Hola! antes de que vayan al siguiente cap les cuento que saldré de vacaciones, por lo que viajaré a un lugar con poco acceso a Internet, así que no prometo publicar de seguido hasta mas o menos el 15 de enero. Lo intentaré, de veras, pero no lo prometo. De igual forma espero que se tomen el tiempo para leer, y comentar, comprendo la ausencia por las fiestas navideñas... o bueno, espero que sea por eso, XD
Cap 25 Amistades complejas
Llegar al desierto fue más impactante para ella de lo que esperaba. Si bien Sunna era su hogar, había algo en su ser que impedía que lo reconociera como tal. Sin importarle qué harían los demás miembros de la congregación de Sunna, ella tomó rumbo a su casa y caminó rápidamente hasta entrar en su recinto, se apresuró a cerrar de un portazo la puerta pero algo lo impidió.
- Ay… - Dijo la mujer sobándose la nariz.
- Oh, yo… lo siento... – Temari a veces se olvidaba de que ella la seguía a todas partes. – No es necesario que estés aquí ahora, solo voy a ducharme y a dormir. Tómate el día libre.
- Lo siento, sabe que es mi deber velar por usted, ¿desea que le prepare algo de cenar? ¿quiere que prepare sus prendas?
- No… ya sabe que soy bastante capaz por mí misma. – su voz sonó con un aire de enfado.
- Nadie duda de su capacidad… pero quisiera ayudarla.
- Te dije que no. – dijo Temari ignorándola yendo a su habitación, en cuanto sintió que era seguida nuevamente, se detuvo – Pensándolo bien, tengo algo de hambre, por favor prepare la cena, oscurecerá pronto.
- Claro que sí, señorita.- Dijo con una reverencia, Temari bufó alegrándose de haberse librado de ella por un tiempo al menos. Haciendo cuentas le quedaba el tiempo justo para bañarse y relajarse.
Al principio pensó que una ducha fría y rápida era lo ideal, por lo que no se molestó en ir a su baño privado y entró al común, pero al estar bajo la regadera cambió de opinión y permitió que la bañera se llenara en su totalidad, alcanzó algunos frascos de esencias para el agua y no dudó escoger el olor a hierbabuena por encima del de fresas, ese olor le recordaba mucho a Shikamaru.
Tras conseguir que la bañera estuviera lo suficientemente llena y que tuviera buena cantidad de burbujas, se sumergió por completo, se sintió relajada al instante y cuando salió a tomar aire se permitió apoyar su cabeza en la porcelana para descansar. La última reunión de Kagues había sido extremadamente estresante; sabía que el ambiente estaría tenso, pero no se imaginó una confrontación entre Tojuro y Shikamaru y todo había sido por culpa de ella. Si todo se hubiese salido de control no dudaba que Tojuro hubiera reclamado a Shikamaru como botín de guerra para provocar Konoha y le cortaría la cabeza. Y entre las cosas más estresantes estaba que no había podido comunicarle bien toda la información obtenida por andar de calenturienta.
Jumm, Shikamaru… se había decidido a dejarlo ir, a que fuera feliz con alguien más, pero el muy idiota la había convencido, le había puesto un arma en la cabeza y amenazó con dispararle… ah, no… eso no pasó, él solo la había besado, la acarició y ella cedió como vil puberta.
No podía evitar derretirse ante él, estaba enamorada irremediablemente y es que solo con recordarlo su cuerpo reaccionaba químicamente. Casi sin darse cuenta, una de sus manos acariciaba con mesura uno de sus senos recreando el jugueteo que hacía siempre Shikamaru cuando terminaban de hacer el amor, él la acariciaba con los dedos sobre el pezón sin la intención de provocarla, solo por acariciarla y sentirla, era su forma de decir "sigo aquí después del orgasmo"; después, su mano bajó lentamente acariciando cada parte de su vientre hasta llegar a su feminidad, pasó sus dedos sobre su clítoris despertando placer imaginando que era él quien lo hacía, Shikamaru la conocía tan bien que había cosas que sólo él lograba y ella nunca pudo igualar, pero eso no la detuvo, continuó explorando hasta separar los labios y acarició su entrada con suavidad sin descuidar el movimiento de su mano en su seno; en cuanto se motivó lo suficiente, se dispuso a introducirse en si misma sintiendo un gran placer y…
-¿Desea más burbujas?
-¿QUE MIERDA HACES AQUÍ? –gritó en cuanto vio a su nana entrando y con intenciones de agregar más esencias a la bañera. Hizo un intento de cubrirse alegrándose que la bañera tuviera demasiadas burbujas.
- Yo… yo… creí que sería bueno si agrega la esencia de coco, es buena para la piel.
- LARGO! – rugió Temari.
- Pe…pero… - decía en medio de titubeos mientras retrocedía con temor.
- TE HE DICHO QUE TE LARGUES! AHORA! - Temari le chapoteó agua espantándola y la nana tropezándose con la puerta y golpeándose con ésta, hizo un gran esfuerzo por salir viva del cuarto de baño.
Temari no podía de la ira, se había sentado en el fondo de la bañera y acarició sus sienes con los dedos completamente frustrada. Se sintió más desnuda de lo que ya estaba, esa mujer no sabía respetar el espacio personal y sin duda la había cortado en pleno auge de tranquilidad; sabiendo que rondaba por la casa, no podía disponerse a recordar a Shikamaru como deseaba.
Salió de la bañera sin siquiera preocuparse por dejarla limpia, si la nana quería hacer algo útil, que lo hiciera ella. Se dirigía a su habitación envuelta en un albornoz pero en estando en el corredor, escuchó un leve gimoteo, se devolvió sobre sus pasos entrando en una de las pequeñas salas.
Al ver a la nana lloriqueando su cara se tornó soberbia "pues bien, se lo merece", y planeaba continuar su camino, pero algo en su alma la detuvo "oh, no me puedo creer esto".
Se dirigió hacia la señora que cubría su rostro con las manos estando sentada en el sofá. Al sentir la presencia de Temari se asustó y se levantó inmediatamente secando su rostro.
- Oh... seño… señorita Temari, que pena con usted… yo… yo… - las lágrimas no dejaban de salir y quiso irse, pero Temari la detuvo.
- Arj… ya, ya… siéntate. – Le dijo con un tono más fuerte del que quería usar haciéndolo sonar como una orden, así que respiró profundo sentándose frente a ella. -¿por qué lloras?
- No es nada, de verdad… no quiero molestarla – Temari bufó, eso era lo único que había hecho desde que llegó a su vida.
- Fue por lo de hace un rato, no?, mira, en serio soy letal, pero no tienes que exagerar. – ok… aquello no fue lo mejor por decir, la nana abrió los ojos asustada y se pegó contra el respaldo del sofá. –Descuida, solo es una broma… en su mayoría… pero no tienes porqué llorar.
- Es que… señorita, yo solo quiero cumplir mi cometido, quiero que se sienta bien.
- Pues debes saber que no me gustan tantos tratos. Yo estaba bien como estaba.
- Si, pero mi señor fue claro, quería que usted fuera tratada como una reina, y a él le gusta la esencia de coco y siendo usted su futura esposa pensé que sería un buen detalle que tuviera ese olor. – Ahora si, definitivamente no usaría más esa esencia.
- Entiendo que es tu misión, pero relájate, no tienes que ser una sombra todo el tiempo, no puede pretender que actúe como una reina siempre.
- Lo siento, quero que esté cómoda.
- Mira, puedes decirle a tu Daimyo que no me hace feliz sus atenciones y listo.
- Oh no! Me mandaría a matar, sería un fallo total al objetivo, me remplazaría! - aquel temor alertó a Temari.
- No te mataría por algo tan pequeño.
- Usted es un tesoro preciado, un fallo sería lo mismo que hurtar algo.
- Oook.. entonces hagamos algo, no le digas nada, yo tampoco lo haré, pero por favor, conserva tu distancia.
- Señorita, yo quiero hacerlo bien, entiéndame, es una cuestión de orgullo propio.
- Bien, eso lo puedo entender mejor.
- Creo que hemos empezado con el pie izquierdo, cuando me asignaron solo pensaba en que debía ser recta y estricta para que usted fuera acorde a los designios de mi señor, pero también me imaginé que podría ser una confidente, alguien con quien usted pudiera contar, una fuente de ayuda que le explique cómo funcionan las cosas en el palacio de mi señor…
La nana bajó su cabeza con algo de tristeza, aquello no lo esperaba Temari. Nunca la vio como un ser humano, para ella fue más bien como una marioneta que seguía ordenes, nada más y ahora estaba frente a ella casi contándole que quería ser su amiga.
- Jumm, sabes… creo que podremos ser amigas…- ella levantó la vista contenta - pero solo si me das mi espacio, si quieres satisfacer a tu señor satisfaciéndome a mí, solo lo puedes lograr haciendo lo que yo te diga. O sea que no me vas a hostigar todo el tiempo, ni me seguirás como si fuera una bebé y podré charlar con otras personas sin estar estresada por lo que digas.
- Pe... pero… es que a mi señor no le gustaría que usted hable con otros varones, y debo estar pendiente…
- Lo sé, pero en serio, inténtalo, piensa más en ti, en hacer otras cosas con otras personas, no quisiera perder mi intimidad.
- Mm… creo que podría intentarlo…
- Oye, por cierto… creo que no sé tu nombre – acababa de caer en cuenta de eso, para ella siempre fue la nana, o la sombra…
- Soy Kaede.
- Es un nombre lindo, podría usarlo de vez en cuando para llamarte.
- Eso me gustaría… - respondió sonriendo.
- Bueno, voy a vestirme – dijo levantándose y fue imitada por Kaede y notó su intención de seguirla.
- Desea que…
- No, no, no… quiero ir sola, me vestiré sola, escogeré mi ropa, y saldré a continuar con mi trabajo.
- Em… de acuerdo…
- Tu siéntate y descansa.
- Señorita, le recuerdo que la comida está lista… y está oscureciendo, por su seguridad podría trabajar en casa…
- Vas mejorando, al menos me preguntas mi opinión… lo tendré en cuenta. – Kaede hizo una reverencia y salió de la salita a la vez que Temari iba a su cuarto.
Definitivamente no esperaba eso. Todo creía menos que permitiría a Kaede ser su amiga después de que la interrumpió masturbándose. Era una mujer rara, pero tenía un halo de prudencia que le recordaba a Shizune, la ayudante de la quinta Hokage. Solo esperaba que eso le trajera algo bueno, quizá la convencería para ser confidente, o lograría ser capaz de escapar más a menudo si ella bajaba la guardia.
- Pero entre más pensaba la idea más recordaba algo, El Daimyo sería su esposo y ahora parecía que según las palabras de Kaede, el hombre podía ser posesivo y violento.
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- Flashback
- Es un placer conocerla finalmente Sunna Hime. – dijo el Daimyo inclinándose para besar su mano.
- ¿finalmente? – respondió correspondiendo el saludo
- He oído hablar mucho de usted últimamente, siempre admirando su belleza desde lejos, pero ciertamente de cerca mejora la experiencia. – dijo con aquella elocuencia y voz profunda que lo caracterizaba haciéndolo el notable casanova del reino.
- Es un honor ser alagada por usted, pero no me lo esperaba.
El Daimyio ni siquiera le había puesto tanto énfasis en saludar al Kague a su izquierda o a los dos concejales tras este, fue lo suficientemente formal para no ofender a Sunna, pero era notorio cual era su interés.
- Por favor no sea modesta, debe estar acostumbrada a que resalten sus virtudes.
- De hecho mi hermana es bastante profesional en las reuniones, así que está acostumbrada a ser tratada de la misma forma por los interlocutores; no es solo por ser modesta.- Dijo Gaara al ver a su hermana incomoda por el hecho de no poder actuar brusca como lo haría normalmente solo porque ahora se trataba de un feudal.
- Oh Kazekage sama, pero aún no empezamos la reunión.
- Cosa que aún no me explico el por qué. – El feudal sonrió con recelo.
- No se preocupe, por favor pasen a la mesa.
La mesa era pequeña y rectangular dejando al kague en una punta y al feudal en otra. Temari se dispuso a sentarse al lado de su hermano pero el feudal tomó una silla a su lado y la apartó para ella mirándola sugestivamente con una invitación que ella no pudo negar.
Al lado de Gaara se sentaron sus concejales Goza y Ryusa respectivamente, mientras que al lado izquierdo del feudal, se sentó uno de sus concejales dejando así la mesa finalmente llena.
- Bien, podemos dar inicio a esta reunión – Comentó Gaara.
- Usted es muy directo Lord Kazekage.
- En estas fechas tengo una agenda muy apretada.
- Lo comprendo, aun así me alegra que haya convocado esta reunión – Tanto Temari como Gaara miraron sorprendidos al feudal. – Y bien… ya todo está dispuesto por parte nuestra, hemos realizado paso a paso los requerimientos, prácticamente el 40% de nuestra riqueza está dispuesta a Sunna, también estamos transportando ahora mismo los insumos a su aldea, tanto de armas como de comida, medicinas y madera entre otros materiales solicitados; son los mismos ninjas de Iwa quienes están custodiando la carga. Debo asumir que ya se diligenció la bienvenida de los Shinobis a sunna ¿cierto?
Todos los representantes de Sunna estaban estupefactos; aquellas eran grandes noticias pero no eran esperadas.
- Eso quiere decir… - comentó Goza - … que la reunión presente consiste en… sus condiciones para brindarnos tales recursos? – En ese momento fue el Daimyo quien miró extrañado.
- ¿Mis condiciones? Las que me fueron prometidas, claramente. Ustedes han de saber que soy una persona tranquila, pero mi padre es bastante severo y aún cree que es el Daimyo y no quisiera que creyera que no puedo reclamar lo que es mío. Así que si se retractan tendremos que hacer uso del seguro. – Nadie entendía de que hablaba. ¿seguro? ¿lo prometido?
- ¿El seguro?
- Claro, tomaré de vuelta lo otorgado más el 50% del valor agregado por las molestias y un 30% más de indemnización, eso sin contar el pago a los ninjas encargados del traslado. – Ante esas palabras tanto los concejales y lo hermanos se tensaron, eso era demasiado y lo más preocupante era que aún no sabían de que hablaban.
- Me encantaría que fuéramos claros, su majestad – habló Temari – Ya sabe, por formalidad y para saber que hablamos de lo mismo. Relátenos su condición y los motivos de esta reunión – Para ella no pasaba desapercibido que él había dicho que habían sido ellos quienes habían propuesto esta reunión y no al contrario.
- Temari, querida, nada de "su majestad" no tienes que hablarme con tanto formalismo. Creí que estaba siendo claro. Tengo entendido que esta reunión es para oficializar nuestro compromiso matrimonial por el convenio pactado. No creo que ustedes hayan venido a retractarse porque no hay marcha atrás, a menos que quieran responder con el seguro que me dieron.
Tanto Temari como Gaara se tensaron en sobremanera levantándose de sus sillas. Ambos miembros del concejo de Sunna reaccionaron rápidamente, Ryusa sentado al lado derecho de Gaara lo tomó con ambas manos del brazo esperando que se calmara, mientras que Goza a su lado izquierdo puso una mano en su hombro y la otra en el hombro de Temari a su lado.
La tensión no pasó desapercibida por los demás presentes, específicamente la guardia del feudal quienes se pusieron firmes apuntando sus armas hacia la amenaza inminente, pero el Daimyo con una seña de su mano los detuvo.
- Kazekage sama… ¿hay algo que deba saber? – dijo tranquilo apoyando los codos en la mesa y la cabeza en las manos.
- Su majestad, no se inquiete por favor, es solo que el acuerdo ha sufrido unas cuantas modificaciones – intervino rápidamente Goza. Ambos hermanos lo miraron acusadoramente.
- Podría por favor permitirnos unos breves minutos - dijo Ryusa, a lo que el feudal asintió y señaló tras de ellos una sala apartada de la mesa. Los miembros de sunna con una reverencia se retiraron.
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- ¿Puede alguno de ustedes explicarme qué putas está pasando? – expresó Temari
- Señorita, por favor, cuide su lenguaje
- Qué lenguaje, ni que mierdas! ¿Qué está pasando?.
- No lo sabemos, la verdad – comentó Goza – estamos en las mismas condiciones.
- Ustedes mencionaron que había un cambio en los acuerdos, así que sabían algo – habló Gaara logrando erizar a sus concejales.
- Lo mismo que usted, se suponía que habían lanzado una propuesta de solvencia económica como préstamo y a eso vinimos, a escucharla. No pensamos que ya se hubiera hecho un acuerdo de esta magnitud. Lo dije solo porque no podemos quedar en evidencia de una forma tan vergonzosa, kazekage sama, debe parecer que tenemos el control, que sabíamos de todo esto.
- ¿Es que acaso no lo escuchó? ¡El idiota ese cree que vinimos a oficializar MI compromiso!
- Debemos hacer algo. Mi hermana no estaba en los acuerdos. Lo dije desde un principio – en ese momento ambos concejales se miraron incómodos. Ryuza habló.
- Lord Kazekage, todos sabíamos desde un principio que el daimyo tenía interés en encontrar esposa y no es desconocido que ya había mostrado interés por Sunna hime.
- Aun así habló con alguien y cerró un acuerdo sin mi consentimiento.
- ¿Habrá sido Tojuro? ¡Con razón no quiso venir! – Expresó Temari.
- No creo que él haya hecho algo de esta magnitud.
- No vale la pena seguir tratando este tema, mejor pensemos como solucionaremos esto.
- Parece que el trato está hecho. No podemos ir ahí y decir que no sabíamos nada al respecto, nos quitará credibilidad y confianza.
- ¡No me importa! Es de mí de quien hablamos, no me voy a casar con él.
- Señorita Temari, usted lo oyó, sabe lo que acarrea el negarnos, si hacemos eso Sunna dejará de existir, no podemos mantener una Guerra con Konoha y con el país de la tierra al mismo tiempo.
- Pues aliémonos con Konoha y démosle su merecido a ese hijo de papi!
- No es tan fácil y lo sabe. Creo que esta vez tendremos que ceder.
Temari no podía creer aquello, solo recordaba la última vez que se había comunicado con Shikamaru donde él le pedía que tuviera cuidado con dejarse desposar de algún idiota que no fuera él y sintió gran angustia de imaginar cómo se lo dría… de imaginar que todo terminaría.
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- Flash bak ends
Se erizaba de solo recordar ese día. Intentaron durante una hora cambiar el convenio, pero el Daimyo se ocultaba tras la fachada del consejo y de su padre para evitar cancelar el compromiso con Temari y sin siquiera esperar, esa misma noche en una gran fiesta la nombró como su futura esposa y le presentó a Kaede arruinando su vida monumentalmente.
Aún inmersa en su recuerdo, Kaede entró con una taza de té y se la entregó.
- Señorita, aquí tiene una taza de té. La cena no tarda en estar lista.
- ¿qué tan buena eres con los juegos de mesa?
- ¿Ah?
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- Cuando Kankuro entró a la casa, no se esperaba encontrar aquella escena. Desde que abrió la puerta oía el barullo de risas en algún lugar y al llegar a la sala vio a su hermana riendo fuertemente cantando victoria por haber ganado el Parqués. La nana que le habían puesto, miraba triste la partida, ciertamente había perdido.
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.- (7 meses, una semana y cinco días ) Agosto
Continuará...
Y bien, hasta aquí el cap de hoy, peeero, como es probable que no publique la próxima semana, les dejo un adelanto... Feliz navidad y prospero año nuevo
Cap 26 Pasión y traición
- ¡Abran paso! Tráiganme una camilla! – gritó la enfermera. El hospital estaba más lleno que en tiempos de paz, pero aún todo estaba bajo control. – ¡tu! Haz el registro mientras voy por la camilla!
La enfermera que fue señalada miró frente a si, a dos hombres altos, uno de ellos más grande que el otro y cargaba lo que parecía un cadáver en su hombro. Se posicionó tras la recepción para tomar los datos.
- Buenas tardes, por favor, ponga al paciente en esa camilla, usted por favor deme los datos del paciente – dijo ella señalando la camilla que acababa de llegar, estaba sorprendida de la tranquilidad de los hombres. Mientras el grande dejaba al paciente en la camilla, el más bajo tomó la palabra.
- Es mi hijo, Shikamaru Nara.
...
