Solo

Gary:

Delia miraba a su lindo hijo devorar toda la comida de manera desastrosa mientras el rubio lo imitaba ligeramente más despacio, luego claro, de haberla ahogado en la salsa Ketchup. La comida, no ella.

-Kouki (1) –dijo sonriente.

Ambos se detuvieron.

-Whhe? –dijo Ash mientras intentaba pasar un trozo grande de carne.

-Ash Ketchup! –regañó mientras fingía enojarse, no que lo estuviera, como enojarse con algo taaan tierno…- no hables con la boca llena.

Ash se puso ligeramente rojo y pasó la comida que estaba masticando, o más bien lo intento, porque casi se ahoga y hasta el rubio tuvo que pasarle el agua mientras le daba golpecitos en la espalda.

-Kof…. Perdón, -dijo el chico mirando alternativamente a los presentes- ¿decías mamá?.

-Estaba pensando –dijo la exquisita mujer mientras probaba por primera vez el guisado que tenia frente a ella- Mmmm, esta delicioso Mime –se tomaba su tiempo, al parecer- decía que estaba pensando que ahora que Pikachu a dejado de ser un pokemon seria conveniente que también tuviera un nuevo nombre¿no te parece? –sonrió ligeramente y junto sus manos al frente soñadoramente, su hijo y el rubio asintieron sin pensarlo- y me parece que el nombre de Kouki le queda muy bien.

Los ojos del rubio centellaron un momento.

-Siempre quise tener un nombre así.

-Eh? –el moreno lo miro y su rostro tomó una expresión triste.

-Pero… -Pikachu al darse cuenta de eso giro hacia él- si Pikapi no quiere esta bien.

-Eh, claro que esta bien, lo que tu quieras, pero… -Ash lo miro perdido un segundo- si querías tener un nombre, me lo hubieras dicho desde antes…

El rubio miro de lado evitando su mirada y dijo apenado.

-Pikachu es mi nombre si soy Tu Pikachu… por eso, el nombre que me des, cualquiera, -volteó a verlo de frente y decidido- incluso si me llamas Pikachu en esta forma, seguiré siendo… tu… -enrojeció, pero no por ello aparto la mirada- tu compañero.

Delia casi se muere de felicidad al ver la fuerza que profesaba el rubio y sintió que al fin habría alguien a quien poder encargarle el preciado tesoro que era su hijo perfecto, y valla que le hacia falta a Ash esto desde hacia tiempo.

-Podemos llamarte –el moreno se llevó una mano a la barbilla y concentro toda su energía en encontrar un nombre apropiado para su amigo- Descarga –dijo después de unos segundos de silencio.

-(¬¬) Eh… Pikapi?.

-¿Si Descarga?

-Kouki es un nombre mucho mejor.

Delia suspiro para sus adentros… bueno, su hijo perfecto algún defecto tenía que tener.

…………………….

Había dos primicias en la lista después que ambos terminaron de comer. La primera era hacer la llamada al profesor Oak para dar aviso del cambio de Pikachu y que hicieran el montón de preguntas que, Ash estaba seguro, iban a terminar con un análisis completo de su Pika… digo, Kouki. La otra, era ir al pueblo a comprar ropa y zapatos para el rubio.

………….

Al principio de sus días, estaba él, el recuerdo de su olor, su mirada llena de fuego, sus boberías, la manera tan sencilla que tenia de enojarlo y últimamente… su grandiosa figura que iba obteniendo poco a poco, sin darse cuenta, en sus viajes por el mundo.

No recordaba cuando había comenzado, solo recordaba una mañana hacia un par de años en que al despertar y verlo partir, sintió que era un poquito más desdichado. Recordaba haberse dicho a sí mismo una y otra y otra y otra vez que era una molestia pasajera, seguramente ocasionada por el estrés y la comida del restaurante que le cayó mal.

Y al ver pasar los días, sintió que su desazón no llegaba a un límite o punto máximo, sino que se prolongaba y crecía infinitamente.

Las mañanas eran una batalla consigo mismo por empujarlo de su mente y guardarlo en un baúl oscuro de olvido.

Las tardes se pasaba horas y horas trabajando como esclavo para poder poner enzima de ese baúl su cansancio y su mente ocupada… y mantener la tapa abajo.

Pero… y siempre ocurría, al anochecer salía sin que él se diera cuenta y cuando reparaba en ello, ya estaba su hermoso recuerdo a su lado, haciéndolo feliz e infeliz al mismo tiempo con una facilidad ingrata.

Y lo dejó de encerrar…

Y su aroma se paseaba con él. Y decía cosas bellas en sus pensamientos, y lo consolaba cuando estaba triste, y lo distraía cuando trabajaba de más.

Pero también lo entristecía el no tenerlo siempre a su lado. Incluso su recuerdo parecía caprichoso, simple y atormentador. A veces era tan vivo como tenerlo en verdad a su lado, y a veces, con el paso del tiempo, se volvía más borroso que una sombra en el ocaso.

Y era cuando llegaba la desesperación.

¿Qué estaría haciendo, se preguntaba por días, cuando ya tenia mucho tiempo que se había marchado, aunque el "mucho tiempo" solo fueran unos minutos o segundos de su ultima visita.

¿Habría comido bien¿Lo habrá atacado algún pokemon salvaje¿y si al fin había aceptado una de las invitaciones que le hacían esos pokemon de leyenda para vivir en una de las tantas realidades alternas¿y si lloraba¿y si pasaba frió¿y si…?

Pero siempre había regresado… cada vez, y cada vez con un aire diferente, a veces llegaba cansado de su jornada y a veces renovado, a veces regresaba en compañía de un amigo reencontrado o nuevo, y siempre traía aventuras nuevas que contar.

Y siempre… siempre volvía a partir.

Una vez lo vio… estaban caminando cerca del rió que pasaba por el pueblo, simplemente platicando del buen clima, o del ultimo descubrimiento publicado en una revista, o de su ultima aventura… no lo recordaba bien.

Pero lo que si recordaba, fue ese "espacio", como si el tiempo se hubiera detenido o como si el viento hubiera aparecido desde su espalda y se proyectara hacia delante, diciéndole al oído, y solo para él, que ya era tiempo de partir.

Recordaba como el moreno levantó su mirada y observó hacia el cielo, como el viento mecía sus cabellos suavemente y como el fuego se apodero de sus ojos. Sonrió y después volvió a la plática. Pero algo había cambiado.

Y al día siguiente, Ash Ketchup, partió una vez más a la aventura.

Sin despedirse.

Porque lo había olvidado.

A él, a Shigueru Okaido, su mejor rival de toda la vida.

……………………….

Ese día, el recuerdo de él amaneció en su cama, impregnando su olor por su cuerpo mientras se dejaba envolver y marcar por algo invisible.

Después de desayunar mientras lo miraba sonreírle desde sus tiempos de infancia, decidió que podía dejar todo por un día y dedicarse a pasear por el pueblo, tenia pensado comprar un par de cosas que había visto en una tienda hacia tiempo.

Sonrió al espejo que había cerca de la puerta y salió feliz después de encargarle a Trayce que alimentara a los pokemon.

Después de haber comprado un par de chucherias, sus revistas científicas y una nueva bata porque la suya ya estaba manchada y desgastada, Sigueru decidió que podría darse una vuelta por el centro comercial y ver si le gustaba algo más.

Estaba caminando sin rumbo fijo cuando miro por el rabillo del ojo a un muchacho un poco más chico que él, a través de uno de los escaparates. No supo porque le pareció conocido, seguro que nunca había visto a ese rubio, pero se detuvo despistadamente y fingió esperar a alguien mientras se recargaba en el barandal que cruzaba frente al local donde estaba el chico.

Era una zapatería, una zapatería grande y cara que se especializaba en vender calzado masculino, nada fuera de lo común, por el momento.

El rubio sonrió tontamente a alguien que Sigueru no pudo ver porque la vista del vidrio no era tan buena, pero después de unos segundos las manos de ese alguien se dejaron ver, mostrando dos tenis distintos, el chico señalo un modelo de tenis azul oscuro mientras hacia señas exageradas con las manos, como si el lenguaje no le bastara y tuviera que compensarlo con expresiones de todo tipo.

Una de las dependientas del lugar bloqueo la vista de Gari, pero por poco tiempo, pues se retiro después de recibir el pedido y regreso con tres cajas de diferentes números del mismo modelo que el chico había pedido, recibió un par de comentarios más y se fue para dejar que el rubio hiciera su elección.

Se probó los tres pares de tenis solo para descubrir que el más grande era el de su medida, mientras que, de ves en cuando, las manos de otra persona se dejaban ver haciendo señas y corrigiéndolo.

Shigueru se sentía cada vez más raro, y es que simplemente no podía saber que había llamado su atención, cierto, que el chico era apuesto, y un poco lindo, pero a él no le llamaba la atención nadie más que Sato, aunque, pensándolo un poco más detenidamente, ese chico era como el moreno, hasta llevaba puesta más o menos la misma ropa.

Inclino la cabeza mientras lo miraba con algo de extrañeza.

El rubio ya tenía tiempo dándole vueltas a las agujetas y fracasando rotundamente una y otra vez. Tal vez era un lerdo que no sabia como atar sus agujetas o tal vez… bueno, seguro que habría una explicación.

Al tercer intento fallido, el chico dejo de intentarlo y enrojeció un poco mientras murmuraba algo hacia el suelo.

Y entonces lo vio.

La figura de la espalda de Sato apareció en escena como salida de su cabeza, hasta pensó que ya había enloquecido y comenzaba a ver al moreno en lugar de otras personas, pero lo descarto en un segundo.

Ash se arrodillo frente al rubio que estaba sentado en un sillón y comenzó a atar las agujetas del tenis lentamente, y Gary corrió dentro de la tienda, debatiéndose entre la incredulidad, la alegría y el desazón.

-Y ahora haces un arco con la cinta mientras la agarras de esta manera… -la voz de Ash resonó en su cabeza.

Seguro que era él, y ahora lo podía ver de perfil, su nariz, su piel, sus manos… sus gestos.

-Se ve fácil –dijo la voz del muchacho que estaba frente a Sato.

-¿Quieres intentar con el otro? –el moreno levanto la vista y miro a los ojos azules.

-Claro, puedo hacerlo.

Después de un par de correcciones, el rubio pudo dar la primera vuelta a las agujetas, y cuando Ash extendió su dedo y lo coloco en el centro del nudo para que el otro chico pudiera sellarlo más fácil, el cerebro del investigador pokemon despertó.

¿Es que acaso Sato no se daba cuenta de que el chico fingía, solo era un truco para tenerlo cerca y tener el placer de tocarlo y sonreírle estúpidamente como lo estaba haciendo ahora. Dirigió la vista a los otros presentes de la tienda, ahora todos prestaban atención a la peculiar escena frente a ellos. Cualquiera se daría cuenta de que era un truco. Simplemente un muchacho de esa edad DEBE de saber como hacer un nudo.

Deseó que las muchachas presentes en la tienda no los vieran como si fueran sus sueños guajiros vueltos realidad.

Cuando las ganas de tomar a Sato y gritarle que no fuera estupido estaban comenzando a tomar fuerza, ambos chicos se pararon y caminaron a la caja, viéndose mutuamente mientras conversaban sobre que otras cosas querían comprar.

Pasaron por su lado, y ni siquiera se dieron cuenta.

-Queremos estos, por favor –dijo el moreno mientras tendía la tarjeta de crédito hacia la cajera y señalaba a unas cajas que llevaban en una bolsa.

……………….

Si, definitivamente era mejor hacer las compras hoy y dejar para otro día la lata que serían las pruebas que le harían a Kouki. Así que después del desayuno busco en su armario la ropa que le quedara al rubio y unos tenis que no había estrenado, pero la ropa resulto ligeramente holgada y los zapatos resultaron mas chicos y decidió que lo primero que compraría serían unos de su medida.

Llegaron al centro comercial y Ash se dirigió a la tienda más cara que vio, que al fin y al cabo para eso servia el dinero que ganaba como maestro pokemon no, dieron un par de vueltas y como Pikachu… Kouki, no se decidía, lo sentó en el sillón y fue a buscar los zapatos apropiados.

Lo vio con ternura mientras se hacia enredos con las agujetas, se preguntaba como se habría puesto entonces sus zapatos cuando lo cargó del bosque a la casa… lo más probable es que los hubiera sacado sin quitar el nudo, o los hubiera anudado en una bola… quien sabe.

-Eto… Pikapi… ¿podrías echarme una mano? –dijo una voz apagada que lo saco de sus pensamientos.

-Claro pika… Kouki –se arrodillo frente a él y tomó su pie- fíjate, primero tienes que tomar las puntas para…. –y comenzó a darle una explicación un tanto simple de cómo hacer el nudo, la verdad casi se equivoca un poco, pero al final pudo hacer el nudo correctamente.

-Se ve fácil.

-¿Quieres intentar con el otro?

-Claro, puedo hacerlo –dijo muy convencido.

Cuando, al fin, Kouki pudo hacer el nudo correctamente decidió que también tomaría pedido de otros zapatos, así que llamo a la señorita que rápidamente se desvivió por atenderlo y trajo el resto de las cajas sorprendentemente rápido.

-¿Crees que podríamos ir a la tienda de al lado a comprar ropa?

-Claro –Ash lo miraba sonriente de que al fin dijera lo que quería- también nos hará falta una vuelta por las tiendas de accesorios y hará falta un cepillo de dientes y… -se detuvo frente a la caja- Queremos estos, por favor.

-¿No son muchos zapatos? –dijo el rubio mientras Ash pagaba con su tarjeta.

-No, creo que apenas serán los que necesitas, si quieres algo más –señalo su pecho orgulloso- solo tienes que decir… -pikachu cayó al suelo, repelido hacia atrás mientras el moreno solo lo miro confundido- …lo.

Su mirada cambio a una de molestia¿Qué clase de tonto no se da cuenta por donde va?

…………………………

Celos… seguramente eso fue lo que lo obligo a hacerlo. Sabia que no debía, pero siempre caía en lo mismo cuando alguien se acercaba mucho a él solo por su fama, y por lo poco que había visto, este nuevo niño solo estaba jugando con Sato, si hasta dejaba que el le pagara el calzado y el muy idiota todavía se atrevía a pedirle ropa.

Así que cuando ellos caminaron ensimismados en su platica, el se dirigió decidido a arrollar a ese rubio teñido… literalmente (n/a no que estuviera teñido literalmente, sino que lo fue a arrollar).

Pero Ash ni lo vio, solo miro como caía el rubio sobre su trasero y no despego su vista sino hasta que su mirada cambio a una de enojo y le dirigió una de esas miradas de repudio que hacía un siglo que no le dirigía más que en pesadillas.

-Oye… fijat…e.

Ambos chicos lo miraron y luego sonrieron.

-Gary! –dijeron ambos al mismo tiempo y Gary solo pudo ver al rubio confundido.

…………………………

Ooopss.

Fue el único pensamiento que se hizo presente cuando volteó a ver con que había chocado y dijo su nombre.

Se le había olvidado que ahora no podía ir saludando así como si nada a la gente que conoció en su forma pokemon. Si hasta se lo había recordado Pikapi cuando saludó a alguien en la calle y esa persona lo miro desconcertado unos segundos antes de responder con una sonrisa forzada.

Ahora… ¿Qué le iba a decir a Gary cuando le preguntara…?

-¿Te conozco? –dijo el chico frente a él con mirada escrutadora.

Pikachu estaba segurísimo que ahora tenía impreso en el rostro su sorpresa, indecisión y mirada de ¿Qué hago? Y no podía evitarlo, así como tampoco podía despegar sus ojos de los de él, como si estuviera seguro que al momento de desviarlos, el teatro se le caería y podría leer sus pensamientos, Dios gracias que no tenía a Umbreon ahí porque ese si lo reconocía inmediatamente.

-Esto… hola Gary –la voz de Ash interrumpió y ambos lo miraron- Sabes, pensábamos ir mañana al laboratorio para…

Y Pikachu no supo porque, pero miro directo a Pikapi y pidió con los ojos que no le dijera nada, era extraño, pero no quería que Gary supiera quien era… por el momento.

-¿Para que? –Dijo mientras miraba al rubio sospechosamente.

Dios… que hacía tiempo que no se acordaba de la fuerte presencia de Gary y Pikachu que recordaba muy pocas veces había sido objeto directo de ella.

-Saludar…. –el rubio dijo lo primero que se le vino a la mente- al famoso rival de Pi… Sato-chan.

Ojala que fuera mejor que Pikapi mintiendo.

Oh oh…

Cuando Gary aguzó su mirada de "Se que algo esta mal contigo", Pikachu supo que estaba perdido y era como un Pikapi mintiendo, pero curiosamente la mirada se hablando casi inmediatamente y el chico ofreció su mano para ayudarle a incorporarse.

-Lamento haberte arrollado, estaba distraído

(n/a: XD que mentiroso eres Gary Oak)

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Gracias por leer

1.- Kouki significa "reciente" en japonés.