Capitulo 3
La mejor terapeuta de todas.
Desperté a la mañana siguiente totalmente descansado, era sábado y debido a la celebración del nombramiento, me había tomado el fin de semana libre, así que no me preocupe en alistarme inmediatamente y fui a prepararme algo para desayunar.
Los recuerdos de la noche anterior inundaron mi mente tan pronto puse un pie fuera de la cama, y los mismos sentimientos invadieron mi cuerpo. Me preparé un desayuno rápido (bueno en realidad me serví cereal) y me dispuse a comerlo.
"No es posible que este enamorado de mi mejor amiga" pensé mientras miraba fijamente mi plato de cereal "es simplemente imposible...es mi amiga, quien por cierto ha arriesgado su vida por mi muchas veces, y no ha dejado de apoyarme desde que la conocí... como es que he llegado a este punto"
Me olvide de mi cereal, mi apetito había desaparecido por completo, me senté en el sofá y mire la televisión, que por cierto estaba apagada, en realidad sólo miraba sin ver nada, mi mente trabajando a gran velocidad.
"Es que simplemente no puede ser posible, no puedo sentir esto por ella, es mi mejor amiga, no me puedo permitir perderla por algo así, pero, y si le digo lo que siento, tal vez ella... no imposible, soy demasiado cobarde y ella probablemente me lance un hechizo y salga huyendo... no, esto no debe saberlo nadie, necesito idear algo, algo que me haga olvidarme de éstos sentimientos... quizás lo mejor sea alejarme... sí eso es, debo alejarme un tiempo"
Un sonido me provocó un sobresalto que por poco y me tira del sofá. Era el teléfono.
- ¿Sí?- contesté
- Harry, soy yo¿cómo te sientes?- era Hermione, su dulce voz hizo que me olvidara por completo de lo que estaba pensando segundos antes.
- Mucho mejor Herm, gracias.-
- Me alegro¿tienes planes para hoy? -
- No ninguno en realidad. – le contesté sin pensar lo que decía, y tan pronto termine la frase me di cuenta que había cometido un error.
- ¿En serio¡Qué bien, esperaba que pudieras acompañarme a hacer unas compras¿qué me dices? -
-Eh pues... –en la que me había metido, si quería que esos sentimientos que comenzaban a surgir se terminaran, tenía que mantenerme alejado, pero ya le había dicho que no tenía planes y que me sentía bien, así que tenía que inventarme una buena excusa para salir de ésta.
¡Maldición!
Aceptémoslo, nunca pude dar buenas excusas, dónde rayos estaba Hermione cuando se le necesitaba... ¡oh cierto! Del otro lado del teléfono...
- Harry¿sigues allí?.-
- Eh, sí hmm – es ahora o nunca Potter – Sí, claro que te acompaño.- ¡Demonios!
- Gracias, te veo en tu departamento en media hora, nos vemos- y colgó
Colgué yo también y me quede mirando el teléfono, tratando de entender porqué, si ya había dicho que era necesario alejarme, le había dicho que sí.
De pronto me di cuenta de que aún estaba en pijama y de que mi casa estaba hecha un desastre, tomé mi varita y envié el plato de cereal al lavadero y eché a correr directo a darme un baño.
Me apresure lo más que pude y me vestí en tiempo récord, apenas había terminado de alistarme sonó el timbre. Corrí a abrir la puerta.
- ¿Pero qué te pasó?- Me preguntó Hermione quien al verme hecho a reír.
- ¿Qué¿porqué?- le pregunte sorprendido, no era exactamente el saludo que esperaba.
- ¿Tienes la playera al revés o impondrás una nueva moda?- me dijo tratando de contener la risa.
- ¿Huh? – mire mi playera e hice una mueca de exasperación dejando escapar un suspiro- Es que tú no sabes las tendencias de esta temporada – le sonreí sarcástico haciéndome a un lado para dejarla pasar.
Ella fue a sentarse al sillón y yo me quite la playera para ponérmela correctamente.
- Wow, Sr. Potter ha hecho usted ejercicio. – me dijo aparentando sorpresa y riendo por lo bajo, yo me sonroje.
Tras haberme acomodado la playera y cerciorado de que mis pantalones estuvieran correctamente puestos le pregunte:
- ¿Ya desayunaste?-
- Sí gracias¿tú? - asentíaunque en realidad no había tocadomi cereal-pero podríamos almorzar después-
- Seguro- sonreí
Me quede parado mirándola sonriendo como bobo, se veía tan hermosa...
- Harry – su voz me sacó de mi ensimismamiento- ¿sucede algo¿Me puse mi playera al revés también?
- Oh no, lo siento, es sólo que...- rayos si se veía hermosa
- ¿Sí? -
- No nada, olvídalo...-
- Harry James Potter, bien sabes cuanto odio que hagas eso – me dijo. Créanme ella puede ser demasiado intimidante cuando te llama por tu nombre completo.
- Nada es solo que...- no creía tener el valor de terminar la frase, pero su mirada amenazante me obligo a demostrar porque era un Gryffindor- es sólo que te ves hermosa...- termine como no queriendo, esperando algún tipo de objeción.
- Gracias- me dijo sonriendo, y contrario a todo lo que esperaba se levanto del sillón y me dio un beso en la mejilla, provocando que mi rostro ardiera – ¿Nos vamos?
- Eh, sí, sí – me apresure a abrirle la puerta.
- Gracias -
Salimos de mi departamento y caminamos escaleras abajo, no tenía idea de a donde iríamos de compras pero la seguí sin preguntar nada hasta que llegamos a la puerta que daba a al calle.
- ¿A dónde iremos Herm?- pregunté al fin.
- Al centro comercial – dijo como si fuera lo más obvio
- ¿Te refieres a las enormes plazas muggles?-
- Sí-
- De acuerdo¿quieres que vayamos en mi auto, o ...?- me detuve, pues el estacionamiento estaba frente a mi.
- No, iremos en el mío, pero tú conduces- me dijo regresando a donde yo estaba, pues no se había dado cuenta que me había detenido y se había adelantado un poco, y me entrego las llaves de su auto.
-Como quieras-
Su auto estaba estacionado a unos metros del complejo de departamentos. Tras haberle abierto la puerta para que subiera y haberme subido yo también, nos dirigimos al centro comercial.
No me parecía una gran idea, las multitudes siempre me habían puesto nervioso, y normalmente esas plazas tenían elevadores, y yo no me sentía muy cómodo usándolos desde un pequeño incidente en el que me había quedado atorado en uno de ellos por más de tres horas, desde ese entonces no usaba otro elevador que no fuera el del Ministerio de Magia, ya que no había otra manera de llegar a mi oficina, y aun así me sentía muy incomodo.
Al fin llegamos a la plaza comercial, que en efecto era enorme y tenía elevadores.
Acompañe a Hermione por cada una de las tiendas a las que entraba, y de verdad que no puedo creer como es que una mujer tarda tanto en probarse blusas para que al final, y después de haberse probado 15 diferentes terminen por comprarse la primera o no comprarse absolutamente nada... Aunque debo admitir que ver modelar a Hermione no me molesta del todo, en especial cuando son esas blusas entalladas que realzan su cuerpo...
Tras casi dos horas de entrar y salir de diferentes tiendas, Hermione había gastado lo que parecía ser el equivalente a 50 galeones, 7 sickles y 15 knuts, y yo estaba cargado hasta el cuello con bolsas y cajas, y además hambriento.
Para mi fortuna (y la de su bolsillo) decidió que ya había sido suficiente y que podíamos detenernos a almorzar, así que la seguí, tratando de no chocar o caerme, pues a dudas penas si podía ver.
Es tanta mi confianza en Hermione que simplemente la seguí sin darme cuenta hacia donde nos dirigíamos hasta que escuche una puerta metálica cerrarse detrás mío. Me di vuelta sólo para darme cuenta que estaba atrapado en un elevador y ya era demasiado tarde para salir huyendo.
- Baja las bolsas Harry, las cafeterías están hasta el último piso- me dijo.
Y no pudieron ser peores noticias, la plaza tenía muchos pisos... ¡al menos treinta!... bueno esta bien, exagere un poco, eran menos de 10¡pero estábamos en el primer piso!. Aunado a mi pánico irracional a los elevadores, éramos los únicos en él, lo que no ayudaba mucho a hacerme sentir cómodo. Tras haberlo meditado unos segundos, baje las bolsas.
Las manos comenzaron a sudarme de manera incontrolada y mi respiración pasó de ser relativamente normal a notablemente acelerada. Traté de relajarme pensando en otras cosas, distraer mi mente y normalizar mi respiración, y justo cuando comenzaba a lograrlo, sentí una fuerte sacudida.
- ¿Qué sucede? – pregunté tratando de no sonar muy alarmado, lo cual fue un tanto difícil.
- Creo que se atascó- dijo ella, apretando el botón con el número 8 – Sí, estamos atorados, habrá que esperar a que lo reparen - y apretó el botón de emergencia.
¡Oh por Merlín! Por Merlín! Era precisamente por esto por lo que no usaba los elevadores¡estábamos atrapados¡Atrapados los dos solos! Pronto el oxígeno se agotaría y moriríamos asfixiados¡asfixiados en un elevador! Nunca más volvería a ver a Ron y ...
- ¡Harry!-
- ¿Qué! -
- Tranquilo, no ha pasado nada – me tenía tomado por los hombros, al parecer, había entrado en un ataque de pánico. – Relájate, respira, eso es, respira profundo, trata de calmarte.-
- Sí, lo siento, tienes razón – hice lo que me pedía y trate de conservar la calma.
- ¿Ya estás mejor? – me preguntó tras una breve pausa
- Sí, eso creo – mi corazón aún palpitaba increíblemente rápido, pero trate de recuperar mi compostura frente a Hermione, después de todo se suponía que era un reconocido auror, el-niño-que-vivió, el-niño-que-derrotó-a-ustedes-saben-quien¡debía ser capaz de controlar un simple ataque de pánico!
- Siéntate, no tardaran en sacarnos de aquí – ella se sentó recargándose en la pared del elevador, y me hizo una seña para que me sentara a su lado.
- Eso es lo que tu crees – y me deje caer junto a ella – la última vez que quede varado en un elevador tardaron horas en sacarme de allí, y no podía aparecerme porque había un loco tratando de convencerme de que era un adivino e insistía en leerme la mano...- ella rompió en carcajadas al escuchar eso - No fue para nada gracioso¡oh no! Creí que no saldría de allí nunca. -
- ¿Es por eso que siempre usas las escaleras para llegar a tu apartamento? – asentí con la cabeza y ella rió aún más.
Después de eso fue sólo silencio... un incómodo silencio.
Si bien había logrado tranquilizarme y recobrar la compostura, por mi mente empezaron a rondar imágenes de Hermione modelando todo tipo de ropa, lo que comenzaba a ponerme nervioso... quizá demasiado nervioso...
- ¿Qué te sucede? – me preguntó de repente
- Pues, aparte del hecho de estar atrapado en un elevador, lo cual me causa pánico, nada en realidad. – le dije
- No me refiero a eso, Harry -
- ¿Entonces? – comenzaba a sentirme acorralado, sabía perfectamente hacia donde se dirigía la conversación - ¿a qué te refieres? Porque no tengo ni la más mínima...
- Basta Harry¿acaso crees que no me he dado cuenta de lo que sucede?-
- Herm, no se a que te refieres – mentí.
- Has estado actuando extraño desde el viaje a la playa-
- ¿Extraño? Pero de que estás...-
- De alguna manera comenzaste a evadirme-
- ¿Evadirte? Yo nunca...- bueno en realidad sí, pensaba, pero tiene una buena explicación.
- después el baile, y tu falso resfrió -
- ¿falso? Pero si tu fuiste quien insistió en que nos fuéramos a casa, hasta me diste una poción -
- Era una poción para dormir, Harry –
- ¿Qué! – esa no me la esperaba.
- Sabía que no estabas resfriado, creí que la multitud te había puesto nervioso, pero después, en el auto, me di cuenta de que no era así, de que era yo quien parecía incomodarte – me miró de forma extraña.
- Tú no me incomodas- le reproche
- ¿Ah no? Entonces ¿por qué te sientes incómodo ahora? – abrí la boca para reprochar pero ella dijo antes – y no tiene nada que ver con tu pequeña fobia a los elevadores. – bien, ese era el fin de mi excusa.
- No es nada Herm.-
- Harry por una vez en tu vida ¿podrías evitarme la pena de sacarte todo por la fuerza y decírmelo tu mismo?-
- ¿Decirte qué? No hay nada que decir – mi voz comenzaba a temblar y mi corazón palpitaba más rápido que nunca – Si me sintiera incómodo contigo no te habría acompañado a hacer tus compras. – ¡Ajaja! Un punto a mi favor.
- Bueno, supongo que eso es un punto a tu favor - ¡Lo sabía! – a menos claro que te haya pescado desprevenido y no hayas tenido una buena excusa, como suele pasar. – ¡Demonios! Me conocía bastante bien.
Me tenía atrapado, no sabía que contestarle, me quede callado esperando encontrar la manera de librarme de esta sin salir hechizado, pero nunca fui la escoba más rápida en el campo de quidditch (oh, esperen, sí lo fui, ehem... ustedes entienden ¿no?).
- Entonces¿me dirás lo que sucede, porque sinceramente no entiendo lo que pasa, y me aterra la idea de haber hecho algo para hacerte sentir de ese modo -
- No, Herm, no eres tú – le dije, después de todo era yo el único problema – soy yo.-
- ¿Tiene algo que ver con eso que descubriste anoche, en el baile? –
- Sí... hey, un momento¿tú como sabes...? -
- Tú mismo me lo dijiste "En algo que acabo de descubrir y que ha estado allí siempre y no me había percatado hasta hoy" – me citó como si se tratara de una frase de algún libro que se aprendió de memoria - ¿Qué fue lo que descubriste, Harry¿Qué fue lo que descubriste que te puso así? – ahora me miraba preocupada, baje la mirada, no podía verla a los ojos.
- Algo que no creo fuera bueno descubrir – sus ojos buscaban los míos desesperadamente, pero yo no me atrevía a hacer contacto visual por alguna razón.
- ¿Porqué Harry? – giró mi rostro con sus manos, y mi corazón dio un vuelco, sus ojos eran hermosos, no podía seguir ocultándolo, tarde o temprano lo sabría...
- Porque estoy enamorado de ti, Herm – ella soltó inesperadamente mi rostro, y yo me preparé para lo peor, no estaba seguro si la expresión de su rostro era de sorpresa, desilusión o una mezcla de ambas – porque me di cuenta de que estoy enamorado de mi mejor amiga, enamorado desde que la conocí. Pero se que no puede ser así, porque somos amigos y no puedo arriesgarme a perder tu amistad. Significas tanto para mi, que el simple hecho de pensar que mis sentimientos te alejen de mi me aterra tanto, que no quiero, no puedo permitir que eso pase. Por eso creo que será mejor que nos alejemos, al menos por un tiempo, para que así pueda enterrar estos sentimientos, y proteger nuestra amistad y...- mis palabras fueron sofocadas por un beso inesperado.
- ¿Y quién te crees tú para pensar que te dejaría ir, así sin más? – me dijo cuando rompió el beso – Harry James Potter, siempre te has querido hacer el héroe, tratando de protegernos a Ron y a mí – continuó con tono suave sin soltar mi rostro, que había tomado para darme el beso, y sin dejar de verme a los ojos – pero creo que ya estoy lo suficientemente grande para cuidarme yo sola- y volvió a besarme.
Todo el temor desapareció entonces, todas mis dudas fueron resueltas, mi amor era correspondido y eso era lo único que importaba en ese momento, que más daba si me encontraba atrapado en un elevador.
- Entonces- le dije, rompiendo el beso que comenzaba a hacerse más intenso - ¿eso significa que también estás enamorada de mi? -
-Como tú ,estoy enamorada de ti desde siempre, sólo que decidí darte tiempo para que tú te dieras cuenta- me dijo con una sonrisa- pero estabas tardándote Potter.- yo no pude hacer más que sonreír. Acerque mi rostro para besarla nuevamente, pero fui interrumpido por otra fuerte sacudida.
- ¿Qué sucede? – pregunte alarmado, recordando donde estábamos
- Creo que al fin lo arreglaron.- me contestó mirando al techo
- En ese entonces...- me estiré para apretar el botón de frenado de emergencia.
-¿Qué haces? – preguntó sorprendida
- Deteniendo el elevador – le contesté tranquilo y sonriendo.
- Pero¿y tu fobia? -
- Digamos que tengo una muy buena terapeuta. –me sonrió y yo volví a besarla, así era como quería estar, junto a ella, solos, robándonos el alma uno del otro para fundirla en una sola.
Pues bien, ésta es mi historia, he aquí cómo un artefacto, sin vida ni mente, puede cambiar la vida de dos personas. Lo que siguió después de eso, es otra historia.
Fin.
