Espacio de la escritora

Un saludo queridos lectores! Quiero agradecerles a todos los que han visitado y leído esta historia, estoy muy contenta de saber que ha tenido buen recepción de su parte, a pesar de que solo tiene 1 comentario, el número de visitas es alto y eso me alegra.

De manera especial agradezco a Mariee98, Yami no ojo y a por haber marcado como favorita esta historia.

Sin más por ahora espero que disfruten este capítulo. Y por favor lean la nota que dejaré al final de este capítulo, pues aclararé algunos términos que he empleado en la historia, eso podría ayudarlo en la comprensión.


Capítulo 4: Camino al pasado

El grafito se movía con mucha gracia sobre la prístina hoja de papel, las líneas encontraban su camino y los complejos trazos daban forma al dibujo. La mano de la diosa daba suaves movimientos que simulaba una lenta danza. Aprovechando la luz de la mañana, la dama invernal plasmaba en papel la imagen panorámica que le ofrecía la vista del jardín del santuario del dios de la tierra.

En el papel los trazos parecían tan vívidos, los árboles cargados de brotes de flores parecían imponentes y los detalles en los pétalos, hacía parecer que si los tocaban serían tan delicados como los de una flor real. También se podía apreciar los rasgos finamente dibujados y bien hechos de un hombre en esmoquin. No cabía la menor duda de que los detalles se habían hecho con mucho cuidado, desde las líneas que daban la sensación de movimiento en el cabello hasta el tono de color oscuro que sombreaba la solapa del traje.

"¡Es un trabajo formidable!, no sabes cuánto extrañé tus dibujos y pinturas, ya estaba pensando en conseguir nuevos cuadros" Mikage sabía apreciar el arte, aun cuando no era un experto. Pero no había que ser un erudito para sentir el realismo que transmitía el dibujo.

"¿De verdad te gusta mucho?" Preguntó Ria sin perder la concentración, dando los últimos toques a los lentes que usaba el hombre del dibujo.

"Definitivamente" Contestó con una sonrisa el rubio.

"Me agrada oírlo, será tu regalo antes de irme." Ria soltó el carboncillo, y tomó el pañuelo que estaba a su lado para limpiar sus dedos que se habían manchado un poco por el grafito. Todavía tenía que darle color, pero lo haría cuando volviera de su aventura en el tiempo.

"Pero tengo una pregunta" dijo el dios mirando más de cerca el papel, Ria le dio una mirada interrogatoria, queriendo saber qué diría. "¿Por qué me has dibujado usando un esmoquin?" Continuó él un tato jovial. Él nunca había usado algo como eso, claro no es que no disfrutaba de las prendas modernas, hubo un tiempo en que solo usaba gabardinas, sin embargo, evitaba lo llamativo, y ese traje sin duda lo era.

"Porque siempre he querido verte con uno, para variar un poco de tu estilo tradicional" dijo mientras ponía sus ojos en blanco.

"Lamento no tener tu sentido y gusto de la moda" comentó él entre risas. La dama de la nieve entrecerró los ojos y soltó un bufido.

"La última vez que estuve por aquí las hombreras estaban de moda" Dijo recordado los memorables 80s "ahora lo están las hakamas modernas o palazzos la versión occidental de ellos." Recordó las revistas que había mirado cuando se había reinstalado en su templo.

"Treinta años pasaron, las cosas avanzan más rápido de lo que crees, aunque el tiempo parezca lento. Dime, ¿Cómo lo pasaste en este tiempo? Supe que incluso pediste que Otohiko no interviniera para nada en la llegada del invierno." Una de las tareas que desempeñaba la deidad del viento era el apoyo a las deidades estacionales. Era necesario que los vientos soplaran para marcar los cambios de estación, ayudar en el florecimiento, subida de temperatura, caída de hojas y expansión de la nieve. Otohiko, el excéntrico señor del viento, era bastante crítico y molestoso con la deidad de la nieve, le divertía molestarla, pero le tenía gran aprecio, aunque sus personalidades no congeniaban. Fue por eso que, siempre que llegaba el invierno le daba una ayuda extra a Korihana, considerando que al no ser originalmente una deidad le costaba cumplir con el reparto de frio y nieve en la época invernal.

"Fue difícil al principio, pero necesitaba hacer todo el trabajo por mi misma, era la única manera de presionar mi poder divino. Otohiko tenía su labor, pero si podía incluso manipular el viento invernal mi progreso sería mayor. Además, sé que disfrutó mucho sus largas vacaciones." Dijo imaginándose las alocadas fiestas que el dios sin duda hizo en esos 30 inviernos. El rubio rió sabiendo la verdad de esa afirmación.

"Estuve pendiente cada invierno, y cada vez se sentía más frío, las ventiscas más fuertes y la nieve más densa. Sabía que lo estabas logrando" El dios de la tierra dedico una sonrisa pura y genuina a su amiga. Estaba orgulloso de ella.

"Mikage…" susurró ella. Sus ojos brillaban transmitiendo felicidad y calidez a la vez que sus labios se estiraban en una delicada expresión que mostraba lo conmovida que estaba. El hombre frente a ella había sido su apoyo desde la primera vez que lo conoció, fue su amigo, un hermano, un guardián. No había gratitud más grande en ella que no fuera para su querido amigo.

La puerta corrediza se abrió y se inundó de voces que discutían e insultaban. Al parecer los guardianes que esperaban ya estaban aquí.

"¡Serpiente arrastrada ya te he dicho que debes mantener limpia la entrada del santuario! ¡Todo está lleno hojas, eso jamás hubiera ocurrido bajo mi guardia!" grito un apuesto peliplateado de ojos azul-violeta.

"¡Estúpido zorro engañoso, te dije que acabo de llegar! Luego me encargaré de las tontas hojas. Pero si tanto te molesta toma una escoba y barre tú mismo." Respondió fúrico el joven de blanco cabello disparejo y ojos verdes.

"Maestro Tomoe, Maestro Mizuki, no armen escándalo por favor, tenemos visitas" Tanto Onikiri como Kotetsu quienes habían ido a recibir a los guardianes trataban de calmarlos y separarlos antes de que peleen en frente de la diosa, claro está sin éxito.

"Por lo que veo ustedes siguen sin poder llevarse bien, a pesar de haber convivido por un tiempo, o eso es lo que oí" dijo la diosa con una expresión más neutral.

"Señora invernal, no creí que tendría la oportunidad de volver a verla" El ojiverde hizo una reverencia a la diosa que solo había visto una vez cuando aún servía a la diosa menor del río.

"Saludos Mizuki, te ofrezco una reverencia en honor a tu antigua señora, la dama del río. Lamento mucho su separación" Dijo Ria mientras inclinaba su rostro más bajo de lo ordinario para reverenciar a los que ya no estaban.

"Muchas gracias, diosa Korihana, su gesto me honra, y seguramente la diosa del río también lo apreciaría." Dijo Mizuki con solemnidad y un pequeño rastro de tristeza, ahora servía a Mikage quien era un gran amo, pero siempre recordaría con profundo cariño a su primera señora.

"Korihana" dijo con sorpresa Tomoe. Sabía que su visita era para hablar con la diosa que en su pasado había sido una persona en la que se apoyaba, pues se comprendían mutuamente. No obstante, le conmocionaba volver a verla.

"Querido Tomoe, es bueno verte, te ves más humano." Dijo ella con sorna. El ex yokai puso sus ojos en balnco, no le pareció tan gracioso el comentario.

"Supongo que oíste lo que pasó" agregó el antiguo kitsune un tanto aburrido, esperaba no tener que contar toda la historia.

"Mikage ya me dijo todo sobre ti y cierta ex diosa humana, Nanami es su nombre según lo recuerdo." Dijo ella con un tono un tanto bromista, aunque sus expresiones faciales no reflejaban emoción alguna. Parte de su encanto invernal, suponía el ex yokai. "Y además, ahora eres padre, nada mal. Confío en que eres feliz." Agregó ella haciendo un pequeño gesto de felicidad con sus labios. La diosa difícilmente era expresiva, no así con un puñado de cercanos a quienes estimaba y confiaba profundamente.

"Lo soy, no hay momento en mi vida en que haya sido más feliz que ahora." El antiguo yokai, ahora humano, amaba por sobre todo a su familia. La diosa podía sentirlo, y se alegraba por él, pero una pequeña parte de ella lo envidiaba. "Me dijo Mikage que necesitabas consultarme algo urgente, algo relacionado a una misión súper secreta relacionada con la gema divina y viajes al pasado, de los cuales se supone no debería saber nada" dijo Tomoe guiñándole un ojo pícaramente.

"Eres el dios de la tierra y las parejas, pero sin duda no el de la discreción, creo que pasas demasiado tiempo con Otohiko" comentó Ria entrecerrando sus ojos y mirando agudamente al dios acusándolo de no saber guardar secretos. Por supuesto que tendría que decirle a Tomoe sobre el asunto, pero esperaba hacerlo ella misma. Mikage solo puso sus manos delante de sí riendo nerviosamente.

"Por todos los dioses, qué ocurrió con la gema divinal" exclamó Mizuki. Al parecer era el único en la habitación que no se había enterado de nada.

"Déjeme resumirselo maestro Mizuki" una pequeña ventisca de nieve apareció en medio de la mesa y de ahí apareció Fubuki quien al igual que su gemelo, Shimo, también conocían todo el asunto, pues su ama les había contado después de dejar la corte celestial, no tenía sentido no saberlo, ellos la acompañarían dondequiera que fuera. "La señora Korihana volvía de su largo entrenamiento cuando el dios celestial Tenkou la recibió con un festín"

"que por cierto también nos engañó a nosotros para dejarlos a solas y poder hablarle del problema. Su excelencia sabía cuánto amamos la sopa de cerdo "Agregó Shimo que acababa e llegar.

"le dijo que la gema divinal había desaparecido, alguien intentó robarla, pero el sello protector actuó enviándola a otro punto en el tiempo, ¿muy loco no cree?" continuó Fubuki, mientras Mizuki asentía rápidamente con ojos abiertos como niño que oía un gran cuento.

"El guardián del tiempo encontró algo extraño en el periodo sengoku, que no seguía el curso de lo ya marcado, así fue como su excelencia supo a dónde había ido a parar la gema. Así que le encargó a nuestra diosa ir a recuperarla, porque ella es la más digna, poderosa y adecuada para traerla de regreso." Finalizó Shimo, levantando un puño de victoria como si acabará de derrotar a algún contrincante poderoso.

"¿Ahora está claro, maestro?" preguntó Fubuki, a lo que Mizuki respondió moviendo su cabeza de arriba a abajo sin parar mientras aplaudía. Fue un buen resumen.

La diosa invernal puso sus dedos en su frente y movía su cabeza de forma reprobatoria. Sus pequeños espíritus kamaitachi a veces eran muy ruidosos y no sabían como comportarse. Pero al menos le habían ahorrado el trabajo de narrar todo lo ocurrido en los últimos días.

"Por eso querías hablarme… viví durante ese período y estaba lleno de yokais peligrosos, yo entre ellos." Tomoe unió los puntos encontrando la razón por la cual Korihana lo consultaba. La gema era una fuente de poder como ninguna otra, era muy deseable, y desgraciadamente en la era feudal abundaron muchas bestias que anhelaban ser más fuertes y poderosas. Él mismo había buscado poder en sus días oscuros como yokai.

"Así es Tomoe, Tenkou me dijo que el hechizo de protección que tiene la gema en sí también sella y oculta su poder, volviéndola casi indetectable para cualquier criatura que no tenga una energía altamente poderosa. Por eso necesito que me digas todo lo que sabes sobre los yokais de mayor poder de quienes hayas oído. Temo que solo ellos podrán ser capaces de percibir la gema y tratar de tomarla, si es que no lo han hecho ya. De ser así tan pronto como los localice será mejor y más fácil de encontrar la joya."

"siempre me consideré poderoso y terrible, sin embargo, más allá del poder, la destrucción y caos era lo que me distinguía." Tomoe hizo una pausa pensando en su vida pasada y todo lo que había hecho, no mentía, el caos era su delirio y su fuerza era su orgullo, pero no perseguía exactamente el poder supremo. Por otra parte, había oído de dos extremadamente poderosos y temibles yokais que constantemente buscaban la forma de aumentar su poderío. "Oí de 2 señores daiyokais, el demonio dragón, Ryu, señor del Norte y el demonio perro, Sesshomaru, señor del Oeste. Se decía que eran terribles y temidos por el despliegue de poder que poseían. Las escamas de jade del dragón eran una perfecta e impenetrable armadura, difícilmente podía ser herido. Su ataque de energía eran como la caída de mil rayos destruyendo completamente a quién se le enfrentaba. Honestamente creo que es una exageración, pero no lo puedo afirmar." Dijo el ex kitsune un tanto aburrido y fastidiado de repetir las proezas de dicho demonio a quien nunca conoció. "Aunque recuerdo que en un poblado donde pasé hubo gran alboroto por el poder de las espadas del demonio perro, se supone que derrotó a un imbécil que quiso apoderarse de una perla mágica o algo así. No parecían estar fingiendo en lo peligroso que era ese sujeto, tal parece que fue una interesante batalla." Recordó Tomoe, aunque en su mente estaba seguro de que el nombre Sesshomaru le era conocido desde antes de los hechos de la perla, pero no sabía de dónde.

"Ya veo, entonces si esos demonios eran tan formidables como dices, es probable que sean capaces de captar la energía de poder que emana la gema." meditó la señora de las nieves, tendría que buscarlos y comprobar si seguían la esencia de la gema divina o peor si ya la tenían.

"Es probable que ni siquiera sean capaces de sentirla, el sello concentraba gran poder divino, pero en el caso de que la estén buscando…" se detuvo el dios de corto cabello rubio, acomodándose sus anteojos. "¿crees tener la fuerza para enfrentarlos? El poder demoníaco no debe ser subestimado, Ria" ella lanzó una mirada severa a su amigo, sabía que se preocupaba por ella, y que no dudaba de su destreza, pero suponer que ella subestimaba a sus oponentes era algo que le molestaba. Después de todo lo que había vivido ya debería tener claro que su guardia nunca estaba baja y su cautela siempre estaba alerta.

"Hmp, no me subestimes tú a mi, me tomo muy en serio mis batallas "dijo dando respuesta a Mikage. "Tendré muy presente tus palabras, Tomoe. Has sido de mucha ayuda." Sé dirigió al antiguo zorro inclinando un poco su cabeza en señal de agradecimiento.

En algún momento entre la narrativa de Tomoe, Mizuki había salido del salón, tenía que buscar el objeto que ayudaría a la diosa a realizar su viaje. Se demoró un poco porque la última vez que ordenó su habitación había movido todo de su lugar original.

"Mi señora Korihana, he encontrado el incienso del tiempo, perdón por la tardanza, olvidé dónde lo había guardado" irrumpió el espíritu serpiente, disculpándose mientras frotaba la parte de atrás de su cabeza con la mano.

"¡Qué vergüenza, serpiente inútil! ¿Cómo puedes ser tan despistado?!" gritó refunfuñando Tomoe pareciendo que su cabeza se agrandaría al punto de reventar. "¡Ay, perdón!" Mizuki sólo se encogió como si fuera un niño regañado.

"Diosa del invierno, este es el incienso rotatorio del tiempo" dijo el espíritu serpiente mostrando un viejo incensario de cerámica verde con algunos caracteres y dibujos antiguos en su superficie. "Hay distintas formas de viajar al pasado a parte del portal que custodia el guardián del tiempo, yo poseo este catalizador que permite enviar el alma y el cuerpo, sea unidos o separados, al punto en la historia que desee. Al no ser una deidad original, el tiempo que pueda permanecer ahí puede variar, ya que la energía central que se sujeta a su divinidad irá disminuyendo hasta volverla a su estado original, antes de que recibiera el poder divino del invierno."

"Volvería a ser una ninfa" Dijo Ria casi en un silencio, mientras escuchaba atenta a las palabras de Mizuki. Miró fijamente al incensario pensando en quien era antes de que Tenkou le otorgara el poder del invierno. Los demás en la habitación también pensaron en la vida de la joven cuando aún era una ninfa, específicamente cuando estallado una discusión en la corte celestial para transformar su esencia primordial y hacerla divina. No fue un buen tiempo lo de aquello, y cuando todo estuvo hecho el tema no se volvió a tocar.

"Así es, mi señora, esto se debe a que usted no existía en ese tiempo, y la línea de los mundos la llama a volver hasta el punto donde tenga existencia. Por eso se debilitará y enfermará ya que su ser experimentará un retroceso. Si solo envía su alma, la debilidad de su espíritu la arrastrará a su cuerpo que está en este tiempo y regresará aquí quiera o no, pero si viaja completamente, el retroceso podría debilitarla hasta la muerte y no solo eso, también la desaparecerá de la existencia." Mizuki no hubiera querido tener que decir eso, pero era necesario prevenirla. Todos miraron inquisitivamente a la diosa esperando que dijera algo al respecto, quizás debería replantearse tomar la misión.

"No hace falta que me miren así, no pasará nada si vuelvo antes de regresar a mi forma de ninfa" dijo ella restándole importancia a la preocupación que parecía tener todo mundo, después de todo no debería tomarle mucho tiempo buscar una baratija todopoderosa. "¿Cuánto tiempo aproximadamente tengo antes de que haga regresión?"

"Debido a que tu esencia primordial ha sido transformada y tu fuerza espiritual es alta yo diría que 100 días" dijo el dios de la tierra acomodándose una vez más sus anteojos.

"Será más que suficiente." Volvería antes de que se cumplieran los 100 días, de eso estaba segura.

"Ria debes ser cuidadosa, si por algún motivo tu energía divina se debilita también disminuirá el tiempo que puedas quedarte antes del cambio." Mikage estaba muy preocupado por su amiga, no dudaba que completaría ese trabajo, pero no podía evitar pensar en los peores escenarios, ese punto en el tiempo no se había distinguido precisamente por ser pacífico sobre todo por la presencia desmedida de yokais.

"Volveré pronto" le dijo con una mirada suave y cariñosa. "Tomoe gracias por tu ayuda" puso la mano en el hombre del viejo kitsune y añadió "cuando regrese planeo visitarte y conocer a la encantadora de bestias." Le dijo burlonamente. El hombre solo puso sus ojos en blancos y le deseó la mejor de las suertes. "Te estaré esperando" dijo él y le sonrió.

"Kotetsu, Onikiri ayuden a Mikage y por favor cuiden de mi templo en mi ausencia." Dijo sobando suavemente sus manos en las cabezas de los pequeños espíritus. "Lo haremos, señora Korihana. Déjenlo en nuestras manos." Respondieron al unísono.

"Diosa Korihana, recuéstese por favor y relájese para que pueda concentrase en el humo del incienso" Ella tomó consigo la bolsa que había preparado con todo lo necesario para su viaje antes de ir al santuario del dios terrenal y llamó a sus pequeños acompañantes kamaitachis quienes que subieron a las palmas de sus manos y disminuyeron de tamaño hasta desaparecer en ellas. Después, hizo tal como se le indicó. Cerró sus ojos y puso sus manos sobre su vientre y trató de concentrarse en la suave fragancia. Con los ojos cerrados, su sentido del olfato se disparó haciendo que todo el aroma impregnara sus sentidos. Poco a poco sentía que su conciencia se desvanecía y las voces de sus cercanos se iban perdiendo cada vez más rápido, y de repente ya no supo nada más.

Los espectadores vieron como el cuerpo de la joven dama del hielo traslucía rápidamente hasta que solo quedaron motas brillantes como escarcha de nieve.


Y oficialmente hemos dejado el tiempo presente! Yay! No volveremos a ver a nuestros entrañables personajes de kamisama Kiss en un largo tiempo. (Recuerda que dije que esto NO ES UN CROSSOVER) Por eso, a modo de despedida quise agregar una típica escena de pelea entre Tomoe y Mizuki, espero haberla representado bien.

Sí, Seshomaru hará presencia el siguiente capítulo, ya no puedo seguir posponiéndolo, jajaja.

ACLARACIONES

1. Aunque pueda parecerlo, no hay ningún tipo de vínculo romántico entre Mikage y Korihana. Simplemente es una fuerte amistad que hay entre ellos ya que él la apoyó y cuidó en el pasado cuando era una ninfa. La naturaleza de su relación se revelará con el avance de la historia. No se preocupen, entenderán por qué su vinculo es tan fuerte y especial.

2. Creo que ya es algo obvio pero en caso de que no, Korihana era una ninfa antes de que la volvieran diosa. Aclaro que su naturaleza de deidad no es igual al caso de Nanami (quienes conocen KK, comprenderán) Nanami fue diosa por el beso de Mikage sin embargo seguía siendo humana, pero Korihana no tuvo un "traspaso de divinidad" sino que el líder celestial, Tenkou, le entregó el poder del invierno transformando su esencia primordial. (No te preocupes se explicará detalladamente también en la historia para que puedas comprenderlo sin necesidad de conocer KK)

3. Como dije, esta historia no sigue al pie de la letra los trasfondos de los animes mencionados. En el caso de Kamisama Kiss hice los cambios que me eran necesarios para que la historia se adapte a lo que quiero ofrecerte y en el caso de Inuyasha, como verás en el próximo capítulo, la historia transcurre después del capitulo final. Pero con una GRAN VARIANTE. estate atenta a qué se tratará.

Términos

poder espiritual: Se refiere a la magnitud, el impacto, la fuerza con la que se despliega la energía divina. Por ejemplo, Korihana fue transformada en deidad, pero su poder espiritual era muy débil cuando comenzó, ya que antes como ninfa, su energía espiritual era limitada por su naturaleza. (Por eso le costaba expandir el invierno) Con los siglos ese poder creció y con su entrenamiento especial se perfeccionó.

energía divina/espiritual: Es el equivalente al Yoki de los demonios, es la fuente de poder de las deidades. Lo que permite que desaten sus ataques, o realicen purificaciones y bendiciones, las habilidades que tenga cada deidad.

esencia primordial: En esta historia se refiere a la naturaleza de cada ser. Si naces como humano, ninfa, hada, espíritu o yokai, o si existes por ti mismo en tu elemento (el caso de los dioses). Por ejemplo, Tomoe que era un yokai y fue transformado en humano. (No se explica como ocurre eso en el anime, asi que yo he desarrollado mi propia versión en el universo de esta historia.)

Uff, me cansé. Por favor si te gusta cómo se desarrolla esta historia, deja un mensaje. Me anima a seguir escribiendo!

XOXO.