VERLOREN
(Perdido)
Rating: de momento, PG-13
Pairing: Hyde. Aka, HeixEd. Con implicaciones de Elricest y Altercest.
Advertencias: Angst, para variar. No sé hacer otra cosa. Shonen-ai que espera convertirse en yaoi. Uso de alcohol. Obsesiones, culpa, traumas. Lo usual, coño. Realismo.
Spoilers: Final de la serie y trailer de la película.
Timeline: 1923. Desde que Ed se encuentra con Alfons Heiderich en adelante.
Advertencias del capítulo: realismo historico, invierno, aparición de un personaje detestado por casi todos, pero al que intentaré darle una ¿oportunidad¿fin práctico?. Ah! Y un manga!Hoho. Yeah. Es un tipo manipulador.
Disclaimer: Me ven cara de japonesa? no. Estoy nadando en dinero? Obvio que tampoco. Si Hagaren fuese mío, el elricest sería aún más explícito. Lamentablemente, pertenece a Hiromu Arakawa y la muy maldita prefirió colocar a Winry como pareja de Ed en el manga (Si gente, es la triste realidad. Lean el cap. 48 y verán. Puaj.)
La misma nota de siempre: esta web (que no me permite ni colocar su nombre) me come los signos de puntuación, algunos espacios, saltos de párrafo y una que otra vez alguna palabra. Soy perfeccionista, y me fastidia MUCHO que pase esto, así que pido que perdonen esas pifias que no son mi culpa.
Capítulo con dedicatoria a Ishida Rio: Sensei, muchísimas gracias por hacerme de beta-reader! nn (y perdona por haberte chafado el siguiente mandándote el borrador tambien ;;)
Y a Annie-chan Diethel, cuyo tirón de orejas resultó ser mejor que una terapia para mi pánico a las críticas.
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Capítulo Dos.
Kreis (Círculo)
Las salas de la universidad eran congelantes, y era difícil concentrarse con semejante factor en contra. Estaba nevando afuera y un ineficiente calefactor a carbón era lo único que temperaba el recinto.
Alfons sujetó el lápiz entre sus dedos, sintiendo que su cabeza se inclinaba cada vez más abajo, amodorrado por la voz tranquila del profesor. El tipo no era mal maestro, y él sabía que era un genio en su asignatura... pero que terrible resultaba a veces aquella entonación tan conciliadora, como si los números necesitasen ser refrenados para no pelear entre si.
Demonios. Su hermano jamás se hubiese dormido en una clase. Al menos no en una que no tenía ni cinco minutos de haber empezado.
Llevaba varios días sin descansar más que un par de horas cada noche, y su cuerpo agotado se debatía entre seguir tiritando para generar algo de calor, o rendirse ante la evidente lentitud de sus reacciones. Entrecerró los ojos, intentando hacer menos borrosa la visión de sus apuntes. Su cabeza bajó otro par de grados, y luchó para seguir anotando cada palabra que decían adelante.
No debía dormirse. Suspiró y cerró los ojos con fuerza, para ver si de esa manera se enfocaba un poco su vista.
-Heiderich. Despierta.- lo remeció alguien.
-¿Ah?- se incorporó, despegando el cuaderno de su cara, húmedo de saliva, y constatando que la última línea que había escrito era una mera raya de lápiz que ocupaba media página. Todavía estaba demasiado perplejo como para quejarse del mojado desastre en sus apuntes.
-La clase terminó.- Aquella persona, sin duda divirtiéndose mucho, le cerró el cuaderno y metió un papel doblado en el bolsillo de su chaqueta.- Habrá reunión. Te esperamos en esa dirección, hoy a las ocho, Durará hasta el amanecer... espero que estés preparado.
Alfons asintió, aún medio inconsciente. Enrolló los planos de la clase de Mecánica que había tenido antes y recogió el portafolios. De un perchero junto a la estufa a carbón, colgaban los abrigos y sombreros de los alumnos. Tomó lo suyo y salió, fastidiado al recordar que había dejado el paraguas en casa y deseando que la nevada se hubiese detenido.
El aire frío de afuera terminó de despertarlo. Por suerte no caía más nieve, y la fina capa blanca que adornaba el suelo no bastaba para cubrir el pavimento. Eran las cuatro de la tarde y ya comenzaba a anochecer. Iría a casa, descansaría un rato, y a las ocho estaría en aquella reunión con sus compañeros. Se preguntó el por qué de tanto secretismo. No es como si un grupo de gente que se junta a charlar y quejarse de temas de actualidad fuese en verdad peligroso. Todo el mundo lo hacía, desde que el fin de la guerra y sus famosos tratados habían complicado la vida de los sobrevivientes.
Pensar en la guerra siempre lo llevaba a recordar a su hermano. Una puntada culposa lo hizo tiritar. Jamás pudo responderle, retenerlo, besarlo de vuelta. Decir que no le importaba en verdad asarse en los hornos del Enemigo con tal de que se quedasen juntos, correspondiendo ese amor corrupto del que Edward se había avergonzado. Cualquier cosa hubiese sido mejor que ese silencio horrible, y la aún peor sonrisa que él le dedicó al despedirse.
Llevaba casi seis años intentando tener noticias suyas. Echándolo de menos, había tratado de imitarlo en cada detalle, desde la vestimenta a los modos de comportarse. En casa tenía una colección de diarios que le llegaban atrasados desde Inglaterra, deseando ver su nombre escrito aunque fuera en el obituario para acabar con la incertidumbre. Pero la decepción comenzaba a ganarle la mano. Estaba cansado de no actuar como él mismo, cada vez más convencido de que ni siquiera sus esfuerzos por terminar los proyectos que su hermano comenzó tendrían algún fruto.
Era demasiado triste esperarlo sin resultados satisfactorios.
Sus pasos le habían llevado donde siempre, mientras se perdía en reflexiones. Cada vez que los recuerdos se acumulaban de aquella manera, adquiriendo dimensiones de herida reciente, salía a caminar por ahí: Aquel terreno baldío donde antes de la guerra había existido una fábrica, a pocas cuadras de su departamento. Desde que eran muchachos, él y Edward fantaseaban con la idea de lanzar el cohete desde ese lugar.
Primera vez que veía personas ocupándolo.
El conglomerado de carpas de lona se alzaba multicolor e irregular, como una formación de setas. Sus habitantes se mantenían atareados montando los últimos toldos e instalando los espacios comunes. Parecían ocupados, tanto como para no percatarse de la presencia de Alfons. En todo caso, ninguno se molestó en preguntarle nada.
Curioseó entre la gente, viendo como un grupo de niños encendía una fogata justo donde él y su hermano planeaban colocar el sitio de despegue. Un perro sin raza definida ladraba moviendo la cola y tendiéndose junto a la hoguera, sobre la nieve. Alfons rió con suavidad, pensando en lo irónico que resultaba una fogata tan pequeña ahí donde había imaginado un gran chorro de fuego que impulsase al aparato cosmonauta.
-¿Que se te perdió por aquí, gallé?
Se sobresaltó al notar que esa voz de suavidad nasal se dirigía a él, provocando la caída de un par de páginas del montón que llevaba. Una de las gitanas más jóvenes se le aproximaba con una esterilla de colores enrollada bajo el brazo. El gesto de la chica era amable, tanto que se le hacía incómodo. Suspiró y devolvió el plano caído de su cohete al montón, antes que la nieve lo mojara, amarrándolo con la tira de tela que mantenía el atado unido. Alguien debería inventar algún objeto que sirviese para llevar ordenado un rollo de papel en el interior.
-Na...nada.- balbuceó. A fin de cuentas, no tenía una explicación coherente para haber invadido aquel sitio ahora que estaba habitado.- Eh... es que este terreno estaba baldío, y...- se detuvo, pateándose mentalmente por la mala excusa.
-Llegamos ayer.- contestó ella.- Lo siento. Necesitabas el terreno para construir tu máquina¿Cierto?
Alfons la miró extrañado, y un poco desconfiado.
-Perdona, pero...
-Las hijas de los rom sabemos muchas cosas.- canturreó la chica, acomodando la carga de su alfombra.- ¿Te apetece conversar un rato?
Él dudó un momento, preguntándose si valdría la pena esforzarse para dominar un poco su timidez innata y seguirla. Nunca antes la había visto -¿Quién era aquella mujer que jugaba a ser adivina, de todas formas?- y decidió tantearla respondiendo:
-Una muchacha gitana sola con un...- No recordaba la palabra para "no-gitano". "Gallé" le sopló ella. - Si, eso. Va contra las costumbres de tu pueblo, según tengo entendido.
-Ah. No tiene importancia. Ya me repudian. Invitar a un extraño a mi tienda no empeorará la situación.- contestó ella, como si le resultara asunto muy fácil ser una paria en su propia tribu.
-Está bien.- accedió, aún preguntándose el motivo. Quizás curiosidad.- Soy Heiderich.- Se arrepintió casi enseguida de no haberle dicho su nombre de pila. No le gustaba su apellido.
-Me llaman Noah.- Sonrió ella. Con un ademán, lo condujo a la toldería que conformaba su residencia.
Una vez adentro, Noah puso a calentar agua en una tetera de metal ennegrecido por el humo del fogón. Aún con la sensación tensa que provoca un terreno desconocido, Alfons se las arreglaba para disimular y mirar alrededor con interés creciente. El lugar estaba decorado con tapices artesanales, velos, alfombras... Por supuesto, no era la casa de alguien adinerado. Hacía frío y los únicos muebles reconocibles eran un par de baúles, un estante y los cojines desperdigados por el suelo. Y la habitación completa se alumbraba mediante velas y calefaccionaba con una hoguera.
Dadas las dimensiones de la carpa, no demoró mucho en reconocerla entera y dejó de prestarle atención al entorno. Además, otras cosas le intrigaban más
-¿Dijiste que te repudiaban?- preguntó. Con los años, otras costumbres no tan positivas de Edward se le habían pegado sin que él se lo propusiera. Como cierta falta de tacto para algunos temas, por ejemplo. Parecía ser que su subconsciente también prefería recordarlo de esa forma.
-En realidad, la única razón que tienen para conservarme, es que "veo" más lejos que las otras.- respondió ella mientras le alcanzaba una taza.- Me necesitan, pero no es que me tengan mucho cariño.
-No veo por qué...- empezó a decir Al, pero ella lo acalló con una mirada suplicante.
-¿Te gustaría que hiciéramos una lectura de hojas del té?- No agregó el "por favor" rogado que seguro tenía ganas de decir, pero el mensaje se entendió. Alfons se sentía científico, hace años que había dejado de creer en un dios que lo había dejado sin madre ni hermano, era obvio que no tomaría como ciertas aquellas supersticiones como la adivinación. Y a pesar de eso, aceptó con un gesto de la cabeza.
Con la taza llena de agua hirviendo, las hojas de té que antes reposaban secas en el interior se desenrollaban lentamente, coloreando de rojo el brebaje. El vapor de la bebida olía dulce, agradable a sus sentidos. Sopló para enfriar el líquido y beberlo según las instrucciones de la gitana. Con la mente en otra parte, vació el contenido, giró la taza tres veces a contrarreloj con la mano izquierda, y la volteó sobre el platillo.
Finalizado el ritual, Noah tomó la taza y dedicó el siguiente minuto a interpretar los confusos patrones que las hojas habían dejado en la porcelana.
-Es poco lo que se ve. Volteaste la taza con tanta fuerza que casi todo cayó al plato.- suspiró.- Mira... acá dice que tienes a alguien a tu cargo, que volvió a ti y viene de lejos. Es una persona sincera. Las hojas también aconsejan que recuerdes tus sueños de infancia.
-¿Algo más?
-Nada que pueda leerse en estas hojas.
Nada, pura charlatanería. Tal como había pensado. Incluso el asunto de la máquina, que tanto lo había intrigado al principio, tenía sentido: Seguro ella lo había visto amarrar más firme aquel plano al manojo de diseños. Pero no podía negar que se sentía decepcionado. A lo mejor quedaba todavía en él algún rastro del niñito confiado al que decidió abandonar cuando la vida se le puso dura. "Alguien que volvía a él"... ¿No sería demasiado bueno que su hermano regresara luego de tantos años? Lástima que en la vida las cosas "demasiado buenas" eran escasas como los grados celsius del invierno alemán.
-Muchas gracias.- sonrió a pesar de todo, y se incorporó. Miró el reloj, constatando que las horas que había pensado desansar se le habían esfumado.- Tengo que irme ahora... se me hace tarde para una reuniòn.
-No me crees nada¿cierto?- comentó ella, devolviéndole la sonrisa.- No te preocupes si no lo haces. El destino se cumple de todas maneras.
-Lo... lo recordaré.- se despidió Al, sonrojado y despidiéndose con un rígido apretón de manos.- Ha sido un gusto. Adios, Noah.
-Adios, Alfons.
Por un instante breve, su espítitu volvió a creer.
Luego, sarcástico consigo mismo, recordó que el portafolios que cargaba tenía su nombre grabado.
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-Llevas seis años trabajando en esto, y más de tres meses estancado en el mismo punto. Deberías descansar.
Ed levantó la cabeza de "Por un cohete al sistema planetario" de Obehrt, libro que estaba releyendo y que ya tenía lleno de anotaciones y subrayados. Dirigió desde el pequeño sillón su ceño fruncido a la figura de Hohenheimm parado en la puerta. Ni siquiera se molestó en intentar amabilidad.
-Claro. Y tú me vas a devolver a casa. Muy gracioso, padre.- escupió la última palabra, sintiéndola ácida en la lengua mientras la pronunciaba.
-Por eso es que no avanzas. Eres tú quien no quiere aceptar mi ayuda, ni la de mis contactos.
-¿Tan contento estás con tu trabajo¿Te agrada la vida del profesor?- Su interlocutor suspiró, entrando.
-Me gusta enseñar en la universidad, pero sabes que yo tampoco soy feliz en este lugar. Ahora, si te mueres de agotamiento tampoco vas a volver. Son las tres, vete a dormir.
-Hace rato que perdiste el derecho de ordenarme alguna cosa.- gruñó y volvió al libro.- No dejaré a Alphonse abandonado. No voy a ser como tú.
- Lo veo difícil. Ya te pareces bastante.- Esquivó el libro que Edward acababa de arrojarle.- Ed. Escucha, no te pido que abandones a tu hermano. Pero tranquilízate. Tu pasión obsesiva por él te confunde más que ayudar.
Sorpresa. Temor. Rabia. La mezcla no pidió autorización para apoderarse de sus nervios.
-¿Qué sabes tú de eso?- siseó.
-Lo que te he escuchado gemir por las noches.- replicó Hohenheimm de inmediato, severo.- Mi habitación en la posada vecina está justo al otro lado de tu muro. Las paredes son delgadas.
Se quedó mirandolo. Supo que tendría la oportunidad que buscaba cuando escuchó acelerarse la respiración de su hijo.
-Vete.- balbuceó Ed. Habían sido muchos años ocultando aquello. Ese bastardo no tenía derecho... no tenía derecho a exponerlo así.
-Nunca lo creí de ti...- insistió, azuzando la ira creciente de Edward.
-¡Vete!
-Que deshonrarías a tu madre de esa manera...
-¡Lárgo, mierda¡Fuera!- gritó. Jadeaba.- ¡Eres la persona menos autorizada para hablar de ella!
Al ver que su padre no tenía intenciones de irse, se levantó del sillón y se marchó azotando la puerta. Hohenheimm lo siguió a los cinco minutos, sabiendo a donde se dirigiría. Cuando lo encontró, ya estaba bebiendo. Se preguntó en que momento un hijo suyo se había vuelto tan débil. Edward jamás había necesitado de sustancias externas que mediasen entre él y sus remordimientos. La culpa la tenía la influencia de este mundo corrupto, seguro.
Lo escuchó quejarse, llorar y decir incoherencias mientras pasaba licor barato por su garganta sin hacer nada, pues la experiencia le indicaba que intervenir no convenía a sus intenciones. Sólo cuando vio a su hijo medio desmayado pagó, lo ayudó a levantarse y lo encaminó de vuelta a la pensión donde ocupaba una pieza. Incapaces ambos de encontrar las llaves, lo llevó a la suya propia.
Lo desvistió y lo dejó seguro en la cama. Se quedó velándolo un rato hasta dormirse, sin sentirlo cuando se levantó y salió. Era peligroso vagar por las calles en su estado, pero Edward no parecía darse cuenta. No estaba en condiciones.
Al rato después, Hohenheimm despertó. Buscándolo, se asomó por la ventana. Sus ojos acostumbrados a la oscuridad vieron como Ed, tirado en la vereda, era encontrado por un muchacho de cabello rubio claro entre grandes exclamaciones de sorpresa.
Parecía ser que todo se desarrollaría como tenía pensado.
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Fortgefahren werden
Continuará.
Uhhh... salió largo como un día sin comer O.o Ocho páginas de fic! Hostia... no esperen que sea tan prolífica XD o me va a costar mucho mantenerle el ritmo a esta cosa.
Aclaraciones de traducción:
-Rom, romaní y vainas similares es la manera en la que se autodenominan los gitanos nn
-Gallé, como expliqué más arriba, son los no-gitanos.
Hmmm, no es que le tenga mucho cariño a Noah pero tengo planes para ella, así que trataré de que no sea tan odiable. Igual para Winry, que saldrá mas adelante (demonios, un espoiler O,o)... coño, a ella si la detesto en mala XD pero veremos que clase de guiso puedo hacer con semejantes ingredientes.
Ahora, a los review (Joer, que manera de arreglarme la vida vuestros bellos comentarios.)
Hanasaki: No tiene sabor a plagio? Que alivio! O.O posh me da gusto... más que nada, estaba asustada porque como los dos son fics pre-película, en los cuales Edo encuentra a Hei por primera vez y comienzan a desarrollar (shonenayescamente, claro) su relación... En fin, ud me entiende XD gracias por los elogios!
Psycho - Chii: Waiii n,n gracias! es que cuando recién comence a pensar el argumento (plotbunny saltando, que le dicen estos gringos) caché que habían varias cosas en las que tenía dudas. Y me bajó la inseguridad, así que empecé a buscar haaartos datos (tratado de Versalles, caída del marco, antisemitismo...) Terminé averiguando miles de cuestiones y casi se me había ido la idea del fic XD
Mara: Arigatoooo Mi única duda... ¿A Ed le gusta el Whisky? O.o ¿En la película? Joer, no sabía... es que no la he visto (no kiero todavía, sé que me voy a traumar TT). En todo caso, el pobre ñiño tiene cara de alcohólico potencial XDXDXD
Koibitotenshitotsuki: Pobre Edo, yeah. Juro que no tengo idea de por qué salió tan detallada la descripción de su resaca (Lynx se mete las manos a los bolsillos y silba) Jaja, no es que sea hermano de Alfons... Así por ser¿te acuerdas que en el capítulo 50 aparece el Edo de "este" mundo? Posh yo coloqué que ESE era hermano de Alfons. Pero aquel chico muere cuando le cae el zeppelin en la cabeza, y luego nuestro Edo llega a este mundo en cuerpo y alma. Y resulta que Alfons lo confunde con su hermano (aquel que murió).
Ishida Rio: Primero que nada... Ed es bellísimo en todas sus formas, pero la coleta de Münich lleva la palma (Planetarium... seh, lo recuerdo, estuve con hemorragia nasal gracias a él XD) El alcohol es muy malo. Pero (creo que ya lo dije) agarré cierto fetichismo con el Drunk!Ed... es que... a ver. Un humano tiene tres posibilidades cuando está metido en una situación tan asquerosa como la suya. O lo arregla, o se mata, o llega a un escape intermedio. Es decir, sigue intentando arreglarlo, pero cuando la presión llega a mucho, huye por un rato. Lamentablemente, Edo aún está en proceso de arreglarlo, y no puede matarse porque le juró a a Alphonse que volvería y todas esas vainas. Es lo que le queda, no más. Ah! y respecto a los años... XD en realidad, no me había fijado en la cazuela que armé con ese asunto hasta que me lo apuntaste. Prefiero pensar que hay un pequeño desfase etario entre ambos mundos nnU así que Alfons y Ed tienen la misma edad. Betear tu fic fue un placer, muchacha. Y gracias por todo.
Annie - chan: Wahhh! Diethel-sama dice que es aprendiz mía! espera, déjame respirar hondo... (con lágrimas en los ojos) gracias, gracias, gracias!;; Ahhh... supongo que es pura inseguridad de mi parte, todo esto nnU es que mientras estoy haciendo el capítulo, lo disfruto muchísimo pero cuando termino quedo como "mierda¿esto lo hice yo?"... y todo eso. Hostia, jamás pensé en decirle al resto que abandone, ni nada... Dejaré de quejarme de mi, entonces. (tengo que superar muchas cosas, y una de ellas es mi cobardía ante la crítica XD). Y en cuanto a la película... me declaro estafada por el trailer TT como digo, ya me la contaron casi entera así que después me enteré que la pifia del "buscando a mi hermano" con la voz de Al en Hei era eso: una falla. Yo tenía la esperanza de ver varios Edos revoloteando por ahí, pero parece que me fregaron. Cochino estudio Bones, alimentando los sueños de uno. Y... Ojalá te haya gustado este capítulo también nn
Lila Negra: Waiiii! O.O Aparecistes n.n (celebra) tenía shusto de que no lo leyeras. Me alegra que te haya gustado tanto... (¿Es posible mencionar a Lila-samasin incluir buenos comentarios?) El alemán es uno de los idiomas que quiero aprender cuando tenga tiempo, me gusta mucho (aunque no soy tan fanática, me gusta más el ruso XD aluciné con Bratja, por ejemplo.). Es rico en conceptos como en el japonés, que cuando pones palabras una junto a otra, pueden cambiar de significado. Es el idioma de la filosofía, coño XD Wai, espero no quedarme estancada a la mitad, que ya me ha pasado y luego cuesta un mundo acabar las historias cuando uno deja pasar demasiado tiempo TT Demasiado bueno? Wow, me sonrojo. Haré todo lo posible para quedar a la altura de vuestras expectativas nn Y no quiero ver la película aún. Curioso, ahora que la tengo ni me he acercado a ella. No sé. Digo, será como verla y... el vacío existencial, jaja. ¿Que quedaría¿Esperar el manga? Duh. Mejor acabo el fic primero XD
Finis. Y para variar, los comentarios post fic salen más largos que el mismo texto XD de modo que no queda más que seguir autopropagandeando la comu:
(triple doblevé punto) livejournal (punto) com (slash) community (slash) fmayaoi (guión bajo) espanol
Eso, y la desesperada y cuasi-patética rogativa a la caza de reviews. La apelación al despiadado espíritu del angst nunca falla:
Damas y caballeros, un incentivo no hace mal a nadie. Dejen review antes de que sea absorbida por el espíritu del angst y me corte las venas de una buena vez.
