¡Saludos queridos lectores!
Este fin de semana, le toca actualización a esta historia. Por ahora no tengo mucho que decir más que que este capítulo corresponde al Día 26: Promesa del SasuKarin Month Junio 2021
Sin más, los dejo con la actualización n.n
Cualquier intención, aunque fuera débil, de matar a Sasuke, a Karin se le fue de las manos cuando recordó aquellas palabras de advertencia, pues esperaba que aquello fuera una luz de esperanza a la cual aferrarse para no tener que hacer lo que más temía.
El momento de distracción de la pelirroja, fue suficiente para que Sasuke saliera a gran velocidad del armario, tomando a Karin entre sus brazos y hundiendo la cara en su cuello.
—Tengo mucha sed —Sasuke murmuró antes de clavar sus dientes en el cuello de la chica y ella soltó un gritito.
—No puedes beber tanto como ayer —Karin decía entre gemidos de dolor, pero sin luchar para soltarse— Los poderes de ayer fueron temporales.
—Más —dijo aún con la boca pegada a su cuello.
—Si muero, no podremos hacer el pacto y no lograrás enfrentarte a tu hermano —habló Karin esperanzada de que al recordar su meta más grande, él pudiera recuperar la razón a diferencia de los vampiros que su antepasada había puesto a prueba— Mi examen para convertirme en bruja será mañana por la noche, quizá así…
Mientras Karin hablaba, Sasuke había continuado succionando su sangre, pero de una u otra forma las palabras funcionaron porque aunque no tenía la voluntad de dejar de perforar la blanca piel de la chica, si había dejado de sorber el líquido que emanaba cuando ella le recordó lo de su examen.
—Eres deliciosa… —murmuró suspirando pesadamente sin moverse de la posición. Ella se sonrojó, pero luchó por mantener la calma.
—¿Qué te importa más? Puedes seguir bebiendo de mi hasta que muera y ya no haya más sangre o puedes soltarme y podemos empezar a planear tu venganza —Karin insistía en tocar todos esos temas que anteriormente habían detenido al chico y podía notar cómo él luchaba contra su instinto, pero el hecho de que ni siquiera pudiera despegar sus dientes de su cuello, indicaba la dificultad de la situación— Aún tenemos cosas que buscar sobre los vampiros y tú hermano y su compañero deben estar rondando afuera porque ayer no pudieron acercarse a nosotros.
Aún cuando Karin no podía ver la expresión en su rostro, sabía que Sasuke luchaba por alejarse y concentrarse en sus aspiraciones, porque él la tomaba con fuerza y el único motivo por el que no la lastimaba, era porque ella estaba usando un hechizo para resistirlo.
—No puedo alejarme… —gruñía con frustración.
—Entonces no lo hagas —Karin levantó un brazo, el único que le había quedado libre tras el abrazo de Sasuke y comenzó a jugar con su cabello como lo había hecho en la cascada para tratar de tranquilizarlo.
—Karin…
—No me separaré de ti, pero suelta tu agarre. Podemos quedarnos así tanto como quieras, pero debemos concentrarnos en tu venganza.
La respiración agitada del chico seguía delatando lo difícil que le era relajarse y mientras él luchaba con ese instinto, ella suplicaba para que él, a diferencia de los vampiros que su antepasada observó, pudiera controlarse.
—¿Qué tienes en mente? —Sasuke se forzó a preguntar, porque sabía que sus instintos aún lo empujaban a sus deseos.
—Aún debemos leer los grimorios que tenemos pendientes, pero de momento sólo se me ocurre ponerles una trampa —ella le hablaba fingiendo que estaba tranquila y que no pasaba nada esperando que ello ayudara al chico a controlarse, pero aún temía equivocarse— Ellos buscan la joya de la Diosa y ese brujo está convencido de que yo sé dónde está. Podría fingir que lo sé.
—Será peligroso si descubren que mientes —lamía su cuello con ansiedad.
—Sólo será para hacer tiempo mientras paso mi prueba y hacemos el pacto —sintió que el agarre del chico se aflojó un poco y con movimientos lentos, liberó su otro brazo y lo abrazó— Cuando hagamos el pacto y si mi ritual fue exitoso, seremos más fuertes que ellos.
—¿Y si no funciona? —preguntó abrazándola y aprovechando el abrazo para pegarla a su cuerpo.
—Mientras me convierta en bruja, tendremos alguna oportunidad. Sólo debemos ser astutos —respondió Karin notando que él estaba logrando conseguir controlar su sed de sangre, pero comenzaba a excitarse— Por otro lado, si llego a fallar de nuevo en la prueba… bueno, quizá sea mejor que busques a otra…
—Sólo puedes ser tú —Sasuke haló los cintos de la blusa de la pelirroja para abrir más su escote— No quiero a otra.
—También tienes que aprender a controlar tu excitación. Eres muy agresivo para aguantarte el ritmo sin el ritual —advirtió la chica tratando de conservar la calma, especialmente porque aunque sabía que aquellas palabras se referían a ser su compañera bruja, la forma y la situación en la que se lo decía, parecía algo más— Además, ya te dije que debemos revisar los grimorios y no podremos hacerlo si nos distraemos.
—Si no puedo beber tu sangre al menos quiero un poco de lo que sale de entre tus piernas —pidió en voz ronca antes de sujetarla del trasero para frotar su pelvis con la de ella sin dejar de olisquear y lamer su cuello— Después podremos trabajar todo lo que quieras en lo que sea que estás buscando.
Karin supo que Sasuke volvía a perderse en sus instintos no sólo porque parecía haber olvidado que todo lo que estaban haciendo era por él, sino porque cuando terminó de hablar, le levantó la falda de un costado y tiró del calzón rompiéndolo.
—De verdad, Sasuke. Tienes que controlarte —pidió la chica dando suaves gemidos porque no podía ignorar los roces— Sólo será una vez. No podré darle más soporte mágico a mi cuerpo después de eso —ella le quitó la camisa con algo de dificultad porque él no se despegaba de ella— Al menos vamos a la cama, por favor.
Uchiha cedió a la petición de la chica a regañadientes, pues si quería proseguir con su labor, debía deshacerse del pantalón y calzón.
—Sólo tú puedes satisfacerme —le dijo cuando estaba sobre de ella en la cama. Ni siquiera la desnudó porque bastó con levantarle la falda para ponerse entre sus piernas y penetrarla con el mismo ímpetu que la noche anterior.
—¡No tan fuerte! —suplicó la pelirroja. Seguía doliendo la forma en que él la penetraba y es que él, en su delirio, sólo pensaba en su satisfacción y no en el de ella— Trata de controlarte —pedía sintiendo la boca del chico que recorría su cuello— Duele.
Cuando Sasuke finalmente terminó, no perdió el tiempo en meter la cabeza entre las piernas de la chica esperando poder saborearla y aunque inicialmente esperaba poder probar de nuevo la sangre virginal sin éxito, no quedó decepcionado del sabor que los fluidos que ella expulsaba tenían, especialmente aquellos que aparecieron en el climax de la joven.
—Ya has terminado —decía Karin agitada y tratando de recuperarse del placer que la lengua del chico le proporcionó— Debemos seguir con…
—Necesito más —pidió el chico queriendo acomodarse de nuevo para penetrarla.
—Basta, te dije que no puedo darme más soporte —pidió ella temerosa de que su antepasada tuviera razón.
—Un poco más —insistió él a punto de entrar entre sus piernas, pero la pelirroja usó sus poderes para detenerlo.
—Necesito que recuperes la cordura, Sasuke. Si sigues así, no me vas a dejar otra opción —le suplicaba temerosa de que los Uchiha fueran más difíciles de controlar como decía el grimorio— Sólo tienes que aguantar hasta que me convierta en bruja y cuando hagamos el pacto, podrás controlarte.
—Quema —dijo con dificultad, pues la parálisis y la ansiedad le dificultaban el habla.
—Inténtalo. ¿Si? Te daré de mi sangre, o lo volveremos a hacer más tarde. Haremos lo que tu quieras, pero sólo trata de controlarte una hora. ¿Puedes?
—Es mucho.
—Piensa en tu venganza. Dime ¿qué planeas hacer una vez que hagamos el pacto? ¿Sabes dónde se esconde tu hermano?
—No sé. Tengo sed.
—Estuve leyendo el grimorio de una de mis antepasadas y tiene muchas cosas útiles que podemos usar para tu venganza, por ejemplo, hay una forma para rastrear vampiros. Su método es sólo para encontrar a los vampiros más cercanos de la zona, pero creo que puedo adaptarlo —decía Karin esperando que hablar del tema lo distrajera lo suficiente aún cuando por la parálisis, él había terminado encima de ella— Tu y tu hermano son los únicos dentro de la barrera del ducado, así que en teoría, no necesitaría adaptarlo, pero también he pensando que quizá se oculten fuera del ducado. Si mi fórmula resulta, podría encontrar a tu hermano aún si se oculta fuera de la barrera.
—Él no va a escapar —aseguró el chico y la pelirroja vio una luz de esperanza hasta que él volvió a hablar— Quiero tenerte.
A pesar de que sus poderes habían aumentado un poco gracias al ritual, Karin debía tomar la decisión de dejar paralizado a Sasuke hasta que su poder se agotara o terminar de una vez con la vida del chico. Si optaba por la primera, lo más seguro es que ocurriera lo que Kisame y su antepasada habían pronosticado y si optaba por lo segundo, no estaba muy segura si tendría la convicción de lograrlo, así que sólo se le ocurrió un último diálogo para tratar de convencer al azabache.
—Sasuke, si logras controlarte hasta que hagamos el pacto, te prometo que me tendrás cuando quieras aún si ya no tengo poder para recuperarme —Karin le aseguró sonrojada, esperando que con ello pudiera convencerlo aunque era más un deseo por evitar tener que matarlo que una esperanza factible— No volveré a paralizarte y dejaré que hagas lo que quieras. Si no lo haces, te mataré antes de que puedas vengarte y antes de que tu me mates a mi.
—No puedo mientras huelas tan bien —contestó el Uchiha con los dientes apretados y Karin volvió a vislumbrar esperanza, porque él estaba razonando y porque había olvidado que la ceniza de la chimenea cubría su olor.
—Voy a quitarte el hechizo. ¿De acuerdo? Pero cuando lo haga, debes acostarte en la cama. Lo haremos una vez más para quitarte la ansiedad que tienes por la parálisis, pero yo estaré encima de ti. Si dejo que lo hagas tú, no tendré suficiente poder para resistir, así que debe ser a mi ritmo —le explicaba— Cuando terminemos, debes poner todo de tu parte para resistirte. Me pondré ceniza de la chimenea, así te será más sencillo aguantar porque no podrás olerme. Si avanzamos suficiente con la investigación, te daré de mi sangre o lo haremos cada hora. ¿De acuerdo?
—Esa es una posición indecente y pecaminosa —gruñó el chico y aunque ella no estaba muy segura si esas palabras eran una forma de decir que se lanzaría sobre ella o que aún tenía algo de consciencia, decidió seguirle el juego y quitarle el hechizo antes de quedarse sin poder.
—Recuerda que ya no eres un humano sometido a esa religión o sería pecado el que lo estemos haciendo sin estar casados —le señaló Karin respirando hondo, preparándose para lo que venía— Voy a quitar el hechizo a la de tres ¿Si? Por favor, contrólate. No quiero matarte.
La joven contó lentamente hasta tres esperando que el vampiro se recostara en la cama dando pelea consigo mismo, pero en su lugar, él la sujetó de las manos para ponerlas sobre su cabeza y la mantuvo sobre la cama.
—¿Lo ves? Tu hermano está vuelto loco. Ni siquiera nos ha detectado a pesar de lo cerca que estamos de su radar —Kisame se reía al ver, con cierta dificultad, lo que pasaba dentro de la casa de Karin desde una de las ventanas— Si no fuera por la barrera, podríamos ver y escuchar mejor, pero creo que es bastante obvio que tú hermano seguirá su instinto.
—¿Crees que ella realmente vaya por la joya? Pudo haber ido por ella antes del anochecer para prevenir esto.
—Los Uzumaki son muy moralistas cuando todo es paz y armonía, así que sólo muestran su verdadero ser al estar frente a la muerte. Veamos qué camino elegirá ella cuando vea que él no se detendrá por nada —Kisame sonrió con sus palabras, pero al poco, bufó cuando vio que la chica realmente no hacía nada por soltarse del vampiro e hizo una señal a su compañero para retirarse. Ambos comenzaron a alejarse de la cabaña— Al parecer, ella no irá por la joya. Creo que prefiere morir con tu hermano entre las piernas. Por el día intentaré romper la barrera de la casa, si fallo, mandaré a un humano hipnotizado a buscar pistas de la ubicación.
—¿Por qué no esperar? Cuando ella muera, Sasuke saldrá a buscar víctimas.
—La barrera no disminuirá sus poderes hasta que la esencia mágica de la chica se desvanezca y eso tardará algunas horas. Sinceramente, no tengo ganas de esperar aquí todo ese tiempo, pero si quieres quedarte tú, adelante. Incluso podrías exterminar a tu hermanito cuando salga de allí, si es que ella no lo encierra.
—¿Y si ella realmente no sabe dónde está la joya? —Itachi seguía a Kisame.
—Quizá alguna de sus antepasadas haya sabido algo. Habrá que revisar todos los grimorios Uzumaki con mucho detenimiento, pues es información que seguramente está encriptada —respondió el brujo— Si no hallamos información de la joya, al menos nos habremos librado de ella. Convertida en bruja, nos habría complicado la misión, pero muerta, podremos buscar la joya con total libertad.
—En todo caso, yo me quedaré a vigilar —Itachi detuvo sus pasos y el brujo le preguntó con la mirada el por qué de su seriedad— Tengo mi propio plan de respaldo.
—Si con eso te sientes seguro, adelante —sonrió Kisame, pues desde que habían iniciado esa alianza, ambos eran conscientes de que no confiaban del todo en el otro— Pero te lo he dicho, tu hermano perdió la cabeza.
Itachi no se acercó a la cabaña y se mantuvo lo suficientemente lejos de los sentidos de su hermano, pues aunque sabía que Kisame no le mentía sobre la locura por la que Sasuke estaba pasando y él mismo había visto cuánto era que la chica cuidaba de él, por lo que no la creía capaz de dañarlo, aún pensaba que existía la posibilidad de que su compañero se equivocara y tal como lo había dicho, él estaría prevenido para poder respaldar su plan original.
En la cabaña, Sasuke había mordido en el cuello a Karin una vez más y debido a la posición, ella no podía detenerlo con algún hechizo, así que intentaba recordarle que debía controlarse. Sin embargo, aún si ella no decía nada, él no bebió demasiado y la miró a los ojos.
—¿De verdad podré beber de ti cuando quiera? —él le preguntó jadeando, porque realmente se estaba resistiendo al instinto.
—Si —le aseguró Karin que estaba confundida, ella no pensaba que querer asegurarse de algo que ella ya le había prometido fuera el motivo por el cual había logrado recuperar un poco de razón.
—¿Y hacerlo?
—Ya te dije que sí —respondió sonrojada.
—Y cuando mate a mi hermano y a ese brujo, ¿Aún me dejarás?
—Si me vuelvo bruja, dejaré que me tengas cuando quieras mientras tengamos el pacto. Te lo prometo. Si quieres, podemos agregarlo al pacto, así me veré obligada a cumplirlo. Yo soy responsable de ti.
Sasuke endureció su expresión con la respuesta de la chica aun cuando seguía jadeando, pero a pesar del peso del instinto, se obligó a soltar a Karin y acostarse en la cama obedeciendo su petición.
Karin aún estaba un poco confundida por los motivos por los que Sasuke se había logrado controlar, pero no podía desaprovechar su esfuerzo, así que se colocó encima de él dispuesta a complacerlo, aunque en esta ocasión, en la que ella pondría el ritmo, quería poder disfrutarlo al mismo tiempo.
Al principio, Sasuke se puso ansioso porque no era el ritmo frenético y salvaje con el que él había estado actuando, pero hubo cierta satisfacción de ver el cuerpo femenino moverse sobre de él y poco a poco, al mismo tiempo que Karin, descubría que seguía habiendo placer aún sin el arrebato.
El primero en alcanzar el punto culminante fue Sasuke y Karin le siguió al poco. Ambos descubrieron que había un placer diferente cuando ambos disfrutaban que lo hacía todavía más satisfactorio y para el azabache había sido aún más evidente porque el olor en la sangre de su amante era diferente que las otras veces y embriagado por ese nuevo aroma, aún cuando ella estaba a la mitad del orgasmo, volvió a beber de ella.
—Sasuke, debes controlarte —pedía Karin aún agitada. Había caído encima del joven, momento que él aprovechó para beber— ¿Recuerdas? Tenemos que…
—Lo sé —también respiraba agitado a causa de la excitación, pero a diferencia de las veces anteriores, no era una excitación que se mantenía constante a causa del ansia, sino una que llegaba a la etapa de la resolución.
—Tengo que levantarme —advirtió Karin y el joven lamió la herida que le hizo en el cuello para que se cerrara y la soltó.
Con el corazón aún acelerado por la actividad, la pelirroja se levantó de encima de él con desconfianza, pues temía que en cualquier momento Sasuke fuera a tomarla de nuevo, ya fuera para beber o hacerlo, pero el chico, con mucha calma se sentó en la cama después de que ella se apresuró a ponerse el círculo de ceniza en la frente.
Sasuke se sentía extraño, era como si su mente estuviera dividida en dos, una donde estaba su cordura y la otra que seguía impulsada por el instinto, sin embargo, en ese momento la cordura era la que parecía dominarlo, y aún así sentía que si se distraía un poco o era tentado, el instinto lo dominaría de nuevo.
Aún con todo ello, el azabache miraba a la chica de vez en cuando y en cuanto vio que ella se dió la media vuelta, se apresuró a vestirse esperando que ello ayudara a distraer su mente del deseo que volvía crecerle. Al menos, esta vez, no era un sentimiento descontrolado que no pudiera manejar, pero no dejaba de sentir que cualquier desliz lo haría caer.
—¿Qué debo buscar? —preguntó Sasuke cuando ella volteó con la protección ya puesta y al verla, sintió un estrujamiento en el pecho y la garganta secársele a pesar de que no podía olerla y se veía bastante sucia y desaliñada.
—Te escribiré lo que necesitamos buscar en un momento —contestó Karin mirándolo detenidamente— ¿Cómo te sientes?
—Bien. Apresurémonos con eso —mintió, porque aunque no podía olerla, lo que hacía la tarea más sencilla con respecto a la sangre, el fuego de la excitación seguía latente y no sabía por qué, si originalmente era el olor lo que lo ponía frenético.
Karin notó que, pese a verse más controlado, Sasuke aún luchaba con su instinto, así que corrió a buscar donde escribir algunas palabras, levantó algunos de los grimorios con magia y los apiló cerca del chico antes de entregarle el papel.
—Busca esto y cuando encuentres algo, dame los grimorios para leerlos —le dijo queriendo apresurarse a alejarse de él para no tentar a la suerte, sin embargo, él la tomó de la muñeca antes de que pudiera irse y la haló hacia él— Sasuke, por favor, inténtalo.
—No me lo haces fácil —contestó el chico inquieto queriendo dejarse llevar de nuevo, especialmente que ahora la tenía entre sus brazos. Karin estaba inquieta, y aunque quería correr y alejarse, sabía que los movimientos bruscos no eran buena idea, así que buscaba la forma de alejarse sin alterarlo. Empero, ella fue la que se sobresaltó cuando el chico tomó los cordones de su blusa y los haló— Eres muy descarada.
Para sorpresa de Karin, Sasuke sólo había halado de los cordeles para cerrar la blusa, ya que sin el ajuste era tan holgada al punto de llegar a dejar al descubierto sus senos dependiendo de cómo ella se moviera. Ella no se había dado cuenta porque estaba más concentrada en llegar a la razón del chico que en su propia persona. Una vez que él ató las cintas, dudó en soltarla, porque el contacto con su piel le hacía recordar los roces que habían tenido, pero se obligó a soltarla para tomar uno de los libros a toda prisa.
—Yo buscaré en los demás grimorios —comentó la chica alejándose de él.
—Mejor vete —pidió el joven que sentía que la cordura se le escapaba aún sin olerla.
—Pero…
—Sólo hazlo. Sal de la casa. Necesito un momento a solas.
Sin correr, pero si con prisa, Karin decidió salir de la cabaña y alejarse un poco. Sabía que él no podía encontrarla por el olor, así que no iba a irse muy lejos, pero después de un rato, optó por alejarse un poco más, porque sí podría encontrarla por el ruido. Además, no tenía suficiente magia como para detenerlo si él se le volvía a abalanzar, así que decidió perderse de su radar y volver hasta que recuperara suficiente poder para defenderse.
Mientras caminaba por el bosque, la chica se preguntaba si Sasuke no se habría abandonado al instinto y al ir a buscarla, terminaría encontrando a la gente del pueblo. Si esto pasaba, ella debía detenerlo, pero no tenía forma de saberlo. Se había salido de la casa apresuradamente porque de haber estado más concentrada, al menos habría recordado activar la barrera de la casa para que él no pudiera salir.
Durante la caminata, ella se debatía entre volver a la cabaña o no, pero antes de siquiera poder llegar a una resolución, una ráfaga de viento que pasó por enfrente de ella llamó su atención. Al levantar la mirada, se encontró de frente con Itachi, quien había oído sus pasos hacía un rato, pero que al principio dudó en acercarse porque no podía olerla.
—¿Qué haces aquí? —preguntó Karin con imponencia, aun cuando se sentía inquieta. Es decir, no tenía mucha magia en ese momento y aunque podría detener al vampiro un poco, no sería suficiente poder para enfrentarse a él y al brujo al mismo tiempo.
—Es lo mismo que debería preguntarte —respondió el joven hombre pensando que Kisame se había equivocado otra vez y que quizá, la aprendiz había decidido ir por la joya.
—No te incumbe.
—¿Dónde está Sasuke?
—Está muy cerca, así que si crees que puedes hacerme algo…
—Tengo mejor olfato, vista y oído que tú —le recordó Itachi para hacerle saber que si fuera el caso, él sabría de la presencia de su hermano.
—Muy listo, pero sólo lo dije para que te abstuvieras a atacarme, porque si decido defenderme, no voy a tener piedad contigo o el brujo con el que andas —fanfarroneó para tratar de evitar un enfrentamiento en el que sabía, ella tenía las de perder en cuanto se quedara sin magia por completo.
—Él no viene conmigo. ¿Vas por la lágrima de la Diosa?
—No soy tan tonta como para caer en esa trampa tan obvia —bufó Karin, sin duda se estaba hartando de que la subestimaran. Su enojo no le permitió darse cuenta que el joven hombre miró a los alrededores, así como agudizó sus sentidos antes de hablar.
—Entonces este es el mejor momento para hablar contigo.
—¿Hablar conmigo? Mira, no sé qué quieras decirme, pero que te quede claro que no voy a creer nada de lo que salga de tu boca —señaló Karin— Te recuerdo que somos enemigos y aunque tu y ese brujo burlón crean que soy estúpida, no lo soy.
—Contéstame una cosa. ¿Estás enamorada de mi hermano?
—¡¿Qué?! ¿Por qué me preguntas eso? —Karin hablaba nerviosa mientras su cara se coloreaba— Este no es el tipo de conversaciones que los enemigos tienen.
—Entonces tengo una oportunidad.
—¿Oportunidad? ¿Oportunidad de qué? —preguntó la chica confundida, porque no estaba segura si había entendido bien.
—De cortejarte.
—En serio, aun si fuera estúpida, creo que pudiste haber buscado una mejor excusa para tratar de engañarme —bufó la pelirroja.
—Estoy siendo serio. Admito que originalmente no estaba en mis planes, pero eres diferente de todas las chicas que haya conocido —aseguró Itachi— Y lo que es más importante, conoces mi naturaleza y obviamente no tienes problema con ello o no estarías con mi hermano.
—Recuerdo que Sasuke me dijo que tu eras reconocido como un genio en tu familia, pero si insistes en esto, quiere decir que mentían o el vampirismo te comió el cerebro —Karin miraba los alrededores en caso de que él sólo la estuviera distrayendo para que su compañero la tomara por sorpresa en algún ataque.
—Puedo entender que no me creas. Las circunstancias en las que nos conocimos son incluso más inusuales que el hecho de que seas una aprendiz de bruja y yo un vampiro —respondió Itachi con mucha calma— Pero soy paciente y verás que poco a poco construiré un vínculo de confianza contigo. Cuando eso ocurra, te cortejaré adecuadamente y espero que para ese entonces, ya no estés con mi hermano.
—Mira, aún si te creyera, quiero que quede claro algo. Apenas nos conocemos, sólo nos hemos visto unas cuantas veces y creo que esta es la primera vez que hablamos sin ser hostiles, así que no puedo creer que sientas nada por mi, lo que ya evita cualquier confianza que pueda tenerte.
—¿No crees en el amor a primera vista?
—Aunque lo creyera, estoy segura que no fue tu caso. Cuando nos conocimos, prácticamente dijiste que era insignificante y olvidable.
—Lo recuerdo, pero no quiere decir que no estuviera mintiendo. En realidad, ya habías llamado mi atención, pero cuando era humano, no podía ignorar las reglas y creencias con las que me había criado —respondió el joven hombre— Todos los motivos que me impidieron ser abierto contigo desaparecieron cuando me volví un vampiro, pero cuando volví, nos encontrábamos en bandos diferentes y tu estabas favoreciendo a mi hermano.
—No necesito oír estas tonterías porque no te creo —Karin comenzó a avanzar para alejarse, pero no por ello no estaba al pendiente de que él pudiera acercarse para atacarla.
—¿Y si te cuento sobre la maldición de mi familia, me darías el beneficio de la duda? —preguntó el hombre a lo que la chica detuvo sus pasos y lo miró por encima del hombro.
—¿Quién crees que le habló de la maldición a Sasuke? Te recuerdo que mi familia ha vigilado a la tuya durante años.
—Pero tu familia no sabe cuál es el motivo por el que castigaron a mi familia. ¿Verdad? —Karin se volvió completamente hacia él— Tampoco sabían sobre el hechizo pronunciado para la maldición.
—Sasuke ni siquiera sabía de la maldición. ¿Por qué crees que creería que tú lo sabes?
—Porque mis padres no querían que Sasuke supiera nada hasta que cumpliera dieciocho años. Aún faltaba un año para que eso ocurriera, pero cuando yo los cumplí, ellos me hablaron de la maldición de la familia —Karin lo miró dudosa, se le hacía demasiada casualidad todo lo que él decía— Tengo evidencia de que lo que te digo es verdad, pero antes de mostrártela, quiero que escuches la historia que mis padres me dijeron. ¿Lo harías?
—¿Cómo sé que no intentas engañarme? ¿Quizá me estás distrayendo para que tu compañero venga a atacarme? O tal vez… ¡Sasuke! —corrió a buscarlo, porque temía que el brujo hubiese ido a buscarlo por su cuenta. Era verdad que la casa tenía una barrera contra enemigos, pero esa sólo funcionaba si era activada y aun cuando existía una segunda que alejaba a gente que ocultaba malas intenciones, no era tan poderosa como para alejar a un brujo como Kisame.
—Cuando vayas y veas que mi hermano está bien, por favor vuelve. Te diré todo lo que sé —Itachi le informó a la chica antes de que ella desapareciera de su vista— Te estaré esperando hasta que la salida del sol me obligue a ir.
