Feb 17 2018

Hola! ¿Qué les dice el título de este cap? Jiji, a Temari le espera una noche larga, créanme.

Por otro lado…. Planeaba publicar un shot en san valentin pero el tiempo no me dio, para cuando fui libre, ya me parecía muy tarde… pero bueno ¿Cuándo es realmente tarde para un ShikaTema? Así que lo publicaré a lo largo de hoy y mañana pero con la desventura de que no publicaré el capítulo 33 de esta historia el próximo sábado, sino, Dios mediante, el sábado 3 de marzo…. Espero que disfruten este cap y se pasen por el shot.


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Cap 32 ¡Que comience la fiesta!

El día había llegado. Se miró al espejo y no pudo gustarle menos lo que vio. Si, estaba hermosa, pero el motivo le desagradaba.

- Por favor señorita, siéntese para que pueda terminar de arreglar su cabello. – dijo Kaede. Temari se resignó a hacerlo. Tenía el cabello suelto y notó que había crecido demasiado, más de lo que normalmente lo llevaba, estaba seco y listo para que lo moldearan. – ¿desea escoger alguna de las joyas o prefiere que yo lo haga por usted?

- ¿Joyas?

- Claro, para su cabello. Preferiblemente algo que combine con su máscara.

- ¿No crees que es demasiado?

- No, al feudal le gusta lo brillante.

- Ah… Ahora todo tiene sentido. – Temari detalló su vestido. Era un hermoso kimono dorado cuyo cuello alto le ocultaba la piel desde la prominencia laríngea hasta abajo de forma estilizada y tradicional, se sentía bastante pesado haciendo notar la calidad. La tela estaba bordada casi por completo con hilos de oro un poco más oscuros que el fondo. Su cinto era de un fuerte color rojo escarlata adornado con rubíes al igual que los botones del cuello y los bordes de las mangas. Era demasiado estrambótico para ella, la hacía sentir pesada de tal manera que si se subía a una balanza, podía ser medida por quilates y no por kilos. Agradecía del vestido que tuviera aperturas en ambas piernas; normalmente con una apertura en una sola pierna le bastaba y que tuviera dos normalmente le hubiera parecido demasiado revelador innecesariamente, pero hoy la hacía sentir más libre. Lo único que le molestaba de dichas aperturas era que debía tener cuidado al sentarse debido a que por la forma del kimono, si se sentaba mal, éstas mostrarían sus piernas hasta su cadera haciéndole obligatorio usar ropa interior acorde y que lamentablemente le impedía usar armas.

- ¿Y bien?

- ¿Qué?

- ¿Qué joya escogerá para su cabello? – dijo con paciencia mientras terminaba de reunir todo el cabello sobre la cabeza haciendo un rollo elegante.

- La que sea. No importa. – la vio tomar un tocado de joyas con ámbar y rubíes para ponerlo en su cabeza. La chica tenía talento, pero Temari no podía sentirse conforme.

Mientras miraba los arreglos a través del espejo, tomó un particular brazalete. No tenía que pensarlo mucho, sin duda lo usaría por la cara de color dorado. Acomodó sus anillos donde correspondían y una vez puesto onduló su mano divertida notando la horma que le daba. Sin duda aquel regalo era perfecto y sonrió recordando a Shikamaru… por unos breves segundos había mencionado el matrimonio cuando colocó sus anillos. Ella lo amaba, de eso no había dudas, pero con el tipo de relación que tenían y como habían iniciado, la idea realmente no había pasado mucho por su cabeza ¿ella casada con shikamaru? Podía verse fácilmente unida a él, viviendo en un hogar, con un pequeño Nara durmiendo por ahí… a fin de cuentas, aquello casi ocurre, ¿pero una ceremonia? ¿Estar unidos bajo las leyes de sunna y Konoha? ¿La participación de ambas familias? ¿Era eso posible? ¿Lo deseaba? Siempre que le hablaban de bodas y matrimonios no podía evitar pensarse siendo obligada con alguien que no quería como con el Daimyo así que boda no era sinónimo de felicidad, y felicidad era sinónimo de Shikamaru y por ende era antónimo de boda…. Apenas ahora pensaba en aquello... ¿y si boda podía ser sinónimo de Shikamaru y por ende, sinónimo de felicidad? ¡Oh, deja de pensar estupideces! … ¿él se querrá casar? Es muy joven… ¿y si solo disfruta de esto porque es prohibido? ¿Una boda le quitaría el encanto? Ay! Ya cállate Temari… no pienses en eso hora!

- ¿Está bien, señorita? ¿Desea agua?

- Ah? ¿Qué?

- Es que la oí gruñir, pensé que le molestaba la garganta.

- Ah, no… no es nada… solo estoy nerviosa ¿ya terminaste?

- Sí.

- Bien, empecemos con esto.

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La decoración era exquisita. El lugar seleccionado había sido el oasis de los Sabaku No donde se hallaba una fortaleza que fungía ya fuera como refugio, u hogar vacacional de la familia. El salón escogido para el evento contaba con enormes ventanales que permitían la visión del oasis al exterior y dejaba entrar la briza fresca. La infraestructura era excelente pero definitivamente todo lo del interior provenía del país de la tierra. Sunna era una excelente comercializadora pero el país de la tierra traía a presumir todo lo que producían en su área limítrofe como la minería de joyas y la comida. Teniendo un convenio con dicho país resolvería el problema de la ausencia de insumos que normalmente venían de Konoha.

Los asistentes hablaban animadamente. Tras sus máscaras de colores se veía la felicidad. La comida era el centro de atención, cosa que no parecía notar la familia feudal que seguía presumiendo las riquezas como si no supieran que los habitantes de Sunna habían estado pasando penurias con la alimentación. A lo lejos se notaba que de ser por el Kazekage, todo su pueblo estaría ahí gozando de aire freso y puro, comida abundante y conversaciones felices, pero las invitaciones se habían dividido entre un selecto grupo de personas que no incluían a los menos pudientes.

De repente las luces se apagaron para poner la atención en la estrella de la fiesta. Venía bajando por las enormes escaleras con una elegancia intrínseca que denotaba su posición, a pesar de eso, algunos pocos podían notar que la sonrisa falsa estaba en su rostro para agradecer a los participantes que nada tenían que ver con que quisiera matar a alguien.

Ese alguien estaba en la mesa principal de pie con una sonrisa de oreja a oreja ignorante de las emociones de la rubia. Sin duda su traje había sido confeccionado para la ocasión a fin de combinar con la protagonista del evento con un kimono masculino del mismo color así como la máscara. Los accesorios eran casi tan llamativos como los de la dama pero llevaba el cabello rubio suelto y zapatos dorados. Caminó con elegancia hacia las escaleras estirando su mano cual caballero andante y ayudó a Temari con los últimos escalones.

- Recibamos a la hermosa Temari, mi futura esposa y quien el día de hoy nos ilumina la velada con un año más de vida. – Los asistentes empezaron a aplaudir y a entonar un himno a la vida poco conocido para muchos de los presentes. En cuanto el cántico terminó, Lord Kazekage notando la impaciencia de su hermana, tomó la palabra.

- Sean todos bienvenidos. Gracias por asistir a esta celebración tan especial para mi familia. Por favor diviértanse y siéntanse libres de servirse y bailar.

Con una ovación los invitados siguieron la dichosa instrucción de comer y bailar mientras Gaara se acercaba a Temari para arrebatársela con disimulo de su prometido.

- Gracias hermano.

- ¿Por qué?

- Tú sabes por qué, no seas modesto. – le dijo con cariño. Gaara sonrió sutilmente.

- Ve a divertirte… ya luego tendrás que interactuar con él. Feliz cumpleaños – Temari estaba dispuesta a escabullirse cuando sintió una mano posarse en su cintura.

- ¿Me concede esta pieza, mi hermosa prometida? – dijo galante.

- Ah…. Claro… - su voz tembló y supo que no podría escapar. Recibió con elegancia la plática y el baile.

- ¿Sabes? cada día estás más hermosa.

- Dudo que pueda notarlo si tengo máscara.

- La máscara solo aumenta tu misterio… eso eres para mí, princesa… desde que mi padre era el Daimyo te he admirado.

- ¿Y esa admiración le basta para querer casarse conmigo?

- Esta admiración por usted me hace capaz de mover lo que sea por apreciar tus hermosos ojos. – Temari sonrió complaciente. La verdad no le gustaba que alagaran mucho sus ojos, a fin de cuentas eran resultado de su código genético… bueno, Shikamaru también hablaba sobre ellos… pero era tan distinto…

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- Flashback

- No sabes cuánto te odio Temari…

- ¿Y eso por qué, shika-kun? – dijo levantando su hombro de forma coqueta y mirándolo inocentemente.

- Tu sabes por qué- dijo mientras deslizaba de su plato la última caballa que le quedaba hasta el plato de Temari – Ella sonrió contenta y no perdió tiempo en morder la primera mitad ¡Kami! ¡sí que estaba deliciosa!

- Ummm… no…. No sé por qué…

- ¡Porque usas esos malditos ojos como una herramienta! – Respondió frustrado.

- ¿Mis ojos? – dijo parpadeando repetidamente como quien no quiere la cosa…

- Si… son tan… arg! No te volveré a dejar mi última caballa, ¡es injusto que uses tu genética para generar ese efecto!

- ¿Cuál efecto?

- ¡Ese! Ojos profundos, perfilados, de un color imposible que hace que me sienta en otra galaxia… hipnotizándome… es como si cada vez lanzaras un hechizo y lo odio…- dijo perdiéndose en ellos.

- Si deseas no te vuelvo a mirar… - dijo digna retirando la mirada. A su lado Shikamaru resopló divertido.

- No… ambos sabemos que te encanta manipularme así y no soportarás mucho tiempo sin hacerlo… además te gusta darme el placer de mirarte – Temari sonrió mientras volvía a mirarlo.

- No es mi culpa que te pierdas solo por un par de irises… ¡eso es tan tonto!- respondió riendo.

- No… no solo son los irises… es todo… es la expresión…. y si… también eso de ahí… amo cuando me sonríes de esa manera…esa sonrisa es tan tuya… sin ayuda de genética sonríes y descolocas mi mundo.

Fin flaschback

Temari sonrió ante el recuerdo… para él sus ojos no eran solo hermosos, eran la conexión de ambas almas, además él adulaba su sonrisa, una que solo le mostraba a él. No era solo un par de ojos bonitos y él se atrevió a decírselo aun cuando estaban en aquella misión cuando su relación no era formal todavía. Tras unos segundos volvió a la realidad; se dio cuenta que era admirada aún por su prometido mientras bailaban y era claro que se creía el autor de dicha sonrisa.

- Ojos como los míos son bastante populares, Daimyo.

- Por favor! ¿Qué te dije de llamarme así? Llámame Kenji.*

- De acuerdo. – Ella no le pidió cambiar el título por el que la refería, aquello lo haría ver… ¿más real?

- ¿y estás disfrutando la velada?- preguntó notando que ella no continuaría por si misma.

- Claro… está todo muy bonito… -Tras un breve silencio incomodo, pudo notar que la música finalizó. Sin permitirle seguir hablando, lo interrumpió – Quisiera comer un poco…

- Claro, puedes comer lo que desees. – Temari se retiró a una mesa buffet con muchos tipos de postres sin siquiera darle una mirada de invitación por lo que él ni se molestó en seguirla. Era notoria la molestia del Daimyo pero la ocultaba bastante bien por los invitados. Sabiéndose del poco agrado de la kunoichi se retiró a su propia mesa. Tendría que hacer algo al respecto para ganarse el amor de esa fierecilla.

Temari por su parte empezaba a sentirse pesada. De verdad la comida era deliciosa y la apretada faja roja no ayudaba, comía mientras debía saludar a quienes la felicitaban a pesar de no conocer a muchos de los invitados. Lo que más agradecía era ver a su propia gente contenta a pesar de saber que muchos de ellos no representaban todos los estatus que había en su aldea, pero algo era algo.

Mientras pensaba en esto, estiró su mano para tomar el último pudin de vainilla pero se encontró con la sorpresa de que alguien lo tomó primero.

- ¡Oiga! ¡Iba a comer eso! – dijo encarando al maleducado.

- Disculpe señorita, pero en estos casos, la intensión no es lo que cuenta – le respondió el joven con tranquilidad y con burla; su máscara no dejaba ver ni la mitad de su cara, lo que le molestó más. Cuando enfrentaba a un adversario… no, cuando enfrentaba a una víctima, le gustaba verlo directamente.

- Usted sabía que yo lo tomaría y aun así lo hizo. Al menos muestre respeto, se supone que soy la festejada.

- ¡Oh, disculpe princesa! … no me imaginé que haría un berrinche por un pudin. – respondió con sorna. Tenía unos ojos de un color azul intenso que le molestaban tremendamente. Su cabello, suelto y largo hasta la cintura, negro como la noche, generaba un contraste que la hacía calificarlo como alguien misterioso.

- ¿¡Berrinche!? Cuide la forma en que me habla – dijo inflando sus cachetes en claro enojo.

- Es usted la exaltada, pero créame que no es mi deseo hacerle pasar una mala velada. Si desea podemos compartir este manjar – él la acarició el hombro haciendo erizar a Temari con el contacto. Usaba guantes lo que para ella implicaba un deseo claro de ocultar intensiones, además su gruesa voz tenía algo que la inquietaba y la atraía, como si tuviese algún tipo de genjutsu.

- ¿está coqueteando conmigo? – preguntó segura.

- ¿Desea que le coquetee? – preguntó notoriamente sonriente a pesar de lo que tapaba su máscara; aquello hizo sonrojar a Temari lo que la hizo enojar más por sentirse así.

- Deje de ser imbécil. No me interesan sus coqueteos y páseme mi pudin. – dijo estirando la mano con la palma arriba.

- No lo haré voluntariamente, si desea puede luchar por él – dijo seguro tomando la mano de ella con delicadeza para ponerla cara abajo y sobar el pulgar sobre el dorso de ésta tras besarla.

- ¿Está siendo idiota? – respondió retirando la mano con brusquedad sintiendo un cosquilleo en la zona que había besado. Sin vergüenza, limpió su mano contra el kimono.

- No a propósito, usted me puso así.

- Uish! – Dijo Temari y sin previo aviso a su interlocutor enterró una cucharita en el postre para llevarla a su boca y comer lo que había alcanzado a tomar. Él lejos de estar indignado, sonrió de nuevo con cierta familiaridad – le dije que era mí pudin – dijo victoriosa con la cuchara aún en su boca.

- Y yo le dije que no me importaba compartirlo… ahora... si me disculpa, debo retirarme – y antes de irse, alzó su mano para retirar la cuchara de la boca de Temari y llevarla a la propia con una parsimonia sensual sin dejar de verla a los ojos. Temari impactada, no pudo hacer más que verlo mientras se perdía entre la gente resaltando a pesar de estar vestido con un kimono masculino cuello alto de color gris claro y decorados más oscuros con forma de fénix.

- ¿Qué demonios?

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continuará...

- (23 de agosto, 7 meses 4 semanas desde que inició la guerra )

Creo que no lo he mencionado antes… pero se me dan terribles los triángulos amorosos; me siento incómoda al respecto pero hay que reconocerlos como parte de la vida. ¿Quién será este misterioso personaje? ¿Qué implicaciones traerá consigo? Oh Temari… tu vida cada vez se complica más.

* Si… llamé al Daimyo como el doblador de su padre en la serie.

Pdt: No lo olviden! esta historia continúa el 3 de Marzo!

Y recuerden que amo los Reviews!