Capítulo XII: Liberación.
Los dos meses pasaron rápidamente. Con una celeridad parecida, Sakura, los Guardianes y las Cartas se olvidaron de las acepciones convencionales sobre ángeles y demonios.
¿Que querían matar a todos los dioses? Nadie podría culparlos. ¿Y qué, si a lo mejor destruían el mundo? No saldrían bien librados, y después de eso ya no importaría. Metían la pata, mucho y muy seguido.
Por esas y otras razones, el plan absurdo, ilógico, sentimentalista, aberrado, abigarrado, ablandativo, abobado, bochornoso, abominable, aborrecible, abyecto, abstracto, acaparador, censurable, cefalálgico, vomitivo, herético, herniario, heteróclito, irrisorio, irritante, limoso, lipotimizante, perorador, perturbador, perverso, irracional, estúpido, cursilero, regoldable, sicalíptico, silogístico, tergiversable, necio, unívoco, untuoso, vesiculoso, vicioso y disparatado funcionó. Total, rotunda y absolutamente.
Había confianza. Demasiada como para sentirse cómodo, pensó Rogran. ζ c/p: entiéndase bien. No es que Rogran piense. Eso sería decir que tiene cerebro, y que lo usa. Esta frase sólo es para que lo que a continuación va a suceder se entienda. No pretendo mentirles, ese asunto de la existencia y/o funciones de la sesera de Rogran siguen siendo hipotéticas y no se han comprobado. Llamo a los científicos del mundo para investigar esta cuestión. Por su atención, gracias. ζ
¡Incluso se habían ganado a la elfita! Eso les convenía, pero no por eso dejaba de ser cruel. De hecho, ésa era la razón de la crueldad en la situación. Con lo poco que sabía de la historia de los Noldor, sabía que sería pedir demasiado que...
Al fin y al cabo no era su problema. Si alguien sentía herida su susceptibilidad, era su asunto. No tenía porque preocuparse de nada de eso.
Partieron poco después del amanecer, y llegaron a La Puerta.
Muy alta. Labrada en la superficie de un pequeño cerro sin importancia. Pequeños caracteres indescifrables a lo largo del marco. Los señaló y se volvió a Nemmírë.
—¿Tú sabes qué dice ahí?
—... son runas antiguas, del maestro Rúmil de Tirion... no estoy segura.
—Por favor...
—... Annon... Elenna Annon, "Puerta de las Estrellas" —leyó por fin.
—¿No dice nada de cómo abrirla? —preguntó Rogran, medio desesperado. Nemmírë revisó toda la puerta con la mirada.
—No.
—¡Maldición! Ya decía yo que no podía ser tan fácil.
—¿Qué hay tras esa puerta? —quiso saber Sakura.
—"¡Ábrela!", me dijeron —se quejaba Rogran—. Seguro hay un monstruo de 7,000 cabezas muy hambriento. Después, dirán que fue mi culpa que le diera indigestión. Se enfermará y me maldecirán aún más. Y, encima, va a resultar que era la puerta equivocada...
Esteldal se acercó al muro. Puso las manos en unas marcas y empujó. La puerta cedió un poco, y después lo arrojó con un gran impacto de Energía.
—... luego, descubrirán que hubo un error y ni siquiera necesitábamos las cartas y... —se interrumpió cuando Esteldal le cayó encima—... ¿por qué demonios existo?
—Por tu padre y tu madre —le respondió Esteldal, huraño, levantándose.
—Ja-ja. Eres demasiado chistoso. ¿Se puede saber qué oscuras intenciones tenías cuando decidiste aplastarme?
—No fui yo. Fue la puerta.
—Sí, claro. Ahora las puertas azotan a las personas.
—Aunque te cueste creerlo. Ya no hay moral.
—... ¡pues no me importa y me vale! —Rogran hizo aparecer cuatro esferas doradas, que se fusionaron en una gran esfera roja, que se impactó contra la puerta, que no se movió.
—... maldita sea.
Yue suspiró con cansancio.
—¿Y si la jalan?
—... buena idea —reconoció Rogran.
—... como guardián, eres un inútil, pero reconozco que a veces piensas —dijo Esteldal. Kerberos soltó una risilla.
En efecto, la puerta se abría hacia fuera, y guardaba un gran espacio oscuro con pequeñas luces a lo lejos.
—Perfecto. Esperen aquí —dijo Rogran, dirigiéndose al interior.
—¡¿Qué crees que estás haciendo! —le espetó Esteldal.
—Voy por unos conocidos —contestó Rogran, contrariado.
—¡Pero te vas a perder! —exclamó Esteldal. Kerberos y Sakura rieron, y Yue esbozó una pequeña sonrisa.
—... ¿sabes? Por un segundo pensé que podrías hacer un comentario inteligente.
Sin más, entró. Y se tardó bastante. Llevaba allí unas dos horas, cuando empezaron a llegar más demonios con discreción. Algunos saludaron a Esteldal. Y cuando ya habían arribado todos los que debían estar presentes, salió desde la puerta un ser alto, poderoso, oscuro y malévolo, que llevaba una armadura y unas cadenas rotas en las muñecas y el cuello y tenía el rostro semi-desfigurado por unas cicatrices. Tras él, otro de las mismas características, sólo que menor y con un yelmo que no dejaba ver sus ojos. Detrás venían Rogran y unas sombras. Al ver al primero del grupo, los demonios se inclinaron y estallaron en alabanzas a Melkor, legítimo Rey de Arda.
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N/A: ok... sé que dije que no iba a meter personajes del Silmarillion ni de Oh! My Goddess, pero la historia ya se me salió de control, y a ciencia cierta ni yo misma sé cómo va a acabar. No se preocupen, el próximo capítulo será explicativo de los personajes de aquellas series que he tomado prestados. Agradeciendo su comprensión, paso a retirarme.
