Y hora, si... mis bebés, sus dudas serán resueltas... disfruten de este capítulo.


Cap 34 Veintinueve Minutos

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Temari ignoró los aplausos precedidos del baile. Era tonto, todos se aplaudían a sí mismos y le molestó a la vista cuando las luces iluminaron con toda su fuerza. Caminó fuera de la pista esperando ver el kimono gris claro, pero había demasiadas personas para poder distinguirlo. Rendida tras varios minutos, prefirió ir a sentarse a su mesa.

- Kaede, me duele la cabeza, me quiero quitar este peinado.

- Todavía no, por favor… aún falta repartir el pastel, las palabras de felicitación, después la cena… si desea se lo quito cuando no quede más que celebración.

- ¿Y eso a que hora es?

- Pues el pastel tocará repartirlo en una hora quizá… no, menos, dentro de cuarenta minutos, ahí mismo serán las palabras. Luego, a las once, se dará la cena y quedará libre para poder bailar y disfrutar con su cabello suelto si lo desea.

- ¡¿tanto tiempo?!

- No es tanto. – dijo con reproche

- Arg… no quiero palabras. – decidió.

- ¿Qué?

- No quiero ese ritual de palabras. Me imagino que será gente diciéndome felicidades o yo agradeciéndoles por todo esto. Sinceramente le puedo agradecer a mis hermanos el acompañarme, pero no conozco a muchas personas aquí, ¿Qué me van a decir? ¿Qué esperan que les diga?

- ¡Pero es una tradición! – dijo cada vez más preocupada.

- Puedo respetar una tradición, pero deben respetarme también. Dile a tu señor que no tengo palabras por decir. Y si no quieres que haga el ridículo, más te vale que no me toque decir nada.

- Oh por favor! … señorita Temari… No tiene que hacer mucho. Es mi error no haberle dicho todo para no molestarla, lo sé, pero si mi amo se entera no dudará en reprenderme. Si se entera que no la preparé adecuadamente, él... ¿Podría por favor solo escuchar lo que las personas tienen por decir? Después no tiene que decir mucho… solo un modesto "gracias por estar aquí"; eso contará.

Temari veía la aflicción en la cara de la mujer, de verdad tenía actitudes que la hacían ver más joven de lo que en realidad era… bueno, en realidad la hacían ver más inmadura, no joven, se veía sumisa y doblegada por la esclavitud… si, eso era, una total esclava, no una empleada para ayudarla, o la amiga que pretendía ser, era solo una esclava con temor de ella y de sus "superiores". Dándole lástima esta condición, no hizo más que resoplar resignada.

- De acuerdo… lo haré. Pero primero quiero respirar un poco. – Dijo levantándose para irse y Kaede se levantó también.

- Si desea podemos salir a tomar aire. – Propuso.

- No, gracias, iré un segundo a mi alcoba. Estaré aquí antes del pastel y toda esa mierda – Dijo rogando al cielo que no la quisiera acompañar.

- Su lenguaje señorita!

- Ay Kami! Dame paciencia porque si me das fuerza, la mato! – Dijo a sí misma – Mejor me voy. Tú quédate para luego informarme si ocurre algo – eso era algo que Kaede ya sabía; Temari no quería compañía como siempre, y esta vez no podía rogar, debía cubrirla por los próximos minutos hasta que fueran a partir el pastel.

- Si señorita. Descanse, luego la llamaré para que baje.

- Si, si… lo que sea.

Temari le dio la espalda y se dirigió hacia las cocinas del lugar. Lo conocía como a la palma de su mano así que podría usar las escaleras de servicio con total modestia pasando desapercibida. Intentó ir lo más rápido posible ¿Cuánto tiempo había pasado desde el baile? ¿Ya habían pasado los veintinueve minutos? ¿Menos? ¿Más?

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Casi corrió a su habitación, el pasillo era oscuro pero no tuvo problemas. Ingresó rápidamente cerrando la puerta tras de si con seguro y se recostó contra ésta para respirar y recuperar el aliento.

- ¡Qué tonta soy! – dijo sonriendo al sentirse nerviosa, ¡no debería estarlo! ¿Cuantas veces no había escapado en situaciones similares?

- Creí que tardarías más… aún no es el tiempo. – Temari se respingó al escuchar esa voz. La habitación tenía las luces apagadas, pero venía iluminación desde el exterior por la ventana, la cual estaba siendo ocupada por una figura imponente.

- ¿Llevas todo este tiempo aquí?

- Supuse que querrías buscarme para torturarme, así que opté por una retirada estratégica – Dijo levantándose. Ella no podía ver su rostro al él encontrarse a contra luz, pero no necesitaba mucho tiempo para adaptarse a la oscuridad.

- Tu retirada no servirá de nada… voy a estrenar contigo el regalo que me dio mi novio. – dijo levantando su mano enseñando aquel arma mortal, la cual él ignoró deliberadamente acercándosele.

- ¿Te regaló ropa interior? ¿No le molestará que la estrenes conmigo? – dijo poniendo sus manos sobre las largas piernas abriéndose paso entre la abertura del vestido.

- Él nunca me ha regalado ropa interior – Dijo ella poniéndole la mano en el pecho para hacerlo retroceder sutilmente.

- jum… debería hacerlo entonces…. ¿o prefieres que lo haga yo? – dijo él mientras retrocedía siendo dirigido por ella.

- Puedo obtenerla por mí misma.

- Pero debe ser tedioso para ti comprarte algo lindo que luego yo destrozaré – respondió sonriendo sin saber lo que pasaba por la mente de la kunoichi

- ¡Aquí el único que saldrá destrozado serás tú si no me dices ahora mismo de qué va todo este circo! - dijo ella eliminando el coqueteo de su voz y lanzando un último empujón que, notó él, lo dejó en el filo de la ventana. Un poco más de fuerza y se iría cuatro pisos abajo.

- ¿Qué? - preguntó confundido, le había estado gustando el juego.

- Sabes que soy una gatita que le encanta jugar con los ratones, pero ahora mismo me dices qué sucede o no dudaré en lanzarte por la ventana – él notó que ella había puesto las garras del arma en su cuello obligándolo a mirarla.

- Vamos Tem! Solo venía a felicitarte. – ella agarró la máscara que lo cubría y la lanzó lejos en algún rincón del cuarto. Si, le gustaba ver a sus víctimas a la cara.

- ¡¿Y se puede saber por qué pretendías engañarme?! – Dijo auténticamente furiosa.

- No fue apropósito… bueno, no al principio, creí que lo notarías. – Intentó defenderse mientras se agarraba fuertemente de la ventana para no caer.

- ¡¿Cómo esperabas que lo notara?! No tenías tu voz! Ni tus ojos! Tu cabello se ve más largo y suelto! Estás más alto y robusto! Y ya quítate ese estúpido ojo azul! – dijo soltándolo y él lo hizo rápidamente.

- Bueno, es que no creí que hubieran más idiotas que se atrevieran a coquetearte y menos frente a tu prometido – dijo con algo de indignación guardando el lente junto al otro.

- Oh, claro que los hay, el mundo está lleno de idiotas como tu, Nara! ¿Cómo le hiciste para ser tan distinto sin un jutsu de transformación?

- Bueno, se llama disfraz. Solo es usar más cantidad de ropa, zapatos altos, extensiones de cabello, lentes de contacto… maricadas de esas.

- ¡No sabes cómo te odio en este momento! ¿Qué querías lograr, acaso? ¿Ver si me iría en tus brazos?

- ¿Qué? ¿Lo ibas a hacer? –ciertamente no pensó en eso. No hubiera sido agradable descubrir que podía gustarle otra persona, así fuera él mismo disfrazado.

- Pues te veías demasiado lindo así – confesó sabiendo que lo haría enojar.

- Ya te dije que no era mi intensión, te lo iba a decir ahí mismo; pero no pude cuando me reprochaste por el maldito pudin. - Dijo defendiéndose.

- ¡Y esa es otra cosa! Sabes como soy, y aun así…

- Ya te dije que te iba a dar más postres – respondió picándole el ojo intentando calmarla.

- ¡Eres un idiota! ¿Cómo vienes aquí, solo, en medio de tanto ninja de mi país en plena guerra? ¿me quieres matar de un infarto? ¿Sabes lo intranquila que quedé cuando te fuiste? – Temari no pudo evitar que le temblara la voz; podía estar hecha un demonio, pero era notable su nivel de preocupación. - Mientras venía para acá pensaba que si no te veía tendría que buscarte para encontrarte en manos de mis soldados cargándote cual cadáver!

- Hey… ya… tranquila – dijo acercándose para cubrir sus hombros en un abrazo que ella aceptó escondiendo el rostro en su pecho. – Lo siento Tem… no pensé que te pondrías así.

- Claro que no lo pensarte. Solo pensabas en coquetear y hacerme enojar. En serio te iba a matar, ¿sabes? Te lo juro que lo iba a hacer. - Dijo amenazante agarrando su quijada con el brazalete.

- Si Temari, sé que lo ibas a hacer, por eso me revelé, llegué a pensar que me envenenarías con las sembu y no tendría un antídoto cerca.

- ¡Ahí si te hubiera hecho polvo! ¡Cómo es que se te ocurre hacer esto? ya tenemos planes de cumpleaños, ya me diste este brazalete ¿Qué necesidad de venir hasta acá a matarme de la preocupación?

- Eeemm… pues, verás Temari… yo… de eso debo hablarte – dijo rascando su nuca.

- ¿Sucedió algo? – él pudo ver el cambio de su voz hacia la curiosidad.

- La verdad si – en cuanto respondió, casi la vio sobre él examinándolo con cuidado, evaluando si tenía alguna herida.

- ¿te descubrieron? ¿Huyes de Konoha?

- No… no es eso… de hecho… estoy en una misión – Temari se le calló la quijada.

- ¡¿Qué?!

- No vine solo… entre los invitados hay otros tres ninjas de la Hoja. – él intentó desviar la mirada y restarle importancia.

- Ay, ¡No puedes estar hablando en serio! ¿A que vinieron? Exijo que me cuentes tu misión.

- Lo siento Temari… es secreta, pero tú misma sabes que no haría nada que atentara contra ti, tu familia o tu país.

- ¡Aun así estás aquí! ¿Matarás a alguien? – Mil ideas pasaron por su cabeza intentando conocer todo.

- No. Quisiera pero no – dijo Shikamaru pensando en el Daimyo. – Mira, no te puedo dar detalles, debes confiar en mi, pero si te puedo decir que es una misión de inteligencia, no de asalto.

Temari comprendió, él no le ocultaría algo grave, pero no podía dejar de pensar en lo riesgoso que era. Seguramente solo estaba siendo de espía, no era difícil llegar a esa conclusión; estaba en una fiesta de dos de las aldeas de la alianza en donde podían estar los promotores de la guerra.

- ¿Y no has pensado que tus compañeros te vieron conmigo? – preguntó cruzándose de brazos.

- Bueno, en primer lugar, podría decir que fue para obtener información de ti y en segundo lugar ellos no saben cómo luzco.

- ¿No lo saben? ¿Cómo se van a reconocer entre ustedes?

- Soy el único al que le desconocen el aspecto. Yo los reconozco a ellos y ellos se reconocen entre ellos.

- ¿Y se puede saber por qué gozas con ese privilegio? ¿o también es secreto?

- Lo solicité como líder de la misión, parte del plan. Yo debo saber cómo lucen para darles instrucciones, pero si llegan a capturar a alguno de ellos, el que no conozcan mi aspecto puede ser decisivo en el éxito de la misión.

- En pocas palabras, le llenaste la cabeza de ideas al hokage para poder molestarme sin que tus compañeros supieran.

- Siempre tan lista… - Dijo sonriendo para acercarse – Lamento si te hice pasar un mal momento. Feliz cumpleaños problemática – Dijo con su tono de voz suave, acercándose a su oído, susurrando tranquilamente sabiendo que así la hacía bajar las defensas para abordarla.

Colocó su mano en su mejilla acariciándola y acercándola hacia sí mismo para poder besarla, ella correspondió aún con los brazos cruzados teniendo en mente que él no podía molestarla para luego manosearla fácilmente. ¿Pero que podía decir? Si quería ese beso. Se permitió continuarlo hasta que sintió que sus manos iban bajando por la cadera hasta la abertura de la falda. Ella descruzando los brazos lo alejó poniendo la distancia entre ambos.

- Bien. Ahora ve a continuar con tu misión. Lárgate de mí alcoba. – dijo dándole la espalda cruzándose de brazos.

- ¿Qué? ¿me… me estás corriendo? – Preguntó incrédulo, por un momento pudo sentir cómo su quijada se descolgaba.

- Oh! ¿Qué comes que adivinas?

- Pudín. – Respondió rápido y con una sonrisa. Temari al oírlo lo encaró enojada.

- Idiota! Lárgate que me tienes ofendida. – lo empujó con suavidad queriendo alejarlo, pero Shikamaru fue más rápido y tomándola de la muñeca la acercó a su pecho.

- Oh por Kami Temari! ¿No puedes solo perdonarme? – dijo mirándola a los ojos.

- Ni siquiera me has pedido perdón. – respondió ofuscada.

- ¿Que? ¡Dije que lo sentía!

- Lo dijiste para besarme.

- Lo dije en serio. Temari, estoy en una misión, lo sé, pude haber pasado toda la velada sin abordarte ni molestarte y sé que no fue lo más profesional por hacer pero te vi pasando un mal rato; además ambos sabemos que mi misión tiene más éxito a tu lado ¿es un pecado intentar matar dos pájaros de un solo tiro? – dijo acomodando su flequillo.

- ¿Y cómo va a tener más éxito si te entretengo, Nara? No intentes con argumentos tan estúpidos.

- Temari, ambos tenemos los mismos deseos de terminar esta guerra, sé que puedes brindarme información necesaria para favorecernos a ambos.

- Pues déjame decirte que no tengo nada. Esta es una simple fiesta para fastidiarme. – Él no podía decirlo en ese momento, pero adoraba cuando fruncía el seño de esa forma. Vamos Shikamaru, deja de pensar en eso, vamos a lo realmente importante, pensó.

- ¿no hay alguien que te cause más desconfianza? ¿Algo fuera de lo común? – Dijo con su semblante serio.

- Pues… a ver… déjame recordar… Bueno, si tenía a un tipo en la mira que me causaba desconfianza. – Dijo recapacitando todo lo que había vivido en la fiesta.

- ¿Si? ¿Quien? ¿Que recuerdas? – Shikamaru encontró esperanza en sus palabras, quizá ahora su misión no sería fallida.

- Pues el imbécil era más imbécil que el resto e intentó propasarse con migo –Dijo enojada evitando su mirada haciéndolo enojar y preocuparse, pero ante nada, mantenía su postura.

- ¿Que? No… no se atrevería ¿cómo era?

- Pues era alto, con ojos azules, cabello largo y suelto, robusto y traía esta máscara. - Dijo ella mirándolo sería, hasta que tras unos segundos, una ligera sonrisa apareció en el rostro de la kunoichi.

- Arg! Problemática, creí que me hablabas en serio! – Dijo dándose cuenta que había sido cañado.

- Hablaba en serio, eras el único que me desencajaba en la fiesta. Planeaba interrogarte antes de matarte y ver si tenías que ver con la guerra.

- Que problemático… - Dijo rascando su nuca.

- Lo sé.

- Si de verdad no hay nadie en esta fiesta que tenga que ver, esta misión será un desperdicio. – Temari casi no lo pudo notar, pero él de verdad estaba decepcionado. Si, quería verla, estar con ella, pero más que nada deseaba poder ver algo y a lo largo de toda la noche, no tenía ni una sola pista significativa.

- Es una posibilidad que debieron prever.

- La previmos… pero esa información la buscaba más por mi mismo. Es algo que yo quería descubrir.

- ¿O sea que vinieron por una intuición tuya?

- No, Teníamos bases para pensar que habría una reunión aquí de las personas interesadas en el conflicto, también algún tipo de complot contra Konoha.

- Bueno, entonces deberías continuar haciendo tu trabajo.

- Arg… eres tan problemática Por un momento creí que…- Un halo de iluminación divina le llegó a la mente, por lo que se interrumpió antes de seguir hablando.

- ¿Creíste qué? - Insistió por saber

- Nada

- ¿Nada que tenga que ver con qué intentaste que me excitara en la fiesta? ¿quizá obtener un rapidín? – Dijo con voz sensual pero retándolo con rabia en los ojos.

- Yo nunca hice eso – intentó mantenerse serio ante la idea. Era muy tentadora, ¡pero esos ojos lo advertían!

- Jm… algo así pensé, no puedes apartarte de tus labores – Dijo ella señalándole la ventana, él siguió con la vista lo que le indicaba y suspiró resignado dirigiéndose a su destino.

- Problemática… - dijo mientras salía cabizbajo por la ventana y mirándola de reojo esperando a que cambiara de opinión… claramente, ella no lo hizo; no le quedó más que tirarse hacia el vacío. Temari, astuta como siempre, se sentó en la cama con los brazos cruzados y contando…

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Tres…

Dos…

Uno…

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- ¡No puedes hablar en serio Temari! – dijo reapareciendo por la ventana con el seño fruncido.

- Hablaba muy en serio Nara. – dijo seria.

- Déjame al menos besarte un rato – le pidió acercándose a ella y arrodillándose para estar a su altura. Ella tentada por la idea, acaramelizó su voz e hizo rulos con los cabellos negros que caían a los lados de la cara del chico.

- ¿Crees que podrás detenerte? – él se erizó con la caricia a su cabello.

- No conoces mi fuerza de voluntad, amor.

- Porque no la tienes cuando se trata de sexo.

- Te demostraré mi fuerza de voluntad. – Tras decirlo, tomó su cara para besarla. Temari ansiosa por demostrar su punto le quiso hacer la tarea más difícil, si alguien iba a resultar plantado, no sería ella.

Puso sus manos entre la larga cabellera notando las extensiones que éste tenía, pero le importó lo más mínimo cuando lo sintió acariciando sus piernas mientras las abría para posarse entre ellas. Estando sentado sobre sus rodillas en el suelo, Temari le sacaba ventaja en altura, pero era obvio que él tenía el control. Acarició la cara interna de las piernas haciéndola jadear; con mesura intentó llegar a sus glúteos pero en cuando sintió el fino hilo de la ropa interior de Temari supo que si seguía así, su fuerza de voluntad perdería el poco orgullo que le había intentado conseguir… Pero bueno… puedo seguir un poco más… puedo detenerme cuando quiera… si… solo… solo unos segundos más y me voy a trabajar…

Sus dedos la acariciaban por encima de la prenda intentando controlarse, movía con presión y lentitud la zona de su clítoris… podía detenerse cuando quisiera siempre y cuando ella no notara la gran erección que tenía y siempre y cuando dejara de jadear así ¡maldita sea!,

- Mierda Temari, contrólate,- pensaba ella en medio de las caricias y ese infernal beso- debes pararlo, o de lo contrario continuará y… uf, que rico… No! Córtalo! Que pague por lo que hizo allá abajo. Si, si, si, sigue así Shika… por ahí umm, no! Que se vaya…. Bueno… solo… solo un segundo más, ah! si! Si! Ahí, que rico, sigue! Ah! sig…

- Mierda, me largo - Dijo Shikamaru retirándose para darle la espalda y que no viera su bulto. Le costó toda la fuerza de voluntad, pero reaccionó cuando en medio de las caricias Temari empezó a gemir demasiado, la bruja seguro solo lo hacía para provocarlo y demostrarle que era un muñeco sin voluntad. Pero la gota que derramó el vaso… si, fue esa gota… esa gota de abundante flujo que sintió en sus dedos cuando en medio de su pérdida de control intentó abrir espacio bajo las bragas para tocar su piel con los dedos y supo que si metía una sola falange de su dedo dentro de ella, estaría perdido.

Estaba intentando concentrarse en su respiración mientras intentaba imaginar bobadas para poder bajar su erección e irse, que no notó la cara de Frustración de Temari, ni la notó intentando ponerse de pie.

- ¡Pones un pie en esa maldita ventana y te mueres! – Él la miró confundido pero los segundos no alcanzaron para verla abalanzarse contra él y besarlo rodeando su cuello con los brazos. Solo reaccionó tres segundos después cuando se dio cuenta que ella había enroscado una de sus piernas en su cadera y se empezaba a frotar contra él con locura.

Shikamaru absorto en el movimiento, atinó a tomarla de la cadera para apegarla más a su pelvis y acompañar el acompasado ritmo sin separar el beso apasionado que le brindaba. Caminó haciéndola retroceder hasta que sintió que perdió el equilibrio a causa de haberse topado con la cama y no tardó en posicionarse sobre ella con las piernas abiertas sobre su lecho. Retiró sus labios de los de ella para besar su mejilla, sus orejas y su…

- Mendokusei, odio este cuello – dijo tocando la tela que ocultaba la piel intentando ver cómo la podía abrir. Temari sonrió con burla pero sintiéndose agradecida de que él no hubiera detenido sus movimientos.

Él intentando besar lo poco que le permitía la ropa que ella traía, pero prefirió ir a adonde sabía que podría ser más libre. Temari lo sintió levantar el pliegue delantero de su vestido al tiempo que se retiraba de ella para verla.

- Te ves muy sensual en tanga, casi nunca las usas.

- Fue obligatorio con este vestido. - Él no se dignó a responderle, de nuevo se arrodilló ante ella para saborear sus piernas.

Mientras besaba su piel, siendo consiente de que estaba siendo despeinado, aprovechó para bajar aquel panty que le impedía verla; ella por su parte, levantó la parte trasera de su vestido alzando la cadera quitándolo del camino, no lo perdonaría si mojaba su ropa y él lo sabía, si el vestido terminaba empapado, estaría en problemas, porque no planeaba darle tregua.

Temari lo miró impaciente, no se creía que ese estúpido se estuviera tomando el tiempo para deslizar hasta sus pies la ropa interior y después olerla mientras la miraba a los ojos. Ella extendió su mano y recorrió con los ojos el cuerpo masculino como invitación pero él se negó, debía terminar lo que inició antes.

Posicionó su cara entre las piernas de Temari y ella gimió, ¡si que había esperado esto! Sin más preámbulos, el succionó el clítoris mientras introducía un dedo en la cavidad. ¿Quién tiene ahora problemas de voluntad? Pensó Shikamaru alzando los ojos para verla morder sus labios con desespero, a veces se ventilaba con la mano, seguramente mientras odiaba ese vestido.

No podía más con la excitación; con su mano libre se abrió paso entre su traje y como pudo, tomó su pene para masajearlo liberándolo de su prisión estando ya parcialmente lubricado, no podía esperar al momento exacto para introducirse en ella, daba igual si debían tener sexo con ropa. Ver a Temari relamiéndose los labios, no hacía más que incitar su imaginación: eran sus labios sobre su glande, su saliva sobre las venas, sus dedos en su escroto; aumentó inevitablemente el ritmo, sus labios no se quedaban quietos y cada vez que sus dedos entraban en la vagina, la hacía brincar con un espasmo ¿ya tan cerca Temari? Esto apenas empieza.

Ella lo sentía moverse rápido, notó cuando sacó sus dedos de su feminidad para introducir su lengua a la velocidad del aleteo de un colibrí. Los dedos húmedos ahora vibraban con intensidad contra su núcleo de placer haciéndola retorcerse. Se sentía tan próxima a llegar notando como la succionaba. Sus dedos se movían exquisitamente, ¡oh kami! Si!

- Shika! M… me voy a… si! Si!- Suspiraba suavemente.

- Señorita Temari? Es hora de partir el pastel – escucharon tras la puerta.

- Jueputa!* ¡No puede ser! – dijo en un susurro interrumpiendo su espasmo moviendo erráticamente las piernas, Shikamaru se quedó quieto con la impresión y Temari sintió que estaba por llorar de frustración. Él por el susto se había quedado en medio de una muy buena mamada, quieto como roca dejándola en un estado que no le convenía ni le dejaba pensar, su clítoris estaba atrapado entre la lengua y el paladar de shikamaru y sus dedos se habían quedado anclados hacia arriba como un garfio dentro de su vagina presionando su punto de placer. A pesar de que él había detenido abruptamente su respiración, Temari sintió muy notoriamente que su respiración ahora estaba agitada generándole aún más sensaciones sobre su piel.

- ¿Señorita? ¿Se durmió? – La sintieron tocar la puerta y mover el pomo de la puerta en un fallido intento por abrirla. Aquel sonido los hizo reaccionar. Shikamaru se empezó a alejar pero Temari se lo impidió cerrando sus piernas contra su cabeza fijándolo en el lugar.

- ¿Que demonios quieres, Kaede?!

- Ya es la hora, ¿recuerda? Le dije que debía cortar el pastel. – Temari se mandó la palma de la mano a la frente, si que lo recordaba, en aquel momento quedaban cuarenta minutos para el rito ese, y ahora no le quedaba tiempo.

- Mierda.

- Tema… - dijo shikamaru intentando alejarse - ¿y ahora?

- Esto no puede ser cierto. – dijo con tal pesar que a Shikamaru se le encogió el corazón. Temari lo dejó ir de sus piernas bajando la parte delantera de su vestido y aún acostada cubrió sus ojos con el dorso de las manos intentando relajarse suspirando pesadamente - me debo ir. – le dijo a él antes de responderle en voz alta a Kaede – ¡Adelántate!

- Tranquila señorita, yo la espero, quizá deba arreglar su cabello y su maquillaje. – Insistió tras la puerta.

- No, vete. Yo ya voy.

- No puede tardar, déjeme entrar y la arreglo rápidamente, en diez minutos debe estar abajo.

- Ya sé, ya bajo, pero adelántate – respondió enojada con un puchero y aun ocultando sus frustrados ojos.

- Pero…

- LARGO! –gritó como un ogro.

- Ay… - la escucharon decir mientras notaban el sonido de sus pasos alejándose apresuradamente escapando de su ama.

Shikamaru sentado en el piso miró con pesar también su erección con deseos de terminar lo iniciado, pero no tenían tiempo así que lo guardó, luego miró a Temari, sus piernas aún estaban abiertas justo frente a él pero cubiertas ahora por el vestido y en ese preciso momento, Temari las cerró frotándose sutilmente como quien busca quitarle el berrinche a un niño frotándole la espalda. De verdad estaba enojada, la notó frustrada y aún excitada intentando controlarse. Conocía esa sensación, ese deseo infantil de querer llorar por no poder concretar su orgasmo en medio de un clímax tremendamente bueno; ella misma le había provocado esa sensación muchas veces antes.

Sin pensarlo demasiado, tomó de nuevo el pliegue del kimono y lo hizo a un lado.

Temari sintió que la tela era removida y se obligó a ver lo que ocurría, ahí estaba de nuevo él.

- ¿shika que haces? Debo irme –dijo sabiendo lo que haría.

- Lo sé. – en ese momento la besó de nuevo en su botón rosa sacándole un ligero gemido. Estaba aún demasiado sensible.

- Shi… shika…. No podremos… - dijo poniendo sus manos en la frente de Shikamaru intentando apartarlo.

- Shhh, déjame actuar, mujer. No tardaré, solo disfruta. – dijo hundiendo su lengua con cada frase.

- Ah… mm. No podremos, tu… tu sueles durar en correrte, es i…imposible en menos de diez minutos – dijo intentando disuadirlo, pero él no le hizo caso.

- Correrme no está en mis planes, problemática – dijo introduciendo de nuevo sus dedos y con la otra mano amasó su trasero

- Shi… shika! – gimió mirándolo entre la poca abertura que sus parpados le permitían en esa nueva sensación de placer. Lo sintió de nuevo arremetiendo contra ella, sus dedos continuaron la labor por dentro mientras su lengua por intervalos se movía rápidamente antes de chupar y luego amasar. Kami, su erección le dolía, pero debía terminar esto. Los espasmos en Temari no tardaron en aparecer de nuevo, así es problemática, sigue así, estas por llegar, ¿sientes esto dentro de ti? Los gemidos escapaban de su boca, él levantó la mirada para verla cubriéndose la boca para no hacer ruido, a él le encantaba oírla jadear y gritar pero debían ser discretos, podían estar en su alcoba y no en una oficina, pero eso no significaba que pudieran ser bullosos en medio de una fiesta.

- Sabes tan rica mujer, déjame probarte.

Las palabras la encendieron más, lo sentía rastrillando dentro de ella con gran experticia sacándole jadeos. Él removió sus dedos en toda la cavidad de abajo hacia arriba. Su clítoris ardía en el fuego del placer y no podía sentirse más excitada.

- Ah! Shika, si… sigue así… si, ahí hmmm.

- Si, córrete mujer.

El cuerpo de Temari no pudo más, solo minuto y medio de masaje intenso le bastaron para llevarla al límite. El líquido le empapó la mano entera a shikamaru y humedecieron más su barbilla y las mejillas pero no se detuvo hasta que la sintió apartarlo sutilmente.

- No… no más, no puedo más shika, ahh. – al oírla bajó la intensidad, o ella iniciaría un proceso nuevo, pero continuó su labor con suaves lamidas y besos para que finalizara con caricias tiernas. – Ah… Kami. – dijo intentando bajar la adrenalina.

Él se alejó de la feminidad terminando de relamerse los labios, viendo como recuperaba el aliento. Dirigió la mirada a su flor aún chorreante, no se arrepentía de haberle dado placer, pero no dejaba de pensar que su amigo deseaba estar dentro de ella. Para evitar más la tentación, la cubrió con la extensión de la mano como si aquello fuera a mejorar las cosas. Grave error. Al notarla jadear y al tener esa textura húmeda y cálida en su mano, supo que debía alejarse. Pero no pudo alejar la vista, ella estaba goteando, por lo que se estiró hasta el nochero que estaba a su lado para tomar un pañuelo.

- Feliz cumpleaños Temari – ella rio suavemente con su comentario.

- Eres imposible Shikamaru. – en ese momento lo sintió tocarla de nuevo. - ¿y ahora que?

- Estás toda húmeda, intento secarme la tentación. – Con dedicación empezó a limpiarla empezando por sus piernas, aquel gesto le pareció supremamente tierno pero él no pensaba en eso. Siguió con su monte y luego a la humedad que se había resbalado hacia su redondo trasero para después continuar de nuevo con su centro.

- Oh, kami, es el mejor regalo que he recibido hoy. – comentó cuando lo sintió separar los labios para quitar el exceso de humedad.

- Y aún no termina la noche. Mejor ve a partir ese pastel para que yo pueda tener mi postre – dijo Shikamaru con una sonrisa picara tras terminar de limpiarla y empezó a colocarle su ropa interior. Temari estaba divertida con la situación, prácticamente ya se había olvidado del enojo y la frustración con Kaede.

- Gracias Shikamaru – Dijo levantándose para sentarse en la cama y acomodarse ligeramente la ropa y el cabello mientras él se sentaba a su lado - ¿Cómo estoy?

- Preciosa – respondió acomodándole un mechón rebelde tras la oreja.

- Bien, vamos a la dichosa fiesta – Ella se paró para irse, pero notó que no era seguida - ¿Shika? ¿no vienes?

- Emm, yo… voy en un rato Tema, tengo que encargarme primero de algo. – Ella notó que él cubría con sus manos la ingle y se sintió ligeramente culpable.

- Ay, Kami, pero que desconsiderada he sido – dijo regresando para arrodillarse ante él pero él se alejó.

- Deja así problemática, debes irte.

- Pero… no, shika, yo…- dijo poniendo su mano en la zona intentando apartar la mano de Shikamaru.

- Mujer, yo me encargo, tu vete, ya mas tarde tendremos tiempo – dijo acariciando su mejilla.

- ¿Estas seguro? ¿no duele?

- Solo un poco, pero estoy bien, ahora baja, problemática - insistió

- Sabes que no tardaría… – dijo sonriendo mientras se relamía los labios. Aquella vista casi lo hace ceder... casi.

- Mujer, en un rato bajo, tu tienes que ir, además si utilizas esa boquita terminaré por embarrarte toda la cara, el maquillaje y el vestido y estoy seguro de que no quieres a Kaede retocándote de nuevo y preguntando qué demonios hiciste – aquella sugerencia la hizo sonreír y considerar que era cierto.

- Bien, tu ganas… parto el pastel, cumplo con mi presencia un rato y subimos de nuevo para que te pueda dar tu buena mamada ¿te parece?

- Es la mejor estrategia que he escuchado en la vida.

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- .

- .Continuará….


Se los dije, soy terrible con los triángulos amorosos así que no los verán por mi parte… al menos no ahora. XD

Por otro lado... estoy inscrita en un proyecto social... y estoy esperando respuesta, ya luego les comentaré, porque la verdad de eso depende mi próxima frecuencia de publicación... De verdad es algo que deseo hacer y espero que me acepten; porque aún si pasa, deben saber que no dejaré este fic sin finalizar, solo que quizá el tiempo no será como lo he venido haciendo hasta ahora. Así que por favor... deseenme suerte, que eso no implicará mi partida definitiva, solo temporal.

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Y bueno, ahora voy con una aclaración idiomática.

*Jueputa- Contracción de hijo de puta, no se si lo contraigan así en otros países… lo sé, ustedes deben pensar que soy la persona más grosera de este mundo, pero la verdad nunca las pronuncio, o al menos, no cuando estoy con alguien alrededor, no me gusta decirlas ni hablar mal, me lo reservo para mis quejas intimas y personales o para los fics hablando por alguien mas, pero no me gusta madrear a la gente, las situaciones ni usarlas como expresión alegre, solo no lo tengo como hábito así que tampoco me hace falta decirlas en mi vida cotidiana.

En fin ¿comentarios? ¿dudas? Ideas? Teorías? Tooodo es bienvenido.

Pdt: ¿Qué les pareció el regalo de cumpleaños de Temari? XD

- ( 23 de agosto, 7 meses 4 semanas desde que inició la guerra )