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Se volvía a sentir la presión en el aire y la energía que desprendía las pokeballs de Mz y el brillo en los ojos de Discharger y Rayo. Empezó la batalla y ambos lanzaron sus pokemon al campo.

— Vamos Discharger, adelante. — De su lado salto el Charmander dorado con ganas de pelear. El pikachu variocolor al ver esto se sintió decepcionado y algo molesto por cómo había elegido al charmander y no a él aun cuando él tenía más experiencia y más habilidad en combate. No quería ser agresivo con su compañero ni nada, pero la diferencia de fuerza aún era bastante y si el combate era de suma importancia pues pensaba que su entrenador de toda la vida lo elegiría a él. El pikachu iba a recriminárselo, pero al ver la mirada decidida de su entrenador no pudo decir nada. Al final tenía que confiar en él, era su entrenador de todos modos. –

— Ráfaga, abre tus alas y alza tu vuelo. — De la greatball un inmenso Pidgeot con un gran tamaño emprendió vuelo cerca del cielo enviando una increíble ráfaga de viento afilado de una de las majestuosos aleteos del inmenso pájaro, esto sorprendió bastante al chico con el Pikachu en su hombro, tanto era la fuerza de esas ráfagas que casi mandarlo a volar y a sus pokemon afuera del tejado si no hubiera sido por la malla de metal que los había pasado de una caída muy peligrosa.

— Que... poder… — susurro God viendo con algo de miedo mientras había quedado en shock sorprendido. — Es un pokemon de verdad grande. –

— ¿Acaso es lo único que puedes notar de él? Me decepciona que no puedas reconocerlo aun. – Dijo Mz cruzando sus brazos, con ese comentario trajo más intriga a God para saber de qué hablaba. — Ya son dos cosas que no puedes notar, incluso cuando tienes enfrente tanto a mí como al pokemon y aun así no puedes verlo. –

— ¿Y cuáles son? –

— Se ve que no te enseño acerca de nosotros, eso puedo notarlo. Debe ser el hecho que aun seas muy joven o que no te haya querido introducir en este mundo. – se decía a sí mismo el enmascarado mientras reflexionaba.

— ¿Podrías ser más claro? No entiendo nada. –

— Es irrelevante ahora. De todos modos, aun no has descifrado las dos cosas que aún no has visto. – Mz simplemente se quedó en silencio esperando a que el entrenador viera lo que él se refería.

Con ello God, gracias a que con todo el entrenamiento que había tenido que pasar con su abuelo, ha podido aprender cómo no solo el cuerpo humano y de diferentes pokemon trabaja. Con eso en mente, God podía observar en como este se desarrolla y las diferencias en cada tipo de persona. Así volviendo a ver el cuerpo de Mz podía observar que aunque su abrigo de invierno le quedara un poco grande podía ver que tenía pecho plano pero bastante diferente a la compostura de su cuerpo, con eso podía intuir que había entrenado bastante el abdomen o que simplemente era un problema del abrigo.

De sus piernas podía ver que no estabas tan entrenadas pero que si tenía un poco más de cadera y muslo de lo que podía intuir que había entrenado algo como gimnasia o natación. De su vestimenta física no pudo ver nada anormal puesto que todo lo que tenía no era nada normal de usar en esa zona y muchos menos en esa época del año. Lo más destacable de lo que se podía ver de él era aquella mascara robótica que emitía aquellos sonidos, su ojo izquierdo robótico parecía a la luz trasera de un automóvil, pero aun así no veía la cosa que era importante del sujeto y que el aún no había visto. Cuando fue que se rindió en buscarla fue que lo vio, su ojo derecho estaba descubierto y God quedo en shock al ver aquel extraño ojo.

— Un ojo rojo… — El entrenador quedo hipnotizado al ver que en aquella esfera la pupila del sujeto era del color rojo claro, no era tan fuerte como los suyos pero aun así era extremadamente raro que alguien más tuviera ese tipo de color de ojos, la probabilidad era casi nula si se veía científicamente por lo que él creía que era un milagro que el los tuviera de ese color. La diferencia entre sus ojos, y ese era que los de God eran más profundos y más fuertes en tono mientras el del parecía ser el de algún tipo de felino como un Persian debido a la forma rajada que tenía su pupila.— Tu ojo es rojo… ¿Cómo puede…? — —

— Por fin te das cuenta de lo obvio, es notable que no conoces de nosotros o me hubieras identificado de inmediato al verlo. De cualquier manera esto no cambiara el resultado. — Decía Mz al fin con aquella voz mecanizada y la estática que soltaba. — Ahora preguntaras como es que es de ese color. Por desgracia es información que no te puedo dar al menos que me venzas, pero te daré un bono por haberlo visto. —

El pidgeot al ver con más atención la gorra que God llevaba puesta, abrió un poco los ojos de golpe al reconocerla. Este detalle no fue desapercibido por el enmascarado que solo soltó un par de palabras.

— Es notable que reconozcas esa gorra que lleva, no puede olvidar el hecho que le pertenece a su entrenador original. –

— ¿De qué carajo hablas? Eso no puede ser cierto. Esta gorra era de mí… Ouh. — El entrenador al fin se dio cuenta de lo que le quería decir Mz, ese pidgeot era el pokemon del dueño de la gorra que llevaba. — Entonces… ese pokemon es…—

— Acertaste, es uno de los primeros pokemon del campeón, Corona Negra. – terminó por decir Mz antes de que empezara el combate con un fuerte aleteo de parte del pidgeot. — Me imagino que tienes más preguntas ahora. Si es que puedes vencerme, te contestare a todas tus preguntas. –

— Pero si es un pokemon de mi hermano… ¿Cómo es que vamos a…— Pensamientos negativos empezaban a hacer a God, el saber que aquel pokemon le pertenecía a u invencible hermano le hacía dudar si es que podría aunque sea darle un golpe. Pero una leve descarga de parte del pikachu variocolor en su hombro lo hizo reaccionar.— Auch, Rayo ¿Qué haces? Odio que uses electricidad contra mí. –

"God, concéntrate." – le dijo la rata eléctrica a God para despertarlo de ese trance que se había auto expuesto, esto hizo que God volviera en si su forma positiva.

— Gracias, compañero. Ahora al combate. — dijo God con su sonrisa optimista mientras acariciaba a su tipo eléctrico antes de levantarse y ponerse donde había estado parado.

— Si ya terminaste, que comience el combate. Haz el primer ataque. — se le escucho decir entre el ruido mientras su voz se hacía cada vez más tétrica.

— Bien, Discharger. ¡Lanzallamas! — Siguiendo la orden de su entrenador, el pequeño Charmander dorado empezó a acumular una inmensa cantidad de fuego en su boca para acabar al Pidgeot, pero el potente Lanzallamas había sido volado de una de las potentes ráfagas del aleteo del Pidgeot.

— No puede ser... el Lanzallamas es nuestro mejor ataque, y con solo su aleteo lo hizo a un lado como si fuera simplemente una hoja. — dijo God mientras veía como su oportunidad de ganar se iba por el caño pero su esperanza no, mientras que Mz parecía estar esperando algo de God, no daba ninguna orden ni se movía.

Solo cruzaba sus brazos y no se le podía ver sus expresiones por la máscara de esa fría sonrisa, esa mirada gélida y ese ojo rojo que se le veía, tal ojo extraño paralizaba del temor a cualquiera que lo viera, tanto así que God no se atrevía a ver a ese ojo tan oscuro aunque se pareciese en el color a los suyos. No siguió mucho tiempo en sus pensamientos ya que Mz no esperaría todo el día.

— Si no atacaran, entonces lo haremos nosotros. Disc arañazo. — dijo God la orden para atacar. Discharger se le lanzo encima pero era increíble lo que paso, Ráfaga desapareció en un segundo dejando caer al suelo al Charmander dorado.

— Que veloz, no pude verlo cuando se movió. — God se volvía loco, miraba a todas las direcciones para ver si encontraba al veloz Pidgeot sin resultado alguno más que un dolor de cuello.

— ¿Buscas algo? — pregunto Mz con su tétrica voz y aún más siniestra.

— ¿Dónde está tu Pidgeot? —

— Porque no miras más arriba, por ejemplo encima de ti. —

En eso, God se fijó en la sombra de forma de pájaro que había aparecido encima de él.

— Ahora ¿Qué harás? – dijo Mz tratando de hacer reaccionar al chico de ojos rojos. God no sabía qué hacer, todos sus intentos de ataques habían fallado y Discharger perdía fuerza por cada uno de ellos.

— Demonios, así no llegaremos a nada si no logro darle aunque sea un golpe. — pensaba God mientras un sudor frio pasaba por su frente. — Pero, no me rendiré. No tirare el esfuerzo que hemos hecho en llegar hasta aquí. — dijo God levantándose de donde había caído. Mz podía notar un tanto extrañado como la mirada del chico parecía ahora estar un poco más enfocada en el combate que en ganarlo. Mz al ver esto levanto el rostro levantando el pelo de la máscara y vio directamente al chico lo cual a God ya no le importo ver el escalofriante ojo rojo con detalles negros. — No vamos a ceder, esto aún no acaba. –

— (Esas palabras otra vez. Ya las había oído por otro Forcehold… — pensó el enmascarado no con una voz siniestra sino con una voz casi femenina e infantil. — (Es igual que su hermano pero le falta el talento, tal vez ya deba acabar con esto. — pensó el enmascarado no con una voz siniestra sino con una voz casi afeminada e infantil.) –

— Disc, prepárate. – Dijo el chico con una sonrisa llena de malicia en su rostro. — Usa Lanzallamas pero esta vez apunta hacia el suelo. – Dijo God mientras apuntaba al suelo. Esas palabras le dieron inquietud al Charmander dorado ya que él pensaba que solo perdería poder. – Confía en mí, se cómo vencerlo pero primero debemos tumbarlo de los cielos. — El Charmander indeciso desapareció y entro uno con la confianza en su entrenador y una bola inmensa de fuego saliendo por su boca. –

— Muy bien, ahora todo al suelo. – Aunque la orden de God fuera absurda, Discharger hizo su potente Lanzallamas al suelo haciéndolo salir disparado contra el Pidgeot. Era asombroso, God había planeado convertir uno de los mejores ataques de tipo fuego en un proyectil furioso con la mirada en Pidgeot. Pero...

— ¡Disc, espera es al otro lado! ¡No ese sino el otro! ¡NO, al otro! —

Para la sorpresa de God, el ataque fue muy inestable y Discharger mareado por tantas vueltas que daba un lado para el otro perdió el control y le había pasado por a lado a Ráfaga sin hacerle ni un pequeño daño. El proyectil iba de un lado a otro y tanto fue su fuerza que se podría decir que casi recorre todo el público como un turista perdido haciendo que bastantes personas lo siguieran aunque ni si quiera a ir a esa velocidad. God había quedado algo confundido, creía que iba a funcionar.

— Creo que debimos practicarlo más. – pensó God mientras se rascaba la cabeza un poco frustrado al ver como ahora iba en círculos a su alrededor mientras el pidgeot ahora solo siguiendo con su vista lince esperaba el siguiente movimiento que haría. — Vamos compañero, redirígelo hacia Ráfaga, tu puedes. –

Mz parecía algo interesado en lo que pasaba ya que por primera vez en ese combate se le vio levantar un poco más la cabeza, esas palabras de aliento no hacen milagros... o eso creía él, ya que Charmander aún poco confundido se había acostumbrado un poco y tomo el control del misil. Era increíble pensar que en un apuro Discharger se convirtió en un misil ardiente.

Esta vez las ráfagas de viento del aleteo de Pidgeot no pudo apagar el ataque y fue completamente recibido, aunque no haya sido mucho daño fue muy satisfactorio como para el Charmander como para el chico ya que de tantos intentos fallidos de ataques al menos uno lo lograra.

— Ya vi suficiente. Ráfaga, mostrémosles el poder más fuerte que tenemos. — de eso empezó a alumbrar en el cuello del Pidgeot donde escondido entre sus plumas había un collar con una extraña piedra, aunque God tuviera buen ojo no podía dar descripción de esta aparte de la hélice de color rojo que había ella. Pero no solo brillaba la piedra del inmenso Pidgeot sino que en la cadena que llevaba Mz en el cuello empezaba a brillar de igual forma que la de su pokemon alado. — Este poder proviene de una región muy lejana a esta, es llamada Kalos. Este poderoso vínculo viene de una poderosa arma que hace mucho tiempo devastó el mundo y acabó con las guerras. Esta piedra con forma de canica que tengo en mi collar es una Piedra Llave, esta debe ser llevada por un entrenador y la otra piedra debe llevarla el pokemon, y estas dos piedras desenlazan este gran poder oculto en los pokemon. Ahora observaras como esto te permite llegar a un nuevo nivel. —

Estas palabras siniestras confundieron bastante a God y a sus pokemon hasta que la luz los dejó ciego. Entonces el misterioso Pidgeot tras las palabras de su entrenador se puso justamente frente de él, y con el aleteo del Pidgeot mandó a God junto con Rayo a la malla de metal, y Discharger hubiera tenido el mismo destino si no se hubiera agarrado de una de las mallas cerca de él.

Piedra Llave Actívate. – La voz mecánica de la máscara empezaba a soltar un eco mas comprensible para los oídos del castaño y la estática empezaba gradualmente a crecer. - Vínculos que nos unen entre las tinieblas, aparezcan y liberen el poder oculto en los vientos sagrados de este pokemon leyenda… —

¿Que está pasando?

¡Megaevolution!

— ¿Megaque? –

Adelante poderoso guardián del cielo. Surge, desciende, hasta aparecer ante mí. Abre tus alas y crea vendavales con tu presencia…. –

— Abre tus Alas y Alza el vuelo, Mega Pidgeot.

El Pidgeot empezó a brilla de una manera muy intensa mientras caía en picada hacia el dorado Charmander hasta que chocara lanzando al pobre Charmander a varios metros con varias heridas y casi debilitado. Era increíble ver un poder tan grande, y era mucho más impresionante que ese pequeño Charmander lo haya sobrevivido por poco y eso que apenas lo había tocado.

"No… puedo rendirme, seré el mejor…" – dijo el extraño variocolor a su entrenador. God había quedado sorprendido por la inmensa fuerza de Discharger y su espíritu de lucha. El peleaba por un sueño igual que su compañero.

— Entiendo eso. Yo también quiero ser el más fuerte, pero no te puedo arriesgar así. Prefiero que perdamos a que empeores tu estado, no quiero perderte. – dijo God con preocupación.

"Por favor, no puedo perder. Confía... en mí…" – le dijo mientras empezaba a levantarse.

God recordó esos ojos antes, ese sentimiento de frustración, él había sentido lo que sentía su pokemon, el sueño que cumplir y toda la soledad que tuvo ya que nadie creyó que lo lograría. Entonces de su rostro salió una breve sonrisa.

— No somos tan diferentes, compañero. — susurró God con ese brillo en sus ojos. Él había comprendido porque él siempre se esforzaba tanto y porque nunca se rendiría.

Mientras tanto...

— ¿Lo encontraron?— pregunto Liv a los Daisy y Tony.

— No, este lugar es enorme y God es bueno en hacer alboroto, así que solo hay seguir buscando –dijo Daisy tratando de aliviar un poco el ambiente. Los dos entrenadores seguían buscando mientras que Tony estaba tranquilo hasta que Liv al verlo en el mismo lugar de donde estaba antes de buscar a God le pregunta:

— ¿Qué te pasa? Te quedaste quieto. — Esas palabras no hicieron nada en Tony, solo le respondió.

— Esta en el techo. — dijo Tony con su indiferencia, esas palabras le dieron mucha curiosidad a la chica de pelo negro.

— ¿Cómo estas tan seguro que están ahí? — pregunto mechas rojas.

— Wolf y yo hemos sentido una inmensa fuerza que viene de allá arriba y además God tiene la peor suerte de todas, es fácil deducir que está peleando. — dijo el de pelo castaño levantado antes de ponerse más serio de lo que es el.— Pero lo que quiero saber es con quien está peleando y de quien es el dueño de esa inmensa fuerza. — se preguntó a sí mismo en su cabeza

Tras volver todos empezaron a correr al techo guiados por el tío de Liv.

Mientras tanto...

En el techo del Laboratorio del Profesor Boreal, estaba el chico de gorra azul buscando una manera de salir victorioso pero no tenía suerte. Soñó podía contar con el extraño disco que tenía en su mano mientras que Mz ha estado todo el tiempo callado esperando la jugada de su oponente hasta que...

— Ha pasado mucho tiempo, no esperare más. — tras decir eso levanto su mano apuntando al cielo donde estaba el Pidgeot aun iluminado por la luz que desprendía esa piedra dejando imposible verse aún al ojo más fino y con mejor vista. — Hiperrayo…— grito el enmascarado rojo con voz tétrica y siniestra.

El poderoso Pidgeot cargaba una poderosa cantidad de energía en su pico mientras que estaba rodeado de un aura azul y que apuntaba hacia al pobre Charmander que con esfuerzo logro levantarse. Esto le recordó a God su sueño y recordó lo que pasaría si a Discharger le llegaba el ataque. El miedo que le daba ese sueño, la tristeza de lo que ocurrió con el Charizard que se había sacrificado por su entrenador y el deseo de poder evitarlo. Cuando el ataque estaba completamente listo y preparado el misterioso le dio la orden final.

— Fuego. — Entonces el Pidgeot disparo el potente rayo contra Discharger que hubiera sino por un cambio en el objetivo. El que recibió el ataque no fue Discharger sino... God.

Él se había atravesado entre el Charmander y el letal ataque que protegiendo a Discharger, a su compañero. El aire se podía sentir la tristeza y el dolor que sintió God que fue lanzado a varios metros doblando nuevamente la malla doblándola aún más dejándola en pleno aire donde no aguantaría mucho tiempo al chico, que solo le quedaba poco tiempo si se quedaba ahí. Discharger se quedó quieto por el miedo, estaba aterrado por el golpe fatal que hubiera recibido pero no solo eso sino que también estaba sorprendido por lo que hizo su entrenador, el extraño simpático que aún no se había ganado toda su confianza… se había sacrificado por él…

Al haber pasado el Hiperrayo, Rayo fue corriendo a ver a su entrenador y a hacerlo reaccionar, claro que también estaba el presentimiento de la rata medio naranja que pensaba que esa malla había sufrido ya bastante y no aguantara el peso de God por mucho tiempo, al moverlo con todas sus fuerzas lo colocó en el suelo de ese tejado y lo vio en el suelo inconsciente y no sabía si había fallecido o no, mientras que el Charmander dorado estaba paralizado del miedo pensando lo que había hecho God por el hasta que empezó a acercar hacia su entrenador, o tal vez a su cuerpo sin vida a un paso bastante lento.

Todo iba mal en ese trágico lugar pero lo que fue la gota que derramó el vaso fue que el Pidgeot se empezaba a mofar del tal entrenador. Rayo se negaba a que él se haya ido e intento despertarlo con su Trueno sin fruto alguno, pero el Pikachu no se rendía y saliéndole las lágrimas en los ojos seguía atacando cada vez más fuerte con Trueno hasta que no pudo aguantar más y se le salieron las lágrimas cayendo en encima de su mejor amigo. Charmander siempre estuvo con la cabeza baja intentando no soltar las lágrimas, este empezaba a recordar a su entrenador y el combate y el entrenamiento que tuvieron para controlar el Lanzallamas.

— "Esa emoción…

Esa alegría… que paso en ese día…

Y todas las risas…

Aunque fuera un entrenador muy payado tenía su lado bueno ya que nunca lo defraudó.

- Y aunque era bastante cómico también me cuido y me apoyo siempre, él fue un verdadero amigo. ¿Y… se fue? Por culpa de ese maldito de huevo malo…" — susurro Discharger. Lo único que no olvidara jamás de él era esas palabras que nadie nunca le habían dicho.

— "Vamos compañero, confío en ti…" —

Entonces de un intenso silencio de Discharger empezó a salir una intensa aura dorada de su mismo color, era la misma con la que había derrotado a Blaster días atrás. Pero con las mofadas del Pidgeot, del Charmander empezó a salir más y más de esa misteriosa aura hasta que se tomó la forma de un dragón con largas alas, una cola donde sobresalía la llama del Charmander y en su cabeza sobresalían tres cuernos, y en los ojos de un rojo intenso.

Todos estaban impresionados de lo que había ocurrido con el pequeño Charmander debilucho que está paralizado del miedo. Mz seguía quieto como estatua esperando algo, solamente le dijo a su pokemon: — Haz lo que quieras, no te detendré por esta vez. — Tras decir esto, el Pidgeot sonrió de una manera muy siniestra y ataco sin piedad alguna al pobre Charmander pero él le paro agarrándolo del pescuezo mientras quedo estático parado en el mismo lugar. –

"Tu... lo... mataste. No... Te perdonare... jamás! ''— Tras decir esto, Discharger abrió los ojos y lanzo con tanta fuerza al pidgeot que este perdió el control y esperándolo estaba Charmander que se había teletransportado con una Megapatada en la cabeza dejándolo debilitado y lanzándolo hacia la tierra del techo donde se estrelló, toda la onda se sintió todo el Laboratorio y sus alrededores, ya todos sabían que sabían que pasaba algo ahí, hasta ya había gente pendenciando el combate. Rayo estaba impactado con la fuerza del antiguamente pequeño Charmander hasta ver que era más fuerte de lo que él creía. El majestuoso Pidgeot estaba tirado en el suelo con un daño severo sin posibilidades de seguir luchando pero el Charmander envuelto en el dragón aura se volvió a mover a una gran velocidad ahora estando cerca de él y lo levanto por el cuello.

"Lo mandaste al otro mundo… vengare su muerte con la tuya…" — En ese momento Discharger hizo que unas de sus garrad saliera una garra espectral de color verde esmeralda. — "El murió por mí y no dejare que su sacrificio sea en vano" —

Entonces estuvo a punto de atravesar al tipo volador…

Sino fuera por unas palabras muy sorpresivas.

Disc... Discharger... no lo... no lo mates. – Unas leves palabras salieron de la boca de God. — No merece... morir, por favor... no lo hagas… — dijo entre quejidos apenas con la fuerza que le quedaba tendido en el suelo. Todos estaban sorprendidos que God siguiera vivo, aunque muy mal herido haciendo que Rayo lo abrazara con mucha felicidad por lo ocurrido haciendo doler algo a God por el impacto del Hiperrayo. Disc era aún su pokemon y debía obedecerlo, entonces soltó al Pidgeot y fue a ver a su entrenador. God era el más sorprendido por la apariencia de Discharger ya que no se esperaba ver algo así.

Wow… que fuerza tienes ahora, eh compañero... Pero creo que es hora de volver a la normalidad ¿No lo crees?

Al decir esto Discharger le respondió y la aura que formaba a ese extraño dragón desapareció por el aire hasta ver al pobre Charmander exhausto con una sonrisa en la cara y unas lágrimas de alegría, haber visto a su entrenador a salvo había dispersado la ira que había dentro de él.

Liv y los demás llegaron a tiempo para ver la transformación de Charmander y ahora que todo había terminado la batalla, fueron a ver a su compañero con sus ropas gastadas y su cuerpo muy maltratado y herido.

— ¿Sigues vivo? — le dijo con sarcasmo mechas rojas al destrozado por el Hiperrayo.

Más o menos, aunque no creo poder caminar en un rato. Y… me duele cuando respiro… — Dijo God tratando de quitar la cara de preocupación de las damas presente en el lugar. De pronto God se desmayó por el cansancio y al verlo sus amigos pidieron ayuda, mientras que Tony y Mz estaban a punto de comenzar una batalla.

— Muy bien. Ya te divertiste con el saco de boxeo marca God, ahora responde. ¿Quién eres y porque atacas al mediocre ese? —

— Ese símbolo que llevas en la espalda es la llama negra del clan Ignest ¿No es así? — Se le oyó decir entre los ruidos molestos de la máscara del misterioso vestido de rojo. Es muy extraño ver a un superviviente de ese clan extinto. Se decía que estaban en Sinnoh… —

— No solo soy uno del clan de manipuladores de las llamas ígneas sino que soy el que te derrotara ahora mismo— Dijo eso con un tono calmado y tranquilo, como si no hubiera pasado nada y que su amigo no estaba tirado en el suelo gravemente herido a centímetros de él.

— ¿Planeas atacar a un indefenso entrenador sin dejarlo que se defienda?—

— No, no soy un cobarde como tú. Aunque ataques a mis amigos y a ese perdedor pelearemos con honor, una batalla no es nada si no es justa. — Dijo Tony. — Además que aun te queda ese Pidgeot que escondes en la greatball.— Tras estas palabras Mz se sorprendió un poco.

— No se dé qué hablas. —

— Que truco tan barato. Es Sustituto, es obvio ya que un ataque como ese proyectil de Fuego no haría tanto daño a un pokemon que evoluciona al llegar a nivel determinado y menos su evolución final. Le haría daño aproximadamente el 7,5% a ese clon. Debes tener bastante destreza con ese movimiento ya que solo los expertos pueden usar ese movimientos haciendo múltiples copias sin gastar nada de energía, y ese que logre ver parecía que solo salió de la fuerza de uno de sus aleteos, es de básicos ese problema. — dijo aun con su actitud fría y calculadora.

— Pareces que eres más que lo que se ve. Lamentablemente no puedo comprobarlo ahora, ya termine mi misión aquí y ahora lo que debo hacer es dejarle esto al Ryuseiider. Ese chico de ojos color sangre. — se le oyó decir a Mz entre la estática.

— ¿Ryuseiider? — Preguntó Tony— ¿Qué es eso y porque dices que God tiene eso? Sera mejor que te expliques bien o sino...— dijo el chico de cabello parado castaño y de ojos esmeraldas pero fue interrumpido con un paquete que le había lanzado el enmascarado vestido de rojo.

— Te encargo que se lo des. Algún día veré que tan fuerte eres, pero por ahora tengo que irme. — Tras decir eso entonces le dio la espalda al de ojos esmeraldas, entonces sin hacer mucho esfuerzo voltio la cabeza lentamente viendo fijamente a Tony con su ojo rojo. — No lo olvides, Cada comienzo tiene su fin… y cada fin tiene un comienzo….

Tras decir esto un brillo intenso apareció en Mz y nadie pudo ver lo que paso. Cuando Tony logro recuperar la vista vio que Mz había desaparecido sin dejar rastro alguno de él, como si se lo hubiera tragado la tierra.

¿Quién era ese tipo? — se preguntó Tony a si mismo con bastante preocupación— El apareció de la nada, peleó contra God y luego me deja esto para dárselo ¿y luego se va? Aquí hay Liepard encerrado. —

— Tony, ayúdanos. — le grito su amiga de pelo castaño rizado. Al ver a God así va a ayudar a Daisy que intenta levantar a God sin conseguir fruto alguno.

— Estas pesado. Deja de comer tanta carne y come ensalada. — Dijo Daisy intentando levantarlo por su cuenta— Auxilio... Me va a...— Pluff, solo quedo una tortilla de Daisy frita debajo de God.

- No es tiempo de jugar que God necesita ayuda médica. — le dijo Tony.

— Cállate y quítamelo de encima. God me está tocando el trasero. Quítamelo. —

— Bueno ¿no decías que te gustaba cuando él te hacia caso? —

— NO DE ESTE TIPO DE CASO. QUITAMELO DE UNA VEZ. —

— Ya, pero no grites. — Entonces Tony levanto a God y se usó como muleta con su hombro para cargarlo. — ¿Vistes? No fue tan difícil, además no pesa nada. —

— Aja si claro. Tienes suerte de llevar a God contigo o si no te daría lo que te mereces. — le dijo Daisy a Tony amenazándolo mientras tronaba sus nodillos lo cual hizo que Tony se diera un poco más de prisa debido a que sabía que ella era capaz de darle una patada para que se diera prisa.

Ya era de noche, God estaba en una camilla de hospital en una enfermería del Laboratorio mientras que en un cuarto cercano a donde estaba el herido estaban sus amigos y la familia Boreal discutiendo de lo que había sucedido.

— Entonces eso fue lo que paso. — dijo Daisy aclarando unas cosas de aquella escena que había pasado.

— Así es. Según lo que pudimos ver en las cámaras de vigilancia. Aunque fueran destruidas en ese destello del Pidgeot pudimos definir la mayor parte de la batalla. — dijo el profesor León.

— Me es increíble que hayan tipos como esos. Ataco God y se fue. ¿Qué clase de sujeto hace eso? — dijo Liv aun con algo de enojo.

— Era un Cazador de Experiencia, son bandidos que buscan a oponentes fuertes para poder mejorar. Esto sería entrenadores comunes sino fueran por que acaban con el pokemon y noquean al entrenador cuando se sienten insatisfechos. Aunque ese no era uno común como los demás. Este poseía un poder aun mayor al que conocemos, solo Neil puede tener tanto poder.

— ¿Ese era Neil? Pero ¿cómo?— pregunto Liv.

— La verdad es que desconocemos cualquier otro detalle. Pero las lecturas del Pidgeot son idénticas al de Neil de la copa Batalla Fuerza de hace más de 5 años, es el mismo pokemon. Estamos 100% seguros. — dijo el profesor León.

— Ese no era Neil. Ese tipejo tenía un aura de viento y la Neil es eléctrica. — dijo Daisy algo preocupada. Este comentario dejo bastante sorprendidos a los Boreal ya que no sabían que estaban hablando.

— Daisy, espérate un momento. ¿De que estas hablando? — pregunto Liv.

— Uy, perdón se me olvidó mencionarlo. Poseo un poder especial que me permite ver el elemento de cada persona, es uno de mis muchísimos talentos. — dijo Daisy con mientras se rascaba la cabeza inocentemente.

— Pero ¿cómo es eso posible? Eso es inaudito...— dijo el profesor pero fue interrumpido por Liv.

— Tío, esto también me interesa bastante, pero por ahora tenemos el problema de God Forcehold. — le dijo Liv a su tío quien se encontraba preocupado. — Lo intrigante es eso de aquella energía que venció al Clon sustituto. No es normal en ese tipo de pokemon. Es más, no entra en la categoría de normal. —

— Pues hay una teoría de que haya sido una chispa de rayos link— dijo el profesor bastante serio.

— ¿Rayos link? ¿Qué es eso?— pregunto bastante intrigada Daisy.

— Según lo que se sabe, son unas partículas de poder de gran inmensidad que están esparcidas en diferentes lugares. No se sabe mucho de estas pero se dice que estas son capaces de conceder milagros aunque cueste creerlo. — dijo el profesor León.

— Entonces. Según entendí, esas partículas son tan poderosas que pudieron vencer al clon de ese pajarraco. — preguntó Daisy acerca de aquella información científica. — ¿Pero cómo God obtuvo una de esas partículas?—

— No se sabe nada. Solo que vienen y van por el espacio, la única manera que haya recibido una podría ser que lo haya atraído. — dijo Liv. — Ese chico tiene mucha suerte. Por eso debió sobrevivir ese ataque—

— No seas tonta, esas partículas no fueron nada— dijo Tony, el castaño de color esmeralda rompió el silencio y lo que más le sorprendió a Daisy era que lo hacía para defender a God, al que siempre le decía mediocre o perdedor.

— No importa de dónde God saco ese poder pero lo hizo, logró controlarlo y siempre mostró tener el control, recuerden que a la orden del Discharger volvió a su forma normal. Tal vez obtuvo ese poder por suerte, pero por lo menos lo controló. — dijo Tony con su fría forma de expresarse.

— Pero ¿Cómo puedes estar seguro que él estuvo tras esto? — pregunto Liv algo intrigada por el extraño comportamiento de ese chico.

— No lo sé con certeza, pero lo averiguare. Ese perdedor es más de lo que se logra ver a simple vista. — dijo el castaño de pelo parado antes de irse de la habitación. Aun todos dudosos Daisy tenía una leve sonrisa en su rostro.

— Ya veo que tanto respetas a tu rival, ¿Verdad Thomas?— dijo Daisy de forma un tanto juguetona tratando de provocar a su amigo.

En las afueras del Laboratorio...

— Salgan… — dijo la voz de Tony y se logró ver las pokeball en el aire y de ellas saliendo el rayo de luz que formo al Squirtle variocolor y el Houndour. Ambos al ver a su entrenador lo saludaron con bastante cariño pero este solo les dio la espalda que hizo extrañar a los pokemon.

— Escúchenme chico. A partir de ahora comenzaremos nuestro viaje. Este será un camino bastante rudo, habrá peligros en cada esquina y no podemos confiarnos ni del pokemon más enclenque. Espero de ustedes el cien por ciento ya que no me agradan los débiles, pero por ahora enfoquemos en una meta, ser los mejores. — dijo Tony con un Tony más elevado y una actitud parecida a la de God, solo con su toque tranquilo y sereno. Entonces al ver a sus pokemon ellos asintieron con determinación haciendo que a Tony se le saliera una pequeña sonrisa antes de ver a una habitación en el segundo piso, donde él sabía que estaba reposando su rival de ojos rojos.

— God, no me decepciones. Te esperare en Ciudad Malva y más te vale que me alcances pronto. No te acobardes. —

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