Autor Original: iiShuChan

ID: 2326898

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Poco a poco habían pasado unos días desde esa reunión. Alfred notó que Arthur había comenzado a trabajar sin parar. Los crímenes estaban volviéndose un poco más constantes en la ciudad y Alfred notó que a veces Arthur no regresaba a casa hasta tarde al día siguiente. A través de las charlas, Alfred se enteró de que Arthur estaba haciendo todo lo posible para conseguir un aumento en el que había estado trabajando durante tres años. Siendo el más joven en comparación a los otros oficiales, el sargento no le prestaba mucha atención al pequeño Arthur.

Era una de esas noches en las que Arthur llegaba tarde a casas. Alfred se sentó en el sofá viendo la televisión. Sabía, antes de encenderla, que habría muchos programas británicos, pero no esperaba de los raros. Sin embargo, hasta ahora podía decir con gusto que disfrutó al menos de unos pocos.

Por supuesto, solo miraba a medias. Seguía mirando a la puerta, esperando a que volviera Arthur. Por alguna razón, estaba preocupado. El rubio alto realmente no podía entender por qué estaba tan preocupado. Simplemente lo estaba.

Finalmente, la puesta se abrió lentamente, rebotando un poco cuando golpeó ligeramente la pared. Alfred dirigió toda su atención a la puerta cuando Arthur entró cojeando. Espera, ¿cojeando?

"Hey, ¿estás bien?" Alfred se levantó y ayudó a Arthur a sentarse en la silla más cercana a la puerta.

"Sí, sí, estoy bien. Algún idiota pensó que sería buena idea saltar vallas mientras corría" un suspiro escapó de los labios del hombre mientras se recostaba en la silla.

"Por alguna razón, no puedo imaginarte saltando vallas" se rio el más alto de los dos.

"¡Oye! ¡Puedo saltarlas! ¡Tuvo un entrenamientos básico antes de convertirme en oficial de policía, idiota!"

La risa solo continuó. Arthur puso los ojos en blanco, sabiendo muy bien que no había manera de explicárselo a Alfred sin que este se riera aún más. Cuando el joven a su lado comenzó a calmarse, Arthur miró hacia la televisión. Arqueó una ceja cuando notó lo que estaba pasando.

"¿Merlín?" miró al chico "¿Te gusta Merlín?"

"Sí, está bien" el rubio se encogió de hombros "Y es el único programa que he visto antes"

"Ya veo"

"Pero, maldita sea, tenéis algunos programas extraños. Como… ¿Cómo se llamaba ese?" pensó para sí mismo por un momento, colocando un dedo en su barbilla "¡Oh! Fat Friends, ¿sobre ese tipo gay que se tira a la esposa de su hermano? ¿Y la deja embarazada o lo que sea?"

"Me encanta ese, de hecho. Andrew Lee Potts sale en ese"

"¡No me digas que tienes flechazos con celebridades, tío" se rio "Eso es un poco… infantil para ti"

Arthur se encogió de hombros "No es tanto como un flechazo. Es más… admiración por su buena actuación"

"Es un flechazo, amigo"

Arthur miró al chico frente a él. Lo cual, en retrospectiva, fue una mala idea. Solo le hizo reír de nuevo.

"Entonces, supongo que tendré que llevarte a la cama"

"No, puedo andar"

"Claro… ¿caminaste hasta casa?"

"¡Si, siempre lo hago!"

"Solo porque eres demasiado orgulloso para dejar que alguien te ayude" y con eso, Alfred gentil pero rápidamente, puso sus brazos debajo de la espalda y las piernas de Arthur, levantándolo con facilidad. ¡Dios, era ligero para ser un chico!

"Oh, mierda. ¡No quería que me llevaran! ¡No soy un niño!"

"La celebridad que te gusta dice lo contrario" Alfred le dedicó al hombre una brillante sonrisa.

"Maldita sea, ¡deja ya eso!"

"Hey, relájate. ¿Te ayudaría si me imaginaras como el señor Potts?"

Arthur despertó a la mañana siguiente en silencio. ¿Alfred todavía estaba dormido? Normalmente está arreglando cosas de manera aleatoria de las cuales Arthur no tuvo tiempo de encargarse antes. Eso era raro. El rubio balanceó las piernas sobre el borde, notando el vendaje alrededor de su tobillo. Sus ojos viajaron hacia arriba y también notó que estaba cambiado a su pijama. Un carmesí brillante cubrió sus mejillas antes de levantarse por completo para ir a revisar la casa.

Bajó lentamente las escaleras. Una rápida mirada por la ventana le demostró a Arthur que eran alrededor de las seis o las siete de la mañana. Finalmente, escuchó un movimiento en la cocina y se dirigió hacia dicha zona. Allí estaba Alfred, preparando el desayuno con una sonrisa más grande que cualquiera que pudiese tener.

"Buenos días. ¿Para qué haces el desayuno?"

"¡Oh, buenos días! ¿Eh, desayuno? ¿Para comerlo?"

"Sabelotodo. Sabes lo que quiero decir"

"Bueno, porque estás herido. No deberías estar de pie frente a los fogones. Además, tu manera de cocinar no es realmente…bueno…ya sabes" Alfred intentó esbozar una sonrisa amplia, para suavizar el golpe del insulto.

"¡No insultes mi manera de cocinar! Vivía solo antes de que vinieras, ¡así que no necesitaba ser un chef de cinco estrellas!"

Alfred se rio en respuesta. Arthur miró hacia la mesa y vio que ya tenía todo listo. ¿Estaba planeando algo tal vez? Sin embargo, Arthur se sentó en el asiento en el que siempre se sentaba y jugueteó con el tenedor. Desde esa reunión, él y Alfred habían estado actuando de manera extraña el uno con el otro. Bueno, se comportaban de manera extraña el uno con el otro antes, pero Arthur lo atribuía al 'entendimiento mutuo'. O amistad. Si es que podía llamarse así.

No, este 'extraño' era más extraño que eso. Arthur lo sintió antes, pero no dijo nada. Después de lo que pasó la primera semana de vivir juntos, Arthur comenzó a llamar al loco estadounidense 'lindo' y 'adorable'. Joder, incluso las palabras 'sexy' y 'sensual' aparecieron en su cabeza un par de veces. Empeoró después de que Arthur accidentalmente se encontrase con Alfred en la ducha. Al principio, Arthur no admitiría que esto estaba pasando. Lo atribuiría a estar cansado o haber trabajado demasiado. Pero, mientras veía a dicho americano bailar poniendo comida en los platos de ambos, tenía que admitir que pensaba que se estaba enamorando. O lo que pensaba que era enamorarse.

Arthur no tenía mucha experiencia en el 'amor'.

"Entonces, ¿puedo preguntarte algo?" Arthur miró al hombre mientras se sentaba.

"Claro, supongo. ¿El qué?"

"Bueno, veamos…" hizo una pausa para pensar un momento. Arthur mantuvo contacto visual con él para mostrar que estaba prestando atención, incluso si se veía completamente confundido "He estado pensando últimamente. Sobre, ya sabes, cómo nos conocimos y esas cosas"

"¿Sí…?"

"Y, creo, que tal vez, podría estar –" se interrumpió para suspirar un poco, obviamente sin tener idea de cómo decir esto "Mira, lo pondré de esta manera. ¿Has estad teniendo pensamientos?"

"¿Pensamientos?"

"¡Sí! Por ejemplo, cuando nos cruzamos en la sala de estar o en la cocina o lo que sea, ¿piensas cosas?"

Ahora Arthur sabía exactamente a qué se refería "Quizás. ¿Por qué?"

"Está bien, yo también. Cada vez que me cruzo contigo tengo estos pensamientos raros en la cabeza sobre ti. Como, mega raros, amigo"

Arthur se rio para sí mismo. Quién diría que el estadounidense podría volverse socialmente incómodo en cuestión de segundos.

"Entonces, mmm, creo que tal vez me gustas un poco…"