Capítulo V: Partida

– Yue... – Kerberos y él se habían quedado solos en lo que el par de demontres y Sakura se ponían de acuerdo en unos asuntos – esto no me gusta nada.

– Lo sé... ¿acaso teníamos otra opción?

– ... deberíamos hablar con Sakura.

– no serviría de nada – replicó Yue cansinamente.

– ¿Entonces qué hacemos?

– ...

Mientras tanto, Sakura seguía preocupada

– ¿Cómo los vamos a sacar de donde quiera que estén?

– Tranquila, Sakura. Quien la hace la remedia – respondió Esteldal.

– Pero... ¿y si no quieren? – preguntó Sakura.

– No tendrán el valor para negarse – sentenció Rogran – al fin y al cabo ya no tienen ninguna razón para luchar.

– ¿seguro?

– Sí, Sakura, estoy seguro. – respondió el aludido, medio harto – Es más, para que ya estés calmada, vamos a arreglar eso de una vez.

– ¿"Vamos", kimosabi? – preguntó Esteldal, arqueando una ceja

– Sí, vamos. ζ ¬¬U los caprichos de éste son leyes para todos, menos para él ζ – replicó Rogran, y se lo llevó jalando de una oreja. Desde la puerta, se volvió a Sakura y dijo – Esperen aquí, en seguida volvemos.

Salieron, y Sakura fue a donde estaban sus guardianes ζ sus pobres, abandonados e ignorados guardianes que tienen la boca llena de sabios consejos ζ

– ¿y bien? – preguntó Kerberos al verla entrar.

– nos iremos mañana a medianoche.

– ¿y la ciudad?

– acaban de irse a arreglarlo.

Y admiremos la celeridad de este par, que en menos de lo que ellos dialogaron ya habían entrado al templo como Juan por su casa.

– ¿otra vez ustedes aquí? – gritó Finlor. Tenía un tic en el ojo, los nudillos blancos de tanto apretar los puños y la cara le temblaba de rabia ζ /risas-malvadas/ SUFRE!!! SUFRE, IMBERBE, SUFRE!!! /risas-malvadas/ ζ

– Sí – respondió Rogran alegremente.

– sólo pasábamos para preguntar cuándo va a regresar todo a la normalidad.

– ¿Por qué habría de regresarlos? – preguntó Súlwen con amargura – ¿para que puedan jugar con ellos a gusto?

– no te preocupes por eso, que mañana nos vamos – le respondió Esteldal, aburrido.

Súlwen apretó los labios. Era demasiado... ¿cómo se atrevían a comportarse así? ζ Rogran es una mala influencia. Que conste que lo advierto. ζ Era una afrenta a su orgullo, eso era. Aun así, deshizo su hechizo, con aparente indiferencia, pero muriéndose de ira.

– ya está – dijo con la voz más fría que pudo al terminar el contra-hechizo.

– ¿algo más? – preguntó Finlor con acritud.

– Sólo una cosa – dijo Rogran, y una sombra de malévolo placer apareció en su rostro – todavía me falta matarte – creó una esfera de fuego púrpura y se la arrojó. Pronto se desató una lucha entre ambos bandos. Nemmírë, que había estado contemplando todo desde la copa de un árbol cercano, descendió, y apuntó con una flecha plateada hacia el cielo.

Una actitud tan extraña ciertamente detuvo la refriega.

– ¿qué hace? – preguntó Rogran, frunciendo el entrecejo. Algo no le daba buena espina.

Y entonces Esteldal entendió qué estaba haciendo.

/ˆ/ˆ/ˆ/ˆ/ˆ/ˆ/ˆ/ˆ/ˆ/ˆ/ˆ/ˆ/ˆ/ˆ/ˆ/ FLASHBACK /ˆ/ˆ/ˆ/ˆ/ˆ/ˆ/ˆ/ˆ/ˆ/ˆ/ˆ/ˆ/ˆ/ˆ/ˆ/

Un pequeño niño de ojos lila miraba a su aya con curiosidad.

– Pero no entiendo, Nen. A mí me dijeron que los elfos se iban en barcos con alas ζ te informaron mal, niño ζ ¿De dónde vas a sacar uno si nadie en Gondor sabe construirlos?

– Ya me encargaré de eso en el momento oportuno – le respondió, sonriendo.

– Pero...

– Supongo que no me dejarás en paz hasta que te lo diga – dijo ella, fingiendo enojo – llamaré un barco grande y blanco.

– ¿y cómo vas a hacer eso?

– Pues con un mensaje, ¿cómo creías? Ahora, deja esa preguntadera, que no has estudiado nada de rohírrico en todo el día

/ˆ/ˆ/ˆ/ˆ/ˆ/ˆ/ˆ/ˆ/ˆ/ˆ/ˆ/ˆ/ˆ/ˆ/ FIN DEL FLASHBACK /ˆ/ˆ/ˆ/ˆ/ˆ/ˆ/ˆ/ˆ/ˆ/ˆ/ˆ/ˆ/ˆ/ˆ/

– Oh no, no lo harás – murmuró Esteldal entre dientes, y se lanzó hacia la elfa para desviar el tiro. Pero teniendo un blanco tan grande como la Luna, fallar era difícil. La flecha, cuyas plumas se habían revelado como alas, alcanzó su destino, y de la luna brotaron dos rayos, y el dúo dinámico no supo nada más.