los personajes de esta historia no son de mi propiedad


3ª. El castigo.

Los dos jóvenes entraron en el caserón del dojo y oyeron voces que provenían de la cocina. Los dos chicos se miraron sorprendidos. Dos chicas discutían una era Mana… la otra ¿Kasumi?, no se lo creían Kasumi siempre mantenía la calma, pocas veces la perdía. Ranma nunca la había visto enfadada. Akane no se acordaba de la última vez que la vio. Se acercaron a la cocina, Akane iba detrás de su prometido, tenía terror a su prima e iba agarrada del brazo de Ranma. Mana estaba discutiendo con las hermanas de Akane.

Desde la puerta de la cocina vieron como Mana alzaba la mano y abofeteaba a Kasumi. y encima se ponía chula. Akane se quedó helada, nadie se había atrevido a pegarle a Kasumi en su vida y esa loca la abofeteaba. Empezó a temblar, si no le tuviese fobia a su prima, la hubiese matado. Notó que Ranma-chan temblaba... de furia. Akane se asustó su prometido iba a escarmentar a la impertinente que golpeó Kasumi, no tendría piedad de ella. Ahora que era chica, Ranma haría lo que nunca hubiese hecho… golpear a una mujer.

A Ranma al ver como esa perra insolente golpeaba a la que consideraba su hermana mayor se le nubló la vista. Una furia comparable a la que le atacó cuando luchó contra Saffron, se apoderó de él. Iba a destrozar a esa ramera. Si ya lo odiaba por meterse con Akane… no, la odiaba desde la primera vez que la vio. Ahora no se contendría y daría a esa chica una lección que no olvidaría nunca.

Las hermanas Tendo vieron a la chica pelirroja en la puerta y se asustaron. Ranma estaba más furioso que nunca. La chica iba a pasar un mal rato.

Mana estaba girada y no la vio y pensó que le tenían miedo ella.

-Esa es la mirada con que debéis mirarme- dijo la chica con orgullo- debéis comprender que estáis por debajo de mí, que aquí mando yo y que…- se calló. Las dos hermanas no la miraban a ella, miraban hacía la puerta de la cocina con terror, se giró. y la vio.

Era una chica con trenza, se parecía mucho a Ranma, y parecía muy furiosa. Era a esa chica las que las hermanas Tendo miraban con miedo, lo que no supo que lo que atemorizaba a las dos chicas era de la reacción que iba a tener la chica de la trenza.

- ¿Quién… quién eres? - exigió Mana- ¿Qué haces aquí?

La chica no le contentó, ni se dignó a dirigirle la palabra, la miró con mala cara. Mana retrocedió, esa desconocida era peligrosa, su mirada era perversa, demoniaca.

La chica de la trenza sonrió con maldad. Mana no lo sabía, pero se acababa de meter en un problema muy grande.

-Mi nombre es Ran… Ranko Saotome, y soy la prima de Ranma- estaba advirtiendo a Kasumi y Nabiki que tenían que llamarlo así. - soy la mejor amiga de mi primo y de su prometida. Él no puede venir ahora, y me pedido que proteja a su prometida. Y lo pienso hacer, como si fuese él mismo.

-Tú también me debes obedecer- dijo la chica con orgullo- no puedes intervenir. Tu tío firmó…

- ¿Esta chica es tan idiota como se le ve en la cara? - preguntó Ranko con ironía a las hermanas Tendo- Lo firmó "mi tío", eso no me incluye a mí. Toca a Akane o a mi primo y te dejaré invalida. Si tocas a Kasumi o a su hermana mediana te mató. Toca a mi tía Nodoka… y te haré lo mismo que si tocas a Akane. - la voz de Ranko era cortante, fría y carente de toda emoción que no fuera el odio. - ¿Sabes por qué te dejaré invalida si tocas a Akane? - Mana negó con la cabeza. -Porque así… sufrirás más, y más tiempo.

Mana la miró sorprendida. Y se carcajeó…

-Mira el gallito, se mete en una casa que no es suya y se me pone chula. No me conoces, te pienso destrozar, no necesitaré ni dos minutos. No se te ve muy fuerte. Cuando acabe contigo me dedicaré a Akane. Esta noche la dos descansareis juntas en el infierno.

Las tres hermanas la miraron sorprendidas y asustadas. Después de toda la vida en el dojo podían calibrar la fuerza de las personas. Y Mana no llegaría a ser un bocado para Ranko.

-Estas más loca que una conocida mía. No me subestimes, otros lo han hecho… y se han arrepentido- dijo riendo. Pero era una risa que produjo escalofríos a quien lo oyó… incluso a Mana… pero esta no hizo caso a lo que le pedía su instinto. Su cabeza le pedía huir, pero hizo caso a su corazón… se pensaba que ganaría, que su rival era débil.

Se lanzó sobre Ranko, que la estaba esperando. La chica pelirroja, esquivó el ataque y sin darle tiempo a reaccionar a su rival la cogió por la cola con una mano y por el cuello por otra.

- ¡Haz un solo movimiento y te aprieto tanto el cuello que te arranco la cabeza! - su tono era espeluznante, nadie lo había oído hablar así nunca- lo estoy deseando. Por atacar a Kasumi… por atacar a Akane. Te voy a dar la peor lección que te han dado. El imbécil de tu padre te la tenía que haber dado. Pero a tu padre tampoco se la dieron. Yo os enseñaré a no tocar a la futura esposa de mi primo- Akane se quedó sorprendida, Ranma acababa de declarar que se casaría con ella y ¡delante de sus hermanas!. Ranko no se sonrojo…pero Akane sí.

Ranko llevó… empujó a Mana a una silla y allí la inmovilizó y la ató.

- ¿Que vas a hacerme?- pregunto asustada Mana, nadie había osado tocarla, y esa chica tenía oscuras intenciones con ella- No tienes valor de hacerme nada. Eres una tonta como las hermanas Tendo, me tienes miedo- la desafió Mana. Vio como la chica que la amenazaba, no la mataría pensó la chica, cogió un cuchillo. Ranko se puso detrás de su presa y usó el cuchillo. Las hermanas Tendo dejaron escapar una exclamación, Ranko acababa hacer algo horrible. - lo ves, no puedes… - la chica de la trenza dejó caer sobre el regazo de Mana algo, la chica lo miró y estuvo a punto de chillar de horror. Esa chica le había cortado la cola, iba a chillar.

-Grita y te arranco la lengua, ya has visto que me atrevo- dijo Ranko, Akane y sus hermanas sabían que no lo haría, solo quería asustar a Mana y lo estaba consiguiendo. La chica pelirroja sacó unos instrumentos de sus bolsillos y se los enseñó a su víctima- voy a utilizar esto contigo, son de mi tío Genma, Ranma los utiliza con su padre… yo con esto soy igual de experta que él.

Y como amenazó, los utilizó con Mana. Las tres Tendo miraban la operación horrorizadas, a una mujer no se le debía someter a tal tortura, y tampoco verla, las tres se giraron con terror para no ver lo que hacía Ranko con Mana… la chica iba a tener el peor disgusto de su vida. Puede que no sobreviviese a eso.

-Ya está- dijo Ranko con satisfacción y sacó otro objeto de su bolsillo y se lo enseñó a Mana.

Esta lo miró asustada, era un espejo y en veía el reflejo de una chica… calva. Tardó unos segundos en comprender que le había hecho Ranko, le había afeitado la cabeza. Mana se miró con horror, esa chica le había afeitado incluso la cejas, la habían dejado pelada como un monje budista. Era lo peor que podían hacerle a una chica tan guapa como ella, o eso pensó.

-No pienses que te volverá a crecer. Te he flotado con esta loción, mi tío… no es calvo… pero no le gusta que le crezca el pelo. Se afeita y regularmente se echa esto para retardar el crecimiento del pelo… en una mujer lo retarda… a perpetuidad.

Mana se miró horrorizada se quedaría calva… para siempre. No podía salir a la calle así. Su tiempo de dominar a la gente se había acabado, y todo por esa chica… se vengaría de ella. La miró con odio… y con temor. Esa chica no la temía, es más se reía de ella.

-Un consejo. No te acerques a Akane… esto ha sido un sólo aviso… no te acerque a mi primo… dejarte calva fue idea suya. Todo lo que pueda hacerte yo, te lo puede hacer él y con más potencia… no he acabado me queda afeitarte… las pestañas.

Mana miró a esa extraña chica con horror y se desmayó

Akane se esperaba una burla de Ranma chan, pero esta miró con desprecio a Mana y se dirigió a la salida.

-Soltarla y no hacerle nada, ya tiene suficiente castigo, por ahora… no aprenderá. Ahora es más peligrosa. Espero que busque a Ranko como culpable, eso alejará sus ganas de venganzas de vosotras.

Las chicas comprendieron la maniobra de Ranma, había sido muy cruel con Mana, pero así atraía las culpas sobre una chica que realmente no existía, Mina iría por Ranko.

- ¿Dónde vas Ran… Ranko? -preguntó Kasumi.

-Quedan dos. Debo saber qué pasó con tu hermana. No me creo lo que dicen que mató a vuestra madre, no es posible. Vosotras tampoco sabéis nada, ¿no? - preguntó la chica de la trenza.

-No. Sólo lo que dijo mi tío, y tampoco me lo creo. Hay algo extraño en eso. Pero estamos atadas por una promesa que no sabíamos que existía hasta esta tarde. – dijo Kasumi- Ranma, por favor protege a mi hermana… no permitas que la maten…-le suplicó Kasumi, la chica estaba llorando., prométeme que la defenderás

-Sabes que no me lo tienes que pedir, no dejaré que nadie haga daño a Akane… no a mi prometida. Haré cualquier cosa por ella. - iba a salir de la cocina y se giró y señalando a Mana, advirtió algo- no se debe saber la auténtica vinculación de Ranko y Ranma. ¡son primos! Quien se vaya de la lengua y cuente la verdad… ¡Lo mato! - dijo con crueldad. - y no bromeó.

Nabiki sintió un temblor, sin mirarla la estaba advirtiendo. El chico cumpliría su palabra. No quería problemas con Ranma, por su propia seguridad no diría nada. Y sobre todo después de ver lo que hizo a su prima. Ese chico no era el que ellas conocían.

Ranma salió y Akane lo siguió, la chica no quería quedarse en la misma estancia que su prima. No le tenía miedo… le tenía fobia, de igual manera que Ranma temía a los gatos.

Las dos chicas de la cocina desataron a su prima, esta tendría un mal despertar y volvería a gritar de terror, las dos chicas sentían satisfacción a ver a su prima en ese estado, era la primera vez que alguien conseguía asustar a Mana. Y Ranma sólo había empezado su venganza…las pobres no sabían el poder e influencia de su tío y la maldad de su prima.

Fue en ese momento que las dos hermanas tuvieron un mal presentimiento, un escalofrío les recorrió la columna, se miraron asustadas… iban a perder a Ranma y Akane, y muy pronto… demasiado pronto.

Minutos después los dos chicos iban para el dojo, antes de salir de la casa, Ranma escondido miró a la puerta del dojo y vio a Yuta haciendo guardia en la puerta.

-Espérame aquí y no salgas- dijo Ranma.

-No es la primera vez que te veo darle una lección a un imbécil. No me asustaré.

-No es por eso. Si ese idiota te ve, te llamará a gritos y alertará a tu tío y quiero enfrentarlo en el dojo. Y cuando haya liquidado a ese primo tuyo tan idiotico.

Akane lo miró y asintió. Dejaría actuar a Ranma, estaba dominando la situación. Hasta hace pocas horas el chico primero actuaba y después pensaba. Había cambiado… ahora pensaba y después actuaba, no acababa de gustarle este Ranma, parecía mucho más frio a la hora de actuar… y mucho más serio, aunque se sentía protegida como nunca. Quería volver a estar como antes. Echaba de menos sus peleas con él, era en esas peleas cuando los dos chicos se divertían de verdad.

La chica de trenza salió de la casa y fue hacía el dojo. Yuta se la quedó mirando, la encontró muy preciosa…una diosa… pero se parecía al falso prometido de su Akane.

-Hola guapa, ¿Tienes algo que hacer? Podíamos ir a cena tú yo, y después sé un sitio maravilloso, donde una chica como tú y un chico como yo…- dijo Yuta. La chica era muy guapa, era un honor para ella salir con él.

-Tú y yo vamos a hablar, quiero respuestas… y ¡las quiero ya!

- ¿Quién eres, preciosa? Vamos a salir a tomar algo- ordenó Yuta. La chica lo atemorizaba… pero él pensaba que aquella preciosidad caería a sus pies… como hacían todas. Pero aquella no era una chica como las otras.

-No me interesa salir contigo… a mí sólo me importa una persona… y no eres tú. Quiero respuestas, dármelas o te apartas… si no te apartas… me divertiré contigo… pero para ti no será tan divertido. Por cierto… Mi nombre es… Ranko… Sao-to- me. No creo que un imbécil… comprenda que significa eso, por eso yo te lo aclararé. Soy la prima de Ranma. Él y Akane son mis mejores amigos. Mi primo no puede estar aquí ahora y me ha pedido que proteja a su prometida y lo pienso hacer.

El chico la miró y la juzgó… mal.

-No sé cómo un chico tan feo como ese idiota tiene una preciosidad de prima como tú. Ven conmigo y lo pasaremos bien. Y que venga Akane… tengo bastante para vosotras dos.

-No me hagas reír, Akane y yo no tenemos ni para empezar contigo… pero no pienses mal. No habló de lo mismo que tú. Y yo no sé cómo una chica tan agradable y dulce como Akane tiene por primos a la tonta de tu hermana y a ti. Te lo he dicho, me caes fatal, tanta mal como me cae la idiota de tu hermana, y pienso quitarte del medio. Quiero hablar con mi tío Genma y con el señor Soun… también con eso que tienes por padre. - y añadió con mucho desprecio-Tú me sobras. ¡Sal del medio! -ordenó

-¡No puedes entrar!, ¡mi padre me ha dicho que no deje entrar a nadie…!- dijo Yuta. El chico estaba convencido que la chica le haría caso, tanto en no entrar al dojo, como en salir con él a cenar.

Ranko se lo pensó.

-Creo que aceptaré tu propuesta de cena- Yuta se emocionó, no vio la sonrisa perversa de la chica. -Akane me acompañará- Yuta se alegró más, saldría con dos chicas muy majas -puede que no pueda ir yo, en ese caso ira mi primo.

Akane, escondida, lo escuchaba asustada e intrigada. Ranma planeaba algo y ese chico se metería en la trampa de cabeza, la chica no pudo evitar sonreír.

-¡No quiero!, tu primo no viene. ¡Tú si!, Akane también. Pero tu primo no.

-O aceptas o no habrá cena, y ni yo ni Akane iremos contigo- dijo Ranko.

-De acuerdo. Pero a la primera impertinencia me deshago del estúpido de tu primo.-aceptó de mal gana el chico, pero con tal de ir con Akane, aceptaría al "prometido" de esta.

Akane desde las sombras ya se imaginaba el plan de su prometido, el día siguiente no sería como soñaba Yuta.

-Ahora déjame pasar o te aparto- dijo Ranko.

- ¿Piensa que podrás conmigo? Soy el campeón nacional. Nadie es más fuerte que yo.

- Conozco a mucha gente mucho más fuertes que tú… yo lo soy, mi primo lo es… Akane también lo es… y seis pajarracos que yo sé… también son más fuertes que tú. En esos torneos no hemos participado nosotros…si lo hubiéramos hecho no habrías sido campeón. - y se rio. - como máximo cuarto… y con mucha suerte.

En ese momento Mana gritó. La chica despertó y descubrió que lo que pensaba que era una pesadilla, fue real.

- ¡Mana! ¿Que la habrá pasado? Eso era un grito de terror. Nadie asusta a Mana, es al revés. Me pregunto quién habrá sido.

-He sido yo. Espero que me tema de ahora en adelante. No consiento que nadie se meta con Akane, en eso me parezco a Ranma. Tu hermana ha recibido su justo castigo por meterse con tus primas, había hecho algo imperdonable.

La chica puso una sonrisa enigmática, que el chico no supo interpretar, un momento después la chica torció esa sonrisa y sus ojos, la expresión de la chica adquirió un aspecto diabólico, una cara donde predominaba la maldad, una cara perversa. Yuta supo porque gritó su hermana y por qué iba a gritar él.

Supo que esa chica no iba a ser nada simpática con él. Tuvo miedo, mucho miedo… pero esa chica no le dio tiempo a gritar.

Ranko atacó y el chico se defendió. Yuta usaba sus mejores golpes…que eran parados con facilidad por Ranko, con demasiada facilidad. Y esta devolvía todos los golpes sin fallar ni uno.

-Eres buena. Muy buena…pero nunca me vencerás…eres una mujer, ni, aunque fueras un hombre… nadie me vencerá.

Ranko se enfureció, ese impertinente, le ganaba a él en egolatría. Lo vencería en un tris.

- Tenshin amaguri ken-dijo Ranko y una lluvia de golpes cayó sobre Yuta- imbécil, ahora vuela. - y la chica de la trenza lo mandó volando a dentro del dojo.

Se giró hacía Akane.

-Quédate en la puerta y vigila… si viene esa idiota de tu prima, entra corriendo y me avisas.

- ¡No!¡no quiero que me dejes sola! - se agarró a la camisa del chico. Ranma se enfureció. Esa chica que tenía delante no era su prometida. Akane era valiente y no tenía miedo a meterse en un peligro. La chica que tenía delante era una cobarde y miedica. Tuvo compasión de ella, su prometida estaba en un problema y la ayudaría a salir de él.

La miró a los ojos y la cogió por los hombros.

-No tengas miedo, yo estoy contigo. No te pasará nada, yo lo evitaré. Si esa idiota te ataca yo te defenderé.

Ella lo miró y en su rostro se dibujó una triste sonrisa.

-Gracias, hoy me has cuidado mucho. Pero por eso tendrás problemas. Eres la única persona en que puedo confiar en estos momentos. No me dejes- dijo la chica llorando.

- ¿Dejarte? NUNCA. Si muriese volvería de la muerte para protegerte. Nada me podrá arrancar de tu lado. Yo vivo sólo por ti. Nací para ser uno contigo. No nos juntaron nuestros padres, ellos sólo fueron el vehículo que nos juntó. Tú y yo estábamos destinados desde antes de nacer. Ese es nuestro destino. Si no existiera la promesa de nuestros padres, nos hubiéramos conocido de todas formas y nuestro camino hubiera sido el mismo. Nacimos juntos y volveremos al vacío juntos. Mil veces volveremos a nacer y mil veces volveremos a estar juntos. Siempre ha sido así y siempre lo será. Nunca te dejaré ni esta vida ni en la otra.

Ella miró a la chica que se había vuelto su prometido y sonrió…levemente. Cuando quería era amable… ella sabía desde el principio que su prometido ocultaba esa parte para que no creyesen que era débil. Pero a ella no pudo ocultársela.

-Eres mi protector… y yo soy tu protectora. Tú me cuidas a mí y yo te cuido a ti. Nada podrá separarnos ni siquiera la muerte. Por que como tú has dicho somos uno. Los dos vivimos por el otro. Si uno sufre el otro lo siente y sufre con él. Tu alma y la mía son una, se dividió hace milenios, esas dos mitades quieren volver a ser una, se buscan, se encuentran y se unen. Nada ni nadie lo evitará. - acabó Akane.

Las dos chicas se miraron con cariño, si Ranko hubiese sido Ranma se hubieran besado. Se abrazaron. Los dos se sintieron a gusto en los brazos del otro. Se sintieron protegidos por el otro, como si del otro emanase un escudo que los protegía de todo mal. Se sintieron conectados con el otro. Ranko le acarició la cara. Por un momento Akane vio cómo su prometido se enfurecía, a Ranko le hubiera gustado ser en ese momento Ranma. Pero de momentos así, el futuro estaría lleno. Cuando paso ese momento, la chica de la trenza recordó que tenía que hacer algo.

-Espera aquí, voy por respuestas… cuando las tenga, saldremos de este lugar y te llevaré a un lugar seguro. Y nadie lo podrá impedir.

Akane asintió y el chico entró en el dojo. Saldría casi sin respuestas y hecho una furia y alguien lo pagaría caro.

Ella fue al estanque y lo miró se sintió tranquila, como siempre que miraba el estanque. Se seguía conectada a su prometida, eso la sorprendió, sentía una conexión con el chico. En esos momentos notaba que él estaba furioso, no conseguía lo que quería. Se relajó, esa distracción fue un error.

El chico entró en el dojo, allí había practicado cientos de veces, le traía buenos recuerdos, de él y de Akane entrenando. Ahora Kyosuke había profanado tanto el recinto como sus recuerdos.

El invasor había estado bronqueando a Genma y Soun, pero ahora estaba comprobando el estado de su hijo. La chica pelirroja sonrió con maldad.

Los dos patriarcas notaron que se acercaba un peligro y se giraron hacía la puerta del dojo, y lo que vieron los aterró. Ranma en su forma de chica entraba, iban a tener problemas y graves, el chico estaba furioso como jamás había estado.

Ranko miró los dos viejos y en esa mirada cargó toda su rabia. Los dos hombres se abrazaron, estaban seguros que saldrían mal de esa aventura.

Kyosuke se giró y vio a los dos hombres abrazándose asustados, miraban la puerta del dojo con miedo. El hombre miró y vio, una chica bajita con trenza que no conocía. Al principio la confundió con Ranma… pero no podía ser él.

La chica lo miró, y al hombre se le heló la sangre. Aquella chica no era una chica normal, parecía estar bien preparada en artes marciales, superaba a sus hijos, si había llegado hasta allí era que venció a ambos.

Ranko miró al hombre de forma siniestra, notó que con sólo mirarlo el hombre se atemorizaba, se iba a convertir en un monstruo con forma humana, no sabía cómo, pero acabaría con él, por todo el mal que había provocado. La chica estaba furiosa y él tenía la culpa de ese enfado.

- ¿Quién caray eres? - dijo Kyosuke- pareces a ese imbécil de Ranma.

- ¿Y tú quién demonios te crees que eres? No eres el dueño del dojo, pero te comportas como si todo el mundo fuera tuyo. Este dojo tiene un dueño y es Soun Tendo. Yo soy Ranko Saotome, Ranma es mi primo. Y me ha hablado lo poco que sabe de esa estúpida promesa, ¡a la que yo no estoy atada! Puedo defender a mi primo o a su prometida. Hazles daño y te dejaré peor que he dejado a tus estúpidos hijos.

-No puedes hacer nada tú…- empezó Genma.

- ¡Callad viejos! No tenéis ningún derecho sobre mí. -ordenó con furia la chica y bajó mucho la voz- ya no, los habéis perdido por completo.

- ¿A qué has venido? ¿Con que derecho entras en una casa que no es tuya? - exigió Kyosuke. - Esta no es tu casa. No puedes entrar.

-Te lo he dicho ¿estas sordo o qué? - preguntó Ranko con cansancio- Akane me ha dejado entrar en su casa, estoy entrando aquí desde hace tiempo. No necesito tu permiso para hacerlo, sólo él de Akane.

-No me has contestado. ¿Qué haces aquí? - Kyosuke se enfadaba, no estaba acostumbrado a que le contestasen, les llevasen la contaría y no respondiesen a sus preguntas. - ¿Por qué le pegaste a mi hijo?

-Mi primo me ha encargado que cuide a su prometida mientras él no esté. Y eso voy hacer. Además, quiero saber porque te quieres deshacer de Akane. Los idiotas de tus hijos no me han dicho nada. Ni tú y ni esos dos cobardicas me vais a dar respuestas. Respecto a tu hijo él sólo obtuvo lo que se buscó.

Ranko se acercó a los patriarcas y los miró de forma siniestra. Los dos hombres empezaron a temblar de miedo.

-Quiero repuestas, quiero saber porque debe morir Akane, ¡la verdad! Eso que mató a su madre es mentira. Si ese…- señaló a Kyosuke, -… os dijo eso os mintió, os engañó. Y quiero saber qué es lo que prometisteis y el por qué. ¡Y LO QUIERO YA! -gritó la joven

Los dos hombres se miraron y Soun iba a hablar.

-No podéis decir nada- dijo Kyosuke- hasta que esa basura de Akane muera, no podéis decir…

Ranko se giró con furia sus ojos relampagueaban, sacó su aura y la lanzó contra Kyosuke, este salió despedido contra la pared.

-No hablo contigo, espera tu momento. No temas a ti también te sacaré la verdad, sea como sea- soltó el agarre de Kyosuke, lanzó su aura sobre los dos hombres. Estos se atemorizaron el aura de la chica era más terrorífica que la de Happosai… y no querían saber lo terrorífica que podía ser la de Ranma chico.

-Empezad a hablar ya se me acaba la pacien…- se puso en tensión. Algo iba mal, alguien lo necesitaba, alguien lo llamaba, alguien le pedía ayuda y sólo lo oyó, él. - ¡Akane!

Dejó corriendo el dojo, y su instinto lo llevó cerca del estanque. Lo que allí vio lo enfureció todavía más. Alguien iba a pasar un rato muy malo.

Akane estaba totalmente distraída, sabía que no desvía bajar la guardia… pero lo hizo. Esa tarde había sido agotadora, demasiadas sorpresas, demasiada emoción…y pocas buenas. Tenía los nervios a punto de estallar, necesitaba un respiro, y ese respiro llegó en el peor momento.

Se acuclilló al lado de estanque y se quedó mirándolo, notaba que el cansancio se apoderaba de ella, no se quiso dejar vencer por él.

Logró desterrar el sopor, pero no el cansancio. Cerró los ojos, cuando los abrió tenía la cabeza bajo el agua. Alguien le había cogido por sorpresa y le metió la cabeza bajo el agua. Intentó luchar, pero no podía zafarse de esa sujeción. Comprendió que alguien la estaba ahogando.

Mana salió de la casa, iba al dojo a hablar con su padre, quería hablarle de lo que le hizo esa chica tan rara. Le sorprendió no ver a su hermano en la puerta del dojo. De este edificio emanaba algo que la aterrorizaba, si hubiese intentado entrar no hubiera salido entera.

Miró al estanque y vio a su presa preferida, sonrió. Hoy acabaría con ella, su padre la premiaría por su hazaña. Libraría al mundo de esa molestia. Estaba deseándolo de hacía años.

Se acercó en silencio a Akane y… la cogió por la cabeza y la sumergió en el agua.

-Ahora te morirás, es lo que tenías que haber hecho hace años… pero resististe. Hoy nadie te salvará. Tu prometido no está y esa chica no llegará a tiempo.

Akane notaba que se ahogaba. Su prima le golpeó en los riñones, Akane abrió la boca y tragó más agua. Pensó en Ranma, le pidió ayudar mentalmente, sabía que el chico no llegaría a tiempo.

-Eso traga agua maldita, muere de una vez. - gritó Mana, los ojos de estas se extraviaron, le dieron a la chica el aspecto de loca-vive tus últimos momentos.- Muere como la perra que eres.

- ¡GRRRR! -Mana oyó gruñir a algo. Era un grito de un animal, lleno de furia y rabia.

La chica sin soltar su presa se giró y vio a su atacante. Se aterrorizó, supo que pronto estaría… muerta.

Delante suyo estaba la chica de la trenza. Su aspecto producía terror, tenía la boca torcida en un rictus de rabia. Sus ojos resplandecían de furia. Mana juraría que la chica tenía las pupilas amarrillas. El cuerpo de Ranko estaba en tensión como un animal dispuesto a saltar sobre su presa… y así fue. La chica de la trenza estaba dispuesta a destrozar a su oponente.

-No me harás nada. Hago un bien al mundo eliminándola- se justificó la chica. la otra chica no se molestó en contestarle.

Ranko la miró, vio la locura en los ojos de la chica. No era como Kodachi, aquella tenía hasta cierto grado de normalidad. Ésta estaba loca hasta los tuétanos. Era una persona peligrosa, muy peligrosa. No soltaría a Akane, si conseguía su objetivo se justificaría con una tontería, pero eso no ocurriría. Él salvaría a Akane, y después esa chica sufriría.

Ranko se abalanzó sobre la chica. Del dojo habían salido los tres hombres y un joven, de la casa dos mujeres jóvenes. Todos vieron como la chica de la trenza se volvió un borrón. En un instante estaba al lado de Mana, la cogió con una mano y sin esfuerzo la lanzó a medio jardín.

- ¡Akane!, ¡Akane! -gritó exaltada y preocupada la chica pelirroja mientras sacaba a su amiga del agua.

La chica de pelo corto tosió y vomitó toda el agua tragada. Miró a su amiga que la tenía agarrada por los brazos y se lanzó a sus brazos. Ranko suspiró aliviada.

- ¡Ranko! Llama a mi prometido, llama a Ranma. - dijo Akane, llorando- dile que venga, lo necesito, necesito a Ranma a mi lado, lo necesito conmigo…

-Ahora te lo llamó. Él estará pronto a tu lado- contestó Ranko, había entendido a su prometida, necesitaba sentirse protegida, y el chico era con quien más se sentía protegida. -sabes que nunca te ha dejado cuando lo has necesitado. -Miró a los demás- voy a llevar a Akane a su habitación. Después vendrá Ranma. No quiero que nadie intervenga, ni me ponga tabas…- puso un tono siniestro-quien lo haga… está muerto.

Kasumi miró a Ranma… no era él de siempre. En unas horas había cambiado mucho, al ver su mundo atacado, reaccionó defendiéndolo. Teniendo en cuenta que su mundo era Akane, era lo más normal que reaccionase así. Su tío y sus primos iban a tener un problema muy gordo si Akane sufriese, Ranma no sería simpático con ellos.

Ranko cogió a Akane en brazos, la sintió más frágil que nunca, casi de cristal. Akane le pasó los brazos por el cuello y escondió su cabeza en el pecho de su amiga, seguía llorando.

- ¡Míralas! Las dos raritas. – dijo Yuta-Ahora me doy cuenta, ¡sois lesbianas!, engañáis a ese Ranma. -y con falsa preocupación e ironía- Me da lástima, no lo debe saber- y se rió.

Ranko dejó a su amiga en el suelo. Las dos chicas estaban furiosas.

-En un momento vuelvo- dijo Ranko.

-¡A por él!, no te cortes. - le pidió Akane.

-No te preocupes… no pienso hacerlo- contestó Ranko.

Ranko saltó muy alto y… se concentró, formó una bola de energía. Kyosuke y sus hijos se asombraron. Jamás habían visto algo así. Los Tendo se asustaron Ranma estaba extremadamente furioso. Iban a ver algo muy malo. Akane miró tranquila, sabia el objetivo de su prometido.

-Ataque de tigre- y lanzó la bola de energía sobre… el coche de Yuta.

Yuta salió y vio los cuatro trozos que quedaban de su coche. Entró al dojo y señaló a la chica.

-Te voy a denunciar, me pagarás el coche. Le contaré a todos como lo hiciste.

-No lo harás- dijo Ranko- nadie te creerá. ¡Una chica que lanza bolas de energía! Parece sacado de un manga o anime- y sonrió. Pero se puso sería- nadie te tomara en serio. Si tu padre o hermana declaran lo mismo, se reirán de vosotros. Os tomaran por locos. Os meterán en el manicomio… es donde teníais que estar.

-Te voy a enseñar lo que es un hombre- dijo Yuta. Y se lanzó sobre Ranko, ésta lo esperó y toda tranquilidad de una patada lo mando al muro.

-Te puedo hacer cosas peores que el ataque del tigre, no me piques, o tendrás la peor pesadilla de tu vida. Eres un niño de papa, tu padre siempre te ha protegido. Sin él no eres nada… y con él… tampoco eres nada. - se rió- ¿tú un rival mí… de Ranma. Me rio, mi primo tiene rivales mucho más fuertes que tú. Mañana tienes una cita con Akane y su prometido… si quieres llegar a mañana, no vuelvas acercarte ni a mí ni a Akane, y mucho menos a Ranma, si lo haces él te hará pasar un momento muy divertido que no olvidaras… si sobrevives- Ranko se lo pensó- anulo la cita… mi primo estará de acuerdo conmigo. No quiero verte cerca de Akane o de Ranma. Si lo haces te corto la cabeza.

Ranko cogió a Akane en brazos, y los dos entraron en casa, fueron directos a la habitación de Akane. Ranko salió y cuando volvió era Ranma.

El chico la miró y ella a él. De repente ella se echó en los brazos de él llorando desconsoladamente. Él la abrazó con fuerza, no la soltaría por nada del mundo, si lo hacía se la quitarían.

-No me sueltes Ranma, si lo haces esos me harán daño. Siempre lo han hecho. Siempre que nos visitaban me encontraba sola e indefensa.

-Ahora ya no éstas ni sola ni indefensa. Yo te acompañaré y te protegeré. No te harán daño, no les dejaré que lo hagan- él también lloraba.

-Ya me han hecho daño. Ya nos lo han hecho a los dos. No somos los mismos que hoy por la mañana. - dijo ella- yo no soy la chica violenta de siempre. Y tú… estas furioso… debes calmarte. Estas sufriendo Ranma, sufres por mi… no debes hacerlo.

-Me duele verte así… no somos los de siempre. Temes a tu tío y a tu prima. Tú que no has tenido nunca miedo. En Jusenkyo estuviste a punto de morir, pero no temiste arriésgate. Y ahora miras a tu alrededor con miedo. Pero superaremos esto como siempre lo hemos hecho. Nadie ha podido con nosotros. No pudo Mikado, ni esa animadora idiota, ni siquiera Saffron… tu familia no podrá con nosotros.

- ¡Pero esta vez es diferente! Nos atacan a traición, no usan las artes marciales, si no ataques psicológicos. Ni tu ni estamos preparados para estos ataques. Nos van a vencer Ranma. Van a conseguir lo que nadie ha hecho, ganarnos. Estamos haciendo lo que ellos quieren. No hemos ganado, parece que lo hemos hecho… pero al final nos derrotaran- ella estaba exaltada.

-Pues caeremos sin rendirnos. Lucharemos hasta el fin, ni los Saotome ni las Tendo nos rendimos nunca y ahora no será la primera vez. Rendirse no está en nuestra naturaleza.

-Pues bien, que mi padre y el tuyo…- dijo Akane esbozando una pequeña sonrisa.

-Esos dos no cuentan. - dijo Ranma serio. – para mi esos dos ya no son de nuestras familias.

Los dos se sentaron en la cama y sus manos involuntariamente se cogieron. Se miraron con curiosidad. No se soltaron, estuvieron así hasta la hora de cenar. No necesitaban más compañía que la del otro. Estuvieron tranquilos un rato. Sabían que su pesadilla no se había acabado, todo lo contario, acababa de empezar.

Kasumi vio a los dos chicos entrar en casa. Estaba desesperada, todo se había torcido. Akane y Ranma no tenían una relación fácil. Se peleaban continuamente, aunque ella últimamente pensaba que estas peleas eran un juego, una forma que tenían ellos de divertirse, de rebajar tensión. Tenían que huir continuamente de otros pretendientes y prometidas que los acosaban. Se encontraban cada dos por tres con adversarios, pero ellos siempre salían adelante. Siempre habían ganado, hasta la fecha.

La hermana mayor sabía que, aunque lo negasen públicamente, los chicos se apreciaban, es más se querían. Los dos se ayudaban mutuamente. Nada ni nadie lo separaría.

Ahora habían vuelto su tío y sus primos, Kasumi los odiaba. En el pasado hicieron mucho daño a Akane y ahora volverían hacérselo, ya se lo habían hecho y a Ranma también, temía la reacción de este. Su tío y sus primos iban a enfrentarse a su peor pesadilla. Toda la familia Tendo se vería afectada por el enfrentamiento. La familia Saotome ya había estallado en pedazos, Nodoka había pedido el divorcio a su marido y Ranma lo más seguro se iría con ella, llevándose con él a Akane, no la dejaría sola en el dojo a merced de Kyosuke y sus hijos. No veía un buen futuro para sus seres queridos, había fracasado en la misión que le encomendó su madre antes de morir, debía proteger a su familia, en especial a su hermana pequeña. También veía que los dos más jóvenes de la familia podría ser que no saliesen airosos de esa aventura.


La mesa estaba preparada para la cena. Mana, aunque era una engreída de campeonato, era una excelente cocinera, pero ese día prácticamente no había hecho nada, su disgusto por haberse quedado calva, la llevó al borde de la depresión, ahora llevaba un pañuelo en la cabeza, para ocultar la bola de billar que era ahora su cabeza.

Estaba controlando como preparaba la mesa Kasumi, y se fijó que había puesto un bol para Akane.

-Te he dicho…no, te ordenado que Akane no iba a volver a comer aquí, ni ahora ni nunca.

- ¡Y yo que nadie se quedará sin cenar! - la desafió Kasumi. -si alguien se debe quedar sin cenar debes ser tú.

-Antes no has aprendido. No aprendes. Pues yo te enseñaré a obedecerme- dijo Mana y levantó la mano para volver a abofetearla- no porque esté ese tonto, te salvaras de mi castigo.

En ese momento notó que alguien le cogía el brazo, impidiéndole abofetear a Kasumi.

Se giró y vio a Ranma, el chico la miraba furioso.

-Tú tampoco aprendes, te hemos dicho que no vuelvas a pegar a nadie. Antes te hemos dejado calva. Si lo vuelves a intentar, me da igual a que hermana Tendo golpees- puso una cara siniestra y de asesino- te arranco tu fea cabeza y me hago con ella una bola de bolos.

Mana lo miró y vio detrás de él ocultándose a Akane.

-Mira la pequeña asesina, detrás de su prometido. No te salvará, tu prometido no podrá conmigo. No estarás siempre con él. Llegará un momento que no estarás con él y yo aprovecharé ese momento para matarte y….

-Al instante siguiente, te mandaré a hacerle compañía a mi prometida, aléjate de mí y de ella, no me desafíes o conocerás el infierno.

Mana calibró su poder de seducción, pensó que Ranma caería en su red y se abrazó al chico… y por sorpresa el chico le devolvió el abrazo.

- ¿Lo ves? ¿Verdad que soy más guapa que Akane y esa prima tuya? - pregunto muy insinuadora Mana.

Ranma tragó saliva.

-Puede ser… pero mi prima opina que eres feísima, que no vales la pena y que eres idiota. Que estás locas y que como toques a Akane te matará- titubeaba, pero no estaba sonrojado.

Las hermanas Tendo se quedaron heladas. No la había alabado… y la había insultado sutilmente. Akane estaba entre furiosa, por el abrazo que le dio el chico a Mana, y desconcentrada. El chico no había rechazado a Mana… pero la había insultado.

- ¿Y tú qué opinas? - preguntó Mana.

Ranma la miró muy serio y sonrió, pero la chica equivocó la razón de esa sonrisa.

-Eres muy bella… pero eres una víbora…- y se apartó de ella- No vuelvas a abrazarme, hazlo y te arranco los brazos. Opino igual que mi prima, eres feísima y no vales la pena.

Mana se sintió utilizada, ese chico la trataba con desprecio y se burlaba de ella. Se juró que caería en su red, como pasaba con todos. Él no sería menos.

Akane miró a su prometido, no abrazó por causalidad a Mana, tramaba algo y Mana sería su víctima, fue la razón por la que no se enfadó con él. Juraría que cuando soltó a esa loca, Ranma se escondió algo con disimulo en su bolsillo, lo que era lo supo horas después.

-Kasumi, Akane y yo vamos al dojo, volveremos en un instante.

Cuando salieron al jardín y no los oía nadie.

-No vamos al dojo. ¿Poe qué has engañado a mi hermana?

-No podíamos decirlo delante de esa bruja, no quiero que nos moleste. Ni ella, ni tu familia.

Donde se ocultaron nadie lo supo. Nadie adivinó nunca el refugio secreto de los dos chicos.

Minutos después la familia se reunió para cenar, Mana cumplió su amenaza y no le puso plato a Akane.

- ¿Y la cena de Akane? - preguntó Ranma, parecía una pregunta inocente…pero su prometida detectó en su voz enfado. Dependiendo la respuesta que recibiera, actuaria en una forma u otra.

-Se ha decidido que Akane no volverá a comer… hasta que muera de inanición. - dijo Kyosuke.

Ranma miró al hombre de mala forma, le dieron ganas de acabar con ese energúmeno allí mismo.

- ¿Quién ha sido el idiota que ha tenido esa idea tan estúpida? Debe ser un trozo de imbécil, esa idea es digna de un perturbado. - dijo Ranma, sabía que lo habían decidido entre Kyosuke y sus hijos. - Sólo los muy gilipollas tienen ese tipo de ideas tan… de locos imbéciles.

Kyosuke y sus hijos se levantaron ofendidos, dispuestos a atacar a Ranma.

- ¡Oye! Tú imbécil- comenzó Kyosuke- se ve que nadie te ha enseñado educación, pues yo te enseñaré.

-No eres ni mi madre ni uno de mi maestros. No tienes derecho a opinar sobre mi educación. - los tres personajes se pusieron en guardia- ¡Kasumi y tú tus hermanas desaparecer de aquí!

- ¿Qué va hacer? ¿No iras a hacer el golpe del tigre? - dijo Akane, sabía que era lo que haría el chico.

-Es lo que pienso hacer. - era un farol, si le salía bien la jugada los tres se acobardarían, y así fue.

Kyosuke y sus hijos se sentaron y Ranma se relajó, en apariencia, esperaba un nuevo ataque, había visto como lo preparaban… y tomó medidas en contra.

-Tú, Ranma- dijo Kyosuke con desprecio- puedes compartir tu cena con Akane…

-Eso lo que iba hacer, no necesito que un trozo de burro como tú me dé permiso. -el hombre se puso en pie y enfadado, estaba acostumbrado a que le hicieran caso. Ranma lo desafió con la mirada- si me atacas sentirás en tus carnes el golpe del tigre o mejor él de dragón… tienes cinco segundos para sentarte… yo de ti no me sentaría… así podré destrozarte.

Ranma estaba furioso, su aura lo rodeaba. Kyosuke lo miró, ese chico era un adversario formidable. En la lucha no podía ganarle, debía encontrar otra forma de destruirlo. Se lo dejaría a Mana, ella sabría cómo vencerlo. El hombre se sentó. Pero vio que el chico no bajó la guardia, todo lo contario la aumentó.

Y empezaron a cenar. Ranma se fijó que Mana los miraba sonriendo siniestra. Él la miró y le sonrió con maldad, como si la chica hubiera caído en su trampa.

Pasaron los minutos y la sonrisa de satisfacción de la chica iba en aumento.

- ¿Qué te pasa? - preguntó Ranma con falsa ignorancia, que sólo detectó su prometida, ahora era seguro su prometido planeaba algo retorcido- ¿te ha dado un ataque de locura? o ¿Tiene un calambre en la cara?

-Ya es hora, dentro de unos segundos te retorcerás de dolor. Le he puesto a tu bol un poco de laxante para elefantes, y lo has compartido con esa… ¿chica? como planeaba. Hoy aprenderéis a no meteros conmigo y…- el chico la miraba con suficiencia… y se dio cuenta de algo. Empezó a buscar algo en su bolsillo… y no lo encontró.

- ¿Busca esto? -dijo Ranma, y le enseñó una botellita. La chica miró el objeto asustada. - cuando te he abrazado te lo he quitado, te he abrazado sólo por eso. He visto a escondidas como lo echabas en mi bol. Cuando has salido he aprovechado para cambiar mi bol por otro.

Mana miró a ese chico asustada. No era como los que encontraba siempre, este tenía muy mal genio y se olía sus trampas. Oyó un ruido a su lado y se giró asustada. Sabía que pasaba, ya sabía a quién le había cambiado el bol ese chico.

- ¡Yuta! -gritó Mana espantada, su hermano se retorcía de dolor. Necesitaba un lavabo. Yuta se levantó y fue corriendo al lavabo.

- ¡De esta te acuerdas! - Mana acababa de descubrir que el chico repartió la comida envenenada, ella se empezaba a encontrar mal. Necesitaba también un lavabo.

-Te vi echar esto en mi comida. - y le enseñó de nuevo el bote del laxante-Cuando saliste cambié mi comida por la de tú hermano y te puse parte a ti. Serás tú quien aprendas a no meterte ni conmigo ni con Akane… ni con mi prima. Somos las tres personas con peor mal humor de Nerima y sobre todo cuando un imbécil nos desafía.

Mana salió corriendo al lavabo, no llegaría a tiempo.

-Te has pasado. No deberías haber hecho eso a mí hijos.

-Ellos lo intentaron conmigo. Je, je, je- dijo Ranma, y se quedó mirando al hombre, este lo miró y le cambió la cara… se le puso verde. Ya sabía porque se reía el chico. Tampoco llegó a tiempo al lavabo.

Akane miró a su prometido, ya se imaginaba que el chico planeaba algo, se dio cuenta enseguida. Ranma comía con tranquilidad a su lado.

- ¡Esta vez te has pasado! - gritó enfurecido Genma- ¿Con que derecho has hecho eso?

- ¿Qué con qué derecho he hecho eso? - preguntó enrabiado Ranma- con el mismo derecho que ellos lo han intentado conmigo… y con Akane- todos lo miraron sorprendidos, no era normal que defendiera a su prometida delante de todos.

- ¿Qué tiene ver Akane con tu… travesura? - preguntó Genma quería castigar a su hijo. Por lo que había hecho.

- ¡Todo!, ¡tiene que ver todo! Esa chica sabía que iba a compartir mi comida con mi prometida. Y por eso la envenenó. Nos quería atacar a los dos, sobre todo a ella. Suerte que la vi preparando su "travesura". No dejaré que esa víbora… le haga daño a mi prometida.

-Ella ya no es tu prometida. Puedes escoger entre Nabiki o Kasumi… pero no Akane…-dijo Genma, no pudo seguir, tenía el bol de Ranma estampado en la cara.

El chico se levantó de la mesa. Y salía de la estancia.

- ¿Dónde vas? -preguntó su padre- soy tu padre debes obedecerme. Aún no he acabado.

- Para mí si has acabado. Y al pedirte mi madre el divorcio… has dejado de ser mi padre… nunca fuiste un buen padre. -Ranma iba sacar todo el mal que le provocó su padre- me vendiste por comida, si yo la conseguía me la quitabas. Por tus locuras sufrí hambre, frio, calor y demás calamidades. Me sometiste a entrenamientos de los más idiotas… y para nada. Me sometiste a torturas. Por ti tengo fobia a los gatos y una maldición. Me hiciste avaro, tacaño, egocentrista, presumido. Me prometiste en contra de mi voluntad, y no sólo una vez. Y ahora me quieres separar de con quien prometiste…¡de quien yo aprecio!, pues me niego, no te haré caso…Akane seguirá siendo mi prometida, y si me impones cortar con ella, le pediré yo mismo que sea mi prometida.

-Yo también estoy de acuerdo con tu padre- dijo Soun- sé que no quieres, y comprendo tu dolor y motivos. Pero no puedes seguir siendo el prometido de Akane. Ella no estará mucho tiempo con nosotros…

- ¡No! ¡Me niego a que eso pase! ¿Me has oído? Me niego. No dejaré...que ella muera- Ranma no podía controlar sus lágrimas. -Dejadla morir y… os odiaré, os maldeciré… y la seguiré. Si ella muere yo iré tras ella.

Akane lo miró asustada.

-No. No lo hará, no debes hacerlo. Tú debes vivir por los dos. Debes hacer las cosas que deberíamos hacer tú y yo. Deberás ser feliz, así mi espíritu descansará.

-Mi vida no tendrá sentido. Volverá a ser el caos que fue antes de conocerte ¡No!, será mucho peor. No conoceré ni la paz ni el reposo, y me hundiré en la amargura más oscura y amarga y nadie me podrá sacar de ese pozo. Sin ti nada tiene sentido. - de repente tuvo una idea- si yo fuera él que faltase ¿Qué harías tú?

-Si tú faltases… intentaría deshacer mi vida. Pero sin olvídate…- Ranma la tenía cogida por los hombros. Se imaginó su vida sin el chico-, no te olvidaría, pero reharía mi vida- se puso a llorar- ¡no!, no podía olvidarte… ni un instante. Mi vida. -hablaba entrecortada-… sería un infierno. Desearía tenerte a mi lado a cada instante. Iría en… tu busca… si tenía que ir al infierno iría… si tu muriese… yo… te seguiría. -Se abrazó al chico llorando. Sabía lo que sentía el chico, porque ella también lo sentía- ¿Por qué me lo haces tan difícil? ¡Aceptarlo!

- ¿Por qué me lo pones tú tan difícil? No lo acepto. Como tú tampoco lo harías.

Ella lo miró y pensó unos instantes.

-Tenemos unas pocas semanas para nosotros, cuando acabe los dos...

-Habremos vencido… no nos ganarán, de una forma otra no podrá con nosotros.

- Eso... es lo que… vosotros… pensáis…- Kyosuke había aparecido en la sala. Se apoyaba en la puerta, tenía un pésimo color de cara-, y le costaba hablar. Debía estar pasando un mal momento-estas semanas serán vuestra peor… pesadilla. Y al acabar ella o los dos estaréis muertos.

-No te lo permitiré- dijo Ranma- no volverás a tocar a mi prometida.

-No sólo a tu prometida… si no a ti… y a tu… prima.

- Ni se te ocurra- dijo Akane estaba muy furiosa. Todos la miraron sorprendidos, jamás se había revelado contra su tío- toca a Ranma … y te mato… hazle daño, de alguna clase… y antes de morir, yo te cortaré a pedazos.

-Mira los dos niños como se protegen… acabaré conti… contigo Akane- no pudo seguir salió corriendo al lavabo.

Toda familia miró a los dos prometidos. Se habían declarado y jurado protección el uno al otro. Pero los padres no estaban de acuerdo.

- ¡Akane! Te digo lo mismo que Genma a su hijo. No puedes seguir prometida a Ranma.

Akane se puso tensa y miro a su padre.

-Durante más de dieciocho años me has protegido, fuiste un buen padre. Hace casi dos años me prometiste al hijo de un amigo tuyo. Al principio, ese chico y yo no nos caímos bien, nos peleábamos continuamente… pero también nos ayudábamos y poco a poco nos fuimos haciendo amigos- miró al chico y este asintió- nuestra relación de puerta para fuera no era buena, pero los dos confiábamos el uno en el otro. Nos cubríamos la espalda. Nos empezamos a apreciar. Y cuando más cerca estamos el uno de otro… aparece ese que dice ser mi tío y nos quedéis separar. Pues me niego. me niego, no te haré caso…Ranma seguirá siendo mi prometido. Él me lo ha pedido… y yo acepto. Desde ahora somos prometidos por nuestra propia voluntad. Si os negáis a aceptarlo… peor para vosotros.

Los dos prometidos se miraron y sonrieron.

-Nada me separa de ti.

-Ni a mí de ti.

Miraron a sus padres con rabia y subieron a sus habitaciones. Esa noche Ranma cerró la puerta con llave. Genma durmió en el suelo del comedor.


Había pasado horas desde la fallida cena. Kyosuke se fue del dojo. Sólo salieron a despedirlo Soun y Genma.

Kasumi puso la excusa de tener que limpiar los platos, en realidad no tenía ganas de ver a esas personas, sentía que la iban hacer sufrir mucho. No quería perder a su hermana pequeña… ni al que hacía tiempo que consideraba su hermano, tenía el presentimiento que perdería a los dos pronto. Se sintió muy deprimida, tanto que se puso a llorar. No podía deprimir las lágrimas que fluían de sus ojos.

Nabiki tampoco quiso despedirse de su familia. Le caían fatal, su prima era más manipuladora que ella misma y su primo era idiota, aunque ella dudaba que lo fuera tanto. Veía que su hermana pequeña iba a desaparecer pronto. No olvidaba la promesa que les hizo prometer su madre antes de morir, a ella y a Kasumi, proteger a Akane… y no sabía cómo lo debía hacer.

Ni Kyosuke ni su familia olvidarían la humillación recibida por Ranma. Se iban furiosos, cuando volviesen ese chico lo pagaría con creces.

Los prometidos los vieron partir desde el tejado. Los dos sabían que no había acabado nada, sólo habían sonado los primeros compases de la canción. Pero serían ellos lo que marcasen el ritmo, o eso pensaban ellos...

Un coche circulaba a gran velocidad hacía la residencia de los Tanaka, sus ocupantes un padre, sus dos hijos y el chofer.

Casi nada había salido como esperaban. Aún tenían dolor de barriga y… todo por culpa de ese chico entrometido y de la prima de este.

-Creía que podías controlar al chico- dijo Kyosuke furioso- ¿Qué te pasó Mana? ¿Cómo no pudiste controlarlo?

-Yo… no sé… - titubeó, realmente no lo sabía- no es como lo demás. Usé todos mis trucos y… fallé. Puede ser que no le gusten las chicas.

-O puede ser que ya esté totalmente enamorado de una chica. -dijo Yuta.

Los otros dos lo miraron como si estuviera loco.

- ¿Qué estás diciendo? Siempre diciendo tonterías. Tarde o temprano caerá en mi red, como todos. ¿No me dirás que está enamorado de la tonta de Akane?

Yuta miró a su hermana, bajo esa mascara de imbecilidad, el chico engañaba a su hermana. Él había visto como Ranma miraba a Akane, y esta al chico de la trenza. Era seguro que estaban enamorados. Pero no diría nada, seguiría con su papel de tonto. Mana y su padre se estaban cavando sus propias tumbas… pero con eso lo obligaban también a él a cavase su tumba.

-Yo opinaba que...- titubeaba. Sabía que no le harían caso, por eso no lucharía por defender lo que creía saber…- pensaba que…

- ¿Pensar? ¿tú? ¿es que lo has hecho alguna vez? -dijo Mana riéndose.

-Si, alguna vez que otra-a Kyosuke con falsa ignorancia, le costaba mantener su papel de idiota, simularía enfadarse- ya sé que tú es la que piensas y ahora como tienes una bola de billar por cabeza... pensarás mejor.

La chica se enfadó. Pocas veces lograban enfadarla. Tenía tanto ego que no vio cómo su hermano la manipuló, su padre tampoco se dio cuenta de cómo el chico hizo enfadar a su hermana. Los dos pensaban que el chico no era capaz de pensar con claridad, sólo servía para las artes marciales. Y para machacar a cualquier tonto.

- ¡No vuelvas a mencionar eso! - dijo ella exaltada. - ¡Como vuelvas a repetir eso… te…!

- ¡Callad ya!-ordenó gritando Kyosuke- Debemos deshacernos de Ranma y de esa… ¿Cómo se llamaba? Ranko, son un peligro, siempre defendiendo a Akane. Y debemos acabar con Akane o mis planes… se irán a la porra. - se fijó en el chofer. - ¿has reunido la información que te pedí?

-Si señor, la tiene en la guantera.

Kyosuke cogió el sobre y sacó los documentos y los leyó. Sonrió ya sabía cómo vencer al chico, dejaría todo en manos de su hija. Lo que no sabían que esa información no estaba actualizada, que había quedado desactualizada esa misma tarde, cuando él llegó al dojo Tendo.

continuará...


Repuesta a los reviews:

A Jorge Eleria. Esta historia la quise hacer más oscura, que los personajes sufrieran, que lo tuvieran difícil para ganar, que sus habilidades en artes marciales no les sirviese de gran cosa para salir adelante.

Nota del escritor:

"Falsa esperanza" es un disco de Cristina Aguilera que creo que no he oído. Aunque durante un tiempo creí que era el nombre de un libro de Charles Dickens, el libro realmente se llama "Grandes esperanzas". Ni la canción ni el libro me sirvieron de inspiración.