Capítulo 2
Los personajes son propiedad de Nobuhiro Watsuki.
Escuchaba cantar del gallo, junto con un resplandeciente rayo de luz acariciando su cara, Kenshin se cubrió con su brazo y se incorporó, extrañamente no se le hizo difícil, notó entonces que la luz provenía de una grieta de una cortina diferente a la suya, miró a su alrededor y se dio cuenta que no se encontraba en su humilde morada, también que vestía diferente y lo que más le sorprendió fue el ver su piel expuesta sin los acostumbrados vendajes.
—¡Kenshin! ¿Ya te levantaste, hijo? ¡Ya está listo el desayuno! —el pelirrojo se levantó al oír su nombre y ser llamado, se acercó a la puerta corrediza y al abrirla el sol lo cegó completamente, se llevó un brazo sobre su rostro para divisar mejor —Ahí estas, ven querido, preparé miso, cámbiate y acompáñame—la señora le saludó desde el lado contrario y se retiró.
Se encontraba confundido, ¿quién era esa mujer? Además, hablaba japonés, los habitantes del pueblo se comunicaban con él por señas o dibujos ya que no hablaban su idioma, un poco asustado, volvió a cerrar la puerta e intento hacer memoria. No comprendía lo que sucedía, hasta hace unas horas se encontraba en la cima de unos acantilados y ahora se encontraba en una casa amplia con un desconocida. En su mente, considero que sería buena idea preguntarle, al parecer iban a desayunar y no le sonó mala la idea, la verdad es que si se sentía hambriento, se acercó a doblar y guardar el futón donde había descansado y con la mirada divisó un par de prendas, no eran las mismas que él usaba anteriormente, el color era diferente al suyo, no le tomó importancia y se comenzó a desvestir, nuevamente no salía de su impresión, con sus manos exploro su torso, si bien notaba los mismos relieves en la piel de cicatrices, era completamente diferente a su cuerpo, él era débil, muy delgado e incluso recordaba ver las marcas de sus costillas, en cambio, este era de un aspecto mucho más saludable, si bien aún era delgado, presentaba solidez en sus músculos y estaba menos pálido de lo que era anteriormente. Se dio cuenta que había un espejo cercano y finalmente vio su rostro, se fijó en ambos lados de su cara, su cicatriz seguía ahí, pero… su cabello era más largo y brillante, sus mejillas estaban firmes y ligeramente tostadas por la luz del sol, se veía muchísimo más joven.
—¡Kenshin! ¿Todo en orden? —el ruido del golpeteo en la puerta lo sacó de sus pensamientos —Voy a pasar —la puerta se deslizo dejando ver a la misma mujer, se quedó ahí de pie sin saber que hacer —Que bien, ya te cambiaste, andando, vamos a desayunar —sonrió regresando a la cocina, Kenshin lo pensó un poco y termino siguiendo a la mujer. —Ahora sí, ayúdame querido, me tiemblan un poco las manos —le paso un cucharón, Kenshin lo agarró y se acercó a la olla, llenando dos cuencos vacíos con la sopa, mientras ella servía el arroz en otro par. El escarlata se sentó frente a ella, ambos agradecieron por la comida y empezaron a degustar su desayuno en silencio. La mujer le daba ciertas miradas al varón, este solo se enfocaba en degustar sus alimentos con entusiasmo, desde hace tiempo que no probaba algo tan delicioso.
—Parece que tenías hambre —comentó sonriente la mujer, él se detuvo y asintió gentilmente —¿Dormiste bien? —Kenshin se detuvo a medio camino analizando la pregunta, no estaba seguro, ¿fue un sueño todo lo que tenía en su mente? O quizá, ¿este era un sueño? No recordaba a la señora frente a él, ni reconocía el lugar donde se encontraba.
—...Yo… —
—Parece que sí, o probablemente, ¿estés incomodo conmigo? —Kenshin se quedó en silencio porque no sabía de qué estaba hablando —Disculpa por cuestionarte anoche, no lo volveré hacer, si te incomoda compartir tu vida con esta mujer entrometida —
—No… —él negó con su cabeza dándole a entender que restará importancia a sus preocupaciones
—Bien, el día de hoy me gustaría ir al mercado, ¿me acompañas? —él asintió de inmediato emocionado, la mujer siguió platicando con él sobre su mañana mientras desayunaban, Kenshin disfruto el momento y tras terminar le ayudo a recoger y limpiar la vajilla; se dedicaron a ordenar la casa y limpiar las habitaciones el resto de la mañana. Después se alistaron y pasaron una tarde agradable en el pueblo.
Kenshin caminaba de regreso con varias bolsas con víveres, y uno que otro regalo que los vecinos le dieron a la amable señora. Se sentía muy bien, poder ser de ayuda y disfrutar un día sin tener ser víctima de los intensos dolores que su cuerpo le brindaba, todo el día estuvo de pie porque detestaba tener que volver a sentarse, disfruto las charlas con los amigos de la señora Oda, los paisajes del pequeño pueblo e incluso se la paso jugando con niños un par de horas en lo que su casera pasaba el rato con las damas del pueblo, jamás se había divertido tanto, no había corrido, no había saltado ni siquiera había sido capaz de cargar a los pequeños en ambos brazos, se sentía muy dichoso y contento.
Cuando llegaron a la residencia, la señora se adelantó para calentar el agua y prepararle el baño, mientras que Kenshin se dirigió a la cocina a acomodar los víveres, tras terminar se encamino con la mujer, quien estaba terminando de revisar el agua.
—Oh querido, ya está lista, anda, en lo que preparo la cena —sonriendo se secó su mano en su kimono y salió del espacio en dirección a la cocina. A Kenshin le dio un poco de temor, hacía tiempo que no se bañaba completamente, normalmente era con esponja ya que su piel ardía horrores con el contacto del agua caliente, se acercó e hizo la prueba con su mano, si bien estaba caliente, no era doloroso, sumergió un poco más su brazo hasta cubrir su codo y suspiro aliviado, los músculos de su brazo se relajaron al instante. No quiso esperar más, cerró la puerta y se deshizo de sus ropas, se llevó consigo un par de toallas, y sujetándose el cabello en una coleta, termino entrando en la bañera, disfrutando de la sensación placentera que ya había olvidado, repentinamente, un dolor agudo apareció en su cabeza, se llevó la mano a su frente y al cerrar sus ojos pasaron imágenes en su mente.
—¡Por aquí Kenshin! —una voz alegre resonó en sus oídos. Sus ojos se achicaron tratando de apaciguar la iluminación que le calaba —Vamos, perderemos el tren—sintió como era arrastrado del brazo por un par de delicadas manos.
—E-espere señorita Kaoru, los almuerzos se desbordarán —
—¡Suéltalo fea! Kenshin amigo, aún estas a tiempo de echarte atrás —el escarlata dirigió su mirada a su costado, visualizo la silueta de un muchacho, sin embargo, su rostro estaba borroso. De repente, la misma silueta que lo jalaba ataco al joven —¡Auch! ¡¿Qué demonios?! —
—¡Deja de meter ideas extrañas en Kenshin! —
—¡Es mi amigo! Debo salvarlo de 8 días a solas contigo, ¿Qué clase de infierno pasara? —
—¡¿Que has dicho?! —
—Bueno, bueno señorita Kaoru, no hace falta pelear, ¿verdad? Pasaremos juntos nuestro viaje de recién casados, solo nosotros dos y felices —intervino calmando a la enérgica silueta frente a ella, la cual al parecer asintió a lo dicho. Seguido se dirigió a la otra —Te encargamos el dojo, Yahiko —
—¡Por supuesto! ¡Déjamelo todo a mí! —
—Si te sientes solo puedes pedirle a la pequeña Tsubame que te acompañe —Kenshin sonrió ante la reacción inmediata del joven por la burla de su compañera.
—Es muy hermoso... —sintió una ligera presión en su hombro y fijo su mirada en la causa—Gracias por enseñarme este lugar, Kenshin —él correspondió abrazando a la joven por los hombros, descansando su cabeza sobre la suya
—...De nada, Kaoru... —
.-.-.
—¿Qué te parece Kenshin? ¿Crees que le gustara a Megumi? —frente a él la muchacha le enseño un obi muy colorido.
—Tal vez algo menos llamativo, cariño —apreció un ligero estremecimiento por parte de la chica al expresar su opinión —¿Kaoru? —
—...Me dijiste... —la mencionada se cubrió la mitad de su rostro con la prenda y esto causó ternura en el espadachín quien sonrió dulcemente.
—¿Quieres que busquemos otro juntos? —solo fue visible la iluminada sonrisa al retirar la prenda de su rostro.
—¡Sí, querido! —contesto alegremente.
—No estoy de ánimo para ir, señorita Kaoru —comentó mientras cortaba vegetales en la cocina.
—Pero Kenshin, será la primera reunión que tendremos entre la comunidad como marido y mujer, deberíamos ir a presentarnos —
—Ellos ya saben que estamos casados, no es necesario asistir —Kenshin aumento la velocidad mientras manejaba el cuchillo.
—Por eso mismo, ahora que eres el hombre que rige nuestra familia, deberíamos ir a saludar y expresar nuestro apoyo —
—¿Y quién dijo que yo quería ser el hombre de la casa? —
—Tú querido, cuando te casaste conmigo —el estruendoso golpe del filo del cuchillo contra la tabla de cortar hizo respingar a la joven.
—¡Pues entonces fue un completo error! —la voz resonó en el espacio dejando a la chica sin hablar, vio como su marido se deshacía de las cintas que sostenían sus mangas, incluso a pesar de que ella susurro su nombre dio media vuelta sin dirigirle la mirada y salió de la cocina furiosamente en dirección a la salida del dojo.
—¿Señorita Kaoru? —Kenshin dio un par de leves golpes en el shouji, al no obtener respuesta decidió ingresar en su habitación. Ya era muy noche, después de su comportamiento explosivo se pasó el resto de la tarde caminando y meditando, finalmente al calmarse se dio cuenta de lo grosero que fue con su mujer y se sintió terriblemente arrepentido por haberle gritado. Vio a su costado iluminado tenuemente por la luz nocturna, un par de prendas nuevas colgadas a juego se sintió más culpable al intuir que los había conseguido para asistir a la junta de la comunidad. Seguido en el centro de la habitación, se encontraba el futón extendido y la silueta femenina que descansaba de perfil. Kenshin se cambió rápidamente por su bata para dormir, encontró la linterna de papel y la encendió con una vela para alumbrar el cuarto. Los leves quejidos de la figura a su lado no se hicieron esperar, vio cómo se llevaba una mano a su rostro, y finalmente se incorporaba sobre el futón
—... ¿Kenshin?... —de inmediato se sentó sobre sus rodillas frente a ella y realizo una reverencia pegando su frente al suelo.
—Disculpa mi comportamiento de esta tarde, no debí alzar mi voz de esa manera —
—...Levántate, por favor, no hagas eso. —él obedeció, pero siguió con la mirada baja —¿Estas bien? ¿Comiste? —
—No se preocupe, no tengo realmente apetito, solo... estuve caminando por los alrededores... reflexionando sobre mi actuar, ¿y usted? Perdóneme, deje la comida a medio hacer... —
—No te preocupes por eso, Yahiko me invito a comer al Akabeko... iré a prepararte algo... —ella se intentó incorporar, pero Kenshin la detuvo colocando su mano sobre la de ella
—...De verdad lo siento, Kaoru... —ella volvió a su posición inicial y le dio un ligero apretón en su mano—Ya vi que es importante el ir a presentarnos, estaré puntual como usted me indique —
—No es necesario Kenshin, no te preocupes más por eso... —
—Por favor, yo debo acompañarla, le prometo que no volveré a negarme a nada...solo dígame cuando... —Kenshin se quedó corto por el breve silencio que se formó y se cohibió un poco—No me diga que... ¿era el día de hoy?... —vio como asintió levemente y la culpabilidad le calo en su pecho.
—Fue mi culpa por no haberte dicho antes, quería darte una sorpresa... no te sientas mal Kenshin—se apresuró a decir mientras lo tomaba de los hombros —...Supongo que estas pasando por mucho... —
—Hay varias cosas en mi mente, pero claro que no justifican mi comportamiento como el de esta tarde...—respondió inconscientemente
—Ya veo... así que varias cosas... ¿quieres hablar de ello? —
—No se tiene que preocupar por eso... —
—Pero lo hago, Kenshin, tú sabes que... —en el momento que hablo tomo ambas manos de él y se detuvo al notar el ligero jalón para deshacerse del agarre, decidió fingir que no lo había notado y se alejó —… que puedes compartirme lo que sea... —
—...Mejor descansemos... —sugirió intentando levantarse, pero fue impedido por la joven así que regreso a su posición algo incomodo.
—Habla conmigo, ¿Qué sucede? Soy tu esposa, Kenshin —las palabras nuevamente mencionadas causaron una reacción involuntaria en el rostro del pelirrojo, que pensó haber podido ocultar, pero para la vista de la joven fue lo contrario—... ¿Era cierto eso...? —
—¿Perdón? —preguntó el varón.
—Kenshin tú... —logro apreciar las cristalinas lagrimas deslizarse por su rostro borroso y como le temblaba la voz —¿Ya... no me amas? —
—¿Qué...? —
—...Lo que dijiste, que fue un error el que tú y yo nos casáramos... Por eso vuelves a tratarme como antes... —Kenshin se quedó sin habla, ¿realmente le había dicho algo tan horrible? —Por eso quizá estes molesto, ¿verdad? No ayudo lo suficiente con la casa, no sé cocinar, muy apenas puedo limpiar... tú te encargas de todo... —
—No, Kaoru espera, no es así —se apresuró tomando las manos de la chica esperando que lo mirara
—¿Es acaso por mi inexperiencia en las noches? Mejorare... te lo prometo... dejaré de usar la ropa del entrenamiento... —
—A ver, Kaoru, escúchame por favor, nada tiene que ver contigo... solo explote muchas cosas hay en mi mente y... Por supuesto que... no … claro que no me arrepiento de nuestro matrimonio... tal vez... solo nos apresuramos un poco... pero no lo lamento... —
—¿Apresurar...? Quieres decir que... ¿dudabas de lo nuestro? —Kenshin volvió a su postura inicial pensando cuidadosamente como expresarle lo que sentía, tenía una ansiedad en sus manos lo que ocasiono que comenzaron a temblar, tenía ganas de llevárselas a los cabellos y jalarlos —Solo dime, no quiero que me ocultes las cosas —
—Es muy diferente la vida que estoy llevando ahora... no me malentiendas Kaoru, es solo que... siento que no merezco tener una vida plena después de todo lo que cometí... llevar una vida cotidiana viendo como otras personas está pasando por momentos difíciles... —
—No eres feliz aquí conmigo... —sonrió tristemente. Kenshin no comentó al respecto y eso le dolió profundamente a la ojiazul.
—...No sé cómo expresarte lo que siento... es solo... tan diferente... —
—Es lo que quiero comprender Kenshin, ¿Qué es diferente? ¿Qué nuestros amigos ya no estén con nosotros? Hemos vivido juntos ya desde hace tiempo... solo que... ahora estamos juntos maritalmente... —Kaoru bajo la voz al decir esto último, intuyendo una idea de lo que posiblemente fuera la causa de la molestia de su marido, aunque la verdad, era que deseara que fuese una equivocación —Así que es eso... —el ojivioleta la miro extrañado.
—Ya te dije que no tiene que ver contigo... —
—No lo niegues... soy yo... ¿no es así? —una lagrima traicionera se deslizo por su mejilla y rápidamente la retiro antes de que él se diese cuenta. Kenshin analizo brevemente su pregunta, y aunque al principio quería asegurarle que no era así, pero comprendiendo un poco sus complicados sentimientos, termino aceptando que tenía cierta razón.
—...Me incomodan ciertas cosas... —no era justo, ella se estaba esforzando en ser completamente receptiva con él, así que decidió comunicarle la verdad, no ocultarle lo que realmente sentía.
—El que estes conmigo de por vida... —Kenshin bajo la mirada nuevamente —… No puedo parecerme a ella... —susurró tristemente —Aunque quiera intentarlo, jamás podré igualar lo que ella hizo por ti, no puedo tampoco pedirte que saques a Tomoe de tu corazón, yo sé que la amabas o creo que lo sigues haciendo...—
—¡No la metas en esto! —los ojos violetas de Kenshin cambiaron repentinamente a ambarinos y afilados al momento de responder fuertemente, pero esto no inmuto a Kaoru, como si supiese cual sería su reacción. Pocos segundos después, el pelirrojo se dio cuenta de su violenta respuesta y volvió a calmarse —...Perdón Kaoru... estoy siendo muy explosivo contigo... —la joven no hizo ningún comentario y se mantuvo serena —Escucha, mi relación con ella fue diferente, no te voy a negar que su recuerdo es algo que llevo conmigo diariamente, pero ahora mi futuro es contigo... —
—Un futuro que no es agradable para ti, Kenshin —
—...No es eso... es solo que... la rutina, esta manera de vivir me sofoca... siento que estoy atrapado, que no puedo hacer lo que quiero, mi hogar se convirtió en una jaula donde no puedo salir —Kenshin finalmente se expresaba sin ningún filtro de manera inconsciente, mientras Kaoru escuchaba con atención cada palabra intentando no romperse a llorar —Anteriormente lo único en lo que me preocupaba era conseguir dinero para comer, pero podía cambiar de dirección y ayudar a quien estuviese en problemas, eso le daba alivio a mi alma. Ahora solo me enfoco en estar aquí y en tener que servir a una muchacha de 19 años y darle gusto a la vida perfecta que quiere—esto último quedo en el aire y un silencio se hizo presente — '¿Que acabo de decir...?' — Kenshin se llevó una mano a su boca, asimilando si lo que dijo fue solo su pensamiento o lo había expresado, dio una rápida mirada a la joven quien permanecía con la mirada gacha. —Kaoru, no... no quise decir eso... —
—...Esta bien... gracias por hacérmelo saber... tendremos que buscar una solución a esto —murmuro dando una exhalación para calmar el deseo de sollozar
—Espera, Kaoru, discúlpame, déjame explicarte... —
—No tienes porque, es lo que realmente piensas y sientes, siempre te has guardado las cosas Kenshin, queriendo no molestar a quienes te rodean. Yo acepto lo que tengas en tu interior, solo quiero hacerte un par de preguntas... —
—... ¿Qué cosa?... —
—No me respondiste antes... ¿tú ya no sientes nada por mí? —
—Kaoru, no nos hagamos daño de esta manera... sabes que tengo sentimientos muy fuertes por ti —
—No fue lo que te pregunté... —susurro liberando un ligero sollozo disfrazado con una sonrisa —Muy bien, quizá esto, Kenshin, ¿tú crees que es muy tarde para nosotros? —el ex asesino no comprendió su pregunta y no supo que decir —Si tienes esas inquietudes, hay una manera en que puedes resolverlas...yo estoy en mi disposición de ayudarte y mejorar esto que tenemos... ¿tú quieres intentarlo, el mejorar nuestra relación? —tras unos breves momentos sin entender a lo que quería llegar, el mencionado asintió levemente —Muy bien... yo te amo...y mi único deseo para ti es que seas feliz...yo no puedo acompañarte, lo que puedo hacer es esperar aquí, a tu respuesta... te liberaré de esta jaula como dices... —
—¿Qué estás diciendo...? —
—...Eres libre Kenshin, toma el tiempo que necesites, mi única condición, es que vengas de nuevo, con una respuesta a mi primera pregunta, eso es todo —
—Kaoru... ¿me estas echando...? —pregunto con pesar.
—No malentiendas, te estoy dando la oportunidad de que elijas lo que quieres hacer. No quiero que estes conmigo por lástima, no quiero que te sientas atado a esta vida cotidiana, no quiero que seas infeliz... mis raíces están aquí, por eso no puedo ir contigo, yo esperare por ti Kenshin, hasta que me digas lo contrario, yo respetare tu decisión... solo eso te pido, una respuesta al final —
—Aquí tienes —sintió en sus manos el peso de una pequeña bolsa —Debería ser suficiente por al menos unas semanas—Kenshin intentó devolverle el dinero, pero la joven lo impidió. —No me perdonaría que pases frío y hambre, llévatelo —
—Pero es mucho… son los ingresos del dojo...—
—No te preocupes por eso, son unos ahorros que tenía para salir de viaje, al menos cumplirán con su propósito—el ojivioleta insistió y nuevamente fue rechazado. —¡Solo quédatelo Kenshin! —tras la estruendosa y familiar respuesta, él terminó asintiendo y la guardó dentro de su gi. —Bien, ten cuidado —
—Solo unos días Kaoru —dijo tomando las manos de la joven—Por favor, come y duerme bien, no te fuerces mucho en los entrenamientos tampoco—
—Estaré bien. Estuve sola varios meses, unos días no me matarán —el espadachín reafirmó su agarre ante lo mencionado.
—De verdad, no tienes que, yo… puedo quedarme, no me quejaré ni te negaré nada, seré el marido que deseas, ¿de acuerdo? Entonces solo… —Kaoru violentamente se liberó de las manos del pelirrojo lo que ocasionó que la mirara desconcertado.
—¡¿Que no estoy siendo clara?! —exclamo —¡¿Por quién me tomas?! ¡No necesito un sirviente ni tu lástima! ¡Te quiero a ti! —
—...Kaoru… —la joven respiro profundo varias veces hasta que recobro la compostura y se disculpó con el pelirrojo —¿Que puedo hacer por ti?... —
—No quiero que pienses en mí, Kenshin —
—¡Eso es imposible! Yo… —
—¡Kenshin! Por favor, solo por esta ocasión, piensa en lo que quieres para ti, si queremos que esto funcione, debemos ser sinceros el uno con el otro. Estaremos juntos de por vida, y no quiero que seas infeliz conmigo… no quiero que finjas algo que no deseas en realidad… si tú… si de verdad necesitas volver a vagar… yo respetaré eso, pero no te dejaré ir hasta que me digas que es lo que deseas, hasta que con tus propios labios digas que no sientes más amor por mí —
—¡Kenshin! ¡Kenshin! ¿Qué te ocurre? ¡Responde! —el escarlata salió de su trance y reacciono a la casera sacudirlo
—¿Qué…? —
—¡Que bien! Estaba preocupada, llevas más de 2 horas aquí, vamos, levántate, debes estar arrugado como una umeboshi. —la señora Oda extendió la yukata esperando a que el escarlata saliese del ofuro.
—E-estoy bien… puedo… salir…—explicó quedamente, la vergüenza poco a poco comenzó a inundarlo, la señora volvió a preguntar si se encontraba bien y tras el asentimiento del oji violeta, decidió salir y darle privacidad al varón, sin embargo, para que ella estuviese con él nuevamente, tuvo que esperar un rato más, ya que Kenshin se quedo en el baño pensando en todo lo que vio momentos atrás en su mente.
.-.-.-.
Nada más porque mi sis dijo hahaha, pero aquí va la continuación.
