I. La Mirada desde Arriba

Pasado la tarde en Ciudad Malva en la calle se podía ver a Naomi y Hadson esperando en la puerta del Gimnasio de la ciudad a aquel que retrasado ya estaba.

— Otra vez llegara tarde, les dijimos a las 12. — decía Hadson acostado boca abajo en un banco del lugar.

— Creo que es algo típico de él, solo habría que esperar un poco. — decía Naomi serena mientras leía su libro.

— Lo sé, pero para correr tan rápido no entiendo porque llega tan tarde. —

— Tal vez sea esa la razón por la que el corre tan rápido, si siempre viene tarde me imagino que debido a eso ha adoptado la idea de ser más rápido para compensarlo. —

— Si pero... No entiendo por qué tarda tanto con Amber —san en venir. — decía Hadson aun boca abajo. — Bueno, se me ocurren unas cosas que esos dos pueden hacer, pero no creo que God sea capaz. — Al oírlo Naomi su ruborizó un poco teniendo una cierta idea de lo que él hablaba para luego enfocarse aún más en el libro.

— ¿No eres muy pequeño para tener ese tipo de pensamientos? — dijo Naomi volteando a ver a Hadson más calmada.

— Jajaja disculpa, supongo que se me ha pegado algo de mis hermanas. Siempre he estado con ellas y he aprendido un par de cosas. — decía a lo que se daba vuelta intentando mantener a raya los malos recuerdos en esa casa. — Bueno, cuando tenían días buenos. —

— Uff en fin. ¿Qué tal si vamos entrando? — dijo Naomi suspirando mientras cerraba su libro de repente y se levantaba dirigiéndose hacia la puerta del lugar.

— Te sigo. — dijo a lo que entraba con ella en el lugar. No tardaron mucho en llegar a las gradas del lugar viendo que el campo que se había destrozado estaba de como nuevo.

— ¿Pero a quienes tenemos aquí? — Acercándose a ellos venia caminando Riley. Un hombre de cuarenta años que aparentaba ser un turista por su vestimenta y lentes negros cubriendo sus ojos. Era difícil de no reconocerlo, y más por aquel afro que llevaba en la cabeza— Me alegro de nuevo verlos por aquí. —

— Hola señor Lie, ha pasado un tiempo. — dijo Naomi amablemente.

— A qué se debe esta visita. ¿Les dio ganas de probarse con Falkner o el chico de ojos rojos vino por la revancha? — pregunto Lie mientras escribía en su libreta negra.

— God combatirá hoy contra Falkner por la medalla. — Dijo animado Hadson a lo que Lie empezó a reír. — Ahora es más fuerte, el resultado si será diferente. –

Aquella última vez era clara como el agua para Riley. Había pocas veces que se emocionaba con ello. Fue cuestión de haber recibido noticias en Ciudad Malva de personas con potencial. Comenzó con una joven con un Ivysaur y un Clefairy que hizo un espectáculo y se llevó una medalla de manos del líder Pegaso. Llego para contemplar muchas cosas

— ¡JAJA! Me lo imaginé. Falkner sabía que en algún momento lo volverían a retar. Me pidió que restaurara el campo de batalla y que lo reforzara el doble. Costo un ojo de la cara, pero no se romperá como la otra vez. — Dijo el sujeto robusto con camisa de flores mientras cruzaba sus brazos con una sonrisa en su rostro. — Desde la otra vez Falkner me ha mencionado que su deseo de combatir con el muchacho ha crecido cada vez de que pasa su combate en su cabeza. –

- ¿Tanto por un combate? – Naomi estaba sorprendida por esto. Conocía que los combates en Gimnasios eran algo especial para muchos entrenadores, pero no reconocía el valor que tenía detrás. – Supongo que… —

- No solo un combate, señorita. Es una prueba.

- Los Líderes de Gimnasio son metas que la misma Liga puso a las jóvenes promesas para guiarlos a seguir su sueño. Cada uno está para medir su fuerza y están preparados para enfrentarse a los entrenadores en base al número de medallas que tiene. Aunque últimamente han aparecido entrenadores muy fuertes a primeras líneas. Falkner... o bueno, Pegaso ha sido forzado mejorarse con las nuevas promesas. Es un honor ver el talento joven relucir como joyas. –

- Ya… Ya veo… - Naomi dio un paso hacia atrás tras ello al dudar de la emoción que tenía por eso. Solo forzó una sonrisa sudando en frio.

- ¿No te interesaría intentarlo?— Con un espíritu emprendedor, el hombre trataba de invitar a Naomi. — Seria entretenido ver a una extranjera intentarlo. Sería una historia buena que ver. —

- Gracias, pero me temo que no busco enfrentar la Liga. No tengo deseo de enfrentarme de momento a La Liga. –

– Una pena. De cualquier forma, las puertas a nuevas leyendas siempre estarán abiertos para las futuras promesas. – dijo Riley mientras hacia una pose enfrente de ellos. – Si ya está preparado pues podemos dar inicio al combate ¿Esperen donde esta God? —

Esta... algo retrasado pero ya viene. — dijo Naomi viendo hacia atrás.

— Bueno, más vale no tardar, Falkner está realmente emocionado en el campo. — decía Lie mientras apuntaba al campo en el lugar del líder se encontraba Falkner sentado en el suelo pensativo. La misma imagen de un monje esperando el día más lluvioso con paz en su alma. — ¿Lo ven? Nunca lo había visto tan emocionado. —

Esto... — Naomi no sabía cómo responder puesto la gran euforia del líder del gimnasio era descrita de forma contraria. — Se... nota. —

Si... El alma de la fiesta. — dijo sarcástico el Hadson mientras una gota de sudor frio pasaba por su cabeza.

— Bueno ¿Y cuando llegara el retador? —

Debe estar por ven... — iba a decir Naomi pero detrás de ellos escucharon unos ladridos. Al voltear vieron Natsu, al ver Lie quedo asombrado.

— ¡Otro pokemon variocolor! ¡Un Growlithe amarillo dorado! de quien es esta maravilla. — decía Lie mientras con una pequeña cámara le tomo una foto. – Van cinco en estos meses que veo. ¿Acaso hubo una Incursión Legendaria y no se me notificó? ¡Qué barbaridad! –

— Natsu es el pokemon de Amber-san, amiga nuestra… pero no la veo por aquí. — dijo Hadson a lo que oía pasos apresurados yendo hacia ellos. — Hablando de ella ahí está. —

— N-Natsu espera, no te puedes ir solo así. — decía con una respiración algo forzada. — Siento la demora. —

— Amber ¿y God? — pregunto Naomi al no ver al azabache con el Pikachu variocolor por ningún lado.

— En la plataforma. — dijo Amber tímidamente mientras recuperaba el aliento, al parecer correr así no era su fuerte, al oírlos todos voltearon a ver la plataforma.

— Por fin, tanto esperar valió la pena, God contra Falkner, batalla número dos. — dijo Hadson con emoción de sobra en su voz.

El mecanismo de la plataforma del retador empezó a sonar lo que atrajo la atención de todos en las gradas. La plataforma empezaba a subir llevando al entrenador retador hacia arriba haciendo que el líder del gimnasio abriera serenamente los ojos para observar aquella silueta que alguna vez vio años atrás como un Retador victorioso, Corona Negra. Al estar ya arriba en el campo de combate con la mirada baja y oculta debajo de aquel recuerdo de su hermano le había obsequiado. Subiendo la gorra con su mano izquierda se la reacomoda para levantar la vista a sus ojos carmesíes.

Usando una vestimenta diferente mostró que ya no llevaba las chamuscadas ropas, sino que ahora tenía puesto una camisa negra de mangas larga, un pantalón blanco con un cinturón grisáceo largo que sobresalía por los costados, unas gomas nuevas de correr, encima de la camisa llevaba una chaqueta cerrada con el pecho y espalda grisáceo y los brazos, los costados y la capucha de un rojo intenso con una marca en forma de estrella encima de una media luna en su pecho izquierdo, todo esto junto a su típica gorra tricolor y su moneda de platino encima de todo lo demás mostraba la nueva vestimenta del God.

— ¿Y esa ropa? God nos dijo que no tenía nada más que la chamuscada. — decía Hadson confuso pero a la vez emocionado por el combate diera inicio. Naomi viendo mejor vio aquel símbolo en su pecho y reconoció rápidamente aquel símbolo, observando al bolso que llevaba Amber consigo tenia consigo el mismo símbolo.

— Amber ¿tú las hiciste? — pregunto Naomi amigablemente a la joven color miel que hasta hace poco de oírla estaba sonriendo un poco sonrojada para luego cambiar completamente de color a rojo intenso.

— Eh?! ¿¡Amber la hizo!? — grito sorprendido Hadson volteando a verla. — ¡Pero parecen de marca! –

— ¿C-como lo supiste Naomi-san? — dijo sorprendida Amber de que se diera cuenta.

— Eso explicaría todo el tiempo que has estado ocupada y toda la tela que le habías pedido al Centro Pokemon. Ah, y también es muy buena pista que tenga la misma marca que tu bolso. Me sorprende la calidad de tu trabajo, parecen de marca. — decía Naomi observando la vestimenta a lo que ponía un poco más roja a la joven color miel.

Esto... gracias. — dijo roja Amber tímidamente. — Parte de la tela también me la dio el señor Destiny, estuvo feliz de ayudar... —

— Shhh silencio por favor que ya va a comenzar. — dicho esto por Hadson tomaron total atención al combate.

— ¡COMIENCEN! — dicto Arbic a lo que ambos lanzaron a su primer pokemon.

II. Fuera Luces

— Detenlo, Skarmory. — dijo el líder.

— Adelante, Rayo. — dijo God con emoción a lo que ambos pokemon aparecían en el campo.

— Te he estado esperando para esto, God. Muéstrame lo que aprendiste en esta semana. — dijo Falkner decidido a combatir con todo.

— Daremos lo mejor de nosotros. — Dentro del chico rojo empezó a emerger aquella emoción que sentía en los combates, nada mejor que un combate pokemon para hacer hervir la sangre. — Muy bien Rayo, Thunderbolt. —

El ratón eléctrico rápidamente dio un gran salto y dando una vuelta soltó una gran carga de electricidad, el ataque fue tan rápido que no le dio tiempo al acorazado pokemon para esquivarlo siendo un golpe súper eficaz.

— En el blanco. —

— Skarmory Trampa Rocas. — escucho decir de Falkner, de la nube de humo donde estaba skarmory surgieron rocas que golpearon el suelo levemente y empezaron a levitar.

— Pero ¿Cómo aguanto el rayo? — preguntó sorprendido God.

— La habilidad de Skarmory es Robustez, si tiene toda la vida aún puede soportar cualquier golpe. — Se escuchó la voz de Arbic en un megáfono.

— Ahora entiendo. Si no hubiera sido por eso hubiera caído de un golpe, supongo que debía esperármelo del gran líder de ciudad Malva. — dijo God con una gran sonrisa llena de emoción. — (Pero ahora las Trampa Rocas están puestas, ya no puedo relevar a Rayo, debo tener cuidado con ellas ahora) —

/ GRADAS /

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— Ya colocó las trampa rocas... — dijo Hadson recordando el combate pasado.

— Ahora cada vez que God cambie los pokemon recibirán daño, no es muy favorable para los cambios. — analizaba Naomi cruzando las piernas.

— Es parte del plan de Falkner, literalmente toma el cielo para tener la ventaja del campo y terminar con ataques de vuelo. Es la manera donde absorbe a sus oponentes y con velocidad termina con ellos, como un depredador atrapa a sus presas en un rincón para cazar. — dijo Lie confiado mientras cruzaba los brazos. — La otra vez admito que al chico se le ocurrió una gran idea usar la corriente de aire para impulsarse y terminar rápido con Skarmory, me pregunto que tendrá preparado para hoy. —

/COMBATE/

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— Ahora Skarmory, Viento Afín. — dicto Falkner, El pokemon empezó a aletear a una velocidad mucho mayor creando así ráfagas de viento.

— No esta vez, Rayo hora de Surfear. — dijo God, reuniendo la humedad en todo el aire el ratón eléctrico creo una gran ola de agua y usando como tabla la estática la dominaba, usando la enorme ola como muro bloqueo la ráfaga de viento mojando a skarmory. — Cola Platino. —

Surfeando dio un gran salto con un giro en lo que su cola empezó a brillar y con una gran fuerza soltando un fuerte grito de su nombre golpeo en la cabeza al skarmory mandándolo hacia el suelo.

— ¡Skarmory!— gritó el líder preocupado por su pokemon, tras irse el humo se pudo ver al pokemon debilitado.

— Skarmory ya no puede combatir. El ganador es Rayo. — se le escucho decir a la voz de Arbic mientras que en la pantalla la imagen del pokemon desaparecía.

/ GRADAS /

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— ¡Lo logró! — grito eufórico Hadson desde las gradas tan fuerte que el mismo retador pudo oírlo. — Dicho esto God le asintió decidido mostrando ambos una misma mirada.

— Va uno, faltan tres. — dijo Lie mientras anotaba en su libreta negra. Sin notarlo en esa pequeña celebración Amber veía algo molestada el combate.

— Amber ¿Te sucede algo? — pregunto Naomi a lo que Amber volteo un poco tímida.

— N-no es nada, es que no me gustan tanto los combates pokemon, pero no te preocupes puedo ver seguir viendo. — dijo amablemente Amber aun manteniendo su tono tímido.

/COMBATE/

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— Parece que has entrenado mucho, no esperaba que usaras el agua para bloquear el Viento Afín y te acercaras para terminarlo. — decía Falkner mientras guardaba en su pokeball al pokemon debilitado a lo que God rio algo avergonzado.

— Vaya, un verdadero líder de gimnasio le ha impresionado un viejo truco, pero de todos modos skarmory ya estaba débil, solo necesitaba un pequeño toque. — decía God algo apenado mientras se rascaba la cabeza. — Pero aun con esto no bajaremos la guardia, tenemos una meta que cumplir y para ello debemos vencerlo, señor Falkner. Esto solo es el comienzo, daremos todo de nosotros. —

El líder de tipo viento se quedó pasmado por aquellas palabras y la mirada decidida, lo más que pudo fue sonreír ante esa respuesta.

— Muy bien, usa esa determinación en el combate y enséñame que puedes vencer... — Lanzando la pokeball decidido al aire salió el segundo pokemon del líder al campo, Dodrio. — Con tu llama al viento que mi padre me heredo. —

— Adelante, no volveremos a retroceder. — dicto decidido con una sonrisa retadora formándose en su rostro.

— Dodrio, Pico Taladro. — dicto rápidamente, tomando el elemento sorpresa emprendió rápidamente la carrera mientras que los tres picos del pokemon empezaron a brillar.

— Salta y thunderbolt por completo. —

Rápidamente el ratón eléctrico dio un gran salto hacia el aire y empezaba a cargar una gran carga de electricidad, pero el Dodrio enemigo dio un salto más alto yendo directo hacia el pokemon sin darle tiempo de reaccionar.

— Patada Salto. — ordeno Falkner.

El Dodrio rápidamente dando vuelta dio una gran patada en el estómago al ratón eléctrico mandándolo hacia el techo impactándose fuertemente.

— ¡Rayo! — Grito God tratando de responder el ataque.

— Ahora, Triataque. — ordenó Falkner.

En las tres cabezas empezaron a acumular diferentes energías, la del medio cargaba electricidad, la de la izquierda cargaba de fuego y la derecha de hielo. Al estar sincronizado los tres lanzaron las energías en forma de esfera y cada uno tomando forma de constelación de triangulo que empezaba a girar, al poder abrir los ojos lo último que vio fue la luz del movimiento triataque. Una gran explosión terminó el combate con el sonido de la pantalla mostrando donde estaba la imagen del pikachu ahora su silueta en negro. No tardó mucho en que empezara a caer debilitado hacia el suelo, el de ojos carmesí rápidamente empezó a correr hacia la dirección donde el ratón eléctrico caería, rápidamente se abalanzo hacia el suelo y atrapo al ratón eléctrico. Al haberlo tenido en sus brazos a salvo soltó un suspiro lleno de alivio.

— Oye, Compañero ¿te encuentras bien? — Le preguntaba God algo preocupado, a lo que el ratón solo asintió algo triste. — Oye está bien, nos tomó de sorpresa a los dos, ahora no podemos hacer nada mas pero realmente lo hiciste muy bien, ahora descansa un rato, déjame el resto a mí. —

— Oye ¿se encuentra bien? — Grito Falkner preguntando. El ratón eléctrico le lamio suavemente la cara tomando su atención y asintiéndole dándole la respuesta a la pregunta.

— Si, está bien, podemos continuar. — decía a lo que dejaba sentado al ratón a un lado de la plataforma y luego se ponía en su lugar, sacando de su cinturón la pokeball con cuatro puntos God la vio unos momentos antes de lanzarla.

Con cierta duda, God tomo la pokeball con cuatro estrellas. LE tomo un segundo para sentir un cierto calor dentro de ella.

— Por favor. Préstame tu poder, Disc. — susurro a la pokeball de cerca la cual se movió levemente sacándole esa sonrisa retadora. — Adelante, Discharger. —

La pokeball ascendió al aire y salió un rayo de luz que impacto contra el suelo del campo, del lugar de impacto se encontró el charmeleon arrodillado con los ojos cerrados, al sentir el aire abrió los ojos y dando un fuerte grito al aire se puso en guardia. Discharger apareció en el campo.

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III. Un Gran Cambio

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/GRADAS/

— Con que el pequeño charmander evolucionó a un charmeleon. Se ve más fuerte, o es solo esa mirada más filosa. Lo admito, esto se pone interesante. — decía Lie mientras volvía a anotar en su libreta negra. — Pero aun así no creo que pueda superar los veloces ataques de Dodrio. —

Al oírlo Amber volteo a verlo al tipo seria pero a la vez mantenía en su expresión tímida.

— Te... te equivocas, God y Disc son mucho más fuertes que cualquier otro, incluso venció a un legendario. — dijo Hadson animado defendiendo con fuerza a su amigo. – Pudo crear más de cientos de clones y creo una gran tormenta de fuego. Es increíble lo que hizo allá en las Ruinas. –

- Legendario, eh. Suena genial. — Lie no se creía aquello último, pero veía con cierta emoción lo que pasaría ahora.

/COMBATE/

— Pico Taladro. — ordeno el líder, Dodrio al oír la orden comenzó la carrera en picada preparado para atacar en picada.

— Garra metal. — dijo God imitando los movimientos del pokemon.

El charmeleon usando sus garras como puños los golpeo con ellos a cada uno y usándolo como si fueran látigos los estiro creando grandes garras espectrales de color gris. Dando en el momento correcto el garra metal logro parar en seco la carrera del dodrio siendo que Disc fue empujado levemente de donde estaba forcejeando entre un gran ataque y una imponente defensa.

— ¡Patada Salto! —

El dodrio aprovechando lo cerca que estaba del objetivo dio un paso atrás a lo que con la gran fuerza de sus patas dio una inmensa patada al charmeleon. Discharger logró detener el ataque usando las garras como el escudo, más la fuerza de la Patada Salto había sido tan fuerte que había mandado al charmeleon hasta el borde del campo de combate. Discharger pudo sentir que estaba en las alturas al ver hacia atrás por un segundo.

— Eso estuvo cerca, casi veo el game over. — susurró God limpiándose con su mango un sudor frio de su frente. — Tenemos que hacer algo con esa Patada Salto, muy bien aléjate de sus picos y ataquemos de lejos. —

El charmeleon sin moverse asintió.

— Pico Taladro. — ordeno de nuevo el líder, dodrio sin perder el tiempo empezó la carrera a lo que comenzaba el ataque.

— Sustituto. — dijo God, el charmeleon empezó a acumular energía en su cuerpo y liberándola creando una explosión de humo ocultando al pokemon, el dodrio con sus tres picos taladros fue en picada contra la sombra que había en el humo sin darse cuenta de que había recibido un garra metal desviándolo de su ataque y recibiendo un fuerte golpe en el costado. Tras espaciarse el humo del campo había dos charmeleon variocolor.

— ¿Ahora hay dos? — Dijo Falkner mientras veía a las dos lagartijas que al verse el uno al otro chocaron sus puños sin quitar la mirada del tipo volador de tres cabezas.

— Es sustituto, a cambio de un poco de vida del usuario puede crear una copia de sí mismo. — explico God. — Uno de ellos es la copia y el otro el original. Es un 50-50, me pregunto a cuál apuntaras. —

/GRADAS/

— Buena jugada. Ahora Dodrio no podrá terminar de un solo golpe. — decía Naomi analizando la estrategia que God planeaba. — Se nota que ahora usa un poco más la cabeza. –

— No lo entiendo ¿por qué solo hizo una copia si puede crear cientos de ella? — pregunto Hadson algo decepcionado pero a la vez curioso. – Podría rodearlo con ellas y atacar como hizo antes. –

— Hadson, hacer un sustituto cuesta demasiada energía, la otra vez God logro algo técnicamente imposible. Transfirió grandes cantidades de energía para crear ese número tan alto de copias. — decía Naomi con una actitud fría y serena. — La otra vez no lo había notado pero God se había arriesgado más que nunca, pues debió haber dado todo su poder para combatir contra suicune, si le hubiera dado al original... –

— Hubiera matado a Discharger. — susurró Amber terminando la oración de Naomi.

— Exacto, la otra vez fue una ocasión donde se arriesgó demasiado, él sabe que pasara si volviera a hacer tantas copias, con una sola basta para recrear la estrategia. —

— De todas maneras, a Falkner le quedan aún dos pokemon aparte de Dodrio por lo que God deberá pensar rápido que hacer. — dijo confiado Lie mientras anotaba algo más en su libreta negra. – Vamos, chico estrella. Dame un show. –

/COMBATE/

— ¡Pico Taladro!— ordeno Falkner, el dodrio prendió carrera hacia los charmeleon.

— Esquiven corriendo contra él. — dijo God rápidamente, ambos charmeleon corriendo en la dirección de dodrio empezaron a moverse en doble hélice confundiendo más al pokemon volador de quien era el verdadero y quien el falso.

— A de la derecha. — dicto Falkner, el pokemon obedeciendo con sus tres picos penetro la piel de la salamandra de fuego.

— Buena elección. — dijo God con una sonrisa, a lo que el pokemon atacado explota dejando una nube de humo. — Para mí, ahora Discharger. —

Delante del pokemon se vio al charmeleon en pleno movimiento preparado para atacar mientras el dodrio tenía la guardia baja.

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— ¡Lanzallamas!— grito God con fuerza a lo que el charmeleon empezó acumular mucho aire en sus pulmones... — ¡Ahora! —

El pokemon libero el aire comprimido, pero no como se debía...

En vez de salir la inmensa cantidad de llamas ardiente salió solo unas pequeñas brazas que solo ensuciaron un poco las plumas del pokemon volador. Todos habían quedado esperando que algo pasara siendo que tres puntos en sus cabezas aparecían esperando hasta que al final reaccionaron con un fuerte grito. Los más sorprendido eran el mismo pokemon y su pokemon que no entendían que había pasado, hasta al mismo líder le había pasado una gota de sudor por la cabeza al ver la "gran" potencia del ataque que había visto en su combate anterior.

— ¡¿Q-Que paso?!— grito confuso God viendo incrédulo a su pokemon quien veía de la misma manera así mismo. — ¡Rápido, sal de ahí! —

—Dodrio, Patada Salto. — Cruzando la corta distancia el dodrio dio de lleno otra patada mandando al charmeleon al otro lado del lugar.

— Sostente con garras metal. — dijo God, el pokemon en pleno aire incrusto las garras grisáceas en el suelo para disminuir la velocidad del recorrido con la fricción del campo mientras que a la vez rompía el campo con el recorrido. Después de unos metros logro parar en tierra. Tanto la expresión del pokemon como del entrenador mostraba el mismo pensamiento: "Estuvo cerca."

— Pico Taladro. — dicto el líder. El pokemon volador volvió a emprender carrera ahilando sus aliados picos con energía haciéndolos crecer.

— Lanzallamas, de nuevo. — dijo apresurado God dudando un poco de lo que había pasado, el pokemon tomando de nuevo aire y expulsándolo con el mismo resultado, si no hacía algo pronto el dodrio terminaría el combate. — ¡Garras metal! —

El pokemon creando las garras tomo guardia a lo que cuando el pokemon volador llego sus ataques se cruzaron, cuando ambos ataques chocaron entre si crearon una explosión en el lugar, sorprendiendo por un momento a God.

— ¿Eso era...? — decía God tapándose el rostro del polvo con su brazo izquierdo.

Tras irse el humo se pudo ver al dodrio con los picos atorados en las garras del charmeleon y viceversa siendo que ambos forcejeaban.

— Esto no acaba aquí, Patada Salto. — ordeno el líder, el dodrio piso fuerte en el campo para que con la otra pata diera una gran patada que separo al charmeleon del dodrio. Al ver de más cerca aquel ataque vio algo clave cuando hizo esa patada. — Están empatados en fuerza física, pero si no tienes otro movimiento de ataque de cerca no resistirás otra Patada Salto. —

— Bloquéalo con Garra Metal. — dijo God, el pokemon creando las garras grisáceas. Como ocurrió antes se llegó al mismo resultado. — No importa que pase, no retrocederemos de nuevo ¿Verdad Disc? —

Al oírlo, el charmeleon asintió decidido al igual que el entrenador. Respaldado por su pokemon el entrenador se sentía con más confianza.

— Muy bien, muéstrame que te mereces mi medalla. Dodrio usa Pico Taladro. — El pokemon volador prendió carrera contra el pokemon.

- Atento, Disc. Prepárate. – God seguía viendo las patas del Dodrio que se acercaba demasiado rápido. – Ya casi… —

— Pelearon bien pero ahora esto termina, Patada Salto. — gritó Falkner, el pokemon volador haciendo caso repitió el movimiento. Pisando fuerte para mantener el equilibrio la aleación de vidrio del suelo se rompió haciéndolo perder el equilibrio fallando la patada salto, en la rodilla ir su pierna empezó a salir chispas ocasionándole daño. – ¿Qué? –

— ¡Ahora, Discharger! — dicto God mientras que con su mano derecha imitaba el movimiento de brazo de su pokemon siendo que separaba su brazo y con la mano abierta estiraba el brazo apuntando al combate. — ¡Garra Metal! —

El pokemon rápidamente formo las garras grisáceas de plasma y dando dos zarpadas en el cuerpo como si fueran espadas y cortaron en cruz al pokemon volador. La barra en la gran pantalla se redujo a cero en un segundo desapareciendo su figura mientras que el Dodrio perdió la forma volviéndose energía cayendo de una vez por todas debilitado.

Discharger dio un salto con pirueta hacia atrás cayendo en su rodilla golpeando la plataforma con su puño con la cabeza abajo estirando su brazo derecho aun en forma de garra espectral grisácea, dando un último respiro levanto la cabeza lentamente mostrando la misma mirada que su entrenador viendo al líder de gimnasio decidido con ese mismo brillo en sus ojos. Falkner quedo sorprendido ante ello. Recordaba al charmander de antes por su color de piel distinta, pero parecía otro pokemon. Uno más lleno de confianza y convicción.

— Presumido. — dijo God con una sonrisa al ver el espectáculo que hacia su compañero.

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IV. Fuego Soberbio.

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— Dodrio ha sido debilitado, el ganador del tercer encuentro es charmeleon. — dicto Arbic. Después de oírlo solo se pudo oír más ruido de celebración de parte de Hadson en las gradas.

Entonces… ¿Lo viste? —

— Fue fácil luego de pensar un poco, Dodrio usaba el Pico Taladro para acercarse a su enemigo para dos opciones: atacar o distraer. Si el oponente detiene el golpe usas la Patada Salto, puesto si falla recibiría mucho daño así que estar cerca de él es una buena opción. Una de las veces que Disc fue mandado vi que el piso no resistiría y también note que para hacer la patada salto se necesita pisar fuerte, después de tener todas las piezas solo fue cuestión de armar el rompecabezas. — explicó God tranquilo con una sonrisa en su rostro. Falkner oía asombrado de aquella mente y su forma de pensar. — Bueno, también creo que tuvimos bastante suerte que funcionara a la primera. —

— Reacción rápida, y capaz de actuar en el último momento. Nada mal, God. — dijo Falkner sereno tomando la atención. – Puedo ver que tu familia estaría orgullosa de verte usar el apellido Forcehold. –

— ¿Eh? – God paro en seco ante ello. – Espere un momento, señor Falkner ¿Conoces a mi familia? —

—Herede el puesto de líder de mi padre. He visto a cada uno entrar por esa puerta y saliendo con una medalla en sus manos. Aunque no sean muy bien vistos, se les conoce por sus acciones en el mundo. Recuerdo como eran y la emoción que traían consigo. – dijo Falkner viendo con cierta nostalgia el gran símbolo del Gimnasio puesto en la pared. – No había escuchado que habría otro Forcehold después de Neil. Al ser un campeón reconocido, asumí que eras otro entrenador que se había escrito con el apellido Forcehold, pero tal forma de luchar no es algo que se pueda imitar. –

Al escucharlo algo apenado se rasco la cabeza con su mano. Había quedado algo melancólico al oír que se parecía a su hermano. Era una sensación agradable de sentir, pero sentía que la emoción que tenia de antes se iba diluyendo. Falkner era un entrenador de elite para ser considerado un Líder de Gimnasio, y parecía ver más de lo que él pensaba.

Bueno, no sé qué decir… aprendí mucho de mi abuelo y supongo que por eso nuestro estilo de combate es similar. — dijo God con cierta felicidad en su rostro. – Le debo mucho al abuelo, y por eso quiero ser como él. –

— ¿Eres sucesor del mismo Forcehold primario? eso explica bastante. Aunque tienes las mismas características que los otros veo cierta diferencias contigo, eso en este mundo no se encuentra ya. — dijo el líder a lo que cambiaba de pokeball. Parecía disfrutar la conversión, pero ante todo era un Líder de gimnasio. Tenía un papel que cumplir. — Pero aun sin importar eso, seguiré combatiendo como líder y protegeré el legado de mi padre. Muéstrame que mereces seguir los pasos de tu familia, y que te mereces mi medalla. —

Con el viento arropando al líder, God pudo sentir una cierta sensación de presión viniendo de él. Una sensación rara lo abrumaba, pero como un aleve chispa en su interior calentando su pecho, sentía ganas de continuar.

— Parece que ambos tenemos zapatos grandes que rellenar. — decía God bastante decidido. — Por eso no cederé, no retrocederemos de nuevo, seguiremos de frente hasta el final. —

— Emprende el vuelo, Fearrow. — lanzando la pokeball el pokemon volador de largo apareció en el campo.

Al ver al terreno de combate vio contra quien se debía enfrentar reconociéndolo y recordando aquel pequeño que hace tiempo le perforo. La diferencia era que esta vez Discharger solo hizo sonar sus nudillos.

— ¡Fearrow, usa Perforador! — ordeno Falkner.

El pokemon cayendo en picada fue en dirección del charmeleon quien dio un paso atrás.

— Salta. — grito God, el charmeleon obedeciendo dio una vuelta hacia atrás con un estilo más de danza dejando al entrenador al verlo con una gota de sudor frio. — Eh bueno, haciéndolo con estilo. —

El Fearrow lanzaba una estocada tras otra mientras que Discharger las evitaba con gracia y flexibilidad. Lie estaba asombrado por la diferencia que había con el antes y el después. Hadson por su parte le mostraba una sonrisa orgullosa de smug ante la expresión sorprendida del hombre vestido de turista.

— En fin, intentemos el lanzallamas de nuevo. — el pokemon cargando de nuevo aire intento soltarlo más esta vez solo funciono soltando una leve bola de fuego que no hizo más que chamuscar la cara del pokemon pájaro enfureciéndolo más. — No otra vez. Rápido. —

Discharger evitaba los ataques rápidos del Fearrow. En su perspectiva, veía todo como si fuera mucho más lento que la última vez. Era extraño, pero aunque había perdido su fuego, se sentía increíble.

(¿Por qué no funciona? Cuando era un charmander no podía manejar bien la cantidad de llamas y ahora no mientras que su habilidad física es mejor...). — diciendo eso en su cabeza dudaba God hasta darse una idea de lo que pasaba. — Ahora entiendo. No puedo forzarlo, pero debe haber una forma. —

— Eres más rápido. lo admito, pero esto no lo podrás esquivar. Golpe Aéreo. — ordeno Falkner, el fearrow empezó a volar por el campo cada vez más rápido entre las rocas que flotaban en el campo siéndoles un estorbo para la vista del charmeleon. Sin verlo el pokemon volador ya se encontraba detrás de él.

— ¡Rápido! ¡Salta! — grito God advirtiéndole a su charmeleon de oro, al escucharlo sin titubear el pokemon de fuego dio un gran salto en el aire mientras que el fearrow había fallado el ataque, o eso creía.

Dando una vuelta en pleno aire el pokemon volador dio un golpe certero mandando a volar al charmeleon cayendo en tierra algo herido.

— ¡Discharger! — grito preocupado su entrenador mientras trataba de entender que había pasado.

/GRADAS/

— Ese es golpe Aéreo, ese ataque tiene una potencia decente pero lo que lo hace tan efectivo es que nunca fallara. — decía Naomi bastante seria.

— Eso explica cómo fue que fearrow voltio sin ver y le dio de lleno. — decía Hadson algo preocupado del rumbo de la batalla. – Eso no es justo. –

— Ya no debo anotar nada más, supongo que ya entenderán que el resultado del combate será el mismo que el otro. — decía Lie mientras cerraba su libreta y cruzaba los brazos bastante confiado. — No hay forma de que el chico supere las fuertes ráfagas de viento, el combate ya está decidido. —

— N-No es cierto… — Al escuchar aquellas palabras todos voltearon a ver a quien había roto el silencio en todo el combate. — Esto no se ha acabado aun. –

/COMBATE/

— Rápido usa ala acero en las rocas. — ordeno Falkner.

El pokemon volador usando sus alas impacto las rocas que flotaban en el aire mandándolas contra el suelo justo donde estaba el charmeleon variocolor.

— ¡Discharger! — grito God, al ver que el humo de esparcía se pudo ver al charmeleon con la garra derecha y su cola atrapadas entre las rocas, aun tras intentar soltarse no cedía.

— Fearrow, usa Perforador. — ordenó Falkner, el pokemon tomando vuelo hacia el techo del lugar dio vuelta para caer en picada mientras giraba como un taladro.

A pocos centímetros el pokemon volador estuvo a punto de terminar con el variocolor si no fuera porque este con la garra izquierda agarro como si no fuera nada el pico del pokemon volador mientras continuaba girando. Una locura como parar un taladro en movimiento con las manos desnudas, centímetro a centímetro se acercaba el perforador hacia el rostro del pokemon mientras que este aguantaba el ataque.

—Vamos Discharger. — Con fuerza y determinación en cada palabra, dando un gran grito el charmeleon con toda su fuerza detuvo en seco el Perforador de Fearrow, sorprendido el pokemon volador quedo sorprendido de que lo haya logrado, viendo a sus ojos vio aquella luz que también poseía su entrenador y mostrando una sonrisa retadora bastante parecida a la de God.

Con un gran rugido, usando la fuerza de su brazo dio vuelta al pico del pokemon volador y tomándolo como un martillo, lo estrello contra las rocas liberándose del lugar. Aquella escena se repetido varias veces en las cabezas de quienes la vieron quedando todos sorprendidos a excepción de Amber que aunque le haya dolido verlo sonrió tranquilamente al ver al chico de ojos rojos sonreír con aquella destello que aun tan lejos de él podía verlo.

— Fearrow ya no puede continuar, el ganador es Charmeleon. — dicto Arbic en los altavoces mientras que la imagen de Fearrow en la pantalla desaparecía.

— Muy bien, lo lograste. — God veía hacia su pokemon quien volteo a verlo bastante cansado mientras levantaba el puño apuntando a su entrenador quien hizo el mismo gesto. Regresando a su pokemon a la pokeball Falkner miro al retador más asombrado de su gran progreso.

— Por fin llega, envuelta en las alas del viento. — decía Falkner a lo que sacaba a su último pokemon, Pidgeotto, el as del líder de gimnasio de Ciudad Malva.

— ¡Muy bien, vamos Discharger! — decía animado, el charmeleon respirando descontroladamente mostraba signos de cansancio. — Vamos, solo uno más y terminaremos. —

— Siento decirlo God, pero de las alas de Pidgeotto no podrás pasar. — dicto Falkner bastante serio tratando de ocultar su emoción.

— Disc, acércate a él. — dijo God, el pokemon obedeciendo comenzó a correr hacia el pokemon.

— Tornado. — ordeno Falkner, el aleteo del pidgeotto aumento su velocidad empezando a crear un tornado con las ráfagas de viento.

Tomando acción evasiva el pokemon esquivaba una y otra vez el tornado que intentaba succionarlo a su interior logrando acercarse más al pokemon volador, el pidgeotto empezaba a aletear cada vez más fuerte aumentando el tamaño del tornado dificultando más avanzar.

— (Esto es malo, Discharger, no aguantara mucho más tiempo si seguimos a este paso. Debe haber alguna otra forma de acercarnos.) — pensó God algo frustrado, mientras veía las ráfagas de viento más de cerca noto una oportunidad. — Eso es, ya lo tengo. Disc salta hacia la derecha del tornado. —

Al oírlo los que estaban en las gradas se sorprendieron, el charmeleon volteo levemente hacia atrás a ver a su entrenador, este solo sonreía decidido y con solo mirar sus ojos entendía a la perfección la frase: "Confía en Mi".

Siguiendo la orden con fuerza salto hacia el lado derecho del tornado, la fuerza de este era tan grande que atrajo a la salamandra hacia su borde, mas con la velocidad a la que iba y la distancia que tenía con el centro del tornado no le dio tiempo para tomarlo y usando la fuerza de la ráfaga de viento fue disparado directo hacia el pidgeotto más rápido que nunca.

— Ahora de cerca, usa tu fuego. — dijo God, el pokemon ya al estar cerca del pokemon con sus garras detuvo las alas del pokemon volador y almacenando una gran cantidad de aire soltó una pequeña bola de fuego que en esa distancia no era posible que fallase dándole en el blanco creando una nube de humo.

/GRADAS/

Eso fue... — decía Lie mientras volvía a sacar su libreta negra y empezaba a anotar. —Impresionante. —

— Utilizo la ráfaga de viento del tornado para así impulsarse con más fuerza hacia el pokemon de Falkner, uso su tornado del pidgeotto contra el mismo. — decía Naomi analítica viendo el combate. Naomi recordó su primer combate con él, y solo pudo sonreír algo molesta de ello. – Es todo un tramposo. —

— Como que Amber-san tenía razón. — decía Hadson con los ojos iluminados lleno de emoción viendo el combate, mientras Lie volteaba a ver a aquella joven que observaba con una sonrisa el combate.

— (Una luz en sus ojos, eh...) — fue lo último que pensó Lie en el momento viendo con un poco más de entendimiento al chico tratando de ver en la perspectiva de los ojos color miel de la joven que tanto le había defendido. — (Podría ser interesante...) –

/COMBATE/

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Tras irse el humo se podía ver aun aleteando aunque mucho más lento el pokemon volador quien a los pocos segundos unas llamas salieron de él hiriéndolo razón por la cual el God sonría un tanto satisfecho al ver ese clásico efecto secundario que tantas veces había sufrido.

— Entonces tenías razón, si se confía al estar detrás del Viento y las Trampa Rocas. — Susurraba God con una sonrisa un tanto aliviada mientras que en su cabeza el recuerdo de días atrás donde se había topado con su viejo amigo y en aquella charla le había dado un consejo que había visto en su propio combate. – Gracias, Tony... –

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/GRADAS/

— ¡¿Lo quemó?! — dijo Hadson sorprendido viendo esas pequeñas llamas hasta desaparecer. — ¡Eso era lo que quería hacer desde el comienzo entonces! —

— La mayoría de los movimientos tipo fuego tienen una probabilidad mínima de 10% de quemar al oponente. — decía analítica Naomi. — Aun con el problema que tienen con el Lanzallamas, a esa distancia un ataque así debía ser lo suficiente para lograrlo. —

— Pero eso significa que a partir de ahora con la quemadura pidgeotto perderá vida y su ataque se disminuye a la mitad, ahora el ataque rápido no es un peligro. —

— Es cierto, con la buena resistencia que tiene charmeleon aguantara un poco más con esa quemadura. — decía Hadson viendo el combate aun con esa mirada llena de emoción. – Lo tiene en la bolsa. –

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/COMBATE/

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Poniéndose de nuevo en guardia Discharger respiraba forzosamente costándole un poco seguir peleando. God notaba el cansancio de su compañero y temía de que su estado empeorara más la idea de cambiarlo aunque pasara por su cabeza varias veces no le era posible, su pokemon había aceptado su deseo y era no retroceder, si lo cambiaba estaría incumpliendo la promesa que hizo, pero a la vez verlo herido le costaba no hacer nada más que seguir combatiendo.