ELLOS FUERON EL MOTIVO…

Puedo sonreír aun?…

(Ik kan zelfs glimlachen?)

Capitulo IXX

1era parte

"No quedaba más que para siempre decirles adiós. Solamente el breve recuerdo de una vida a su lado…jamás se olvidara…"

Desde un punto distinto…yo comenzaría a relatar esta triste y maravillosa historia, si tan solo tuviera la fuerza necesaria…para no romper la punta de mi lápiz a medio camino…

Las sombras se hacían más evidentes… ¿A caso nunca mas volvería a apreciar paraje alguno? Sentí desahuciar mi alma, sentí todo lo vivido como un manchon en algo que nunca existió… Ahora; ¿donde podría estar vagando? ¿Donde mas podría estar pasando mi "existencia"? ¿Que era de mí? Hubiera querido creer que solamente mantenía mis ojos cerrados y que al despertar: los calidos rayos de sol se filtrarían por mi ventana. Hubiera querido pensar que al poner los pies sobre el helado piso, otro día más de vida me esperaría con ansias…

¿Este es el pago a todas las deudas que dejé en el mundo terrenal? Que alguien me grite una respuesta! No culpo a nadie más, solamente a mí. No pido amor, ni comprensión, solamente mi estadía en algún lugar estable.

Sentía envolver mis brazos alrededor mío, al mismo tiempo que comprendía que era nada más el deseo inalcanzable de volver a vivir. Una victoria era algo importante para mí, habitar entre las maravillas de aquel planeta que me vio nacer; era algo completamente…lindo. Más cuando en esos momentos me di cuenta: nunca más podría volver a sentir.

Quise abrir mis azules ojos, quise ver y tocar el hielo de mi alcoba, acariciar el ronroneo de aquel gato que me acompañaba en mis días de vida… Pero el hielo y la inmensidad de mi fuerza derivó otro destino para mí. Mientras me mantenía en aquel estado de consciencia y muerte, intenté suspirar una vez más antes de acostumbrarme y resignarme al olvido que se atienen todos los muertos. Esta bien…estaba lista para emprender aquella marcha. Mi espíritu seria juzgado como un mortal más, y aunque mi alma no quedó torturada por la eternidad en el cositos: sentía el pesar de mi "existencia".

Algo me incitó a mover mi alma, en momentos de atención podía notar que me movía, que algo me llevaba mas halla de aquel estado negruzco en el que recobré la consciencia después de pelear en la arena de Zeus. Levanté lo que en vida hubiera sido mi rostro y con pena observé las filas que se formaban para cruzar alguna especie de laguna; inmensa, rojiza y calmada. No dejaba de prestarle atención al paraje tan deprimente que rodeaba mi alma, incluso me sentí indefensa en medio de tantos lamentos por parte de espíritus castigados por el precio de sus propios pecados, almas que esperaban cruzar aquel lago en algún tipo de barca que los aguardaba con interés de adquirir dinero. Entonces comprendí; me encontraba a punto de cruzar la Laguna Estigia, solamente tenia que ser parte de la numerosa fila…

-Que esperas para formarte? –escuché claramente tras de mi. Voltee a ver quien me hablaba y descubrí una niña, pelo negro, ojos rojos y piel pálida. La niña dio un paso hacia mi, mientras yo continuaba observándola, por primera vez en mi vida sin saber que hacer…-¿Piensas rebelar tu espíritu a mis preguntas? Respondeme, asqueroso fantasma; por que no estas en la fila? –preguntó nuevamente. Pero las palabras no salían de mi boca, había algo que me impedía hablar, en ese mismo momento, me sentía algo totalmente distinto a lo que era en vida…-Tu silencio habla por ti. Prepárate a ser devorada entonces.

Recuerdo que al escuchar ese enunciado, retrocedí dos o tres pasos, llena de distintos pensamientos, invadida por el coraje y la injuria que sentía. Intenté encender mi cosmo, pero no había una sola respuesta, mientras mas dejaba de creer en un destino, aquella "niña" se tornaba más amenazante hacia mí. No quería continuar retrocediendo, eso no era digno de la amazona que manejó los hielos durante toda su vida. Debía pelear! Empuñé las manos y asimilé una posición de defensa. ¿Que otra me quedaba? De todas maneras ya estaba muerta, lo único que hubiera pasado a niveles mas críticos, es que mi espíritu, o lo que quedaba de mi, hubiera dejado de existir totalmente.

Pero algo mas halla de lo "normal" me puso en total alerta, la niña comenzó a sufrir cambios drásticos y monstruosos, su apariencia anteriormente de un infante muerto, empezó a modificarse para darle forma a un gran ser de al menos 2 metros de alto, patas largas; en apariencia de cabra, colmillos filosos y para terminar su anatomía, dos grandes cuernos, muy afilados al parecer. Negué con la cabeza, sin dejar de mirar esos grandes e inmensos ojos color sangre, a pesar de todo lo que yo sabia podía pasar, nunca desistí aquella posición defensiva en la que me vi inmersa. Simplemente, debía proteger lo último que quedaba de aquel orgulloso porte que me caracterizaba…

-Me encargo de devorar a toda aquella alma que no quiera ser parte de la fila que lleva a una de las 5 prisiones, en las que será juzgada. –gruñó extendiendo sus brazos y garras sobre mi, para darme terror tengo entendido, sin embargo con la poca fuerza que me quedaba le di un golpe en la cara y pasé por debajo de sus piernas, comenzando a correr en dirección contraria a ella –Arrgggggggh, Estupida anima, pensaba devorarte sin dolor, pero ahora veras para que han nacido los mortales como tu!

Maldiciendo y sintiendo toda clase de cansancio, me veía corriendo al lado de la interminable fila de muertos, la mayoría del tiempo volteaba hacia atrás, para ver si esa cosa seguía tratando de cazarme. ¿Pero como podía pararlo? ¿Cómo podía dejar de sentirme en peligro? No entiendo el por que de dejarme con razón y consciencia en ese mundo trastornado por la pena, la tristeza y la culpa. Solamente era un alma mas, un…mortal mas en medio de una jaula llena de mas almas como la mía. Entonces; ¿Que demonios ganó o ganaba Zeus al mantenerme en ese estado entre la consciencia y la muerte? Tarde, era tarde para continuar con cuestionamientos interiores, solamente debía seguir corriendo, aquella cosa estaba cerca de agarrarme, incluso recuerdo que llegué a sentir un manotazo rozando mi cabello, a punto de tenerme en sus garras. Incliné lo que debería ser mi cuerpo y corrí más, corrí; como nunca antes lo había hecho…

Al menos hasta que algo me detuvo del brazo y me jaló al interior de la fila. Es entonces… cuando lo confieso libremente; me sentí aterrada, temía sentir el dolor de todo lo que alguna vez conocí como cuerpo y alma, siendo desgarrados y cruelmente triturados por los colmillos de una arpía. Dejé escapar un fugaz grito de susto y abrí los ojos a más no poder, llena de tantas emociones dañinas para la salud (jaja claro, si me hubiera encontrado con vida). Los muertos que hacían fila parecían de adorno, no se notaban molestos, ni siquiera parecían sentir el alboroto que se estaba generando, al menos ellos si estaban en paz…

Un pensamiento de superación rondaba por mi cabeza. Cuando sonreía no creía, y siempre pensaba que ese sueño terminaría, nadie trataría de ayudarme, por que seria ayuda que nunca hubiera pedido. Gritos! Conmoción! Caídas! Sangre y dolor! ¿Todas estamos trastornadas? Al menos yo estaba muerta… y vivía dentro de aquel mundo que mi titulo mortal regia a la hora de expirar. Los años que viví, fueron años de castigo, tenia que pagar el precio de haber nacido. Pero nadie más que una divinidad podía juzgarme por eso. Entonces no debía doblegar mi espíritu en ese momento. Es verdad; estaba en el hoyo, estaba hundida, pero no perdida aun.

Debía forcejear hasta el cansancio, en ese momento juré que fuese lo que fuese no me iba a dejar destrozar, no tan fácilmente! En un momento, mientras me hundía en la fila y pasaba al otro extremo, sentí como el cuerpo de la arpía pasaba al lado mío, me buscaba después de no tenerme a la vista, me acechaba, estaba cazando mi alma para devorarla exquisitamente como lo había prometido. Fue entonces cuando me voltee para ver que me tenía presa en sus "manos". Y por segunda vez el habla me fue literalmente arrancada de la garganta…

-Me alegra verte por aquí! Creí que estaba sola en esto…–susurró con energía- Aunque no entiendo por que seremos las únicas que al parecer tienen consciencia…Traté de averiguar que es lo que pasaba, hasta que entonces miré a uno de esos seres convertirse en algo parecido a lo que venia tras de ti –terminó, llevándose ambas manos al rostro

No podía creerlo. Aparentemente ya estaba a salvo, al menos por unos segundos. Pero no podía dejar de pensar, que a quien tenía frente a mí, no era más que una ilusión, algún engaño para hacerme victima de ese mundo aterrador…

La miré expectante y tan fría como siempre lo he hecho, para después bajar la vista al suelo, tratando de pensar y recordar algo… cuando la miré a los ojos, entendí que algo más allá de la muerte había sucedido y no era posible que no lo tuviera en la cabeza como el fresco recuerdo que debía ser. Con ella volví a la vida por unos cuantos minutos y pelee contra… contra… No podía ser…No podía recordar a que volví a la vida, demonios! Sabia que había algo mas, pero no podía recordar! No lo tenia en la cabeza!. Allí estaba el débil recuerdo de que mi alma fue sacada del purgatorio y se puso en marcha a algún sitio desconocido. Pero no estaba lo que yo quería saber, todo estaba a medias! Inconcluso! Sola no estaba, eso lo se, como también se que no fue para nada bueno, que se jugó con mi alma en algún punto de la naturaleza de los vivos... Los dioses son crueles y poderosos…se divierten observándonos, oyéndonos y hundiéndonos…

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-Dinos claramente que fue lo que te lastimo, Ninitsu? –Pregunté fríamente, agregándole un toque burlesco- Nuestra indiferencia hacia ti, o el trato importante que se le dio a tu hermana, dejándote a ti y tu estupida existencia al olvido? Ja! Cuanta pena diste en tu intento por llamar la atención, si supieras que realmente nunca nos importaste!

-Solo fuiste un cero a la izquierda! Cielos! Como es que nunca te diste cuenta que solo estorbabas? –me siguió Aeris, ambas con una voz gutural – Te mirabas ridícula y grotesca con esa estupida mascara de cobre! –Ambas rieron con fuerza

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De un momento a otro, en mi alma se comenzó a manifestar el peso de más culpa… ¿Por qué? No tenía consciencia de algo más allá de mi última pelea…en la cual morí a traición, por culpa de un cobarde. Entonces ¿que demonios estaba pasando?...

-No entiendo nada –logré articular, cansada de estar allí, suprimiéndome por el miedo y la pena- Por que… -sacudí la cabeza y me puse de cuclillas, mirando a todos lados- tenemos las mismas dudas al parecer, no tiene caso que haga mas preguntas entonces… esperemos que todo salga con un método positivo y no con el deprimente final en el que yo estaba por caer…

-Ligabiss, estamos juntas en esto. Pero no veo más salidas que… -señaló el final de la fila –creo que es el momento de aceptar por que es que estamos aquí.

-Entonces debemos llegar cuanto antes…

De pronto sabia que no estaba durmiendo, que todo era tan real como el hecho de que había reglas a seguir, o a cambio desaparecer totalmente. Siempre me hice una sola pregunta cuando aun era chica; ¿habría algo, a lo que realmente le tendría temor? Ahora mas que nada la puedo responder: le temí al suspenso, le temí a la espera de un castigo y toda una vida de arrepentimiento sin consuelo de obtener la paz y tranquilidad deseada por cualquiera… le temía mas que nada a la muerte y al mundo que hay después de ella. Fue cuando descubrí que el miedo tenia hogar en mi cabeza y que el frió de mis ojos o el frió de mi corazón no podían hacer nada contra aquel temor que nacía en mi. Empezaba a sentir que me conocía muy poco. Los Fantasmas no se alejaban de mí… Y yo nunca hice nada por expulsarlos…

Pero ya era muy tarde para arrepentimientos…

Ambas llegamos al final de la fila, Aeris y yo nos formamos sin pronunciar más palabras. Aparentemente duraríamos toda una eternidad para llegar a las orillas del lago y tomar una barca, mientras ninguna de las dos recordaba que para subir al transporte de los muertos, necesitábamos dinero…

Pasaron… ¿horas? ¿Minutos? No lo se, pero sentía que llevaba años en ese momento, sentía que la "inmensa" fila de muertos no avanzaría un solo paso… Ni siquiera parecía moverse. Me abracé a mi misma, simulando verme dentro de mi propia imaginación, tratando de no pensar que el próximo en tenerme seria el diablo en persona… No le temía al fuego de la desesperanza, sin embargo no me imaginaba que tanto mal iba a abarcar mi suerte de ese momento en adelante, solo tenia que acostumbrarme, quisiera o no…

-Aeris… -susurré mirándola con mi clásica sequedad. Ella volteo a verme también y suspiró con amargura- ¿Que piensas que pase después de todo esto?

-¿Después de cruzar el lago? –preguntó, con cierto toque de desolación.

-Después de ser olvidadas…

Pero ella tampoco obtuvo una respuesta, al menos no una coherente que me pudiera exponer. Todo estaba tan vacío, ni el hielo de mi mente podía acabar y exterminar los pensamientos de temor que me invadían… ¿Qué seria de mí? Reprimí un largo suspiro y volví la vista al frente, parándome derecha. Ni el paraje desolado, ni el camino de tierra lisa con alguna que otra piedra en sus pocos espacios visibles, o el ambiente pesado, cargado de pesadumbres; invitaban a mi mente a relajarse. A pesar de ser una de las amazonas mas frías del Santuario, no podía evitar sentir cierta incomodes en mi entorno. No miraba entre tanta "paz" algo que me hiciera recuperar la seguridad por la que todos me caracterizan…

Al menos nadie mas que Aeris me miraba, y siento que puedo confiar en que ella nunca diría lo que en mi vio en esos momentos…

Aunque sinceramente me es de muy poca importancia lo que se pudiera decir de mí. Ya nada seria como antes. Recuerdo que intenté nuevamente pensar en otras cosas que no fueran el actual momento, lo intenté, hasta que algo 'fuera de la normalidad' acaparó la atención de Aeris y mía, algo así como un carraspeo o un gruñido detrás nuestro nos obligo a voltear lentamente, ni siquiera tomé importancia al hecho de que en esos momentos la fila comenzaba a avanzar un poco mas, nada, simplemente lo que sea que estuviera sobre nosotras se debería llevar toda nuestra atención. Y así fue; giré totalmente y parada detrás de Aeris, con sorpresa miré a la que antes estaba dispuesta a devorarme, aquella arpía de porte asesino me miraba como quien mira a una indefensa presa: con tanta malicia y felicidad en su rostro, estaba dispuesta a desaparecerme en un abrir y cerrar de ojos, y no solo a mi, pues puedo apostar que también Aeris estaba incluida dentro de sus planes. Tal vez era el fin para quienes alguna vez protegieron con su vida a Atenea… Era el fin de dos existencias tan cortas como las nuestras, pero al mismo tiempo tan plenas.

-¿!No me di a entender cuando te dije que serias mi presa? –gruñó, sacando sus garras y extendiéndolas por sobre nosotras. Ambas amazonas tomamos posición de defensa – Cometiste un grave error! – dijo con gravedad en su voz, y me señaló – Un error que por ser mortal, pagaras con algo mas que tu alma, te torturare por la eternidad, mientras seas devorada por el fuego de mi estomago, nunca descansaras!

-No entiendo tu afán por perseguirme –señalé con voz y aspecto frío- Claramente hice lo que pedías, mírame, estoy en la fila. No puedes hacer nada más en mi contra.

-¡Es tarde! –Agitó sus garras, queriendo aterrarnos- ¡Desobedeciste mi orden cuando te la di! Eso merece un castigo. Mortales; ¡Ambas caerán en el fuego de mis entrañas!

-No si podemos evitarlo – amenazó Aeris

En ese momento, esa cosa iba a saltar sobre nosotras, incluso ya podía sentir aquel golpe cayéndonos encima. Todo paso tan rápido, la arpía agrandó el tamaño de sus garras y se relamió los labios, mostrando parte de sus grandes y fieros colmillos, nos hecho una mirada de arrogante superioridad y avanzó unos cuantos pasos hacia nosotras, debo decir que no se encontraba muy lejos, pero al parecer no quería fallar, así que se acercó mas, quedando a escasos centímetros. Aeris y yo, comprendimos que nada de lo que hiciéramos nos iba a alejar de aquel futuro que esa bestia nos designara, solamente esperamos aquel golpe, el último que sentiríamos en consciencia…

Pero ese 'golpe' nunca llegó. Un cosmo invadió la zona en la que nos manteníamos presentes, y otro golpe; certero, calculado y preciso, hizo a la bestia caer de costado, solamente el chillido y los quejidos que salían de su garganta nos sacó de aquel trance en el que nosotras mismas nos habíamos hundido. Reaccionando; apreté los puños a los costados y retrocedí unos dos pasos, con Aeris a la siga. Voltee a todos lados, tratando de ubicar quien había hecho tal cosa, según yo: la amazona de virgo y yo, éramos las únicas conscientes de todo lo que sucedía en ese mundo. ¿Qué estaba pasando? Un "alguien" se estaba jugando la vida por nosotras, alguien que no conocíamos estaba desafiando a un súbdito del mismo diablo o incluso de Hades. Varias veces mas aquel cosmo se encendió de golpe y lanzó varias bolas de energía contra la bestia, la cual salio expedida algo lejos de nosotras, dejando escapar varios alaridos de dolor en el transcurso.

Es que no entendíamos nada de lo que estaba pasando, desde que despertamos en aquel sitio, todo estaba tan confuso y aterrador. Mi alma no podía aguantar tanto suspenso y dolor, era un naufragio en un mar de mentiras y lamentos. Ni la tierra que sostenía nuestro cansancio podía conjugar explicaciones para mis ojos… El tiempo nos estaba castigando con su pasar. Y nosotras, solamente observábamos atenidas al mandato de un "Dios"… Sin tener sueños en la mente.

Aeris me miró con atención, creo que yo me había perdido en los juegos traicioneros de mi mente, tanto que no note cuando los ataques por parte del "aliado" habían cesado. Sacudí la cabeza y miré a mi izquierda, intrigada a mas no poder, todo estaba de cabeza, y de la arpía no había rastro alguno…

-¿Que pudo ser eso? –preguntó Aeris al aire, y en su serena voz se pudo apreciar un toque de alarma

-No esperes un rayo de luz en este momento, Aeris. Fuese lo que fuese no creo que sea nada prioritario para nosotras- opiné, mirando a donde la arpía pudo haber aterrizado. La amazona de virgo suspiró y dirigió nuevamente la vista al lugar de donde provinieron aquellos golpes

-Tienes razón… Ya nada podemos hacer o esperar

-Para ser dos amazonas de la orden de Athena, están ahogadas en pesimismo –escuchamos decir. Con sorpresa voltee inmediatamente a donde provenía dicha voz – ¿Que más da perder todo? Por favor! Se supone que ustedes más que nadie deberían de cargar la esperanza hasta el verdadero final.

Un tipo alto, de pelo rojizo, profundos ojos azules y piel tostada se apareció entre un tumulto de roca, su cuerpo llevaba una armadura y en su rostro había un leve antifaz de metal; caminó hasta nosotras y nos miró sin importancia. Quizás también iba con el fin de hacernos trizas, tal vez era un ser que hallaba placer destruyendo lo ultimo que quedaba de los muertos. Pude leer en su mirada que tenía pensamientos despectivos hacia nosotras, al igual que no gastó ni la décima parte de su cosmo destruyendo o ahuyentando a la bestia que planeaba devorarnos. Por una parte fue de gran ayuda para nosotras, pero de ahí en adelante no teníamos un buen futuro…

-No tenemos nada mas en que basarnos para guardar esperanza, solo el consuelo de que nuestra Diosa esta a salvo – Contestó Aeris, mirándolo con atención- Dinos; ¿Quién eres?

-Soy Touma, un ángel de la Señora Artemisa –giró, dándonos la espalda –vamos; síganme.

-¿A donde piensas llevar a dos muertas? –pregunté. El ángel volteo a verme y puso los ojos en blanco

-Su divinidad Zeus ha pedido que sus almas sean redimidas de la muerte. Le encomendó a mi señora que mandara uno de sus guerreros a hacerse cargo de su regreso, por lo tanto, mi Diosa me lo ha pedido a mí. Tienen otra oportunidad de volver a la vida, amazonas – Habló con paciencia. Sin embargo, esa era la noticia mas… linda que había escuchado, me sentí llena de gusto por dentro, aunque por fuera aparentara la mas despectiva mueca de indiferencia- ¿No les alegra escuchar eso? ¿Cómo es que no cambian sus rostros amargos, por una expresión de felicidad?

-No nos malinterpretes, Touma –respondió Aeris con calma. Yo y el ángel la miramos – por dentro te puedo decir que brincamos de regocijo por la noticia que nos acabas de brindar, sin embargo no acostumbramos a mostrar tanta emoción cuando recibimos información valiosa, en este caso; información adorable. Claro que te seguiremos –continuó Aeris, mirándome- Vamos Ligabiss – yo asentí en silencio.

El ángel comenzó a caminar de nuevo, con Aeris y yo siguiéndolo, ni una sola palabra más se pudo escuchar en el camino, todo estaba en completo silencio. Claro, pues no había nada valioso o que diera motivos para iniciar una conversación en esos momentos, el ángel se notaba indiferente hacia nosotras, pero no por eso fastidiado por ayudarnos. Más que todo, simplemente deseábamos pasar desapercibidos por el oído de la tierra. Touma es un buen guerrero, aunque algunos lo nieguen tiene voluntad en su corazón, y mas que nadie, Aeris y yo lo comprendemos y podemos asegurarlo, aunque yo solo lo haría por escrito. Por que no esperen oírme diciéndolo en persona, lo saben bien; no acostumbro a repartir más de 5 palabras en una oración, a menos que sea muy necesario.

Pasando de nuevo a la marcha emprendida por dos amazonas y un ángel de la Diosa Artemisa, cuento que todo siguió tranquilo, no hubieron "obstáculos" ni interrupciones tampoco, de vez en cuando se intercambiaban unas cuantas palabras, pero solamente cuando el motivo era suficiente para eso…

Creo solamente; que el silencio nos favorece a los tres.

En fin, llegando a lo que pareciera ser la cima de una pequeña colina de tierra, nos detuvimos, en el cielo del reino del inframundo se hallaba una apertura lo bastante ancha, como para permitirnos ver un poco de luz. Sonreí muy levemente y entrelacé mis dedos, teniendo un poco de esperanza y mucha paciencia. Touma se giró y nos dio frente, mirándonos con atención, tomó un poco de aire y se dispuso a hablarnos…

-Me alegra haberlas ayudado, amazonas. No me molestó en lo mas mínimo, tal vez solo me impacienté un poco, pero eso no tiene importancia. Ambas son muy fuertes, lo siento en su cosmo a pesar de que han muerto. Estén listas, ahora ha llegado el momento que vuelvan al mundo de la vida – Expuso, contemplándonos a ambas.

-¿Tenemos que cruzar aquel hoyo? –Preguntó Aeris, señalando el agujero de luz.

-Solo cierren los ojos, amazonas. Cierrenlos y piensen en todas las cosas buenas que su vida les ha traído, yo ya he concluido mi trabajo con ustedes…

No tenia que decir más, debidamente hice lo que Touma nos pidió; cerré los ojos con especial fuerza y me dispuse a esperar cualquier cosa. Comencé a imaginar todo cuanto la vida me regaló, cada momento, por muy insignificante que fuera. Me aferré a la idea de no borrar ni un solo espacio, entonces llevé toda mi vida frente a mis ojos: mis entrenamientos cuando era pequeña, las duras sesiones de dolor en el hielo de Alaska, la única vez que miré sonreír a mi maestro, y lo bien grabado que se me quedó en la mente; la idea de nunca mostrar los sentimientos que mi corazón guardaba. Cada caballero y amazona que es criado en los hielos es entrenado con mucha similitud.

Por momentos me sentía alejada a los hechos de ese tiempo, me sentía recostada en una espumosa niebla de algodón, mientras mi mente viajaba por cada recuerdo de mi memoria…

Así fue, hasta que me decidí abrir los ojos… Despojé todo temor que mi cabeza guardaba y me empeñé en levantar con delicadeza mis parpados. Tenia la vista abrumada y los sentidos revueltos a mas no poder, cada parte de mi estaba tan pesada, que me costaba trabajo moverme o tomar control. Mientras seguía sin saber en que condiciones y en que lugar me encontraba, mas trabajo era para mi moverme, solamente sabia que estaba recostada en un lugar blando, tenía las manos a los costados y mi cabeza continuaba dando vueltas. Entonces le tomé atención a un sonidito en particular, un leve 'ronroneo' era percibido por mi oído derecho, un sonido idéntico al que hacen la mayoría de los felinos.

Algo peludo y cariñoso comenzó a acicalarse con mi mejilla, se movía de un lado a otro y no dejaba de ronronear, sin embargo; aun no dejaba de sentirme muy pesada. Como pude, moví mi rostro y miré con una media sonrisa a aquel minino, que como escribí anteriormente, cada mañana y cada despertar aguardaba atento en mi ventana, saqué fuerzas y con la ayuda de mis manos, lo agarré y lo lleve hasta a mi, abrazándolo con ternura y especial cariño, un cariño que nadie mas vería, ya saben por que.

Suspiré y miré mas halla de aquel minino. La ventana abierta de par en par, como la ultima vez que la toqué, y el sol poniéndose por el horizonte, detrás de ella, el calido pasar del viento, que mecía con insistencia las delgadas cortinas de mi cuarto y una vista hermosa, de nubes rojizas y cielo anaranjado… ¿Qué mas podía pedir?...

Que terrible pesadilla había tenido, y que dulce despertar me había envuelto…

Athena! Debía ir con mi diosa, debía presentarme ante ella y darle mil explicaciones. Debía, simplemente debía…

-Vamos, Bissú. Debo estar presentable para ir con mi Diosa –suspiré y puse al gato a un lado de mí- debo informarle tantas cosas y al mismo tiempo rodearme de irrazonable silencio –me puse de pie y estiré mi cuerpo sin tener ni la mas mínima idea de todo lo que estaba pasando en el Santuario o fuera de este, en esos momentos…

Tenia que prepararme, aun sin saberlo, para las noticias que me iban a caer encima…

Por: Ligabiss

Continuara…

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N/A: Valla que si me dio batalla y resequedad de cerebro este capitulo, no sabia como seguirlo hasta que la inspiración fue resurgiendo de algún lado de mi cabezota. Psss si, la amazona de Acuario me dejo mostrar este capitulo para ustedes, debo admitir que al principio casi me congela cuando le dije que tenía que entregárselo al público lector; primero me dirigió una mirada de odio y después, luego de tanto tratar de convencerla me dejo. Por cierto: también me permitió cargar a su gato! (saltando) Es una lindura! Y… Hemmm, volviendo al tema principal; creo que después de todo, adoro hacer esto, me encanta escribir y lo descubrí encontrando la salida a este capitulo, enserio, espero de corazón que les guste. Muchas gracias a los lectores! Espero que lo que nos resta de las vacaciones, ustedes lo pasen bien! Y recuerden… SI! DJEN REVIEW! SE AGRADECEN!

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Gracias a mi mom, por incitarme a seguirlo, ella tiene la culpa!

Nos leemos.

Até Logo.