Espacio de la escritora

Feliz San Valentin, queridos lectores! Como es una fecha especial, decidí hacerles un pequeño regalo dejándoles otro capítulo de esta historia.

Si estás agradecido , por favor demuéstralo dejando un comentario.


Capítulo 10: ¿Qué le pasa a tensaiga?

"Inuyasha, tu falta de educación ya no tiene ninguna gracia."

"Déjate de tonterías, y di a qué has venido. ¿Acaso quieres que probemos fuerzas justo ahora? " dijo el joven con orejas de perro desenvainando su imponente espada. "porque con gusto patearé tu trasero."

"Hn, tienes una boca muy grande para ser un sucio hanyo." respondió con sorna el yokai pura sangre. "Pero hoy no he venido a verte para pelear. Quiero que respondas algo." continuó con su usual tono serio.

Inuyasha levantó una ceja un poco curioso sobre lo que le preguntaría su hermano, ya que como lo conocía tan bien, no lo buscaría a menos que fuera algo realmente importante.

" Pues habla"

"¿Has encontrado algún objeto interesante en estas semanas?"

"¿Objeto interesante? ¿De qué rayos hablas? Sé claro, Sesshomaru!" dijo con evidente molestia porque el daiyokai hablaba con rodeos.

Sesshomaru frunció ligeramente el ceño, fastidiado por la poca agilidad comprensiva del hanyo.

" Una gema"

"¿Gema? ¿Hablas de una joya? Te refieres a la perla de Shikon ?!" dijo con gran sorpresa el mitad perro. "No es posible, Kagome la destruyó, no podría volver!" exclamó con molestia.

Por la sorpresa en el rostro del híbrido, Sesshomaru confirmó que él no tenía idea alguna sobre la gema divinal. Después de todo, había sido una pérdida de tiempo regresar a ese lugar.

" Ya veo" fue todo lo que dijo, y después se volteó para regresar por donde había venido.

"Espera un momento, ¿te vas así sin más? Será mejor que me digas qué es esa cosa que buscas." dijo molesto el hombre con traje de rata de fuego, al verse ignorado.

"No es de tu incumbencia." respondió el peliplateado sin volver a mirarlo.

"¿Eso crees? Entonces tal vez sea del interés de alguien con gran poder espiritual." comentó mordazmente el mitad demonio que había percibido que el olor de su hermano estaba rodeado de un aroma un poco conocido para él, era un tipo de olor que caracterizaba a mikos y otras personas de gran alcance espiritual, aunque este olor era bastante diferente. A parte de que sin duda no conocía a la persona que olía así, pero definitivamente distinguía que el aroma era de una mujer.

El comentario logró que el poderoso daiyokai se volviera y mirara atentamente a su medio hermano.

"¿Qué asunto tienes con una miko?" Inuyasha sabía que la persona que estaba involucrada en esto no era una sacerdotisa, porque su esencia, aunque era un poco parecida no era la propia de las mikos. Sin embargo no tenía cómo más llamarla, pues no sabía lo que era.

" ¿Te has involucrado con una sacerdotisa, Sesshomaru?" el monje que se había quedado atrás siguiendo a Inuyasha, había logrado llegar al claro y alcanzó a oír la pregunta que su amigo le había hecho al gran señor del Oeste.

Sesshomaru miró al monje con los ojos entrecerrados e ignorando las preguntas de su hermano, decidió interrogar al ladino monje.

"¿Qué sabes sobre una gema divina, monje ?"

"Oye, estabas hablando conmigo antes" dijo con tono altanero Inuyasha.

"¿Gema divina?" El monje entrecerró sus ojos con extrañez y puso una mano en su barbilla mientras pensaba en el objeto que había mencionado el yokai. "Me parece que sí he oído de ella, bueno, más bien creí que solo era una historia. Los ancianos sacerdotes solían decir que esa joya es de los dioses, se creó a partir del polvo del universo que dio origen a todo.

Se dice que es muy peligrosa porque tiene un gran poder, que solamente los más dignos, incluso sólo algunas deidades podrían ser capaz de sostenerla. Pero nunca se supo si realmente alguien pudo obtenerla. Hay leyendas que sólo conocen unos pocos, que cuentan que la gema era tan temible que los dioses la hechizaron para que cada vez que alguien intentara tomarla esta se transportara a diferentes mundos y tiempos incluso personas."

"¿Y crees que tal objeto en realidad exista, Miroku?" preguntó el chico de las orejas de perro, quien estuvo atento a la historia relatada.

" No lo sé. Hoy en día esa historia ya está muy perdida, solo un auténtico anciano taoísta podría saberla e incluso conocer más del asunto. " respondió el monje libidinoso.

"¿Y cómo es que alguien como tú lo sabe?" dijo con una mirada acusatoria el híbrido a su amigo.

" Je, je, je, bueno hace muchos años conocí a un viejo monje que me contó la leyenda, dijo que entrenaría hasta tener una pureza digna para que la gema decidiera esconderse en su cuerpo. Él hombre estaba bastante cenil." contestó el monje con una risa nerviosa.

" ¿dentro de él? " Sesshomaru quién había permanecido en silencio todo ese tiempo, decidió hablar cuando había escuchado algo interesante en todo el relato que había hecho el monje. Esto le daba una idea, que aclararía su interrogante sobre la confusión de la diosa de una vez por todas.

Miroku sólo asintió lentamente respondiendo así al gran inu yokai. Algo en el monje lo inquietaba, la presencia de Sesshomaru era la misma, pero había algo distinto en su aura, se percibía un poder diferente como calmante. Inuyasha mencionó a una miko, pero el ligero poder que lo rodeaba no era el de una sacerdotisa, aunque para él era un rastro muy tenue estaba cargado de un poder espiritual asombroso que nunca había sentido antes, ni siquiera en Kagome.

Sesshomaru se acercó en un rápido movimiento a Inuyasha e introdujo su mano cerca de su pecho, pero sin ningún veneno en sus garras. La escena horrorizó al monje y le provocó que Inuyasha soltara un gruñido. En una rápida respuesta, el hanyo sacó su tessaiga y con un ataque de viento cortante quitó a su hermano de su delante, quien ágilmente saltó esquivando el mortal golpe.

"¡Vas a pagarlo!" los ojos del hanyo se tornaron de un color rojizo y en sus mejillas aparecieron marcas moradas, el hombre estaba fúrico, pero no había perdido el control de su consciencia, por lo que aún en su estado yokai no había cedido a la bestia.

Con un gran salto el hanyo arremetió contra su medio hermano con su espada en alto, Sesshomaru también estaba dispuesto a responder por lo que puso su mano en la empuñadura de bakusaiga listo para devolver cualquier golpe.

"Una deidad, es el poder de una deidad." el grito del monje llamó la atención de ambos yokais, haciendo que Inuyasha detuviera su ataque y volviera a su forma híbrida, y que Sesshomaru soltara el agarre de su empuñadura.

-Ah, he evitado el desastre- pensó con gran alivio el travieso monje.

Miroku se acercó a ambos sabiendo que ya era seguro intervenir y habló.

"Sentí un aura tan cálida y pura alrededor de tu energía demoníaca, casi no se nota, porque se esparcirá pronto, pero esa gran tranquilidad que sentí no podía ser de una sacerdotisa, era como una luz que calentaba mi corazón. Tiene que ser de un ser divino."

-El monje reconoció la energía de la mujer. Seguramente se debe a que ambos tienen poder espiritual, por eso puede percibir esas cosas- pensó el inu daiyokai.

" ¿De qué hablas, Miroku?"

" Inuyasha, ¿tu parte humana no siente un toque cálido tranquilizador? No es el poder de una sacerdotisa, es el poder de una criatura celestial, estoy seguro. Un bello ángel." dijo teatralmente poniendo ambas manos en su corazón." Seguro tu lado bestia lo repele, porque son energías opuestas."

Inuyasha trató de olfatear de nuevo pero el aroma cada vez se perdía entre los olores de todos ellos. Era una mujer y sí olía casi como una sacerdotisa, pero era diferente a la vez. Como nunca había oído a una deidad, no sabría reconocerla, confiaría en el criterio de su amigo, quien aunque no tenía un olfato desarrollado sí podía sentir esas auras espirituales.

"Lo que tu digas, monje loco" dijo y luego se dirigió a su medio hermano.

"¿Por qué hiciste eso? No querías matarme." su mirada penetrante era amenazadora.

"No estés tan seguro de ello."respondió secamente el hombre de la luna en la frente.

" ¿Crees que Inuyasha tenía la gema, no es así? ¿Por qué piensas que lo tiene? ¿Y la deidad, qué pasa con ella? Sesshomaru, eso es un asunto de los dioses, no deberías buscar esa gema."

El monje creyó que el daiyokai buscaba la joya de los cielos y que en su afán de poder se había cruzado con la criatura celestial, y seguramente se había enfrentado a ella.

-Es un tonto, los yokais no entienden nada de las cosas espirituales. Espero que no le haya hecho pasar un mal rato a esa divinura.-

El yokai lo miró fulminante y el monje dio un paso atrás de Inuyasha.

"Métete en tus asuntos." respondió cortante.

El peliplateado se dio la vuelta dispuesto a irse pues, ya había acabado sus asuntos con esos dos.

"Será mejor que se abstengan de indagar más sobre esto. La gema no sólo está siendo buscada por la diosa, otros yokais también la buscan. Si lo que quieren es proteger su humilde lugar, solo estén atentos."

El hanyo y el monje miraron como el daiyokai se alejaba en veloz vuelo. Y dentro de sí los dejaba con grandes incógnitas.

" ¿Qué deberíamos hacer? " preguntó el orejas de perro.

" Por ahora nada"

"¿Cómo qué nada, Miroku? ¿No dijiste tú mismo que esa gema era peligrosa, más que lo que fue la perla de Shikon? ¿Y pretendes que no hagamos nada mientras el loco de Sesshomaru va a buscarla?" gritó exasperado el oji dorado.

"Sé lo que dije, pero no creo que Sesshomaru la esté buscando con ese propósito, es como con la perla de Shikon, no le interesa tener poder por un objeto. Creo más bien que tiene que ver con las personas que están buscando la gema. El dijo que la diosa y otros yokais la buscaban. Quizás quiere la joya para atraer a alguien en particular, no lo sé."

"Veo tu punto, pero eso no explica porqué creyó que yo la tenía."

"¿Y cómo quieres que yo lo sepa, tonto?Es tu hermano, no el mío. " dijo el monje dándole un golpe en la cabeza.

"¡Oye, no abuses!" respondió el peliplateado agarrándolo de su ropa poniendo un puño frente a su cara.

" Calma, calma. Hablando se entiende la gente." respondió el monje tramposo dando una palmaditas en el puño cerrado de su amigo.

Con un gran suspiro, Inuyasha soltó su agarre liberando a su amigo.

"¿Entonces deberíamos decirle al resto sobre esto?"

"No creo que ahora sea el momento, guardemos esto entre nosotros hasta más adelante."

"Bien, pero no será por mucho tiempo."

"De acuerdo, regresemos a la aldea."


Sesshomaru empezó su viaje al punto de encuentro donde le había ordenado a Jaken no moverse. El asunto que tenía que tratar con Inuyasha no necesitaba la intervención de la molesta deidad, quien seguramente lo habría seguido si sus sirvientes hubieran sido capaces de percatarse de su salida, pero cuando se topó con la mujer en lo alto del árbol pudo oír no muy lejos las respiraciones pausadas de los espíritus kamaitachis que indicaban que estaban dormidos.

Al irse el daiyokai planeó engañar a la mujer del hielo, haciendo que Jaken se quede donde estaba y con su propio olor aún perdurable en el lugar haría que esos niños creyeran que seguía ahí. Dependiendo de su ingenuidad se darían cuenta tarde o temprano del ardid, pero incluso así sería tarde para rastrearlo.

La conversación con su molesto medio hermano no había sido del todo infructuosa, eso considerando solo los datos interesantes que el monje mencionó. Cuando planeó visitar al hanyo estaba bastante seguro que no encontraría la gema, y cuando percibió su presencia en el claro pudo confirmar que no sentía ningún tipo de energía divina o extraordinaria en él, salvo por la que siempre lo rodeaba que era la de su mujer, la sacerdotisa.

Aún así decidió quedarse porque supuso que el monje podría decir algo interesante para variar, y no se había equivocado. Cuando el amigo del híbrido mencionó el hecho de que la gema podría ocultarse dentro del cuerpo de alguien sin saberlo, recordó que la mujer había dicho que la energía de la gema podía esconderse en otra energía poderosa en este caso, en un yoki. Así que rememorando el tiempo cuando su padre había escondido la perla negra que ocultaba su lugar de descanso en el ojo del mestizo, planeó buscar la gema de una manera similar. Entrando su mano cerca de su pecho, Sesshomaru buscó dentro del yoki del hanyo algo similar a la energía divina que sentía en la diosa, pero no encontró nada, lo único que había logrado era perturbar a la bestia interior de su medio hermano haciéndola salir. Aunque en esta ocasión, Inuyasha había aprendido a controlar a su yokai haciendo que este apareciera sin que lo convirtiera en una bestia salvaje inconsciente, claro con ayuda de tessaiga.

-¿Qué significa esto? ¿Hay otro yokai con una fuerza equiparable a la mía? -

Ahora el asunto estaba más claro, seguramente Ryu también conocía el hecho de que la gema podía esconderse dentro del yoki, por eso lo buscó. Quizás el yokai dragón lo que realmente sintió fue el olor de la sangre de la diosa en él, y al encontrarse asumió que él había escondido la gema en su yoki.

-Tal parece que la inepta mujer escogió mal a su rastreador.- una mueca que parecía ser una sonrisa malévola puso de buen humor al inu yokai.

Él seguiría su búsqueda del escurridizo dragón, no tenía que informarle nada a la chica, era su problema y no de él que se diera cuenta de su error.

Por otra parte la duda de quién podría ser el misterioso yokai aún le molestaba, quizás después de terminar con el dragón buscaría al esquivo yokai. Con eso en mente, siguió en veloz vuelo al lugar donde había dejado a su sirviente.


Korihana estaba inquieta por cuatro días de absoluta inactividad. Era muy extraño todo esto, Sesshomaru no tendía a hacer paradas tan largas, casi siempre sería una noche o quizás todo un día, pero ya habían pasado cuatro.

-¿Qué broma es esta? Primero haces que te siga sin descanso a pie por cuatro días y ahora nos haces detenernos por el mismo tiempo. -

No podían seguir así, pero el tácito 'acuerdo' al que ella asumió habían llegado le limitaba de acercarse más allá de lo que su olor era percibible para sus kamaitachis. Y según ellos el olor del yokai y del diablillo no se habían desplazado de su lugar.

Por su parte ella ya no podía sentir su yoki, no a la distancia a la que estaba. La diosa pensó que eso era resultado de ir perdiendo poco a poco su energía divina, así que solo dependía del olfato de los gemelos. Pero aún pensaba que algo no cuadraba en toda esta situación.

"¡Qué aburrimiento!" exclamó Shimo en un bostezo, quien estaba recostado sobre la hierba.

"¿Preferirías estar caminando sin descanso como nos hizo hacerlo esa vez?" preguntó divertido el ojinegro.

"¡Ni lo digas! Es solo que ya estoy cansado de seguir aquí. Aunque esta pausa nos ayudó a entrenar un poco. La próxima vez que aparezcan esas bestias los cortaré tan rápido que no lo verán venir." dijo dando una rápida voltereta en el aire imitando movimientos de combate, para después volver a caer acostado en el césped.

" Tienes razón" dijo animado Fubuki, "¿pero no te parece algo extraño?" preguntó.

"¿Qué cosa?"

"¿No te parece que el olor del señor Sesshomaru ha ido perdiendo intensidad un poco?" questionó el niño poniendo su pata delantera bajo su barbilla.

"Ahora que lo mencionas, sí el olor parece no ser tan fuerte, aunque el hedor del apestoso sapo sigue igual."

La dama invernal que estaba sentada sobre una gran roca bajó al oír la conversación de sus pequeños siervos y con ojos sorprendidos les preguntó sobre lo que decían.

" Bueno, señora, el día de ayer noté que algo raro pasaba con el olor del yokai, no se sentía tan intenso como usualmente es."

"¿Y por qué no me lo dijiste ayer, Fubuki?"

"Es que, como usted pidió que la ayudáramos a entrenar, estuvimos en eso hasta que anocheció, así que como estábamos cansados pensé que lo del olor era idea mía. Perdón, ama." dijo en tono triste el peliblanco, que parecía dar una explicación después de sentirse regañado.

" No importa, no te preocupes. Lo importante es que ya lo sé ahora." dijo la diosa con voz pacificadora tratando de hacer que el niño no se sintiera culpable.

"Perdón diosa, Korihana, también debí haberlo notado y decírselo." agregó Shimo.

"Olvidenlo, y recojamos todo, hay que ponernos en movimiento."

"¿Iremos al campamento del yokai?"

La diosa solo asintió en respuesta y tomó su chal y la bolsa sin fondo, lista para partir.

Con el viento rozando sus mejillas, dama invernal voló con sus kamaitachis en sus hombros hasta el lugar donde la energía del diablillo se hacía más fuerte, y como sospechaba no había ningún rastro del yoki del demonio perro.

La mujer bajó justo en frente al verdoso diablillo de ojos amarillos haciendo que este soltara el pescado asado que estaba comiendo del susto.

"Muchacha malvada, ¿qué haces aquí? Mira lo que hiciste, has arruinado mi comida." gritó molesto Jaken.

"Deja de hablarle así a nuestra señora." gritó el impetuoso Shimo, quien no soportaba al diablillo.

"Shimo" llamó con voz serena la joven de ojos oscuros.

"¡Pero, ama!"

"Jaken, ¿dónde está Sesshomaru?"

"¡Bruja irrespetuosa! Es Lord Sesshomaru para ti, oíste?!" gritó sumamente ofendido el pequeño yokai.

"Ya me cansaste!" Shimo corrió en dirección del diablillo pero fue detenido inmediatamente por el golpe de la cola de su hermano.

"Fubuki!" gritó el ojiazul.

El ojinegro jaloneó de la oreja a su hermano mientras lo arrastraba hacia atrás, y dijo.

"¿No puedes estarte quieto ni una vez?"

"Ay, ay, ay, está bien, está bien, pero suelta mi orejita."

"Deja que la señora hable con el sapo."

"¡Cállate mocoso!" respondió Jaken exasperado por el tratamiento del otro niño.

"Jaken, ¿sabes a dónde fue tu señor?"

"A dónde haya ido no es de tu incumbencia, mujer. Mejor vuélvete y quédate a la distancia que estabas, porque sí mi amo bonito vuelve pronto y descubre tu olor aquí te hará trizas."

"¿Fue a buscar al dragón Ryu por su cuenta?" siguió preguntando la mujer, ignorando la amenazada.

" Ya te dije que no es tu asunto, y si supiera algo no te lo diría."

"Entiendo, se fue y no te dijo dónde." concluyó la diosa soltando un leve suspiro. "Lo esperaré aquí, entonces."

"Pero ¿qué dices tonta? ¡Ya lárgate!" el diablillo seguía molesto por lo que le ordenó irse a la diosa mientras golpeaba con su pie el suelo.

"¡Aghhh! Quiero pegarle, déjame pegarle." Shimo peleaba contra el agarre de su hermano tratando de soltarse.

Sin previo aviso, y sin la percepción de los yokais, una bestia con un rostro similar a un león con colmillo que sobresalían de su boca y cuerpo parecido a un toro apareció delante de ellos.

"¿Dónde está ese perro?" Rugio despectivamente el recién aparecido.

"Ku, Ku, kuyo" dijo asustado el diablillo.

"Ahí estás renacuajo, llama ahora mismo a tu señor." ordenó furioso el yokai.

"Mi amo no está, y más vale que le largues o descargaré fuego sobre ti." el pequeño diablillo puso su bastón de dos cabezas delante de él a modo de defensa y la parte superior de este emitió una llamarada.

"No te atrevas a mentir, asqueroso diablillo. Este lugar apesta a ese perro asqueroso, debe estar aquí. Y le haré pagar la muerte de mi hermano. "

"Busco al inu yokai también, no está aquí." hablo con indiferencia la divinidad.

"Señora, no se meta en esto." aconsejó Fubuki un tanto preocupado.

La diosa, ya había sentido la energía demoníaca de la bestia cuando estaba preguntando a Jaken por el paradero de su amo, por lo mismo había decidido quedarse, pues el aura del yokai parecía combativa, y como supuso atacaría al diablillo si no encontraba a su señor.

"¿Y tú quién eres, moza? ¿Cómo te atreves a meterte en lo que no…" el yokai calló rápidamente en cuanto el olor de la mujer inundó sus sentidos, ella olía como sacerdotisa, pero más apetitosa.

"Hoy me daré un festín con tu carne, miko. En mal momento apareciste en este lugar."

La bestia de grandes colmillos apartó de un golpe al diablillo que se había parado frente a él, haciendo que este se estrellara contra un árbol y gimiera de dolor.

Kuyo se aproximó amenazante a la joven deidad formando en su mano una bola de energía yoki que preparó para lanzarla a la mujer, pero esta la detuvo con lanzas de hielo que neutralizaron la energía y la hicieron desaparecer. El yokai sorprendido esquivó el ataque dando una pirueta en el aire.

"No eres una sacerdotisa común, moza. Me servirás de entrenamiento hasta que aparezca ese perro." dijo con una risa estridente y maquiavélica.

Korihana lo miró sin darle mayor importancia a su amenaza, y no se movió. Como si las palabras del monstruo no tuvieran ningún valor para ella.

" No dices nada, ¿crees que eres mejor que yo? Ahora verás." Al yokai le molestó la indiferente actitud de la mujer, era el típico comportamiento de quien se creía sumamente poderoso. Le recordaba al cretino inu yokai que había venido a buscar.

Una vez más la bestia se dirigió hacia ella, pero de la nada los dos kamaitachis salieron en defensa de la deidad, con sus garras y punta de su cola convertida en hoz, comenzaron a cortar el cuerpo del extraño buey pero parecía que los cortes no tenían la profundidad que querían.

"Ja, ja, ja. Par de tontos, ¿creen que pueden cortar mi armadura? ¿Acaso no saben que la piel de kamaitachi puede repeler el ataque de uno de su misma especie si este es inferior?" dijo con voz macabra.

Los gemelos abrieron con gran sorpresa sus ojos. Mirando la peluda armadura del monstruo, notando que en efecto estaba hecha de piel de un yokai kamaitachi, y claro que sería más fuerte que ellos quienes sólo eran espíritus.

" No interesa lo que digas, no permitiremos que dañes a nuestra ama." dijo Fubuki mirándolo fulminante.

"¡Estúpidos, si eso quieren!" la bestia arrojó un poco de algo que parecía los cabellos de su melena, pero que en el acto se endurecieron como agujas puntiagudas.

Los pequeños hurones estaban listos para responder al ataque, pero una llamarada de fuego quemó las extrañas agujas y avanzó hasta quemar ligeramente las manos del yokai.

La deidad había tomado el bastón de dos cabezas que portaba el diablillo y había logrado desplegar su fuego. Sin embargo, hacerlo le provocó un ardor y molestia en su mano, pues al ser su naturaleza fría y de hielo el contacto con fuego demoníaco la repelía. Korihana volvió a dejar el bastón a lado de Jaken quien la miraba con la boca abierta por su osadía de tomar el arma que le había dado su amo.

"Maldita, mujer! Te haré pagar por eso!"

La bestia se acercó con gran velocidad, y comenzó a repartir golpes, los cuales no pudieron alcanzar a la diosa, porque su gran agilidad le hacía posible esquivar todos ellos. La dama invernal sacó una fuerte ventisca nevada de su mano que disparó al yokai a varios metros de ellos. Los ojos naranjas del yokai se tornaron negros y con una rapidez asombrosa corrió con el propósito de embestir a la deidad con los cuernos que tenía en su frente.

La diosa elevó una pared gruesa de hielo entre ellos y la bestia para detener su paso, pero el poder de los cuernos del demonio eran tan potentes que rompieron el muro de cristal, la mujer rápidamente con un viento nevado lanzó a los niños y al diablillo fuera del alcance del monstruo con rostro de león. La diosa congeló el piso esperando que el estado resbaloso del mismo hiciera caer al yokai pero eso no lo detuvo, luego del mismo camino de hielo crecieron afilados picos que lograron cortar un poco las piernas del monstruo pero este se elevó en un gran salto evitando recibir más cortes. Con un giro grácil de su mano, más trozos de hielo se arrojaron al atacante y en su intento de esquivarlos, el yokai cayó a tierra.

"¿No tienes suficiente? Será mejor que te alejes de aquí." Sentenció la diosa haciendo que de su mano se formara un pequeño remolino de nieve que amenazaba con convertirse a su tamaño real si el peludo yokai se acercaba.

El yokai gruñía de auténtica rabia y aún con la sangre que derramaba de sus brazos y piernas, pues su armadura no era rival para el poder de la deidad, se puso en pie y de sus manos formó una bola de energía yoki que lanzó hacia la mujer. La fuerza en la esfera de poder era admirable superior a la primera que lanzó, pero no era tan potente como para perturbar a la diosa, quien fácilmente la detuvo congelándola, usando un poco de energía espiritual que neutralizó el poder demoníaco que lo hizo estallar junto con los trozos de hielo. Una neblina brumosa se formó después de ese estallido, y cuando se disipó, la deidad vio el cuerpo inconsciente de la bestia en el suelo. Cuando se volteó para acercarse a sus acompañantes el monstruo se levantó rápido y de nuevo quiso embestirla, pero Ria siendo más rápida esquivó el ataque como lo habría hecho un torero.

"!Bruja, ahora morirás!"

De la nada, y para sorpresa de la deidad, una figura colosal apareció delante de ella y sin darle tiempo a reaccionar impactó sus cuernos en su vientre. Fue una trampa, de algún modo el yokai pudo crear un doble de sí mismo que actuó como señuelo.

" ¡Ama, Korihana !" gritaron los pequeños gemelos. Al instante los kamaitachis saltaron a atacar al yokai pero la llamarada de fuego lanzada por Jaken los detuvo.

"Alto" dijo el diablillo.

"¿Qué haces?" preguntaron molestos al unísono.

El diablillo sólo señaló hacia la bestia, la cual estaba siendo rodeada por una espiral de nieve que lo estaba convirtiendo en una estatua de hielo. La diosa hizo que cada parte del yokai se congelara y luego cerrando su puño con fuerza lo hizo añicos, estaba tan congelado que su cuerpo solo se hizo pedacitos sin derramar sangre.

Jaken lanzó fuego a los restos del monstruo convirtiendo en ceniza lo que quedaba de él, el viento se había llevado el polvo.

"¿Qué pasó aquí, Jaken?" la voz gélida de Sesshomaru hizo que una corriente corriera por la espalda del pequeño diablillo asustado.

"Mi señor ya volvió."

Sesshomaru recorrió con la vista el lugar y percibió en olor de la bestia mitad león mitad toro en el lugar. Miró a la diosa tendida en el suelo, con un pequeño charco de sangre formado cerca de su estómago y a sus sirvientes asustados tratando de ayudarla.

"Fue Kuyo, amo Sesshomaru, vino a buscarlo en venganza por lo que pasó con su hermano, el yokai Kito, lo culpa a usted por su muerte en batalla. La mujer estaba aquí cuando eso pasó y él la atacó, ambos pelearon, finalmente Kuyo usó un doble falso logrando encestar los cuernos en la chica, pero ello lo congeló y lo destruyó por completo."

El daiyokai apenas dio un parpadeo, y se acercó a la mujer, vio cómo su herida poco a poco se cerraba. Ella no iba a morir, su fuerza de vida era muy alta.

" Diosa, menos mal, está sanando." dijo aliviado Shimo.

" Mi señora, pronto estará mejor." Fubuki tocó ligeramente el hombro de la deidad para llamar su atención, pero esta no respondía, había quedado inconsciente. "Ama, Korihana, ama, responda." llamó un poco desesperado.

El inu yokai se volteó dispuesto a irse lo que asombró y molestó al kamaitachi de ojos azules, por lo que le gritó.

"Un momento, se irá así nada más?!"

Jaken hubiera mandado a callar al niño, pero se sentía un poco mal por la situación de la chica, después de todo lo había ayudado.

Sesshomaru ignoró el reclamo del espíritu y siguió su paso.

"Vámonos" dijo secamente.

"Ah, sí, sí, enseguida, amo." respondió con nerviosismo el chaparro yokai, dio una última mirada de pena hacia la mujer y siguió a su señor.

"¿Cómo puedes hacer esto? Salvó tu vida sapo, y curó tus heridas, yokai!" gritó con rabia el hurón de blanco pelaje.

" Shimo, alto" dijo Fubuki, preocupado por la reacción que tendría el poderoso demonio perro, seguramente le haría daño.

"No!" gritó a su hermano "Se lo debes, tienes una deuda con ella y tienes que ayudarla." dijo señalando al gran yokai.

Jaken asustado miró a su amo, y solo vio una gélida mirada penetrante que se dirigía al pequeño sirviente, las cosas podrían no salir bien.

"No tengo obligaciones con tu señora, y harás bien en dejar de hablarme con tal insolencia, si no quieres acabar peor que tu ama."

"No tienes honor, yokai, tú…" sus palabras fueron cortadas por una ráfaga de viento helado que empujó al pequeño sirviente detrás del cuerpo de la joven diosa, ella misma lo había quitado de en medio porque un golpe de látigo de energía demoníaca estuvo apunto de impactar en el kamaitachi.

"No le hagas daño." dijo en un susurro la mujer aún en el suelo, quien con mucho esfuerzo había logrado despertarse un momento cuando sintió el poder que salía del inu yokai. Pero tan pronto lo hizo su cabeza volvió a caer pesada en la hierba debajo de ella.

Sesshomaru volteó para retomar su camino lejos de los visitantes celestiales, pero tan sólo después de dar unos pasos lejos del lugar sintió inquietarse su espada en su vaina. Tensaiga lo llamó, no quería irse.

El daiyokai detuvo su paso en seco sin voltearse y miró su espada, esta vibraba, se estaba comunicando con él. En el pasado ya había aprendido a escuchar la voz de su arma y no ignorarla, pues al hacerlo sólo evitaba que esta le mostrara alguna capacidad útil que pudiera mejorarla. En esta ocasión, sin embargo no entendía lo que quería.

-¿Por qué quieres quedarte, tensaiga? La mujer no está en peligro, ella no morirá, no hay nada que revivir. Sin embargo, a cada paso que doy, sigues llamando con más insistencia. - el yokai cerró los ojos pensando en un breve momento qué debería hacer. Pero según parecía la espada había tomado una decisión por él.

-Bien, no te apartaré si es lo que quieres.-

Sesshomaru no era alguien que pudiera ser dominado por algo, pero su pensamiento calculador le había enseñado que de una u otra forma el actuar de la espada siempre tenía un propósito, y esta vez la rareza era que quería permanecer cerca de alguien que no necesitaba ser revivido. Así que se quedaría hasta resolver el nuevo misterio.

"Jaken, nos quedaremos aquí hoy." dijo con su usual tono frío e indiferente.

El diablillo parpadeo un par de veces con los ojos bien abiertos sin entender el actuar de su señor, pero no lo cuestionó.

"Sí, amo, inmediatamente prepararé todo el lugar."

Los kamaitachis miraron con sorpresa y extrañez al yokai, incomprendiendo el accionar de este, pero tampoco dijeron nada. Por lo menos con él en el mismo lugar su señora estaría a salvo de cualquier otra bestia que quisiera dañarla.

El poderoso señor del Oeste subió a una alta rama de un árbol que estaba cerca y se quedó ahí toda la noche pensando en el extraño hecho que involucró a la espada heredada por su padre.


Pero qué agallas las de Shimo!, me divertí mucho escribiendo esa parte. en mi mente estaba pensando en el meme " ese compa ya está muerto, no' más no le han avisado" entonces pensé en cómo iba a sacarlo de esa situación, así que pensé en que la diosita entrara al rescate, ya saben que la chica es de gran corazón aunque ella piense que no.

Agregué una clásica frase de Miroku, bueno al menos en el doblaje latino es esa, no sé como sea en otros idiomas. Espero que les haya parecido entretenido.

y bueno qué piensan que pasa con tensaiga? porqué no quiere dejar a la deidad? Leeré sus respuestas, si es que deciden escribirlas, y confirmaré si alguna le atina.

Sin más les deseo un feliz día, y espero que porfavor, por favor, por favor, dejen sus reviews si realmente les gusta esta historia. En ocasiones pienso que tal vez no es tan interesante como lo es para mi :( pero igual como dije al principio ya he decidido que la terminaré, aún si no hay feedback proque ya casi la tengo acabada y me ha hecho muy feliz escribirla.

Anímame a seguir escribiendo! XOXO.