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I. Memorias que uno quiere olvidar. (Advertencia de contenido)
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Estando en un descanso los tres entrenadores descansaban un momento mientras los pokemon recuperaban un poco de sus fuerzas. También Naomi descansaba un poco debido al impacto emocional de hace unos momentos, habían cruzado ya gran parte del camino y se encontraban ya en plena zona del derrumbe donde podrían atravesarlo con el doble filo una parte especifica del suelo podrán crear su propia entrada hacía el subsuelo más profundo en aquella cueva, y donde estaban lo que venían a buscar, Amber y el Alfa, pero claro que antes debían prepararse para eso.
El sonido de las llamas de la fogata quemando la madera era lo único que se escuchaba, Naomi se encontraba durmiendo junto a su ponyta y su totodile quien aún dormido tenía un tronco que mordía a su gusto, mientras que el entrenador y el cazador se encontraban en un silencio incomodo a lo que el cazador con una tableta veía un par de datos mientras el azabache sentado hacía flexiones, en todo el rato Zeke observaba de vez en cuando como el azabache continuaba esos ejercicios uno tras otro sin parar cada uno en una secuencia de 100, al ya haber pasado una rutina de más 12 ejercicios el cazador ya se hartaba por tanto movimiento que lo distraía.
— ¡¿Quieres quedarte quieto?! Empiezas a molestarme. — gritó fastidiado mientras continuaba revisando un par de datos en dicha tableta.
— Es una de las dos cosas que no puedo dejar de hacer según mi abuelo. — decía God ya sentándose en una roca al otro lado de la fogata. — Cuando dejamos de movernos estamos renunciando a seguir avanzando. —
— Tchh que estupidez es esa. — Zeke se fijaba más en la tableta pero su curiosidad lo obligaba a preguntar. — Es ridículo como creen algunos esa clase de frases motivacionales—
— Jejeje ¿Si verdad? Supongo que sí, aunque la verdad es algo reconforta el esfuerzo que se hace. — dijo God con una actitud aun positiva viendo hacia la fogata. —
— Como sea, para mí solo será un desperdicio de recursos— dijo el cazador viendo a donde había ocurrido el derrumbe del techo. — ¿Cuál es lo otro? —
— ¿Perdona? —
— Dijiste que era una de las cosas que no podías hacer ¿Cuál es lo otro? —
— Ah eso, es algo simple. — dijo God rascándose la cabeza con una sonrisa. — Jamás abandonar a quienes aprecias. —
— Por que empiezo a creer que saliste de algún manga shonen de los 90. —
— No sé si tomarlo como un alago o un insulto. — dijo God repitiendo su sonrisa. — De todos modos tú me recuerdas a los villanos en blanco y negro, solo te falta el bigote y una capa. —
— Enserio ¿No te habrás caído de pequeño? — dijo Zeke incrédulo ante lo suave que estaba actuando el azabache molestándole un poco. — Oye ya para con esa hipócrita sonrisa, prefería al menos cuando intentabas defenderte. —
— Vaya... y yo que quería comenzar a llevarnos bien. — Con esto el castaño se levantó de donde estaba con una mirada siniestra.
— ¿A qué te refieres? —
— Ah bueno... es que yo... bueno... pensaba que tal vez. — God trataba de decirlo pero no lograba conseguir las palabras adecuadas, subiendo la cabeza noto la mirada penetrante del cazador.
— No confundas esto enano, luego de que rompamos ese suelo y cumpla mi parte del trato resolveremos nuestro conflicto y terminaré de cazarte. — dijo volteándose. — Ahora despierta a la rata de Biblioteca y prepárense, nos queda una hora antes de que el Alfa aparezca. —
—… Si. – God solo bajo la mirada viendo algo que quizás solo era su imaginación, pero se sentía distinto. Era extraño decirlo, pero esas palabras eran forzadas para el tipo. Lo sabía porque él también tuvo esa fase de pequeño. No entendía el motivo, pero sentía que aquel que se llama como un cazador parecía estar interpretando un papel. Tal vez para convencer a otros, o quizás era para convencerse así mismo. Era una duda que parecía cubrirse con una capa de polvo. Eso le traía esas dudas a God. – ¿Quién eres, cuatrojos? –
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/MIENTRAS/CUEVA UNION/UN PISO ABAJO/
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Encontrándose en la zona en un pequeño descanso la joven dormía un rato junto con su cachorro de fuego que le otorgaba calor debido a que en todo el tiempo que se habían encontrado allí abajo ella se había dedicado al cuidado de ellos en cada momento sin importar que la joven también mostraba índices de cansancio por la falta de descanso. Razón por la que el ratón eléctrico quiso que descansara mientras él y el avispón vigilaban. Aunque al final no pudo descansar mucho con aquel triste lamento que podía ir a lo lejos en esa isla en el lago.
Amber era una persona que puede considerarse emocional. Le disgustaba ver a las demás que la rodeaban triste y a veces puede que dejara de pensar en ella. Odiaba ver sufrir a otros, y quería ayudar a los demás. Aunque claro que esto se basaba más con los pokemon que con las personas por un gran problema, su timidez. Al oír aquel llanto Amber recordaba a la pequeña Lapras pudiendo recordar bien las serias heridas que tenía en la zona cercana a su cuello.
— ¿Cómo estará esa pequeña? Tal vez la pequeña riña que tuvo con el beedrill le había hecho ese daño, aunque en sí no parecía heridas provocadas por Bee... — notó Amber recordando en los segundos que las vio una gran similitud con las heridas que tuvo el beedrill cuando recién ella despertaba luego de caer en ese sitio. — Si está sola no podemos dejarla malherida, al menos quisiera saber si estará bien por su cuenta. —
Los pokemon veían un poco dudosos de su acción, pero quienes tomaron la iniciativa fueron ante nada el cachorro de fuego quien solo seguiría a su entrenadora. El beedrill aún con dudas terminó entendiendo la decisión de su entrenadora. Al final el ratón solo debía por petición de su entrenador cuidar de la joven así que al final tomó su decisión. Saltando al agua el ratón creo una tabla de electricidad estática listo para llevar a la joven con su growlithe variocolor en brazos, y así la entrenadora junto con el avispón volando cerca de ella prendieron camino hacía isla adentrándose paso en la espesa neblina. Sin notar que un par de pokemon los observaban pacientes para atacar.
Llegando a la pequeña isla la joven empezaba a revisar el lugar notando que en esa espesa niebla se sentía de manera un poco extraña puesto cubría alrededor de tal manera que imposible ver el otro lado. Como si esta fuera un refugio para la isla. Buscando en aquel sitio Amber observaba que toda la isla parecía estar rodeada de una vegetación verde y alguna que otra zona parecía congelada en carámbanos que se derretían dándole agua fresca a la zona. La zona no parecía tener nada en específico, pero por el buen olfato del growlithe pudo encontrar un aroma parecido al del Lapras encontrando detrás de una de las plantas una entrada oculta.
— Buen trabajo, Natsu. — dijo la joven acariciándole su cabeza haciéndolo mover la cola.
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Entrando en la cueva la joven escuchaba más aquel pequeño llanto hasta que antes de entrar se asomó a ver antes de entrar. En el centro de aquel pequeño lugar había un pequeño lago de un tamaño lo suficientemente grande para que el Lapras estuviera acostada en todo el centro del lago. La pequeña gemía mientras frotaba su rostro con una piedra que desprendía una luz azulada. Las lágrimas recorrían sus mejillas mientras seguía frotando su mejilla con aquella roca. Amber se mantenía observando con tristeza en su mirada pensando la razón por la que esa roca era tan importante para ella hasta que noto que el pokemon aparentemente tipo agua empezaba a molestarle sus heridas. Amber se preocupó cuando noto una mancha roja sobresaliendo del agua.
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— Debo actuar ahora. — Amber iba a entrar de una pero paró en seco volteando a ver a los tres pokemon. — ¿Podrían esperarme afuera chicos? Creo que si los ven podría pensar que venimos a atacarlo, ya saben, venimos a su isla y entramos a su hogar sin permiso, yo también estaría asustada. —
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Los pokemon entendieron lo que decía la entrenadora pero igual el pikachu variocolor y el beedrill se preocupaban por ella sabiendo que quería hacer. Aunque el cachorro solo acato y empezó a salir del sitio a esperarla afuera, los otros dos vieron extrañados su comportamiento debido a que jamás se separaba de su entrenadora, con eso entendieron un poco más la confianza de esos dos acatando igual saliendo del lugar.
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— Gracias chicos, yo me encargo de ella. —
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Entrando al sitio la joven tomó de su bolso una flor tratando de seguir un plan en mente a lo que la ponía en el agua, con la onda que provocó el agua llamó la atención del Lapras que al verla se puso en guardia.
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— No te preocupes, no vine a pelear. — Amber trató de dar un paso adelante pero el Rayo Hielo en el suelo enfrente de ella no le permitió pasar haciéndola retroceder. — Por favor, solo quiero ayudarte. —
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El lapras titubeando cargaba una gran esfera de agua en su boca, la joven trataba de mostrar su intención de ayudarla pero el dragón de agua no se arriesgaría, tratando de entender la razón Amber veía el lugar en búsqueda de una pista notando una pokeball destrozada a unos metros de ella, teniendo algo en mente se le ocurrió un plan para llegar hacia ella.
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— Mira, si es necesario... — La joven camino hacía un lado y dejó su bolso a un costado sacando un pequeño frasco con la medicina que tenía antes. — Dejaré todo aquí, solo quiero curarte tus heridas. —
El Lapras soltó el hidropulso al agua creando una pequeña onda mostrando su descontento.
— No le basta... de verdad desconfía de las personas... pero no puedo… — dijo Amber confusa, lo que intentaba en si era enseñarle que solo la curaría sin mostrar ningún arma o pokeball pues tenía una mala imagen de las personas.
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Ahora que no llevaba ningún objeto aparte de la medicina no entendía la razón hasta entender la diferencia de un pokemon y un humano. Los pokemon siempre han ido adaptándose a los diferentes climas sin problemas para su supervivencia, pero claro que los humanos debían protegerse del lado agresivo de la naturaleza siendo el frío y el calor de estos. Por lo que fueron creados casas, ciudades, pero sobretodo los ropajes, para los pokemon salvajes que no tienen conocimiento alguno de los humanos aparte de los diferentes tipos de entrenadores que atrapaban a los pokemon alejándolos de sus familias y nunca más viendo de ellas, razón por la que una pequeña cría creería que podía traer algo oculto entre su ropa, Amber con un vergüenza volviendo a ponerse roja entendió que debía hacer para tener un poco más la confianza de la Lapras. Agradecía estar sola, de lo contrario no se atrevería a tal cosa.
— Si eso es lo que necesitas... ni modo... — dijo sonrojada agradecida de que solo la Lapras la vería así, poco luego doblado a un lado de su bolso el suéter verde, la larga falda café, una camisa blanca, unas mayas negras, las medias y gomas de correr blancas. La joven se cubría tratando de cubrirse donde la poca luz de algunas aberturas de la cueva dejaba observar su cuerpo. — ¿Así está mejor? No llevo nada, solo la medicina para tus heridas. —
Amber dándose vuelta agachándose usando la mano que se cubría la parte de arriba agarró el frasco en el suelo tratando de pensar como pudo habérsele ocurrido esa idea aunque la verdad parecía funcionar. Lapras aún con dudas mantuvo su vista detenida en cada movimiento que hacía la joven aunque el parecido en lo que era el cuerpo la pequeña pokemon notaba un par de cosas parecidas, pero sobre todo reconoció aunque fueran mucho más grandes en el cuerpo de la joven en el medio de sus dos brazos por el frente. Una reacción natural de una cría que buscaba saciar el hambre.
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— Esta fría... —
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Metiendo el dedo del pie en el agua notó que la temperatura del agua era bastante baja haciéndola dudar por un momento, pero ya habiendo llegado a ese punto no podía retractarse. Poco a poco fue sumergiéndose un poco más en el agua fría mientras empezaba a temblar por la baja temperatura. Manteniendo la medicina fuera del agua para evitar que se dañara y perdiera su efecto. Al no estar acostumbrada al agua fría le costaba entrar al lago, pero seguía avanzando hasta llegar a cierta altura donde encontró una complicación puesto encontró en ella dos grandes flotadores que molestaban al nadar.
— Por favor, dejen de flotar. Nadar era más fácil hace años. —
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Trató de hundirlas en varios intentos pero estas no cedían teniendo que conformarse aunque la verdad lo que más importaba ahí era que poco a poco bajaba su calor corporal aunque de un modo más... lujurioso no siendo intención de la joven recuperó más o menos el calor. Ya llegando a donde estaba el Lapras extendió su brazo para tocarla, pero esta retrocedió aun dudando un poco de la joven.
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— Esta bien... —
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Subiéndose en la roca lentamente con un poco del pomo de la medicina en el cuello viendo que su cuerpo lo absorbía rápidamente, la Lapras veía con atención el comportamiento de la joven trayéndole una extraña sensación muy familiar.
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— Muy bien pequeña, ahora solo falta la parte de arriba, baja la cabeza por favor. —
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La joven le soltó una sonrisa tranquila tratando de calmar un poco más a la joven. Ya un poco más confiada acato a lo que le echaba el mismo pomo mientras tomaba su cabeza, pero con eso la Lapras podía observar el rasgo que más le llamaba la atención que por el movimiento que hacía la joven estas... rebotaban...
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Su atención se basaba en mirarlas mientras se movían, la Lapras tenía una actitud muy tímida como si no conociera mucho del mundo y les temiera a lo de afuera, por eso Amber pensaba que era una cría puesto recordaba a que ella se comportaba así de pequeña sintiendo lo mismo que ella. Aunque no se esperaba que el Lapras tomara el instinto de toda cría y... buscará leche.
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— E-eh! ¡H-E-Y! — El lapras usaba "Beso Drenaje" en el seno izquierdo de la joven sorprendiéndola. Una extraña sensación le traía el frio tacto en esa sensible zona. Más que vergüenza, sentía mucha incomodidad. — ¡N-No! ¡Espera no hagas eso! ¡Yo... no...! —
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Intento alejarse pero el Lapras tomando acción se abalanzó contra ella haciéndola caer y poniendo su aleta encima de ella siguió chupando el seno de la joven quien con todo trataba de quitársela de encima. En la posición que estaba ahora Amber no tenía muchas opciones siendo traicionada por su cuerpo que por las acciones del Lapras. Amber se sentía rara. Sonidos salían de ella como respuesta del estímulo que le forzaban a recibir incapaz de moverse teniendo los brazos abiertos tirados en la roca. No pudiendo moverse por las fuertes sensaciones que pasaban por su cuerpo no teniendo la mente clara en el momento.
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Al igual que las personas, algunos pokemon nada más salir del huevo y prácticamente sin poder ver, la cría, sólo guiado por el olor de la madre, se arrastra por el vientre de la madre hasta alcanzar el pezón y empezar a succionar. Esto era lo que confundía a la Lapras al ver que no funcionaba como antes intentándolo con más fuerza haciendo más efecto en la joven. Sin querer Amber empezaba sentir sentimientos contradictorios mientras que la incomodidad empezaba a sentirse bien de una extraña forma, aun cuando no sentía que era lo correcto. Sin quererlo, Amber saco la lengua mientras soltaba una respiración rápida y cálida. Amber rogaba que la pokemon se detuviera, pero por algún motivo no forcejeaba ante ese sentimiento. Lapras luego de un rato se dio por vencida deprimida al no recibir lo que esperaba mientras la joven recapacitaba mientras jadeaba recuperando el aliento. Amber estaba temblando, sea quizás por el frio, por la vergüenza, o la experiencia tan… "sorpresiva". La joven se sujetaba el busto con lágrimas en los ojos y rostro ruborizado viendo el techo de aquella cueva acordando consigo misma que esta era una memoria que enterraría en lo más profundo. Nadie debía saberlo, o de lo contrario ella sentiría una pena capaz de querer morirse.
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— ¿Por qué hiciste... eso? — preguntó la joven aun estando alterada viendo a un costado de la cueva, pero el lloriqueo de la Lapras la hizo voltear, al parecer continuando triste.
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Pasado los minutos Amber había sentado en forma de plegaria cabizbaja mientras que con sus brazos se cubría la parte de arriba de su cuerpo llena de vergüenza sintiéndose violada, pero en su cabeza no pensaba que la pequeña Lapras había hecho eso con ese motivo. Tratando de reanudar el caso con lo que sabía empezaba a entender un poco más la razón, el Lapras era una pokemon y algunos de su tipo requieren el cuidado de su madre durante los primeros meses de edad. Que esta chupara sus senos significaba que buscaba leche, buscaba alimento.
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Sabiendo esto dos ideas le llegaron a la cabeza, la primera le llenaba de vergüenza al pensar que el tamaño de sus pechos era tal que la Lapras los había confundido con los de su madre quien debía tener un tamaño parecido al de la cría o incluso mayor. Dudas llegaban a Amber preguntándose si era anormal ese tamaño mientras las sostenía. Aunque su abuela era estricta, las palabras "estas gorda" le llegaban a la cabeza. La segunda cosa era que si la había confundido entonces su madre...
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Volteando nuevamente la joven busco alguna pista de la madre de la cría, pero no había señal alguna trayéndole a la mente una trágica idea de lo pasaba.
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— Pequeña ¿tu mamá dónde está? — le preguntó en su suave tono a la Lapras que mantuvo tristeza en su mirada, dándole un suave toque en el rostro la pequeño elevo la cabeza viendo la sonrisa tranquila y pacífica de la joven entendiendo lo que sentía. — Has estado mucho tiempo sola y nadie debería estarlo, ¿quieres que me quede contigo un rato? —
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La pequeña Lapras dudando un poco terminó asintió suavemente a la propuesta de la joven quien sonrió feliz.
— Mi nombre es Amber, mucho gusto pequeña. —
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II. Descenso Rápido.
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/MIENTRAS/CUEVA UNION/SUBSUELO 1/
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Estando preparado el grupo de rescate esperaban unos momentos el Ónix variocolor para que los dos entrenadores se alejaran un poco para no caer con el resto del suelo que quedaba.
— ¿Estás seguro que esto es legal? — pregunto Naomi un poco preocupada.
— ¿Que eres, policía? — dijo Zeke arrogante. — Todo se vale mientras no te descubran. —terminando de decir la orden el Ónix se cubrió de luz y empezó a como un taladro a perforar el suelo.
— Sé que actuamos en el momento y tómanos las decisiones que tomamos porque no teníamos tiempo que perder, pero realmente detesto a ese Têtu. — dijo Naomi un poco molesta por la forma de pensar del cazador.
— Vamos, Nao. Al menos nos está ayudando a buscar a Amber-san. — dijo God con una sonrisa un poco forzada. Poco a poco trataba de volver a actuar normal, pero Naomi lo veía como un libro.
— A cambio de ser carnada del pokemon más poderoso de la Cueva Unión. —
— Pero también podemos combatir contra un pokemon Alfa, eso sí vale la pena. —
— ¿Que sabes tú de los Alfas? Jamás has combatido contra uno de ellos. — dijo Naomi bajando el tono con una mirada seria viendo el suelo. — No sabes lo que pueden hacer, son... pokemon extraordinarios, casi invencibles. —
— Nao... — God iba a continuar pero el sonido de un segundo derrumbe tomó su atención.
— Oigan parejita, muévanse. — dijo el cazador lanzándole una cuerda para que la ataran y descendieran. God acato e hizo el camino para descender.
— Listo. — dijo mientras terminaba de atar la cuerda a unas estalactita que se encontraba cerca. —Bueno, damas primer... — Iba a decir pero de pronto un latido volvió a escucharse en su cabeza trayéndole así una imagen a la cabeza.
— Vale, voy... — Naomi ya iba a descender pero en un rápido movimiento God la levanto de nuevo como antes dejándola sorprendida. — Que faites-vous?! —
— ¡Sostente! —
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Tomando la cuerda con la mano derecha y la otra sostenía a la joven en brazos mientras descendía hacía el segundo subsuelo con velocidad. Por la brusquedad que pasaba la joven se sostuvo del joven abrazándolo del cuello pensando en el momento del impacto, pero con un rápido giro de rueda en pleno suelo God recibió el impacto por completo demostrando el dolor con la expresión de su rostro.
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— God ¿Estas bien? — dijo Naomi empezando a levantándose, este abrió los ojos y notó los ojos amatista viéndola encima de él preocupada por el crujido de su columna, pero este solo se fijó en el motivo por el que salto de esa manera. La imagen de Naomi aplastada por una estalactita fue lo que se le vino a la mente viendo que el derrumbe la iba a aplastar aun viniendo unos escombros por los que cayeron por el hueco hecho por el Ónix.
— Mierda, soy muy lento… — dijo God tomando de nuevo a la joven a lo que se daba vuelta protegiendo con su cuerpo a la joven sorprendiendo a Naomi por aquella acción.
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Los escombros iban a caerles encima pero entre estos y los entrenadores un gran destello de luz de todos los colores cegó a todo que lo viera, pero Naomi observo aquel hermoso brillo con una idea de que era...
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— ¿Mamá...? — fue lo que pudo decir pero sus ojos cedieron y tuvo que cerrarlos casi al instante.
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Luego de unos segundos el brillo desapareció al igual que los escombros que le caerían encima, el cazador veía sorprendido al ver de nuevo ese brillo.
— ¿Otra vez él? ¿Apareció para salvarlos otra vez? Menudo stalker. — pregunto el cazador mientras se acercaba en la zona de los entrenadores.
— Mierda, esto... doliooo... — decía God abriendo los ojos adolorido. — Nao ¿Estas bien? —
— Mmph. — Abriendo los ojos lentamente Naomi pudo notar que el joven se encontraba encima de ella a unos pocos centímetros de su rostro. — S-si... —
— Ufff Que alivio... me preocupe por un segundo que estuvieras herida. — dijo God con una sonrisa más verdadera. Aunque los ojos de God dieran miedo de cerca, parecía estar llenos de alivio. — Lo siento, fui muy lento y supongo que te asuste.
— Ehhh no... No te preocupes. — dijo Nao fuera de si no terminando de entender en la situación en que estaba hasta recordar el crujido de la espalda.
— Aunque parece que al final nos llegó un milagro, ningún escombro cayó por el hueco. — dijo God alegrándose pero la joven le llamó su atención.
— ¡Tu espalda! —
— Ah eso, no te preocupes no fue nada. — dijo God más calmado pero manteniendo su sonrisa. — Solo espero que no deje cicatriz. —
— imbécile rouge... — la joven viendo la profundidad de los ojos carmesíes del notaba que se habían humedecido signo de que había sentido ese dolor, pasar tanto por ella le hacía dudar y recordando que se encontraba tan cerca de su rostro pudiendo sentir su respiración dejando por su cuerpo dejarse llevar acercándose lo que restaba de distancia entre sus labios cerrando sus ojos amatistas. — rouge... —
— ¡Oigan parejita! — Y así Naomi regreso a la realidad por aquel grito del cazador quien al verlos como estaban tan unidos. — ¡¿Que carajos hacen ahora, no pueden esperar para cuando salgamos para hacer eso!? —
— Eh ¿De que...? —
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La joven notó al final donde o mejor dicho como estaba, el entrenador se encontraba encima pero ella tenía las piernas abiertas aparte de que por el movimiento tenía la falda arriba y de igual manera ella lo tenía aferrado con sus brazos rodeando su cuello, y su mirada se encontraban muy cercanas ahora recordando lo que estaba a punto de hacer ruborizándose de inmediato.
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— Nao ¿Estas bien, Nao? — Haciéndole señas a la entrenadora esta no reaccionaba. — Se desmayó otra vez, supongo que debió golpearse la cabeza. Reaccione tarde… —
— Lo que faltaba, ahora es peor que un estorbo, una carga más que llevar. — dijo Zeke volteando. — Solo déjala aquí y vuelves cuando te dé la gana. —
— No voy a abandonar a nadie. — dijo God serio mientras se levantaba y tomaba a la joven de nuevo en sus brazos acomodándola. — Yo la llevaré. —
— Solo te retrasará. Necesitamos dar todo para vencer al Alfa, así no servirás de nada. — dijo el cazador.
— Entonces tendré que esforzarme el doble. – terminó diciendo en seco el entrenador. – No la dejare atrás, no es opcional. —
— Tcch, como quieras. — dijo volteándose el cazador. — Pero no me culpes si caen muertos aquí. —
— Bueno. — God acomodando el cuerpo de la joven haciendo caer su cabeza suavemente sobre su pecho. — Al menos sé que estas bien. —
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III. Memorias en el Agua Cristalina.
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/MIENTRAS/CUEVA UNION/SUBSUELO 2/
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En aquella cueva entre la neblina un canto armonioso se podía escuchar en el sitio, en aquel sitio Amber se encontraba escuchando una suave melodía en la voz del canto de la Lapras, esa canción tarareaba los sentimientos de tranquilidad y paz en su alma pero aún no estaba completa, luego de llegar a una parte de la canción paró en seco.
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— ¿Que pasa pequeña? — preguntó Amber pero la Lapras parecía no recodar bien viendo al vacío. — Entiendo... aun no tienes toda la melodía. — La lapras confusa la volteo a ver notándose su intriga.
— En una canción expresamos los sentimientos que sentimos por un Momento o Persona, ¿Esa canción es para tu madre, cierto? — La Lapras asintió para voltear triste ante el recuerdo de su madre, pero la mano en su mejilla de la joven la hizo sentir ese sentimiento de tranquilidad. — Entonces no pienses en que falte, utiliza los buenos momentos que tienes de ella en tu corazón, esos recuerdos son lo que te hacen quien eres. —
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La Lapras entendía lo que se refería Amber mientras en el agua veía su reflejo dispersado en el agua, para cuando lo volvió a ver sus ojos brillaban en un tono celeste, el techo de aquel pequeño sitio empezó a recrear un espectáculo de luces sorprendiendo a la joven, y con un rápido giro lanzó un rayo hielo en el fondo de la cueva donde la pared terminó congelándose creando una pantalla de hielo, y ahí las luces empezaron a agruparse detrás de esa pantalla.
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La Lapras estaba manipulando las luces para mostrar los momentos que había pasado con su madre mientras empezaba a cantar esa canción dedicada a su madre.
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Las luces tomaban siluetas en que parecía el agua, una grande blanca y otra celeste, estas bailaban en si mostrando diferentes escenas como si fuera un adelanto de una película.
Entre ellas Amber pudo ver varias escenas conmovedoras ilustradas. Momentos de alegría como ellas dos jugando divirtiéndose.
Momentos preocupantes como cuando ella veía como unas figuras humanas empezaban a atacarla, y su madre se enfrentaba a ellas mientras la silueta pequeña se escondía asustada.
Momentos tristes como la silueta pequeña veía que la grande estaba muy herida, más la silueta madre parecía consolar a la pequeña. Momentos de tristeza, en la pequeña cueva la silueta madre parecía abrazar a la pequeña para luego salir, y luego crear un muro de hielo para que no saliera detrás de ella.
La pequeña se mantenía gritando mientras intentaba romper el muro sin fruto alguno.
Como última escena esta la silueta pequeña ahí flotando solamente estando sola mientras lo que le rodeaba oscurecía. Esa fue la última escena antes de que la luz desapareciera.
El canto de la Lapras paró en seco con un final triste siendo que hasta el último momento la Lapras de mantuvo viendo a su reflejo recordando en su imagen a la de su cariñosa madre.
— No tiene que terminar así... — La joven se levantó de donde estaba cubriéndose aún la parte intima superior de su cuerpo viendo hacía donde se encontraban sus cosas. — Puedes continuar la canción aunque tu madre no este, solo recuerda tus momentos con ella. —
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La pequeña Lapras veía con cierta duda a la joven humana enfrente de ella.
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— Esto... ¿Podrías llevarme para allá? —
La joven ya con su ocarina lavanda en su mano de nuevo se acercó a la Lapras sentándose en forma de plegaria, sintiéndose un poco avergonzada luego de lo que paso con "El problema de la Leche" decidió ponerse la camisa blanca con flores estampadas que llevaba siempre debajo de su suéter verde y la braga blanca. Quiso ponerse el resto, pero la Lapras la detuvo y Amber lloraba por dentro.
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De cualquier forma, ya preparada la joven empezó a tocar aquella melodía que el Lapras había cantado era tocaba por la ocarina de la joven. Cada nota en el momento específico hacía un deleite para el oído de los que lo oían. Una triste melodía era tocada de una manera diferente. La melodía parecía estar un poco alterada por la joven quién tocaba aquella melodía de una manera alegre y más rítmica.
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La Lapras escuchando esa suave melodía volvió con su canción tarareando con ese nuevo sentimiento que emanaba dicha melodía.
Las luces empezaron a aparecer de nuevo siendo la pequeña silueta que se encontraba llorando en la oscuridad notó que una silueta femenina que desprendía una luz lavanda se acercaba a paso lento a ella.
La luz rosada que desprendía empezaba a iluminar el sitio donde solo se encontraba la silueta azul llena de tristeza. La rosa se sentaba a un lado de la azul viendo con intriga la silueta azul.
Esta al notar a la silueta rosada solo volteó al lado opuesto de donde estaba esta, la silueta rosa curiosa dio la vuelta a observar la lapras de nuevo pero está de nuevo se volteó aunque esta vez pudo observar sus lágrimas caer de ella, preocupada por ella observándola por unos momentos noto que temblaba, ella tenía frío... y Amber la abrazó.
La silueta rosa abrazó a la silueta azul con mucha confianza. La Lapras intentaba resistirse, pero la joven no ejerció fuerza alguna ninguna haciendo que el movimiento que hacía parecía no ser necesario cada vez más empezando a sentirse bien con aquel contacto físico. Al final quedando sin moverse mientras que la joven silueta rosada con delicadeza tratando de pasarle con su cuerpo lo que le faltaba con su calor abrazaba a la Lapras para recibir ese sentimiento de nuevo. Ese sentimiento de amor que los padres les daban a sus hijos. Ese cariño en su frío cuerpo le hizo recordar ese cariño que sentía con su madre, reflejado en la hermosa melodía que hacia ese dueto recreando los recuerdos de la Lapras con un mejor final pudiendo guardarlos en su memoria.
Al terminar de tocar la joven se acercó poco a poco a la lapras e imitando la silueta la abrazó por el cuello mientras que la Lapras soltaba unas lágrimas de alegría cerrando los ojos al sentir ese calor del cuerpo de la joven.
— ¿Lo ves? Pudiste terminar la canción, sabía que tú podías hacerlo. — dijo cerrando los ojos llena de alegría abrazando con más fuerza a la Lapras.
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IV. Hora de Jugar.
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La suave melodía se pudo escuchar desde afuera de la cueva donde le esperaban los tres pokemon que la acompañaba estando alegres de esa canción y a la vez triste sensación de melancolía les hizo traer recuerdos a cada uno siendo el ratón recordando cuando era su prevolucion, el beedrill aun no teniendo muchos recuerdos recordaba su viejo hogar y el growlithe variocolor simplemente extrañaba a su entrenadora, pero un proyectil de barro les hizo salir de esa emoción trayéndolos a la realidad.
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El cachorro preparado se puso en guardia mientras los otros dos habían dado un paso atrás pudiendo observar que había una cabeza azul sobresaliendo del agua con una mirada inocente. Esto hizo dudar un momento al no notar hostilidad en si en el pokemon enfrente de él considerando que solo buscaba jugar. El beedrill un poco ingenuo de la intención del pokemon empezó a acercarse pero el growlithe no iba a dejarse engañar recordándolo muy bien.
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Un enorme lanzallamas capaz de verse a largas distancia se acercaba a la cabeza quien mantenía esa mirada pasible sin inmutarse recibiéndola, la fuerza del lanzallamas logró evaporar gran parte del agua, el beedrill al ver lo que había hecho le recriminó el haber atacado sin dudar a ese pokemon solo por "querer jugar." El cachorro solo bufo volteando a ver otro lado haciendo enojar al beedrill que se ponía en guardia y lo hubiera dado una lección sin importarle el miedo a su tipo. El ratón soltó un gruñido tomando la atención de los otros dos. Viendo en el agua aún la cabeza del pequeño este empezó a salir poco a poco ya mostrando su gran tamaño superando por mucho a los pokemon que se encontraban ahí presente. Solo Natsu pudo reconocer al Quagsire que se le había escapado.
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El growlithe se lanzó contra el tipo agua envuelto en una inmensa rueda fuego. El quagsire sin imitarse se rodeó de un aura morada abriendo los brazos recibiendo por completo el ataque. La inmensa rueda fuego se llevó al quagsire atravesando toda la neblina y cruzando el agua llegando hasta la costa donde continuó rodando hasta impactar una gran roca haciéndola añicos. El cachorro dando un salto atrás tomó un respiro satisfecho al haber acabado de una vez por todas, pero había hablado muy pronto puesto de entre los escombros saliendo dando saltos alegremente el Quagsire aplaudía el espectáculo que había participado trayéndole más irá al growlithe variocolor lanzando de nuevo a atacar.
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En la pequeña isla los dos pokemon dudaban que hacer puesto desconocía lo que pasaba detrás de la espesa niebla sin saber si debían detener al cachorro o apoyarlo en su combate. Solo pudiendo ver una gran luz anaranjada sabiendo que era el growlithe en su arranque de ira. Otra cosa que les hacía dudar era que debían esperar a la joven a petición de su entrenador, no podían dejarla sola.
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El ratón observando el espectáculo de luces que hacía el cachorro a lo lejos preguntándose la razón por la que se encontraban combatiendo recordando que por unos momentos Natsu antes se enfrentaba tal vez al mismo pokemon de la emboscada que habían pasado antes.
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Podía ser que el pokemon estuviera esperando para "jugar" otra vez con el growlithe, pero si este logró hallarlos tan fácilmente... los otros también podrían estar cerca. El ratón ante esta idea trató de observar el lugar pero notó que la neblina tenía un buen uso, bloquear la vista de esta isla y proteger la cueva.
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Al haberla pasado sin notarlo con su surf hizo un camino haciendo posible ver donde se encontraba la razón por la que la habían encontrado, pero una fuerte explosión llamó la atención del ratón, el beedrill poniéndose en guardia empezó a ir a donde paso.
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En la costa el pequeño cachorro variocolor jadeaba ya un poco cansado aunque más que nada frustrado al ver que el guagsire solo seguía aplaudiendo lleno divertido entusiasmado por aquel juego.
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— Roaaaar ("¡¿Por qué no mueres?!") — gruño el growlithe variocolor.
— Quaaaagsiiiiirrrre ("Yay, es muy divertido, mira estos lindos moretones, nadie me había hecho tanto daño"). — dijo el Quagsire con una sonrisa aplaudiendo. — Quag Quagsire ("Vamos, juguemos un poco") —
— Gggrr Roar ("Vas a ver"). — Lanzando un poderoso lanzallamas el quagsire solo se mantuvo sonriendo, las llamas carbonizaron todo a su paso pero el quagsire no se inmutarse. — Roaar ("¡¿Qué carajo?!") —
— Quagquagsire ("Yay, no más frío") — el tipo agua dijo dando pasos largos sonriendo. — Quagsire ("Me toca, me toca") —
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En unos segundos la distancia de metros se acortó en un segundo por el quagsire que golpeó al variocolor con un cabezazo mandándolo a volar contra el agua y como si fuera una piedrita este rebotaba en el agua tres veces para luego empezar a hundirse. Tratando de patalear para mantenerse en la superficie pero el agua lo empezaba a debilitar poco a poco y hubiera acabado debilitándose sino fuera porque el beedrill rápidamente lo rescató dejándolo en la costa respirando agitadamente sorprendido de aquel fuerte golpe mientras recuperaba aliento y calor.
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— Quagsire Quagsire ("El perrito hizo Splash, Splash, Splash, fue divertido.")— Aplaudía el Quagsire feliz mientras se mecía.
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A lo que el beedrill tomando acción uso el foco energía para luego lanzarse en forma de espiral usando el taladradora impactando en el torso del quagsire haciéndolo retroceder llevándoselo impactando contra otra roca con una fuerza mayor siendo golpe crítico.
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— Quagsire Quagsire Quag ("Mas amigos, más juego.")— el tipo agua aplaudía alegremente hasta notar el punto de daño que le había hechos en el pecho sorprendido. — Quag Quag Quagsire (Vaya, tu fuerte también). —
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El beedrill preparó otra carga y en un rápido movimiento se abalanzó rápidamente impactándole con su Dobleataque haciéndolo retroceder dando otro golpe crítico y rematándolo con varias puyas nocivas en el mismo punto, y con un giro terminó con una taladradora en el mismo punto.
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— Quagsire Quag ("Fuerte, muy fuerte, divertido") — dijo el Quagsire animado. — Quagquag Quagsire (Vamos, sigamos jugando, me toca) —
— Roaaaar ("No te metas, abeja, él es mío.")— dijo growlithe saliendo ya medio recuperado envuelto en llamas a lo que con rueda fuego se dirigió contra el quagsire pero este se volvió a rodear de una aura oscura antes de recibirlo. El resultado fue el mismo siendo el quagsire saliendo de las llamas alegre.
— Quagquag Quagsire ("¿No sabes otro truco?")— preguntó torciendo su cabeza hacia un lado con una sonrisa. — Quagggg ("Aburrido.") —
— Gggrr Rooooaaaar ("Vas a lamentar esas palabras") — dijo el cachorro encabronado a lo que soltó un segundo lanzallamas, pero el resulto ser el mismo saliendo ya un poco molesto.
— Quaaaagggg ("Vaaaaya, aburrido, no sabes otro movimiento.")— dijo el Quagsire ya molesto poniéndose en posición de batalla. — Quagquag ("Ahora Bye bye amarillo") — El Quagsire dando un salto en dirección del cachorro cargo en su brazo una luz trasparente signo de un ataque tipo normal, con el movimiento a punto de darle el cachorro no viéndolo venir iba a recibirlo, claro que si la cola platino en pleno aire contrarrestando en seco ambos movimientos con una onda expansiva haciendo retroceder a todos los que se encontraban cerca, la presencia del ratón sorprendió tanto a sus compañeros como al quagsire que parecía sorprendido.
— Roarrrrr ("No te metas rata de laboratorio, él es mío.")— gruño el growlithe variocolor.
— Pikapikachu pika Pikapikapika chupika ("No mastiques tanto, él es más fuerte que nosotros.")— gruño el ratón un poco nervioso. — Pika pikapikachupika ("Y sin God ni saber quién es este estamos muy mal"). —
— ¿Buzz Buzz buzz? ("¿Que hacemos capitán?")— pregunto el beedrill levantando su guardia.
— GGgrrrrrr Roarrr ("Quitarse de mi camino, lo voy a tostar") — Envuelto en fuego el cachorro fue al ataque.
— Buzzzz ("Espera, no vayas tu solo.") —
— Pikapikachu pikapikachu pika ("Déjalo, de todos modos tenemos que encargarnos de los otros") — Volteando a ver hacia atrás vio que volvían a estar rodeados por varios geodudes y zubats, y entre la tierra salió enojado el Onix soltando un rugido. — Pikapichupika ("Esto apenas comienza") —
