N/A: ú-ùU el capítulo no salió nada explicativo. Así pues, me veo en la obligación de informar de lo siguiente:

Asumiendo que todo aquel que lea esto vio las películas de El Señor de los Anillos, cualquier explicación sobre Sauron es innecesaria. Excepto aquella que dice que Sauron sólo es un sirviente de Melkor (el más grande de sus sirvientes, de hecho).

Melkor ("El Que Se Alza En El Poder") es, por decirlo así, el Lucifer de la Tierra Media (más bien de Arda entera). Y también se le llama Morgoth (Enemigo Oscuro), Bauglir (El Opresor), Belegurth (Inmensa Muerte). Entre otras cosas, mató a la Luz de Antes de Todas las Luces, sembró entre los pueblos de la Tierra Media el miedo a la traición, creó a los dragones, orcos, huargos y trolls, además de muchas otras maravillosas hazañas.

Y ya no se me ocurre nada más, así ante que cualquier duda que surja, deberán decidir heroicamente entre estas dos opciones:

A) Preguntar

B) Leerse El Silmarillion entero.

Sugiero, bajo reserva, que hagan las dos cosas n-n

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Capítulo XIII: Y tal vez, tú podrías arruinar mi vida. ("Confusión", Lu)

No podía ser. De todo lo que podrían haber hecho, lo habían liberado a él... A ese maldito engendro.

¿Qué pensarían los Valar? Dirían que ésa fue la peor de las traiciones.

Peor aún, ¿cómo pisaría el mismo suelo que su Señor Feänor? Morgoth siempre había sido y sería su peor enemigo.

Y ya no le quedaba duda de que moriría. Lo único que importaría saber sería si el mundo va a sobrevivir.

¡Maldición! Tenía que ser Morgoth. Debería intentar matarlo cuando estuviera desprevenido, y ahorrarle problemas a todos (n/a: incluso a mí, porque me ahorraría, mínimo, siete capítulos).

—¿Nen? ¿Por qué esa cara? —preguntó Esteldal, contrariado.

—Por nada.

—Sí, claro. Esa cara no es de a gratis, y lo sabes. ¿Qué, no te gusta el infierno?

—No es eso.

—¿Entonces?

—No es tu asunto.

—...

Entraron, con un ánimo indescifrable, Rogran y una chica pelirroja, que sonrió al ver a Esteldal.

—¡Pero si es El Principito!

—Hola, Morglin —respondió Esteldal, torciendo el gesto.

—¿"Hola"? ¡ ¿"Hola"! ¿Después de todos estos milenios sólo merezco un "hola"?

—¿Todos los demonios son tan melodramáticos? —preguntó Sakura a sus guardianes, en un aparte. Los tres intercambiaron una sonrisa de complicidad. (n/a: la respuesta a esta pregunta es un categórico "sí, si les conviene")

—Ya, ya —la "consoló" Rogran—. Si ya sabes que es un ingrato, ¿para qué te preocupas?

A Morglin se le compuso el gesto.

Sueñas si crees que me importa. Lo único que importa ahora es que sepan lo que les toca. Sakura, Yue, Kerberos y las Cartas vienen conmigo —sonrió maquiavélicamente y agregó—. Esto va a ser muy divertido. Vengan.

—Venerable anciano, tú irás a Escandinavia, donde se te darán más instrucciones —dijo Rogran—. Y tú, mi niña de orejas puntiagudas, vienes conmigo a visitar a unos conocidos. (n/a: las Enchiladas Suizas se apiaden de su alma) ¿No te parece genial?

La expresión gélida de Nemmírë se transformó en una sonrisa muy extraña.

—Claro. Divertidísimo.