose al grupo de sus eternos amigos.
Akane aprovechó la oportunidad de que su primo anduviera distraído para dirigirse al pelinegro. Al contrario que pudiera pensarse, no se enfadó cuando la chica lo interrumpió en su práctica. Pero lo que más le sorprendió a Kaede, fue un papelito que le fue entregado muy discretamente por ella y le susurró unas palabras…
A las nueve en ese lugar…
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Pensó que salir del hospital era maravilloso, que volvería a ser lo mismo que antes. Pero al ver que el gordito le prohibió jugar y que solamente podía practicar lo básico, se sintió más inútil que nunca… la humillación se hizo presente… sentía que se le habían cortado las alas. Peor aún, se las cortó él mismo por idiota, tal vez Rukawa tenga razón al decirle que es un tarado.
¿Se puede ser más fatal?
Pero sin duda hay que comprenderlo, se agravó la lesión… por una vez en su puta vida se sintió importante para alguien, que era necesario. Entendió que el amor a ese deporte no iba por una chica, sino porque él servía para eso…
Llega sonar hasta estúpido… pero llegó a sentirse especial…
Es que desde pequeño se ha preguntado porqué siempre tenía que estar en un segundo plano. Siempre detrás de alguien, hasta para Haruko siempre era primero Rukawa. El pan de cada día era ser el segundón, a menos que fuera para ser el objeto de risa, claro. Porque aparte siempre era el bufón de todos, era el típico chico que cumple el rol de tener una sonrisa en la cara y jugar a hacer idiota. Si no, pasaba inadvertido…
¿Cómo nadie se ha dado cuenta que Hanamichi a través de sus ridiculeces grita en el fondo "quiéranme"?
Más encima, ahora se aguantaba las lágrimas, quería estar ahí, de los que estuvieran probando a los jugadores nuevos y no mirándolos como un adorno más en este gimnasio. Pero antes muerto que derramar una lágrima, no quería hacer de su vida un espectáculo o inspirar lástima a sus amigos…
¿Amigos?... éstos ni se han acordado que hoy es su cumpleaños…
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- ¿Cómo vamos con el dinero? – preguntó el subcapitán – porque necesitamos cerveza… una fiesta sin cerveza, parece una reunión de señoras…
- Espero que hoy no me hagas pasar una vergüenza – lo retó Miyagi – la última vez terminaste bailando casi desnudo en un bar y Yasuda no pudo dejar de abrazar el excusado en toda la noche…
- Idiota, ahí tome tres margaritas y dos vodkas… creo que los únicos que se emborracharían con cerveza son Rukawa y Sakuragi… – se defendió – además, el tarado de Yasuda se le ocurrió tomar cosas fuertes sin comer algo antes… así que…
- No, no, no y no… hoy no quiero pasar vergüenzas ni quiero pedir disculpas por el comportamiento del equipo… sobrios ya son un problema…
- Miyagi… – casi rogaba – aunque sea un vasito.
- Está bien – aceptó a regañadientes – pero si alguien se causa un problema, tú eres responsable.
- ¡Sí! – casi saltaba por eso – cambiando de tema¿ya invitaste a todos?
- Parece que no falta nadie – el chico del arete empezó a contar – todos los de tercero ya me confirmaron, los de segundo sólo me falta Ishi y Haruko, pero creo que me dicen que sí… Rukawa no creo que vaya, ahora que está 'solo' – seguía planeando – me pidió Kakuta si puede ir con su novia… mientras no ocupen las piezas – habló en tono malicioso.
- ¿Por qué no? – preguntó Hisashi, siguiéndole el juego – podría ser una celebración después que Ayako te diera el sí, ya sería hora…
- ¿Estás loco? – le preguntó con la cara incendiada.
- Dos años detrás de una misma chica y no decirle nada, eso sí es una locura.
- Bueno… es que yo no quiero que me rechace… tú me entiendes… - eso de los diez rechazos lo tenían traumado, se imaginaba qué pasaría si Ayako lo llegara a rechazar.
- Está bien, tampoco es para que te pongas sentimental… pero esta noche es una buena oportunidad…
- ¿Tú crees que ella…?
- De todos los del equipo, eres el más cercano a ella…además no es tan difícil darse cuenta que tú le gustas…
- ¿SE DIO CUENTA? – gritó tan fuerte que todos quedaron mirándolo, tenía una cara de tragedia griega digna del Oscar.
- Evidente… - tenía una cara de "se dio cuenta 'todo' el mundo" – pero no importa, si ya parecen novios… lo único que les falta es andar tomaditos de la manos y diciéndose cursilerías todo el día…
- Mitsui… – a Ryota no le gustó mucho la alusión.
- Bueno ya, me callo…
- Por cierto, invita a Sayuri…
- Terminamos la semana pasada – contestó el peliazul.
- ¿Por qué? – preguntó asombrado – no llevaban ni cuatro meses.
- Odio las chicas posesivas… ya vendrá otra… - lo dijo sin tomarle mucha importancia.
- Ya verás cuando te enamores, ahí me vas a entender – se reía el chico del pendiente.
"Enamorarse… no amigo, con lo que me pasa, me basta y me sobra…"
- Oigan… ¿de qué están hablando? – preguntó Hanamichi, quien se metió de improviso a la conversación.
- De nada interesante – contestó Ryota.
- Oigan… ¿tienen algo que hacer esta noche?...
- No, hoy es el cumpleaños de mi hermana y la desgraciada no me la perdona si no voy – contestó Mitsui.
- Yo no puedo… mi mamá no se ha sentido bien, hace dos días que está en cama – se excusó Miyagi.
- Ah… bueno…
- Mejor anda a entrenar con Ayako para que vuelvas a estar en forma…
- Ryota, el gran Hanamichi Sakuragi ya está listo para jugar y…
- No me vengas a mí con esas payasadas… te vas con Ayako.
- Está bien – pronunció el pelirrojo de mala gana y se devolvió por donde había venido.
- Mitsui, tú no tienes hermana – dijo Miyagi comprobando que Hanamichi estaba lejos.
- Es Sakuragi… no se va a dar cuenta…
Espero… mato a quien le haga darse cuenta de algo antes de la noche…
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La práctica fue aburrida, ver a los alumnos de nuevo ingreso y el partido de práctica entre los de primero contra los de segundo y tercero. Llegaron varias chicas a apoyar el juego de Rukawa, pero no eran tantas como antes, Hanamichi las observaba detenidamente. No pudo creer que ya no gritaban como desenfrenadas histéricas, sino que sólo observaban el juego; siendo que además ya prácticamente parecía un concurso de belleza, cuál de todas iba más arreglada. Aunque todavía no se les había quitado la mirada lasciva que le dirigían al jugador estrella del equipo, parecían buitres al acecho…
Algo no muy alentador…
Además él tenía que irse antes… su infierno se había acabado a medias, tenía que ir tres veces por semana a rehabilitación. Se duchó rápidamente y estaba dispuesto a irse, pero Akane lo alcanzó, molesta por cierto. El pelirrojo, trataba de analizar qué había hecho para que ella se pusiera así.
- No te hagas el tonto… ¿en qué quedamos?
- ¿Cómo que en que quedamos? – preguntó extrañado, rascándose la cabeza en un esfuerzo por recordar.
- En que ibas a tratar de hacer las paces con Rukawa.
- Pero si él me provoca…
- No te creo – la morena le increpó – apenas llegaste empezaste a atacarlo…
- Pero él sigue – protestó el pelirrojo.
- No seas infantil, Rukawa simplemente se defiende… y por lo que recuerdo, TU empezaste a llevarte mal, por lo tanto TU debes empezar a comportarte mejor…
- Pero yo…
- ¿Pero qué?
- Akane, tú sabes que…
- ¡Hola Rukawa! – saludó la chica entusiasmada, mientras que Hanamichi se calla al instante, y aprovecha de ver la hora, mientras que el zorro se acercaba.
- Maldición… por tu culpa llegaré tarde… - murmuró.
- Hana… - lo interrumpió antes de irse – pobre de que no llegues a la hora, ya te dijeron mis papás que no te dejarían entrenar si te desviabas al Danny's en la noche. El chico sólo atinó a asentir para luego irse corriendo.
- ¿Y vas a ir? – le preguntó a Kaede cuando estaba cerca de ella y al asegurarse que el pelirrojo no los estaba viendo.
- Sí… - el rostro de la chica estaba feliz a más no poder.
- Yo sabía que podía contar contigo…
- Sólo voy porque tú vas a estar ahí – Rukawa se lo soltó como que nada y luego siguió su camino.
Akane quedó en una pieza…atónita…
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Al fin había llegado la noche, se suponía que todo debía estar listo para la fiesta sorpresa de cumpleaños de Hanamichi, que el equipo lo preparó especialmente en forma de celebrarle también el regreso. El ejército fue quienes más ayudaron, así que todos se devolvieron a sus casas a cambiarse de ropa. Yohei avisó que se iba a atrasar un poco, por un asunto pendiente.
Se notaba que el tiempo comenzaba a mejorar, así que era desagradable pasearse de noche. Maldecía su suerte porque las chicas en la fiesta estaban contadas con los dedos de una mano y más encima, ya tenían dueño. A lo mejor, Hanamichi se le declara a Haruko esta noche… espero que ella no le cuente nada de lo que pasó en el otoño, si no, hasta ahí llega la fiesta.
Seguía con el paso distraído, pensando en qué si había otra forma de pasar la fiesta que no sea bebiendo… porque si estaba Mitsui, era seguro que algo habría para calentar la garganta. Y al otro día ir a clases con resaca, no le hacía gracia… no, desde que tuvo resaca el día del examen de álgebra y tenía que sacarse noventa para aprobar la asignatura… todavía no supo como lo hizo…
En fin… es el cumpleaños de tu mejor amigo, hay que tirar la casa por la ventana, lo tiene más que merecido.
En un momento, no pudo evitar ver que había un tipo con muy mal aspecto amenazando a una chica, quien estaba empuñando muy fuerte algo que tenía en el cuello. Oyó que el hombre le estaba gritando que se lo pasará; ella, como podía, se negaba enfáticamente… Le pareció que la conocía…
- ¡Mocosa del demonio, me lo vas a dar por las buenas o por las malas! – ya estaba enfurecido el ladrón, la chica se negó por última vez. El tipo estaba dispuesto a pegarle para que le diera la cadena que usaba, ella solamente cerró los ojos esperando el golpe.
Pero eso nunca llegó…
- ¿Cómo te atreves pegarle a una mujer? – era Yohei quien había detenido el puño, su tono era calmado, pero amenazador. La chica no se sentía menos aliviada con que ese chico haya ido a defenderla.
- ¡Fuera de mi camino, imbécil! – le gritó el ladrón, el chico simplemente lo miraba…
No en vano peleaba por las calles, siempre lo había hecho, así que se desharía con facilidad del sujeto. Eso fue hasta que sacó una navaja... La chica al verlo, se asustó muchísimo, estaba tan nerviosa que ni podía gritar. Comenzó un forcejeo terrible, el tipo era un poco más alto que Yohei; fue a tal punto que le pasó a llevar la navaja por la cara al chico… por suerte, fue sólo un rasguño.
Gracias al ingenio del chico peliverde, le pudo dar un puñetazo en la boca del estómago al tipo y quitarle la navaja de la mano, la que empuño en modo de defensa. El tipo al verse en desventaja, se dio a la fuga, sin dejar de gritarles maldiciones a los dos chicos.
Yohei suspiró aliviado, pudo haber sido peor, quién lo manda para estas cosas… pero no puede huir de su naturaleza de dejar solas a 'damiselas en peligro', sobre todo si es una amiga…
- ¿Es-es-tás bi-en? – la chica todavía no se recupera de lo que le acaba de pasar.
- Lo importante es que tú estés bien, Ayako – sin embargo, después de decirlo, cayó en cuenta del error al ver que el cabello rizado de la chica era más oscuro, su mirada era tímida y sus ojos eran de un color verde profundo.
- Ehh…
- Lo siento, me confundí… - estaba avergonzado del tremendo error que se ha mandado, pero…
"¿Có-mo… cómo es que conoces a mi hermana?"…
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La rehabilitación estuvo como siempre, con los mismos ejercicios que lo dejaban molido… 'Ni se te ocurra irte al Danny's'… como si esa tortura le dejaran con ganas. Cree que le dijeron eso porque sus tíos quieren hacerle una pequeña celebración con los chicos, como todos los años. No sabe qué haría sin esos cuatro, que a pesar que se ríen de él a todas horas, cuenta con ellos para lo que sea.
Creyó que los chicos del basketball también lo eran, la amistad de todos se reafirmó con su lesión, o eso creía. Nadie lo ha saludado para su cumpleaños y con suerte, le dieron la bienvenida; este día había sido un asco. Quizás, el próximo año, sería mejor…
Ese era el consuelo de todos los años… que el siguiente sería mejor…
Llegó a su casa desconcertado, las luces estaban todas apagadas…
"Lo que me faltaba…"
Abrió la puerta sin muchos ánimos, tiró sus cosas y prendió la luz…
- ¡SORPRESA!
Eran todos los chicos del equipo que estaban en la casa, no podía creer lo que estaba viendo. Todos con caras felices, esperando que él llegara para celebrar. Estaba muy arrepentido, al punto de sentirse pésimo… es que el muy estúpido había creído que ellos no lo querían y que su cumpleaños lo habían pasado por alto…
Pero nunca se imaginó que le prepararían algo así… la emoción lo había embargado…
Y esta vez no pudo evitar llorar…
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¡Holas! Espero que hayan disfrutado este capítulo, que es más bien de transición; les prometo que el próximo capítulo empezará algún acercamiento de nuestra parejita estrella, pero esto es igualmente necesario. Hanamichi está pasando por una depresión, pero no son todas las razones por la cual está deprimido, jejeje. El zorro no le importa nada, llega y dice las cosas, a su manera… habla poco pero dice mucho. Veamos si Ryota al fin se declara a Ayako y ¿quién será la hermana de ésta?
Ahora me desaparezco del mapa, que tengo la tremenda prueba…Muchas gracias por el apoyo y les prometo la respuesta de los reviews en el próximo capítulo...
Cuídense mucho y besitos para todos…
Paulyta.
