/CONTINENTE ORIENTAL/REGION JOHTO/ZONA ESTE/CIUDAD MALVA/ALGUNA PARTE/
El sonido de una melodía animada como ringtone sonó de parte de un teléfono de chapa antiguo. Viejo, anticuado, y no rastreable, solo aceptaba ciertas llamadas, hecho especialmente para el hombre en traje smoking. Una de ellas era la actual.
– ¿Qué pasa? – Una voz suave y tranquila para luego masticar un mochi con en un palo. — Cualquier asunto comunique con el agente 404 de recursos huma... —
— ¡DD! – La voz del otro lado terminó por forzarlo a tragar antes de lo usual al oírla. – Por fin te encuentro, ¿Por qué mierda te fuiste a otro continente sin reportarlo a la agencia, o a mí? ¡En verdad quieres la reprimenda de Madam Kyoko o que! –
–. . . Hola, Syncroh. – Aquel hombre en los últimos anos de sus veintes veía que su break había terminado al ser encontrado. – ¿Qué sucede? –
– Dd, habla Syncroh ¿Dónde estás actualmente? – Una voz más joven sonó del otro lado, su ánimo parecía por suelos, como si fuera una especie de empleado mal pagado tratando de salvarle el culo a un compañero perezoso. – No ha habido ningún reporte tuyo desde hace una semana. –
– En las cercanías de Ciudad Malva, observando el desarrollo del undéci... –
– ¿Estas comiendo Kuzu Mochi, verdad? – Con un tono serio, el hombre del otro lado de la llamada soltó una pregunta que era tan filosa como un cuchillo.
El hombre en traje de esmoquin pulcro paró en seco cuando iba a darle otro mordisco al pequeño pastel de arroz cubiertos por la suave pasta de frijol dulce, y tardó unos segundos. Como un niño atrapado tomando su botín del tarro de galletas. Estaba estático mientras que en su mente miles de neuronas trabajaban en sincronía unas con otras hasta buscar una solución. Estaba utilizando a su máxima capacidad sus cualidades mentales para buscar la opción que trajera el menor daño posible en esa drástica situación. ¿Qué debería haber hecho? ¿Fingir ignorancia? ¿Cambiar el tema? ¿Aceptar las consecuencias? Ninguna opción era adecuada.
Era una decisión crítica que lo perjudicaría en adelante. Debía pensar en un respuesta clara.
– ... Te llevare algunos esta vez, lo prometo. –
- Eres un hijo de…-
La misión fracaso miserablemente.
Luego de un par de minutos de recibir el sermón sacando de su pecho sobre como lo había estado ayudando cubriendo sus pasos, como había arreglado sus reportes para ser aceptables, y como no había dormido en 72 horas y sus lagunas mentales se hacían cada vez más grandes por la falta de sueño junto al hecho de haberse estado alimentando de fideos, manís, y agua por cumplir el trabajo de ambos, pareció calmarse. Por su parte, el hombre con traje y corbata veía la cruzada que ocurría delante de él.
- Y además… Espera, ¿Qué fue ese rugido? – El hombre del otro lado paro en seco al escuchar un par de explosiones, descargas eléctricas en el aire, y un rugido dominante que paralizaría a cualquiera en el lugar. – ¿DD, que hiciste esta vez? –
- Nada importante. Solo es una pequeña prueba para el Undécimo. – dijo el hombre en esmoquin con tranquilidad mientras guardaba los tres últimos pasteles de arroz en un pote. — Oye, ya que estamos. ¿Qué prefieres? Te puedo llevar Mochis, o quizás quieras algo de té Chagayu. Es bastante bueno para calmar la mente. O quizás... –
– DD, por favor dime que no arrastraste al hermano menor a un nido de monstruos o contra algún Alfa. –
El hombre en esmoquin solo soltó un suspiro ante esas ideas.
– ¿Tan cruel piensas que soy? –
– Recuerdo a la perfección lo que le hiciste en el día de campo de la compañía. –
Los del trabajo siguen temiendo de la Light. Ni siquiera yo sé cómo pudo arrancarle el ala a ese Staraptor en pleno vuelo. –
–… Touche. –
Otro rugido hizo que el lugar temblara.
– ¿Y qué es eso? ¿Un grupo de Golem? ¿Un Rhyperior? ¿Un Milktank? –
– Un Suicune. Nada en especial. – soltó a la ligera.
– Recuerda que fue ella quien me pidió cumplir con este trabajo. –
- Ah claro… ¿Espera, que? ¡¿Suicune?! El Legendario Suicune?! – Del otro lado, alguien parecía estar teniendo un ataque cardiaco tras oír tan tranquilo a su compañero. - ¿¡Estás loco?! ¡¿Tomaste leche de almendra pasada o qué?! –
– ¿Por qué siempre mencionas la leche de almendras? – Solo pudo suspirar ante aquel recuerdo mientras otra explosión en el lugar se sentía. – Por si te interesa, no lo está haciendo mal. Por lo menos para su nivel, así que no he tenido que intervenir. –
– ¡Qué dirá el Décimo si sabe que pones a su sucesor en la línea! ¡Te machacaría con trabajo y luego tendría que hacerlo yo por no haberte detenido! ¡Es más! ¡Olvídate de eso! ¡Acaso sabes que te hará Madam Kyoko si se entera de ello! –
- Ella lo sabe. – Corto en seco la preocupación del otro lado de la llamada.
- … Espera, ¿en serio? –
– Tengo libertad de usar métodos y recursos a mi disposición con tal de reportarte de forma directa a Madam Kyoko del entrenamiento y el resultado. – dijo con calma mientras veía como un Onix de un color variocolor entraba en el lugar haciendo explosiones aparecer entre los debilitados entrenadores y el pokemon legendario. – Ya he movido ficha, preparado un campo donde pelear fuera del ojo público, le he traído recursos y posee aliados. He tocado más que suficiente para su lado, así solo queda esperar y presenciar el espectáculo. –
- Pero… Es un Legendario. Como es que…-
- Te lo dije, Syncroh. Esta es una prueba. Tiene que afrontarla, o no podrá saltar ese muro que lo ha detenido desde hace cuatro años. – Mientras tanto veía como el choque final de un pikachu variocolor envuelto en electricidad se lanzaba directo hacia el Legendario pokemon enfrente de él. – Nieto del hombre más peligroso del mundo, hijo de investigadores de la Fundación, y hermano menor del entrenador sentado en la cima de la Liga como la cara del pináculo de la humanidad. El mundo lo repudiara cuando sepan quién es, así que es mejor que empiece acostumbrarse a lo imposible sin tener que rogar por un milagro. Es hora que rompa la pulcra cuna de cristal donde se crio. –
– Entiendo eso, DD. Pero es absurdo que empiece tan temprano. — Trataba de negociar el del otro lado mostrando preocupación. – Incluso el Décimo tuvo tiempo suficiente para despertar, pero el undécimo es solo un muchacho. No creo que el método espartano sirva para alguien como…–
– No le tengas lastima al muchacho. – Tan cortante como una filosa navaja, detuvo aquel comentario tan innecesario. El hombre en esmoquin cerró los ojos tras ver como el chico de ojos rojos era lanzado hacia una de las edificaciones y caía a las oscuras profundidades de las Ruinas Alfas. — Ya no es el inválido que apenas podía respirar si sigue vivo después de tantos años en cautiverio. Es hora que use sus manos, tome la pluma, y escriba su propio destino. –
–… ¿Y qué pasa si se desvía? — Con cierta duda, llego un silencio sepulcral al ver al hombre con esmoquin por primera vez callado por completo. — ¿Qué pasaría en ese caso? ¿DD? –
– En cualquier caso, yo estoy aquí para arremedar el error. –
– Acaso tu… No, no quiero saber sobre ello. Olvídalo. – dijo del otro lado de la llamada. – Se sincero, ¿crees que el plan del Decimo funcionará?–
– No lo sé, solo toca esperar. –
/RUINAS ALFA/SUPERFICIE/
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Black Bullet OST Outtakes – Crisis Point: Ascension & Descension –
Envuelto en neblina, Hadson había llevado a una estructura a Naomi que estaba inconsciente, Hadson trataba de ver si encontraba a la joven de cabellos miel, al no verla temió lo peor, tenía que salir a buscarla pero no podía dejar a Naomi en ese lugar.
– Quédate aquí Naomi, voy por Amber–san– dijo Hadson empezando a correr cuidadosamente de encontrarse con el ser legendario sin saber lo que pasaría. Al caminar un poco más logro ver a una silueta en la niebla, logro esconderse entre unas rocas esperando que no lo hayan visto hasta que se le ocurrió una idea y era despistarlo lanzándole una roca y así correr a la dirección opuesta, tomo una roca medio grande y la lanzo con fuerza hacia la sombra más el grito que oyó no fue de Suicune, era como el de una persona.
– ¡AHH! ¡Maldita Sea! – Un grito adolorido hizo que Hadson reconociera al cazador de hace capítulos atrás. – Mi cabeza… ¿De dónde vino eso? –
– Eres el de la otra vez. – dijo Hadson acercándose a Zeke al recordar como los había ayudado antes. – El cazador del Onix brillante. –
– ¡Fuiste tú, Mocoso de Mierda! – dijo Zeke sobándose donde recibió el golpe. ¡¿Así tratas a los que vienen a ayudarlos?!–
– Disculpa no sabía que eras tú. –
– ¿Entonces siempre le lanzas piedras a la gente? Qué forma de saludar a otros. – Dijo Zeke mientras se quitaba el visor al ver que no funcionaban. – Ahora tendré que repararlos. –
– Disculpa por eso pero creía que aún le hacías frente a Suicune. –
– Pues no, me venció fácilmente, solo pudimos retrasarlo un par de minutos. – dijo Zeke resignado mientras veía las cuantas heridas en su cuerpo. – Ahora no sé dónde este, solo me alegro que ayudaras a las señoritas. –
– Solo pude poner a Naomi a salvo, aún falta Amber–san, no la he encontrado–
– ¿¡Que?! ¿No estaban contigo?–
– No, Naomi estaba cerca pero con Amber se distancio. –
– Maldición. No me pagaran si una muere. – grito Zeke frustrado. – Tenemos que hallarla, Suicune eliminara a cualquier humano o pokemon que se le cruce en su camino. –
A algunos metros se vio una nube de humo y una gran explosión se oyó levantando una gran cortina de humo junto a fuerte estruendo.
– Ahí están, vamos. – dijo Zeke, intento correr más cayo de nuevo, no noto Hadson que su tobillo se había torcido.
– No puedes caminar, tu tobillo esta... Estas herido. –
– No importa, debemos que detener a Suicune– dijo Zeke mientras intentaba volver a levantarse. – Tengo que cumplir la promesa. O sino, no podría llamarme un hombre. –
Hadson al ver su comportamiento temió lo peor y agarrando un fragmento de construcción se puso detrás de él.
– Perdón por esto. – Tomando el fragmento golpeo al castaño en la cabeza noqueándolo. – Lo siento por esto, es mejor que te deje en un lugar seguro. –
Hadson lo arrastro por los pies hasta una estructura y entonces emprendió en la dirección de la explosión. Tardo unos segundos, pero llego para ver una escena no tan agradable. La zona estaba hecha escombros. El nombre de ruinas parecía quedarle mejor a aquel lugar tan antiguo donde hace poco hubo un campo de batalla. Al ver el lugar del origen de la explosión, Hadson observó al ratón eléctrico tirado en el suelo.
– Rayo ¿Estas bien? ¿Dónde está God? – dijo Hadson mientras agarraba en sus brazos al ratón eléctrico más este solo pudo abrir sus ojos y mirar hacia una dirección, Hadson vio y era Amber tirada en el suelo y junto a ella estaba el ser legendario, Suicune. Hadson se quedó paralizado al ver a aquel ser legendario a punto de acabar con la chica solo por respirar, entonces agarro una roca y se la aventó para atraer su atención, Suicune volteo con furia a ver a Hadson que solo sonrió forzadamente cuando lo vio antes de empezar a correr, predeciblemente Suicune cayó en la trampa y fue a perseguir al chico.
En otra parte de las ruinas la joven estudiante despertó empezando a levantarse pero su atención fue tomada por un gran estruendo, se asomó a la puerta y vio que una gran tormenta iba a caer sobre ellos, tanto rayos como relámpagos grises se lograron verse en las nubes negras que cubrieron por completo el cielo. Naomi vio con terror esto.
– Se... esta esparciendo, esto es malo, si sigue así matara toda cosa viva con esa tormenta, pero ya es muy tarde, ni un movimiento de cambio de clima podría hacer algo. Tengo que reportarle a Madam Lumiere lo que pasa. – dijo mientras de su bolsillo sacaba una clase teléfono avanzado a punto de prenderlo sintió algo, una clase de viento caliente paso por su espalda y una voz apareció en su cabeza.
– Espérenme chicos... Voy por ustedes– logro escuchar Naomi en su cabeza, voltio a todas partes en búsqueda del origen de la voz hasta al final logro reconocerla.
– God ¿Dónde estás? – dijo viendo a todas partes desconcertada.
Mientras Hadson corría sin aliento tratando de ganar un poco más de tiempo más tratar de dejar atrás a un ser divino tan poderoso tanto que parecía que Hadson fuera una presa y Suicune jugueteando con el antes de eliminarlo como si fuera su depredador.
– Esto... es... mucho. Creo que debí haber planeado esto mejor. – dijo mientras se escondía en una curva jadeando fuertemente pero un escalofrió paso por su cuerpo y su expresión cambio a una de horror con una sonrisa mientras lentamente levantaba la cabeza y veía que el legendario estaba observándolo desde arriba.
– Su-su-Suicune. – Con lo que pudo retrocedió antes de caer de espaldas, mientras Suicune preparaba un rayo hielo. – De verdad odio ese ataque. –
A punto de lanzarlo una descarga eléctrica le cayó encima haciendo fallar el ataque impactando contra el piso creando fragmentos de hielo lanzando a Hadson un poco lejos mientras que el ratón eléctrico cayo inconsciente, afortunadamente Suicune no logro ver de dónde vino el rayo, pero no fue mucho como para que saltara esquivando un lanzallamas naranja, al ver de dónde venía vio a la joven cabellos miel y un Growlithe variocolor.
– Suicune, por favor no hagas esto, solo vinimos a buscar a un amigo, no podría por favor dejarnos pasar. – dijo tímidamente al ser legendario, Hadson vio con asombro la actitud de la joven.
– ¿Es en serio? – dijo sarcásticamente mientras fruncía el señor y una gota caía de su frente. Amber empezó a buscar en su bolso una ocarina de un color lavanda. –Eso es… ¿Un instrumento? –
– Por favor, responde a la melodía de mi corazón. –
Amber empezó a tocar la ocarina en sus manos saliendo una dulce melodía. Suicune se había quedado observando a la joven mientras escuchaba la melodía hasta que empezó a retorcerse mientras unos relámpagos negros salían de él y el aura se oscurecía más.
– ¡Amber sal de ahí, es peligroso! – dijo Hadson pero la joven color de miel no paraba de tocar esa melodía. Suicune empezaba a temblar hasta que cayó al suelo.
– Es... increíble, es como si estuviera domándolo, ella es... sorprendente… – dijo Hadson con asombro en sus ojos. En un momento Amber paro por falta de aire y Suicune aprovecho para alejarse un poco de ella mientras trataba de recuperarse.
– Amber. Vámonos, tenemos que ir con Naomi y el otro. – dijo mientras le agarraba del brazo y la llevaba mientras Natsu los seguía de cerca pero Suicune no los iba a dejar ir tan fácil.
Poniéndose en la estructura en el centro de todas las ruinas, espero unos segundos mientras un viento frio giraba a su alrededor junto a una nube de niebla grisácea, los relámpagos caían hacia la tierra haciendo fragmentos de hielo salir, el viento empezaba a crear un tornado alrededor del ser divino, levantando su mirada hacia el cielo negro dio un feroz rugido, un vaho gélido empezó a esparcirse en la niebla empezando a congelar en unos segundos toda las ruinas llegando a salvarse solo los que estaban dentro de las estructuras.
Ambos entrenadores vieron lo que había pasado y trataron de huir más cuando pensaron que estaban lejos de el con el soplido del viento ante ellos apareció y detrás de una ola inmensa que derribo a ambos entrenadores. Hadson fue el primero en recuperar la conciencia y con la vista busco a la joven de cabellos miel hasta que la vio un poco más lejos que él, la ola debía de habérsela llevado un poco más lejos, trato de levantarse más su cuerpo había llegado a su límite, no pudo más y cayo de nuevo mientras levantaba la cabeza.
Amber al estar consiente otra vez busco a su alrededor su ocarina y la encontró un poco más lejos, trato de acercarse pero el ser divino se puso entre ella y la única cosa que podía frenarlo.
– Amber-san. – grito Hadson al ver a ese ser divino cerca de ella, trato de arrastrarse hasta ella pero su límite había llegado entonces cayó al suelo mientras la frustración llegaba a su cuerpo, miro por última vez con su mirada baja en el suelo y noto algo, una piedra empezaba a bailar.
– ¿Qué pasa? Un temblor. – susurro Hadson confuso por lo que pasaba.
Amber trataba de alejarse arrastrándose lo más que podía de aquel pokemon pero era tarde, un ataque en esa distancia y esa potencia acabaría con ella de un solo rayo hielo.
– Por favor no lo hagas, los pokemon no son bestias, son seres buenos y bondadosos con corazón, sé que tú no eres la excepción– trato Amber de hacer reaccionar al ser divino pero no tuvo efecto alguno, era como si la personalidad de Suicune haya desaparecido por una más sanguinaria y fría. El frio del lugar empezaba a hacer efecto en ella, sentía que se apagaba y el cansancio junto al frio no le era favorable cuando su ropa estaba complemente mojada, temblando estaba con la mirada perdida pensando que sería su fin, que todo acabaría pronto pero... aun tenia cosas que hacer y ver, lo último que pudo en su cabeza era aquella sonrisa junto a una disculpa.
– God-kun...–
Suicune se preparaba para acabarla cuando empezó lo que se le llamo El Contraataque.
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/Majin Bone OST #34/
Mmmmmmmmm
mmmmmmMMMmmmmM
MmmmmmmmmMMMmMmm
Los... protegeré...
La tierra empezaba a temblar de poco hasta ser un terremoto, esto hizo reaccionar a la joven pero sobretodo tomo la atención de Suicune. Cada uno de las personas en aquel lugar observaron aquel evento con dudas y una gran sorpresa. El único que contemplaba eso con una sonrisa era aquel hombre en esmoquin que observaba el espectáculo hasta incluso esbozar una leve sonrisa.
Desde la lejanía, un pilar de luz del color de la luz del sol ascendió a los cielos pintados de negro por las nubes desde las profundidades de las ruinas. Ante aquella escena
– ¿Ehh, que pasa? Esto es acaso... – Naomi trato de agarrarse de una de las paredes mientras en lo que pareció un teléfono se empezaba a ver una gráfica elevándose a nivel crítico. – Esto es...–
La estructura del medio de las ruinas era el lugar de origen de la luz carmesí rompiendo el techo con una inmensa fuerza dirigiéndose hacia el cielo negro. De ahí, algo increíble para Naomi estaba pasando ante sus ojos. Con una onda de energía, similar a una onda de agua en un vaso tranquilo de agua, todas las nubes negras fueron dispersadas devolviendo el cielo a su color azul. Más eso no era lo único que se podía ver.
Tanto Naomi como Hadson vieron como el suelo parecía seguir temblando, pero fue ante la vista de Hadson que noto como las ondas de fuerza que provenían de aquel pilar de luz se esparcieron por la tierra derritiendo todo el daño a las ruinas. El hielo que parecía irrompible se derritió en meros segundos. El agua fue evaporada al segundo de tener contacto con esas ondas, y el mismo vapor se deshizo con los fuertes y repentinos vientos en aquel lugar.
Suicune fijo su mirada en la edificación de donde salía el rayo de luz, en donde logró ver una silueta negra saliendo de la edificación a paso lento. El mismo chico que había pensado que había erradicado había vuelto, pero Suicune solo podía ver con furia aquella escena al presenciar ante sus ojos divinos el color del aura que lo rodeaba. Con un abrir de ojos su mirada parecía brillar como el mismo sol, y como una flama desprendía una tenue estela ardiente. Fue cuando se fijó en el ser legendario que pareció por fin reaccionar. Desde la lejanía, el hombre en esmoquin presenciaba la escena y notaba que el chico se mantenía tranquilo aun cuando desbordaba aquella terrorífica presencia. Solo podía sonreír mientras afilaba su mirada.
Ni Amber ni Hadson pudieron responder ante lo imposible en lo que pasaba enfrente de él. Sus ojos estaban abiertos al ver a su conocido envuelto en esa extraña luz como si él estuviera ardiendo vivo sin salir lastimado. Era algo imposible que nadie entendía, pero eso no era de importancia. Por lo menos, no lo era para God.
– ¿Quién es? – Hadson forzó su vista hasta verlo mejor hasta reconocerlo, ropas gastadas, heridas múltiples, un brazo herido y le faltaba su gorra. Aun así pudo saber quién era aún al estar algo lejos. – No puede ser… ¿God?–
En el entrenador de ojos carmesíes había ciertos cambios en su apariencia. Su físico había sido más fortalecido siendo que su brazo izquierdo destacaba más, su cabello se había elevado un poco y había tomado un tono un poco más negro con un leve tono magenta y en sus ojos tenían un tono más espeso que antes mientras tenían un brillo naranja y su expresión facial era más seria y demostraba frialdad en su mirada.
Hadson estaba sorprendido por la nueva apariencia de God pero su asombro fue cuando el de ojos carmesíes volteo y le susurro unas palabras incapaces de oírse a esa distancia pero como si lo pudiera escuchar en su cabeza.
"Atrás"
Hadson haciendo caso trato de alejarse lo más que pudo y ocultándose detrás de unas rocas. De la mano derecha God agarro la pokeball con cuatro estrellas negras y la expandió, apuntando al legendario con una mirada seria mientras el viento lo golpeaba como si el mismo mundo lo estuviera rechazando.
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/Greatest Battle OST's of All Time: Makko Shobu/
– Suicune, déjalos en paz. Son solo gente común que está en fuego cruzado. – dijo God mientras veía fijamente al ser legendario, este dio un gran rugido mientras se ponía en posición para atacar a cualquier momento. – Yo soy el ladrón y tú el guardián de las ruinas, decidamos esto ahora. –
Amber empezaba a levantarse, su mirada fue tomada por el brillo de la energía que empezaba a esparcirse hasta que vio a dicho personaje. Como una vela apagada, pudo ver con claridad al chico y notar como sus ojos desprendían una luz tan clara como el sol. Como estrellas en el firmamento, desprendía confianza y más que nada una fuerte determinación.
– ¿God-kun? –
– Adelante, Discharger. – dijo God mientras lanzaba la pokeball al aire.
Fueron unos intensos segundos hasta que el rayo de luz toco tierra como un imponente trueno, y al segundo se formara un lagarto mediano de un color dorado.
Con un corte en su torso, su cola envuelta en una llama de anaranjada, brazos cruzados y sus ojos cerrados abriéndolos ya al haberse formado por completo dando un rugido al ver a su oponente, ante el legendario Suicune, el charmander se había ido dando paso a un mejorado charmeleon.
– Sustituto. – dijo God levantando su mano. Con ello, el Charmeleon solo sonrió.
El charmeleon golpeó sus garras entre sí para luego golpear con fuerza el suelo formando una nube de polvo que envolvió gran parte del campo. El Suicune rugió y el humo se disipo al segundo, pero la sorpresa de Suicune fue que ahora sentía al charmeleon por todos lados del campo. No pudo creer al ver que estaba rodeado. Cientos de Charmeleons estaban en todas las partes, algunos sentados en los techos, otros se apoyaban en las paredes y otros simplemente se mantenían observando con un carácter lleno de orgullo y soberbia.
Ante la vista de todos, el charmeleon se había multiplicado hasta convertirse en un ejército de un solo pokemon. Todo con tal de hacer frente ante aquel pokemon de carácter divino.
– Esto es increíble, hay muchos de ellos. – dijo Hadson mientras por todos lados
– Si lo sé, pero hay algo más. – dijo Naomi acercándose discretamente a donde Hadson se refugiaba. – Gracias a Dios se encuentran bien. –
– ¡Naomi! Tú, estas… ¿Estas bien?– dijo Hadson volteándose sorprendido.
– Si, sigo un poco aturdida, pero puedo caminar. Vistes las copias de Discharger. – dijo mientras se ponía al lado del chico. – Vi el pilar de luz y vine, pero me es difícil de entender lo que estoy viendo. –
– No lo vas a creer, Naomi. God salió de aquel pilar de luz. – Hadson disparaba a quemarropa palabras una tras otra. – Irradiaba luz como si fuera un superhéroe y…–
- Cálmate un poco. No logro entenderte. – dijo Naomi al no entender. – ¿Dices que esa luz que despejo el cielo fue causado por God? –
– Es asombroso, son muchas, no pensé que pudiera ser tantas ilusiones. – dijo Hadson asombrado Naomi dudo un momento.
– Eso… Eso no es lo que es extraño, pero supongo que no es momento de eso. – dijo Naomi en un susurro. – Le sacare respuestas cuando esto termine. –
- ¿A qué te refieres? –
– Hadson ¿No te has dado cuenta, verdad?– dijo Naomi con su tono un poco más amigable de lo usual. – Bien te explico, fíjate en los pies de las copias–.
Hadson fijo su vista en algunos y susurrando volteo a ver.
– Pues... tienen sombra… – susurro Hadson aun sin entender, en su cabeza como si dos cables se tocaran y saliera una chispita el reacciono sorprendido al máximo– TIENEN SOMBRAS tienen sombras, esas ilusiones tienen sombras ¿Cómo es posible?–
– Es porque no son ilusiones. – dijo Naomi mientras veía las copias– He leído sobre esto, pero pensé que era imposible. Es como Sustituto, bueno más bien una evolución o versión mejorada. En resumen, a cambio de un poco de vida puedes crear una copia del usuario y esta protegería al real. En este caso, toma la energía vital del pokemon y crea una copia, pero para hacer una gran cantidad de copias tendría que haber dado una cantidad insuperable incluso para un maestro en ello. Aunque sea un genio en la habilidad es teóricamente imposible. Él no es alguien normal, él es extraordinario si hoz eso. –
Hadson estaba asombrado de lo que pasaba y continuo viendo la batalla mientras Suicune no sabía que hacer contra todos ellos.
– Discharger, a él. – Una simple orden basta para todas las copias actuaran a la vez.
Fueron directos hacia el Suicune montándose todos en él y empezando a dar una serie de golpes, en ese instante God emprendió carrera aprovechando el momento. No obstante, la distracción no duro mucho. Suicune demostró la diferencia de fuerza que había entre ellos. Con un movimiento rápido, mando a volar a varias de las copias haciéndolas caer del cielo como si fuera una lluvia. Cuando estos perdían todas las fuerzas, desaparecieron en una nube de humo.
Amber empezaba a recuperar fuerzas pero seguía herida mientras forzaba la vista para ver en la nube de humo y noto algo que iba en su dirección. No entendía del todo lo que estaba pasando, pero entendía que God era quien estaba luchando esta vez. Su mente hizo pensar lo peor al creer que era el ser divino. Por reflejo, cerró los ojos con temor y espero lo peor mas no ocurrió.
El único cambio era que ahora no sentía tocar el frio suelo aunque había estado mucho tiempo en contacto. Ahora sentía algo que la agarraba en donde la espalda cambia de nombre. Era cálido. También sentía una ráfaga de viento en su rostro. Tratando de abrir sus ojos vio que estaba en movimiento, vio quien la llevaba con cierta duda. Como un relámpago un tono rojo empezó a tornarse en sus mejillas al ver sus profundos ojos carmesíes con un tono anaranjado parecidos al atardecer y sus cabellos negros volando con el viento. Lo más que pudo hacer era seguir viéndolo incapaz de voltear.
Rápidamente con un combo de salto God logro alejarse suficiente del Suicune poniendo a la joven en una de las estructuras no destruidas delicadamente.
– Espera aquí. – dijo God con una voz más gruesa para luego alejarse de un gran salto y correr de nuevo hacia el campo mientras que Amber estaba aún en shock observando el vacío a donde él se fue.
– Él se ve... diferente. – Amber susurro tímidamente mientras un leve sonrojo apareció en su rostro. – Es… igual que antes... –
Para cuando lo noto God estaba de nuevo enfrente de ella haciéndola soltar un pequeño brinco del susto. En sus heridos brazos, ella notó que llevaba al ratón que hace poco le había salvado.
– Por favor cuídalo. – dijo mientras le daba deliamente a su pokemon a lo cual ella asintió. – Te lo encargo. –
Entonces God partió hacia el techo de otra estructura mucho más lejana de ellos.
– Ten cuidado. – dijo Amber mientras una sonrisa se le salía. No importaba mucho el color de su rostro cuando vio su imagen alejándose de donde estaba ella y ver su espalda -dispuesto a todo. – Bienvenido… Bienvenido de vuelta, God-kun. –
God llego al centro de la tormenta donde vio como el Suicune parecía arrinconado por los muchos clones de Charmeleons que poco a poco aprendían a trabajar en equipo y ponían contra las cuerdas al ser divino. El ser divino no sabía cómo responder ante los constantes movimientos. Era una roca aguantando las olas del océano. Se mantenía firme, pero poco a poco iba perdiendo fuerza si era golpeado de forma tan constante. Tampoco tenía tiempo de actuar, y se encontraba cada vez más en un punto donde sentía que estos cientos de molestias se convertían en una potencial amenaza.
– ¡Discharger, Garra Metal! –
En las copias de charmeleon sus garras se rodearon de un resplandor, y tomaron un tono plateado. Suicune reacciono al peligro de cientos de luces plateadas yendo hacia él. Entonces formo una inmensa ola que cubría un terreno de cinco metros de altura. Mas eso solo podía alentarlos, más no detenerlos. Fue que empezó una persecución. Suicune corría por las ruinas, saltando entre techos, pasando entre la naturaleza, y buscando cualquier va donde obtener tiempo suficiente para recuperarse. Mientras tanto, todos los charmeleon llovían sobre sin darle suficiente tiempo para reaccionar al siguiente ataque. Si en ataques comunes parecía recibir un daño como una mordida de mosquito, ahora estaba sufriendo con los ataques constantes de Garra Metal. Era una ráfaga dorada con una lluvia de dolor plateado para el Suicune, uno del cual no lograba evitar. En algún punto, los papeles de cazador y cazado se invirtieron. La ola elimino a varias de las copias, pero los charmeleon seguían hacia adelante. Suicune tenía claro que esos clones tenían un solo objetivo, acabar con el bajo cualquier costo. God por su parte dirigía el ataque para evitar el fuego cruzado con Naomi y Hadson al dirigir al Suicune a otra zona.
Por suerte del destino, uno de los golpes llego a ejercerse con garra metal en la cabeza del legendario, y a los segundos una onda de energía roja rodeo a ese charmeleon y desapareció, entonces este desapareció por el golpe de la ola pero todos los demás apareció un brillo similar de menor potencia.
– Naomi ¿vistes eso? Antes de irse ese brillo…– dijo Hadson.
– Es un aumento en ataque, es un efecto secundario de la garra metal. – dijo inconscientemente Naomi recordando lo aprendido hasta que dio un salto de la sorpresa. – ¡Ahora lo comprendo!–
– ¿de qué hablas Naomi?–
– La estrategia de God es usar no solo como escudo y ataque sino que los usa. –
–… Una explicación por favor. –
– Como distracción para que Disc aumente su ataque, eso explica porque atacaba con la garra metal siendo el daño casi nulo. –
– No entiendo. Explícamelo por favor. –
– Mira, el efecto de estas copias es que están unidas al original mentalmente, con la garra metal tienes una oportunidad una de diez de que te dé un aumento en ataque. Si uno se aumenta y desaparece entonces los demás recibirán ese bono y así atacan con más fuerza. Claro que el límite para un pokemon es aumentar su estadística en seis, pero si todas las copias se eliminan entonces el original tal vez si pueda hacerle frente a Suicune. –
– Increíble… – Hadson veía con asombro todo la estrategia de God a lo cual lo volteo a ver, miraba con seriedad el combate viendo cada detalle y su mirada decía todo.
– No permitiré...– La voz de God paso por su cabeza.
–...que mis camaradas mueran– termino de decir Hadson uniendo su voz a la de God en su cabeza. – God, eres... increíble. –
El combate entre el ejército y el ser divino continuaba.
Suicune iba a una gran velocidad evitando algunos de los garras metal que recibía pero no daba frutos ya que con los constantes golpes empezaba a ver que su fuerza aumentaba con cada golpe. Mantener ese ritmo solo acabaría con él en poco tiempo.
Invocando una gran ola Suicune dio un gran salto junto con una ráfaga de viento siendo seguido de cerca por todas las copias. Dando un giro en el aire vio a cada charmeleon preparado con brillo plateado en sus garras, Suicune lanzo un rayo hielo pero no a las copias sino al agua de ola.
Con el rayo hielo el agua se congelo en pleno aire con varias de las copias y al caer encima del gran fragmento de hielo con elegancia miro al entrenador que aún seguía emitiendo esa terrorífica esencia quien mantenía su mirada en el fragmento para cruzar la mirada con el ser legendario.
– Esto aún no acaba… – susurro God con calma en su voz solo audible para los oídos del ser legendario que doblo de lado un poco la cabeza por esa respuesta hasta que un crujido se hizo presente llamando la atención del legendario a sus pies.
Las copias dentro del hielo empezaron a brillar en un resplandor y las llamas de sus colas aumentaban drásticamente su tamaño mientras sus garras aun cubiertas por la luz plateada lentamente se movían haciendo crujir el hielo por dentro. Ante la incredulidad del Suicune, el hielo irrompible termino por no aguantar más liberando a todas las copias.
Suicune tomo distancia en pleno aire, pero recibió una embestida sacándole el aire. Todas las copias se reagruparon cerca de su entrenador esperando siguiente orden mientras este estiraba su brazo apuntando con su palma al ser legendario.
Al recuperar el aire y ponerse en guardia piso con fuerza invocando una gran ola detrás del ser divino, en su hocico apunto a la mayor cantidad de copias y disparo el rayo hielo grisáceo.
– Prepárense. – grito God con fuerza a lo cual todos obedecieron almacenando llamas en sus hocicos. – ¡Fuego! –
Todo Charmeleon ahí disparo con todo un potente lanzallamas que al unirse tuvo el poder para evaporar la ola, vencer el rayo hielo y mandar a volar al ser legendario quemándolo cayendo en el suelo bastante herido, intentando levantarse la quemadura le paso factura volviendo a caer.
– Esta débil, es hora. – dijo God seriamente.
– No, aun no, la oscuridad obstruirá la captura, para romper el contrato debes vencer y atraparlo. – escuchó la familiar voz en su cabeza como si un eco se tratara.
En lo que vio Suicune empezó a levantarse pero el aura oscura aumento su tamaño en un dos por tres. Con una mirada llena de odio de esos ojos iluminados con luz roja, ya no era el ser legendario que desprendía elegancia sino que ahora era una bestia con gran poder y una mirada asesina. Ahora donde estaba el legendario Suicune se encontraba una bestia de poder inmenso.
El aura empezaba a verse más viva, como si estuviera devorando al ser legendario como si fuera combustible. Suicune parecía estar llorando del dolor, pero parecía ya no tener control sobre sí mismo. Aquella bruma que brillaba como una flama negra encima de su cuerpo era quien dirigía el encuentro, y estaba dispuesta a terminar con esto incluso si costaba la vida de su recipiente.
Entre la bruma oscura de energía en la boca del legendario, una bola de energía negra empezó a formarse y al momento un rayo negro salió disparado hacia ellos. Un sentimiento extraño empezó a sentir God en su cuerpo, era como una clase de alerta que hacía temblar su brazo, así que de un salto hacia la derecha esquivo a aquel ataque.
Al ver a donde estaba vio que casi todos las copias habían sido eliminadas y solo quedaban 6 junto con el original, God quedo sorprendido pero aun pareció estar tranquilo en ese estado. Era como si sus sentidos le forzaran a mantener la calma.
– ¿Que fue eso? Acabo con casi todos. –
– Ataque oscuro, el poder del contrato en sí. – Dijo aquella voz en su cabeza. – Convierte cualquier ataque en un potente ataque de un elemento que no debería existir. Infalible, inbloqueable, inmutable ante todo. Es la esencia de todo lo que no está vivo. –
– ¿No tiene un mejor nombre? –
God entendió lo absurdo que sonaba aquel dato, pero viendo como parte de las ruinas colapsaban al haber rozado con dicha flama negra. Era en verdad algo temible.
– Abstente de bromas. Si te toca entonces acabara contigo se precavido con la luz oscura o...–
– Si lo sé, game over. – Dijo God mientras su mirada se fijaba en el ser legendario– Se está recuperando rápido, tenemos que acabar con esto. –
– Te queda 2 minutos para...–
– Lo se lo sé ya me lo dijiste, capturar, purificar y sellar, pero antes tengo que acabarlo. – le respondió God con algo de soberbia en su voz, cerrando los ojos. – Muy bien. Disc, sé que no hemos completado esta pero necesito que lo hagamos...–
El charmeleon asintió a lo cual se vio que el real estaba al frente de todos los demás, tres copias empezaron carrera contra Suicune siendo uno que salto contra él, defendiéndose lanzo un rayo hielo haciéndolo desaparecer levantando una cortina de humo pero uno de los otros salió rápidamente de ella y dio un fuerte golpe al ser divino mandándolo hacia atrás donde esperaba el otro para rematar con una fuerte patada mandándolo a volar hacia arriba y desapareciendo en el acto.
Tratando de recuperarse el Suicune tratado de mantener el equilibrio pero recibió un cabeza de una copia mandada como un proyectil desapareciendo al impacto poniendo en marcha en el aire mientras que otro hacia abajo dándole con el talón lo mando directo en dirección del suelo. Los últimas dos copias sujetaban las garras al otro mientras que original tomo distancia de ellos para empezar a correr y diera un gran salto cayendo en los brazos de las copias que impulsaron un nuevo salto del original y despareciendo al contra el ser legendario.
– Adelante Discharger, Garra Metal x6 – grito estirando su brazo con la palma abierta.
Lanzando un feroz rugido con la garra derecha iluminada por la luz plateada siendo usada como si fuera una espada hizo un zarpazo al ser legendario terminando con él, pero después de eso en un pequeño momento los ojos del charmeleon se tornaron naranja para luego volver en unas décimas de segundos a su estado normal aterrizando apenas de pie.
El ser legendario tirado en el suelo se tornó totalmente de un color negro y el aura que lo rodeaba empezaba a descontrolarse como si tuviera vida propia.
– ¡Ahora!– se escuchó aquella voz mientras la imagen de unos ojos azules aparecía en su cabeza.
– Adelante. – dijo God yendo hacia donde estaba y dando un salto se paró enfrente del ser legendario, al sentir la presencia de God un aro delgado de luz salió del pokemon y el aura empezó a disminuir drásticamente. Del bolsillo de God salió a su mano izquierda la Pokedex de nuevos colores negro y rojo con nueva forma.
Tomándolo y dándole vuelta mostrando la pantalla iluminada en un segundo.
– Espíritu sagrado corrompido por la Oscuridad, arde hasta volver en tu estado natural... – dijo God al unísono junto a la voz en su cabeza mientras el aro de luz eliminaba el aura oscura convirtiéndola en partículas negras. Dando un salto hacia atrás se puso en posición y tomando la extraña Linkball en su mano derecha y su brazo derecho empezó a brillar por dentro mientras que la Linkball empezó a brillar y se dividió en seis esferas que con un lanzamiento disparo hacia el legendario que todas las esferas que al ser contacto con el pokemon lo desmaterializaron, se unieron y tomaron al ser divino que convirtiéndolo en energía y se materializo de nuevo la Linkball empezando a moverse de un lado a otro.
1... 2... 3... Pump!
La Linkball se trabo, soltó unas pequeñas luces y la Linkball cambio a una pokeball estándar, Suicune había sido capturado. Apuntando con la Pokedex hacia el polvo negro y un rayo de luz blanca como linterna se activó alumbrando las partículas que empezaron a ser absorbidas por la luz de la Pokedex.
"Links almacenados", se vio en un mensaje que apareció en la Pokedex y en la mano derecha de God apareció la Linkball pero con un tono más oscuro.
– Sello completo, pokemon purificado, Suicune... rescatado. – susurro God mientras tomaba la pokeball del suelo. God puso su frente contra la parte roja de la pokeball que se movió haciendo sonreír levemente a God. – Tranquila, ahora estas a salvo. –
Amber veía asombrada a God, como había actuado, lo que hizo y toda la batalla. No podía creer que ahora lo parecido con el que buscaba era casi igual que él, seria...
– Jajajajajajaja esto no acaba aquí. –
Se escuchó una voz distorsionada, una risa maniática parecía aparecer desde donde el pilar de luz se originó. Tanto God como los otros voltearon a ver y era Manu, bueno, lo que quedaba de él, su cuerpo aún seguía siendo consumido por una llama negra y solo se podía ver la silueta además de sus ojos blancos más estos no se pudieron ver pupila alguna.
– ¿Profesor Cyrus? –
– Aléjate de él, no es aquella persona que dices, es un espíritu oscuro que solo usa el cascaron vacío. – se escuchó esa voz de nuevo en su cabeza.
– Ha acertado mi señor, se nota que aun tras tanto tiempo como carcelero de su hermano conservas sus sentidos... –
– ¿Quién eres? – dijo God aun en ese estado a punto de ordenar un ataque.
– Tranquilícese no vine a eliminarlos, solo quiero felicitarlo por su pequeño logro más quiero informarle que solo es cuestión de tiempo para que Ryu despierte y vuelva a donde debe estar. – dijo la voz saliendo de Cyrus más distorsionada parecida a la de una niña pequeña.
– Solo espero que no fallezcas tan rápido y que se acabe el juego, de todos modos te estaremos observando desde las sombras, y no se preocupe mi señor cuidamos bien del usted de este tiempo, tendrá mucho tiempo para jugar también, será divertido. –
Esa voz empezaba a ponerse más grave y terminar con una risa maniática antes de que el cuerpo cayera por completo y fuera incinerado hasta ser ceniza.
– Se ha ido. – dijo God viendo lo que quedaba de aquel profesor recordando todo lo que paso y las palabras de Napol.
"Confió en ti, por favor... Sé que traerás la paz a Johto, Ilumina con la Luz de tu corazón la región que fue mi hogar y devuélvela a su belleza natural"
Con una última sonrisa en su rostro God cerró los ojos y su apariencia volvió a la normalidad más ese poder tomo factura empezando a caer hacia adelante, para su suerte fue atrapado y con una suavidad para no herirlo la joven paso sus brazos y lo agarro con cautela dejando su cabeza descansar en su busto.
– God-kun… – dijo Amber mientras abrazaba con un poco más fuerte mientras un sonrojo decoraba sus mejillas. – Tranquilo… Ya acabo. –
Sintiendo la luz del rojo atardecer entre las nubes del oeste el calor de aquellos rayos de sol y antes de caer por el cansancio unas palabras dijo en su cabeza y junto a un haz de luz carmesí una nueva esperanza emergió...
Tras haber ido a esas Ruinas me sentí vivo otra vez, era como si estuviera completo, sé que suena raro pero desde hace tiempo no me sentía así, no sé qué fue lo que paso ni como lo hice pero lo había logrado y aparte de ese día mi vida no fue igual, pero solo puedo decirte... gracias... gracias por haberme guiado en cada momento hasta aquí y gracias por instruirme cuando de verdad te necesite, por eso te digo:
Gracias... Hermano...
