Parte 1: Memorias
Acostado en la base del árbol miraba el cielo azul mientras veía las nubes, un montón de recuerdos dolorosos pasaron por su cabeza. Su mente se desviaba buscando ignorar aquello que quería olvidar. Aun recordaba la suave caída de la lluvia mientras caía impotente de sus rodillas encima de los restos que alguna vez fue una de las mayores metrópolis del mundo.
Sangre, matanza, hambre, pobreza. Todos los pecados en aquella ciudad habían sido purificados, y ahora aquel terreno estaba siendo limpiado por el suave manto de la lluvia que limpia los escombros manchados con sangre inocente de miles sino millones. El momento en que se dio cuenta que había fracasado en su misión, fue al ver en los destrozos a su alrededor. Edificios que alcanzaban a rascar los cielos ahora eran escombros que manchaban el suelo. Las murallas que protegían los distintos distritos ahora estaban destrozados.
El patrimonio de la humanidad con un población de alrededor de dos millones de personas se había ido, y lo único que quedo fue un recuerdo de la calamidad que el mismo humano provoco por mantener a todo el mundo en control. Todo porque un monstruo fue suelto libre, y el otro monstruo no pudo detenerlo a tiempo. Aquella catástrofe había pasado recientemente cuando llego a la ciudad en llamas antes de que estas se apagaran. Aunque sus voces llenas de miedo y desesperación se hayan cayado, en aquel lugar podía seguir escuchando sus gritos pidiendo ayuda a alguien que no pudo llegar a tiempo. Los recuerdos de aquello se mantenían en su cabeza, como un recordatorio de que no había actuado a tiempo. La sangre de miles bañó sus manos impotentes. Aun cuando no lo expresaba, aquel recuerdo seguía atormentándolo.
Recordando lo que había hecho tomo su collar por la cuerda y vio la moneda, en sus ojos se notaba sufrimiento mientras veía aquella letra F sobresaliendo de aquella medalla con su tono color cobalto.
— No lo entiendo... — Se escuchó esa voz familiar. Como respuesta, cerro la mano ocultando la medalla y en un giro rápido la oculto en su abrigo. — Han pasado muchos años desde eso, ahora eres diferente y has hecho mucho por él ¿Por qué te sigues atormentando?—
— Hey, Lucy...— dijo Wil con cierto neutralidad en su voz. — ¿Quien está cuidando a Miranda?—
— Esta con mis abuelos. Ahora yo te preguntare ¿Que paso hoy con la prueba de Hiroto?—
— No mostro índice de madurez, se comportó como niño otra vez creyendo que Quilava es el más poderoso. —
— Tal vez será porque confiaba en el pokemon que le dio su querido padre. — dijo ella sentándose a su lado. Aun cuando el hombre quiso escapar de ello, ella le tomo de la mano evitándolo. — Él te tiene mucha confianza y desde que le distes ese pokemon cada tarde viene aquí y entrena lo que le enseñaste. Eres su héroe y quiere ser como tú. —
— No soy un héroe. El no debería querer ser como yo, y si sigue el camino que yo tuve solo sufrirá si no muere en el proceso. — dijo el hombre viendo al vacío con más seriedad en su rostro. — Tuve la fortuna de conocerte. Si no fuera por ello, seguiría siendo solo un arma más de Cipher. —
— Eso no es cierto, fuiste tú quien me salvo. No me imagino que me hubieran hecho esos tipos si no fuera por ti, Namu, y Numa. — dijo mientras se acostaba a su lado mientras se acomodaba hasta estar casi en el torso del cazador usando su antebrazo descubierto como almohada.— Aunque no lo creas, no eres tan testarudo como crees.—
— ¿Cuál es el punto?— dijo algo fastidiado el cazador tratando de evitar la dulce mirada de su esposa. — Tengo prisa, Lucy. Tengo una misión pendiente. —
— ¿Qué, otra más? ¡Pero si acabas de llegar! — pregunto ella levantándose de golpe para estar de rodillas. — Bueno... ¿Cuál es esta vez? ¿Saldrás de la región otra vez?—
Mientras hablaba vio que el cazador iba sacando algo de su abrigo azul. Al verlo se exalto al ver la esfera de cristal con nubes negras dentro de una caja de cristal entre ellas con partículas moradas flotando en un agujero negro. — Eso es...—
— Lo que queda de los oscuros, el origen y el padre de todo. El Corazón de Yami, el centro del padre de la calamidad. —
— ¿está bien que tengas contigo? ¿Aquí? ¿En medio de un pueblo lleno de personas? Ya sabes… ¡No vaya a hacer Bum y Brooom y yo Whaaaaa! — La mujer de cabellos rojos como el sol se expresaba como una niña aun cuando estaba alrededor de los 30 años. Era un ánimo que hacía que difícil para ella no ser tratada como una niña, pero desde los gestos con sus manos hasta sus expresiones infantiles ya eran algo normal para el hombre de ojos fríos en su día a día. — Ya sabes, no querríamos un ejército de pokemon súper fuertes que den miedo por ahí sueltos en toda la ciudad. Seria suuuuuper escalofriante, ¿Cierto? —
— No hay lugar más seguro que conmigo. Aunque también hubo otras opciones, pero ninguna con buen final. —
— ¡Huh! — Los azules de la mujer se abrieron con emoción mientras se acercaba al rostro del hombre. — ¿Vistes el futuro, otra vez? —
—. . . Si. — decía el hombre con ojos fríos. —El Grupo Ross ofreció su seguridad, pero pudo visionar y saber del golpe de poder que haría el hijo del presidente actual para poner sus manos. Su plan es tratar de llegar a aumentar la fuerza de sus pokemon y proveer el servicio a entrenadores para elevarse en el comercio. —
— oh… ¡Que codicioso! — grito la mujer levantándose de golpe y viendo con mucho ánimo al hombre. — ¡No puedes dejar que eso pase! ¡Harán dinero con esa cosa incluso cuando ya ha hecho mucho daño! ¡Eso no está bien! —
— Corinthia también impuso sus deseos al querer encerrarlo en el fondo del castillo. Sería un plan adecuado sellarlo bajo el corazón de cristal que está bajo los muros y el domo de diamante del reino. — decía el hombre viendo el resultado a más de 40 años en el futuro como aquel sitio era destruido. — No es una opción viable. Sería cuestión de tiempo para eso. —
— No entiendo la mitad de lo que dices, pero supongo que es malo. —
— Esto es patriarca de la calamidad, con la energía que brota puede corromper a cualquier pokemon o persona aunque sea de forma incompleta. Es prioridad que me deshaga de ella en donde ningún humano pueda alcanzarla. — Tras decir esto empezó a levantarse. — Iré al Pilar Legendario en la región Aura en la península Orre. Enviare esto con ayuda de Celebi a un punto donde sellarlo en el tiempo donde todo comenzó con Einteins y bloquearlo en ese continuo espacio, así acabare con esta maldita pesadilla. —
— Terminar la pesadilla… Sí, eso sería bueno… Pero... ¿Tu cuando despertaras?— Con esta pregunta el cazador bajo la mirada al saber el motivo de porque preguntaba aquello. — Llevas mucho peso en tu espalda, no tienes que seguir culpándote por lo que paso en Ciudad Ferrum. — El tono del cazador empezaba a mostrar un poco más de tristeza mientras que su mirada recordaba cada uno de esos momentos que lo erizaban la piel, por lo que de su bolso empezó a apretar la medalla de metal con aquella F. — Si es mi culpa, Lucy. Intente detener a Gordon y cai en su trampa. Cada truco, cada obstáculo que me puso logre superarlo y él lo sabía. El me creo para servirle y hasta el final supo cada jugada que haría. —
Aquella mujer con rostro infantil veía con cierta molestia la melancolía de aquel que no expresaba NUNCA alguna emoción.
— Seguí haciendo el trabajo de Verdugo aun sin saberlo, otra pieza más en su tablero de damas con la que jugó. No pude hacer nada para impedirlo. —
— Pero tú nunca quisiste ser eso, tú eres un héroe. Dejaste de seguirlos al momento correcto, protegiste a muchas personas y liberaste a muchos pokemon de sus manos, seguiste lo que tu corazón creía y por eso me enamore de ti. —
— Siempre has tenido mal gusto, enamorarte de un Ladrón Asesino. — el cazador solo veía al vacío mientras apretaba la medalla frustrado hasta el punto en que su guante empezó a mancharse de su sangre.— Sé que no puedo cambiar el pasado, tome decisiones que podrían ser incorrectas para los demás y aun así muchos me consideran el bueno de la historia cuando deberían alejarse de mi.—
— No fue tu culpa lo que paso, gracias a ti Cipher fue vencido y podemos vivir felices. Salvaste vidas, Wil. — la mujer de cabellos anaranjados insistía en aquellos detalles tratando de hacer ver a su depresivo esposo su perspectiva de la historia. — Por favor, deja de cargar con ese peso. Hiciste lo que pudiste, deja el pasado atrás. —
— ¡No puedo dejarlo atrás!— Grito el cazador sorprendiendo un poco a la mujer puesto jamás había visto a su esposo alterado de esa forma, siempre había sido frio hasta tal punto que el mismo se dio cuenta de eso. — Lo siento, no quise gritar. Solo... me cuesta olvidar a veces lo que paso. —
— Ya entiendo, por eso a veces evitas estar con Hiro. Él te recuerda lo que paso en Ciudad Ferrum…. — La joven se levantaba del suelo tratando de acercarse a su marido.— ¿Por eso eres muy estricto con el cuándo lo ves? —
— Me lees como si fuera un libro. Desearía que no fuera así, pero es cierto...— termino diciendo el cazador viendo al suelo frunciendo el ceño. — Hay veces que me odio a mí mismo por pensar así, tal vez Hiroto es un dolor de cabeza pero... No se merece eso. —
— Wil...—
— Pude haberlo detenido, yo tenía la fuerza para ello, pero fui muy lento y... Ciudad Ferrum pago el precio por ello.— El cazador susurraba depresivo dichas palabras mientras recordaba cómo se sentía la lluvia ese día.— Si hubiera sido un poco más rápido Hiro no hubiera perdido su hogar ¿De qué sirve el poder si no pude llegar a tiempo? —
— Bueno... tal vez no pueda saber cómo es estar en tus zapatos, mi amor. — La mujer de cabellos rojizos recostaba su cabeza contra la espalda de su marido. — Pero sé que un día veras cuanto te amamos. —
— No creo que lo merezca, Lucy. No creo merecerlo. — El cazador se preparó para alzar el vuelo. — Tengo que irme, hay un par de cosas que quiero buscar en mi despacho como la Flauta Tiempo. —
— Pero por favor. Antes que te vayas dime ¿Que harás con Hiroto?— dijo esto mientras pasaba sus brazos por su torso abrazándolo por atrás, al sentir esto el simplemente sonrió. Las palabras de ella lo hicieron parar en seco dejando un silencio sepulcral. — Sé que él es muy importante para ti también, así que no dudare de tu juicio. Cualquier decisión que tomes yo estaré de acuerdo. —
—… Gracias Lucy. — tras decir esto saco su pokeball y salió volando del lugar. — Siempre poder contar con tu apoyo... Si existe algún dios haya arriba, estoy agradecido por haberla conocido. —
Parte 2: Peligro Inminente.
Pasaron unas horas luego de ello dejándole tiempo suficiente para pensar. Mas no esperaba aquel evento ocurrir a tan prematuro que lo haría dudar.
Horas después en el centro de la ciudad... Celes corría por las calles jadeando fuertemente yendo deprisa mientras gritaba para intentar llamar alguien que la ayudara. Era inútil a esas horas de la noche, las calles se llenaban de niebla y cada vez se volvían más engañosas, hasta que llego a un callejón sin salida alguna, sintiendo un respiro detrás se dio la vuelta cuando un rayo de luz cegó la escena y una risa gruesa algo perturbadora se podía escuchar en el fondo.
Mientras tanto en los dormitorios, Hiroto acostado en su cama veía el techo de esa habitación recordando todo lo que le había dicho y al voltear a ver al quilava vendado en la cabeza que descansaba en un cojín para voltear a ver el techo otra vez, recordando eso último que le había dicho ese día hasta que una melodía lo saco de su pensamiento, era una video mensaje del contacto C. Etern, el chico no quería ser molestado, pero sabiendo quien era pensó que no se merecía eso. Entonces lo observo de mala gana, al comenzar noto algo extraña hasta sorprenderse de lo que pasaría...
.
,
.
.
.
Una hora después... Wil llegaba algo cansado a aquella habitación a lo que se alistaba para descansar lanzando su bolso con todo al escritorio para salir y cerrar con llave mientras se dirigía al baño, tomando entre sus manos se empezó a mojar la cara tratando de despertar a lo que su mente se perdió en un mar de recuerdos.
— Hiroto...— susurro inconscientemente mientras su mirada se reflejaba en el espejo. — Tal vez... me equivoque. — dijo entre pensamientos pero un extraño ruido lo obligo a salir de ellos tomando su atención, corriendo fue a la habitación de al lado para ver que la puerta había sido abierta y que la cerradura había sido fundida con una llave adentro que tenía un colgante de Pikachu.
— Como no tenía copia de la llave uso una común y calentó el metal tanto para derretirse y darle la forma de la llave. Ingenioso para ser un niño. — dijo a lo que rápidamente entra en el cuarto y ve que su bolso con la piedra oscura se había ido, sorprendido e impactado corrió tomando la pokeball del alado llameante sacándolo afuera temiendo lo peor.
— Lizard vamos rastrea a Charlie y a Hiroto rápido. Están en peligro. — dijo mientras se montaba en el pokemon que al segundo prendió vuelo y como si fuera Mac2 emprendió la búsqueda.
—... Hiroto ¿Que estás haciendo? No sabes en el peligro que estas, si la esfera tiene aunque sea una grieta la energía oscura podrá...— Poniéndose su visor dio la orden de acelerar y ahí emprendió la búsqueda con la duda en su cabeza.
— A ver, ¿si fuera un niño de 12 años con adicción a tener más poder a dónde iría? — dijo pensando mientras observaba el pequeño rastro que había dejado accidentalmente. — Ya se, en La Colina, vamos Lizard, a tercera marcha. — El charizard aumento más la velocidad pero un extraño sentimiento recorrió su cuerpo y siguiendo su instinto cambio de dirección a lo que el cazador lo entendió.
— ¿Que pasa Lizard? ¿Que sientes?— pregunto algo confuso, el gran charizard negro solo lanzo una llamarada a una zona para alumbrarla más que provocar un incendio, entre las calles de la ciudad estaba tirada alguien muy conocida para él puesto era la única que veía algo en Hiroto.
— ¿Celeste?— De un salto bajo del enorme pokemon y arrodillándose puso dos dedos en su cuello revisando su pulso.— Solo esta inconsciente, debió haberla atacado algo, pero no tiene ni rasguños ni marcas en su cuerpo, habrá sido...— Delicadamente abrió un parpado, vio que su pupila estaba dilatada y tres puntos se había quedado marcados.— Tengo que avisar al rector, mandare la señal de ayuda por una estudiante herida.— Tras decir esto con el aparato en su muñeca mando el pulso avisando a los demás.
—... Tengo que seguir a Hiroto pero no la puedo dejar aquí...— tomando la otra ultraball saco a un pokemon de cuerpo pesado de color azul metálico con cuatro patas y una cruz en su frente— Cross necesito que la cuides hasta que venga por ayuda, la señal ya está puesta así que por favor te la encargo.— dicho esto monto vuelo de nuevo en el Charizard.
Volando hacia las afueras del límite de la ciudad yendo hacia más allá de dos rutas a la lejanía de los límites de la ciudad hasta ver a lo lejos un enorme en la colina. Jadeando fuertemente descansaba sentado el chico mientras guardaba al quilava en su pokeball.
— Por fin te encontré Hiroto, se acabó, entrégamelo ahora. — escucho decir a lo que aterrizo enfrente de él y una mirada fría se cruzó con sus ojos azules más este no estaba asustado, es más, al verlo sonrió triunfante.
— Vaya si eres rápido viejo, apenas pudimos aprender un solo movimiento. — dijo a lo que se levantaba, Wil observo que la ropa del chico estaban degastadas y él tampoco se veía bien puesto tanto sus brazos como su rostro mostraban cansancio.
—... Ha estado entrenando...— pensó el cazador, el chico extendió su brazo dándole un libro viejo escrito con garabatos.
— Espera ¿Tomaste mi bolso solo por mi manual?— pregunto algo confuso pero manteniendo el control.
— Claro, necesitaba dominar un movimiento tipo A para pasar la prueba, ahora ya no hay problema, todo está bien...— dijo alegre aunque aún seguía jadeando por el cansancio.
— ¿De que estas hablando ahora?—
— Celes me dijo que el profesor le dijo de la otra forma de pasar la prueba es aprender un movimiento tipo A o S. — dijo mientras se levantaba, se notaba como su entusiasmo era más grande que su cansancio.
— ¿Boxes le dijo eso?—
— Si, también me dijo que lo viera en el parque de entrenamiento en una hora para la prueba y darme mi título. —
— Entonces él está detrás de esto...— dijo el cazador viendo a su alrededor.
Fue cuestión de expandir su presencia para contemplar el peligro oculto en el lugar
— Hiroto, ponte detrás de mí. — dijo frio mientras jalaba de la camisa al chico poniéndolo detrás de él.
— Lizard vuelve. — Grito el cazador al intercomunicador en su oído mas solo oyó estática, una explosión en el cielo tomo la atención de ambos viendo que dentro de ella salía el charizard bastante herido pero aun volando.— ¡Lizard cuidado!—
El Charizard variocolor trato de dar vuelta más fue muy tarde, un poderoso puño trueno en el ala basto para mandarlo hacia el suelo, preocupado por el pokemon corrió hacia él, el alado llameante se empezó a levantar lentamente, aun estando en su mejor estado los daños le pasaban factura. Aunque Wil ocultara su propio desgaste, este seguía presente tras unas cuantas misiones en las que apenas pudo salir con vida. El precio era normal en ser incapaz de usar todas sus cualidades hasta recuperarse por completo. Su transporte y compañero también parecían sufrir ello si no pudo evitarlo.
— Vaya, los rumores del ala negra son ciertos entonces. — se escuchó un eco de la voz de aquel profesor, al oír Wilson se llenó de furia. — Lástima que solo tienes a ese charizard, si no hubieras dejado a ese metragross cuidando de esa niña pudieras vencerme fácilmente
— ¡¿Entonces has jugado conmigo en tu maldito juego?! — grito el cazador enfurecido. — Usaste a tus estudiantes como marionetas. —
— ¡Ja! ¿Quién eres tú para juzgarme eh? Asesino— dijo entre risas siniestras.
— ¿A-asesino?— Hiroto retrocedió unos pasos atrás antes de caer sentado.
— Ah ¿no lo sabias? No sabias que el mejor cazador del mundo es también un asesino. — de entre las ramas de los arboles aparecía aquel hombre de cabello grisáceo.
— Entonces él tampoco te habrá dicho que es su culpa que toda ciudad Ferrum fuera masacrada, tu ciudad. –
Los ojos azules del chico se abrieron de par a par mientras dudas aparecían en su cabeza.
Parte 3: Crueles Consecuencias.
— Así es Hiroto, Wilson dejo morir a toda la gente que conocías, sus manos están manchadas de la sangre de miles de personas. — dijo de una forma algo sádica, Wilson miraba con desprecio al sujeto entre las ramas pero no tenía tiempo para distraerse puesto aun no identificaba al pokemon enemigo lo cual dificultaba atacar.
El chico de ojos cobalto veía hacia el suelo impactado, agarrando un pedazo de pasto en sus manos arrancándolo por el impacto de la noticia.
— ¿Q-que? No, no puede ser… —
— Parece que no sabes nada, pues te lo resumiré. — dijo aquella voz repicando en el lugar. — Ah, una cosa, Wil. Si intentas algo te aseguro que los demás niños no tendrán tanta suerte como la niña Celes. Si no quieres que tu querido niño vuele por los aires juntos con todo el bosque, te recomiendo comportarte. –
Wilson veía con ojos desafiantes mientras escaneaba el lugar buscando el origen de la voz y calculando los posibles resultados en su cabeza.
— Antes de que Wil se revelara contra Cípher, era el mejor agente que tenía. El Ace en las cartas de los hombres encima de todos nosotros. Mas después de traicionarnos empezó a cazarnos y destrozar el proyecto Oscuro.
Cazo a sus hermanos y hermanas uno por uno hasta así acabar con todos. Pensando que había destruido por completo Cípher al vencer a Tercera Baraja pero no supo hasta el final el plan secreto: era una alianza con una organización que ayudaría a Cípher a volver a crecer, lo único que pedían era que nos encargáramos de un problema en Ciudad Ferrum. —
— ¿U-un problema?— dijo Hiroto a lo que se levantaba poco a poco.
— Hiroto, no lo escuches.— dijo Wilson impotente aun buscando al atacante junto a su pokemon lanzando ataques para hacer que aparezca sin fruto alguno, en el fondo Hiroto quería saber más sobre su pasado que para el aún era un misterio. —
— ¿Le ocultaras la verdad, Wil? ¿Justo como los demás lo hacían contigo? ¿Le quitaras el poder saber que hubiera sido su vida? ¿Qué paso con sus seres queridos? ¿Quién fue el que le arrebato todo lo que quería? —
— ¿Q-que problema había en Ciudad Ferrum?— Hiro apenas entendía lo que pasaba, pero el nombre de aquella ciudad venía con una cierta sensación de nostalgia para luego sentir amargura por ello.
— Simple, matar una plaga. —
—… ¿Que? —
— Según lo que sé, en esa ciudad había un producto que traería la calamidad a este mundo. Un caos que tenía que ser borrado antes de surgir en la utopía de nuestra causa. Por lo que usamos un arma única que incluso tu padrecito no pudiera lidiar. — Decía la voz con más exaltantes en su voz que lo habitual en sus clases. — Expediente XD001, el último oscuro que existe. Un ser legendario bañado por la bendición del mismo caos que nos encargábamos de controlar. —
Wil no podía permanecer ahí quieto, pero cuando quiso moverse. Sintió como varias armas a distancias como ballestas estaban ya preparadas, pero iba al chico y no a él. No estaba preparado sin Namu o Meta junto con él, por lo que debía de proteger al chico ante todo.
— Hiro, no lo escuches y acércate a mí. Estamos rodeados, y te están apuntando. — decía Wil extendiendo su mano al chico que veía todo dudoso. — Te prometo que saldremos de aquí, pero acércate. —
La duda carcomía al chico, y no sabía en qué pensar al respecto. Le habían puesto una duda que nunca se había preguntado. Siempre había supuesto que solo había sido un accidente, pero ahora las dudas sobre ello lo comían por dentro. Quería saber la verdad.
—… ¿Qué fue lo que paso? —
— No lo escuches. —Wil quería alcanzarlo, pero el sonido de su Charizard neutralizando un disparo en pleno vuelo que iba a su frente lo detuvo. — Te lo explicare todo después, así que por favor escucharme ¡Hiro! —
La mirada de Hiro evitaba la vista del hombre que cuido de él durante la mitad de su vida. Quería saber la verdad, y temía que el cazador que se encontraba a su lado no dijera la verdad. Por su parte, Wil apenas se daba cuenta de la gran distancia entre ellos. Todo por su falta de confianza en el chico, por la falta de detalle en su relación con él, entendía ahora que parecía no tener confianza con el chico. Hiro no creía en su palabra por ello, por los miles de secretos que no sabía y siempre ocultaba de su familia. Ahora aquello por su seguridad lo golpeaba de vuelta.
— Wil no sabía que habíamos liberado a esa bestia en ciudad Ferrum mientras lo manteníamos distraído a nuestro querido cazador creyendo que esto acababa con solo destruir nuestro hogar. — Dijo aquella voz con más emoción en su rostro. – Nuestro Comandante fue muy generoso al decirle que pasaba en Ciudad Ferrum, pero solo llego a tiempo para ver el show. Todos los que conocías fueron asesinados y ni siquiera te conto. —
— ¿Lo entiendes, mocoso? ¡Te quitaron todo lo que tenías! ¡Todo lo que conocías! ¡Tu familia, amigos, toda tu vida fue arrebatada por la decisión del Cazador al que llamas padre! ¡Tu querido padre adoptivo te quito tu destino! —
Cada vez le costaba más respirar. Sentía que su cuerpo se hacía más pesado, su sangre no llegaba a su cabeza y sus ideas dejaban de ser claras. Como un castigo divino, recuerdos reprimidos de todos los que conocías pasaban por su cabeza y pensar que todos habían sido asesinados. Hiroto no podía creer eso, cada palabra era como una bala en el corazón para el joven.
Para un chico tan joven, esas cosas eran... demasiado pesadas.
Mirando el suelo las lágrimas empezaban a caer mientras entraba en negación incapaz de creer mientras la tristeza lo inundaba, recordar era doloroso, y su mente lo sabía al haber suprimido sus recuerdos.
Ellos no merecían morir… esas buenas personas no debían morir.
Las mataron.
Les quitaron sus vidas.
El conocía el valor de la vida, y no podía creer que hubiera gente capaz de algo como esos. Decidir por otros, y arrebatarles todo en tan solo unos segundos por el bien de otros…
Eran pensamientos que pasaban por su cabeza a lo que la tristeza se volvía furia, dando un fuerte grito al aire. Uno lleno de frustración, y sobretodo, desesperación. Uno que no podía saber si era de un humano o de un monstruo. Sentía que el aire se hacía más espeso a su alrededor, su cuerpo se sentía más difícil de mover, sentía un gran calor en su pecho, sus latidos iban más rápidos, y sentía como por sus venas la sangre parecía estar hirviendo. Sin notarlo, alrededor suyo una suave capaz de luz parecida a una llama parecía brotar de él.
Sin notarlo de sus ojos brotaba una leve estela de luz parecido al de una vela envuelta en había parecido en sus ojos color cobalto donde el odio y la sed de sangre nublaban su vista.
Aquel rasgo era realmente extraño tanto que había sorprendido a Boxes que se había quedado entre aquellas ramas pero después de unos segundos soltó una carcajada.
— Por fin. — Boxes sonrió al ver aquella luz cobalto en sus ojos. – Veo al verdadero monstruo aparecer. —
— ¡¿A quién le dices monstruo?! ¡Asesino!— grito a lo lanzo una roca que esquivo fácilmente.
— ¿Crees que lo que hicimos está mal? Solo prevenimos la catástrofe, y eso hare ahora mismo. –
Dijo Boxes atrayendo la atención del chico. – Lo que no pudo hacer ese cazador esa vez yo lo terminare. —
Los ojos furiosos del chico dudaron un poco al oír aquello último.
— Ah cierto, tampoco sabias esa parte de la historia tampoco… Bueno, te contare que el plan de Cípher era principalmente que en vez de aquella matanza le dimos la opción al único cazador que puede rastrear la oscuridad, nada más y nada menos que el único cazador clase SS, de cazar al último hijo natural de Yami; el error de la naturaleza. – dijo Boxes con una sonrisa dejando de piedra al chico de ojos azules. – Lamentablemente, se quiso hacer el héroe y miles de vidas fueron el costo, ¿por qué crees que él cuida tanto a los únicos sobrevivientes de la ciudad que no pudo salvar sabiendo que el chico que sobrevivió era su objetivo principal? ¡No se te ocurra el pensar que se preocupa por ti! ¡Solo vigila que no te conviertas en ello que destruirá al mundo! ¡No eres su hijo, eres su prisione… —
– ¡Cállate! –
Como si fuera una orden directa de su superior, Boxes cayo en seco ante la presencia que emitía el reconocido como Cazador. No obstante, ya era tarde para ello. Wil vio de reojo como Hiro lo veía con ojos incrédulos, como si algo dentro de él estuviera cediendo y a punto de romperse. No jugo bien las cartas, y este era el precio. Este era parte de su castigo por proteger al chico que tuvo que matar.
— N-no… no puede ser, el viejo jamás hubiera hecho eso…. — Hiroto aun tirado en el suelo trato de levantarse más sus piernas no lo dejaban aun paralizadas, su atención se fijó en quien se suponía era su profesor, pues aterrizo muy cerca del joven a lo que empezó a retroceder al verlo.
— En cuanto termine contigo y tu miserable matanza de por donde vayas iré por tu querido "padre".—
— ¿Ma-matanza?—
— Lizard, Llamarada contra Boxes. —
La gran salamandra dándose vuelta soltó una enorme bola de fuego que en pleno aire se volvió una estrella, el ataque fue realmente veloz siendo que en unos segundos cruzo varios metros pero Boxes no parecía preocupado mientras sacaba una ultraball y enfrente del salió una bestia quien de un rugido levanto una tormenta de arena reduciendo el impacto de la llamarada.
Wil vio sorprendido a aquel pokemon de caparazón verde oscuro mientras que Hiroto solo se cubría los ojos por la inesperada tormenta arena.
– ¿En verdad crees que no tendría una medida para eso, Wil? – dijo Boxes con una sonrisa llena de emoción. – Entonces esa es la fuerza que le queda a quien masacro a todos sus hermanos… Patético. –
— ¡Hiroto aléjate! – grito Wil espantado, Hiroto levanto la cabeza intentando ver lo que pasaba pero algo le estorbaba y era que había enfrente de un enorme pokemon de apariencia feroz lo que lo hizo retroceder un poco. – ¡Es peligroso que estés cerca!—
— ¿Que pokemon es ese?— pregunto titubeando a lo que la mirada del pokemon se cruzaba con la suya.
— Triturar. — grito Boxes, los dientes del enorme pokemon brillaron en un tono gris a lo que se abalanza ante el chico, al ver lo que pasaría con miedo cerro los ojos esperando lo peor.
Lo que paso luego fue en unos leves segundos y todo se movía en cámara lenta. Wilson empezó a correr hacia Charizard mientras formaba una garra dragón pero esta no tenía intención de dañarlo, saltando a la mitad de su brazo piso con fuerza dando media vuelta. Con la fuerza de Charizard salio disparado hacia donde estaba el pokemon. Preparando su brazo mientras que del dispositivo de su brazo se empezaba a iluminar de una leveluz azul, poniendo su mano con guante en el pecho del pokemon. El guante emitió una onda que empujo considerablemente atrás al pokemon de gran tamaño. Aprovechando el impulso, dio vuelta en dirección a Hiroto tomándolo de su cintura y llevándoselo en un abrir y cerrar de ojos...
— Quédate atrás y no me estorbes. — dijo frio y serio el cazador recuperando el control del momento.
— ¡Sorprendente! dijo burlón Boxes, Hiroto veía asombrado al inmenso pokemon. – ¡Para ser la sombra de lo que eras hace mucho aun llevas contigo algo del Legendario Cazador de Cipher!—
— ¿Que pokemon es ese?— pregunto apuntando al inmenso pokemon.
— Rango S, al igual que Meta, un pokemon conocido por su furia capaz de derribar una montaña entera para hacer su nido y el counter perfecto de Charizard, Tyranitar. — dijo serio Wilson con un pequeño tono de preocupación de voz.
— Un... Rango S. — susurro el futuro entrenador mientras observaba al imponente pokemon de roca.
— ¿No es hermosa? La encontré en las ruinas de nuestras instalaciones, al parecer era uno de los pokemon que sirvieron en el experimento de Incubación. — dijo Boxes con una sonrisa desafiante en su rostro. — Era muy mansa al comienzo pero luego de pasar días sin comer se volvió obediente y eficaz como una buena máquina para matar. —
— No tienes que hacer esto, Boxes, podemos resolverlo de otra manera. — trataba de razonar el cazador con el sujeto sin fruto alguno.
— ¿Y dónde estaría la diversión?— dijo sarcásticamente empezando a reír sádicamente. – Hay que jugar, mi Cazador. -
— Es tu última advertencia, entrégate y discutiremos tu condena. — dijo serio preparado para lo peor.
— Ay Mi Cazador, aun no entiendes el papel que tienes en esta escena. — hablaba en un tono dramático el sujeto lo que confundía al chico.
— Si esa es tu decisión… — dijo frio a lo que el charizard se ponía enfrente del cazador. —
Entonces no tenemos otra salida. –
Parte 4: Garra Filosas Rotas.
— Es increíble poder ver en una persona tan dudosa de actuar al gran Ala Negra en combate, me gustaría ver si los rumores son ciertos. — dijo elegantemente el sujeto.
— ¿Rumores? — pregunto Hiroto algo confundido en aquel lugar.
— Simplemente un viejo record de muchos que tenía, mocos. Si es cierto lo que dicen de que solo con tu charizard puedes vencer a un ejército. —
— No tendrás tiempo para verlo, terminaremos con esto de una. — dijo decidido el cazador a lo que se colocaba el visualizador preparándose para el combate.
— ¿Acaso no recuerdas lo principal que nos enseñaban a los cadetes? — diciendo eso oprimió un botón en el cual tras el a lo lejos se escucharon seis disparado de diferentes direcciones. – ¡Siempre ten un As Bajo La Manga! –
Se escucharon disparos mecánicos a la lejanía.
— ¿Qué es eso? — pregunto Hiroto viendo a lo lejos en el cielo, Wilson rápidamente puso su visualizador en modo nocturno y pudo ver aquel objeto.
— Esa son las unidades de lanzadores del instituto, que pasara...— pensó dudando a lo que vuelve a ver, de las capsulas que se empezaban a desplomar soltaban una gran cantidad de objetos en el aire.
— Esas son...— vio algo sorprendido el cazador aquellos objetos, Hiroto al ver más cerca término lo que decía el cazador.
— Pokeballs. — termino de decir Hiroto.
Las pokeballs empezaron a abrirse en pleno aire en grandes cantidades iluminando un pequeño pedazo de espacio del lugar. Wilson solo frunció el ceño prediciendo que pasaría. Las grandes capsulas tenían en su interior cada una 6 filas de 6 pokeball y se habían lanzado 6 capsulas. En resumen, había en el campo el pokemon dando una cantidad de 216 pokemon en el campo rodeándolos. De un segundo a otro, un ejército de pokemon con apariencia hostil estaban a su alrededor.
Grandes rugidos fueron soltados en todas las direcciones de aquella colina. Los sentidos de Hiro reaccionaban ante el peligro, y podía intuir con solo eso que estaban en un gran peligro. Hiroto al levantar la cabeza vio que estaba rodeado de pokemon grandes que llenaban el ambiente de miedo ante ellos, era una gran horda de pokemon, que al igual que el brotaban aquella tenue luz de sus cuerpos con la excepción de ser un color brumoso como la neblina y de un color más opaco.
— Son muchos pokemon… — dijo algo aterrado el chico a lo que veía a todos los pokemon que lo rodeaban con una expresión no tan amigable.
— No puede ser...— susurro el cazador tomando la atención del chico. — Estos son los pokemon que buscaba... los pokemon que Cipher...—
— Vaya… los reconociste, aquí están todos los pokemon restantes de Cipher. – dijo sádicamente el sujeto a lo que soltaba una carcajada. Hiroto al ver al cazador noto que este cerraba sus puños con fuerzas. – Todos entrenados para matar y obedecer como lo que son, bestias que deben ser domadas. ¡Armas hechas para lo mismo que tu y yo, controlar y dar orden! —
— Todo este tiempo... que lo he estado buscando, todos los que no encontré... habían estado aquí... — decía Wilson cada más enojado, Hiroto veía inquieto, nunca lo había visto de esa forma. — ¡Tú siempre los habías tenido!—
— Así es, mientras tú te tomabas tu tiempo haciendo el papel de "héroe" yo pensé en que si te iba a hacer pagar entonces yo tomaría el papel de "villano" en este juego. Y que "villano" no puede tener un ejército de pokemon para divertirnos un poco un poco más. —
— ¿Ese sistema es del instituto no es cierto? — Decía serio Wilson lo que llamo la atención del entrenador. — Entonces fuiste tú quien introdujo a Miltank entre pokemon de baja categoría.
— ¿Ahora solo presumes verdad? Si, si fui yo. Cambie la cadena de pokemon cuando le tocara al chico monstruo, necesitaba que fallara en la prueba para así continuara la obra hasta el desenlace, después de eso tome a la chica y mande el mensaje utilizando a quien no creías que era un peligro, el resto te lo dejo a tu imaginación. — decía Boxes mientras sonreía bastante complacido por haber sacado al cazador de su fría actitud.
— Usaste a los estudiantes como tus marionetas ¿Por qué?— dijo seriamente pero a la vez con bastante furia en su voz.
— Simple, para hacerte sufrir.— dijo sádicamente el sujeto mientras veía con unos ojos llenos de furia al cazador.— Que mejor forma de destruir a un hombre que acabando a todos sus seres queridos mientras este observa, y no te preocupes por tu familia que yo me encargare de ellas, palabra de caballero Pica.— dijo Boxes burlándose.
— Viejo...— susurro lentamente a lo que con su mano intento llamar la atención del enfurecido cazador pero solo basto con oír su voz para que se volteara agresivamente a ver la expresión de impresión y tristeza del chico. Ver ese rostro, aquella tristeza fue lo suficiente para hacer recapacitar al cazador, tras esto voltio calmadamente a ver al sujeto nuevamente con una actitud diferente a lo que a este le extraño ver ese cambio tan repentino.
— ¡Hiroto, quédate atrás! — dijo serio al chico que lo observaba algo confuso. — ¡Yo me encargare de esto! –
— ¿Que? Pero son demasiados...— dijo Hiroto viendo a todos los pokemon. —
— No era una sugerencia. ¡Quédate Atrás!— decía serio Wilson intentando tranquilizar el ambiente para el joven chico.
— Pero...—
— Hiroto, esto no es asunto tuyo, es mío y debo encargarme de esto. –
— ¡Estás loco! No puedes contra todos ellos, seria suicidio. —
Era imposible el convencerlo cuando se ponía así. No estaba de todo bien mentalmente, y Wil sabía que eso era perjudicial en el campo de batalla.
—Hiroto. Yo no te conté mi pasado y sé que no hay nada que pueda hacer para remediar el daño que hice, pero sé que como esos pokemon se siente y sé que están sufriendo. Ellos no tienen la culpa de sus actos, como Boxes nos usó lo está haciendo con ellos desde el comienzo. — dijo Wilson cabizbajo, esas palabras le costaba entender Hiroto las intenciones del cazador. — Cipher es un parasito. Una simple enfermedad que ha estado matando este mundo y yo fui parte de ello. Debo ayudarlos, liberarlos de esas cadenas de odio y abrirles otra vez el corazón, ser una cura de su enfermedad. —
— Viejo...—
— Soy un arma, y siempre lo seré. — diciendo esto saco un teléfono color bronce, abriéndolo, en él tenía una pequeña esfera negra encima de la pantalla. — Así que mientras respire yo decido por lo que peleare. –
Un fuerte viento empezó a brotar en el lugar. Boxes dio un par de pasos hacia atrás mientras sentía lo que pasaba enfrente de él. Temía del Pyroar que había despierto de su siesta al pisarle la cola al ver el viento girar a su alrededor. Los primeros pasos de una tormenta, y que Wilson era el centro.
— Lizard. — El charizard se puso de frente del cazador a lo que asiente junto a él. El cazador tras esto volteo a ver de una manera más calmada y seria al chico que ahora estaba integrado.
— Ese es nuestro propósito. — dijo extendiendo su teléfono, 8-6-0-1-1-Enter. Fue el código que ingreso el cazador en su extraño teléfono entonces la esfera negra empezó a brillar a lo que el centro del arnés del charizard empezó a brillar.
— Piedra Llave. —
La luz del aparato empezaba a aumentar su tamaño. Una extraña sensación se sentía en el aire mientras hilos de luz salían entre ambas luces hasta hacer contacto entre ellas. Hiroto veía aquello sin entender lo que pasaba, pero veía con atención el brillo de todos los colores formándose encima del Charizard negro. La única forma de expresar aquel resplandor era lo igual que parecía a la luz que rodeo a Charlie cuando evoluciono de un Cyndaquill a un Quilava. La luz de la evolución.
— Lazos que nos unen a través del espacio y tiempo, iluminen con su luz el camino hacia nuestro nuevo destino. — Las luces de ambas piedras empezaron a formarse como cadenas de energía que entre ambas luces se unieron. — ¡MegaEvolution! —
La luz se hacía más inestable mientras la silueta envuelta del charizard empezaba a cambiar. Ante los ojos de Hiroto, pudo ver como humo y flamas entre el color azul y verde de jade parecía formarse. Su tamaño crecía y sus alas se extendieron mientras crecían púas como cuernos.
— Dragón Místico de fuego azul violento. Despierta de tu sueño eterno. – grito a los cuatro vientos a lo que la luz empezaba a aumentar su esplendor. – Con la luz y oscuridad de mi corazón únete a mi lado en esta batalla. ¡Hora de Despertar! ¡Mega Charizard X! ¡Lizard!—
Un gran haz de luz la esparció y con un poderoso rugido y una hélice del color del arcoíris su forma cambio, o en otras palabras, megaevolucionó.
Los cambios del charizard negro habían sido bastantes intensos. Su cuerpo pasó a ser de colores negros y azules con tonos verdosos. Sus llamas de la cola y la boca, más abrasadoras que nunca, arden con un tono azulado. La imagen del pokemon que conocía había cambiado a uno mucho más aterrador, pero a la vez majestuoso como la presencia de un tipo dragón. Hiroto veía asombrado tanto al ahora Mega charizard y al cazador asombrado, hace tiempo que no veía algo así volviéndolo a ver como aquellas veces en que lo creía un gran súper héroe.
— ¡Segunda Baraja Soldado Pica: Leonard Boxes, Juro por todas las vidas que han caído y por todas las seres vivos que habitan en este mundo que deben ser protegidas que te detendré por siempre, cueste lo que me cueste.— dicto fuertemente el cazador, Hiroto veía asombrado a quien hasta hace poco detestaba, esa persona ahora parecía una persona completamente diferente.
— ¡Jajaja! ¡Adelante muéstrame que puedes hacer, Cazador Leyenda! — grito Boxes a lo que con una seña empezó el combate, 218 vs 1.
