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Solo:
'No digas nada, no digas nada, no digas nada….'
La mente del castaño parecía un disco rayado desde hacía un cuarto de hora.
Oh, si claro, su plan perfecto para no dejar que ese mocoso estuviera solo con "Sato-chan", como el rubio lo llamaba, había funcionado sin problemas.
Después de hacer su aparición arrolladora en escena, el mismísimo diablo, digo, rubio, lo había invitado, con el total acuerdo de Satoshi a pasar la tarde con ellos, y él, claro, había aceptado inmediatamente.
¿Qué quien era ese chico?.
Kouki… su nuevo amigo.
¿Y qué más?
Nada…
Kouki y Sato solo habían dicho eso… "este es Kouki, mi nuevo amigo", dijo con una sonrisa nerviosa e inmediatamente giró la vista al lado, "Oh mira…", señalo como si fuera lo más maravilloso que existiera en el mundo, "Una tienda de ropa, vamos Pi… Kouki".
Y eso no era todo, OH… NOOOO, lo peor de todo era la aparente capacidad del rubio de hacer que Satoshi le cumpliera cada uno de sus tontos caprichitos.
Es decir… el tipo este había logrado que PIKACHU, osea, PIKACHU! Se quedara en la casa con Delia, o sea…
PIKACHU.
NO.
ESTA.
CON.
ASH.
Casi le da un no-se-que cuando se enteró. Y ahora, después de pasear por la tienda de ropa, eligiendo cientos y cientos de prendas de vestir (n/a: Gary exagera, solo fueron 57… Dios, que exacto), el muy fino, léase el rubio, deja que Ash, MI Ash le elija los chones (n/a: Bueno, 57 sin contar los boxer y calcetines… mmm… los boxer del chico °-°).
Gracias a los legendarios que al fin habían terminado de elegir las prendas, ahora solo faltaba ir a pagar a la caja y…
-Mira Gary… pruébatelos.
Eh¿era su imaginación o Ash le estaba poniendo un poco de atención?.
Antes de llegar a la caja, donde un empleado veía con fascinación la cantidad de ropa que estaban por comprar, había uno de esos mostradores con artículos pequeños, y el moreno, después de ver un momento los lentes oscuros eligió unos y los tendió al futuro investigador pokemon.
Era una señal, una señal que le indicaba al chico que no lo había olvidado del todo por ese rubio tontito que no sabia decir mas que "Que bonita esta está playera", o "No me gusta ese color Sato-chan", y en el peor de los casos "¿Tu crees que estos bóxer me queden bien?"
Tomó los lentes con cuidado, y se los probó…
Hiiiuuuck… le quedaban horribles.
-Te vez bien –dijeron las dos voces de sus acompañantes y Gary los miro con su cara de "están fumados".
Suspiro…
-Me los quedo –después de todo… si Satoshi decía que le quedaban bien, no había de otra… tenía que usarlos, justo como aquella horrenda camisa guinda que le regaló en su cumpleaños.
Tal vez solo fuera que no le gustaban los nuevos diseños.
Se dirigieron a la caja y, aunque ya tenía el horrible presentimiento de que iba a suceder, no pudo evitar preguntar…
-¿Vas a pagar tú todo eso?
Esperaba una mirada enojada del mantenido, entiéndase Kouki, por haber intervenido en su golpe magistral para aprovecharse del moreno, o incluso esperaba una mirada de disculpa por parte de él, lo que no esperaba era que tanto Kouki como Satoshi lo miraran extrañados.
-¿Qué? –dijo el moreno mientras su tarjeta de crédito pasaba por la maquina y con un bip marcaba la explotación del joven maestro pokemon.
-¿Por qué pagas todo lo suyo? –y Gary que no quería decir nada… pero ya que se había quemado… que valiera la pena- ¿Y porque tanta ropa?
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Todo en un radio de diez metros quedó suspendido en el tiempo cuando la frase salió de su boca.
Las personas que estaban en la fila tras ellos, que se habían ido amontonando mientras la sorprendente cantidad de ropa que llevaban era marcada y contada, se quedaron sin habla repentinamente. El dependiente de la tienda, que se había preocupado un poco por el comentario de Gary, pensando que tal vez el moreno se arrepentiría y pediría un reembolso, mantuvo su sonrisa cordial mientras la información intentaba ser procesada por su cerebro. Las chicas de la tienda, que los habían ayudado a elegir unas cuantas prendas y estaban a su lado por si se les ofrecía algo más estaban fantaseando en su pequeño universo paralelo y hasta dos niños pequeños, que estaban acompañando a su madre y esperaban a que terminara sus compras, los miraron pensativos y estáticos unos segundos.
Fue el último de estos niños, el más pequeño y que debía tener unos seis o cinco años, el que rompió el silencio.
-Oka-san, -dijo curioso mientras volteaba a ver a una señora que estaba al lado de él- ¿Cómo puede ser ese moreno dueño del rubio?
La señora, así como TODAS las personas miraron al niño y luego al rubio ahora totalmente seguros que no habían oído mal.
Pikachu quería subir al piso más alto del centro comercial y lanzarse al vacío mientras pedía perdón por ser un idiota.
Se cubrió la cara con las manos mientras su estúpida respuesta "Porque Sato-chan es mi dueño" resonaba en su cabeza dándole a entender que eso no podría sonar bien de ninguna perspectiva para estas personas.
-Oka-san –la voz del niño volvió a interrumpir el silencio- Oka-san¿Por qué el moreno es el dueño de otra persona y yo no puedo tener un Pidgey?
-¿QUE! –la voz de Gary… bueno el grito, lo obligo a bajar sus manos y ver hacía él.
-Sa...saben? –dijo sobreponiéndose al sonrojo- esto no es como sonó –'eso, intenta explicarte y veras como todo saldrá bien'- lo que quiero decir es que Satoshi me poseyó un tiempo –'Eso no'.
Todos continuaron esperando, ha ver que más decía el rubio, pero Pikachu ya había aprendido la lección y esperaba una señal que le dijera el nuevo curso a tomar.
-Esto… -Ash interrumpió y llamó la atención de todos- no entiendo –miró hacia la muchedumbre a su alrededor de manera interrogante mientras estos lo miraban como bicho raro- perdón por interrumpir… pero… ¿me perdí de algo?
El dependiente de la tienda volvió a su sonrisa cordial.
-No, nada –dijo tomando el ticket de la caja registradora y ofreciéndoselo al moreno- ¿desea que le mandemos sus compras a alguna dirección o prefiere que nuestros asistentes las lleven hasta su vehículo?
Ash parpadeo más confuso que antes, y no pudiendo hacer contacto visual con el dependiente volteo hacia su expokemon.
-Kouki… ¿no pasó…
-No, para nada –dijo el rubio rápidamente mientras daba internamente las gracias a Pikapi por ser tan… lo que sea que fuera- no tenemos carro –dijo evitando al moreno- pero lo puede mandar a…
El chico parpadeo una vez más, no muy seguro ya de que algo hubiera pasado y miro hacia la fila.
Todas las personas que lo estaban mirando desviaron la mirada y siguieron con sus cosas dando a entender que nada de relevancia había ocurrido, lo mismo con las empleadas, solo que estas se veían entre sí y se sonreían más que antes.
Giró para ver al niño y su madre todavía un poco interrogante.
-Esta bien, vamos a conseguir tu Pidgey en cuanto volvamos a casa –dijo la señora con una sonrisa para distraer a su hijo que, como cualquier niño de su edad haría, soltó un gritito de felicidad.
-Nnnn –se encogió de hombros y miro a Gary.
Con su señal de alarma apagada, ni se dio cuenta de la mirada molesta que tenía su antiguo rival, y lo único que le dijo que tal vez, solo tal vez sí se había perdido algo, fue cuando pikachu lo arrastro fuera de la tienda ligeramente apurado y al mirar atrás, vio que el niño lo miraba un poco interrogante.
…………………..
La lengua de Pikapi estaba muy caliente, bueno, todo estaba muy caliente, sus manos, su cuello, su frente, sus labios.
Pikachu los lamió para bajar su temperatura, pero eso solo pareció empeorar el asunto.
Abrió los ojos y lo miro, desnudo, en la cama, igual que el mismo y entregándose a la pasión mientras se ahogaba en ella.
-Pikapi –dijo con su voz estrangulada.
El moreno solo se acercó a él y lo beso con ternura y suplica.
-Dime –dijo mientras subía sus manos y viajaba por su cuerpo.
-Eres… la cosa más bonita que halla visto.
La risa de Sato inundo el lugar mientras lo veía sonrojado.
-Preferiría que me dijeras que soy sexy –el maestro pokemon tomo sus manos y las beso con ternura, comenzó a lamer sus dedos.
-También lo eres… -replicó sin apartar la mirada de la imagen frente a él.
Ash solo entreabrió los ojos mientras daba una última lengüeteada al dedo corazón de su mano derecha. La llevó a su entre pierna y pidió con la mirada sin decir una sola palabra.
Pikachu sintió como su cara ardía, debía de parecer un foco en medio de ese cuarto. Lo tomó con mucho cuidado y le hizo sentarse a horcajadas sobre su regazo. Metió el primer dedo y sintió la tensión que tenía su Pikapi.
Dios, esperaba no lastimarlo. Tal vez fuera mejor no hacer nada.
-No… no lo saques –dijo el otro chico susurrando en su oreja con los dientes apretados. Como siempre, adelantándose a sus pensamientos.
-Pikapi –su voz comenzó a sonar estrangulada, porque de repente le dieron ganas de llorar- tengo mucho miedo –y ya sentía que estaba templando.
El maestro pokemon se separó de él, tomo sus manos y las juntó frente a él, apresandolas entre las suyas. Rió una vez más.
-Pikachu –dijo con toda ternura.
-Pi… -su maestro comenzó a crecer.
-Pikachu… -repitió una vez más sin dejar de crecer, lo tomó en sus brazos y lo acunó entre ellos- Pikachu…
RAYOS.
Acababa de caer en cuenta…
-Pi pikapi pi ka kachu… chuuu…. CHUUU –gritó con todas sus fuerzas.
Rayos… RAYOS¡RAYOS!... ¡RAYOS! (n/a: rayos es una expresión)
-Jaja –su Pikapi solo sonrió, lo levanto entre sus brazos desnudos y lo beso en la boca… y supo que era la ultima vez -lo siento Pikachu, por lo menos así no tendrás miedo –y ya.
En su forma pokemon… no podía tirarse a su Pikapi.
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-¡NOOOOOO!
Se incorporó totalmente confundido en la oscuridad y con un miedo terrible. Tentó sus manos, sus dedos, se llevó las manos a la nariz y comprobó su figura, pequeña pero humana.
Suspiro agradecido… todavía podía tirár…
-Ah¿qué pasa? –Ash se levantaba con pereza a su lado mientras tallaba sus ojos- mmmm?... ¿por qué saltas?... –pregunto sin obtener respuesta mas que una mirada extraña- ¿Pikachu?
-Eh… ¿si?
El moreno ya se había despejado un poco y solo lo miró un rato. Lo abrazó y lo arrastro de nuevo a acostarse. Que bueno que la cama era individual.
-Deja de tener pesadillas y vuélvete a dormir. Acuérdate… -comenzó a volver a dormirse él mismo- acuérdate que mañana vamos temprano con Shigueru y el profe… -bostezó- profesor.
El rubio no pudo dejar de verlo con ternura durante unos segundos, y cuando vio que ya se había quedado dormido otra vez, lo beso en la mejilla.
-Buenas noches… Pikapi –y él también se dejó ir al país de los sueños.
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Gracias por leer.
PD: Ah, por cierto, con respecto a lo de arriba de su personaje, tengo que reservarme la sexualidad, fuerza y maldad del personaje. Es todo, pero como ya dije, no creo que nadie mande la lista.
PD PD: o como se diga postdata postdata, en el próximo capitulo digo que le paso a Shigeru.
