Saludos queridos lectores!

Vengo a actualizar este fic en este último día del SasuKarin Month, aunque por la hora, quizá termine subiéndose poco después de la media noche.

El siguiente capítulo va relacionado al tema del Día 13 Boda Junio 2021

Para los que están siguiendo el resto de los fics, les extrañará saber que use el tema de Boda para este fic, cuando dejé claro que lo usaría para el fic Bodas terrestres, pero quise usar el mismo tema para este fic en particular, el cuál, he extendido más de lo que pretendía, sin embargo, espero que lo disfruten. Sin más, los dejo con el capítulo n.n


Las emociones de Sasuke se habían intensificado con la conversión y ello también daba a lugar a que fueran bastante cambiantes según las circunstancias, por ello, cuando Karin le mencionó sobre los pactos, su ira disminuyó para volverse curioso por el tema, aunque pudiera ser que esa curiosidad era por ser una pista para la venganza contra su hermano.

—¿Podemos hacer el pacto?

—Si, pero será muy problemático —contestó Karin no estando segura de cómo explicárselo sin meterse en temas extensos sobre la magia— Y quizá no sea lo que esperas.

—¿A qué te refieres?

—¿Podrías pasarme ese libro? —señaló Karin un libro grueso sobre la mesa y el chico lo hizo de mala gana— Podemos hacer un pacto, pero no será el mismo que el que tiene tu hermano —abrió el libro y comenzó a buscar una sección en particular— Aún así te ayudará con el ansia.

—Explícate.

—Verás, podemos dividir a los seres en la Tierra en seis: los dioses, los seres sobrenaturales, las brujas, los humanos, los animales y los espíritus y todos pueden hacer pactos con todos —ella le mostró una ilustración en el libro donde se reflejaban las categorías pero las palabras en el libro estaban en otro idioma— Las combinaciones entre cada uno dan resultados diferentes, pero hay algunas constantes en todos los pactos, como que ambos deben salir beneficiados del acuerdo.

—¿Por qué dices que el pacto de mi hermano es diferente? —preguntó alejándose algunos pasos porque haberse acercado le recordaba el aroma de la chica.

—Aún no soy una bruja, así que si hago un pacto contigo, tendría que ser como humana —le explicaba— Eso va a ayudarte con el ansia, porque en el acuerdo tenemos que garantizar la seguridad del otro.

—¿Cuál es el pero?

—Te debilitarás y no podrás enfrentar a tu hermano.

—¡¿Por qué?! —replicó enojado.

—Porque no es lo mismo un humano que una bruja.

—¡¿Pero por qué debo debilitarme?!

Karin no quería entrar a extensas explicaciones pero él era muy insistente y sabía que aunque le diera largas o buscara otras formas de explicarle, él se daría cuenta de esas lagunas, así que pensó que sería mejor decirle todo de una vez.

—Imagina que cada categoría es un país y tú quieres… ir de turista con los humanos para no comértelos ¿De acuerdo? Entonces para que te den permiso de estar en ese país, necesitas de un amigo humano que te avale y para que lo haga, tú tienes que cumplir ciertos lineamientos —explicaba lo mejor que podía— Al hacer el pacto conmigo como humana, seré quien te avala pero los lineamientos son que no puedes ser más fuerte que el humano más fuerte y yo no puedo ser más débil que el vampiro más débil. En pocas palabras, tu y yo nos nivelaríamos en poder.

—Es absurdo.

—Si vas a cruzar la frontera de un país, el país no va a dejar que seas una amenaza —señaló Karin usando aún se metáfora— El asunto es, que una bruja tiene más poder que una humana, así que si haces un pacto conmigo como humana, no vas a poder pelear contra tu hermano o la bruja que lo ayuda —contestó apenada— Pero si lo hacemos, tendrás mejor control del ansia y tus emociones se apaciguarán. Podrás pensar más claro.

—¡Lo que necesito es poder!

—¿Y de qué te sirve si no puedes usarlo con inteligencia? —señaló la chica y él quedó mudo.

—Mi hermano dijo que tenías edad para ser bruja pero aún así eras una aprendiz. Eso quiere decir que no debe faltarte mucho para conseguir el rango de bruja. ¿Qué te lo impide?

—Las brujas empezamos nuestra formación desde niñas y se supone que logremos convertirnos en una cuando tenemos nuestro primer periodo pero mamá, quien era mi maestra murió cuando yo aún era muy joven —contestó dolida— He podido seguir avanzando con mi formación gracias a su grimorio, pero no logro alcanzar el nivel porque se supone que las brujas maestras ayuden aportando energía a sus aprendices.

—¿Qué te da el título de bruja? —preguntó Sasuke tras un momento de silencio.

—Por lo regular, es la maestra que te entrena pero yo he tenido que recurrir a la naturaleza —él la miró confundido y ella sólo miraba las hojas del grimorio— Ya sé que puede sonarte extraño, pero finalmente la manipulamos a nuestro favor así que la naturaleza es quien da su visto bueno —soltó un suspiro pesado al recordar su último fallo— Irónicamente, pese a que las brujas manipulamos la naturaleza, no puedo hacer nada para engañarla para que me apruebe.

—Has una evaluación ahora —ordenó más que proponer— Lograste echar a mi hermano y lastimarme a mi con facilidad, debería ser suficiente.

—No puedo. Hay fechas para eso y fallé en mi última evaluación en la primavera —contestó Karin— Además, fue la barrera que mamá puso en la casa lo que nos defendió, yo sólo la activé.

—¿Y cuándo es la siguiente evaluación?

—En verano. Cada evaluación es durante los ciclos del sol.

—¿Verano? —preguntó Sasuke exasperado pues apenas hacía tres días habían entrado a primavera.

Karin bajó la mirada con frustración, ya era de por sí bastante malo no poder convertirse en bruja para seguir con el encargo de su familia y ahora también le estaba fallando al chico que le gustaba por el mismo motivo. Además, le resultaba desesperante que pese a esforzarse demasiado, sólo había percibido un avance en la última evaluación.

—Tuve mejoras, así que podría pasar la prueba la próxima vez —contestó Karin en un intento de consolarse— Y sé que tienes prisa, pero ellos no podrán hacernos nada con la barrera de mamá.

—¿No hay alguna forma de adelantar la prueba? —preguntó impaciente.

—Fallé la prueba hace tres días y aunque haberte paralizado hace rato por tanto tiempo ya es un logro, no creo que sea suficiente —contestó Karin tomando un pan de la mesa y le dio una mordida por la frustración— Y aunque tuviera la fuerza, no hay nada en el grimorio de mamá que diga que pueda adelantar la…

—¿Qué ocurre? —preguntó él cuando Karin no terminó la frase.

—¡No hay nada en el grimorio de mamá! —Sasuke la miró confundido y ella dió un salto de la silla, aunque tuvo que volver a sentarse por la debilidad— ¡Todo lo que he aprendido es del grimorio de mamá!

—¿Qué es un grimorio? —preguntó Sasuke, que, si bien entendía que se refería a ese libro grueso con letras extrañas, parecía no ser un artefacto común.

—Es como un diario, pero de hechizos —contestó ella esperando juntar fuerzas para poder levantarse, no sólo estaba débil por la sangre que Sasuke bebió de ella sino del hechizo— Aprendemos lo básico de manipulación de la naturaleza pero cada bruja tiene sus hechizos personalizados —decía emocionada— Podemos usar los hechizos de otras pero siempre es mejor diseñar los propios.

—¿Puedes diseñar un hechizo para adelantar tu prueba? Pensé que no podías manipular eso.

—No, yo no, pero quizá en otro grimorio haya algo que pueda ayudarnos —se levantó de nuevo de la silla aunque más lento para poder acercarse a la chimenea pero a mitad del camino, se tambaleó.

Sasuke se apresuró a ayudarla pero en el momento de tenerla en sus brazos, su olfato volvió a percibir el aroma de su sangre. Tomó el brazo de la chica que había mordido poco antes y se lo acercó a la boca.

—¡Sasuke! —chilló Karin porque sabía que no tenía la fuerza para detenerlo y por fortuna, fue suficiente para que él se detuviera.

La muñeca de la chica estaba a unos centímetros de su cara y no movía un solo músculo, porque su instinto peleaba con la razón.

—Vete —le ordenó porque sentía que si él intentaba alejarse, su cuerpo reaccionaría para morderla.

—No puedo. Me estás sosteniendo con mucha fuerza —contestó Karin al sentir que entre más él se resistía, más fuerte la agarraba al punto que comenzaba a lastimarla— Vas a tener que ser fuerte si quieres mantenerme viva.

—Tengo mucha sed.

—Sólo has bebido de mí y te has medido bien, es normal que no estés satisfecho.

—No vas a sobrevivir si vuelvo a morderte —aseguró no sólo por pensar que no podría detenerse, sino también porque ella estaba muy débil.

—Si muero, vas a quedarte atrapado por la barrera de mamá hasta que se desvanezca. Quedan al menos seis años para que ocurra —señaló Karin tratando de ayudarlo a controlarse— Porque no creo que la bruja que acompaña a tu hermano pueda deshacerla. Si lo hace, ni siquiera tendrás oportunidad de pelear.

Cerró los ojos tratando de concentrarse para alejarse. No quería tomar la vida de Karin, pero más importante aún, quería enfrentarse a su hermano para vengarse y sólo podía hacerlo con ayuda de ella.

Al tener los ojos cerrados, su sentido del olfato se agudizó y el aroma de los restos de sangre en la muñeca de Karin lo sedujeron.

Suavizó el agarre de la chica pero llevó el brazo de ella hasta su boca para olerlo y con dificultad se obligó sólo a lamer los restos.

—Eres muy dulce —le dijo lamiendo su piel en el área de los orificios— No se supone que me guste.

—Tus sentidos cambiaron —contestó Karin sonrojada y vieron el par de agujeros cerrarse al contacto con la saliva del chico.

—Dijiste que no podía curar heridas —gruñó molesto de no poder seguir saboreando la sangre de allí.

—Dije que tu sangre no podía curar y no sabía que tu saliva podía hacerlo —contestó Karin con sinceridad.

—Tu cuello —pidió con los dientes apretados y la pelirroja lo entendió de inmediato.

Ella levantó la cara y dejó que Sasuke viera las heridas que aún tenía de la primera mordida.

—Esta sangre ya está seca —señaló Karin pero a Sasuke no le importó. Quitó las costras y lamió la sangre que emanó hasta que la herida se cerró. Sin embargo, siguió pasando su lengua por el mismo sitio con desesperación al desear más.

Karin estaba sonrojada y lo dejó hacer esperando que él pudiera controlarse. Además, así ella podría concentrar sus energías en caso de que fallara.

—¿Tienes otros grimorios? —preguntó el chico aún olfateando su cuello. Hasta ahora, había podido distraerse de la sangre al hablar de otros temas.

—Te lo dije, mamá y yo no somos las únicas brujas de la familia.

—¿Sólo las mujeres son brujas?

—También hay brujos, pero son menos comunes.

—¿Por qué? —preguntó ansioso pues sentía que no estaba funcionando.

—Antes eran tan comunes como las brujas, pero cuando llegó tu religión, se fue perdiendo ese conocimiento cuando los obligaron a trabajar por horas en el campo —contaba Karin entendiendo lo que él intentaba hacer, pero no dejaba de temblar avergonzada de estar en una posición tan íntima con Sasuke a pesar de que sabía que su vida estaba en riesgo— Por supuesto, también disminuyó el número de brujas, pero les es más sencillo enseñar a las mujeres la magia porque se empieza desde la cocina.

—Dijiste que se les enseña desde jóvenes. ¿No podrían enseñarles a los niños antes de ser mandados a los campos?

—Los brujos enseñan a los niños y las brujas a las niñas, no puede ser al revés —sentía que le volvían las fuerzas, las suficientes para mantenerse en pie por sí sola.

—¿Por qué?

—Porque antes de conocer el exterior, primero debes conocer la naturaleza de tu propio cuerpo y no importa cuánto una persona estudie sobre el cuerpo de alguien del sexo opuesto, no lo puede conocer igual que alguien que lo tiene.

—¿Entonces es verdad que son lujuriosas? —preguntó al ser lo primero que llegó a su mente.

—¿Lo dice el que lame mi cuello y respira excitado? —replicó molesta por la acusación a pesar de que ella también se sentía igual por la cercanía, pero no iba a admitirlo.

—Lo mío es ansia —se defendió el chico también indignado por la acusación, a él le habían enseñado que la lujuria era un pecado y ni siquiera estaba seguro de cómo debía sentirse estar en ese estado.

—¿Cuándo has visto a un hambriento respirar así al tener un pedazo de carne al alcance? —señaló Karin consciente que esa excitación era una respuesta normal a la cercanía de sus cuerpos, aunque también le dolía que él no lo sintiera por ser ella.

—Estás equivocada. Tu misma dijiste que no puedes enseñarle a otro sobre el cuerpo que no tiene —dijo separándose de ella a regañadientes, porque aún quería beber, pero su orgullo pudo más para ayudarlo a alejarse— Tú no eres vampiro, no sabes cómo se siente tener esta sed, así que no confundas.

—¿Eso te enoja? —preguntó confundida y recordó algunas de esas reglas que esa religión suya profesaba.

—¡No soy un pecador! —declaró y Karin soltó una risilla que lo enojó aún más.

—Sentirse excitado no es pecado… Bien, tu religión dice que sí, pero es natural sentirlo —explicó Karin aún sonrojada y comenzó a caminar lentamente hacia la chimenea, aprovechando que el chico estaba distraído con su enfado— Si no nos sintiéramos excitados, no podríamos reproducirnos… no que nos reproduzcamos nosotros… tu y yo... —empezó a decir nerviosa— Me refiero a los humanos.

—Eres muy descarada —acusó el chico, no se suponía que una dama hablara tan abiertamente de esos temas.

—Yo no profeso tu religión, así que no estoy atada a esas reglas. Sin embargo, tú ya has violado varias, así que no entiendo por qué te indignas con esto —hizo un movimiento con su mano y apagó la chimenea. Hizo un segundo movimiento y de la chimenea comenzaron a salir varios libros de diferentes colores y tamaños que flotando se iban apilando en la mesa y alrededor— Si me lo preguntas, yo consideraría cambiar de creencias porque siendo vampiro, no podrás volver a la iglesia.

Sasuke miró sorprendido cómo esos libros salían de la chimenea y flotaban por la casa. Ya había visto algo similar cuando Karin cocinó pero era más impresionante ver la cantidad de libros que salían, como si alguien los arrojaran desde fuera.

—¿De dónde sacaste tantos?

—Son algunos de los grimorios de mis antepasados. No suelo sacarlos porque sigo las lecciones de mamá, pero no quiere decir que no pueda usar los demás —contestó Karin— Por lo regular, los hechizos importantes se repiten en todos los grimorios aunque personalizados, así que no es común consultar los grimorios más viejos —terminaban de acomodarse los últimos libros— Pero a veces hay cosas que dejan de ser útiles un tiempo y ya no se mencionan en los posteriores y se vuelven necesarias varios años después.

—¿Y crees que de verdad haya algo aquí para ayudarnos?

—Debería. Sólo saqué los grimorios que tienen que ver con vampiros y con entrenamientos con cambio elemental.

—¿Cambio elemental?

—Hay que encomendarse a un elemento para ser evaluado. Mi familia se ha encomendado al sol por años porque así obtenemos la fuerza para combatir la maldición de tu familia —explicaba acercando una silla a la mesa y sentándose en ella— De ahí se determinan los días de evaluación. Si encuentro una posibilidad de cambiar de elemento, podría evaluarme con más frecuencia, aunque no sabría cuál elegir.

—¿Cómo vas a encontrar lo que necesitamos entre tantos libros?

—Puedo hacerlo fácilmente con otro hechizo, pero aún sigo débil, así que sólo tengo poder para uno solo —señaló Karin y tras meditarlo brevemente, siguió hablando— Levantaré la barrera para que salgas a comer mientras yo me quedo a revisar manualmente. Cuando reúna más energía, usaré mi magia.

—Úsalo ahora —la detuvo con su voz.

—Necesitas beber más sangre. Entre más tiempo pases sin ella, más grande será tu ansia.

—Aun si usas tu hechizo seguirán siendo muchas cosas por leer —ignoró el tema de la ansiedad— Prefiero quedarme a ayudar a buscarlo.

—Estoy hablando enserio. Vas a terminar matándome si no comes lo suficiente —insistió Karin y el chico hizo un gesto de desagrado que ella no supo interpretar.

—Necesito de ti cuando vaya a comer —confesó Sasuke, pues hasta ahora, ella había podido detenerlo con su magia y distrayéndolo con temas de su interés— Tú puedes detenerme si me vuelvo loco.

—Entonces vayamos a que comas ahora y…

—Sigues débil. Tu misma dijiste que sólo puedes hacer un hechizo por ahora. Usémoslo para empezar a buscar. Me seguiré esforzando por controlarme —insistió el chico— Además, no es buena idea salir ahora. Aunque parezca que mi hermano se fue, podría estar aguardando en los alrededores.

Karin cotejó la situación y le dió la razón al chico. Además, ella también se había dado cuenta que con emociones fuertes o interés por algún tema, él podía distraerse y quizá esperando por información de los grimorios, sería suficiente para mantenerlo centrado.

—De acuerdo, lo haremos así, pero no hay mucho en lo que puedas ayudarme. Los grimorios están escritos en una lengua antigua que difícilmente creo que conozcas.

—Tal vez pueda identificar algo con imágenes.

—Quizá… ¡Ah ya sé! Te escribiré una palabra clave y podrás ayudarme a buscarla por discriminación de formas —sigirió Karin— Pero antes de dártela, necesito saber qué empezar a buscar —quedó pensativa— El cambio de elemento o sobre los vampiros.

—El cambio de elemento. Necesito que hagamos ese pacto lo antes posible.

—Bien —dijo Karin antes de empezar a decir, lo que Sasuke intuyó, serían palabras y los grimorios comenzaron a flotar. Cuando la pelirroja terminó, chasqueó los dedos y sólo algunos de los grimorios brillaban en partes específicas.

—Parece muy poca información —comentó el chico cuando notó que, cuánto mucho, habían diez grimorios brillando.

—No es de extrañar, como te dije, mi familia siempre se ha encomendado al sol, así que pensar en cambiar de elemento no era algo que se deseara —contestó Karin y tomó una hoja en la que escribió una palabra y se la extendió a Sasuke— Toma la mitad de los grimorios y yo la otra mitad. Si ves estos garabatos en las páginas que brillan, me los traes para revisarlos.

—¿Qué significa esto? —preguntó Sasuke tomando el papel con cautela y alejándose de ella.

—Ahí dice "ritual de cambio"

—¿Estás segura que tienes que hacer un ritual? —cuestionó al pensar que hay muchas formas de decir las cosas.

—Sin duda. La palabra ritual es muy usada en la jerga de las brujas y cuando nos encomendamos a un elemento hacemos un ritual. Es lógico que haya que hacer otro para cambiar de elemento.

Sasuke echó una mirada más a la escritura de Karin antes de tomar el grimorio brillante más alejado de la chica y comenzar su búsqueda.

Desde el primer momento en que el Uchiha abrió un grimorio, tuvo curiosidad de revisar más allá de las páginas que brillaban. Sin embargo, él se enfocó en su objetivo y repasó uno a uno los libros, entregando los correspondientes a la pelirroja, pero siendo que él solo buscaba los garabatos y Karin leía detenidamente, Sasuke terminó de revisar los grimorios primero.

Karin estaba tan concentrada leyendo los libros, que cuando el azabache se quedó sin nada qué hacer, no dudó en hojear los grimorios, tanto para saciar su curiosidad, como para evitar que el ansia lo dominara.

Había cosas muy diferentes en cada hoja y en cada libro, la mayoría de las páginas estaban llenas de lo que Sasuke intuía, eran palabras y algunas tenían dibujos, desde muy rústicos hasta los que podrían considerarse obras de arte, pero dada la falta de comprensión del idioma, y algunas ambigüedades en las ilustraciones, no había nada que llamara por completo su atención.

El único motivo por el que Sasuke continúo revisando páginas de grimorios, fue porque esa falta de interés estaba llevando a sus sentidos a prestar atención al latido del corazón de Karin.

Cada vez era más difícil para él obligarse a mantener la vista en los libros y cuando sintió que ya no podría soportarlo más, encontró lo que nunca se imaginó.

Allí, en uno de los grimorios más gruesos y viejos, había unas páginas con un montón de palabras que no entendía, pero en grande, vio dibujados los anillos de boda de sus padres. Al principio creyó que quizá era una coincidencia, pero recordó que Karin le había dicho cuando lo encontró, que esos anillos tenían un hechizo de protección, pero lo olvidó tras el asunto del vampirismo.

Miró a Karin unos instantes y cuando notó que seguía inmersa en lo que leía, él sacó los anillos del bolso de su pantalón para compararlos.

Con asombro, vio que eran los mismos. Dos anillos plateados con un pequeño rubí cada uno.

Aún sin entender las palabras, Sasuke había notado que varios de los escritos, cuando ilustraban algo, dedicaban más de una página a aquello que estaba dibujado, así que revisó las páginas anteriores y siguientes esperando encontrar algo más y si aún tenía dudas de que se trataba de los anillos de sus padres, las otras páginas se lo confirmaron.

Lo que más llamó la atención del chico, es que habían dos dibujos de la parte interior de los anillos, uno dónde estaban grabadas las palabras "Somos uno mismo", tal como él podía ver en los anillos originales y el otro dibujo con alguna frase en ese extraño idioma y que no era visible en los anillos que tenía. Sin embargo, no le cupo la menor duda de que eran los mismos y menos cuando en esas mismas páginas, estaba dibujado el escudo de su familia.

Cuando se volvió a Karin para preguntarle al respecto, la chica dio un salto de su silla.

—¡Lo encontré! ¡Si se puede! Aún tengo que entrenar, pero al menos no tengo que esperar meses —dijo sonriendo y cuando miró a Sasuke, él sostenía el grimorio mostrándole las ilustraciones y los anillos que sostenía con ayuda del pañuelo— Vaya, ya había imaginado que había sido magia de mi familia pero no sé me había ocurrido buscarlo.

—¿Qué dice? —preguntó muy serio y se acercó a entregarle el grimorio.

—Supongo que dice cómo y para quiénes fueron hechos —contestó Karin sin darle importancia, aún así tomó el libro para leerlo.

—Son al menos diez páginas dedicadas a los anillos —replicó Sasuke incrédulo.

—Ya te dije que los grimorios también son como diarios, tal vez venga la historia de quién se los encargó, con qué fin y para qué sirven. No es extraño.

—Quiero saber qué dice —insistió y Karin soltó un suspiro pesado. Le parecía innecesario ver la historia familiar de unos anillos de protección en lugar de aquello que les apremiaba.

—Aquí dice que… ¡Oh vaya! ¡Qué sorpresa!

—¿Qué dice? —preguntó enojado y curioso.

—Lo siento, me sorprendí cuando vi el nombre de Uchiha Maadara.

—En mi familia se cuenta que él fue quien mandó a hacer los anillos.

—Pues eso es lo que dice aquí. Dice "Uchiha Maadara ganó los rubíes en una competencia de cacería contra Senju Hashirama y me buscó a mí para consultarme si podía usarlos para un hechizo de protección. Al parecer, él sabía que su familia estaba maldita, pero ignoraba la forma y como estaba próximo a casarse, quería alguna forma de proteger a su prometida…"

—¿Conocías la historia? —interrumpió el chico.

—No con este detalle. Sabía que alguna de mis antepasadas le había dado a los Uchiha los anillos para protección, pero desconocía cómo lucían o que eran anillos de boda.

—Continúa —ordenó y Karin lo hizo de mala gana por el tono de voz en que se lo dijo.

—"Le sugerí que usara los rubíes para hacer alguna joya con plata, una que ella jamás se quitara y que apenas lo obtuviera, me lo trajera para hechizarlo."

"Me trajo un anillo de boda y decidí separarlo en dos. Él se enfureció, pero le hice saber que una boda puede convertirse en un pacto con los ingredientes adecuados y el uso de los anillos, ayudaría a mantenerlo unido a su prometida al tiempo que potencializaba la protección."

"Él aceptó mi discurso y pude ponerme a trabajar en los anillos, algo que duró un año entero de procesos"

"Ya que debían servir para protegerlos de los vampiros, inicié el hechizo con un ritual de sol y sangre durante un mes."

"Coloqué los anillos en el árbol más alto de diez de la mañana a tres de la tarde todos los días para que absorbieran la luz del sol, invocando su protección. El horario fue puntual para no interrumpir el ciclo de absorción, el cual es sensible en casos…"

—Sáltate el proceso —interrumpió el azabache, consciente de que no entendería nada.

—No creo que diga demasiado además del proceso —comentó Karin buscando lo que él le pedía y comenzó a pasar las hojas hasta que algo llamó su atención— ¡Qué interesante! ¿Esto es posible?

—¿Qué?

—Espera —le hizo un ademán para que la dejara leer mejor.

Karin no leyó todo con detalle, solo lo suficiente como para asegurarse que no había mal interpretado lo que revisaba y cuando llegó al final de lo referente a los anillos sonrió.

—¿Y?

—Contestando a tu pregunta sobre lo que no es referente al proceso, sólo está la última página que habla de lo que hacen los anillos y lo que pasó con el matrimonio de Maadara.

—¿Y qué dice? —preguntó exasperado.

—"... entregué los anillos a Maadara y al poco se casó, causando un gran desastre."

"Fue error mío no haberme asegurado que sus sentimientos fueran correspondidos para que el pacto de la boda fuera exitoso. Me dejé llevar por la motivación y optimismo de ese hombre y lamento profundamente que mi error lo haya herido."

"Los pactos fallidos toman muchas formas y los de amor son aún más feroces, pero el resultado de aquella boda fue uno que no esperaba. Sospecho que la causa fue el fuerte hechizo que vertí en los anillos, haciendo un daño de la misma proporción."

"Enumerando los daños en orden de ascendencia, se mencionan: problemas de riego en el Ducado; problemas financieros; habladurías exteriores sin fundamento; problemas de salud en la gente alrededor de los cónyuges y de ellos mismos; problemas de concepción y cambio de personalidad en Uchiha Maadara que perjudicó aún más a la familia."

"Reconozco mi responsabilidad y me dedicaré a pagar los males que mi descuido ha provocado, así mismo, tengo que dar una retribución. Encontraré la adecuada una vez que repare los males."

—¿Eso es todo? —preguntó Sasuke.

—De la historia sí. Sobre los efectos de los anillos se puede resumir que quien use uno de los anillos, se verá a salvo de cualquier poder vampírico, pero no de ser mordido. En cambio, si se usan en pacto como una boda, entonces los vampiros ni siquiera podrán tocar a quienes los usen y por ende, no pueden beber de ellos.

—Para haber sido un ritual tan largo, no suenan tan poderosos.

—¡Lo son! ¿Sabes? ¡Protegerse de un vampiro no es cosa fácil! —chilló Karin indignada por el comentario del chico— Además, están hechizados con sangre de tu familia, lo que los hace personalizados y también…

—¿Y también? —preguntó interesado.

—Tienen un hechizo de amor —él levantó una ceja— No es cualquier hechizo.

—Leíste que la esposa de Maadara no correspondió sus sentimientos. No parece que haya funcionado el hechizo.

—El hechizo de amor que tienen los anillos no son para enamorar a quienes los usan. Es un hechizo que sólo funciona si el pacto se hace adecuadamente.

—Tampoco entendí eso. Si se casaron ¿Por qué dice que el pacto falló?

—Un pacto debe hacerse por voluntad aceptando todas las condiciones. Dar y recibir de igual forma —explicaba Karin— En las bodas, uno de los juramentos que se hacen es amar a la otra persona y la prometida de Maadara, debió jurar en vano al estar obligada a casarse.

—¿De qué sirve un hechizo de amor en personas que ya se aman?

—Es un hechizo para que el amor perdure y para que la protección de los anillos se extienda a los frutos de su unión mientras se usen en pareja.

—Si es así, entonces…

—El hechizo es para proteger a los humanos de los vampiros, no de otros desastres. Si un vampiro te hace daño con un utensilio normal, los anillos no te protegen de eso —contestó Karin adivinando lo que él quería saber— El efecto de los anillos se anula cuando se convierten en vampiros, cuando se celebra una boda nueva con ellos o cuando la muerte separa a la pareja.

—Lo que leíste dice que hubo consecuencias en la familia porque el pacto no se hizo debidamente. ¿Ese efecto negativo perdura o tu antepasada lo corrigió?

—Buscaré si mi tatara tatarabuela le hizo algún cambio al hechizo, pero aunque no lo haya hecho, el efecto negativo se reinicia con cada nuevo portador —contestó Karin— Es decir, cada boda que se llevó a cabo con los anillos, es un pacto nuevo. Si la pareja se amó, estuvieron bendecidos y si no, atrajo negatividad a la familia.

Sasuke quedó sorprendido y miró los anillos. El jefe de mayordomos había sido quien lo escondió y le dió las joyas suplicándole que se pusiera el anillo y no se lo quitara. Él debía saber sobre los vampiros, de lo contrario ¿Cómo sabría que el anillo lo protegería? ¿Sólo lo sabía el mayordomo o sus padres lo sabían? Si sus padres sabían de la maldición ¿Por qué se quitaron los anillos? ¿Por qué no le dijeron nada de la maldición? ¿Itachi la conocía antes de irse al extranjero a estudiar?

Con el pañuelo de por medio, el Uchiha presionó los anillos con enojo. Habían muchas preguntas y sólo su hermano podría contestarlas. Necesitaba enfrentarlo cuanto antes.

—Sigamos con tu preparación de bruja —se centró en lo importante y prefirió dejar de lado el cambio que pudieran haberle hecho a los anillos. Después de todo, ni él ni su hermano, que eran los únicos Uchiha vivos, podrían usar los anillos ni habría descendencia.

—Necesito algo de tiempo para formular el ritual y debo revisar qué elemento es el que tiene el ciclo más rápido —contestó Karin dejando el grimorio— Me llevará algunas horas y tengo que conseguir algunos ingredientes en el pueblo. Haré todo eso en el día.

—No tenemos tiempo. Mañana vendrá mi hermano con la bruja —le recordó.

—Aunque trabaje desde ahora, necesito del sol para iniciar el ritual —informó Karin— Sería mejor acompañarte para que comas y seguir buscando información sobre los vampiros en los grimorios que nos pueda ser útil —intentó reprimir un bostezo— También necesito comer más. Te llevas mis nutrimentos con mi sangre.

—Escríbeme lo que necesites que busque, lo haré mientras comes y duermes.

—De acuerdo, pero vamos a que comas primero —se levantó de la silla dispuesta a bajar la barrera, pero Sasuke la tomó por la muñeca para detenerla.

—No comeré hasta que hagamos el pacto.

—Acabas de transformarte, aunque has tenido una voluntad fuerte para controlarte, no podrás hacerlo entre más tiempo dejes pasar sin comer —señaló Karin— Además, necesitas estar fuerte para cuando tú hermano vuelva, por lo menos para que puedas defenderte o huir.

—Mi hermano sigue allá afuera, y podría estar esperando por nosotros.

—Podemos usar…

—¡Karin! ¡No beberé hasta que pactemos!

—Es por eso que deberías comer —insistió— Si te gana el hambre vas a matarme y no tendrás con quién pactar. Si eso pasa te quedarás aquí encerrado y… —notó la renuencia en la mirada del chico y enseguida entendió por qué se rehusaba— No quieres saber lo que ha pasado con la casa y el pueblo.

—¿Qué habrá pasado? ¡Todo se quemó! —exclamó Sasuke y soltó a Karin para alejarse de ella— Eso ya no importa.

La mansión Uchiha había sido quemada la noche anterior y al principio, Sasuke había estado ansioso por ir a buscar ayuda, pero una vez que se enteró de la maldición y comprobó su existencia, su mente se había enfocado en ese nuevo mundo.

Cuando se transformó, no pudo ir a la mansión a recuperar los restos de sus padres, tanto por la lucha con el ansia como por la luz del sol y ahora no tenía ni idea de qué habría sido del caos de esa noche.

Por su expresión, Karin entendió que Sasuke debía sentirse avergonzado de no haber visto por sus padres primero y probablemente no se sentía con derecho de intentarlo.

—Debes ir a su funeral —murmuró, pero con sus sentidos agudizados, Sasuke logró oírla.

—¡¿Cómo?! ¿Tu crees que harán un funeral por la noche?

—Tal vez pueda encontrar algo en los grimorios que…

—¡Concéntrate en el pacto! No veré a mis padres, hasta que los vengue —declaró sentándose en los más alejado de la casa sin mirar a la chica.

Karin lo miró algunos segundos y comprendió que no podría hacerlo cambiar de opinión, pero se lo atribuyó a que quizá él temía tener esperanzas de ir a despedirse de sus padres y su maldición no lo dejara, por ello, la chica tomó papel y pluma nuevamente y escribió tres frases.

La pelirroja caminó a la chimenea y con los dedos tomó algunas cenizas con las que se dibujó un círculo en la frente, después, miró los grimorios y recitó un nuevo hechizo con el que la mayoría de los grimorios comenzaron a brillar en páginas específicas y se acercó al chico.

—Busca estas tres frases. Saldré a buscar algo de comer aunque parece ser que sólo podré alimentarme de frutas hasta que pueda ir al pueblo —él volteó y ella le entregó el papel— No tardaré demasiado y no te preocupes si viene alguien, la barrera no te dejará salir.

—Voy contigo. Si mi hermano está allá afuera…

—Llevo una barrera temporal —señaló la ceniza en su frente— Ni siquiera podrá olerme.

—Pero…

—Vamos, comienza a buscar —le señaló los grimorios— Esta vez son muchos.