Era jueves por la mañana, dos pelinegras subían en ascensor al 4to piso de aquel edificio, anciosas, estaban allí buscando un departamento que les gustara, ya que en pocos días Rin se mudaria a Tokio.

Ella, dueña de unos grandes y hermosos ojos color avellana, cabellos lacios y negros como el ebano, piel blanca como la porcelana, y una figura en forma de guitarra.

habían estado ahorrando para cumplir su tan anhelado sueño, tener su propio negocio, claro está que se vieron en la necesidad de pedir un préstamo a un banco, no era que les faltará dinero, pero habían decidido hacer esto por su cuenta, sin el apoyo de sus padres.

A pesar de ser de buena familia, y estar cómodas economicamente querían independizarse. Por tal motivo estában allí, visualizando una espaciosa sala y cocina de concepto abierto. El departamento contaba con una sala, una enorme cocina de muebles echos a medida, una isla de mármol en el centro de la misma.

Que te parece Kagome?- pregunto una de las pelinegras- A mi me gusta mucho, en especial la cocina.

Es muy bonito, creo que es el que buscabas- le respondió paseándose por el lugar mencionado- Aquí estoy segura estarás muy cómoda Rin.

Si, pasemos a ver la habitación- las guio el dueño de aquel lugar- por aquí.

Una habitación de gran tamaño, baño privado (a parte de uno para invitados) y un armario de gran tamaño. sin dudarlo un momento más, cerraron el trato con el hombre que les había mostrado el departamento, le dió a firmar unos papeles y a tomar el cheque por el monto que habían acordado, le entrego un juego de llaves a Rin y se dispuso a salir del departamento.

Bueno, ya está echo, este será mi nuevo hogar- dijo Rin al mirar el lugar- Vamos a ver el lugar para el negocio, te parece Kagome?

Si, vamos- aceptó la pelinegra- En el camino podrás llamar al camión de la mudanza, así te doy una mano con eso.

Gracias- sonrió Rin- Se que será agotador, yo sola no podría.

Después de ver tres posibles lugares para su futuro negocio, y decidirse por uno en el centro de Tokio, regresaron al depa de Rin a esperar el camión de la mudanza, al verlo llegar dieron instrucciones a los del camión para que subieran los electrodomésticos, cama, muebles y algunas cajas grandes.

Por fin- exclamó Rin, al dejar la última caja en el suelo, se dirigió a la puerta y pagó a los de la mudanza- Falta organizar las cosas- dijo cerrando la puerta.

No te preocupes- Kagome le palmo el hombro a Rin- Sabes que no me iré de aquí hasta haberte ayudado a organizar todo esto.

Rin sonrió a su mejor amiga de hace años, se conocían desde los 8 años, pero por razones familiares tuvo que mudarse a Osaka, pero por más lejos que estuvieron jamás perdieron comunicación.

Y como estás con Inuyasha?- pregunto una muy curioso Rin, con un toque de picardía en su voz- Ya se dió cuenta de que te tiene loca por el?

No me tiene loca- respondió una kagome roja como un tomate- Además, no ha habido ningún cambio- admitió una Kagome muy desanimada.

No te me desanimes- se le acercó y le dió un pequeño abrazo, ella era su mejor amiga, y sabía por lo que estaba pasando- ese tonto de Inuyasha no sabe lo que hace.

Inuyasha era un amigo que tenían en común, del cuál Kagome siempre estuvo enamorada pero como la naturaleza de el era ser tonto y despistado (según Rin) la chica sufría por qué el hasta ahora no había notado sus sentimientos.

la chica no era fea, de ojos grandes de un azul profundo, cabellos rizados hasta la cintura tan negros como el azabache, piel blanca y una figura de reloj de arena.

No te rindas amiga, ya te he dicho que Inuyasha Taisho es un tonto- le siguió animando Rin- estoy segura que el también siente lo mismo por ti, pero sabes que a el le cuesta demostrar sus sentimientos.

Tienes razón- le dió la razón Kagome- no me rendiré tan fácil.

así se habla amiga- después de decir eso, siguieron trabajando- y como está la familia Taisho, desde que me fuí hace 10 años no se mucho de ellos, con Inuyasha he hablado poco.

pues, bien, voy casi todos los sábados a tomar el té con la señora izayoi- mencionó mientras arreglaba unos cojines en los muebles de la sala- Inuno igual, los dos quieren que tenga una relación con su hijo Inuyasha, pero por obvias razones les pedí que no interfierieran, y su hermano Sesshomaru, cada vez más serio, frío y arrogante.

ahhh, tal vez te acompañe este sábado- le dijo mientras seguían ordenando- ya hace años que no los veo.

al finalizar con el trabajo de organizar su nuevo depa, pidieron una pizza y unas bebidas, charlaron un rato y después Rin despidió a Kagome sin antes darle las gracias por todo, al irse la ojiazul, se dió un merecido baño y se dispuso a descansar. mañana tendría otras cosas que hacer.