Quiero estar contigo.
No… Su Pikapi simplemente no le podía pedir eso…
Pikachu lo miro desde el suelo, tantas cosas que le quería decir… su corazón le dolía horrores, tanto... Se levanto de su lugar y camino hacia él, que lo abrazara… por favor que lo abrazara.
Ash sonrió con tristeza cuando su pequeño pikachu se acercó, lo tomo una vez más y lo abrazó fuertemente.
-Por favor… dijiste que lo intentarías… Pikachu –y lo depositó en el suelo junto a él.
-Pika… -sus ojos mostraron temor cuando sintió la tierra otra vez en sus pies.
No, por Dios… que no le pidiera eso… es que… ¿Acaso no siempre pensó en él?… su Pikapi no le podía pedir la única cosa en el mundo que el no podría nunca cumplir.
-Tienes que… -dijo levantando la mano hacia el bosque- tienes que…
-Pi, ¡PIKAPI!.
El sonido no dejo que la ultima palabra de Ash fuera pronunciada, y antes de que lo intentara de nuevo, el pequeño roedor bajo las orejas y las cubrió fuertemente con sus garras, negando fuertemente con la cabeza.
…………………………….
¿Es que no lo entendía?.
Estaba arto de ser un estorbo para los demás, arto de ser un estorbo para Misty, para sus amigos, para su mamá, para el profesor Oak, para pikachu.
Cada uno de ellos, en algún momento tuvieron que dejar algo por él.
Misty dejo de amarlo… por él, lo entendía, lo entendió cuando le dijo, aunque dolió mucho.
Sus amigos… sus amigos en algún momento, sin excepción, dejaron a un lado sus familias y obligaciones para cuidarlo por algunos instantes… como Brock. El líder de gimnasio no tenía ninguna necesidad de acompañarlo, pero lo hizo durante muchos viajes, ignorando a sus hermanos y a su padre que recién había regresado en su momento.
Su mama había dado la vida por él, se había olvidado completamente de sus necesidades como persona y ahora solo era una mamá, esperando siempre la llegada de su hijo tras un largo viaje.
Y todavía recordaba cuando era un niño pequeño y el profesor había estado ahí para enseñarle como era tener un padre después de que el suyo se fuera lejos, todas las horas que pasaba junto a él enseñándole a ser un niño responsable, a jugar y a estudiar en su momento, y todos estos años que había estado cuidando de él desde lejos, señalándole uno que otro camino y siempre pensando en él.
Pikachu… Pikachu lo daba todo, todo el tiempo… por él.
Y él siempre pensó que dar lo mejor de si mismo para seguir adelante era suficiente para pagarles… pero que tonto… nunca podría pagarles porque era inmaduro y egoísta.
Por eso…
-Quiero que busques la felicidad… lejos de mí.
Dijo por ultima vez antes de tomar su mochila, meter apresuradamente un par de cosas y caminando hacia el bosque, sin recoger su bolsa de dormir y dejando el campamento a medias.
……………………..
Pero… su Pikapi era ahora su única felicidad.
Sin saber que más hacer, comenzó a caminar tras él, y cuando vio que Ash comenzó a correr, el corrió tan rápido como él, lo siguió a través de los árboles, mientras se internaban cada vez más en el bosque hasta que…
Ki, Tks.
Ash tropezó con una raíz tras un borde y se torció el pie. No grito, pero por su cara, Pikachu supo que eso dolía mucho. Se acercó con cuidado, para ver que tan grave era la torcedura.
-Vete, -dijo el moreno mientras lagrimas de dolor comenzaban a escapar por sus ojos- Rayos… ¡Vete! –volvió a gritar mientras tomaba su tobillo con fuerza.
Pero pikachu siguió acercándose, y cuando Satoshi comprendió que no se iba a detener, tomo en su desesperación una pequeña roca y la aventó hacia el roedor.
Nunca, en todos sus años de batallas, se sintió tan herido, el petardo ni siquiera era grande, ni fue lanzado con fuerza, pero lo lastimo tanto que le costo trabajo respirar. Intentó transformar su dolor en ira, pero no funcionó cuando viro la vista una vez más a Sato y lo encontró llorando de dolor y pena.
-Por favor… vete –repitió llevándose las manos al cuerpo y abrazándose a si mismo.
Todo, absolutamente todo… menos eso.
Así que, aunque nunca lo hizo antes, Pikachu cerro lo ojos y lanzo una oración al vacío, esperando que fuera respondida, justo como hacían los humanos cuando se encontraban perdidos y necesitaban algo.
Pidió a los seres superiores que regían el mundo, pidió al espíritu de la tierra, a la luna y al sol, al bosque y a su corazón. Con todas sus fuerzas. Pidió sin palabras.
Quien fuera, como fuera, y… aunque tuviera que pagar por ello por siempre.
Que no lo separaran de su Pikapi.
…………………..
Pikachu comenzó a brillar y Satoshi maldijo por lo bajo entre sollozos. Eso solo lo iba a hacer más difícil.
Tal vez evolucionara en un pokemon nuevo, como el Umbreon de Shigeru o simplemente en un Raichu, fuera lo que fuera… no iba a permitir que afectara su decisión.
Así que cubrió sus ojos con ambas manos y espero a que todo terminara. No se iba a permitir verlo si podía evitarlo.
Y espero, hasta aun después de que la luz dejó de atravesar sus parpados, hasta que el sonido de algo parecido a un roce se escucho frente a él, hasta que el aire dejo de sentirse tibio por la energía liberada y la calma cayó en el lugar.
Se sentía mareado, y ahora estaba seguro que también tenia fiebre porque ya no escucho el sonido de un pokemon sino el ligero quejido de una persona frente a él.
Dejó de sollozar, y apretó más fuerte las manos contra sus ojos cuando ya hacía mucho, demasiado tiempo que no se escuchaba nada en el lugar, tenia miedo… y no sabia porque.
-Pikapi… no tengas miedo, yo me quedare contigo… siempre.
La voz sonó dulce y profunda, y el moreno salto cuando unas manos tomaron las suyas para ser conducidas a cada lado de su cuerpo. Cerro los ojos aun más fuerte, apretando los parpados lo más que podía sin saber que ya había perdido esa batalla y tembló un poquito cuando la misma mano, con la misma delicadeza que la caracterizaba, se poso en su mejilla.
Lentamente, abrió los ojos para ver al frente, donde la visión del chico más hermoso que hubiera existido lo esperaba.
Debía de tener su misma edad o tal vez un poco menos, tenía el pelo rubio cortito, pero lo suficientemente alborotado como para darle un aire sutilmente mas libre, estaba desnudo, pero eso no era lo que mas llamaba la atención.
Sus ojos, sus ojos de un azul muy oscuro lo miraban con adoración y preocupación, suplicando, esperando, como solo los ojos de alguien lo habían visto antes…
Ash lo miro fijamente, sonrió como siempre lo hacia para hacerlo feliz, y se dejó envolver por una oscuridad traída por la fiebre, el dolor, el cansancio, la alegría y la tristeza.
Una vez más, lo había dado todo por él.
………
Gracias… gracias de verdad.
………
Despertó con la luz del sol rodeándolo al tiempo que una calidez lo recorría de pies a cabeza.
Respiró entumecido y seguro de que estaba enfermo pues la cabeza la sentía nebulosa, pero cuando el aroma de lilas, mamá y pasta inundo su universo, supo que estaba en casa, así que sonrió sin perturbarse, ni intentar despertar del todo.
No entendió muy bien porque sentía que algo faltaba en la cama, ni porque no pudo mover el brazo libremente; hasta que descubrió que su mano estaba siendo apresada, y ahora, un poco más intrigado, pero sin llegar a preocuparse nunca, abrió los ojos y miro alrededor.
Sus colcha verde le aseguró que si estaba en su cuarto, pero solo para estar seguros, reviso las sabanas, y al ver el borde de Pidgeys concluyo que sip, definitivamente estaba en su casa.
Giró lentamente la cabeza hacia la derecha, esperando encontrar… bueno, esperando no… esperando que fuera… joder, lo que fuera.
Y si, ahí estaba el mismo chico rubio que vio al abrir los ojos en el bosque, vestido con lo que parecían su segundo par de pantalones y su otra playera negra.
Una gota de sudor resbalo por la nuca al ver que el chico lo miraba fijamente esperando ver su reacción, así que rió nerviosamente, sabiendo que parecería un tonto si no era lo que pensaba.
-¿Pi-pikachu..?.
Preguntó viendo al chico frente a él sin intentar soltar su mano, y cuando el otro solo asintió, viéndolo y esperando su "otra" reacción un pensamiento cruzó por su mente.
'Este no puede ser Pikachu'.
Y sintió que el corazón se le iba al suelo y los colores se borraban de la cara.
El rostro del rubio mostró preocupación al tiempo que levantó una mano y la posó con cuidado en su antebrazo.
-Pikapi… ¿Estas bien?.
'De acuerdo… ESE era Pikachu', y solo para estar seguros que esto no fuera efecto de alguna alucinación, comenzó a recordar un poco más al fondo de sus recuerdos esperando no encontrar un momento donde hubiera comenzado a drogarse.
No tuvo que recapitular mucho, antes de que pasaran dos segundos, ya recordaba lo de Misty y ese tal… Zafiro, sintió ganas de vomitar, pero solo volvió a mirar hacia sus colchas al tiempo que sus ojos se anegaban.
-Espera Pikapi… voy a traer a tu mamá –sonó la voz preocupada del… roedor… humano… chico. Ah, voz preocupada esta bien.
Y en menos de nada, el chico ya había corrido desesperado a la puerta del cuarto y bajado la escalera gritando "señora Ketchup" una y otra vez.
Sato sonrió con una mezcla rara de sentimientos y se limpió las lágrimas con la manga, justo a tiempo para ver a una Delia Ketchup entrar rápidamente por la puerta seguida de un preocupado rubio.
-Ash, mi bebe, ¿estas bien? –dijo abrazándolo y tomándolo desprevenido con el fuerte agarre, como siempre- ¿No te duele el tobillo, ¿Ya no tienes fiebre, ¿Quieres una pastilla para el dolor?...
-¡Estoy bien Mamá! –se quejo el moreno sintiendo sus mejillas arder… Por Dios que siempre era lo mismo, por lo menos no había sacado lo del tema de…
-¿Te cambiaste tus ya-sabes-que todos los días?
-Si mamá.
'¿Y eso que tiene que ver?', diecisiete años y medio y… todavía.
-Pero… -continuó la preocupada mujer, y para cambiar de tema el chico hizo lo primero que se le vino a la mente.
-Ha…mamá? –puso esa cara que ponen los hijos para conseguir lo que quieren… ya saben, esa con ojos desvalidos- ¿Qué paso?.
-Pensé que tú me lo dirías –dijo la señora Ketchup al tiempo que ponía una mirada preocupada y confundida.
-¿No te lo dijo… -comenzó el moreno pero al ver las señales que hacia el otro tras su madre de "No sueltes la bomba tan rápido" se detuvo- he… nada? –sonrió nerviosamente.
Delia se llevó ensoñadoramente las manos al pecho al tiempo que lanzaba chispitas por los ojos.
-Mi Ashy es una persona tan pura que no sabe fingir en lo absoluto.
Ambos chicos la miraron estupefactos.
-¬¬… mamá, estoy aquí, sabes?.
Cuando las cosas se calmaron un poco, Delia le contó como había salido a comprar unas cosas con Mr. Mine para la cena y cuando regreso de la tienda se había encontrado a un chico rubio y tremendamente apuesto… según palabras textuales de la señora madre de Satoshi, esperando en la puerta, cargando en sus espaldas a su pobre y desvalido, pero no por ello menos perfecto hijo… ¿tengo que repetir la cita…, es que me parece repetitivo.
Le pareció raro que el muchacho llevara puesta la ropa de Ashy y que hasta estuviera usando sus zapatos, pero no tuvo mucho tiempo de pensar en eso porque el chico le dijo que Ash tenía fiebre y un tobillo lastimado. Así que como buena madre tomó el videotelefono y llamo a un doctor que rápidamente se presentó y después de un chequeo dijo que Ash solo tenía fiebre por el cansancio y que su tobillo no estaba roto; le puso una venda y se fue dejando instrucciones de que lo dejaran descansar todo lo que quisiera.
Cuando, al fin, Delia dejo de preocuparse por su perfecto hijo, dándose cuenta que el peligro mortal no era tan mortal y podía respirar tranquila, intento preguntarle al chico rubio y tremendamente apuesto que había pasado.
El chico rubio y tremenda…
-Mamá, ¿podrías dejar eso?
Mmmm, bueno, el chico, en resumidas cuentas le pareció tan tierno y tan irresistible con esa cara de confusión y miedo que mejor lo dejo pasar. Ah, pero eso si, siempre lo estuvo al pendiente para ver que hacía y déjenme decirles que nunca se separó de la cama de Ash, en todo el tiempo que paso este durmiendo.
-Y bien… mi chico perfecto… Quiero saber que paso ex-xac-ta-men-te –terminó su explicación mientras miraba a los dos chicos en la habitación.
Uno rubio tremendamente apuesto sonrojado y otro perfecto en todo sentido con sonrisa nerviosa.
Ash respiro profundamente, pensando y eligiendo con cuidado sus palabras.
-Mamá… -comenzó cuando decidió que frase decir- mira, tal vez al principio te suene raro… pero… bueno… yo… y… mejor… es que… yo… él… él es Pikachu.
¿Y para esto pensó tanto?
-¿Qué Ashy? –preguntó la señora Ketchup francamente confundida.
-Es que… el chico que esta sentado a tu lado… es mi Pikachu –dijo sin saber muy bien si lo acusaría de drogadicto o lo mandaría a un psiquiatra.
-Ah –Delia giró la vista hacía el chico, preguntándole con la mirada si era cierto, el rubio asintió- Esta bien.
-¿Así de fácil?... ¿Me crees?
-Claro –la hermosa mujer asintió sonriendo hacia su hijo- ya se me hacia raro que no estuviera pikachu contigo y eso explica por que no preguntaste por él en cuanto despertaste –Ash exhaló relajado- a menos que estés metido en las drogas o hallas enloquecido –la señora sonrió con ternura al ver la cara de Ash- pero primero Pikachu se volvería humano.
Ash sonrió una vez más, un poco más relajado y miró a su mama, sonrió y miró a Pikachu, ahora que lo pensaba...
-Pikachu… ¿estas bien, ¿No estas cansado, ¿No tienes hambre, ¿Te duele algo?... seguramente si, me cargaste desde quien sabe donde hasta aquí, debió de ser difícil –oh Dios mió, la culpa lo invadía otra vez- perdóname, me hubieras despertado o hubieras esperado ahí, o hubieras buscado ayuda o…
-No, no, no Pikapi –el rubio levanto las manos negando con la cabeza- no sabia si necesitabas un doctor, y ya no estábamos muy lejos de la casa, bueno, un poco, pero no fue tan difícil –dijo levantándose y levantando una mano en un gesto triunfante- soy muy fuerte y estoy en buena forma… además –bajo la mirada un poco apenado- me alegra que ya estés bien… porque… ya estas bien… ¿verdad?
Sato sonrió…
-Si… ya estoy bien.
-Nunca pensé que Pikapi sería un buen sobrenombre para mi Ashy –dijo la señora Ketchup que se había quedado viendo la platica de los chicos y ahora tenia una mirada ligeramente perdida- Mi chiquitín a crecido tanto –se limpio una lagrima de felicidad mientras seguía encerrada en su pequeña nube rosa.
-Mamá! –el chico tenía las mejillas rojas de vergüenza, solo pikachu le decía así desde siempre y… ahora que lo escuchaba de otra persona le parecía empalagoso.
-Eh?... ah, si, chicos… intenten dormir un par de horas, les llamare para la cena y haré una mesa magnifica para ustedes –giro y empezó a caminar hacia la salida de la habitación, se detuvo y volteó una vez mas- taaanto –repitió para sí misma antes de salir al fin.
Cuando la puerta se cerró, un sepulcral silenció se instaló en el cuarto, y Ash solo mantuvo la mirada en su cama un tanto apenado.
-¿De verdad? –preguntó el chico rubio con voz ligeramente preocupada, el moreno lo miro sin entender- ¿De verdad ya estas bien?
-Nnn, claro –dijo el muchacho con una de sus encantadoras sonrisas- solo…, no se, fue un momento en el que me llegó todo. ¿Cómo… cómo te transformaste?
-Mmm?... –el rubio lo miro con intriga- pues… tu estabas ahí, comencé a brillar como si fuera a evolucionar, pero me convertí en una persona y…
-No, no eso pikachu –el nombre le sonaba raro para una persona- es decir… ¿Por qué, cómo?.
El chico sonrió tontamente y Ash le tuvo que dar la razón a su madre… tremendamente apuesto.
-No se –bajo la mirada, pensando, pero también comenzó a entristecer- solo… solo no quería que me dejaras… yo… yo… -apretó con sus manos la playera que traía puesta- Pikapi… Ash… -levanto la mirada e hizo contacto con sus ojos- Me… ¿Me puedo quedar contigo?.
Ash bajo la mirada, apenado de si mismo y de sus acciones.
-Yo… yo quería que fueras feliz, sin mí, -intentó explicarse, pero sintió el dolor de Pikachu cuando dijo esas palabras- porque… no quería quitarte nada, ni tu libertad, ni tu vida, ni el posible futuro que podrías tener. –respiró profundamente- Quería que fueras… más feliz que nadie, y tenia miedo de echarlo a perder.
El rubio lo miro en contemplación una vez que terminó de hablar.
-Entonces –dijo el fin- ¿me puedo quedar contigo?
Sato levanto la mirada.
-Si.
-¿Siempre?
-Si.
-Y –volvió a estrujar una esquina de su playera- ¿prometes que nunca más volverás a intentar alejarme de ti?
El moreno se cubrió la cara avergonzado.
-Si, lo prometo –dijo sabiendo que era lo que Pikachu quería escuchar.
-Que bueno… entonces, soy feliz –dijo el rubio y por el sonido que escuchó Sato, parecía que se había caído al suelo –voy a dormir, aunque sea un rato antes de la comida.
Y cuando el moreno al fin se decidió a ver que pasaba, encontró al chico tumbado al lado de su cama, intentando dormir sin almohada o nada.
-Pikachu…. ¿Ya no quieres dormir conmigo? –(Te digo como sonó eso?).
-¿En serio? –preguntó el otro no muy seguro, Ash solo asistió- puedo dormir en tu cama… contigo… como siempre?
-Si, eres pikachu, ¿cierto? –dijo como si fuera lo más obvio del mundo.
-¡GENIAL! –dijo el chico mientras se incorporaba con energía renovada- Pikapi, podremos seguir como siempre solo que mucho mejor –se lanzó a su cama y se puso a su lado, se puso boca abajo y echo descuidadamente un brazo cerca de su cuello- seguiremos viajando juntos, podremos visitar museos, lugares paradisiacos, bosques… pikapi… -dijo ya un poco más calmado mientras el sueño volvía a acomodarse en sus facciones- ¿prefieres que te llame Ash? –su voz sonó un poco más preocupada, pero ya se estaba durmiendo.
El chico lo miró sintiendo que también le estaba entrando sueño.
-Pikapi esta bien… si quieres –y cerró los ojos para una segunda ronda en lalalandia.
-bi…-bostezó- bien… porque… si quiero.
Fue lo último que dijo el otro antes de caer en un sueño profundo.
…………..
Gracias por leer.
…………
N/a: huy, pues que les digo?... ha ya… ni un solo comentario….
Que mala honda, bueno, de todas maneras voy a ponerles la continuación… porque la verdad ya la tenia terminada, no por otra cosa, y si, se que el primer capitulo no es como el resto de mis trabajos, pero esque lo publique sin ponerle mucha atención y ya cuando lo vi me dije:
-mi mismo, te falto poner mas atención… no se si lo vaya a corregir o no, la verdad me da flojera… pero nunca digas nunca.
