Saludos nuevamente!
Hoy subí dos capítulos seguidos del fic, ya que el tema anterior Boda, correspondía a un día posterior al del tema de este capítulo, sin embargo, los invertí debido al orden de cómo fue surgiendo la historia.
Sin más, los dejo con la continuación n.n
Sasuke se centró en la búsqueda de aquellas frases que Karin le había escrito, ahora sin saber qué significaban, sin embargo, y en contra de su juicio tras la traición que había sufrido de su propio hermano, confiaba en ella.
Karin, por su parte, no tardó demasiado en volver tal como se lo había dicho al chico y mientras comía fruta, pan y lo que había quedado de sopa de la tarde, se puso a garabatear un montón de cosas en múltiples hojas mientras veía y releía los grimorios que correspondían al cambio de elemento y la de los anillos.
La concentración que el Uchiha prestó en la búsqueda que se le asignó, fue suficiente para evitar dejarse llevar por el ansia, pero cuando miró a Karin quedarse dormida en la mesa donde había estado trabajando, sintió como si la garganta se le hubiese cerrado por la resequedad. Lo extraño era que no podía olerla, pero su presencia le hacía saber que había sangre.
Por varias horas luchó para devolver su mente a la búsqueda, pero llegó al punto de que no pudo soportarlo más y se acercó a ella precipitadamente. Su mente aún tenía una pizca de razón, pero su cuerpo había actuado por intuición. Empero, cuando intentó tocar a Karin, salió disparado.
Apenas sintió el impulso, lo reconoció como la barrera de la casa. Ella había permanecido con el círculo de ceniza desde que se lo puso y seguramente eso la había protegido.
El impacto había sido suficiente para que él recuperara la razón pero no tan potente como cuando ella la activó en presencia de su hermano, así que pudo levantarse con cierta sensación de debilidad y al mismo tiempo se sentía tranquilo. Si el instinto volvía a impulsarlo a atacarla, al menos no podría tocarla. Sin embargo, ni siquiera tuvo tiempo de volver a caer en el ansia, porque al poco de haber vuelto a su trabajo, los gallos cantaron anunciando la llegada del sol y él, tras echar un vistazo a la chica, se metió al clóset.
Nueve de la mañana y Karin recién despertaba. Lo común en ella era levantarse al mismo tiempo que el sol, pero se había desvelado para formular el ritual que habría de completar, sin mencionar que todo el día anterior había sido muy agotador, sumado a la falta de sangre que tuvo.
Cuando despertó, lo primero que hizo fue buscar a Sasuke, pero si no estaba a la vista, sólo había un lugar en el que podía estar. Al recordar el círculo de ceniza en la frente, se llevó la mano a buscar la mancha pero ya no estaba.
Volteó al clóset con tristeza. La chimenea era una fuente de magia muy importante que sostenía la barrera del Ducado y la de su casa, las cenizas sólo eran residuos de esa magia que apenas funcionaban. Si el círculo en su frente ya no estaba, era porque Sasuke había intentado atacarla.
—Sé que no debería entristecer, no es algo fácil de controlar y tú lo estás haciendo bien —murmuró mirando el mueble— Pero voy a hacer lo mejor que pueda para ayudarte.
Lo primero que hizo Karin, fue ir al pueblo a conseguir víveres y algunas herramientas que iba a necesitar. Al volver, se preparó el desayuno y mientras lo comía, continuó el diseño de su hechizo, pues el cambio de elemento no sería un problema si seguía las instrucciones del grimorio, pero ella iba a hacer algo más para intentar ser aprobada. No iba a ser una tarea fácil, pero si su teoría era correcta, la cual basaba en el cómo se crearon los anillos de boda, entonces podría aprobar y finalmente volverse una bruja.
Todo el día, la pelirroja se mantuvo trabajando en el ritual y el hechizo, para cuando anocheció, volvió a colocar un círculo de ceniza en su frente y se acercó al clóset para despertar a Sasuke. De antemano sabía que para ese momento, él estaría más hambriento que nunca y que quizá, en esta ocasión, ni siquiera podría distraerlo alimentando su curiosidad. Empero, la falta de sangre y el impacto que debió sufrir de la ceniza debía haberlo debilitado, así que sería más sencillo manejarlo.
—¿Sasuke? —llamó y en el momento en que abrió la puerta, pudo ver al chico despertarse.
—Tengo sed —gruñó pero no se lanzó hacía ella de inmediato porque no podía oler la sangre de ella gracias a la ceniza.
—¿Aún quieres esperar al pacto?
Para Sasuke, era más sencillo controlarse si no podía olfatear la sangre de Karin, pero era un ser pensante y sabía que aunque no la oliera estaba a su alcance, así que sus deseos encontrados lo tenían inmóvil en el armario.
—Mi hermano…
—Aún no ha venido, pero pienso que deberías comer algo antes. Si estás débil…
—¡No!
—Necesito salir de la casa para hacer el ritual de cambio de elemento. Mientras lo hago, no puedo tener la barrera —comentó refiriéndose a las cenizas— Voy a quitar la barrera de la casa porque si llega a pasarme algo, te quedarás aquí encerrado.
—Iré contigo. Si mi hermano aparece podré hacer algo —aseguró— Sólo concéntrate en lograrlo y hacerlo rápido.
—No puedo apurarme… y tampoco creo que sea prudente que vayas —dijo sonrojada y desviando la mirada.
—Explícate.
—Debo bañarme en la caída de la cascada mientras haya luna y no puedo salir del río hasta que amanezca —contestó sin mirarlo— Si no toco el agua del río hasta que amanezca, no podré intentarlo hasta pasado mañana.
—Con mayor razón iré. Si ellos llegaran, no puedo dejar que te hagan nada. Aunque no tenga la misma fuerza que mi hermano, tú no puedes sola con ambos.
—Ya tengo un plan de distracción para ellos si llegan a encontrarme —comentó Karin aún avergonzada.
—Voy contigo —dijo en tono duro.
—Eres un pervertido —sentenció Karin sonrojada y Sasuke quedó confundido, pues su mente había estado mayormente enfocada en el asunto de su hermano— Te dije que voy a bañarme al río e insistes en ir.
—No era lo que pretendía —contestó tratando de conservar la calma aunque se sintió avergonzado por la acusación de la pelirroja.
—Es mejor si te quedas. Puedes seguir buscando en el resto de los libros las frases que te di —Karin cambió el tema— No busqué nada por el día porque me mantuve ocupada con el cambio de elemento.
—¡No! ¡Quiero! —insistió Sasuke y se arregló la voz recordando que se oía sospechoso— Me quedaré en los alrededores para vigilar.
—Estaré en la caída de la cascada, hay más probabilidades de que algún aldeano pase por allí y te descontroles —señaló Karin— Y deberás volver a la casa antes que yo para que los rayos del sol no te atrapen.
—Con mayor razón debería acompañarte. Si llega un humano y te ve… puede interrumpir el ritual —algo no le gustó de ese pensamiento.
Karin quedó muda, la idea de que cualquiera la viera desnuda no le agradaba, mucho menos alguien del pueblo, pues le traía malos recuerdos. Sin embargo, tampoco quería que Sasuke fuera con ella porque temía que él se descontrolara si alguien pasaba.
—Estaré bien.
—Yo voy, no voy a dejarte sola con mi hermano cerca… o cualquier otro —se le escapó en un susurro que ella no percibió.
—De acuerdo —aceptó Karin porque era más factible que su hermano llegara a la cabaña que a la caída de la cascada y temía que Sasuke hiciera alguna locura estando solo— Pero sin mirar —Sasuke tronó la lengua como si eso no le importara, pero ello le dejó cierta inquietud— Toma esa canasta.
La pelirroja le señaló una canasta grande sobre la mesa y ella tomó una más pequeña. Karin lanzó un poder a la chimenea y la puerta de la casa se abrió.
—¿Qué es todo esto? —preguntó el azabache cuando echó un vistazo a la canasta que tomó.
—Algunas cosas que necesitaré para el ritual y para hacer un círculo de protección en caso de que lleguen tu hermano y la bruja —contestó Karin y salió de la casa con Sasuke por detrás— Por cierto… hay algo que debo advertirte, no quiero que te ilusiones antes de tiempo —Sasuke la miró confundido mientras la seguía de lejos— Lo que haré hoy sólo es el cambio de elemento, la prueba para bruja no puedo tomarla el mismo día.
—¿Cuándo será?
—¿No me preguntarás qué elemento tomaré? —preguntó sorprendida de que esa no fuera su primera cuestión.
—Dijiste que tenías que estar bajo la Luna toda la noche y si el Sol es una opción, la Luna debe ser otra. ¿O es al agua?
—Mañana es Luna Llena —contestó Karin— Mañana puedo evaluarme —él no dijo nada— Pero no sé si pase.
—Vas a pasar —aseguró el chico.
—Ya te dije que las probabilidades son pocas, especialmente cuando hace tres días ya fallé una prueba.
—Para eso estudiaste el cómo se hicieron los anillos de mi familia ¿no? —señaló el chico que desde que dejó de pensar en lo que Karin haría como ritual, comenzaba a volver a sentir ansia— Hiciste un plan para eso.
—Te diste cuenta.
—Fue lo que más estuviste leyendo durante la noche antes de quedarte dormida.
—Tomé algunas ideas de ese hechizo, pero no puedo garantizar que funcione. Es decir, eso se hizo en un año, con objetos y en teoría, hacerlo sobre una persona debería tardar más. Sinteticé la idea esperando que pueda funcionar y aunque en general soy buena en formulaciones, mi poder quizá no dé para lograrlo.
—Confío en ti —aseguró el chico y Karin se sintió motivada, al mismo tiempo que presionada.
Tardaron media hora en llegar al lugar y Sasuke, aunque hambriento, lograba mantenerse firme en su control a falta del aroma de sangre y la distancia que guardaba con la pelirroja. Empero, pronto recordó que el estar allí, era estar cerca de donde estuvo su casa y se sintió distraído.
—¿Sasuke? —preguntó Karin preocupada de que hubiese percibido a alguien cerca. No era común que la gente del pueblo saliera de noche, pero tampoco era poco probable que ocurriera.
—Sólo apúrate —dijo sacudiendo la cabeza.
—Primero pondré la protección, así que ayúdame y coloca las velas de la canasta alrededor de la caída —pidió ella mientras de la canasta pequeña que ella llevaba, sacaba unos frascos y miró al cielo, este, estaba despejado y se veía una Luna casi llena y un montón de estrellas titilantes— Con esta luna y tantas estrellas, podría ganar bastante poder si aceptan mi cambio.
—¿Dónde piensas que coloque las velas donde sigue fluyendo el río y detrás de la cascada? —replicó notando el terreno.
—Donde fluye el río hay unas piedras que sobresalen —le señaló— Y detrás de la cascada debe haber otras —sacó las hojas donde había estado formulando su hechizo para darle un repaso— Procura que queden a la misma distancia entre ellas.
Sasuke sacó algunas velas gruesas de la canasta y mientras lo hacía, se preguntaba si Karin pretendía encenderlas. Es decir, seguramente la que quedara detrás de la cascada tendría que estar salpicándose por la caída del agua.
—La corriente es muy fuerte de noche, si entro, me llevará —señaló cuando pensaba cómo poner las velas más complicadas y recordando lo que le había ocurrido cuando murió— Tu tampoco podrás resistirlo.
—Ahora que eres vampiro tienes más fuerza física, así que si vas a poder —le señaló Karin sin voltearlo ver mientras veía sus hojas y Sasuke lo intentó, dándose cuenta que en efecto, aunque el caudal era fuerte, no lo movía— Si la corriente me lleva será porque no aceptaron mi cambio de elemento.
—¿Y así pretendías venir sola? —replicó Sasuke.
—Aunque tenga poco poder mágico soy bastante capaz de salvarme del río —aseguró Karin.
Karin hizo a Sasuke poner unas flores entre cada vela para seguir formando el círculo y cuando hubo terminado, ella se acercó a él lo suficiente para darle a entender que tenía algo que decirle.
—Aléjate lo suficiente para que no veas nada, pero mantente tan cerca como puedas de la caída —le indicó— Ya sabes que el pueblo está muy cerca y si te descontrolas tendré que elegir entre dejar mi puesto aquí o ir a pararte. Una vez que abandone el agua, se romperá el ritual —decía apesadumbrada, pues sabía que el que él estuviera cerca del pueblo era un gran riesgo— Si ves a tu hermano, al brujo o te sientes tentado a beber, regresa aquí y métete en el círculo.
—¿Estás segura? —preguntó Sasuke pensando más bien en el ritual, pero se sonrojó cuando vio que Karin lo hizo primero.
—Esta barrera no es tan fuerte como la de mi casa o el Ducado, pero puede darnos tiempo. Nadie más que tú o yo podremos entrar, por eso te hice poner las cosas —explicó Karin— Si el ansia te domina y logras venir aquí, puedo evitar que salgas, aunque no sé qué tanto pueda contenerte. Si mis cálculos son correctos, quizá pueda lograrlo el suficiente tiempo mientras se acepte mi cambio de elemento.
—¿No sería como quedarme encerrado contigo? —preguntó Sasuke— Tú serías mi presa.
—Ya te lo dije, si se acepta mi cambio de elemento, recibiré poder extra mientras dure el ritual. Incluso, si la bruja de tu hermano no es tan fuerte, podríamos defendernos durante un tiempo.
—¿Cómo es que preparaste todo esto si no querías que te acompañara?
—Porque eres terco —contestó Karin sin querer decirle que en realidad, debido a su falta de poder, el círculo perdería poder protegiendo a más de uno, pero no quería dejarlo a merced de sus enemigos o el ansia— Ahora vete, voy a desnudarme.
Sasuke se acomodó la voz tratando de disimular lo incómodo que le pareció la declaración y se alejó lo suficiente para no tener vista de ella.
Karin, por su parte, se acercó a la orilla del río, dejó los frascos que cargaba a un lado y comenzó a desvestirse. Mientras lo hacía, echaba vistazos de vez en cuando para asegurarse que ni Sasuke ni otra persona estuviera cerca y cuando quedó sin ninguna prenda, tomó un poco de agua del río y se lavó la frente donde llevaba un círculo de ceniza.
—Por favor, que esto funcione —pidió al aire antes de vertirse los frascos encima, uno por uno recitando un hechizo y cuando terminó, se metió al agua caminado y después nadando al centro del círculo dónde se reflejaban la Luna.
Inhaló aire profundamente antes de levantar las manos, lo que provocó que las velas se encendieran y que, a pesar de ser salpicadas, el agua no las pagaba. Una vez preparado el círculo, se puso a cantar el hechizo para su ritual y tomando agua del río, se dibujó en el cuerpo símbolos que brillaban antes de desaparecer en su cuerpo.
Finalmente, cuando todo estuvo listo, nadó hacia la cascada y dejó que el agua fría la bañara aún cantando y sólo salió de debajo de la caída cuando terminó su canción.
—Lo voy a lograr —susurró antes de ponerse a flotar en medio del río, donde levantó la vista y miró el cielo estrellado. Sería una noche larga resistiendo el frío de la noche.
Entre tanto, Sasuke se había alejado para caminar por los alrededores de la caída de la cascada un tanto inquieto, porque desde que Karin habló de estar en el río desnuda, no había podido quitarse de la mente esa imagen de sus senos por el escote cuando la mordió la primera vez.
Le costaba admitir que esa imagen había sido lo que lo había distraído más que cualquier otra cosa, evitando así su tentación de morderla, aunque al mismo tiempo le hacía recordar el sabor de su sangre. Y ahora que estaba vagando en los alrededores, no podía dejar de pensar que ella estaba a pocos metros de él sin nada de ropa.
¿Qué diablos pensaban las brujas en hacer algo tan alocado como lo era meterse al agua fría de noche desnudas? ¿Karin había tenido que hacer algo similar bajo el sol? ¿Ella no estaría temblando de frío? ¿Qué era…?
El aroma que reconocía de la sangre de Karin pasó por su nariz cuando ella se limpió el círculo de ceniza y aunque se mezcló con las pociones que ella se vertió, Sasuke aún podía discernir el aroma.
Antes, él había sentido que su cuerpo se comía desde dentro por el hambre, pero ahora, el ansia era cien veces peor.
Obligándose a retroceder para sacar de su rango olfativo el dulce aroma y evitar correr a comer de la pelirroja, se acercó al pueblo sin darse cuenta y pudo sentir el aroma de diferentes tipos de sangre en el aire. Desde donde estaba, quizá no podía ver aún el pueblo, pero los aromas delataban su proximidad.
Resultó muy confuso y curioso para Sasuke el sentir todos esos nuevos aromas, porque aunque olían bastante bien y el hambre le decía que fuera a probar, lo que lo había detenido en correr a saciarse, era que ninguno de esos olores le resultaba tan tentador como el que le provocaba la sangre de la pelirroja.
Aprovechando esa confusión, se alejó del pueblo, no sólo para evitar correr a comer, sino para que nadie lo fuera a ver y logró alejarse lo suficiente para evitar que el aroma de Karin o la de los demás plebeyos, siguiera llamándolo.
Sasuke ya no se movió de aquella zona por un tiempo, se sentía seguro porque podía controlarse, pero mientras el tiempo pasaba, el ansia crecía al punto de querer buscar comida y a la vez, no dejaba de preguntarse si Karin estaba segura.
¿Y si su hermano o la bruja ya la habían encontrado? ¿Y si iba a buscar algo de comer? ¿Y si la protección de Karin no había funcionado contra sus enemigos? ¿Y si buscaba a un moribundo? ¿Y qué tal si ella fue arrastrada por el río? ¿Y si se acercaba a la cascada para comprobar por el aroma que ella seguía allí?
La última pregunta se la hizo mientras sus pasos ya lo dirigían a la cascada, dándole tranquilidad a su mente cuando percibió el aroma fresco y dulce de Karin en el lugar donde la había dejado. Sin embargo, ello no apaciguó el instinto que alimentaba su ansia, por lo que sus pasos continuaron cada vez más a prisa hasta que llegó al río.
A primera vista, Karin no parecía estar, pero él podía olerla y necesitaba beber. Corrió hasta la orilla del río para encontrarla y justo en ese momento la vio salir de detrás de la cascada.
Pese a su ansia por la sangre, Sasuke quedó en shock al verla, pues era la primera vez que veía a una mujer completamente desnuda y si bien el aroma resultaba atrayente, quiso seguir mirando.
—¡Sasuke! —exclamó Karin asustada y avergonzada y enseguida se dejó caer al agua para cubrirse
Karin ya llevaba algunas horas en el agua, por lo que a veces se sentaba, a veces estiraba las piernas y otras veces se metía bajo la caída para despertarse cuando sentía que el sueño la invadía, pero en ningún momento creyó que Sasuke volvería y la miraría con tanto descaro.
No era que le molestara que fuera Sasuke, sino más bien que se sentía extraña porque no había otros hombres que la hubiesen visto así y siempre estaba la inseguridad de si era suficientemente atractiva para él.
—¿Viste a tu hermano? ¿Te encontraste con alguien? —ella preguntó con el agua hasta el cuello cuando el Uchiha no dijo nada y siguió avanzando hasta ella metiéndose al río con todo y ropa— ¿Sasuke? —fue lo único que alcanzó a decir, antes de notar que él la presionaba contra su cuerpo mientras su cara estaba hundida en su cuello— Te dije que debías comer.
Quiso levantar la mano dispuesta a hacer un hechizo para paralizarlo mientras ella hablaba, pero Sasuke la agarró de la muñeca mientras acariciaba su cuello con los dientes y con la otra mano la presionaba más contra su cuerpo, quedando la otra mano de la chica inmovilizada por el agarre.
Karin podía sentir que la ansiedad de él era mayor incluso que la primera vez que la mordió, pero pese a ello, el Uchiha seguía conteniéndose.
—No voy a lograrlo —decía pegada a su cuello y evitando que ella siquiera pudiera mover las manos— Detenme.
—Necesito que me sueltes la mano —le susurró la pelirroja revolviéndose entre sus brazos, pero Sasuke no se movió.
—No.
Siendo aprendiz, Karin aún no podía hacer conjuros tan complejos sin usar sus manos o largos cánticos, así que mientras estuviera atrapada de esa forma, no podría defenderse. Pensando en ello y sintiendo la respiración pesada del chico que seguía con los dientes contra su piel, la pelirroja recordó lo indignado que él se sintió cuando ella lo llamó pervertido y, aunque sabía que él estaba en una etapa de ansiedad más intensa, decidió usar el tema para tratar de enojarlo y hacerlo retroceder.
—Comienzo a creer que te excusas con la ansiedad para tocarme —señaló sonrojada— Un caballero no debería espiar ni sujetar así a una dama cuando se baña.
—De verdad tengo sed —contestó Sasuke, pero la idea de saberla desnuda ayudó a suavizar el agarre de su muñeca, sin embargo, Karin no se liberó de inmediato por temor a que un movimiento brusco, lo pusiera en alerta y ella no podría competir con su velocidad.
—Si quieres, puedes tocar donde quieras —ofreció nerviosa al recordar que cuando él la tachó de descarada, se alejó. Necesitaba incomodarlo lo suficiente para poder usar sus poderes, pero en su lugar, él le tomó la palabra y bajó la mano con la que la sostenía por la espalda hasta su trasero— No sé supone que…
Iba a replicarle, pero soltó un gritito cuando sintió los dientes de él sujetar la piel de su cuello. Ella podía sentir cómo luchaba para no perforar su piel, pero antes de poder pensar en algo para soltarse y defenderse, Sasuke finalmente mordió con suficiente fuerza para succionar su sangre.
A pesar de sentir que el ansia de Sasuke era mayor que las veces anteriores, Karin podía percibir que ésta mordida era diferente, porque a veces succionaba con violencia y en otras paraba y luchaba por alejarse.
Karin sabía poco de los vampiros en comparación a su madre debido a la falta de tiempo de la mujer para explicarle todo, pero entre las cosas que sí conocía, era que sólo aquellos de voluntad fuerte o los que tenían una obsesión distinta de los instintos vampíricos, eran los que podían aprender a lidiar con el ansia con más facilidad.
Sasuke había estado demostrando resistencia varias veces y todas esas ocasiones, salvo la relacionada a su indignación por acusarlo de pervertido, habían tenido que ver con la venganza hacia su hermano. Si lograba pensar en algo que decir sobre el tema, tendría que ser más efectivo que su intento anterior.
—Tu hermano está allí —mintió pero Sasuke no la soltó cuando volteó buscando a su hermano. Aún así, Karin se revolvió entre sus brazos para tratar de soltarse, pero él la sostenía con mucha fuerza, la única razón por la que ahora no la lastimaba, era porque el ritual le permitía tener más resistencia.
Sasuke aún estaba sediento cuando la pelirroja lo hizo voltear buscando a su hermano, pero la idea de ver a su hermano lo trajo a la razón brevemente, por lo menos, hasta que Karin se revolvió para librarse.
El Uchiha la tenía tan pegada a su cuerpo, que los movimientos por zafarse de Karin surtieron efecto, aunque no fuera la intención, en el cuerpo masculino. Además, ese brillo de cordura que obtuvo el chico para buscar a su hermano, se convirtió en conciencia de saber que sujetaba contra su cuerpo a la primera mujer que había visto desnuda y además, la primera que tocaba de esa forma.
—¡Suéltame! —exclamó Karin cuando notó que él había recuperado la consciencia sin dejar de luchar, pero enseguida, sus mejillas se sonrojaron, porque notó la reacción bajo la ropa del chico— ¡Sasuke!
Vio en sus ojos el cambio de mirada de la lucidez al arrebato antes de que Sasuke no sólo volviera a morder su cuello, sino que ahora, presionaba con más fuerza su trasero para frotar sus sexos y con la otra, la tomaba por la espalda para no dejarla ir.
No esperaba esa acción del chico, por lo que le tomó unos segundos a Karin darse cuenta que sus manos ya estaban libres y tardó un un par de segundos más forzarse a lanzar su hechizo, pues se le escapaban algunos gemidos por los frotamientos. Sin embargo, tuvo que deshacer el hechizo de parálisis de inmediato, porque comenzaron a hundirse en el agua, pues el cuerpo de Sasuke contaba como un cadáver sin aire ni gases que le permitieran flotar sin nadar.
—¡Basta! ¡Voy a desmayarme! —gimió a pesar de que su voz comenzaba a delatar la falta de fuerza por la pérdida de la sangre.
—Aún tengo sed y siento el cuerpo hervirme —contestó con voz pesada dejando de morder.
Había bebido suficiente para pelear contra su ansia y despegar los dientes de la piel de la chica, pero había una sensación extraña en su cuerpo muy parecida a la sed por la sangre que no le permitía alejarse.
—¡Estás excitado! —contestó ella muy consciente de la situación porque a pesar de haber dejado de morderla, él aún se frotaba contra ella— ¡Eso es…!
Karin lo recordó. Los seres sobrenaturales solían tener características de los humanos y los animales, es decir, podían razonar, planear e inventar como los humanos, pero podían dejarse llevar por los instintos con casi la misma facilidad que los animales a causa de sus sentidos más agudos. Ésta última característica los acercaba más a los animales cuando recién estaban convertidos, por eso la ansiedad, que partía del instinto de supervivencia, era terrible y cuando superaban esa etapa, se acercaban más a los humanos.
La reproducción era parte de los instintos básicos y aunque los vampiros no procreaban de la misma forma que los humanos, si es que así podía llamarse, su cuerpo seguía siendo similar, así que el instinto sexual permanecía de la misma forma y muchas veces se combinaba y confundía con el hambre a causa del aroma*.
—Quiero más —gruñó Sasuke y Karin no sabía si se refería a la sangre o a su cuerpo, pero si él quedaba complacido en lo sexual, quizá podría sentirse satisfecho con la sangre y no tendría que agotar su poder paralizándolo.
—Quítate el pantalón —le dijo sonrojada.
—No quiero separarme.
—Te sentirás más cómodo si lo haces sin el pantalón —insistió Karin jadeando— Vamos a tener sexo.
—Descarada... —él gimió.
—No tienes derecho a decirme eso cuando eres tú el que se frota en mi entrepierna y no deja de manosearme el trasero —replicó ella avergonzada y dando suaves gemidos— Sólo haz lo que te digo. La excitación la confundes con la ansiedad, cuando quedes satisfecho, vas a poder detenerte —abrazó a Sasuke— Sólo recuerda que no debo dejar el río. Al menos una parte de mi cuerpo debe seguir en el agua para no interrumpir el ritual.
—Tonterías —bufó antes de volver a morder su cuello, aunque no succionó.
—No puedo paralizarte sin hundirme contigo mientras me sostienes y aún si no nos hundiésemos, no podría paralizarte hasta el amanecer porque el sol te mataría —contestó entre gemidos, porque él no detenía sus caderas y ella misma había iniciado a seguirle el ritmo— Si tengo razón, ambos sobreviviremos, si me equivoco, yo seré la que muera sin importar si lo hacemos o no.
Sasuke quiso separarse para que ella pudiera paralizarlo y evitar hundirla, pero a pesar de intentarlo, ni siquiera podía decirle su plan. Ante la falta de palabras del Uchiha, Karin buscó la forma de desnudarlo sin éxito, él la tenía muy pegada a su cuerpo.
Cuando finalmente la excitación y la ansiedad ganaron sobre la razón del Uchiha, éste se deshizo de la ropa a gran velocidad y en poco tiempo tenía a la chica de nuevo entre sus brazos frotando su miembro en la entrepierna de ella.
—Se supone que entres —gimió Karin abrazándolo.
—¿Dónde? —gruñó el chico que, por causa de su educación religiosa, poco sabía del tema y al mismo tiempo, esos prejuicios seguían reteniéndolo, evitando tocar y besar más allá de lo que hacía.
—Déjame acomodarte —bufó Karin gimiendo y metió la mano entre ellos para sostener el miembro masculino— Empuja suave —le dijo antes de poner la cabeza en la entrada, pero él estaba demasiado ansioso que no esperó y no sólo empujó sosteniéndola con fuerza por el trasero, sino que mordió su cuello— ¡Ay! ¡Sé más suave!
Pero Sasuke no podía ser suave. Una vez sintió que estaba dentro de ella sus caderas comenzaron a moverse para dar inicio a un vaivén brusco que iba acorde al placer que las sensaciones le causaban, al mismo tiempo bebía de ella, aunque de forma torpe por el movimiento de sus cuerpos.
A Karin le dolía. Sasuke no tenía consideración y aunque ella ya intuía desde que aceptó que él no podría ser atento con ella en esa situación debido a sus instintos descontrolados, esperaba poder soportarlo mejor. Empero, era más doloroso de lo que imaginaba y no pudo evitar soltar algunas lágrimas.
En cuanto a Sasuke, sus prejuicios se esfumaron cuando desde el momento en que ella tomó su miembro para acomodarlo en su entrada. Al tiempo de penetrarla por primera vez, volvió a morderla y sintió un cambio de sabor en su sangre.
Bebió un poco más de esa nueva sangre que, si bien seguía siendo deliciosa, le era difícil saber cuál prefería y dejó de morderla después de unos instantes para concentrar en sus movimientos.
Conforme él aumentaba el ritmo, para ella era más doloroso y el placer, el poco que había, se veía opacado por la violencia con que la arremetía. Sin embargo, la acción no iba a durar para siempre y cuando el chico finalmente se corrió, notó las lágrimas de su rostro.
—Bésame —ella le pidió agitada y aún con lágrimas en los ojos y él, aún excitado pero con algo más de consciencia, se sentía contrariado— Sasuke.
La besó porque no sabía qué más hacer.
—Necesito más —le dijo entre besos y ella respiró hondo sin poder responder enseguida.
—Déjame sentarme un momento —le pidió— ¿Puedes esperar un poco?
Sasuke no contestó porque no se sentía capaz de esperar demasiado y en su lugar, aún sin salir de ella, nadó cerca de la orilla donde había una piedra de río bastante grande con una superficie plana en plano inclinado y la sentó allí. Sólo las piernas de Karin quedaban dentro del agua y cuando regañadientes salió de ella, vio que de su abertura se escurrió un líquido blanco y espeso junto a una mancha de sangre.
Karin no tuvo tiempo de darse cuenta de aquello que había salido de su cuerpo cuando el chico ya había hundido su rostro entre sus piernas para beberse la sangre.
Aquella mancha olía y sabía igual que la sangre de Karin antes de haber cambiado de sabor, por ello, Sasuke no pudo resistirse a tomarla antes de que tocara el agua y se desvaneciera y una vez que la bebió, metió la lengua por el orificio por el que había salido esperando encontrar más.
—¿Qué haces? —gimió Karin quedando recostada en la piedra y sintiendo cómo los dedos de él se hundían de nuevo en su trasero mientras su lengua buscaba y rebuscaba dentro de ella.
El Uchiha siguió insistente, pues saboreaba algunos residuos de sangre que su lengua encontraba, pero también encontró un líquido diferente que aumentaba cada que ella gemía. Ese líquido tenía un sabor muy bueno. No era dulce ni mejor que la sangre, pero también satisfacía su sed en menor medida, así que no dudó en seguir explorando.
—Quiero más —apenas se oyó su voz ahogada en la actividad de su lengua.
—Sasuke, más arriba —pidió ella gimiendo y ahora sí sentía placer— En la bolita rosa —pero el insistía en jugar por dentro— Confía en mí —pidió Karin y Sasuke tardó un poco más en hacerle caso, pero en cuanto él lamió lo que se le indicó, pudo saborear más de aquél líquido— Sólo no vayas a morder.
Karin habló a tiempo, porque él se veía tentado a morder aquél pedacito de carne que hacía temblar a la chica cada vez que él lo lamía y succionaba. Incluso podía sentir más cooperación porque ella agitaba sus caderas contra su boca.
Minutos más tarde, tras espasmos y gemidos, la chica se corrió mientras echaba la cabeza hacia atrás mirando el cielo estrellado y se vio asaltada por más estimulaciones cuando el chico bebió como loco aquello que fluyó de ella.
Eso no había dolido como lo primero, Karin lo había disfrutado bastante y apenas podía recuperar el aliento porque Sasuke no dejaba de recoger residuos con la lengua. Sin embargo, ella lo empujó con el pie.
—Necesito respirar —pidió ella agitada acostada sobre la roca, cuidando que sus piernas permanecieran dentro del río. Soltó una risilla pensando que podía ver estrellas aún sin mirar el cielo.
Sasuke estaba ansioso, pero ya no por comer y tampoco de forma desmedida como cuando la había sujetado, era más bien un deseo similar al que tendría cualquier humano en una situación como la que estaba viviendo siendo su primera vez.
—Quiero hacerlo otra vez —dijo en voz ronca que casi sonaba a una orden y sin esperar respuesta, tomó a la chica por las caderas dispuesto a acomodarse sobre ella cuando una risa llamó la atención de ambos.
—Entonces si eres una Uzumaki —un hombre de extraño color de piel llegó caminando. Al lado de este desconocido apareció Itachi— Me pregunto si eres astuta o estúpida.
—¡Largo! —gritó Karin avergonzada y sujetó a Sasuke para que su cuerpo cubriera su desnudez. Por su parte, el joven Uchiha había estado a punto de correr hacia Itachi para atacarlo, pero cuando sintió las manos de la chica, le nació un extraño sentimiento que no le permitió irse.
—¿Quién eres tú? —preguntó Sasuke al extraño que acompañaba a su hermano y pegó su cuerpo al de la chica para cubrirla, no quería que ellos la vieran— ¿Qué hacen aquí?
—Me llamo Hoshigaki Kisame —se presentó el hombre— Soy un brujo.
—Les dije que volvería con mi compañero —habló Itachi sin darle mucha importancia a la escena— No nos iremos hasta que nos digan lo que queremos saber.
—¿Hoshigaki? ¿Eres parte de los brujos de Kirigakure? —preguntó Karin en voz alta, había oído el nombre.
—Veo que conoces de mi familia. No esperaría menos de una Uzumaki aunque sea una aprendiz tan lenta.
—¡Largo de aquí! ¡No van a tocarla! —exclamó Sasuke.
—No podemos dejarla ir. Ella tiene la información que necesitamos —contestó el brujo para luego mirar a su compañero— Vas a tener que ponerte rudo con tu hermanito, porque un vampiro en celo es muy agresivo —señaló el hombre— No vayas a matarlo aún, nos será útil con ella.
—No vayas a moverte —Karin le murmuró al oído cuando alcanzó a distinguir que Itachi caminaba hacia el río— Recuerda que aún está la barrera —él tenía una expresión feroz al ver a su hermano acercarse— Si llega a cruzarla, lo paralizaré y podrás huir.
—La barrera de una aprendiz no se compara en nada a la de tu casa —señaló Itachi mientras caminaba— Tampoco podrás paralizarme gracias al pacto que tengo.
—Podemos dejarlos seguir con su diversión si me dices dónde está la lágrima de la diosa —propuso Kisame e Itachi se detuvo a oír la respuesta cuando estaba a un paso de entrar al río.
—¿Sabes las consecuencias de tocar esa joya? —Karin le recriminó al brujo y este sonrió.
Espero que les haya gustado esta doble actualización y aunque haya terminado el SasuKarin Month, estaré actualizando esta historia en cuanto me sea posible n.n
