Autor Original: iiShuChan
ID: 2326898
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A Alfred le entristece decirlo, pero han pasado al menos seis meses desde que él y Arthur se habían visto. Se habían enviado emails todo el tiempo, hablando sobre trabajo, quejándose de sus compañeros de trabajo pero, sobre todo, hablaban sobre su vida juntos. Acerca de la adopción, la convivencia, el matrimonio… Digamos que han sido seis largos meses.
El estadounidense estaba sentado en su sofá viendo la televisión mientras su hermano entraba por la puerta. Alfred parpadeó en dirección al otro rubio, confundido.
"Hey, Mattie. ¿Por qué estás aquí?"
"Para verte. No me has llamado en lo más mínimo, así que pensé que algo andaba mal" explicó el otro mientras se sentaba junto a su hermano.
Alfred parpadeó de nuevo antes de responder "No, solo he estado pensando, es todo"
"En tu bomba británica, lo sé" se rio el más joven.
"Sí–¡Hey! ¡Ese es el nombre que yo le he puesto, no lo uses!"
"Oh, lo superarás. ¿Ya has comido?"
"No…"
Matthew suspiró antes de ir a la cocina. Murmuró algo sobre que Alfred no se cuidaba antes de cocinar. Dicho americano simplemente se encogió de hombros y volvió a la mitad de estar viendo la televisión. N es que Alfred no cuidase de sí mismo, simplemente estaba siempre perdido en sus pensamientos. Estaba haciendo todo lo posible para arreglar todo aquí y conseguir su transferencia para poder ir a ver a Arthur. Ese era su principal objetivo. Y, normalmente, amaba cuando tenía unos días libres. Ahora lo odiaba. Todos los días que se sentaba sin hacer nada, podría haber sido un día más para trabajar y acercarse más a esa transferencia. Podría tomarse un día libre una vez que regresase con Artie.
Después de treinta minutos de esta frente a la televisión, Matthew lo llamó para comer. Alfred se levantó y se sentó frente a él en la mesa de la cocina. Ambos se sentaron en silencio mientras comían ninguno dijo una palabra. Finalmente, Matthew suspiró, siendo el primero en hablar.
"Mira, trabajar demasiado no es algo que él quiera que hagas. Es algo que ninguno de nosotros quiere que hagas. ¿De acuerdo?"
"No puedo evitarlo. No quería irme en primer lugar. Y ahora, quiero volver con tantas ganas que ni siquiera tiene gracia, amigo" explicó Alfred.
Matthew negó con la cabeza "Lo sé, lo entiendo. Pero vivir como estás ahora solo lo hará más difícil"
El estadounidense suspiró y miró el plato. Sabía que Matthew tenía razón. Y Arthur estaría enfadado si supiera cómo había estado viviendo Alfred estos últimos meses. Pero quería volver. Y no podía hasta que todo estuviera resuelto aquí.
"Entonces intentaré ir un poco más lento"
"¿Lo prometes?"
"¡Sí, sí, lo prometo!"
Terminaron de comer, charlando sobre cualquier tema. Alfred habló principalmente de sobre cómo conoció a Artie, lo que provocó que Matthew se riera un par de veces, y sobre cómo él y Arthur empezaban esas ridículas peleas por prácticamente nada. Matthew haría bromas sobre cómo Arthur enderezaría al estadounidense y, de hecho, podría ser algo bueno. Y el típico Alfred se defendería diciendo que no tenía nada de malo y que era prácticamente un héroe y que ese héroe no necesitaba 'enderezarse'.
Después de comer, Matthew lavó los platos mientras Alfred regresaba a la sala de estar, estirándose pesadamente. Estaba tremendamente aburrido. Había jugado todos sus videojuegos doce veces esa misma mañana y no había nada en la televisión, como de costumbre y para colmo, Matthew subió a la habitación de invitados a dormir. Ahora, estaba tranquilo y aburrido. ¡Quizás Arthur le envió un email!
Corriendo hacia el ordenador rápidamente, hizo clic en el navegador de internet y fue a su correo electrónico. Se había olvidado de comprobarlo esta mañana, así que, con suerte, Arthur habría dicho algo. El hombre se olvidaba a veces. Su trabajo era más frenético que el de Alfred, obviamente. Hizo clic en la bandeja de entrada y sonrió cuando el primero era de ese pequeño y adorable británico que tanto extrañaba. Hizo clic y se sentó a leer, con una gran sonrisa plasmada en su rostro.
'Hey, amor. No enviaste un email anoche y seguramente ahora te estás volviendo loco pensando que estoy enfadado contigo. No lo estoy. Y, además, tu hermano se puso en contacto conmigo. Si escucho algo más acerca de que eres un idiota y te saltas las comidas solo para trabajar, iré personalmente a Estados Unidos, te seguiré la pista y te golpearé. ¿Lo entiendes? Empieza a comer bien. No quiero que regreses al Reino Unido en un ataúd o lo que sea.
De todos modos, te amo"
Ah, el bueno de Matthew… De todos modos, ¿cómo encontró a Arthur? ¡Ese chico es un maldito ninja! Alfred suspiró y respondió, explicando que lo haría mejor y que Arthur (o Artie) no deberían preocuparse. Viajaría al Reino Unido de forma segura y no en una bolsa de cadáveres o un ataúd. Hizo clic en enviar y suspiró, recostándose. Ahora, tendría que esperar hasta esta noche cuando Arthur regresase de su propio trabajo antes de que hubiese una respuesta.
Se levantó del ordenador y volvió a mirar la televisión. Por un tiempo pensó en jugar un juego, pero no tenía ninguno nuevo. Y era demasiado vago para irse ahora mismo a la GameStop para ver que tenía. Suponía que una siesta serviría…
Arthur empujó la puerta de su casa para abrirla. Estaba más que cansado. Hoy había corrido por todo Essex, persiguiendo a personas al azar, esquivando balas y escuchando a los imbéciles insultarlo sin motivo. Ser policía no era todo lo que parecía. Con un profundo suspiro, se dejó caer en la silla cerca de la puerta, cerrando dicha puerta con el pie. Se habría quedado dormido allí mismo si no fuera por el hecho de que sabía que Alfred podría haberle enviado un email. El británico se puso en pie y entró en su estudio, sentándose en la silla. Fue a su correo electrónico y marcó el más reciente de Alfred.
'Hey, cariño. Entonces, ¿hablaste con Matthew? Supuse que recurriría a algo así, jaja. Bueno, no te preocupes, amigo, estoy bien. Mattie acaba de abordar el caso conmigo hoy. Extraño… Pero, sí, estoy bien y empezaré a comer más y todo eso, blah, blah, blah. Te amo, baby. No puedo esperar a verte de nuevo'
Arthur rodó los ojos, sonriendo un poco. Era difícil saber si Alfred realmente quería decir lo que decía sobre comer mejor. Era un mentiroso bastante bueno, bajo las correctas circunstancias. Y tampoco querría que Arthur se preocupara por él. Pero bien podría confiar en su palabra. Le respondió, bostezando todo el tiempo. Maldita sea, tenía tantas ganas de dormir. Después de enviar el email, se puso de pie y se quitó los zapatos de una patada, colocándolos en la puerta principal. Subió las escaleras y se desnudó. Se puso una de las camisas de Alfred que Arthur siempre dirá que el hombre se dejó en lugar de que la sacó de la maleta dicho británico, y se metió en la cama. Rodó sobre su costado después de estirarse. Ahora, la única forma de mejorar esta noche sería si Alfred estuviera realmente aquí.
