Hola! he aquí el capítulo esperado jajaja, lamento haberlas ilusionado con el cap anterior si las dejé esperando el lemon, pero no hay mal que por bien no venga. sigan y disfruten.
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Cap 17 Noche de Paz
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Él caminó silente. No quería perturbar la paz del bosque y el paquete de castañas en su bolsillo se sentía como piedras… Eran probablemente una de las pistas indicadoras de su padre, aquellas malditas castañas que siempre le llevaba. Cada vez que la vería compraba dangos o castañas para darle y ahora se había clavado la espada él mismo. Pero no podía hacer más.
Estaba enfocado en su dilema y de un momento a otro sintió que sus pies eran agarrados y llevados al cielo, su cabeza giró y quedó suspendido de un árbol.
- ¿Y ahora quien es el descuidado? Esa trampa es muy básica incluso para un vago como tu.
- Uff, ¡Temari, casi me matas de un susto! Bájame de aquí. – Dijo balanceándose de un lado a otro.
- ¿No soportas ya un pequeño susto, viejito? – Temari se acercó a él y vio como su cabeza se tornaba roja y rió divertida antes de besarlo. Él sintió aquella novedad en el estilo de ese beso inverso y la acercó más.
- Mmm, Tema… - ella en ese momento pateo con fuerza la estaca en el suelo y Shikamaru calló gritando en el suelo quejándose de dolor, se sentó y sobó su cabeza– Que problemática, a veces me pregunto por qué nuestras demostraciones de afecto no pueden ser más tradicionales.
Temari se acuclilló a su lado y besó su mejilla.
- Si fuera tradicional, vago, no estaríamos aquí – Shikamaru acarició su mejilla con delicadeza y posó un beso en sus labios, Temari se acercó más bajando el cierre de su chaleco, acción que no le pasó desapercibida al joven y empezó a acariciar las tersas piernas de Temari, pero ella lo detuvo – espera… te tengo una sorpresa.
Se levantó dejándolo sin palabras y lo tomó de la mano para ingresar a la cueva. Antes de hacerlo, Temari se hizo detrás y tapó sus ojos con las manos empinándose.
- ¿En serio esto es necesario, Temari? – de por si la cueva era oscura, así que igualmente no vería nada.
- ¡Solo continúa y agáchate un poco! – dijo Temari intentando reposar sus brazos.
- Jaja como digas, enana. –Respondió Shikamaru haciéndole caso. No podía decirlo en voz alta, pero su amada, ahora parecía la niña pequeña. Temari alzó su rodilla y lo golpeo en el trasero.
- ¡Donde me vuelvas a decir "enana", vago, te va a ir muy mal!.
- Si, si, ya, no tienes que ser tan ruda. – dijo sonando racional y sobándose el golpe.
- Oh, cariño, hoy voy a ser solo caramelo. – le susurró al oído por la espalda erizándolo, en ese momento ella quitó sus manos y él pudo ver. Su quijada cayó de la sorpresa. La oscura y húmeda cueva estaba lejos de ser lo que recordaba, había varias velas dándole una hermosa y tenue luz y el suelo que solía ser pasto y rocas, ahora contaba con un futon grueso y amplio ; al lado pudo ver una mesa baja adornada con flores, una botella de vino, dos copas y platos.
- Te… Temari ¿y todo esto?
- Hace unos meses dijiste que querías hacerlo en la comodidad de una cama. Hoy me porté muy mal contigo y quería pedir disculpas…
- Pero no er…
- Si, es necesario, sé que esto no cumple con las expectativas pero…
- ¿Estás bromeando? Es estupendo ¿cómo trajiste todo esto? pudo ser peligroso.
- No me reproches, lo metí todo en un sello, no hubo riesgo.
- ¿segura?
- Muy segura. ¿No te gusta?
- Me encanta– ella no solía ser detallista, normalmente era Shikamaru quien se encargaba de hacer los momentos especiales, pero esta vez Temari no dudó en hacerlo feliz. Él se giró para besarla, ella correspondió hasta que tuvo que retirarse a respirar. Poco a poco se alejó.
- Shika, ¿tu sabes algo de telas? - él la miró extrañado, y entonces Temari metió un dedo en la blusa ampliando un poco el escote y él sonrió.
- Eso es seda ¿no? – le dijo acercándose para acariciar la tela cerca del busto.
- Que inteligente… - susurró. - ¿sabes qué es lo gracioso? Que traje todo esto y olvidé ponerme la lencería sexy – él se sonrojó levemente.
- Tu siempre te ves sexy independientemente del estilo de lencería que uses – dijo restándole importancia a cómo sería su ropa interior.
- Creo que no me estas entendiendo – le dijo tomando su mano y poniéndola en su pecho, Shikamaru entonces lanzó aquella sonrisa torcida y sexi que a Temari le encantaba, a través de la seda sintió su seno libre y lo acarició antes de besarla. - ¿recuerdas nuestra primera vez? – le dijo jadeando
- Claro que si, cómo podía olvidarlo- dijo mientras la besaba. En ese momento ella sacó una pequeña botellita con un liquito verde translucido y se alejó de él.
- ¿Sabes que es esto? – él lo tomó en sus manos, lo destapó y lo olió.
- Ja, aceite con olor a hierbabuena, como aquella vez – dijo recordando, le molestaba ser interrumpido tantas veces, pero al parecer la problemática tenía algo en mente.
- ¿Quieres un masaje Shika kun? – le dijo de forma seductora acariciando sus hombros, él se sintió estremecer pero tomó sus manos con delicadeza.
- No – la acercó bruscamente por la cintura – esta vez yo quiero los honores, aquella vez fuiste tu quien lo hizo – la besó apasionadamente acariciando su cintura para después alejarla y mirarla con intensidad – Desnúdate.
- ¿Qué?
- Que te desnudes – a ella le encantaba cuando le hablaba así, pero no pudo evitar sentir algo de nervios ante su mirada, normalmente los dos se desprendían de todo juntos y casi como una necesidad de respirar. Para incitarla a hacerlo, Shikamaru mismo se empezó a quitar sus prendas ante la mirada atenta de Temari.
- Jumm ¿y te vas a dejar puestos esos? – le dijo señalando sus bóxer con picardía.
- Prefiero no quitármelos ahora o de lo contrario no dudaré en usarlo – A pesar de la tela Temari notó como el amigo de Shikamaru estaba preparado y apreció que quisiera contenerse. Ella por su parte, desató con sensual lentitud el cinto rojo y dejó entrever su cuerpo en la apertura del kimono, Shikamaru quiso ir inmediatamente a hacerle el amor, pero quería hacerla gozar, vio como ella dejó que la seda negra resbalara por su cuerpo evidenciando que efectivamente no había nada debajo y no pudo esperar a acercarse.
Él tomó el cabello de Temari y deshizo las coletas con cuidado, intentaba que su cuerpo no tocara el de ella o no podría hacer más por detenerse, acarició su cabeza y soltó su propio cabello, entonces sin que Temari lo esperara, la cargó pasando un brazo por sus rodillas y la llevó al lecho que ella había preparado con tanto esmero, la colocó con delicadeza y le dio un casto beso en sus labios, Temari quiso profundizarlo pero la detuvo.
- Gírate – ella le hizo caso, pero fue él mismo quien la puso con su pecho contra el futón, ella ansiosa esperó hasta que sintió las fuertes manos de Shikamaru tocar su espalda, notó entonces el olor a hierbabuena. Shikamaru masajeó cada tramo de su espalda pero notaba que los movimientos poco a poco se transformaban en caricias, hizo presión con los nudillos y Temari se dio cuenta de que en realidad necesitaba ese tipo de atención; lo mismo notó Shikamau, lo que inició como algo plenamente erótico develó en él el pleno deseo de relajarla y quitar el estrés, masajeó con ahínco cada tramo de su espalda, pero no podía evitar perder la concentración cuando sus dedos rozaban la curvatura de sus senos y el inicio de su prominente trasero, así que poco a poco dejó que su lívido lo guiara por la estructural figura. A medida que seguía bajando menos podía controlarse, sus dedos se colaban entre las piernas de la dama y notaba que de su garganta salían suaves jadeos que él imitaba. Bajó todo el tramo de sus piernas con el deseo de dejarse a si mismo a un lado por complacerla y relajarla, pero al parecer no podía, cada parte del cuerpo de Temari era para él una experiencia única y excitante desde su coronilla hasta la punta de los pies así que haciendo caso a su instinto, cuando se acercaba de nuevo peligrosamente a aquellos pliegues escondidos entre las piernas la tomó de la cadera decidiendo que debía masajear otras partes de ese grandioso cuerpo.
Con delicadeza la volteó boca arriba, mientras ella se giraba bajó sus boxers y se colocó el condón rápidamente. Cuando la miró tuvo la agradable sorpresa de ver su cara sonrojada y sus ojos brumosos, se mordía el labio mirándolo fijamente poniéndolo aún más ansioso, pero cumpliría con su palabra, tomó más del líquido y posó sus manos en esos grandiosos senos. Temari se retorció ante el tacto y él vio como cruzaba las piernas friccionándose a si misma así que trabajó con más esmero cada parte de su piel, acarició su cuello y se resistía a besarlo, después bajó con lentitud por su abdomen y pasó a sus piernas omitiendo aquella zona que Temari ya estaba deseando que tocara, pero el momento llegó, Shikamaru puso su palma de la mano contra el abdomen y poco a poco fue bajando, rozó la vulva con delicadeza para volver a subir notando la humedad.
- No recuerdo haber puesto aceite en esta zona – dijo burlesco sintiendo sus fluidos, Temari solo atinó a sonreí complacida.
- No creo necesitar más lubricación de la que hay. - Sin desearlo sabía que la estaba torturando pero adoraba verla así, suspirando pesadamente hablando con un hilo de voz, así que sin prolongarlo más, levantó ambas piernas de Temari y las juntó a sus senos quedando ella como un ovillo con la espalda en el futón.
Temari miró sorprendida los movimientos del joven cuando juntó sus piernas a su pecho pero pronto una sensación la abrumó, reconoció los dedos de Shikamaru rozando superficialmente y con suavidad la zona, se sentía tan sensible que casi podía discernir los surcos de sus huellas digitales sobre su piel, pero un escalofrío recorrió todo su ser al sentirlos dentro de ella y que la acariciaban con experticia.
Lo sentía recorrer cada rincón de su interior entrando y saliendo rozando las paredes vaginales, cuando salía dedicaba tiernas caricias alrededor antes de volver a entrar y ella deseó más pero cuando volteo a verlo para rogarle por mayor intensidad, notó la cara de Shikamaru sonrojada, sus ojos no miraban los de ella sino que estaban fijados en la acción que le arrancaba gemidos involuntarios de su garganta cuando lo sintió aumentar la intensidad; los labios de Shikamaru estaban ligeramente abiertos y podía ver que de vez en cuando los relamía y ni qué decir de aquella hermosa erección imposible que se presentaba ante ella. Temari quería acariciarlo pero los dedos de Shikamaru la estaban enloqueciendo más de lo que alguna vez hicieron, entraban y salían y recorrían a distintas profundidades y direcciones, los espasmos empezaron a recorrer su cuerpo y su respiración perdía el control, estaba tan sensible que sentía descargas eléctricas recorrerla desde su centro hasta su médula y todo el cuerpo, el orgasmo le llegó con fuerza empapando su fuente de placer y pudo ver que él llegó a su limite, sin esperar más separó las piernas para acariciarlas por la cara interna y se permitió comer de los jugos que se escurrían por sus dedos besando el clítoris con ahínco, ahí Temari se sintió desfallecer, no terminaba de tener su primer orgasmo cuando empezó a sentir que llegaba al segundo. La lengua de Shikamaru la recorría de norte a sur, de oriente a occidente y a distintas profundidades, el placer era tan intenso que sentía la necesidad de apartarlo para reponerse pero no podía resistirse a lo que sentía y como imaginó, el segundo orgasmo empieza a abordarla con más intensidad que el anterior.
- Shika… me… me corro… mmm
- Hazlo – le dijo aún succionando su intimidad y penetrándola con los dedos.
Él no se detuvo, la oía gemir y suplicar por detenerse y por continuar con palabras y expresiones incoherentes, ella supo que tocaba el cielo y el calor del infierno al mismo tiempo y él no le daba chance a descubrir lo que experimentaba, succionó cada parte de aquella rosa y sus dedos resbalaban con intensidad lo que hizo que Temari empezara a sentir que un tercer orgasmo era posible contradiciendo el conocimiento popular. Agarró el cabello del joven en un intento desesperado por controlar la situación pero el climax llegó con fuerza empapando la cara de su amado.
- ¡N… no más!, ¡E-espera, no!, ¡No te detengas!, Te necesito Shika, entra en mi! No… no puedo seguir así. – él entonces comprendió, Temari a pesar de lo desgastada que quedó, supo que Shikamaru se las arregló para encandilarla con caricias, se posó entre las piernas de su amada y besó aquellos prominentes senos subiendo peligrosamente por el cuello a aquella zona que la excitaba, pero aunque él quisiera prolongarle la experiencia no pudo contenerse más y entró en ella con lentitud. Temari gimió su nombre sin saber cómo podía estar tan sobre excitada aún después de lo que acababa de sentir, se permitió acariciar la espalda de su amado a medida que entraba en ella. Shikamaru se sentía en el cielo, había esperado más de lo normal para sentirse dentro, hacía años que no se veía en la penosa necesidad de contenerse de tal manera.
Las estocadas empezaron rítmicamente, sin pausa pero sin prisa; besó sus labios con tortuosa pasión mientras acariciaba aquellos suaves senos moldeándolos como arcilla. Besaba cada jadeo que salía de la garganta de Temari y sus lenguas jugaban a no perderse entre si cuando cada estocada de placer las desorientaba y sin poder contenerse más, la velocidad empezó a aumentar, ni él mismo sabía como había sido capaz de negarse a sí mismo ese placer de sentir cada rincón del interior de Temari, aún contra sus pulsiones logró abrir los ojos y mirarla logrando en el un mayor placer, aumentó la intensidad y fue consiente de cada fibra de su ser, la penetró con intensidad y la veía perder la noción de si, la velocidad que alcanzó permitió que sintiera aquella presión en su miembro indicándole que estaba por llegar y con mayor ahínco acarició a la rubia que por la forma en que arañaba su espalda le indicaba que estaba próxima a culminar también y el momento llegó. Se negó a cerrar los ojos y sintió cada fibra de su ser el clímax que lo arribó derramando su esencia sin temor, ella por su parte ni podía separar sus parpados cuando el orgasmo la sacudió; jadeantes ambos compartían el aliento de sus bocas que intentaban respirar.
Temari poco a poco abría sus ojos para encontrar aquella mirada que estaba llena de amor y pasión lo que arrancó de ella una tierna sonrisa, no se podía creer la suerte que tenía. Él también la acompañó en su sonrisa y poco a poco ambos empezaron a reír por lo bajo recuperando el aliento, ella levantó su cabeza y lo besó en los labios, Shikamaru por su parte correspondió y se acomodó para quedar ambos de lado deleitado por los labios de su amada cuando sintió en medio del beso un breve jadeo que lo sorprendió, cuando abrió sus ojos la miró extrañado.
- ¿Tema, estás bien? – dijo retirándose lo suficiente para secar sus lágrimas.
- Si, yo… no es nada. – Las lágrimas dejaron de salir, ella no dejaba de ser ruda a pesar de todo.
- Anda tonta, dime. – dijo repartiendo besos por su cara.
- Que nada, es solo que… fue hermoso, gracias Shikamaru. – dijo sonriendo
- ¿Segura que es solo eso? – respondió no muy convencido.
- Si, en serio. Fue muy hermoso, yo… lamento que debas atravesar por todo esto. Hoy ha sido una hermosa excepción en medio de todo el caos.
- Mm, así que es eso. – Shikamaru supo que no era solo lo hermoso de haber hecho el amor lo que le había arrancado lágrimas a Temari, sino el hecho de que todo terminaría en pocas horas o minutos, que tendrían que volver a sus vidas y fingir que ambos existían sin el otro.
En sus respectivos hogares las personas creían que veían sus versiones completas, pero solo ellos sabían que eran ellos mismos en la totalidad de su ser cuando se unían y podían sentir que eran uno, en la salud o en la enfermedad, en la guerra o en la paz, en el sexo o en el silencio. Pero a pesar de todo, por momentos como los que acababan de vivir era que se luchaba a diario para acabar con la guerra.
- Que tonta soy, mírame arruinando así el momento. – dijo apretándose a su pecho en un fuerte abrazo ocultando su cara.
- Para nada, me gusta ser guardián de tus lágrimas – Temari al escucharlo se retiró y se apoyó sobre su codo mirándolo extrañada.
- ¿"guardián de tus lágrimas"? ¿tienes idea de lo cursi que te ha salido eso? – dijo riendo, él también soltó una carcajada agradecido por el cambiando el ambiente, con descuido, como siempre, empezó a acariciar sus senos para sentirla.
- No me puedes pedir menos Tema y aquí el menos cursi soy yo, tu pusiste flores y vino en la mesa. – Le señaló.
- Arg! Cierto!, se suponía que primero comeríamos algo, ¡pero tu idiota, como siempre arruinando mis planes! – Le dijo con falso enojo.
- Hey, no fui yo quien no trajo ropa interior. Si querías cenar primero no debiste decirme eso.
- Eres débil a la carne Shikamaru. – sonrió alagada.
- Solo ante la tuya. – le dijo acercándose para seguirla besando. Pero el beso fue corto.
- Y sigues siendo cursi, más bien vamos a comer, pedazo de vago o sino aquí nos quedamos. Anda, levántate.
- Pero Temaaa. – se quejó, definitivamente después de aquello quería dormir.
- Si te duermes ahora no habrá poder humano que te despierte. – él se recostó sobre su espalda poniendo su brazo sobre los ojos.
- Quisiera quedarme aquí.
- Si, si, pero… pero traje algo de comer y no quiero que se pierda.- dijo levantándose hacia una canasta.
- Jumm, de acuerdo. –respondió levantándose, pero solo veía a Temari con la canasta – Oe, mujer, no te gustaría… no sé… ponerte algo encima?, de lo contrario querré comer otra cosa.
- AY, si serás pervertido!
- ¿Que esperas con tremendo cuerpazo que te mandas?
- Ignoras mis sentimientos –le dijo fingiendo estar herida. – ¿sabes que? Solo por eso te reto.
- ¿Que? ¿Y ahora que piensas?
- Pues te reto a verme a los ojos durante la cena con este par de distracciones – Temari tomó ambos senos y los agitó frente a él y tuvo que tragar saliva.
- B… bien, acepto.
- Y como es justo, tú cenarás en igualdad de condiciones.
- Jmm, es trampa. Sabes lo mucho que me gusta mirarte y pronto hará frio.
- No seas llorón, tú puedes. – dijo terminando de servir. Olía delicioso, no reconocía la comida que claramente era típica de Sunna, pero si reconoció aquel postre de leche que le gustaba tanto cada vez que iba.
- Acepto, solo porque esto se ve delicioso. –Se sentó ante la mirada directa de Temari para tomar su lugar en la mesa.
- Para hacerlo interesante, si te pillo cinco veces, no hay postre.
- ¿Qué? Esto ya no me gusta tanto –dijo más decaído por las condiciones del reto.
- ¿No te crees capaz? Mira que fui buena dándote cinco chances… tú sabrás aprovecharlos. – él refunfuñó y se levantó de nuevo para ir hacia donde había dejado sus pantalones y Temari por un momento pensó que de verdad dejaría de lado el reto hasta que vio que volvió a dejar el pantalón en el futón y traía algo en sus manos.
- Bien, si paso el reto, me como las castañas frente a ti. – Temari abrió la boca sorprendida.
- ¡No me puedes hacer eso! Seguro las trajiste para mí.
- Igual que tu con el postre. Tú empezaste, es lo justo.
- Significa que uno de los dos se va a quedar sin postre.
- A ver quien cae primero.
- Entonces siéntate, porque el tiempo empieza ya. – Shikamaru tomó la botella de vino para servirlo en las copas. Temari lo miraba y notaba que él no quitaba la mirada de las copas en un intento de no mirarla a ella, cuando terminó, le entregó una mirándola a los ojos logrando a medias mantenerse sereno.
- Te luciste Temari, esto se ve excelente.
- Y sabe mejor, a que si – él probó el primer bocado confirmando aquello.
- ¡Si, probé esto antes!, en una de las reuniones de embajadores ¿no? Kakashi había sido elegido hacía poco. -Le dirigió la mirada
- Exactamente, va una.
- ¿Qué? – preguntó extrañado
- Te pille, te quedan cuatro chances.
- No te he mirado – dijo sosteniéndole la mirada.
- Si lo hiciste, en la transición. – él no podía negarlo.
- ¿Cómo esperas que nunca dirija mi mirada?
- Tu ingéniatelas – él la miró con el ceño fruncido.
- Que cruel.
- Sé jugar, amor – le lanzó un beso para después seguir comiendo pero en un acto de torpeza la comida calló de sus cubiertos – uy que tonta soy.
Shikamaru miró entonces cómo ella tomaba la servilleta para limpiar el área que se había ensuciado, claramente, en la mitad de su pecho, cuando se descubrió a si mismo subió la mirada y notó que ella llevaba probablemente varios segundos viéndolo con una sonrisa mientras se limpiaba.
- Eres un a tramposa Temari. - refunfuñó
- Van dos, te quedan tres – dijo riendo.
- Arg – Shikamaru se frotó los ojos, solo esperaba no ser tan obvio la próxima vez.
- Sabes, te quiero confesar algo.- entonces él hizo su esfuerzo por seguir comiendo mirando solo sus ojos.
- ¿Que?
- En realidad si olvidé la lencería sexy
- No me jodas Temari, ¿en serio te viniste desnuda?
- Claro que no idiota, estaba vestida.
- Sabes a lo que me refiero. – recalcó mientras seguía comiendo.
- Pues, no es la lencería sexy que planee, olvidé cambiarla.
- Tema, toda tu ropa interior es sexy. – ella sonrió ligeramente sonrojada ante el alago.
- Lo dices porque no pones cuidado a lo que llevo puesto, solo me lo arrancas y ya.
- Si pongo cuidado… al menos la mayoría de las veces.
- ¿a si? Dime una. De las casuales, no de las que usé sabiendo que me toparía contigo en el camino. –él sonrió y en ese momento a su mente vinieron flashes de las muchas misiones en que se vieron sin saber que estarían ahí, o las veces que uno de los dos llegaba de sorpresa a una de las aldeas… o cuando ella se enojaba y decía que no tendrían sexo. – Cariño, si me sigues mirando así, perderás tu cuarto chance. – él espabiló sorprendido dándose cuenta que había mirado hacia abajo, no con la firme intensión de deleitarse, pero si rememorando, gruñó, pero prefirió solo seguirla mirando a los ojos.
- Cuando nos encontramos en Kumo hace como dos años, tenías interiores de color café. Combinaban y eran muy lindos, pero no sabíamos que nos encontraríamos. – Temari recordó la época, si tenía esa ropa interior, no creyó que él lo recordara.
- Cuéntame de otra, ese día nos tocó salir corriendo y tu te quedaste con mi sostén por el azare así que claramente lo viste.
- Mmm. Pues… la primera vez. – A Temari se le subieron los colores a la cara, claro que recordaba eso. Pero... ¿él lo hacía?
- Ni te habrás fijado, eras un niño jugando a ser grande, ni sabías lo que hacías.
- Te equivocas, recuerdo cada momento de ese día. Tenías un sostén azul, y panties verdes, las únicas prendas que no te he visto combinadas. Quizá es porque en otros momentos no tenía luz para ver.
- Claro que si combinaban, estás inventando – lo acusó.
- No, no Tema, lo recuerdo bien. Por cierto, nunca hemos hablado de ese día.
- Porque no hay nada de que hablar.
- Claro que si, como a la semana me di cuenta de que prácticamente me habías dado un afrodisiaco cuando yo no sabía lo que eso implicaba.
- No te hagas el santo, claro que lo sabías.
- Bueno, si lo sabía, pero no lo había sentido.
- ¿Y ya me vas a decir que fue eso lo que te motivó?
- Oh, no, claro que no, fuiste tu, siempre me provocabas y jugabas con migo, luego me dejabas tirado y excitado. Odiaba que hicieras eso.
- Te encantaba, te hacía sentir mayor.
- No, no. Todo lo contrario, me hacías sentir inmaduro y demasiado joven para ti. Que debía tener experiencia.
- Pues no te iba a dejar tocarme así como así, no podrías tener ese privilegio siendo un niño. - él rio recordando la ocasión.
- Fue un buen día, la mejor primera vez que pude desear. – él la miró a los ojos y ella solo miró hacia su plato para continuar comiendo sin decir nada por varios segundos hasta que él continuó hablando. – Anda, dilo, es algo que ambos sabemos, no tiene sentido que te lo sigas guardando ni que me lo niegues como antes. – Temari lo miró a los ojos inquieta.
- ¿Que pasa si efectivamente es como te decía desde siempre? ¿me creerás? – él examinó su mirada.
- Si, hoy te creeré, así sea lo que no quiero oír, así sea contrario a lo que creí saber por años. No tendría sentido que me mintieras en todo caso, así que sea lo que sea que me digas, sabré que es verdad. – ella aceptó sus palabras como ciertas.
- Primero quiero saber algo. ¿por qué estás tan seguro?
- Bien, cederé yo primero y te diré la verdad, pero júrame que después lo harás tú.
- Lo juro.
- De acuerdo… vi la mancha en la cama – Temari se sorprendió y miró hacia abajo avergonzada, él aprovechó un par de segundos para mirar los senos antes de seguir hablando y ver a otro lado – fue muy sutil pero supe lo que significaba, además no tenías la lencería combinada, ciertamente no tenías planes para irte a revolcar con algún baboso por ahí. Estabas muy nerviosa, y no era porque querías cuidar mi inocencia, era por ti, no querías bajar tus defensas. ¿Continúo?
- ¿Hay más?
- Bueno, si, pero me di cuenta luego.
- ¿Que? –ciertamente él esperaba que el orgullo de Temari fuera mayor que su curiosidad y que preferiría no saber pero… hela aquí, preguntando y él como había prometido, se lo diría.
- Ese día pues, bueno, - increíblemente él también se avergonzó un poco - … te vi y te sentí por primera vez, ya sabes a lo que me refiero, un hombre sabe, diría yo. Y la segunda vez que… bueno…
- ¿Que viste mi vagina? – preguntó sin tapujos viéndolo nervioso.
- Si… eso… bueno, se veía distinta, no sabía nada de anatomía realmente, aprendí después como era lo del himen o cómo se relacionaba la sangre que ya sabía que solía aparecer. ¡Oh vamos Temari, no me mires así que me avergüenzas!, esto solo son reflexiones que tenía, en la vida uno no se imagina diciéndolas en voz alta – Temari estaba ocultando una ligera sonrisa en medio de su vergüenza ¿por qué tenía vergüenza a esas alturas de la vida? Pero no podía evitarlo, nunca habían hablado de eso, pero la cara y los nervios de Shikamaru hablando, le divertían.
- Tú empezaste el tema. Eso te pasa.
- Bueno, bueno, pero ya dije lo que debía decir, ahora tu, confiésate. – él la miró nervioso, creía que la risa la había calmado pero ella volvió a desviar la mirada. ¿y si se había creado una mentira todo ese tiempo? ¿y si ella nunca le mintió?
- Shika… yo…
- Ya te lo dije, sea cual sea la verdad lo asumiré.
- ¿Sabes? Es difícil para mi, siempre tuve esa fachada, y tu, imbécil, siempre la atravesabas… he vivido tanto una mentira que es difícil admitirla… Tienes razón, siempre la tuviste. No era tan puta como me hacía ver y mi primera vez si fue contigo – él sonrió notoriamente, no solo porque su orgullo había cobrado fuerza, sino porque había confirmado la certeza.
- Tanto te costó decir eso, pero lo hiciste Tem…
- Pero… - lo interrumpió. - … si sabes que tu…?
- Si, si, no digas más. Esa parte no es necesaria para mi. No quiero los detalles, ya haya sido como misión ninja o cuestión personal, debes saber que me da igual, estoy contigo, no me importan ellos.
- Pero…
- Sin reproches, no somos santos Temari, cuando nos tomamos esto en serio asumimos que teníamos nuestros propios pesos y quiero que sepas que decidí compartir tus cargas, solo importa el futuro, lo que construyamos juntos.
- ¿Seguro?
- Temari siempre actuaste como una niñita caprichosa mostrando una fachada de algo que no eras. Yo por mi propio bien tuve que aprender a tomar tu palabra como cierta y pretender que también quisieras prestarme cuidado a mi y ser uno más en tu "amplia" lista , así que créeme, me da igual si hubo otros, ninguno más está ahora contigo terminando de cenar o luchando contra sus instintos para poder probar un postre de leche.
Temari sonrió tranquila, desde que habían iniciado una relación formal sentía mayor peso por aquellas experiencias que quería borrar y solo estaba soportada por el hecho de que desde siempre Shikamaru la "había conocido como era" como zorra o lo que sea y aun así la había aceptado, pero el haber confesado la perdida de su pureza ante él, había cambiado en algo las cosas porque ya derrumbaba esa fachada de lo que no era. Él por su parte, claro que sabía que ella no había sido solo suya, era una kunoichi de la arena y eso implicaba varias cosas y así no fuera por las misiones ella siempre fue libre de hacer lo que quería con quien quería, pero para él nunca pudo ser una cualquiera, especialmente porque él sabía que ella no lo era. Ella sin saberlo y actuando de forma inconsciente, tenía formas particulares de abordarlo, era distinto cuando lo visitaba llena de pasión y deseo sexual a cuando venía llena de una angustia que quería ocultar, una angustia que no correspondía al trabajo o a la familia, era una angustia que solo se le iba cuando con acciones se dedicaba a complacerlo, a hacerlo sentir bien, como si cargara culpa o como si quisiera recompensarlo por algo que él no había hecho, y así poco a poco fue descubriendo las razones. Él por su parte, reconocía que Temari tampoco había sido su única mujer, ninguna había sido realmente importante para él especialmente si se tiene en cuenta de que estuvo con una cuando se había emborrachado por Temari y no recordaba casi nada, la siguiente fue casi ante la atenta mirada de Temari en quien quería despertar celos también llevado por algo de alcohol solo porque ella también se había ido con otro hombre, y había habido una tercera, con la cual no llegó a más que toqueteos y besos ardientes hasta que le pidió que se fuera porque muy dentro de si sabía que no podía olvidar a Temari… si, todas habían sido culpa de Temari.
- Pues hablando de postre parece que casi pasas el reto.
- Lo voy a pasar. – dijo seguro.
- ¿Crees que no me doy cuenta que miras el reflejo del vino? Te regalé un chance de más solo porque hablas bonito, pero ni creas que volverá a pasar.
- mujer problemática, ¿cómo te diste cuenta?
- Soy genial.
- Igualmente me queda poco – y demostrándolo terminó de comer todo – ¿Y ahora quien no va a comer castañas? – dijo victorioso.
- Pues tú me dirás, porque seguramente te sería muy problemático devolverte con ellas a tu casa, y no tendrás espacio si te comes el postre. Más bien deja de joder y pásame mis castañas. - Él sonrió, esa era su mujer. Sin más preámbulos se las pasó, deleitó cada momento a partir de ahí, le gustaba verla abriendo la bolsa, sentir el olor, sacar una, sentirla y abrir la boca para saborearla, le gustaba verla deleitándose y sentirse feliz. No solo había poco comercio de castañas en Suna, sino que además de eso, no sabían igual y eso era lo que le gustaba a Temari y a él le gustaba verla feliz. Tras comer la primera, ella gustosa le pasó su postre a Shikamaru.
No terminaban de comer sus postres cuando en el chaleco de Shikamaru sonó un suave sonido repetitivo. No se miraron pero dejaron de comer sus postres para resoplar abatidos. Cuando él no soportó más el sonido, tomó el aparato y lo apago para mirarla.
- Ha sido una excelente velada. Gracias Tema.
- Si, fue hermosa. Pero debemos irnos ¿no?, siempre igual.
- Aún quedan 15 minutos. – él solía tener control sobre su tiempo, muy rara vez aquella alarma sonaba cuando estaba con ella, pero esta vez todo se fue volando. Solo le quedaban 14 minutos y 8 segundos para despedirse de ella.
- Si, el tiempo suficiente para esta rica castaña- respondió sonriendo a pesar de la nostalgia. Él entonces recordó a su padre, pero no supo si debía angustiarla diciéndole que él estaba atento, aunque si debía mencionarle el nuevo horario.
- Tema, hay algo que debo decirte. – ella lo miró con esa cara de "oh, no" temiendo lo peor, pero sonrió para tranquilizarla. – llegó Tsunade y me dejó nuevas tareas, no pude negarme porque mi padre influyó en eso, así que intentaré hacer las cosas lo más rápido posible para venir. Si siento que no puedo, ya hablaremos para cambiar las horas ¿Qué te parece? – Ella suspiró aliviada.
- De acuerdo, pero no te hagas el héroe, si no puedes házmelo saber, ¿está claro? – ordenó
- Claro que si, lo haré. Y… las castañas, no se si las pueda seguir trayendo tan a menudo, o los dangos-
- ¿Que? ¿Por qué? – dijo triste
- Pues con los nuevos horarios quizá no alcance, pero lo intentaré.
- Ya, ya, tu no te preocupes por eso, no es nada. Concéntrate en lo que debas hacer.
Ya sin tanto tiempo, ambos ordenaron las cosas, él se vistió primero que ella y tomó su vestido de seda y el cinto. Temari quien terminaba de doblar el futon, se levantó girándose para verlo.
- Abre los brazos. – Temari lo hizo y permitió que él la vistiera. Shikamaru amarró el cinto como ella solía hacerlo para después acariciarla sobre la tela. – ¿Te vas a ir así? – preguntó pícaro.
- Claro que no, vago – Temari fue hacia una de las bolsas que tenía y sacó un panty lila poniéndoselo – Listo!
- ¿y sin sostén? Mira que no quiero que algún idiota por ahí mire de más.
- Nadie va ver de más, a esta hora casi no hay nadie y voy directo para mi casa… y si ven de más es mi problema bebé llorón.
- Que problemática. Ven para acá – la atrajo hacia si para darle un suave beso. – ¿segura que puedes llevar todo tu sola?
- Que si, solo es meterlos en sellos, tu deberías irte ya, yo me encargo, no vaya a ser que tu papá tenga mas dudas.
Él la miró con cierto pesar, sin decirle que las castañas eran un regalo de su padre.
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Continuará...
Bueno bueno, y hasta aquí el capítulo de hoy, espero que les guste, así que espero ansiosa sus comentarios, siempre me hacen feliz.
Publiqué temprano porque no sé como vaya a estar más tarde, hemos decidido que nuestro gato debe descansar y mañana es el día propuesto, les pido que me disculpen si de pronto el próximo sábado no me animo a publicar; pero lo haré luego/pronto si Dios quiere.
Les recuerdo además que el cap 19 va a ser el último de esta temporada y regresaré en dos meses con esta historia, también si Dios quiere.
De nuevo, espero sus comentarios atentamente, hasta ahora no he recibido muchas ideas de cómo quieren el desenlace de esta historia, y eso me serviría muchísimo. En fin, sin más...
Hasta la próxima!
(5 meses, 3 semanas desde la declaración de guerra) junio
