DE COLOR ROJO

"Sentado en lo alto de la torre, observaba el cielo azul

De la noche.

En sus ojos dorados, una lagrima le rodeaba, y en sus rosados labios otra ya caída.

Su blanca piel, aquella noche, era mas blanca que nunca, y su pelo,

Se movía al contrario que el viento.

Aquel niño lloraba, pero en silencio, sin que nadie

Le oyera.

En uno de sus lados de la cintura, su mano, tapando un trozo de la camiseta, un dolor de color rojo.

El resto de camiseta, blanca, manchada de barro, y agujereada por las ramas de los árboles.
Y de nuevo, en la camiseta, el dolor de color rojo.
Aquel dolor rojo, que se quedaría marcado toda su vida, y aquella maldición que tendría que sufrir, cada una de las noches de luna llena.

La mano del chico temblaba.

El solo apretaba más contra el dolor rojo.

Cada vez el dolor era mas fuerte, y el lloraba mas, ahora si que se le podía oír.

Ya no tenía solamente una lagrima en sus rosados labios, ahora tenia miles de ellas.

Remus, cero los ojos y pensaba…en diversas cosas…y en nada.

Doblo las rodillas y se alzo. Se acerco al ventanal y miro hacía abajo:
Si me tiro…nadie…se dará cuenta, y nadie me echara en falta.

Pero, a lo lejos, una voz le llamaba:
-REMUS!-Gritaba- REMUS!-
Por las escaleras se oían unos pasos, y cada vez mas cerca.

Remus se quiso dar prisa, quería tirarse antes de que llegara la persona que le buscaba.

Se acerco rápido hacía la puerta, la cero, y volvió de nuevo al ventanal.

Primer portazo, preparación, segundo portazo, impulso, tercer portazo y….Salto!

Remus se tiro, en el cuarto portazo un chico de pelo oscuro, se paro unos segundos y miro como Remus caía hacia abajo. Se acerco corriendo y lo volvió a mirar.

Al ver que no lo podía agarar se tiro.

Lo agaro e intento agararse a algo.

Pero no lo consiguió.

El chico miro a Remus, tenía los ojos cerrados, y en uno, aun una lagrima, en el labio ora, y una en al cara que le caía.

El chico alzo las manos y se las limpio. Y de nuevo volvió a intentar agararse.
…Fallo…fallo….acierto.

El chico se agaro de un trozo de otro ventanal.

Subió a Remus y luego se subió el.

El chico se sentó y tumbo a Remus en sus piernas, y lo miro.

Remus abrió los ojos y también lo miro.
-Si…Sirius.-

-Si, Remus, soy yo, y no dejare que te pase nada.-

Sirius abrazo a Remus con todas sus fuerzas.

Remus cero los ojos y sonrió.

El dolor de color rojo seguía aun allí, nunca se iría, pero ahora también sentía felicidad.

Remus soltó su mano del dolor rojo y agaro con las dos manos a su nueva felicidad. Sirius."