Autor Original: iiShuChan

ID: 2326898

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La casa estaba en silencio. Todo estaba en silencio, ni un sonido afuera en la oscuridad. El viento siguió con una suave brisa mientras todos en el vecindario dormían. Arthur yacía en la cama, ya dormido, con el rostro enterrado en la almohada que apoyaba el brazo. Alfred entró silenciosamente, mirando por encima de la forma dormida de dicha cama. Si tenía que irse mañana por la mañana, estaría jodido si al menos no le mostraba a Arthur cuánto lo amaba a un nivel diferente.

El rubio se acercó a la cama y se metió en esta suavemente. Sonrió cuando Arthur no se movió. El estadounidense se acostó detrás de Arthur y lentamente puso una mano sobre la cintura expuesta del británico. Alfred besó la nuca de Arthur, intentando despertarlo tan sutilmente como pudo. Los ojos de Arthur se abrieron y se estremeció un poco ante el toque de la mano fría en su cadera. Se volvió y se sonrojó cuando el verde se encontró con el azul.

"¿Alfred…?"

Alfred presionó suavemente sus labios contra los de Arthur. Los suaves besos se convirtieron en ardientes. Una lengua entró en la boca de Arthur, provocando que jadeara un poco. Alfred pasó su mano por el costado del más pequeño suavemente, mientras sus lenguas luchaban entre sí por el dominio.

Alfred despertó en la cama de Arthur con su brazo sobre la cintura del otro. Sonrió ante la figura todavía dormida antes de sentarse y mirar el reloj. Qué buena idea hacer las maletas anoche. Alfred se estiró antes de volver a ponerse los pantalones del pijama e intentar escabullirse de la habitación.

"¿Ya te vas?"

El estadounidense se giró para ver a Arthur mirándolo perezosamente "Sí, cariño. Me tengo que ir"

"Lo sé" el británico se sentó "¿Cuándo es tu vuelo?"

"Alrededor de las nueves. Así que tengo que ir a vestirme"

Arthur asintió. Los dos se sentaron en silencio por un rato, mirándose el uno al otro. Ninguno de los dos sabía qué decir, así que se conformaron con no decir nada. Sonó el despertador y ambos lo miraron como si hubiera hecho algo mal.

"Bueno, mejor, ya sabes" dijo Alfred, señalando hacia el pasillo que conducía a la habitación de invitados que había estado usando.

"Claro"

El estadounidense se acercó y volvió a besar a Arthur "Te amo"

"Sí, sí, lo sé. Vístete antes de que llegues tarde, maldito idiota" sonrió.

"Aww, ¿no me dices que también me amas?"

"Tengo que pensarlo" la sonrisa se convirtió en una mueca cuando Arthur miró al más alto.

"¡Oh, ya veo cómo es entonces!" exclamó Alfred, pretendiendo estar herido y sacándole la lengua "No vas a trabajar hoy, ¿verdad?"

"¿Por qué?"

"Tu pie"

"Es solo un esguince" Arthur inclinó la cabeza.

"Al menos espera un día más. ¿Por mí?"

El rubio más bajo parpadeó, mirando a Alfred por un minuto antes de suspirar y recostarse "Vale, vístete"

Alfred asintió, sonriendo ampliamente, antes de salir de la habitación. Entró a la habitación de invitados y sacó la ropa con la que estuvo la otra noche, vistiéndose lo más lentamente posible. Particularmente no quería irse. Estaba preocupado por Arthur. Sobre lo que podría pasar mientras él estaba en casa y no aquí con el británico. Pero tenía que irse. Para que pudiera hacer todo en los Estados Unidos antes de regresar y estar con el hombre todo el tiempo que pudiese.

Cuando Alfred salió de la habitación con su maleta, le sonrió al rubio que lo estaba esperando en lo alto de las escaleras. Arthur le devolvió la sonrisa y le explicó que sería de mala educación el no despedir a Alfred. Obviamente solo era para encubrir que quería ver a Alfred una última vez. Sin embargo, bajaron las escaleras hasta la puerta principal. Arthur la abrió y miró con el ceño fruncido el taxi que ya estaba esperando. El estadounidense suspiró y miró al mayor.

"Bueno, te veré más tarde"

"Con suerte" Arthur sonrió juguetonamente.

"¡Sabes que lo haré! ¡Regresaré!"

El británico negó con la cabeza "Eres un idiota. Vete antes de que te deje aquí. Si lo hace, nunca me libraré de ti"

"¡Grosero!" jadeó Alfred "Pero, en serio. Te amo"

Se quedó mirando al americano durante un minuto antes de responder con un suspiro "Yo también te amo. Ahora vete"

Asintió y bajó los cuatro escalones del porche de Arthur antes de dirigirse al taxi y dejar su maleta en el maletero. El rubio caminó hacia la puerta de la parte de atrás y la abrió, mirando hacia atrás y despidiéndose de Arthur. Gritó en voz alta 'Te amo y volveré'. Arthur se sonrojó cuando algunos de sus vecinos salieron para ver de qué se trataban los gritos pero, de todos modos, se despidió también y gritó su propia versión de 'Te amo', a pesar de que estaba lleno de unos pocos insultos.

El taxi se alejó y Arthur suspiró, mirando hacia la carretera por la que había desaparecido el coche. Nunca se había sentido así antes. Nunca lo admitiría, pero no quería que el ruidoso, desagradable, muy grosero, lindo, dulce y sexy estadounidense se fuera. Quería que se quedara, pero Arthur sabía mejor que nadie que las responsabilidades son lo primero. Entonces, si eso significaba esperar para que dicho americano volviese, entonces tendría que hacer exactamente eso.