Al final todo fic tiene que acabar…
Capítulo 8
-¡Qué linda estás Yoshiko! –comentó Machiko, quien acababa de llegar
-Gracias Machiko, creí que no llegarías –respondió su amiga
-Hola –saludó Hikaru embobado de ver a su novia tan linda
-¡Matsuyama! –exclamó Yoshiko contenta abrazándolo y regalándole un beso- ¡Qué alegría verte!
-No te sentirías así si supieras lo que éste y Jun estuvieron haciendo –balbuceó Machiko de malas pulgas
-Machiko... –advirtió Hikaru impaciente
-Muchachos, qué bueno que ya están aquí –los saludó Yayoi, vestida con una bata
-¡Yayoi! –exclamó Machiko, con el rostro repentinamente iluminado- Qué bueno que te veo, tengo que hablar contigo de algo serio
-No creo que pueda ser ahora –interrumpió Hikaru rápidamente- Debes alistarte, tu madre está muy nerviosa buscándote
-Je, se lo tomó muy a pecho –respondió Yayoi con una pequeña sonrisa
-Pero... –alegó Machiko mirando con furia a Hikaru
-Luego hablamos Machida –le dijo Yayoi marchándose
-Bien hecho mal hombre –lo recriminó la chica de gafas- ¡Tarde o temprano ella se enterará de los cuernos que le regaló su prometido!
-¡Deja de inventar! –respondió Hikaru, mientras Yoshiko los miraba entre confundida y asustada- Jun y Paola no estaban haciendo nada malo
-¿Paola? –murmuró Yoshiko como si hubiera recibido un baldazo de agua fría
-Ven para que te enteres lo indecente que resultó ser el gran "Príncipe" –dijo Machiko sarcástica, llevándose a su amiga del brazo
-¡Machiko! –estalló el Águila del norte por fin
Pero pese a los constantes intentos de interrupción por parte de Hikaru, Yoshiko se enteró del drama que "vivió" Machiko.
-¿Era la misma Paola? –inquirió Yoshiko seriamente
-Sí –respondió Hikaru secamente, cruzándose de brazos
-¿Qué te pasa? Pareces molesto –dijo su novia mirándolo preocupada
-Lo que dijo Machiko no es del todo cierto: el que ellos estén juntos no quiere decir que se entiendan...
-¡Esa tipa ya tiene fama conocida entre nosotras! –alegó Machiko alterada- Y no es muy buena que digamos
-¡Ella no tuvo la culpa de nada! –exclamó Hikaru harto de su amiga- Yo fui quien la confundió y confundió todo...ella también fue una víctima
-¿Víctima? –repitió Machiko incrédula- ¿Llamas víctima a la mujer que quiso separarte de Yoshiko?
-¡Eso jamás fue así! Paola no sabía de la existencia de Yoshiko hasta...hasta que yo se lo dije
-Y todavía lo reconoce –bufó la amiga de Yoshiko con fastidio
-Machiko –habló al fin la otra chica apesadumbrada- Eso ocurrió hace tiempo y no es prudente hurgar entre las cenizas...
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-¡Apúrate! –llamó Jun parado bajo un árbol
-Claro, como es deportista le importa un rábano el hipermegaesfuerzo que tenemos que hacer los otros para alcanzarlo –refunfuñó Paola acercándose a él muy agitada
-No falta mucho, esa dirección queda a sólo unas 5 cuadras –explicó el muchacho, fresco como lechuga
-¿¿Cinco cuadras?-se alarmó su acompañante- ¡Ah no, yo no puedo más!
-Pero Paola, estamos cerca
-Cerca será para ti...para mi es como si estuviera en Nepal
-Je, anda vamos, o tendré que cargarte –propuso el chico sonriendo divertido
-¿Cargarme? ¡eso sí que no! aun me queda dignidad –replicó Paola con orgullo
-¿Entonces vamos?
-¡Vamos!
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-Jun... –murmuró Yayoi apesadumbrada, mirando desde el mismo sitio, ya vestida con su ropa de novia
-Ya llegará, no te preocupes –la consoló Yoshiko
-¿Y Machiko? Creo que quería decirme algo
-Eh...fue a recibir a Yukari y Ryo –contó la otra chica nerviosa, recordando cómo ella y su novio habían quedado en que sería mejor que Yayoi no sepa nada del cuento de Jun y Paola- Creo que si fuera algo importante te lo diría como sea
-Tienes razón...
-¡Mira! –indicó Yoshiko- ¡Son Tsubasa, Sanae, Kojiro y Maki!
-Qué bueno que vinieron –murmuró Yayoi un poco más animada
En el jardín de aquella casa se estaban dando los últimos retoques. La orquesta sinfónica estaba lista para la marcha nupcial, mientras varios meseros iban de aquí para allá repartiendo copas y bocaditos entre los invitados, que en su mayoría eran conocidos de Jun, o sea, jugadores de fútbol.
-¡Capitán! –saludó Takeshi contento- Hace mucho que no te veía. Hola Maki
-Hola Takeshi –respondió Maki sonriendo
-Hola Takeshi –saludó Kojiro conmovido de ver a su pequeño amigo- ¿Cómo has estado?
-Bien gracias. Déjenme presentarles a mi novia Jenny –dijo el ex mediocampista del Toho algo sonrojado pero muy orgulloso
-Mucho gusto, Takeshi me ha hablado mucho de ustedes –contó la muchacha sonriendo con dulzura
-¿Jenny? Es un nombre diferente –notó el tigre japonés mirándola con interés
-Soy uruguaya –explicó Jenny- Conocí a Takeshi casualmente en Tokyo mientras realizaba mis estudios universitarios
-¡Vaya! –exclamaron Kojiro y Maki gratamente sorprendidos
-Por cierto...¿y Ken? –preguntó Kojiro mirando en todas direcciones
-No estaba muy seguro de venir –contó Takeshi- Me dijo que haría lo posible, pero que con esto del huracán no sabía si conseguiría un vuelo disponible
-¡Pero qué sorpresa! –saludó alguien acercándose junto a una linda chica de rubio cabello y ojos claros- ¡Kojiro Hyuga!
-¡Karl Heinz Schneider! ¿Qué haces aquí?
-No creerás que me colé –bromeó el alemán- Misugi me invitó y decidí venir a compartir esta alegría con él y claro...también aprovechar para darme unas vacaciones con mi novia
-Hola –saludó la rubia con cierto acento
-Ella es Lidya –presentó Karl
-Mucho gusto –respondieron los demás casi al unísono
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-Hola –saludó Paola entrando en una cafetería- Lamento la tardanza
-No te preocupes –contestó un fornido muchacho alto y bastante guapo
-¿Ya tomaste tu decisión? –inquirió la muchacha apresurada
-Sí, yo...
-Espera, no me la digas –pidió Paola poniendo un dedo sobre los labios del chico- Quiero ser yo la que hable antes
-¿De qué?
-Ryoma, creo que tuvimos suficiente tiempo para definir lo que deseamos, ¿no es así?
-Sí
-Y yo he decidido que... ya no puedo seguir contigo, porque no sería justo que te siga amargando la vida
-Pero Paola...
-Pero nada. Créeme que fui muy feliz contigo, pero hay ciertas señales que no debemos ignorar
-Yo...
-Te quise mucho, en serio, pero creo que eso no alcanza para decirte que me enamoré de ti, lo siento –murmuró Paola cabizbaja
-Je, creo que lo suponía –admitió él sonriendo con amargura
-Toma, te traje eso –dijo ella alcanzándole un llavero- Es para que no pierdas tus llaves como acostumbras...
-Es muy extraño –confesó Ryoma sonriendo divertido
-Me recordaba a ti, por eso lo compré
-¿A mi?
-Sí, cuando encuentras un objetivo y te sonríes complacido de un nuevo reto –explicó Paola melancólica
-Paola, ¿podemos irnos? –interrumpió Jun acercándose, ignorando la mirada de Ryoma que ya lo había reconocido
-Sí, vámonos –respondió ella- Cuídate mucho y no dejes de buscarme si me necesitas –agregó dándole un beso en la mejilla y marchándose con Jun
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-¡Rayos! Esto no está nada bien –murmuró Ken de mala gana, intentando tomar un taxi que lo lleve de la estación a la casa de los padres de Yayoi- Tengo un extraño presentimiento...
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De repente la lluvia se tornó más intensa. Jun y Paola corrían agarrados de la mano por una calle prácticamente deshabitada, ya que la demás gente estaría resguardándose en un lugar más seguro.
-¿Ya llegamos? -preguntó Paola desesperada
-¡Ya casi!
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-No puede ser... –murmuró la madre de Jun- Está empezando a llover
-¡Yayoi! –gritó su madre desde la puerta de ingreso a la casa- ¡Entra!
Pero Yayoi no se movía. Había bajado hasta el jardín a esperar a su novio y nadie la movería de allí hasta no ver a Jun. Hace como una hora que la ceremonia debía iniciarse y él aun no llegaba, pero ella tenía la esperanza en que de un momento a otro lo vería.
-¡Yayoi! –gritó Yoshiko yéndola a cubrir con un paraguas- ¡Entremos, esto está empeorando!
-¡No! no entraré sin Jun –sentenció Yayoi muy segura
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-Aquí es –murmuró Jun cansado parándose detrás del portón de ingreso a casa de los padres de Yayoi
-Te lo pregunto otra vez –dijo Paola mirándolo seriamente, mientras lo tomaba con ambas manos del rostro- ¿Estás seguro de lo que haces? No puedes renunciar a una relación de años por algo de días...
-Ya te lo dije, estoy seguro –contestó Jun abrazándola con fuerza- Ahora vengo, espérame aquí
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De pronto Yayoi reconoció su silueta, era inconfundible, pese a que la lluvia formaba como una capa de espesa blancura entre ellos. Jun también la reconoció, aun estando tan mojada se veía lindísima con su vestido de novia, preparada para unir su vida a la de él. Entonces al mirarla recordó cuando la conoció y cómo ella estuvo siempre presente en sus momentos más felices y tristes, pero sobre todo en estos últimos; y mirarla así era como verla la primera vez. Ambos se acercaron lentamente, ajenos al alboroto que se armaba alrededor suyo porque fuertes ventarrones estaban arrasando con toda la decoración.
-Jun... –murmuró Yaoi conmovida con lágrima en los ojos, arrojándose a los brazos del chico- ¡Sabía que llegarías!
-Yayoi –murmuró él confundido, olvidándose de todo, para él no existía nada más que Yayoi
-¡Así que llegaste, desvergonzado! –estalló Machiko aproximándose sin importarle el tremendo granizo que se cernía sobre ellos
-¿Machiko? –reaccionó Jun
-¡Anda, cuéntale con quién te vimos ayer!
-¿De qué habla? –inquirió Yayoi curiosa
-Machiko, por qué tienes que ser tan metiche –la regañó Hikaru acercándose
-No los entiendo –murmuró la pelirroja
-Tengo que confesarte algo –respondió Jun, mientras el águila del Norte se llevaba casi a rastras a su entrometida amiga, que profería toda clase de insultos contra el otro chico- Hace poco minutos venía aquí para terminar nuestro compromiso
-¿Qué? –exclamó Yayoi incrédula y dolida
-Muchas cosas me confundieron, pero más que nada fue el compartir un poco de mi vida con alguien que me demostró que había algo más allá de mi mundo color rosa –continuó él- Entendí entonces que no estaba seguro de querer casarme contigo
-Jun...
-Pero...cuando entré y te vi, así, vestida de novia, algo me pasó. El verte me recordó todos los años que pasamos juntos y me recordó también por qué te amaba y por qué te amo aun. En pocas palabras: volví a enamorarme de ti
-¡Jun! –exclamó Yayoi conmovida abrazándolo con fuerza- Te amo
-Y yo a ti –respondió el chico, besándola con ternura
-¡Oigan tórtolos! –los llamó Ishizaki desde el porsche de la casa- ¡Entren o van a agarrar una pulmonía de los mil Aois!
-Cómo que de los mil Aois –se indignó el Príncipe del Sol (con tantos príncipes, CT es toda una realeza XD)
-De los mil demonios –explicó Ryo divertido
Jun tomó de la mano a Yayoi y ambos entraron en la casa a resguardarse.
Afuera de la casa, Paola esperaba impaciente y tiritando de frío. Casualmente se asomó por entre los barrotes de la puerta del jardín y descubrió el cuadro de Jun y Yayoi sumidos en un tierno beso. La chica sintió un vacío en el pecho, pero aun en contra de lo que ella hubiese esperado, esbozó una sonrisa de conformidad y se fue a paso lento de allí, sin rumbo fijo.
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-¡Me lleva la que me trajo! –maldijo Ken caminando bajo la intensa lluvia y con la cara helada por los tremendos ventarrones- ¡Maldito taxista! Equivocarse de rumbo...¡ouch!
-¡¡Ouch, me lleva! –maldijo alguien más, que cayó sentada sobre la mojada acera
-¡Lo siento, no la vi! –se disculpó Ken extendiendo una mano y ayudándola a pararse
-Je, yo tampoco lo vi
Ken miró a la muchacha extrañado, de repente el extraño presentimiento que había sentido hasta hace momentos ya no estaba.
-¿Se encuentra bien? –preguntó suavemente mirándola con una sonrisa
-Eh, sí, gracias
-La lluvia está empeorando, será mejor buscar refugio –comentó él, indicando un café cercano
-Creo que tiene razón...
La muchacha y él entraron en la cafetería y buscaron una mesa, como si hubieran planeado de antes quedar en una cita.
-Maldita Katrina –refunfuñó ella secándose los brazos con un pañuelo
-¿Quién, perdón?
-Katrina, el huracán
-¡Ah, sí! Claro
-¿Te conozco de alguna parte? –inquirió la joven curiosa
-No lo creo, sin embargo la misma impresión tuve cuando te vi –reconoció Ken, sin darse cuenta que ya se estaban tuteando
-Hola, soy Paola –saludó ella sonriente
-Yo soy Ken –contestó él también con una sonrisa
-¡Vaya porrazo que nos dimos! –recordó divertida, tomando un sorbo de café caliente
-Ahá, lo siento
-No tienes por qué sentirlo –comentó ella mirándolo conforme- Fue algo así como un golpe de suerte...
-¿O quizás un golpe del destino? –bromeó el chico
-Quizá sí –aseveró ella- Quién te dice y el destino nos trajo hasta aquí en medio de este horrible huracán sólo para conocernos
-¿Y si fuera así?
-Deberíamos agradecérselo –murmuró Paola misteriosa, sonriéndole con cariño
OWARI
¡Al fin lo acabé! Nunca pensé que pasaría, dado que no andaba muy inspirada con este fic, pero no sé qué bichito me picó y lo terminé, aunque corto, pero ya está. Para los que no vieron la película y les quedó la duda de qué pasa con la otra pareja de novios, les aclaro que ellos se casan luego en el que debía ser su viaje de luna de miel. Y como este fic está basado en esa película, pues es de suponer que Jun y Yayoi también se llegan a casar en una tranquila y hermosa playa, sin huracanes.
Además de todas las aclaraciones, yo también respeto mucho las relaciones Jun-Yayoi y Hikaru-Yoshiko, establecidas por el sensei Takahashi, pero nadie quita que le ponga algo de emoción y suspenso a sus vidas. Y al final...tenía que ser que Paola acabe con Ken nn. ¿Se dieron cuenta que durante el fic en ningún momento Paola menciona su apellido? ¡bendita sea! XD
El personaje de Jenny es propiedad de Blackshadow (al fin que es ella) y Lidya le pertenece a mi amiga Lidya Schneider.
Saludos...
Tsuki
