Autor Original: rexlover180

ID: 2962133

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2. Visita de un Rey

"¡Arthur!" una pequeña voz rompió los sueños de Arthur "¡Arthur, despierta!"

Arthur abrió los ojos perezosamente y vio el conocido rostro de Ella, una de las hadas que vivía en el castillo. Tenía el pelo castaño oscuro cayendo en cascada hasta la mitad de su espalda, y un brillante traje rosa con alas a juego del mismo color. Era una de las mejores (y única) amigas de Arthur.

"Te has dormido" Ella se rio.

"Gracias" Arthur asintió hacia ella y se sentó derecho. Las hadas siempre le despertaban si se dormía más de lo debido.

"No terminaste el papeleo la pasada noche" Ella chasqueó la lengua, revoloteando sobre la mesa.

"Lo sé" Arthur rodó los ojos "Lo hice a propósito"

"Ese Alfred es un buen chico, ¿no?" sonrió Ella soñadoramente, tumbándose boca arriba sobre la pila de trabajo terminado "Le sigo mucho por ahí cuando no estás aquí. ¿Sabes que tiene un gemelo?"

Arthur dejó de escuchar parcialmente cuando se dio cuenta de que Ella estaba tumbada junto a una taza de té recién hecho, la anterior había desaparecido sin dejar rastro. Arthur dejó que una discreta sonrisa cruzase sus labios mientras se sentaba al escritorio.

"Así que, ¿dónde estuvieron durante los últimos dos días?" preguntó Arthur y con los papeles de nuevo, bebiendo de su té. Se dejó creer que fue Alfred quién hizo el té "Realmente os necesitaba cuando los relojes me eligieron"

"¡No puede ser! ¿Eres el próximo en la Realeza?" Ella se sentó derecha "¡Laila me debe entonces! ¡Genial!"

"¿Dónde estabais?" Arthur, sin expresión, firmó el documento en sus manos y tomó un sorbo de té.

"Una reunión importante de hadas" suspiró Ella Como siempre, era sobre la falta de creencia y blah, blah, blah,…"

"Suena bastante importante" Arthur se rio entre dientes.

"Si, ¡pero quiero escuchar de ti!" Ella voló junto al rostro de Arthur "Entonces, dime, ¿quién eres tú de la Realeza? A juzgar por todo el trabajo, seguramente el Jack, ¿verdad? Por favor, dime que eres el Jack, eres totalmente lo suficientemente inteligente"

"No" Arthur negó con la cabeza.

"¿Rey?" Ella frunció ligeramente el ceño y aterrizó sobre la mesa "No lo sé, no eres realmente del tipo de Rey. Creo que si lo intentases podrías conseguir algo de autoridad…"

"Hey" Arthur le lanzó una ligera mirada de soslayo y firmó otro papel. Bebió algo más de té.

"Bueno, ¿eres el Rey?" Ella ladeó la cabeza.

Arthur suspiró, dando un largo sorbo al té "No" murmuró tranquilamente.

"No puede ser" sus alas se agitaron con entusiasmo y su sonrisa se amplió "¡Eres totalmente la Reina! ¡Eso es asombroso! Siempre he escuchado rumores de que la Reina de Espadas puede hacer magia y esas cosas, pero la mayoría de ellas solo me ignora. Quiero decir, sé que pueden verme porque al menos reconocen que estoy ahí, ¡pero nunca me hablan! ¡A diferencia de ti! ¡Eso es tan genial!"

"¿Alguien te ha dicho que hablas demasiado?" Arthur se rio ligeramente, firmando otro papel.

"Bueno, no lo sé" Ella suspiró, realmente sin querer sonar triste "Casi nadie en el mundo puede verme o escucharme más…"

"Así que tengo que escuchar todo lo que quieras decir" Arthur negó con la cabeza y echó la siguiente hoja por encima del hombro.

"¿Qué es lo que dice esa?" preguntó Ella curiosamente.

"Cada clase llevará un número parejo" Arthur rodó los ojos "Quiero saber de dónde sacan esas estúpidas ideas"

"Es solo porque no tienen una asombrosa hada como yo para cuidar de ellos" Ella le guiño un ojo, revoloteando hasta el montón de trabajo todavía por hacer, el cual estaba haciéndose más pequeño "O un sirviente atractivo que les sirva el té"

"¿Qué?" Arthur casi se ahogó mientras estaba bebiendo el té por lo que dijo.

"Ya me has oído" Ella le guiñó el ojo "Amigo, Alfred es totalmente lindo"

"No estoy interesado en hombres" Arthur negó con la cabeza "Eso está mal"

"Solo porque la Biblia diga algo, no significa que tengas que seguirlo" Ella dejó salir un suspiro exasperado.

"No me gustan los chicos" Arthur la miró fijamente "Fin de la historia"

"Lo que sea" Ella rodó los ojos "Solo no me grites cuando tu Rey termine siendo un chico"

"Puesto que eres un hada, ¿no significa eso que deberías saber quién será el próximo al que elijan los relojes?" preguntó Arthur.

"No funciona de ese modo, lo siento" Ella se encogió de hombros "Los relojes tienen su propia magia, no los alimentamos. Si fuera como tú, con tu magia, entonces lo sabríamos, pero…"

"Espera, ¿eso significa que sabes cuándo lanzo un hechizo?" Arthur alzó una ceja ante la hada.

"Todo el tiempo" Ella sonrió ampliamente.

"Encantador" Arthur rodó los ojos.

"Bueno, ahora que sabes eso, ¡tengo que decir que fue divertidísimo cuando intentaste convertir a Francis en rana!" Ella estalló en carcajadas "¡Deberías intentar cosas así más a menudo!"

"Eso fue hace tiempo" suspiró Arthur, firmando un papel "Y me salió el tiro por la culata, me goleó a mí"

"Te ayudé a revertirlo" Ella sonrió.

"No es la mejor manera de conocer a tu mejor amigo" Arthur rio.

"Es bueno verte de buen humor de nuevo" Ella voló hacia su hombro y se apoyó en su mejilla.

"¿Qué quieres decir con eso?" Arthur firmó otro papel.

"Has estado de mal humor durante años, viejo gruñón" Ella picoteó con el dedo su mejilla y Arthur rodó los ojos "Pero ahora eres todo sonrisas y risas. He estado intentando traer a este Arthur de vuelta durante años. Quiero saber qué ocurrió en el tiempo que no estuve"

"Nada más aparte de ser elegido" Arthur suspiró y lanzó otro documento tras él.

"Bueno, conociste a Alfred" bromeó Ella.

"Cállate" Arthur rodó los ojos "Es bueno conversando, eso es todo"

"Bueno conversando" Ella se burló "Estoy sorprendida de que no hayas corregido sus frases por los errores gramaticales"

"Pensé que lo intentaría cuando empezásemos a hablar más" suspiró Arthur, firmando otro papel. La pira parecía que no terminaría nunca…

Eso fue cuando Arthur escuchó un golpe en la puerta. y entonces una voz muy conocida y molesta vino desde el otro lado, "Mon cher, ¿estás hablando con tus hadas de nuevo?"

"Oh, por favor, no" Arthur se hundió en su silla mientras Francis, Rey de Diamantes, entraba en su habitación. Ella voló lejos de Arthur, sabiendo completamente bien lo que venía después. Arthur ni siquiera intentó luchar mientras era levantado de la silla y envuelto en un brazo por el hombre.

"Te he echado de menos" Francis le sonrió. ¿Por qué tenía que ser más alto que Arthur? "Ha pasado un tiempo, mon cher"

"¿Qué estás haciendo aquí, Francis?" Arthur suspiró "¿No me acabas de enviar una invitación a esa fiesta tuya?"

"Si, pero simplemente tenía que ver a mi pequeño espadiense favorito" Francis le revolvió el pelo "¡Estoy muy orgulloso de que vayas a ser Rey también!"

"Claro" Arthur suspiró mientras apartaba la mano de Francis de sí mismo. Esos dos se habían conocido desde que eran pequeños. Fue cuando su tío hizo una fiesta enorme, invitando a la familia real de todos los niveles. Francis no era Rey coronado todavía, y conoció a Arthur cuando su madre le forzó a empezar a bailar con otros. Arthur pensaba que Francis era una chica, lo cual fue la única razón por la que Arthur le pidió bailar. Ahora lo conocía mucho mejor "Ya que estás aquí, iba a enviarte una carta de que una fiesta como esa sería mejor realizarla aquí. Tengo mucho trabajo que hacer por mí mismo y los demás de la realeza todavía no han sido encontrados, lo que significa que soy el blanco principal de Tréboles"

"Eso tiene sentido" Francis asintió, pero Arthur podía saber por la mirada en sus ojos que realmente no le importaba. Una fiesta era una fiesta, sin importar donde fuese "Siempre y cuando me dejes organizarla"

"Todavía es tu fiesta" Arthur negó con la cabeza y volvió al escritorio, sentándose de nuevo. Tomó un último sorbo de su té y colocó la taza a un lado. Eso fue cuando vio a Elle moverse hacia Francis e intentar golpearle en la nariz, a lo que él le dio un manotazo como si fuese un insecto. Pero Ella volvió, golpeando su oreja. Era fácil ver que a Ella no le gustaba Francis.

"¿Tienes bichos aquí?" preguntó Francis "Cada vez que vengo aquí, parece que me atacan los insectos"

"No me molestan" murmuró Arthur y firmó un documento.

"Entonces, ¿tienes que hacer todo esto por tu cuenta hasta que encuentren a la Reina y al Jack?" preguntó Francis con curiosidad, mirando los papeles.

"Más o menos" suspiró Arthur.

"No tenía ni idea de que era tan duro por cuenta de uno" murmuró Francis "Fui el último de la Realeza de Diamantes en ser encontrado, así que mi trabajo es más bien ligero"

"Eso es maravilloso para ti, rana" Arthur suspiró y dejó un papel tras su espalda.

"Je suis désolé" suspiró Francis. Golpeó de nuevo a Ella mientras esta estaba tirando de su pelo "Creo que ahora tendremos que hablar más, ¿verdad?"

"Si" dijo Arthur con simpleza. Sabía tan bien como todos que los Reyes principalmente hablaban con los Reyes, las Reinas principalmente hablaban con las Reinas y los Jacks hablaban principalmente con los Jacks. Todo esto estaba llegando a ser demasiado para él, sin embargo. Deseaba poder volver a dormir y que todo esto hubiese sido un sueño. Firmó otro pedazo de papel.

"Hey, Arthur" llamó la voz de Alfred a través de la sala y ambos rubios en la habitación se giraron hacia él, quién estaba de pie en la puerta "Supongo que llegué un poco tarde. Venía para decirte que tenías un invitado"

"Bueno, eso es un poco obvio ahora" Arthur suspiró, pero una pequeña sonrisa apareció en sus labios.

"Y, ¿quién es este?" preguntó Francis, apoyándose en la mesa con una mano.

"Este es Alfred" Arthur suspiró, leyendo otro pedazo de papel "Alfred, este es Francis…el Rey de Diamantes"

"Guau, ¿así que eres, como, amigo del Rey de Diamantes?" los ojos de Alfred se ampliaron.

"No deberías usar la palabra "como" con una coma" soltó Arthur antes de poder pararse. Escuchó a Ella estallar en risas "Hemos sido amigos desde hace tiempo"

"Antes de ser el fabuloso Rey de Diamantes" Francis apartó el pelo de su hombro.

"Claro" resopló Arthur "Fabuloso es la palabra"

"Entonces, ¿qué eres, Alfred?" preguntó Francis y Arthur le miró "¿Señor, Caballero, Duque?"

"Nah, hombre" Alfred negó con la cabeza "Soy de los Cinco. Yo y mi hermano trabajamos aquí ayudando a Mamá y Papá con sus problemas de dinero"

"Es mi hermano y yo" corrigió Arthur y entonces suspiró, echando la cabeza hacia atrás.

"Oh, así que eres un sirviente, ¿non?" preguntó Francis.

"Si" dijo Alfred orgullosamente.

"No deberías estar precisamente orgulloso de ser pobre" dijo Arthur, volviendo su atención a la pila de papeles.

"¿Estás firmando impuestos más estúpidos?" preguntó Alfred y Arthur finalmente resistió la urgencia de corregirle.

"No" dijo Arthur, firmando otro papel "Y te he salvado de tener que llevar un cinco en el pecho"

"Gracias, hermano" Alfred se rio y Arthur sonrió ligeramente "Bueno, estaba aquí para decirte sobre Francis, así que puedo irme"

La puerta se cerró y entonces Francis empezó a reírse. Arthur alzó la mirada hacia él con una mirada preocupada.

"Los dos sois muy adorables" suspiró Francis soñadoramente y Ella hizo lo mismo, recostándose sobre el hombro de Arthur. Luchó contra el impulso de empujarla.

"¿De qué diablos estás hablando?" Arthur negó con la cabeza y colocó un papel a su espalda.

"Oh, puedo saber cuándo l'amour está en el aire, y definitivamente es para los dos" dijo Francis felizmente.

"Voy a pretender que no entiendo tu acento" Arthur suspiró "y a preguntarte si estás jodidamente loco"

"Te gusta ese sirviente" Francis se inclinó hacia Arthur.

"Hueles a vino y queso" comentó Arthur, alejándole.

"Admite que amas a Alfred" Francis se rio.

"No lo hago" Arthur rodó los ojos.

"Lo haces" se rio Ella en su oído y Arthur resopló. Arrojó otro papel tras él.

"Honestamente, no creo que pueda hacer nada de trabajo contigo por aquí" suspiró Arthur "Estaba avanzando mucho más rápido antes de que entraras"

"¿Me estás echando?" Francis hizo un puchero.

"Te veré durante esa fiesta tuya, Francis" Arthur cabeceó hacia la puerta.

"Y yo te veré allí también" Francis le guiñó un ojo y se dirigió hacia la puerta.

"Aun así no me gusta" murmuró Ella.

"Ni a mi" suspiró Arthur "Pero es mi único amigo"