Mago de Oz 03

Advertencias: PV's repentinos… me da lo mismo si no entienden… las personas k lo leen desde siempre, lo comprenderan… lol

Muchas gracias a kienes me han esperado… esperemos k este tiempo de silecio rinda sus frutos.

Heero paseó una vez más por el apartamento. Pero se encontró cómodo en una silla de computadora, mirando aquel bulto sobre su cama.

Duo descansaba tranquilo ahora. Se puso a escribir sus notas sin pensar mucho en lo que hacía. Daba lo mismo, saldría todo bien. Como siempre. Como nunca. Miró aquel apunte con pistas posibles, para encontrar el primer mensaje dejado por Zechs, por si era muerto. Era del tipo de cosas que sólo puede comprender la persona a la que está dirigida.

Duo lo había comprendido de inmediato. Si… era el primer mensaje para que Duo lo descifrara. Decía que Heero podría descifrar el resto una vez tuviera la clave.

Y era cierto. Los habían entrenado para ser unos espías de TV. No tenían vida fuera de eso, e intentaban armársela. Justo entonces, cuando todo iba bien… tenían que matar a Zechs.

Pero… ¿A qué venía el asesinato político de un personaje de tv? Es que los terroristas están locos… tal vez… Uno realmente nunca sabe. Sólo es gente educada con una misión. Bah--- no vale la pena seguir pensando en eso.

Sólo me pregunto… en que momento le diré a Duo que he tomado esta desición. Es complicado. Aún no se si me puedo cuidar solo… en cambio él… siempre sabe qué hacer… o se las arregla de una u otra forma para sobrevivir. Para salir adelante, no importando lo que suceda.

Sair… salir… el funeral de Zechs asomaba a su cabeza como un leit motiv, como esas canciones que se quedan pegadas para siempre…

Si he de morir, será luchando Por ver crecer a mi pueblo aquí

Rezaba una de las canciones que zechs había elegido. Rodaran cabezas…

Se que vienen a por mi… y un sacerdote pregunta "en nombre de dios ¿quieres confesión?

Confieso que ame y creí en dios… de los pobres justo y moral…

Heero sonrió. ¿Cuándo habían creído ellos en dios? Crecieron en distintos orfanatos. ¿Qué le iban a hacer? Duo creció en uno católico. La cruz que siempre llevaba al cuello, los santos en su billetera lo atestiguaban. La moral y esas cosas… Heero sólo las conoció al leerlas en libros. Todo lo que Heero hacía en el orfanato era leer. Algunas celadoras se enojaban y decían que fuera a jugar con los otros niños. Otras, lo dejaban en paz. Cuando las primeras hacían eso, Heero iba a hacer ejercicio físico, que aprendió en otro libro.

Para Heero, el mundo humano empezaba y terminaba en Maxwell.

Por eso iba a hacer lo que iba a hacer. Porque sabía que con el crimen sin solución, ÉL no iba a estar bien nunca. Aparte, tenía que buscar tema en su novela. Y resolver sus problemas existenciales. Por eso lo cuidaba ahora. Y por eso lo había sujetado cuando, a punto de desmayarse, dejó caer tierra sobre el ataúd de Zechs. Sabía que ellos dos habían estado juntos largo tiempo. Sabía que Duo no lo había olvidado por completo. Y sabía que esta era la única forma. Dejarlo ir.

Y perderé en un suspiro Lo que en una vida tardé en construir

Aún así… sabiendo que esa separación temporal era necesaria, llevarla a cabo era como arrastrarse desnudo sobre vidrios rotos. Dejando la piel atrás.

Si he de vivir, no será mendigando Por mi cultura y por lo que creí

Si he de caer, será al menos luchando Porque no secuestren mi libertad

Si, claro. Las cosas estaban bastante simples. Y bastante complejas. Trazó una línea sobre el mapa de los estados unidos. Eligiendo la carretera. Trazando rutas. Era mas seguro y mas barato ir manejando.

Duo se revolvió un poco en la cama. Seguro con una pesadilla. Heero miró el reloj. Faltaba aún para que despertase. El viaje de vuelta lo había dormido todo, pero el funeral había sido tan duro. Tomó el mapa, dejándolo bajo el cuaderno, y siguió anotando.

Si he de callar, lo haré dejando Que hable por mí, el viento de aquí

Después que Duo se despertara de ese ataque… si, de ese ataque, hubieron de soportar sin un gesto, sin un sonido, el viaje. Y además del funeral, verlo estar allí, negándose a las drogas, mirando el ataúd de Zechs. Verlo mirar sin ver. Verlo como todos pasaban de el. Ver como pensó que nunca lo recuperaría.

Verlo ahora aún dormido.

¿Volverá Duo?

"necesitare tiempo" fue cuanto dijo en el aire.

No quiero ver a mi pueblo adorando A un Dios que no puede al sol oír

De nuevo Dios… para el su único dios era el… nunca se había enterado que a Zechs también le gustaba Mago de Oz.

Si he de gritar mi odio irá levantando

Tal tempestad que ira os helará

¿Cuántas cosas se pueden no saber de alguien que compartió el camarín de al lado? ¿De alguien que pasó gran parte de su vida viéndote? ¿De alguien con quien has de compartir lo que amas?

¿Amas? El amor presiona y produce deseo de matar… le enseño su maestro.

Si he de matar no será asesinando El hombre blanco lo hace, No por sobrevivir.

Ya… da lo mismo. Se levantó a hacer café.

Sé que llegará el día En que llueva libertad

Y que escrito en la luna Con la tinta de un clavel Se lea "vive en paz"

Sirvió el café pensando en lo de paz mundial y de la ONU, las declaraciones y discursos que se dieron durante el funeral. Los mismos políticos habían hecho trabajar hasta tarde a sus diseñadores de imágenes. Estúpidos.

No habían dicho una palabra sincera. Mejor no hablar. Duo no podía hablar.

Cuando lo miró de nuevo, Duo miraba el techo, con los ojos abiertos. Miraba al techo. Puso Heero stop a la música, para dejarlo hablar, o escucharle. Las paredes decoradas en color tierra de su pequeño loft le recortaban su silueta de un modo que quedaba igual que leo de caprio en titanic. Datos freak y tonteras así solía hablar Duo.

-No dejes que la melancolía De tu memoria sea el retrovisor…- Repitó Duo la última frase.

Heero pareció entender su voz firme y golpeada. Allí había determinación de vivir, de seguir adelante. Desde su lugar, sus ojos brillaron. Y le sonrió.

Desde la oscuridad más absoluta, Duo siempre conseguía sacar algo de esperanza. Quizá por eso se atraía tanto a él.

Además, ellos dos parecieron tener desde siempre… quizás desde antes de conocerse, esa cualidad de entenderse mas allá de toda palabra, de todo gesto. Era como si no hubiera necesidad de aquellas palabras que tanto obsesionaban a Heero, como si estorbaran.

Sí, las palabras entre ellos dos estorbaban. Duo le devolvió la sonrisa a Heero, muy levemente.

-Heero, amorcito, traeme una taza de café y algo para el dolor de cabeza, por favor.

-Claro. Respondió estoicamente y sorprendido también, mientras veía como su amor se reacomodaba entre las sábanas. Parece que estaba incluso mejor de lo que pensaba.

Le llevó una bandeja con café para dos, recién colado. Y sin dulces, sándwich salado, o alguna cosa así. Como le gustaba a Duo.

-No dejes que una frontera consiga Determinar el país de una flor…

Para cuando terminamos de hablar, el no lloraba. No conoci la expresión de su rostro. Era especial. Y sabia yo que no iba a darme el cuero para estar con Heero un tiempo… no podia refugiarme en el sin hacernos daño.

Y De verdad, me impresionó que el estubiera tan dispuesto a hacer ese viaje. Denota su madrurez, su intento por superar sus problemas.

Me dio pena saber que iba a estar lejos tanto tiempo. Asi que le propuse caminar antes de tirarnos a la cama y follar como locos… como sabe que yo queria hacerlo…

Fuimos al mar… asi, con ropa cómoda, con lentes oscuros, de madrugada. Vimos amanecer desde la ventana de un hotel cerca del mar… ni a casa llegamos… era una hermosa vista… el, su cuerpo desnuco…yo… mi alma cercana.

Beso el suelo y de rodillas

Me despido de la mar

En otra vida volveré

Hoy van a rodar cabezas

Hoy van a rodar