I. Oportunidad de Crecer.

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/SINNOH/PUEBLO AROMAFLOR/4 AÑOS ANTES/

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Entre los prados de flores escondidos entre las montañas una cabaña vieja de un piso se escondía entre ellas, donde las miles de flores desprendían su dulce aroma en el lugar siendo que la brisa azotaba continuamente aquel bello sitio en la montaña siendo una continua ráfaga de Viento lo que provocaba un suave sonido capaz de oírlo en el aire. En aquella cabaña a lo poco entre las cortinas de aquella hogareña habitación el viento soplaba por la ventana, dentro de ella en el medio de la habitación se encontraba una mujer de cabellos azul profundo con reflejos celestes y ojos color zafiro, aquel azul en sus ojos parecían el pacifico océano siendo que en ellos un brillo destellaba en ellos un sentimiento de paz, calma y tranquilidad que traía a quien los viera.

Aquella mujer veía el gran campo de flores pensando con una sonrisa sincera mientras acariciaba los cabellos azul oscuro del pequeño niño que se encontraba sentado al lado de la cama con la cabeza en el regazo de la mujer. El pequeño niño levanto a ver a su madre quien mantenía su mirada un poco más melancólica que antes, pero cuando aquella mujer supo que la veía le volvió a sonreír devolviéndole la tranquilidad.

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/JOHTO/AFUERAS DE CIUDAD MALVA/ACTUALIDAD/

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— Te desafío. —

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Fueron aquellas palabras las que junto al gesto de extender su brazo apuntando con su pokeball al de ojos carmesíes lo que había sorprendido a God a más no poder.

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— Te demostrare que entre los dos soy mejor. Adelante, te reto a un combate. —

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Como si fuera producido por el o por una simple coincidencia un fuerte viento azoto los grandes árboles que rodeaban el improvisado campo de combate soltando hojas que bailaban en el aire, aquel viento basto para despeinar por completo el cabello del chico ojos como zafiros, y con la luz los reflejos azules de su cabello dominaron en presencia.

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La apariencia que tenía Hadson parecía diferente al típico uniforme estudiantil que usaba. Ya no tenía puesto su chaleco y tanto sus ropas como el parecían haber pasado por bastante. Rasguños por ahí y por allá, junto también a unas vendas mal puestas en su cabeza y brazo izquierdo. Con solo verlo se veía que parecía haber entrenado toda la noche.

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— ¿De qué hablas Hadson? ¿Cómo puedes pedir un combate mientras estas herido? — preguntaba seria Naomi mientras daba un paso adelante.

— No te metas, Naomi—san— grito con fuerza Hadson sorprendiendo a Naomi. — Esto es algo que tengo que resolver con God, por favor no te metas. — Esa nueva actitud de Hadson había dejado sorprendido a Naomi, pero más que aceptarla solo la hizo enojar.

— ¡No seas idiota! En un combate pokemon no solo el pokemon puede salir herido sino que también gasta fuerza a su entrenador, si combates así puedes hacerte daño. — grito furiosa Naomi, más al notar al que tenía a lado suyo empezara a caminar hacia el otro lado del campo intento detenerlo.

— God, no me digas que aceptaras combatir con Hadson así. — dijo Naomi, más al no haber respuesta de parte del de ojos carmesíes esta lo tomo como respuesta. — ¿Tú también? ¿Que no lo ves?

— Nao, el deber de un entrenador es probar el desempeño de sus pokemon, el combatir es nuestra vida en sí, no aceptar el reto seria no solo un insulto para mí, sino también para Hadson. — dijo calmado sin quitar la vista de los ojos zafiro que tenía enfrente.

— Pero entiende la situación, aunque Hadson estuviera bien sería muy injusto que tú y el... —

— No lo subestimes, Hadson tal vez no lo parezca pero es fuerte. — dijo God interrumpiendo a la de ojos amatistas sin quitar la vista del otro. — El mantuvo ocupado un rato a Suicune cuando estaba inconsciente en las Ruinas. —

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— Mi abuelo me decía que un combate pokemon no es solo lo que se ve, para los entrenadores combatir entre ellos es una forma de hablar y comunicarnos, Hadson aquella vez nos mostró una parte oculta de él, ahora con este combate él quiere hablar conmigo y demostrarme quien es en realidad. — dijo God con una calma pero a la vez emoción en el tono de voz que poseía, no era algo que se pudiera explicar muy bien, habían veces que God mostraba una actitud sabia y en otros mostraba la mentalidad de un niño 5 años menor. — Si él ha querido combatir no me negare a hablarle a través de nuestros ataques, eso es lo que hacemos como entrenadores. —

Por unos leves segundos el silencio reino solo pudiéndose oír el soplido del viento mientras Naomi analizaba lo que acababa de decir mientras en su imaginación tres puntos salían consecutivamente de su cabeza.

— No me vengas con cuentos. Tu solo quieres combatir también. — dijo Naomi con una expresión algo cómica fingiendo estar seria. Como si fuera una flecha aquellas palabras le dio en el blanco, God al oírla bajo la cabeza y trato de retener la sonrisa. Tratando de volver a la seriedad God tocio un momento para volver a su expresión seria.

— Muy bien Hadson. — Tomando una pokeball de su cinturón la expandió y como había hecho antes apunto a Hadson con la mirada decidida. — Acepto. Muéstrame que puedes hacer. —

— Naomi-san... — dijo suavemente Amber haciéndole una seña a la de ojos amatista que entendió que se acercara a ella. — N-no creo que se pueda detenerlos. Hadson-kun no quiso escuchar. —

— No entiendo porque no escuchan. — decía Naomi mientras se sentaba en las rocas junto a la de color miel.

— B-bueno, ambos son bastante parecidos. —

— Tienes razón. – termino por decir Naomi algo molesta. – Ambos son igual de tontos y tercos. —

— God. Toma. — diciendo eso lanzo con fuerza aquel extraño objeto al otro lado del campo, tomándolo del suelo God lo vio intrigado por unos segundos, más Naomi al verlo lo reconoció enseguida y exaltándose asustando a la chica dulce que estaba a su lado. — Dáselo a tu equipo, un regalo de mi parte, lo necesitaran. —

— ¡Un chaleco asalto! — grito sorprendida Naomi. — Es increíble ¿Cómo Hadson pudo conseguir un objeto tan extraño? —

— ¿Naomi-san? – Amber vio como la calmada Naomi salto de repente. — Esto… ¿Estas bien? –

— Ah… Perdón. – Naomi algo avergonzada se volvió a sentar. – Es impropio de mí actuar así. Lo lamento. —

—… ¿Es muy importante? — preguntaba Amber dudosa. – Sus costuras parecen buenas, pero no le veo mucha diferencia a un chaleco de oficial. –

— Es un objeto de batalla muy valioso para los entrenadores avanzados, lo que hace es que aumenta al pokemon que se le lleve la defensa especial más tiene un costo... — dijo Naomi susurrando la parte final.

— Sera un combate uno contra uno, el límite de tiempo será de 5 minutos, el que siga de pie... — decía Hadson.

— Gana el combate. — termino de decir God mientras veía como Hadson le hacia una señal a Amber quien recibía de su cachorro de fuego un cronometro ya preparado a lo que ella lo recibe y el cachorro se recuesta en el regazo de su entrenadora.

— ¡Adelante! — gritaron al unísono ambos entrenadores y dando un toque al cronometro dio comienzo al combate.

— Adelante, démoslo todo, Discharger. — diciendo esto lanzo la pokeball hacia el cielo, de ella un rayo de luz como un Trueno impacto el suelo y de donde cayó estaba el charmeleon variocolor arrodillado con los ojos cerrados, dando una vuelta acrobática hacia atrás impacto su puño derecho contra la tierra y abriendo los ojos dio un fuerte rugido para luego ponerse en guardia. —

— Oye, Disc. Atrápalo. — decía God aventándole el objeto a su pokemon que sin esperarlo le golpe en el rostro. — Póntelo, es para ti, un regalo de parte de Hadson. — La salamandra color oro al ver aquella "prenda de ropa" se impresiono a lo que la veía de los dos lados, poniéndoselo se veía en todos los ángulos de manera alegre mientras se veía como lo tenía puesto, viendo esa nueva actitud de su pokemon God solo soltó una sonrisa algo forzada. — Antes de evolucionar era muy entusiasta, ahora es toda una diva. —

— Mi turno, cumplamos nuestra promesa. — diciendo eso mantuvo su vista en la pokeball en su mano y junto a una ráfaga de viento su mente se iba en un viaje al pasado.

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II. Ojos Orgullosos.

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/SINNOH/PUEBLO AROMAFLOR/2 AÑOS ANTES/

La bella melodía de la montaña replicaba en todo su ser, aquel lugar demostraba su elegancia en el aroma de aquel lugar. Pero, en ese momento no podía notar aquel bello paisaje pues una tos seca que ocurría frecuentemente traía con ella la preocupación del niño quien acompañaba a su madre a su lado mientras reposaba en cama debido al estado grave de su enfermedad. Cada vez que tocia el niño sentía una punzada en su corazón, para alguien con tan poco tiempo en este oscuro mundo no tenía muy bien pensado los conceptos de la vida y la muerte, y ver como la vida de alguien importante para él se estaba lleno traumaría a cualquiera. Las lágrimas caían de los ojos más azules que el cielo mismo mientras tomaba de la mano a aquella mujer, estando desesperado pedía con desesperación que su madre dejara de sufrir.

— Neón... — poniéndole la mano en la mejilla del pequeño tomo su atención para luego mostrarle una sonrisa. — ¿Por qué lloras? ¿Tuviste un pensamiento feo? —

— ¿Te vas a ir cierto? — decía Hadson mientras intentaba ocultar sus ojos hinchados por las lágrimas.

— ¿Por qué decís eso? No tengo pensado en ir a ningún lado. — decía tranquila mientras veía a su hijo más este no quería cruzar la mirada.

— Sé que está enferma y... cansada, ya no paseamos por el campo del valle como hacíamos siempre. —

— Oh Cariño, No seas tontito. — decía un poco bruza la mujer. — Nunca bajes la cabeza almenas que sea para ayudar a levantarse a alguien más. —

— No... No soy un tonto, no lo soy, no me digas así. —

— ¿Y por qué piensas de más en ese tipo de cosas? — decía mientras acariciaba de nuevo su cabeza alborotando más su cabello. — Para tener un cerebrito tan grande no piensas muchos en cosas bonitas. —

— Para ti mami todo es belleza, no entiendo que tienen de importante si una coda es bella, si no es capaz de defenderse entonces solo morirá. — dijo gritando el niño en medio de un llanto, al no oír respuesta de su mama el niño creyó haber ganado en la conversación, gran error.

Agarrado en un pellizco el chico estaba atrapado por la madre y lo más que hacía era quejarse por el dolor de su mejilla.

— Duele duele duele duele duele. — era lo que podía decir entre llanto mientras la madre lo veía algo enojada.

— ¿Qué es eso que le gritas a la mujer que te dio la vida? Yo crie a un noble caballerito, no a un payaso grosero. —

— Lo... siento. — y con aquella palabra la mujer soltó una sonrisa también soltando su roja mejilla que se inflo. — Auch. —

— Mucho mejor. — dijo a lo que le sonreía al niño. — Ahora dime donde sacaste eso de que si no eres fuerte morirás. —

— Es lo que veo todos los días allá, me tratan como si no fuera nada, de los 7 soy el inútil. — decía Hadson mirando a un lado del lugar. — Y... tal vez tengan razón. —

— Neón. No les creas lo que te digan, ellos no son nadie para decirte que eres menos. — decía la mujer con aquella sonrisa hipnótica para el niño, a lo que con su mano más cercana le secaba las lágrimas que se le habían salido. — Eres determinado, valiente, amable, perseverante, paciente, y tienes un sentido agudo de justicia, todo eso es parte de ti y es lo que te hace extraordinario. —

Pero... ellos... —

— Aja, ahora entiéndelo. Algún día tú serás alguien grande, sé que querrás ser alguien en este mundo. Porque... — diciendo eso y usando la mano con la que le limpiaba las lágrimas tomo su cuello por atrás acercando su rostro al suyo, fue en fracciones de segundos pero para el de ojos color zafiro se sintió eterno ese momento. Lo que había hecho fue darle un leve beso en la frente para después tocar su frente con la suya cerrando los ojos mostrando una sonrisa. — Yo confió en ti, Neón. —

El chico había quedado paralizado por unos segundos, no sabía cómo reaccionar ante aquel acto, más sin saberlo las lágrimas caían a la cama desde sus ojos azul cielo, no entendía porque pasaba eso, tal vez había sido por el triste momento o tal vez fue por haber oído esas palabras que tanto necesitaba.

— Oye, me puedes hacer un favor. — pregunto la madre a lo que se separaba del niño. — En el armario hay una caja lavanda, quisiera mostraste unas fotos de cuando era entrenadora que eran ahí ¿Las puedes traer? —

El niño estando un poco confundido se quedó callado a lo simplemente acato el pedido de su madre, lleno al armario encontró la caja y al abrirla encontró varias fotos.

— Aquí están, ya las llev... — decía a lo que tomaba las fotos, más su expresión cambio a una de asombro al ver lo que había debajo de ella. — Una pokeball. —

Volteando incrédulo a ver a su madre vio que ella le sonría de manera dulce.

— Feliz Cumpleaños Adelantado, Neón. — dijo alegre la madre mientras veía que a su hijo le empezaban a temblar las piernas. — Ahora que tienes a ese pokemon te has vuelto un entrenador oficial, con ese Nidoran estás dando tu primer paso para volverte mejor que ayer. —

Y con aquellas palabras las lágrimas caían, pero no eran de tristeza, eran lágrimas de felicidad, alegría. El chico abrazaba la pokeball y veía su cubierta reflejante aquellos ojos azul profundo que lo caracterizaban.

Mejor que ayer... —

/JOHTO/ACTUALIDAD/

— Sal, Nidra, ruge. — lanzando la pokeball al campo del rayo de luz salió una gran masa color morado, al caer en el campo se escuchó un gran estruendo sorprendiendo a todos que estaban aquí, viendo cómo se levantaba lentamente mostraba a Discharger el pequeño tamaño que tenía comparado con él. Al estar completamente de pie dio un rugido tal que se podía sentir la tierra vibrar, fue tal el impacto de su rugido que varios árboles sintieron aquel gran estruendo. Natsu veía atemorizado por unos segundos aquel gran potente pokemon que hasta hace muy poco un poco más pequeño que él.

— ¿Ese es Nidra? — pregunto Naomi asombrada al igual que los otros.

— Es enorme. — dijo Amber mientras se asombraba del drástico cambio de forma, era tanto que el orgulloso cachorro de fuego. — El... —

— evolucionó. — término de decir God asombrado.

— Se le conoce como evolución, es el cambio de forma que desarrollan los pokemon. Según el profesor Serbal se debe a que el pokemon tras acumular una cierta cantidad de experiencia el pokemon la expulsa obteniendo así una nueva forma diferente junto a un aumento de estadísticas. — decía Hadson con un aire de superioridad. — Pero de seguro debes saberlo, puesto Discharger también pasó por ella. —

— Se lo que hace la evolución, aunque no me esperaba que Nidra... creciera tanto. — dijo mientras veía con una sonrisa forzada el gran tamaño de ese pokemon, incluso el charmeleon veía asombrado el cambio mientras en su cabeza aún se imaginaba al pequeño Nidoran con el que practicaba.

— Bueno ya es suficiente cháchara para alguien que no tiene a chatot. ¿Comenzamos? — dijo Hadson a lo que su pokemon soltó otro rugido feroz. — Nidra usa Megacuerno contra el blanco. —

Tras decir aquellas palabras el pokemon golpeando el suelo con su cola tomo carrera y fue en dirección del charmeleon mientras su cuerno crecía con la luz y un aura verde-marrón lo empezaba a rodear.

— Garra Metal como escudo. — dicto rápido el chico de ojos carmesíes.

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Desapareciendo la distancia entre ambos pokemon en dos segundos, usando las garras espectrales grisáceas como escudo. Usualmente antes la garra metal podía contener todo ataque que le lanzaban, mas esta vez fue diferente. Al impactar ambas energía parecía que la garra metal podría pararlo, más luego del segundo Discharger empezó a ser empujado hacia atrás hasta que por fin el cuerno perforó la garra metal en miles de pedazos como partículas mientras desaparecían en el aire. Esto no había frenado al enorme pokemon de veneno, pues su cornada impacto su cuerno envuelto en luz contra el pecho del charmeleon y con una potente onda fue mandado a volar unos metros. Si hubiera puesta una norma de fuera de límite, habría perdido de inmediato. La cabeza de charmeleon estaba en su lugar, pero sentía que daba vueltas si no la sostenía. Cayendo cerca de su entrenador el pokemon veía el suelo paralizado por la impresión al igual que su entrenador.

— Disc ¿Estás bien? — dijo preocupado a lo que su pokemon al oírlo se levantó de un salto, viendo mejor God noto que había una gran marca en el chaleco – Es mucho más fuerte que antes. —

— Te lo dije, con la evolución viene un gran poder. —

— Si hubiéramos recibido por completo ese ataque Disc hubiera sufrido un daño más serio de lo común. — decía God analizando un poco más las palabras de Hadson. — Por eso nos distes el chaleco, creías que nos podías ganar de un golpe y te querías asegurar de que este combate dure mas. –

— Si fuera así de fácil donde estaría lo divertido. — dijo Hadson con una sonrisa maliciosa en su rostro.

— ¿Sabes que esa frase tiene derecho de autor? — dijo God sarcástico manteniendo la firmeza en su mirada.

— Tengo 9 años, ¿crees que debe importarme eso? — dijo con un tono infantil mientras sacaba la lengua mientras cerraba los ojos.

— Muy bien engreído, nuestro turno. — dicho esto el pokemon supo que debía hacer poniéndose en guardia. — Garra Metal. —

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Haciendo sus brazos como látigos de ellos crearon las garras nuevamente y tomo carrera contra su oponente.

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— Doble Patada. — Impactando la cola contra el suelo dio un gran impulso y dando vuelta impacto la garra metal con su patada despeando las garras, y dando otra patada de lleno en el mismo punto del chaleco haciendo retroceder a la salamandra por el impacto. — Rechazado al estilo Hitmonlee. —

El charmeleon tan rápido como cayo se levantó aún más enojado y determinado, en aquel ataque tal vez no haya sido el resultado que esperaba pero God vio lo suficiente y mostrando una sonrisa retadora llena de emoción. Tomando su Pokedex mejorada vio los datos de la antigua forma del tipo veneno y termino de confirmar lo que quería saber.

— ¿Estas en un combate y mandas mensajitos? — decía Hadson cómico pero a la vez ofendido. – Me agradas, pero eso si ofende. –

— Tranquilo, solo descubría tu truco. — decía decidido God mientras le esbozaba una sonrisa. — Discharger usa Garra Metal una vez más. —

El pokemon sin dudar acato lo dicho y creando una vez más las garras corrió hacia él.

— Doble Patada. — ordeno Hadson, repitiendo la acción anterior el pokemon luego de impactar su cola contra el suelo dio un salto lanzando una patada, mismo tiempo en que el de ojos carmesíes soltaba una sonrisa al verlo cayendo en la trampa.

— Agáchate y Nitrocarga. — dicto God rápido el tipo fuego siguió su recorrido poniéndose de rodillas y bajando la cabeza esquivando la primera patada, estando ya debajo del pokemon esté en su hocico canalizo una cantidad de fuego que al expulsarlo contra el suelo lo mando como un proyectil hacia el estómago del Gran tipo veneno deteniendo su ataque y provocándole daño tirándolo de espalda y a la vez sorprendiendo a los que veían lo que había pasado.

— ¿Que? — era lo único que podía decir Hadson asombrado mientras veía a su pokemon tirado en el suelo recuperando el aire que le habían sacado. — Lo tumbaste. —

— Bueno tu sabes el dicho, mientras más grande es más dura es la caída. — dijo God tratando de sacar de concentración a Hadson. — Veras, hasta hace poco solo me fijaba en el cambio que tenía tu pokemon. También con lo que me habías dicho del aumento de características no pensé en porque era tan rápido hasta que leí esto del Pokedex. — decía mientras apuntaba la pantalla. — "La gruesa cola de Nidoking encierra una gran fuerza destructora. Es capaz de derribar una torre de transmisión con ella". Con esto ya entendía por qué cada vez que atacabas Nidra chocaba su cola contra el suelo, hacías que este tomara un impulso extra, por eso nos ganabas en velocidad, y todo lo tenías planeado ¿no es cierto? Que truco tan descarado —

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Hadson estaba desconcertado, le habían visto su plan, bueno, parte de él. Esbozando una sonrisa maliciosa respondió.

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— No lo has visto. — dijo Hadson bufando a lo que se quitaba los lentes y los tiraba a un lado.

— Nidra, mostrémoslo. Picotazo Venenoso. — el pokemon usando sus puños se formaron dos leves lanzadas e impactándolas entre ellas las tomo como si fueran espadas. — Que te parece mi nuevo truco. —

— Espadas hechas con veneno. — dijo impresionado God viendo a aquel "espadachín". — Eso no me lo esperaba. —

God veía con una sonrisa como el entrenador enfrente de él había dado un salto gigante en cuanto a la última vez. Era como ver a alguien crecer 20 centímetros de la noche a la mañana, o cuando de repente una pequeña brisa se convertía en un tremendo vendaval. God sentía el calor en su pecho y la adrenalina pasar por su cuerpo. No iba a mentir. Era emocionante esta emoción de ser desafiado. No lo esperaba, pero era increíble.

— Y no esperaras esto tampoco. Nidra ataca. — El tipo veneno se abalanzó contra el charmeleon.

— Sustituto. — dicto God, el charmeleon al oírlo impacto sus dos puños para crear la cortina de humo, pero... no pasó nada. — ¿Qué? Cuidado. —

Dando dos zarpazos con los picotazos venenosos el pokemon recibió bastante daño haciéndolo retroceder.

— Entonces es por eso. — susurro Naomi fría tomando la atención del joven color miel. — Por fin entiendo. —

Naomi-san... —

— Hadson lo había preparado todo. El chaleco asalto como te dije aumenta considerablemente la defensa especial del oponente, pero el costo que tiene es que no permite al usuario usar movimientos de estado y sustituto es uno de ellos. — decía Naomi mientras analizaba esto. — Sustituto es el único movimiento que God usa para esquivar lo que le lancen, pero sin poder combatir a su estilo estaría forzado a cambiar. —

— ¿Estilo? —

— Cada entrenador tiene un estilo de combate diferente, los mejores ejemplos son esos dos. Algunos van a la ofensiva total desde el comienzo mientras que Mientras God aumentan el nivel y mejora en pleno combate, Hadson se mantiene siguiendo un plan estructurado y preparado para cada posibilidad. Podría decirse que God es una llama que consume y va creciendo con el tiempo y Hadson... —

— Una luz constante. — termino de decir Amber a lo que volteaba a ver el combate de nuevo viendo que Charmeleon aun recibiendo una cadena de ataques seguía aguantando como podía.

— Aunque me sorprende también que de tantos ataques Discharger no se haya envenenado. Puede ser que tenga la habilidad rivalidad o tal vez... —

— Doble Patada. — Manteniendo aun la ventaja dio de lleno dos patadas en el charmeleon mandándolo a volar más este en el aire tomo el control del vuelo y aterrizo en dos patas más con el daño recibido tembló un momento y cayó en su rodilla.

— (No podemos seguir así o perderemos.) — pensaba God en voz baja mientras veía a Hadson a los ojos para luego esbozar una sonrisa. — Muy bien Hadson, ya te escuche, ahora tu nos oirás rugir. —

Al escuchar a su entrenador el pokemon nuevamente se levantó y con una mirada llena de enojo su cuerpo empezaba a aumentar la temperatura alarmando a Hadson al verlo.

— Adelante Discharger. — Con dichas palabras la salamandra variocolor salió literalmente disparada en una carga de fuego. Impactando contra el Nidoking este no pudo defenderse de aquel golpe sin darle tiempo de reaccionar o defenderse.

— ¡Nitrocarga! —

- … ¿Qué? – Naomi abrió los ojos al oir aquello.

Ante la mirada de todos, el cuerpo de Discharger brotaba leves flamas hasta envolverse en fuego.

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/SINNOH/PUEBLO AROMAFLOR/2 AÑOS ATRAS/

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— DoblePatada. — El pequeño pokemon lanzo dos patadas con fuerza en una roca dejando dos marcas y tomando impulso regreso al frente del niño de ojos azules. — ¿Vistes mami? Rompí la roca. —

— Rompieron, recuérdalo Neón, no eres tu ni él, al combatir lo haces junto con tu pokemon, en un combate no estarás nunca solo. —

— Lo sé, mama, me lo dices siempre. — decía fastidiado el niño. — Pero no entiendo que tiene de importante eso. —

— Dime ¿sabes que son las constelaciones? —

— ¿Constelaciones? Yo sé, son agrupaciones de estrellas en el cielo nocturno ¿Pero qué tiene que ver eso? —

— Pues imagínalo así, cada estrella representa a una persona. – decía aquella mujer. – Separadas brillan y demuestran su bella luz, pero juntas forman algo aún más hermoso. —

— Pero yo ni quiero belleza, quiero ser fuerte, y mostrarle a todos que no soy un inútil lloron, les hare tragarse esas palabras. —

— ¿Pero qué dices? Si ya lo eres. — dicho esto el chico se quedó como piedra.

— ¿Enserio? —

— Pues claro. — dijo volteando la cabeza con mirada para luego ver sin voltear la expresión del chico. — Si de verdad crees lo que los demás te dicen entonces de verdad eres un inútil. —

— ¿Eh? —

— Aunque seas realmente especial y tengas una mente muy madura, desconoces lo que se esconde en este mundo, tal vez creas que con una buena estrategia el resultado siempre será el mismo, pero no es así, hay gente como tú que posee ciertas habilidades que le dan ventaja, en tu caso es tu memoria ideática. — decía aquella mujer de cabello lazo. – Pero hay también gente que se esfuerza por cumplir su sueño, se les llaman idiotas a este tipo de gente, a ellos no les interesa ver las diferencias o lo pequeños que son, ellos siguen adelante sin importar nada, gente como esa no tiene límites y mientras sigan soñando ellos no pararan. —

— ¿Pero qué tiene que ver eso, conmigo? —

— Si quieres ser fuerte tendrás que enfrentarte a muchas soñadores y aunque pienses en todo, siempre ellos encontraran manera de avanzar aunque intentes detenerlos. —

— ¿Y qué tengo que hacer? —

— Hacer como ellos, no rendirte sin importar que pase. —

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/JOHTO/ACTUALIDAD/

II. Corazón de Guerreros

[[PLAY]]

[[Ash G — The Final Stand]]

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— Ese tonto. — Naomi veía sorprendida el movimiento que había usado. — Se arriesgó demasiado. —

— ¿Eh? ¿A-arriesgar? ¿En qué? —

— Ese desgraciado no solo se arriesgó a hacer la nitrocarga imitando los movimientos que hacíamos Nitro y yo, sino que lo logro en poco tiempo. — dijo Naomi viendo tanto sorprendida como enojada. Sentía como una vena estaba brotando en su frente, pero a la vez se sentía algo alegría. — Debió aprenderla en nuestro combate, pero que haya hecho algo así en tan poco tiempo cuando a nosotros nos costó un duro entrenamiento. Tengo que decirlo, envidio su adaptabilidad. —

— B-bueno… — Amber solo forzaba una sonrisa al no entender mucho al respecto, pero sentí cierta felicidad al ver a alguien cerca de ella lograr algo. – G-God-kun es muy sorprendente, ¿verdad? –

— No es sorprendente, esto es inhumano. — Naomi sentía que quería tirarle una piedra mientras sentía cierta molestia, pero estaba de acuerdo con ella. – Casi siento que es un sueño. –

Agachado un momento la cabeza Hadson recordaba ciertas palabras en su cabeza.

— Entonces si es cierto. — susurraba Hadson a lo que su cuerpo empezó a sentir aquella emoción recorriendo por sus venas. — Pero si crees que con esto ya hemos perdido, pues de verdad eres un soñador. —

— ¿Eh?— God quedo por un segundo confuso al estar fuera de contexto. – ¿Soñador? –

— Megacuerno. — Grito con fuerza apuntando al charmeleon variocolor. El pokemon obedeciendo tomo carrera a lo que se envolvió nuevamente en una luz mientras el cuerno de su nariz crecía.

— Garra Metal. — dicto God extendiendo el brazo apuntando con la palma. El charmeleon empezó la carrera de igual manera que el tipo veneno, usualmente por la diferencia de estadísticas el gran tipo veneno resultaría el dominante en caso de un empate, pero este no era el caso. Avanzando velozmente y viniendo por abajo con una garra metal dándole en la barbilla, impulsado de un salto impacto con el tipo veneno como si fuera un gancho alto rompió el ataque y dejo al tipo veneno mirado el cielo.

Es más rápido... — susurro Hadson al ver lo que había pasado. — Esta vez no, Doble Patada. —

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Siguiendo en pleno aire el tipo veneno tomo el control y dando vuelta de cabeza pateo una vez en el rostro del charmeleon variocolor y otra en su pecho haciéndolo retroceder siendo que el chaleco había recibido parte del daño. Cuando Discharger se puso de pie, escupió a un costado de donde quedo y miro con cierto enojo al Nidoking enfrente de él.

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— ¿Usaste la Doble Patada en el aire? — dijo God sorprendido. — Parece que aun con la evolución Nidra aún mantiene parte de su agilidad. —

— ¿Qué te puedo decir? Tenemos muchos trucos bajo la manga. — decía Hadson burlándose un poco. — Pero no hables mucho que no soy el único. Usar Nitrocarga como contraataque, ese no lo conocía. —

God solo sonrió al ver a Discharger ya dispuesto a ponerse serio.

— Ya basta de calentamiento. Hora de ir enserio. Nidra. — al decir aquello el tipo veneno dio un rugido para luego crear de nuevo las "cuchillas" venenosas.

— Lo mismo decimos. Disc, demostrémosles a estos novatos lo que se puede hacer con un poco de imaginación. — diciendo eso el charmeleon creo otra vez las garras metal.

Imaginación, fue la palabra que se quedó en su cabeza siendo esta la llave a un recuerdo subconsciente, pero no era el momento. De la misma forma en que un molde puede romperse, también se puede modificar cierta forma de cómo eran las cosas.

— ¡Adelante!/¡Vamos! — dijeron al unísono a lo que ambos pokemon emprendieron carrera contra el otro, al estar enfrente del otro los ataques chocaron entre si y como si fuera un duelo entre caballeros de la edad medieval ambos pokemon continuaban atacando mientras que se protegían de recibir la mayor cantidad de daño posible.

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En aquel "duelo" el Nidoking poseía mayor fuerza, pero el Charmeleon con su velocidad incrementada lograba compensar los golpes que recibía. Nidoking lanzaba y Discharger viéndolos venir los desviaba. Fue cuando la diferencia en velocidad fue más grande que siendo que este lanzaba el doble de ellos y siendo que con su velocidad era más fácil evitar la mayoría de los poderosos golpes. No obstante, no era perfecto. Siempre recibía uno que otro, de cierto modo parecía que estaban de la misma manera en el campo de combate.

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— Se puso complicado. — decía Amber nerviosa mientras veía los constantes ataques como luces que impactaban entre ellos, su sentimiento era tan fuerte que el mismo pokemon que estaba en su regazo veía también asombrado el nivel con el que se enfrentaba. Amber notaba como Natsu veía con brillos en los ojos el combate enfrente del cachorro mientras su cola parecía a punto de despegar.

— Entonces es por esto que God me dijo que no subestimara a Hadson – Naomi también veía aquel choque enfrente de ella y sentía cierta duda de lo que creer. El chico que parecía ser alguien joven e inocente estaba dando una batalla que no esperaba de alguien a su edad. Serian envidia por ese talento, o celos por ver lo que podía hacer, pero por dentro no quería apartar la mirada del espectáculo que había enfrente de ella. – ¿Acaso God sabía lo que él era capaz? —

Naomi-san… — trataba de decir Amber con la voz entrecortada. — Esto, no es que quiera ser grosera por interrumpirlos, pero… Esto se está volviendo un poco peligroso... —

— Y empezara a empeorar, puesto creo que esto es solo la punta del iceberg. —

Los continuos ataques seguían chocando entre sí pero la fuerza y sus cuerpos empezaban a ceder al cansancio puesto cada vez los movimientos se hacían más lentos y desorganizados, entendiendo esto el chico de ojos azules tomo otra alternativa.

— Agarra sus brazos y Megacuerno. —

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En un rápido movimiento el tipo veneno atrapo las garras del charmeleon y levantándolo comenzó a brillar su cuerno. Lo tenía en bandeja de plata la victoria.

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— Fuego. — dicto God. El charmeleon usando su aliento lanzo un pequeña bola de fuego más lo más que pudo hacer fue aparte de ensuciar el rostro del gran tipo veneno fue aumentar su enojo. Al estar ya preparado el ataque retrocedió un poco el pokemon tomando impulso mientras el rostro del entrenador veía con una mirada seria y decidida.

— Detenlo con tus piernas. — dijo a la desesperada. El charmeleon al oírlo usando sus piernas empezó a detener y poner distancia entre él y el enorme cuerno, entonces ahí comenzó el forcejeo, la fuerza que se ejercía entre esos dos pokemon era enorme, tanta era que si se veía de cerca los músculos de ambos pokemon temblaban. — Desde cuando Discharger tiene tanto musculo? ¡No es justo! ¿Cómo es posible que estén igual otra vez? ¿Eso significa que Discharger tiene la misma fuerza en las piernas que Nidra en los brazos? Eso es ilógico. –

— No es ilógico, es voluntad ante estrategia. — dijo God determinado. — Adelante Discharger. — Dando todo el pokemon empezó a ganar en fuerzas tomando la atención de Hadson.

— No, no es posible. —

— Pues lo estás viendo, deja de pensar tanto y actúa de una vez. —dijo God animado. — ¡Ahora, Garra Metal!—

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Terminando de liberarse dio una patada en el rostro del gran nidoking, al estar en el suelo creando las garra metal dio dos zarpazos en el torce del pokemon para terminar con un tercer zarpazo en el cuello del pokemon. Al ver la situación la mente de Hadson se encontraba en blanco, no se le ocurría manera alguna de salir de ese aprieto, sentía que no tenía ninguna salida y que todo estaba perdido. Cerrando los ojos con fuerzas Hadson sentía de nuevo aquella frustración de no poder hacer nada recordando aquellos malos momentos en los que se hundió, y el recuerdo que fue su salvavidas.

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"Si quieres ser fuerte tendrás que enfrentarte a muchas soñadores y aunque pienses en todo, siempre ellos encontraran manera de avanzar aunque intentes detenerlos."—

"¿Y qué tengo que hacer?"—

"Hacer como ellos, no rendirte sin importar que pase". —

— Picotazo. — el nidoking en un movimiento rápido usando su gran cuerno impacto al chaleco empujado o mejor dicho lanzando al charmeleon un poco más lejos dando un momento para respirar. Al ver esta reacción God mostro una expresión de sorpresa para luego sonreír retadoramente. — Después, Picotazo Venenoso. —

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El pokemon yendo con sus puños iluminados por la luz morada le dio de relleno varias veces al charmeleon variocolor.

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— Protégete con Garra Metal. — Siguiendo la orden el pokemon con las garras metal se puso en guardia y empezó a aguantar los ataques bastante bien.

— Doble Patada. — Usando su gran movilidad giro en el aire dando una primera patada desarmando el "escudo" metal para que la otra diera en el blanco haciendo más daño al charmeleon lanzándolo de nuevo algo confundido y desconcertado por la cadena de golpes que acababa de recibir.

— ¡Megacuerno! — dicto Hadson de la misma manera que God hacia siendo que apuntaba con su brazo estirado y con la palma al chico carmesí. El enorme nidoking dando un fuerte rugido sintiendo la "determinación" de su entrenador impacto su cola contra el suelo para salir disparado mientras se envolvía en un halo de luz verde grisácea.

— ¡Discharger, cuidado! — grito God, al irse levantando y oírlo el charmeleon volteo a ver el gran impacto que iba a recibir y en el segundo pudo levantarse colocándose en guardia.

Tratando de hacer las garras metal por su cuenta el charmeleon recibió el ataque destruyendo las garras metal. Recibiendo el ataque charmeleon seguía siendo empujado hacia atrás sin bajar el ritmo aunque si alentándolo. El suelo era penetrado por los pies de la salamandra dorada mientras era empujado, pero este se rehusaba a ceder.

Discharger... — El pokemon poco a poco era empujado sin parar en dirección de su entrenador, no lo había notado hasta hace poco que si esquivaba aquel movimiento su entrenador lo hubiera recibido de lleno, más el esfuerzo que hacia ahora no bastaba para detenerlo por completo. — Tú puedes, recuerda, no volveremos a retroceder. No otra vez. —

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Como si fuera combustible, Discharger recordaba las veces que no estuvo a la altura, y esa sensación lo volvía loco. Ahora no era solo por orgullo, quería vencerlo. Así que frunciendo el ceño mientras hacía fuerza hacia su típico rugido en sus garras empezaba a brillar una luz grisácea en leves destellos haciéndose más fuertes cada vez más, y junto a las palabras de su entrenador que revotaban en su cabeza soltó un grito feroz salió de ello lo que según Hadson era imposible.

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Con gran fuerza el nidoking fue literalmente lanzado hasta llegar a pies de su entrenador, mientras que por unos segundos se pudo observar encima de Discharger una enorme masa de energía flotando sobre él. Del mismo color que sus garras, una mano espectral color grisácea que resplandecía como una estrella en la noche había aparecido como un escudo que mando al Nidoking a volar. Junto con su brillo color cobalto tomaba la atención de todos los que la veía, God observando asombrado vio más profundo la intención de Hadson.

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Esa es... — decía Hadson. Pudo identificar ante la luz la misma forma de la mano dibujada en la vieja libreta de God. Desde donde estaba sentía la emoción.

— La Mano del Cielo. — terminó de decir Naomi.

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III. Estar Vivo.

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Pocos segundos duro aquel brillo terminando con un leve destello, al ver lo que había pasado el charmeleon empezó a verse sus garras también asombradas de haber hecho eso y a la vez sorprendido de que podía hacer eso, pero no duro mucho.

— Nidra ¿estás bien? — dijo Hadson preocupado por su pokemon quien al oír a su entrenador se intentó levantar para de nuevo caer de lado. — Nidra. —

— ¿Qué era lo que hacia esa técnica? ¿Usaba la fuerza del oponente en su contra? Si es así, entonces el megacuerno de Nidra le fue devuelto. — dijo analítica Naomi mientras veía más a fondo lo que había pasado. – Esta es una técnica de las que hablaba God? En verdad da miedo… —

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El nidoking al cabo de segundos logro levantarse de nuevo y esta vez logro mantenerse de pie sostenido de rodilla. No era el único herido, el charmeleon no resistiendo tanto e infligido por todo el daño cuando la adrenalina de su cuerpo se había ido también cayó de rodillas respirando forzadamente. Sus brazos se sentían tan pesados como para levantarlos después de sentir sus garras completamente entumecidas. La mirada de ambos entrenadores se fijó en sus pokemon para luego cruzarse en pleno aire. La tensión que se sentía en ese momento crítico en el combate era abrumadora, ambos pokemon se encontraban muy heridos y la balanza estaba a igual para ambos entrenadores, era notable que ninguno iba a bajar el ritmo. Y de la nada God trato de mantener la risa intrigando a todos en ese combate hasta no poder más.

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— Jajajaja lo-lo siento, no pude contenerme más. — decía mientras reía. Hadson podía ver en su cabeza como los ojos rojos de su oponente parecían brillar para él. – Ay me duele el pecho, pero se siente bien. –

— ¿Que es tan gracioso? — Hadson quedo

— Deberías saberlo, tú también estas combatiendo. — decía God con una mente más clara y centrada. — Si combatiste con tanta emoción de seguro lo abras sentido también. —

— ¿Sentir? — dijo Hadson algo inquieto por lo dicho, poniendo la mano en donde estaba su corazón sentía aquella adrenalina cruzar por su cuerpo. No se había dado cuenta de que le costaba respirar. — No, no me había dado cuenta, es como si mi pecho fuera 20 veces por segundo. —

— Eso es lo que se llama combatir y es un síntoma de que te estas divirtiendo. — decía God mirando aquellos ojos azules. — Pero no solo nosotros lo sentimos. —

Al decir esto Hadson vio y por fin notó que su mismo pokemon tenía una mirada fiera en su rostro, y al mismo tiempo parecía sonreír.

— Nidra también esta emocionado. —

— Pues claro, en un combate las emociones que sentimos nos hacen sentir que estamos vivos, no solo nosotros sino también los pokemon. Hace que nuestro corazón lata más rápido, y en ocasiones duele. — decía God a lo que su charmeleon se empezaba a levantar con una sonrisa en su rostro mientras jadeaba. – Sin problemas, y sin dudas en que pensar. Eso es lo que se siente estar vivo de verdad. –

— "No soy yo ni él, al combatir lo haces junto con mi pokemon, en un combate no estaremos nunca solo." — citaba Hadson con la misma mirada desafiante que poseía su oponente, mientras decía esto el nidoking se levantaba poco a poco con la misma determinación que su entrenador. — Antes habías dicho que no volverías a retroceder cierto. Pues yo también tengo una promesa que cumplir, y te digo, que en mi camino a la cima nadie nos parara. —

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Dicho y junto a un feroz rugido de su enorme tipo veneno.

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— ¡NIDRA!/ ¡DISCHARGER! — Graves gritos se escuadrón al mismo compas, y el rugido de ambos pokemon se hizo escuchar en aquel campo de batalla.

— Megacuerno y Picotazo venenoso. — dicto Hadson de la misma manera que God, el pokemon al oírlo rodeo sus dos enormes brazos con una luz morada a lo que con un golpe al suelo con su cola salió impulsado rodeado de ahora un aura parecida al verde grisáceo.

— Nitrocarga junto a Garra Metal. — dicto God decidido. El charmeleon empezó su carrera a lo que empezó a rodearse de un aura roja mientras las garras grisáceas aparecían sobresaliendo de aquel ataque. God viendo aquella escena recordaba lo que hace mucho soñó con desesperación, aquella técnica no era la misma, pero era parecida.

— ¡Vamos!/ ¡Adelante! — gritaron nuevamente a lo que ambos ataques impactaban entre sí.

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Luego de eso todo se volvió oscuridad, su cuerpo había pasado por tanta carga que ya no pudo resistir mantenerse consiente. Junto a un último grito de su nombre solo leves recuerdos como un flash podía ver en esa oscuridad. Podía ver imágenes, tales como los otros entrenadores acercándose a él, otro era uno en constante movimiento a lo que veía parecía haber sido cargado hasta el centro pokemon, luego de eso solo podía verse ahí, parado, rodeado de toda la oscuridad sin nada más que ver, sin nada más que la soledad que le hacía compañía.

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Un pequeño destello a lo lejos cegó por unos segundos al chico hasta que su vista logro acostumbrarse. Fijando su mirada en aquella luz logro empezó a caminar hacia ella. Siendo que el brillo era cada vez mayor poco a poco dejaba de ver hacia donde caminaba, sin notarlo hasta hace poco vio que estaba rodeado de flores, viendo aquel sitio Hadson reconoció aquel lugar al instante, era Pueblo Aroma flor, donde había pasado sus mejores momentos en su infancia, y a la vez el momento que más lo había marcado en su corta vida.

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No sabiendo en que momento estaba ahí Hadson buscaba la cabaña que él llamaba como el único hogar que ha tenido y sido feliz. Más al ver un gran valle donde las flores sobre poblaban supo en donde ya se encontraba, pero cuando los pétalos de aquellas flores eran arrebatados por las ráfagas de viento Hadson entendió a la perfección en que momento estaba de su recuerdo, era cuando el valle perdió su color.

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Al ver esto agitado salió corriendo en dirección a donde recordaba que estaba aquella vieja cabaña. Viendo a lo lejos encontró la cabaña y rápidamente corrió hasta entrar en ella, fue muy apurado en llegar hasta la habitación y con ver aquello supo que había llegado tarde. Lo más que pudo ver fue aquel niño llorando a un lado de su madre que mantenía una sonrisa, pero eso no era lo doloroso, sino que aquellos bellos ojos azules se habían cerrado, un cielo se había perdido, y nunca volverán a abrirse.

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Abriendo los ojos lentamente lo primero que pudo ver fue el blanco techo del lugar, tomándose unos segundos se dio cuenta de donde estaba.

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— Buenas tardes Hadson ¿Cómo te encuentras? —

— ¿Dónde estoy? ¿Qué paso? —

— Tranquilo, estas a salvo en el centro pokemon. Tus amigos te trajeron, me dijeron que te desmayaste por agotamiento. —

— ¿Me desmaye? — dijo Hadson mientras veía a todas partes. — ¿Qué hora es? —

— ¿La hora? Bueno son las 5 y media de la tarde. — dijo la doctora viendo su reloj.

— Entonces aun me queda tiempo. ¿Dónde están los que estaban conmigo? —

— Se fueron hace un rato, al parecer temían de no llegar a tiempo en algún sitio. Me parece que se fueron por la zona sur hacia Ciudad Azalea. Oye a donde va... —

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Fue lo último que pudo oír Hadson a lo que salía disparado.

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No... No puede ser. —

No... Se habrá ido... —