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I. Llamada Extraoficial.
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Tanto Tony como God junto al Houndoom de Wolf, el Pikachu y Charmeleon de God, iban charlando mientras cambiaban rumbo al oeste del Pueblo Azalea. En esa discusión God le había contado en parte todo lo que le había pasado basta ese momento. En ello God le explicaba a Tony que había formado un grupo de viaje y que no lo habían tenido muy fácil ya que incluso tuvieron que enfrentarse en una Guerra Civil pokemon donde por poco pierden a una de los miembros de su grupo, pero que habían terminado por tener a otros miembros en el grupo (Refiriéndose tanto a Zeke como a Fuyu y a Kazza que los habían atrapado).
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Tony a decir verdad solo se enfocaba en escuchar mientras seguía las direcciones que le habían dado en el Centro para llegar a la casa de Kurt, aunque en parte estaba interesado en todo lo que le había pasado a God, ocultándolo detrás de su seria expresión. Al parecer Tony no era el único que al parecer atraía problemas, y en el momento Tony también le explicó lo que le había pasado con él; el que tuvo que enfrentarse a un gran grupo de cazadores y entrenadores zombis en el camino. También se había topado con dos sujetos extraños que eran notable que no eran de aquí y que era por ellos que lo habían confundido con uno de esos sujetos que suponían estaban detrás de todo esto.
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Cuando llegaron a aquel sitio los dos se quedaron sorprendidos al ver aquella gran casa de la vieja generación de Johto, era todo un templo o santuario que a simple vista parecía ser hasta de tres pisos. Un gran jardín lleno de árboles en la entrada adornaban su alrededor y God viendo con más cuidado notó que rebozaban de frutos. Disc al rugirle la tripa decidió por tomar uno de esos jugosos frutos rojos y se mordió el fruto.
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– ¡Disc, no! Eso no es una... – Le fue muy tarde para God el decirle que no lo comiera, pero el que charmeleon masticara con mucho esfuerzo aquel fruto que incluso el tragarlo le dejó jadeando por el esfuerzo. – Eso no era una baya, es un bonguri. No se comen. –
– Llevas dos meses con ellos y no les has enseñado ni lo básico de crianza a tu pokemon. De verdad que eres un perdedor. – dijo Tony a lo que empezaba a caminar rumbo a aquella gran casa regional de Johto. – Vamos, no te quedes atrás. No te esperaré. –
– ¡Si! –asintió God llamando a charmeleon que veía confuso a su entrenador mientras se sacaba un poco del bonguri de sus afilados dientes.
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Mientras caminaban hacía el templo la atención de God se fijaba en un par de pequeñas estatuas de piedras de pokemon que adornaban el camino hacia la entrada del lugar. Entre ellos habían un par que God y Rayo reconocían; un Pidgeotto emprendiendo el vuelo y a lado había un árbol bonguri blanco, un Electabuzz con un árbol bonguri rojo, Clefairy con un árbol bonguri amarillo, un Growlithe con un árbol bonguri verde, un Tododile muy alegre junto a un árbol bonguri azul, un Golem junto a un árbol bonguri negro, y un último que God no reconocía que parecía una clase de serpiente acuática muy bella junto a un árbol bonguri rosa.
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Lo que más le llamaba la atención de esas estatuas eran que en cada una tenía un papel pegado con un viejo kanji, God conocía poco pero pudo traducirlo como "Purga", y no fue hasta poco después que Tony notó que la neblina no entraba a aquel sitio. Era como si aquel lugar ni siquiera existiera y la neblina no se percataba de que un lugar tan grande evite este problema climático.
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Al llegar a la entrada God decidió que iba a hablar ya que Tony tenía una cierta reputación de destruir o quemar puertas, al normal para alguien con el hábito de quemar cosas cuando algo le molesta.
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Ellos siguieron hasta llegar a la entrada de aquel lugar y God tocó la gran puerta de madera, pero sin tener respuesta luego del tercer intento Tony se desesperó y mandó a Wolf a derribarla de un Ascuas aunque God le insistiera a no poder más para que se calmara (Terminó por aceptar el Alarido para llamar la atención).
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– Disculpen... – La voz de esa mujer les llamó la atención y vieron que la puerta ya estaba abierta. – ¿Quiénes son y qué hacen aquí? –
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Ambos se identificaron como entrenadores y la mujer les pidió que se marcharán y que no era seguro, pero antes que cerrara la puerta y Tony terminará por derribarla solo para hablar con el señor Kurt, God tuvo que usar su última carta. La idea de la mujer cambio por completo al haber dicho que venía de parte del señor Destiny, el nuevo campeón de la región Sinnoh, al parecer lo estaban esperando y la mujer les dejó pasar. Estar en esa casa era un festín para sus ojos ya que muy pocos sitios seguían teniendo aquella antigua esencia que representaba Johto, inclusive Tony veía un poco interesado en el lugar aunque solo fuera por unos segundos.
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– Lamento el no recibirles adecuadamente, pero verán que con lo que está pasando en todo el pueblo me es muy peligroso el abrirle la puerta. Mucho más q entrenadores que desconozco. – decía la mujer llevándolos a una habitación que parecía para visitas. La mujer fue a servir té mientras que ellos se quedaron viendo el lugar. Tony simplemente se negó a sentarse donde le dijeron y prefirió quedarse de pie mientras husmeaba entre los adornos del sitio mientras God susurraba unas cosas con Rayo y Discharger veía interesado un raro jarrón de porcelana que tenía una pintura japonesa de un Gyarados rojo junto a un grupo de magikarps.
– Este lugar es muy... –
– Pika... –
– No pudiera haberlo dicho mejor, compañero. –
– Hey, mira esto. – Tony le lanzó por sorpresa una cuadro que por poco God no la cuenta al haberlo atrapado por los pelos. – Mira quién está en la foto. –
– Ya pero no lo lances, podríamos... No puede... – Al fijarse en el cuadro God y Rayo se sorprendieron a ver a un hombre mayor junto a una niña pequeña que parecía su nieta, y a un chico de ojos dorados a lado de ellos con un cyndaquil en sus brazos y un Aipom en su cabeza. – Es... ¡El Maestro! –
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Disc un tanto descuidado había tomado el jarrón antiguo y por el gritó de God por poco lo deja caer si no lo atrapaba en pleno aire y soltara un suspiro aliviado.
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Cuando la mujer regresó todos pudieron aclarar las dudas que tenían. Ese sitio era la casa del antiguo artesano César, pero debido a su avanzada edad su familia decidió vivir con él siendo ella, su hermana y su sobrina las que vivían con él. Aquella mujer se trataba de la nieta mayor de César, y era la tía de Violeta, la misma niña que Tony trajo con él y la única niña que ha regresado de la neblina.
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Ella les había explicado el que por alguna razón aún con toda la crisis del pueblo su abuelo se había negado el abandonar su casa. Aun cuando estaban a salvo en el Centro gracias a que era construido para ser un búnker de guerra, él se negaba a abandonar su hogar junto a que la demencia senil y junto a su dolor de espalda desde lo del team Rocket hace mucho.
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Ella les explicó el como él se había encerrado en sus viejos aposentos tras recibir una llamada telefónica hace unas semanas. God sabía que el de la llamada había sido Destiny ya que hace más o menos en ese momento había atrapado a Suicune y luego le mandó a darle la extraña pokeball.
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– Disculpe, pero no tenemos mucho tiempo. – dijo God interrumpiendo a la mujer. – Vengo en parte del profesor Boreal, el que llamó a tu abuelo. Me pidió que viniera a hablar con él sobre esto. –
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God puso la extraña Lineball oscura en la mesa y la mujer se impresionó bastante al ver aquella pokeball.
– Vaya... Jamás había visto este tipo de pokeball. ¿Podría...? – La mujer tomó la extraña pokeball y empezó a inspeccionarla, al parecer la artesanía de pokeballs era un empleo de familia y ella ahora hacía las pokeballs a los entrenadores a cambio de una cantidad monetaria ya que hoy en día entrenadores que las merecieran ya no valía la pena y muchos las utilizaban para sus fines tanto buenos como malos.
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Ella observaba tanto dentro como fuera los detalles de la extraña pokeball y es que la pokeball parecía dejara anudada a la mujer, no podía reconocer el tipo de pokeball que era ya que no eran las que hacían su clan o incluso las producidas por grandes compañías como Silph S.A o Devon. Incluso intentó compararlas con alguna pokeball pirata o alguna imitación, pero todos los detalles profesionales que tenía en ella descartaron esa idea. Es más, parecía mucho más trabajada que cualquier otra que haya visto, estaban al nivel de obra de su abuelo o incluso mayor...
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– Es sorprendente. Jamás había visto una pokeball así. – La mujer seguía viéndola con mucho cuidado y en su rostro se notaba extrañeza mientras se la devolvía a God. – Su misma estructura, el tallado tan exacto, inclusive los materiales de los que está hecha son algo que nunca he visto. Lo que tienes aquí es toda una rareza. –
– Sí usted lo dice, está bien pero su rango de captura es de 0 según hable con el profesor Boreal. – dijo God con la Lineball en su mano. God le contó todo lo que había hablado con el profesor Boreal acerca de la pokeball y que tenía tres espejos en vez de dos. – Eso es todo lo que sé, por eso vine aquí para hablar con el Señor Kurt. –
– Muy bien, entiendo. Te llevare con él en un segundo, pero... – Ella puso su mirada en Tony que seguía recostado en la pared. – Me parece que tú también tienes algo que hacer aquí ¿no es así? –
– Vine a hablar con Kurt. Asunto personal. –
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Fue lo único que dijo Tony de manera seca y poco precisa. God le dijo que él era de confianza y que era un amigo suyo así que le pedía que viniera con él. La mujer al parecer se preocupó un poco por este par que habían aparecido de la nada, pero el ver todos sus pokemon pudo ver que no eran gente común y tenían una clase de cuidado con ellos por lo que les dejó pasar.
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Pasaron por un par de habitaciones sin mucho interés mientras la mujer buscaba a su abuelo de edad avanzada. No pasaba mucho hasta que yendo por uno de los pasillos la pesadilla de God regresó. Un fuerte pero lento latido sonó en su cabeza y el calor en su pecho lo obligó a tomar con su mano donde estaba su corazón, y una respiración frenética le trajo un dolor de cabeza.
– Pika... – Rayo saltó de su hombro al ver que este perdió el equilibrio y casi caía al suelo si no se sostenía de la pared, al ver charmeleon también actuaba raro y parecía que también tenía ese malestar pero más suave. – Pika... –
– Algo... No está bien... – dijo God en voz baja. Tony se dio cuenta de que él había parado y al verlo así fue a verle.
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Un silencio frio se sintió de repente en el ambiente. Algo extraño estaba pasando.
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– ¿Qué pasa? – Tony se acercó a verle junto a su houndoom, pero de repente God empezó a correr dentro del lugar llamando la atención de la mujer. – Oi, ¿A dónde vas? –
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Ante la vista extrañada de Tony, God empezó a correr en aquel lugar. Corría por el lugar dando una vuelta tras otra de ese laberinto, pero él corría como si conociera ese lugar como la palma de su mano. Cada giro y cada vuelta, la daba con naturalidad como si estuviera buscando algo, o tal vez algo lo estaba llamando a él.
Al llegar a un paso él paró y vio a una pared donde había una pintura del cielo lleno de estrellas, y sin preocuparse por eso lo quitó de la pared y tocó la pared dándole un pequeño empujón la pared se cayó abajo, era una pared falsa y detrás había un oscuro corredor que al fondo era iluminado por una luz al final.
– Esto... ¿Esto es lo que buscas? ¿Me hiciste correr a hacer esto por eso? – le dijo God refiriéndose a aquella piedra en el aro de su muñeca izquierda. – Y... Vuelvo a hablar con esta cosa. Ya perdí la cabeza si escuchó voces y creo que viene de esta cosa. –
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Un paso lento fue lo que hizo God hasta alcanzar lo que iluminaba el final de ese sitio, una caja encadenada de manera que entre los tablones una luz siniestra se escapaba y daba luz a aquel oscuro sitio. Cuando God con un tanto de miedo se iba acercando a la caja, una extraña sensación volvía a recorrer su cuerpo. El recuerdo de las Ruinas Alfa antes de sacar ese Aro en su muñeca le vino a la mente y creyó que era algo similar, por lo que su brazo izquierdo se movió solo y extendió su brazo para tocar lo que sea que había ahí y que la luz violeta cambiara a un color carmesí.
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Todo se volvió raro después de eso, a God le parecía como si el mundo diera vueltas y que la misma luz empezara a volverse una clase de humo a salir de él.
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– Que esta... – Los dos brazos de God se extendieron sin que este se diera cuenta y no podía moverse en absoluto. El humo empezaba a rodear sus dos manos hasta la muñeca donde la piedra en el Aro empezó a brillar y un ardor empezó a quemarle la piel. – Auuuh Auuuuh ¿Qué haces? Duele... –
De la caja la luz se hacía más intensa y cada vez más el humo era más espeso pareciendo que este quería tomar forma alrededor de sus manos, y God apenas se mantenía consciente intentó soportar los caprichos de aquellas voces en su cabeza, pero todo acabó con un golpe con un bastón.
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¡TUUM!
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II. El Artesano Legendario.
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Leyenda.
Más allá de los reconocidos como Alto Mando
Más arriba de un título de Campeón
A la par de ser reconocido como Definitivo en una clase.
Estaban las Leyendas.
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Se le reconoce a aquellos que llegan más allá de lo reconocible en la historia. La Liga ha dado esta clase tanto a entrenadores como a figuras que han sido un símbolo de un pináculo en una de las artes de la humanidad. Por ejemplo, la representante de la asociación de regiones orientales es considerada como una leyenda por la misma acción de haber conectado al mundo y dado un paso al frente al moderno mundo lleno de paz.
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Cesar Kurt, el artesano legendario, era reconocido como una leyenda. El motivo era simple, sus manos crearon artefactos e instrumentos que fueron claves en la historia tanto del continente como del mundo. Aparte de usar el conocimiento de su clan en sus creaciones, era reconocido por ser capaz de crear grandes cosas en su taller. Miles sino millones reconocerían sus productos como de primera clase. Algunos productos suyos habían sido considerados tesoros nacionales inclusive si no fuera por su terquedad. Desde una pokeball hasta instrumentos para usos más específicos, Cesar creo cada uno de ellos. Era el origen, y un punto importante para la historia. Era una Leyenda, no por sus acciones en sí, sino por la intervención que siempre tuvo para el avance de otras historias. Sobre todo, de aquel sobrevolaba sobre todos los demás como la sombra de una gran ala negra.
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– Muchacho ¿Qué crees que estás haciendo aquí? –
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Esa voz hizo que God regresará a la realidad, al "despertar" notó que God se había quedado viendo a la pintura del cielo con estrellas. Al ver quien le golpeó notó a un señor mucho mayor a su lado.
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– Deja de perder el tiempo viendo las estrellas, ya por fin terminé tu pokeball y agradece que te las sigo haciendo ¿Qué esperas? Sígueme, muchacho. –
– Espere, señor. ¿Que esta... –
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¡TUUM!
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– Que te he dicho que me sigas. Deja de ser tan inmaduro y acabemos con esto, Gold. –
– Oiga espere. Dijo Gold... (¡TUUM! ) Auhh, deje de golpearme, por favor. ¿Y de que esta hecho ese bastón? –
– Corteza de Bonguri, perfecto para sacarle el fruto a los bonguri de un mazazo. Ahora cállese y sígueme. –
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¡TUUM!
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– Auch, okey okey. Pero deje de golpearme, mi cabeza no es un bonguri. Auch. –
– ¡A callar! –
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¡TUUM!
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– Auch Okey Okey. Tranquilo. –
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Pasando un par de habitaciones más llegaron a un cuarto más rústico que los demás, ese debía ser el taller de aquel abuelo. God apenas lo pudo ver pero pudo reconocer que era el sujeto de la foto, ese debía ser Kurt aunque God no quería admitirlo de todo.
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El gran artesano reconocido artesano y experto en el tema de las Pokeballs a nivel global, y con todos los cuentos que tanto su abuelo como el maestro Gold le habían hablado del legendario artesano que había creado la GS ball, le costaba bastante creer que aquel viejo era el mismo del que tanto le contaba. Suponía que la edad le había golpeado duro.
– Disculpe, señor... –
– Vaya, con que por fin aprendiste modales. Se nota que Crystal te ha puesto a raya eh. Jejeje que mujeres hay hoy en día. – decía el señor sin dejarle hablar a God. – Bueno, me alegra que por fin se lleven bien, dos años juntos debe ser duro y más con alguien como tú. –
– Pero de qué habla, señor... –
– Mira, aquí esta. Como lo pediste, una Rapid Ball. – César le tomó la mano y puso una esfera color rojo y blanco, decorada con un rayo amarillo en la parte superior y zonas de igual color en ambos lados. – Tardaste bastante para venir por ella, ni siquiera se para que la quieres. Seguro te la empañas para capturar a ese tal Ho-Oh legendario con cualquier pokeball, no creo que necesites mis pokeballs. –
– Ya pero... (¿De qué está hablando? ¿Me está confundiendo con el Maestro Gold? Pero si el maestro Gold fue a atrapar a Ho-Oh hace bastante tiempo, creo que fue cuando tenía siete ¿Será que tiene problemas de memoria?) – God no sabía que decirle, solo veía la Rapid ball y le recordó lo que tenía que hacer. – Oiga, disculpe podría... –
– ¿Qué pasa, muchacho? Siempre que te doy una de mis pokeball sales disparado a quien sabe dónde y regresabas con algunas de ellas muy dañadas pidiéndome que las reparara. –
– En... ¿En serio? (No puedo creerlo, ¿Tan parecido soy al maestro Gold? Que honor... Creo...) – God volvía a pensar en eso pero luego se avispo y trató de hacerle entender que él no era Gold, cosa que al final no sirvió de nada. – De verdad que el maestro tenía razón de él. Es tan terco como el maes... (¡TUUM!) ¡Auch! ¡Otra vez! –
– ¡Deja de perder el tiempo, muchacho y dime porque sigues aquí! – El anciano volvía a golpearlo en la cabeza. – ¿Qué es lo que quieres? ¡Deja de perder mi tiempo que es hora de mi siesta! –
– Bueno... –
– ¡Que no me hagas...! –
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– ¡Esto! ¡Ayúdeme con esto, pero no me golpee más por favor! –
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God le mostró con miedo la Lineball con su mano izquierda mientras se cubría el rostro con la otra. De verdad le tenía miedo a ese abuelo, o mejor dicho, a ese rompe Bonguri que usaba de bastón. Al no recibir de nuevo otro golpe God abrió los ojos con temor de recibirlo, pero notó que estaba en posición y solo había parado por ver la extraña Lineball.
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– Esa... Esa pokeball... Esos colores... Esa es la... ¡AARGHHH! – César cayó desplomado al suelo mientras soltaba ese grito de dolor. El bastón de madera bonguri era sorprendentemente pesado.
– ¡Señor César! ¿Qué pasó? (Por favor, no me digas que se hirió a sí mismo.) – decía God mientras veía al abuelo y el escuchar un fuerte crujido de su espalda le respondió su sospecha. – Señor Kurt, está usted... –
– Uggghhh... – fue lo único que respondió mientras que se trataba de levantar y su espalda seguía sonando como si estuviera gastando balas en un tiroteo. – Mi... Espalda... –
– Mierda, esto es malo. – decía God sin saber que hacer e intentando ayudarle a levantarse, pero con la fuerza bruta que tenía terminó por hacerlo sonar algo debajo de su ropa.
– Abuelo ¿Estas bien? ¿Qué ocur...? – La mujer entró en la habitación para ver que le pasaba seguida por Tony y los otros pokemon, y solo para ver como God tenía al viejo César tomado como en una clase de Llave de lucha libre.
– Esto... No es lo que parece... (Ay... Demonios...) –
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III. Fuera de Línea.
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/PUEBLO AZALEA/ENTRADA OESTE/ACTUALIDAD/
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Zeke rondaba alrededor del pueblo encima de su Onix, mientras Onix daba vueltas por la zona Zeke tomaba notas y esperaba alguna respuesta de su I.A mientras su cabeza recordaba a la mujer que le había cruzado. Onix lo veía preocupado, pero Zeke solo permanecía en sus pensamientos.
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– MASTER, TERMINÉ~ – Se escuchó la voz de la I.A con un tono alegre y energético.
– Ya era hora, déjame los resultados y regresa a la base. –
– ¿Que? ¿No hay un "gracias, eres como siempre una maravillosa secretaria a la que dejarle todo el trabajo duro. Te mereces un buen descanso"? –
– ADIÓS. SAMIP. – dijo Zeke de mal humor.
– El master si es malo... – Una pantalla llena de información apareció en su visor, pero nuevamente apareció la imagen de la I.A enfrente de la información. – Esto... master... –
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Unos segundos pasaron mientras Zeke veía el ambiente a su alrededor.
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– Te. Dije. Que. Te fueras a la base. –
– Pero, amo... –
– ¿QUÉ, SAMIP, QUÉ? –
– Es que... No puedo salir... – dijo la I.A con lagrimitas en los ojos.
–… ¿Qué? ¿A qué te refieres? Ve por la conexión de Ross Corp que es la más segura. –
– No es posible. Esta desconectada... –
– Y no se te ocurrió antes de molestarme más en irte por Industrias Plata... –
– También lo intenté, está bloqueada... –
– ¿Y Silph S.A? –
– Y también Devon Corp e inclusive la red internacional. –
– ¿Cómo carajos pueden estar todos bloqueadas? Yo mismo reescribí el algoritmo fantasma para estar conectado a nivel global y me dices que no hay ninguna señal en la que te puedas ir y dejarme trabajar. –
– No es que estén bloqueadas, es como si no existieran. –
– Eso es imposible, como toda una red podría... – Zeke fijó su mirada a la espesa n0eblina teniendo una hipótesis de lo que pasaba. – Oye, Samip. Dime que en tu reporte no encontraste algún rastro de estática, vibración u onda que rodee a este pueblo. –
– ¿Quiere que haga un gráfico de emisión de ondas en el ratio de 10 kilómetros alrededor de Pueblo Azalea? –
– Si si. Ve con Golbat. – Zeke sacó a Golbat que llevaba el mismo lente y la cámara dentro de su boca. – Tu qué esperas, vuela y sigue la ruta que te está dando Samip. Ve. –
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El golbat acatando la orden emprendió el vuelo mientras que la idea de Zeke seguía rondando por su cabeza. Podría resultar que todo el pueblo pudiera haber sido rodeado por un campo electromagnético y eso podría estar provocando la falla en las comunicaciones interfiriendo con la señal. No era muy complicado el hacer algo así si se tenía los materiales necesarios, inclusive juntar un montón de trampas estáticas podían hacer eso en un efecto en cadena, pero para cubrir todo el pueblo debería de haber muchas de esas en todo los alrededores, y la neblina no sería nada más que una fachada.
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– No quiero ayudar a este horrible pueblo sin ganar algo. Podría extorsionarlos... Nah, la ratona de Biblioteca me lo recriminaría y perdería los puntos que he ganado con la otra. – Zeke se decía así mismo en voz baja pensando en si actuar o no. – Podría recibir algún premio que no sea monetario, aunque tampoco quiero que los cazadores sepan que estoy entrando en terreno ajeno. –
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Mientras él pensaba Onix se detuvo y lo sacó de sus pensamientos.
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– Hey ¿Qué pasa? No te... –
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Zeke se fijó en el camino y vio a otro entrenador de ropas rurales tirado en el suelo inconsciente. En un pueblucho como ese le fue fácil reconocer al chico como uno de los de Azalea, al bajar a verlo notó un gran parecido con la mujer que le había abofeteado hace unos instantes.
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– Al fin, un golpe de buena suerte. Con esto sí que le callare la boca a esa mujer, y ganar otros puntos con esos del pueblo. – Zeke mandó a Onix a que recogiera al chico y en un momento a otro le vio el rostro, y notó que tenía el rostro del padre. – Espera, espera. Wow, este tipo es feo con F de Feraligatr. Necesito un recuerdo. –
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Zeke sacó la tableta que le habían dado y se dispuso a tomar una selfie junto con la cara del sujeto, pero claro que con el reflejo de la pantalla vio algo que le llamó la atención. Zeke se movió con naturalidad por un rato haciendo bromas en voz alta y dejando extrañado a su Onix, hasta que confirmó lo que temía.
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Así que puso sus dedos en su boca y silbó con mucha fuerza, ese era una señal para su Onix que al escucharlo lanzó a todas partes Tumba Rocas y con las ondas de su antena hizo explotar todo a su alrededor (Desde algunas casas ya dañadas, hasta la vida silvestre en el lugar). Onix se había enrollado protegiendo a su cazador de las explosiones, de verdad Zeke entrenaba a sus pokemon para evitar emboscadas.
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– ¿Quedaba uno? –
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Una voz se pudo escuchar entre la nube polvo. Zeke voltio a ver quién era su atacante, y vio que una figura delgada salía del lugar junto a tres pequeñas cosas que flotaban a su alrededor.
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– Entonces es a ti a quién debo de eliminar. Que flojera... Y pensar que nos tomó un rato limpiar la zona como para que vengan más entrenadores. –
– Quién te crees para... – Fue todo lo que pudo decir antes de que Onix usara su Doble Filo y cubriera a su entrenador, había actuado de esa forma ya que una de las cosas que estaban con ese tipo había soltado una esfera de fuego y había salvado a Zeke de morir incinerado. – Mierda... No lo vi. –
– Hazme un favor y solo ríndete. – dijo el sujeto que acaba de aparecer. – Quiero acabar con esto e irme a dormir. –
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Zeke encendió su visor y no tardó en identificar al sujeto y a su en la base de datos que tenía en su tableta. No pudo conectarse a la red y ver quién era el tipo, pero pudo ver que esos que le habían atacado a matar eran todos un solo pokemon, o por lo menos, tres pequeñas partes de él.
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– Probopass ¿eh? Parece que hoy debo limpiar basura fea y narizona. Ataca Onix. –
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Onix soltó de su cuerpo varias rocas pequeñas contra el sujeto, pero sus mini-narices lanzaron rayos de luz plateados que interceptaron las rocas antes de que Onix la pudiera hacer explotar. Aun así Onix otra gran cantidad de Tumba Rocas pero las dos mini-narices los destrozaron antes de que los hicieran explotar.
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– Espera ¿Dos? ¿Dónde está...? –
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Zeke tuvo que agacharse y esconderse entre las rocas de Onix al suponer que esos dos eran una distracción mientras que la tercera mini–nariz estaría apuntándole a él. Esa es la mejor manera de acabar con alguien y ya había pasado por algo así mucho antes de unirse al grupo. Tampoco podía decir que el que lo atacaba no tenía alguna razón pero aun así que haya salido de la nada y lo ataque era lo que le hacía preguntarse quién era él.
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– Vamos, no podrías dejarnos el trabajo más fácil, solo sal. No hay donde ir. –
– De verdad que me subestimas si crees que seré yo quien no salga bien de esta (Mierda, justo a hora tengo la mente en blanco. Rápido. Rápido, entra. Wikidex, veamos: Probopass... Magnetismo... Campo magnético, gran bigote... Espera ¡Eso es!) –
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Onix resistía los disparos como podía mientras mantenía el doble filo, a decir verdad el doble filo lo hacía invencible mientras lo mantenía puesto, pero el problema era que no podía mantenerlo por mucho tiempo seguido. Mantenerlo era como si una persona aguantará la respiración por mucho tiempo, y más cuando le seguía golpeando sin descanso alguno.
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– Como soy muy generoso, te permitiré decirme primero cuál es el nombre con el que quieras que les presuma a todos cuando acabe contigo. Hasta ahora tengo el trio Narizota, y Gafas tikis. –
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Las palabras burlonas de Zeke intentaban ganar un poco de tiempo e hicieron que Onix recuperara la confianza al ver a Zeke con pecho inflado.
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– Que desperdició de tiempo. Sal ya y terminemos con... –
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Onix soltó otro Tumba Rocas y las mini-narices destruyeron las rocas otra vez solo que estas fueron mucho más arribas que la otra vez. El tipo bostezaba como si la flojera y la falta de sueño eran lo único que había en él, parecía que Probopass era quién se encargaba de todo, y debía estar escondido por ahí para evitar que lo atacaran a él. Era injusto y deshonesto pelear así, y le cabreaba a Zeke el que no se le hubiera ocurrido a él antes.
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– No necesitamos fuerza esta vez. Intentemos el Moveset Anti-Monstruo Ojos Rojos. – decía mientras sacaba aquella arma de juguete que llevaba en su cinturón y poniendo un disco que tenía en su cinturón le disparo a Onix. – Ahora, como era la frase ¿Ay que subir la velocidad? –
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Onix se cubrió de luz y con Zeke encima empezó a deslizarse mucho más rápido y sorprendió al sujeto. Aquella gran serpiente hecha de rocas era muy veloz para su tamaño, y el que en unos segundos llegó a darle con su cola a una de las mini-narices lanzándola lejos, pero luego regreso y empezó a atacar otra vez con esferas de fuego y hielo hiriendo a Onix por proteger a Zeke.
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Onix mandó otro Tumba Rocas al aire queriendo aplastar al extraño sujeto, pero las mini-narices empezaron a destruir las rocas mientras caían cuidando del tipo que veía el espectáculo con un par de audífonos gruesos puestos.
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– Es inútil, ahórratelo y déjame regresar al Pozo. –
– (¿Dijo "Pozo"?) – pensó Zeke. – Bueno, si tanto quieres estar bajo tierra. Permíteme hacer este lugar TU TUMBA. –
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El tipo se esperó que el tumba rocas, pero fue su sorpresa al ver a Onix apuntando su antena a una de las casas cerca del tipo y que esta se derrumbara encima del tipo.
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– Debiste ver con más detalle lo que hacía con las rocas. De tantos tiros no te distes cuenta cuales eran una distracción y cuales NO iban hacía ti. – Zeke reía mientras veía como de los escombros el chico salía muy malherido y parecía haberse dislocado un brazo. – Auch, eso debe doler. Ven déjame... "Darte una mano". Onix. –
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Onix soltó otro tumba rocas para acabar con el sujeto, pero no espero el recibir una gran descarga eléctrica por la espalda. Zeke se sacudió por recibir ese disparado y cayó al suelo convulsionado por unos segundos, y Onix preocupado por él no hizo explotar las rocas que iban para el sujeto.
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Un rayo de luz grisácea salió de la nada y destruyó el tumba rocas. Onix pudo ver como un extraño tiki gigante con gran mostacho y parecido a un personaje de los juegos con la palabra Bros apareció levitando hasta llegar con el tipo.
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– Terminemos con esto, Probopass. – decía el tipo muy cansado mientras de un movimiento se acomodó el brazo como si nada, no sentía dolor con eso. – Quiero tomar una ducha. –
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Onix no sabía qué hacer, el cerebro de Zeke estaba teniendo una reinicio total y el moverlo solo lo haría peor. Solo podía enrollarse a su alrededor para protegerlo de ese tipo y el Probopass. Las mini-narices empezaron a disparar contra Onix que aguantaba con su Doble Filo puesto, pero no podía durar mucho así. El tipo ya cansado de todo ordenó que terminará con eso y de la nada una tercera mini–nariz salió y alineándose con las otras dos formaron un triángulo enfrente de Probopass.
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– Foco Resplandor. –
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Probopass cargó un rayo de luz grisáceo y las mini-narices le dieron mucha más potencia, Onix sólo cerró los ojos esperando lo peor, pero se sorprendió al ver que una barrera lo había salvado por muy poco de recibirlo. Al desenvolverse vio que Zeke había sacado por muy poco a un Psyduck que tenía el movimiento protección en otra de las pokeballs que llevaba con él (Junto al hecho de que él estaba bañado en su propio vómito, no fue tan agradable recibir ese ataque).
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– Mal... Maldito... Onix, explótalas. –
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Fue lo único que pudo decir mientras intentaba levantarse, pero fue suficiente como para que Onix entendiera y se abalanzara contra el Probopass. Se cubrió de un Doble Filo y recibía los disparados de las mini-narices mientras avanzaba veloz contra Probopass que recibió el golpe aunque no recibiera lucho daño.
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– Que inu... –
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El tipo no se dio cuenta hasta muy tarde que él estaba rodeado de piedras del Onix y ahora él estaba lo suficientemente cerca para hacerlas explotar y enterrar otra vez al sujeto entre un montón de escombros del lugar. Probopass de inmediato fue a ayudar al tipo y Onix aprovechó el momento para usar Doble Filo contra él. Solo que esta vez él se montó encima de él y terminó por hacer un Terratemblor. Luego de eso era muy obvio que Probopass y sus narices estaban debilitados.
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Zeke se levantó con un poco de asco al estar lleno de su propio vómito y con la parte de atrás de su ropa dañada, lo que temía de que hubiera otra nariz oculta esperando el momento adecuado era en realidad cierto y Zeke al confiarse le dio la oportunidad.
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– Maldita sea, no me digas que... Si... Otra vez se dañó el visor... ¡ME LLEVA LA... ! –
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Luego de un rato de soltar un par de maldiciones a los cuatro vientos, se calmó y vio en su inventario que TODOS sus inventos se habían estropeado salvó una vieja videocámara que estaba en su estuche. Muy enojado Zeke quería desquitarse con el sujeto y ver si podía quitarles cosas de valor, pero fue una sorpresa el que ya se había escapado. Solo quedaba llevar al otro tipo.
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(Dato Extra: se encontraba a cuatro con el trasero elevado en uno de los arbustos. Con eso Zeke se replanteaba si valía la pena tocar a ese tipo, pero al final hizo lo correcto; mandó a Psyduck y Onix a moverlo.)
– Tchh, el cobarde escapó. Lo prometo, si lo vuelvo a ver me las pagará. – decía Zeke molesto mientras se montaba en Onix. – Vamos, por favor que haya conexión para el laboratorio, necesito ropa limpia... –
Entre los escombros el tipo se encontraba oculto mientras veía al otro irse, hasta que una sensación en su cabeza le dijo que alguien estaba también ahí.
– La semilla esta plantada, Mon seignur Luci. Voy de regreso. – dijo en voz baja el tipo. – Que rollo es todo esto. No entiendo porque no simplemente atacamos el Centro Pokemon y terminamos con esto. De verdad que Luci está tomando esto como un juego. –
