Espacio de la escritora

Hola, lectores, agradezco una vez más ver que muchas personas disfrutan de la historia, aunque no negaré que me entristece un poco que no haya reviews, eso me desmotiva un poco a escribir, pero ya que toda la historia está desarrollada en mi cabeza, seguramente lo continuaré hasta el final, al menos eso espero.

Ahora como dije que en el capítulo anterior hay algunas aclarariones que debo hacer sobre el rumbo que toma esta historia.

Este fic se desarrolla 1 año después del final Kanketsu Hen, los sucesos que ocurrieron en Inuyasha pasan tal cual en el anime excepto por Rin. Para propósito de esta historia Rin no acompañó a Sesshomaru en su viaje, pero sí fue revivida por tensaiga. Entonces lo que impulsa la lucha de Sessh contra Naraku es el desquite porque tratara de usarlo contra Inuyasha. Logra desarrollar el poder de su espada no tanto por la compasión que en su momento aprendió de Rin sino de comprender el propósito de su padre al no darle tessaiga a él sino a Inuyasha, decidiendo enfocarse en aumentar el poder de tensaiga al ver que respondía bien a actos de ayuda, como el revivir a la pequeña niña, y sin quererlo al ayudar a su hermano y su grupo. Así que no se negaría al pedido de tensaiga si quisiera ser utilizada, pues aprendió que al usarla según su propósito esta se fortalecía. Pero si la espada no lo llamaba, entonces no se molestaría en ayudar.

Sobra decir que este fic no se relacionará con ningún evento de la trama de Hanyo No Yashahime.

Creo que eso sería todo, así que espero que disfruten la lectura, ah y disculparán si hay algún error de tipeo. En los próximos días corregiré las fallas ortográficas que tengas los capítulos.


Capítulo 5: Mal encuentro

Las gotas de lluvia caían incansables, las hojas de los árboles actuaban como resbaladeras para el agua que golpeaba con fuerza el suelo como si intentara romper la tierra. La gran cantidad de agua provocó que se crearan pequeñas charcas de barro que parecían poco a poco tomar el tamaño de piscinas.

Los animales corrían tan rápido como su capacidad les permitía para resguardarse de la lluvia, el viento soplaba de tal forma que parecía silbar palabras en el aire. El aire frio inundaba todo el bosque.

"Está lloviendo a cántaros" dijo Shimo mientras se abrazaba a sí mismo con sus pequeñas patas delanteras.

"Brrr, el maestro Mizuki podía a habernos enviando a un momento después que parara la lluvia. Estamos todos empapados" dijo un poco molesto Fubuki mientras trataba de escurrir el agua de su cola.

Al poco tiempo de que Korihana llegara a la época feudal sus dos intrépidos acompañantes salieron del interior de sus manos, aunque el espacio que ella había creado para resguardarlos era muy cómodo, ellos preferían estar al exterior para cuidar a su ama. Pero no se imaginaban que afuera estuviera cayendo una lluvia torrencial, esperaban que no se provocara ningún tifón.

"No debieron salir hasta que se los diga, deberían escucharme más seguido" dijo a modo de regaño la diosa, aunque no había nada de molestia en el tono de su voz o la expresión de su rostro. De hecho, ella estaba muy calmada cuando empezó a caminar en dirección a una pequeña elevación rocosa que se observaba no tan lejos desde donde estaba. "Vamos, busquemos un lugar para quedarnos mientras pasa la lluvia, parece que ahí puede haber una cueva." Ella se elevó un poco del suelo, extendiendo su mano derecha hacia los pequeños espíritus e hizo que subieran por ella hasta sus hombros, reduciendo su estatura a una más considerable. Luego de esto, como una ventisca de invierno, rápidamente voló hasta la dirección de las formaciones rocosas y buscó alguna entrada de cueva, donde poder permanecer para secarse.

El cielo parecía estar de su lado, halló una pequeña caverna ideal para resguardarse. Debido al clima y a la profundidad de esta, todo el lugar estaba muy oscuro, pero aún así, la deidad pudo notar los restos de un arbusto seco en la entrada de la cueva. Serían útiles para hacer algo de fuego.

Los gemelos Kamaitachi bajaron de los hombros de su señora inmediatamente y cortaron uniformemente los restos de rama que había con sus garras que se extendieron de tal forma que simulaban ser hoces extremadamente afiladas. Y en efecto, lo eran. Ria sacó su bolso que colgaba transversalmente de su hombro e introdujo su mano buscando un encendedor que había traído, previendo sus necesidades. Al ser la deidad del invierno estaba claro que no podría calentarse ni hacer fuego aún si lo deseara. El encendedor fue de las primeras cosas que empacó, eso y otros productos de primera necesidad, y demás útiles del mundo moderno.

Tan pronto como los espíritus yokais apilaron las ramitas ella encendió el fuego, las cuales ardieron rápidamente, era una suerte que el viento no provocara que la lluvia entrara a la cueva y mojara las ramas. La cueva se iluminó, y tal como sospechaba la diosa, la caverna no era muy profunda, pero sí lo suficiente para no sentir el frío de los vientos. Claro que el frío no le afectaba, pero personalmente disfrutaba un poco más de calidez en este tipo de clima. Así pues, se quitó el fino chal de sus brazos y comenzó a mudarse de sus ropas modernas, dejando cerca del fuego su blusa holgada turquesa de mangas largas y su hakama moderna color trigo, así como su medias y botines. Volvió a tomar su bolsa sin fondo y sacó otro conjunto de ropa más adecuado al tiempo donde estaban y comenzó a vestirse.

La diosa vestía una blusa interna color crema con largas mangas anchas, la blusa se ajustaba dentro de unos leggins azul marino los cuales se escondían debajo de una hakama azul claro que se asemejaba al color del hielo iluminado por el sol, la falda entablonada tenía una abertura no tan amplia al lado derecho que llegaba hasta la altura del muslo, a fin de dar movilidad, pero sin que se notara la prenda que se escondía debajo, a menos que un movimiento exagerado lo mostrara. También se puso un haori de un pálido tono rosa rojizo que del lado izquierdo llegaba hasta un poco más debajo de su muslo con un corte transversal que ascendía a una altura por debajo de su cadera del otro lado. Además, por sus mangas que no eran tan largas sobresalían las mangas anchas de la blusa interna. Se ajustó la prenda con una cinta de intenso color rosa ciruelo y volvió a colocarse el fino chal lavanda sobre los hombros.

"Ama Korihana, el té está listo", dijo Fubuki. Gracias a la bolsa sin fondo habían podido guardar un montón de cosas, entre ellas, comida, que, si bien como espíritus no necesitaban, debido a su original naturaleza yokai si disfrutaban degustar. La diosa por otra parte, al ser una deidad tampoco dependía del alimento humano, pues era sostenida por el poder divino celestial y de la naturaleza, sin embargo, ella también disfrutaba todo lo que podía del mundo humano, la hacía sentir más viva. Y después de todo, la comida humana, de una u otra forma también era una fuente de energía, casi insignificante para el mundo espiritual, pero energía después de todo.

La dama invernal tomó la taza que le ofrecía el kamaitachi y bebió un poco. A ella le gustaba la sensación de calidez que eso provocaba. "Gracias, Fubuki". Los tres se dispusieron a comer la sopa que se había preparado, disfrutando del sonido de lluvia del exterior y el calor de la fogata.

"Ama, ¿puede sentir la presencia de la gema?" preguntó Shimo mientras sorbia unos fideos.

"La energía de la gema es muy débil y el yoki de los yokais aquí es muy fuerte y variado, al punto que todo se confunde, la energía de la gema divinal es tan baja que se pierde en medio de la energía demoníaca, pero sí, puedo percibirla, es muy tenue, está en este tiempo en alguna parte. Cuando cese la lluvia la rastrearemos." Contestó la diosa con seguridad, tomando con delicadeza el cuenco de sopa.

"Ama, ¿cree que los yokais de los habló el maestro Tomoe estén al tanto de la gema y la estén buscando al igual que nosotros?" Preguntó con curiosidad Fubuki. Él estaba al tanto que esos daiyokais podrían tener la capacidad de sentir la gema y se preguntaba si después de todo tendrían que seguirles la pista a ellos para hallar la joya.

"Es muy probable que sí, y si realmente pueden sentirla, no dudo que estén tras ella. Aquellos que son poderosos no hacen otra cosa que desear más poder, anhelan ser más fuertes y alcanzar el poder supremo." Contestó ella.

"Mi señora, ¿cree que los yokais son tan malvados y egoístas que su interés será tomar la gema para su propio beneficio?" Preguntó Fubuki. Tanto él como su gemelo habían nacido yokais, pero al poco tiempo de nacer habían sido convertidos en espíritus, por tanto no podían considerase exactamente demonios, y jamás habían vivido como tal, así que no se sentía mal si su señora tenía un mal concepto de esas bestias, sabía que ella no hacía juicios apresurados, así que si su opinión de ellos no era buena, seguramente había una justa razón.

"Fubuki, no tengo prejuicios sobre ellos. No es de su raza de lo que hablo, sino de aquellos que buscan el poder. Como dijo Tenkou, cuando la gema aún no era resguardada muchos quisieron tomarla, incluso dioses. Entonces, independientemente de lo que seamos, quien es poderoso y anhele tener más poder, lo hará por un deseo egoísta más que por un bien a otros. Por lo menos, yo no conozco a alguien cuyo deseo constante de hacerse más fuerte haya comenzado por un motivo no egoísta, incluso si después benefició a otros." Korihana sabía que la luz y oscuridad puede presentarse en cualquier forma o tamaño y en cualquier criatura. Aunque claro, también era consciente que unos era más inclinados al bien que otros, y generalmente los yokais no se encontraban en ese grupo.

"No estoy de acuerdo mi señora, usted entrenó ardua y constantemente por siglos porque deseaba desempeñar perfectamente sus funciones como deidad del invierno, no quería decepcionar a nadie y no quería que sus poderes hirieran a otros si no los controlaba bien. Usted buscaba constantemente adquirir más poder y control, pero su interés no fue egoísta." Dijo Shimo un poco exasperado, no consideraba a su señora como alguien egoísta, sino todo lo contrario, alguien de pura bondad. Él conocía su dulzura de primera mano, no consentía en que se dudara de ello, ni siquiera ella misma.

"Piensas demasiado bien de mí, Shimo. Pero como te dije, desear poder por intereses personales no significa necesariamente que alguien hará algo terriblemente malo. Solo que la intenciones de querer poder no son tan puras como puedan creerse, aún si se usan para el bien de otros. Tal como dijiste mi deseo era no decepcionar a los demás, pero a quien primero no quería decepcionar era a mi misma. Quería sentirme bien haciendo el trabajo correctamente, y tener la mente ocupada en cualquier cosa, puse mis sentimientos e intereses por encima de todo." Dijo korihana con rostro impasible, pensando en los días que era una ninfa y trataba de encajar en un trabajo de diosa.

"Ama Korihana, entiendo lo que quiere decir, pero jamás podría verla de esa manera, desde el día que la conozco solo he visto bondad en su corazón, solo que ha sufrido mucho, y usted merece más que eso." Dijo Fubuki con ojos entristecido, pensando en los días tristes de su señora. Tanto él como su hermano corrieron al regazo de su ama y se acariciaron en sus brazos como si fueran gatitos. Ellos realmente deseaban que ella fuera feliz.

"Pequeños, ustedes son tan dulces" dijo ella pasando sus manos por el suave pelaje de las pequeñas cabezas de los hurones, con una pequeña sonrisa. "Ahora mismo soy muy feliz, espero acabar esto pronto para regresar a casa y recuperar el tiempo que se fue en esa montaña" dijo con buen humor "hay mucho del mundo moderno con lo que ponerme al corriente."

La diosa sacó unas mantas de su bolsa sin fondo. Y acostó a los pequeños niños, diciéndoles que era mejor que descansaran para la búsqueda de mañana. Ella decidió quedarse despierta un poco más y disfrutar del sonido de la lluvia.


"¡Es imposible!"exclamó Shimo mientras olfateaba tan intensamente como podía el aire. "Ama, no puedo percibir ningún poder divino a parte del suyo, solo hay energía yokai, poder espiritual de algunos sacerdotes y mikos, y olor humano común." El pequeño kamaitachi estaba bastante irritado porque llevaban caminando alrededor de tres horas y aún no podía sentir ninguna energía o aroma especial que le diera una pista sobre el paradero de la gema.

"Recuerda que la gema está sellada y seguramente nosotros no podemos sentirla, además es aún más difícil direccionarnos si ni siquiera sabemos dónde estamos nosotros." Dijo Fubuki tratando de apaciguar a su gemelo. Él tampoco podía sentir absolutamente nada de la energía divina de la gema, pero su señora les había dicho que entre momentos la presencia de la gema era más evidente que en otros, por lo que sí caminaban a paso lento podrían distinguir la dirección en la que la sensación es más constante. Por ahora no habían avanzado mucho.

"Seguimos en Tokio, aunque aquí tiene otro nombre, Edo. El lugar es algo distinto a como lo recordamos pero este claro aún está intacto, o por lo menos lo estaba en el periodo Meïji." Dijo la diosa al reconocer el lugar que frecuentó algunas veces durante el período de occidentalización del país. Según su conocimiento, no muy lejos de ahí estaban algunas pequeñas aldeas, pero no eran lo suficientemente cerca como para encontrarse con algún aldeano, lo que era un alivio. Mirando el cielo, y reconociendo el clima, Ria pudo suponer el tiempo al que habían sido llevados. "Por la lluvia de ayer y el calor de hoy estamos a mediados de Junio. La temporada será larga."

"¡Ay, no, verano!" renegó el ojiazul. La comisura de los labios de la diosa subieron un poco mostrando una pequeña sonrisa divertida. La dama del hielo sabía que sus pequeños espíritus no eran muy fanáticos del calor. Aun cuando disfrutaban un poco de calidez en el tiempo frío, algo muy distinto era soportar el caluroso verano. Seguramente era por su naturaleza invernal.

Fubuki miró a su hermano rodando sus ojos, pensando que era un exagerado, luego miró a su señora y dijo "Mi señora, si estamos en Tokio eso nos ubica en el extremo central del Este, y según el maestro Tomoe los daiyokais que mencionó deberían estar al norte y al oeste, ¿deberíamos evitarlos?"

"No tengo intención de meterme con nadie e interferir con el curso normal de este tiempo, pero encontrar la gema es lo primordial y dudo que no nos topemos con alguno de ellos. Ahora mismo el poder que emana la gema es muy débil y su energía se pierde y se confunde con la fuerte energía yokai que hay aquí. Es como si estuviera y de pronto desapareciera, por eso debemos estar en movimiento quizás en algún punto la energía se estabilice y pueda seguirle el rastro." Contestó la diosa manteniendo el ritmo de su caminar.

"Pero ama, si la energía yokai es tan densa, no podría ser que algún yokai la tiene y por eso se nos dificulta encontrarla" agregó Shimo con rostro pensativo poniendo sus garras en su barbilla.

"Es posible, pero si ese fuera el caso, el yoki no disfrazaría la energía de la gema, sino que se fusiona..." Korihana estaba explicando a sus pequeños kamaitachis cuando de repente sus ojos se abrieron con sorpresa. Había sintió por un breve instante la energía de la gema divinal agitarse, como si absorbiera algo.

"¿se fusionaría?" terminó Fubuki la palabra inconclusa de la diosa, pero no tuvo tiempo de comprobar si eso era lo que la dama invernal había querido decir, pues tan pronto como volteó su rostro para verla, ella ya estaba en el cielo.

La diosa miró en todas direcciones tratando de saber de dónde había venido esa agitación, concentró su energía divina a fin de extenderla tanto como le fuera posible y encontrar la fugaz señal que tan pronto había desaparecido. Pudo sentirla, la gema estaba fusionándose con una extremadamente fuerte energía yokai. Usualmente la gema absorbería cualquier poder o energía a la que estuviera expuesta sin control del sello o de alguien que la dominara, pero debido al conjuro, lo que la joya hacía era esconderse en el yoki mediante la fusión, si seguía así pronto sería imposible hasta para ella distinguirla de la energía demoníaca. Ya no podía únicamente tratar de percibir a la gema, ahora lo más factible era encontrar el yoki que cubría a la joya. La diosa volvió a bajar después de un tiempo sin tener alguna pista.

"Ama korihana, ¿Qué ocurrió? Salió disparada a los cielos sin decir nada" dijo Fubuki algo sorprendido por al actuar repentino de su señora.

"La gema se está fusionando con un yoki, eso la oculta y pronto ya no podré distinguirla, tendremos que buscar al yokai que la tiene. Tenías razón después de todo, Shimo. Esta vez démonos prisa será más fácil conseguir el rastro de un yokai." Los espíritus asintieron y corrieron rápidamente flotando en el viento guiándose con su olfato tratando de encontrar algún olor de demonio con aura imponente, pero sólo percibieron algunos yokais débiles y ogros. Los olores eran tantos que les tomó tiempo seguirlos a todos y separar los que podrían ser medianamente capaces de tener la gema.

Ria siguió su vuelo tratando de concentrarse en la energía yokai que había sentido fusionarse con la joya, pero no hallaba nada, es como si ambos hubieran desaparecido en otro plano. Sin darse cuenta se abría paso hacia el oeste.

El sol estaba cayendo ya en su crepúsculo, pronto los cubriría la noche, y parecía que sería otro día infructuoso para la diosa, pero entonces lo sintió, un yoki tan intenso y poderoso como nunca había percibido, tenía que ser el que buscaba, comparó las energías y eran tan similares que tenían que ser las mismas. Quizás fue por la fusión con la gema que parecía un poco diferente a la energía que estaba sintiendo ahora, pero tenían que ser las mismas, pensó.

Con una adrenalina desconocida en ella, se impulsó más rápido hacia donde venía la fuerza yokai llegando a un claro en el bosque donde pudo vislumbrar la figura de un hombre que estaba de espaldas con largo cabello blanco con destellos platinados, de su espalda colgaba una larga y esponjosa estola y en su cintura estaban sujetas dos espadas, una armadura de púas también cubría parte de su hombre sobre su haori. Poco tiempo tuvo ella para fijarse en cualquier detalle, ya que tan pronto pudo distinguir su figura le habló.

"Entrega la gema" dijo la diosa con su tono neutral de siempre pero con un deje de autoridad. El poderoso yokai detuvo su paso al oír la voz de la mujer, sin inmutarse ni mostrar señal alguna de que se voltearía a verla.

"Mujer descarada, ¿Cómo te atreves a dirigirte a mi señor con ese tono tan autoritario? ¿Acaso tienes un deseo de muerte?" dijo un diablillo verde de pequeña estatura y grandes ojos amarillos saltones que sostenía en su mano un báculo de dos cabezas bastante singular. La diosa ni siquiera se había tomado la molestia en fijarse de donde venía la voz chillosa, pues seguía con la mirada fija en el peliplatinado.

"Vete" la voz profunda y gélida del daiyokai silenció el parloteo del diablillo y dio respuesta a la exigencia de la diosa. El yokai dio un paso adelante y siguió su andar seguido por su sirviente. Pero tan pronto como empezó a caminar la voz de la mujer se volvió a oír.

"Me iré una vez que devuelvas la gema" sentenció la diosa con frialdad y seriedad. La mirada desafiante en sus ojos declaraba que ella no se movería hasta recuperar lo que había venido a buscar.

"Estúpida, acabas de firmar tu sentencia de muerte." Dijo el diablillo con una mueca malvada.

En un parpadeo el daiyokai dejó su posición inicial y saltó a atacar a la diosa. Las garras que tenía por uñas en su mano se tornaron de un color verdoso señal de que desprendían veneno. Extendiendo su mano hacia el cuello de la mujer pretendía destrozarlo y acabar con su molestia. Sin embargo, ella lo noto con suficiente aviso como para hacerse a un lado, evitando así el ataque mortal.

Como respuesta la diosa levantó su mano y envió cristales de hielo tan gruesos y filosos como si fueran diamantes, el señor demonio los evadió fácilmente pero uno de ellos rozó su brazo logrando que un hilillo de sangre manchara su haori.

"¡Amo, Sesshomaru, su brazo! " gritó sorprendido el diablillo verde, estupefacto no tanto por la herida de su señor, que era pequeña e insignificante sino por el hecho de que esa desconocida había logrado lastimar al gran daiyokai, un hecho que pocos lograban y que sólo unos cuantos vivían para contarlo, quizás sólo uno.

Korihana sabía que tarde o temprano se encontraría con los demonios que Tomoe le había advertido, pero no pensó que sería tan pronto, aunque en su camino al claro ya suponía que sería uno de ellos, una aura tan poderosa como esa, no podía ser un simple yokai.

-Así que este es el señor del Oeste. Sesshomaru, no me vas a hacer las cosas fáciles, pero está bien, yo tampoco me rendiré- pensó la diosa mientras daba varios saltos evitando los ataques del yokai, quien era demasiado rápido para su velocidad. Por consiguiente no pudo seguir evitándolo por mucho tiempo y no le quedó de otra que levantar un escudo de hielo frente a ella lo suficientemente resistente para darle tiempo a ella de retroceder hasta una distancia prudente del demonio perro.

"No tengo intención de prolongar esta pelea, así que solo entrégame la gema divina que tomaste y nos separaremos en paz" Tan poderosa como era la diosa, ella prefería evitar las contiendas si había oportunidad. Ella sabía que Sesshomaru la ignoraría y que tampoco le daría fin a la batalla, pero quería dejar sentada su advertencia.

"Hn" una sonrisa torcida y sardónica se vislumbró con la luz de la luna en la cara del yokai. "Me tiene sin cuidado tus intenciones, si lo que quieres es retirarte, debiste irte cuando tuviste oportunidad."

Sesshomaru extendió una vez más su mano y de ella se formó un látigo que irradiaba luz y energía demoníaca, este hizo trizas la barrera de hielo que construyó la diosa como si fuera simple papel.

La diosa se elevó por sobre los árboles evitando un segundo golpe de látigo, pero Sesshomaru la alcanzó inmediatamente provocando que el golpe marcara su pierna y la hiciera sangrar. El efecto del golpe la hizo caer, y una vez más puso un muro de cristal entre ellos. Ella estaba negada a atacar, pero eso sólo enfurecía más al yokai que estaba determinado a obligarla a defenderse y poder terminar con ella de la forma que él prefería acabar con sus oponentes, en una buena lucha.

Una vez más el hielo se redujo a nada, pero esta vez la diosa decidió atacar, aprovechando que el yokai descuidó el brazo que no estaba usando en pelea, se acercó lo suficiente para sujetar su antebrazo clavando sus uñas en él y creando de ellas estalactitas de hielo que atravesaron el antebrazo del demonio perro.

Un frío infernal recorrió todo su brazo, era como si lo quemara con hielo. Los ojos del yokai que eran de un bello color dorado cambiaron rápidamente a un rojo sangre que traspasó el borde de sus pupilas. La diosa pudo sentir su yoki expandiéndose tan rápidamente que era muy denso y casi la ahogaba, en poco tiempo las profundas heridas que había provocado en su brazo empezaron a curarse.

"No quiero esto, solo devuelve lo que robaste" dijo la diosa con voz agitada, pues sentía que el poder demoníaco que la rodeaba era demasiado pesado y que al reprimir su esencia divina para evitar ser notada por la corte celestial de ese época no podría resistir por mucho tiempo al yokai.

"Te atreves a tratarme de ladrón" Sesshomaru estudió la idea de usar bakusaiga, pero esta lucha estaba resultando más entretenida de lo que pensó, así que jugaría un poco antes de quitarle la vida a esa insolente.

Desde antes de que se acercara a exigirle devolverle el objeto que parecía ser tan importante para ella, él había percibido un aura de energía espiritual más fuerte que el ordinario en una miko, esta mujer era otra cosa, su energía de por sí era purificadora, por lo que pondría a prueba su fuerza espiritual con energía maligna que podría corromperla. Probaría que tan resistente podía ser esa mujer, así que una vez más lanzó su látigo contra ella, pero esta vez expandió en él energía maligna pura, la atacaría con kenatsu, como solía hacerlo con su vieja espada tokijin.

Al ver la arremetida inminente que se aproximaba, ella quitó de sus hombros su delgado chal lavanda y lo estiró dando un golpe, este se afinó al punto de convertirse en un lazo largo, imitando al látigo del daiyokai. Ella lo lanzó de regreso a fin de detener el golpe de Sesshomaru, y al hacerlo ambos látigos, uno cargado de energía divina y otro de energía maligna se resistieron entre sí, sin ceder el uno ante el otro. El yokai y la diosa se lanzaron una mirada entre sorprendida y fúrica, eran implacables y cada uno mantenía el fuerte agarra de sus armas. Ninguno daría su brazo a torcer.

A la distancia la diosa pudo oír las voces de sus pequeños espíritus gritando su nombre con horror al contemplar la batalla de poder y miradas que se llevaba a cabo. Tan enérgico era su oponente que la arrastró a descubrir su esencia divina para poder usar su chal y protegerse. Concentrada como estaba no previó que el daiyokai volvió a arremeter sus garras venenosas con la otra mano, y esta vez no tuvo oportunidad de escapar, sus garras atravesaron su pecho y casi podía sentir como trataba de tomar su corazón, y aún así nadie soltaba el agarre de sus lazos.

"Ama, Korihana" lloraron en un grito de voz los kamaitachis.

En un intento rápido de liberarse, sujetó la muñeca del yokai que estaba en su pecho, con la poca consciencia que le quedaba concentró su poder divino en ella a fin de realizar una purificación, y tan pronto como sus dedos lo rozaron, un dolor insoportable lo recorrió debido a la intensidad de energía pura, haciendo que el yokai quitara la mano antes de conseguir arrancarle el corazón. Su brazo se había oscurecido por la gravedad de las heridas.

"Amo bonito" chilló el diabillo verde.

Al perder ambos su concentración la resistencia de sus látigos se rompió y el choque de energías fue tan intenso que les rebotó a ambos lanzándolos a extremos opuestos desde el claro del bosque.

El impacto de la caída arrastró a la diosa por el suelo provocando que las ramas y las rocas rasmillaran sus brazos y rostro, lo último que recordaba Ria era un profundo dolor en el pecho que la quemaba y las voces de Shimo y Fubuki llamándola.


Y dime ¿Qué te aparecido el encuentro de nuestro protagonistas? Trato de mantenerme fiel a la personalidad de los personajes originales así que dame tu opinión sobre esto.

Por si no lo leiste, lo repito. En los próximos días corregiré los errores de escritura. Así que sé paciente!

Por favor, si realemente disfrutas esta historia deja tu review, no importa el idioma, lo leeré y trataré de darle respuesta.

Anímame a seguir esto! XOXO.