Espacio de la Escritora
Hola lectores! Feliz sábado!
Estoy llena de emociones por el final de HNY y por el anuncio de la segunda temporada, aún hay muchas dudas que aclarar. Espero que se solucione todo.
Les traigo la continuación del capítulo anterior, como les dije, originalmente el cap 13 y este eran uno solo, pero lo dividí.
Espero que disfruten este cap, personalmente me gustó escribirlo.
Capítulo 14: Fiesta de las estrellas
Todo en la aldea estaba iluminado por lámparas de papel de muchos colores, y estilos, la decoración era muy bella. La calle central de la aldea estaba llena de puestos ambulantes de comida, joyas, telas, zapatos y todo tipo de productos. Los árboles estaban decorados con lamparillas y tiras de papel colorido con los deseos escritos en ellos.
El ambiente también era muy animado, seguramente porque mucha gente vivía allí, por lo que se podía ver se debía a que en aquel lugar estaba un pequeño castillo de un daimyo. Las calles era muy ruidosas, habían niños corriendo, jovencitas vestidas muy elegantemente con kimonos llamativos esperando llamar la atención de algún pretendiente y jóvenes divirtiéndose cortejando a alguna señorita o bebiendo vino de arroz. Familias y ancianos, todos estaban animados para celebrar el festival de las estrellas, además aprovechaban que usualmente esa noche solía ser fresca. Un regalo especial que la princesa Orihime había pedido se concediera a los hombres para que asistieran a su celebración a pesar del verano.
"Mire señora, ese puente tiene farolillos muy bonitos." señaló el niño de ojos negros.
"¡Ama Korihana, vamos a los puestos de dulces tradicionales!" Shimo jaló el hakama de la diosa para que lo siguiera. Los niños estaban muy entusiasmados por visitar los puestos.
Jaken no se apartaba de la diosa, no quería estar muy cerca de los humanos, aunque ya había pasado tiempo con los amigos del hanyo y alguna vez había visto estos festivales cuando pasaba con su señor sobrevolando. Pero no había asistido a uno. Reconocía que todo era muy animado y llamativo.
La diosa notó que el diablillo, ahora un anciano humano estaba algo incómodo así que los llevó primero a un puesto de comida. Tenía piezas de plata y oro que usó como pago.
Todos disfrutaron de takoyakis de pulpo y mariscos, ya que la región era costera. También comieron okonomiyakis. Ahora el diablillo tenía mejor humor y hasta le parecía entretenido el evento.
"¿Estuvo bueno?" preguntó Ria.
"Mucho, mi señora" respondieron al unísono los gemelos.
"No estuvo mal." contestó el diablillo.
"Ama, compremos tiras de papel para escribir nuestros deseos." pidió Fubuki mientras tiraba de la mano de la diosa llevándola por el camino a un puesto de cintas coloridas. El anciano Jaken iba a su lado, y los gemelos más adelante de ellos.
-Parece un abuelo gruñón con sus nietos traviesos.- pensó alegre Korihana. Definitivamente hizo bien en venir al festival a distraerse un poco. Ya mañana volvería a la búsqueda de Ryu.
"Linda señorita, ¿le importaría si soy su acompañante esta noche? No es posible que en Tanabata una bella dama como usted esté sin compañía, eso podría molestar a la princesa Orihime." un joven guerrero de buen ver se había acercado a la deidad, pues pensó que estaba sola y le pareció buena idea cortejarla en esa ocasión, todo el mundo aprovechaba el festival para buscar pareja. Esperaba tener suerte y atraer a la linda chica de largo cabello que estaba recogido en una coleta alta.
"Gracias por la oferta, eres muy amable, pero sí tengo acompañante." asintió gentilmente la diosa, no parecía un mal muchacho, solo un poco urgido de encontrar novia.
"¿Ah, sí ? Es que no lo veo." dijo mirando a los lados buscando algún hombre que la acompañara, pero no vio a nadie.
" Están ahí" dijo señalando más adelante de ella hacia abajo hacia los yokais de apariencia humana.
"Oh, ya veo, disculpe por importunarla, señora. Espero que disfrute del festival, le ruego disculpe mi atrevimiento." el guerrero inclinó su rostro varias veces totalmente avergonzado, pidiendo disculpas a la diosa. Cuando vio a los niños y al anciano pensó de inmediato que ella estaba casada y que ellos debían ser sus hijos y su abuelo o padre. Por lo que su esposo no debería estar lejos. Tan pronto como se disculpó se alejó rápidamente, pensó que había ofendido a una mujer casada.
La diosa puso su mano sobre su boca tratando de aguantar la risa, pero no pudo la situación había sido muy graciosa, la cara sorprendida del hombre cuando pensó que cortejaba a una mujer casada era lo más divertido que había visto en mucho tiempo. Se sintió mal por engañarlo así, pero realmente no fue su culpa, ella no dijo nada, él lo asumió todo.
"¿Cuál es la risa, muchacha?" preguntó Jaken qué había visto al hombre irse corriendo.
"Nada, sólo un malentendido. Vamos a buscar cintas de papel." ambos siguieron su camino.
El puesto estaba cerca de un templo que estaba decorado con cintas de seda y lámparas de papel con diseños alargados. Habían malabaristas y músicos, tal parece que se llevaría a cabo alguna presentación.
Shimo y Fubuki estaban escribiendo sus deseos en sus cintas color azul y verde. Había una mesa donde estaban sentados descansando, habían caminado bastante mirando cada puesto. La diosa les había comprado algunos bocadillos, y ella se había comprado una tela de seda muy suave de color celeste en degradé.
"¿Cuál es tu deseo, Jaken?" preguntó Ria que le extrañó que él participara de ese tipo de cosas. Cuando miró pudo alcanzar a leer la palabra "ministro"
"No seas entrometida niña, los deseos no deben decirse, todo el mundo lo sabe." le respondió tapando con la manga de su haori su trozo de papel.
"Lo que tú digas." ella no sabía que era, pero no dudaba de que tuviera algo que ver con Sesshomaru.
"No es posible, y ahora cómo vamos a hacer el ritual de purificación si la señorita Kyo está gravemente enferma. Esto es un mal augurio sobre todo en una fecha como esta." Comentó angustiado un hombre con ropas ceremoniales, parecía un sacerdote.
"Y nosotros no podemos hacerlo, debe ser una sacerdotisa, no podemos romper la tradición del templo Shiramizu." comentó un hombre mucho mayor que también parecía ser servidor del templo.
"Disculpen, sacerdotes. No era mi intención oír su charla, pero entiendo que alguien está sumamente enfermo. Si les parece bien me gustaría ayudar." intervino la diosa. Como deidad no podía evitar querer ayudar a los humanos, especialmente en cuestiones curativas. Si ella tenía la habilidad, la usaría.
" ¿Es que tú eres alguna sanadora, muchacha?" preguntó el más joven.
" Yo… "
" Señorita usted es una miko, ¿cierto ? Debí haberla reconocido por su ropa."
Korihana miró su vestimenta y no recordó que había estado usando ropa de estilo sacerdotisa, de otro color. Dejaría que creyeran eso, sería más fácil que la dejaran ayudar si lo pensaban.
" Así es, estoy viajando e hice una parada aquí para reabastecerme. Soy Ria y estos son mis acompañantes." dijo señalando a los yokais.
"Un gusto conocerlos. Soy Chirio y él kenyu" los sacerdotes inclinaron la cabeza a modo de saludo. "Señorita Ria, nuestra miko está postrada en cama con una fiebre muy alta nos preocupa su estado y tememos por ella."
"Llévame a dónde está, trataré de curarla."
"Síganme por favor." el anciano mayor guió el camino. Los yokais colgaron sus deseos en el árbol más próximo y la siguieron de inmediato.
"¿Por qué tenemos que ir con ellos?" preguntó Jaken con molestia, estaba muy cómodo descansando en la mesa y ahora tenían que ir a ver a una desconocida.
"Porque hay una enferma, y mi señora va a ir a tratarla, es parte de su naturaleza, ya lo sabes, así como ayudó a tu amo."
"Hummm" el diablillo ya no dijo más porque sabía que tenía razón.
Llegaron a una habitación en el templo y sobre un futón dormía una joven de cabello negro, pero su rostro se veía compungido y se quejaba mucho. La divinidad tocó su frente y reconoció que su fiebre era demasiado alta e iba en aumento. Carraspeaba mucho así que supo que tenía problemas en la garganta. Al tocar sus brazos notó que sus músculos estaban tensos. Rápidamente supo que tenía influenza y estaba muy avanzada, de seguir así podría morir.
"Traigan una tina con agua por favor, es necesario que la sumerja pronto." pidió la diosa.
Uno de los trabajadores del templo salió a prisa a conseguir lo que había pedido.
"Señorita Ria, ¿es muy grave la situación?" preguntó kenyu, el sacerdote más joven.
"Es muy delicada. ¿Ella tuvo contacto con otros enfermos, con los mismos síntomas?"
"El mes pasado tuvimos unos casos como este, mayormente en niños y ancianos. Ella cuidó de todos ellos, pero algunos fallecieron. Al principio parecía una gripe sencilla, muchos se recuperaron en pocos días, pero otros continuaron y empeoraron."
"Entiendo, seguramente se contagió. Descuidó su salud y no previno. ¿No le han dado baños de agua tibia?"
"No señorita, sólo se le han aplicado paños."
"Cuando alguien enferma es necesario mantenerlo limpio y si tiene fiebre debe estar refrescado para bajar la temperatura. Debe reposar y tomar líquidos. Por favor, mande a preparar una sopa."
"Disculpe nuestra falta de conocimiento, señorita. Enseguida mandaremos preparar comida. La dejaremos sola para que la trate, la tina que pidió ya está aquí."
"Gracias, yo me encargaré ahora" ella los despidió y comenzó a sacar objetos de su bolsa.
"Muchachos, desvístanla, sólo déjenle una capa de ropa."ordenó a los niños.
" Jaken por favor, dime cuál es la temperatura del agua."
El diablillo asintió y tocó el agua de la tina.
" Está muy fría , debe ser porque la han sacado hace poco del río. " contestó.
" No es bueno que esté tan fría, un cambio brusco de temperatura podría causarle escalofríos. ¿Podrías calentarla un poco?, solo hasta que esté un poco tibia y fresca."
El diablillo volvió a asentir y con su báculo dejó salir un poco de fuego, cuando la temperatura estuvo en su punto, le avisó a la diosa.
" solo no te acostumbres a que te ayude." le advirtió.
" cómo tú digas." le respondió suavemente ella."vamos a ponerla en la tina"
Entre todos llevaron a Kyo. La diosa la limpio, la refrescó y la cambió con prendas ligeras. Tomó un frasco con pastillas de la época moderna con los que tratar la influenza. Ella mejoraría muy pronto con la medicina.
Una vez dado el medicamento le dio un té y la acomodaron en el futon con sábanas limpias, la cubrieron con una sábana ligera que no la acalorara. Luego los sacerdotes regresaron con una sierva que traía la sopa.
"Ella se recuperará no se preocupen. Solo sigan las indicaciones que les he dado. Confío que en unos días estará mejor."
"Sacerdote Chirio" la joven miko postrada en cama había por fin había abierto un poco sus ojos.
"Mi señora, no podríamos agradecerle todo lo que ha hecho por la señorita Kyo." los hombres hicieron una reverencia en el suelo frente a la deidad, estaban agradecidos porque Kyo había despertado y su semblante se veía mejor, después de un solo tratamiento de la deidad, quienes ellos creían era otra sacerdotisa sanadora.
" No es nada, me alegra haber ayudado." contestó inclinando un poco su mentón.
"Señorita Ria, yo sé que usted ya ha hecho mucho por nosotros, pero queríamos pedirle otro favor, si no es molestia. Esta noche se suponía que presentaríamos una danza purificadora, es tradición de este templo hacerlo en la fiesta del Tanabata y siempre presidido por una miko. Pero como la señorita Kyo no está en condiciones… " dijo Chirio.
" Nos preguntábamos si usted podría realizar la Kagura, la danza purificadora dedicada a los dioses que repele a los yokais y espíritus malignos." agregó Kenyu.
" Por supuesto, no tengo problema con ello. Lo haré con gusto. " respondió ella sin vacilar.
"Estupendo, muchísimas gracias señorita." los hombres llamaron a otra sierva y le pidieron que llevara a la diosa a otra habitación donde se cambiaría sus ropas.
"Señora, ¿en qué está pensando? ¿Usted bailar la Kagura? No lo ha hecho en años, además su poder purificador no es el de una sacerdotisa, es el de una diosa. Eso llamará la atención, sin mencionar que tomará su energía divina, podría debilitarla de nuevo." dijo Shimo mientras le pasaba la cintas de ropa a su señora a un lado del biombo.
" No te preocupes, Shimo, la kagura que haré no será celestial. Solo usaré poder espiritual. Además aún recuerdo bien como hacerla." respondió ella restándole importancia al asunto. La verdad le entusiasmaba volver a hacer aquella danza.
"¿danza de los dioses?" preguntó Jaken
" La kagura es una danza que hacen las sacerdotisa y las deidades para purificar espacios. Los yokais que se acercan son exorcizados, la energía purificadora es muy fuerte así que muchos demonios y espíritus malignos evitan acercarse, cuanto más poder espiritual tenga quien realiza el rito más durará la barrera purificadora."
" Pero qué dices?! Entonces debo salir de inmediato." se alteró el diablillo.
" No es necesario, arreglaré eso. ¿Y bien que opinan?"
Tres pares de ojos la miraron con gran admiración. Korihana lucía excepcionalmente encantadora.
La diosa vestía una hakama tablonada roja y un kosode blanco, la vestimenta tradicional de las mikos. Y sobre ella usaba un uchigi o túnica muy alargada de color rosa pálido con bordados de grandes flores de color rojo,blanco, violeta, y azules. Los bordes de la túnica tenían cosidos filos de oro. Sus muñecas tenían amarradas pulseras de seda de muchos colores así como cuentas preciosas. Usaba zarcillos de oro en sus orejas y su cabello estaba recogido en un moño alto sujeto por una horquilla de jade sencilla pero bonita con cadenillas de oro, dejando suelto solo algunos mechones que caían con gracia sobre sus hombros.
Sus ojos estaban pintados con una suave sombra rosada, del mismo tono que el carmín de sus labios. En sus manos sostenía el suzu, instrumento de campanillas.
"Luce bellísima, mi ama." dijo Fubuki.
"Está preciosa señora, aunque no se parece a su vestimenta celestial, está muy bonita y bien cuidada. Se ve casi como una diosa, bueno ya sabe a qué me refiero." dijo con torpeza Shimo.
"Lo entiendo. Y concuerdo contigo es un traje muy bonito." dijo dando una pequeña vuelta.
"Pues sí te ves diferente, ya no te ves común." le concedió Jaken. Él pensaba que sí se veía muy bien así arreglada y en esas ropas, pero no se lo diría.
"Toma, Jaken. Lleva contigo este talismán te permitirá estar en la danza sin que te afecte la purificación." la diosa le extendió el pergamino y avanzó hacia la salida lista para presentar la danza. Los yokais la siguieron.
Sesshomaru había seguido el olor de la diosa hasta un poblado. Hace unas horas cuando había vuelto al lugar donde los había dejado descubrió que el lugar estaba vacío únicamente con las cosas que la deidad acostumbraba a poner en el campamento. Pronto siguió el olor de la mujer llegando a un festival atestado de humanos, eso lo molestó mucho. Tener que buscar a la mujercita en medio de esos seres inferiores sólo lo irritaba.
No entró al pueblo, siguió por el lado del bosque de cerca donde el olor de la mujer era más intenso, era una especie de altar rectangular, un espacio amplio y libre, la gente se quedaba debajo mirando. Allí vio a un anciano que se parecía mucho a Jaken, de hecho su olor era el mismo, igual que el de dos niños que olían igual a los kamaitachis sirvientes de la mujer.
-No hay duda, son ellos. De alguna forma la mujer los disfrazó. ¿Dónde está esa mujer? -
El daiyokai siguió buscándola con la mirada y de pronto la vio. Caminaba de frente al altar y estaba vestida con trajes muy finos y llamativos. Ella se veía diferente con todo lo que llevaba encima.
Una música empezó a sonar, una melodía acompañada de cuerdas, sonido de flautas, tambores y platillos. La mujer empezó una danza con movimientos suaves y gráciles. Su mano que sujetaba el instrumento de campanillas se movía con maestría como si sujetara sus pinceles. Sus giros eran elegantes, de izquierda a derecha, haciendo sonar las campanas con golpes suaves pero seguros a la vez.
Para los aldeanos cada sonido del suzu era como un retumbar en sus corazones, una paz inexplicable los embargaba. Nunca se habían sentido de esa forma antes cuando la anterior miko hacía la danza. Shimo, Fubuki y Jaken también lo habían sentido, como una caricia cálida en sus corazones, una luz esperanzadora.
En un momento, cuando la diosa estaba realizando el giro triple final de la danza, una luz brillante la envolvió, pero sólo pudo ser notada por los yokais y apenas un destello fue percibido por los sacerdotes. Esa luz dio una nueva imagen a la diosa, su cabello se soltó dejando que su largo cabello oscuro bailará con el viento, una tiara plateada con piedras de diamantes, zafiros y amatistas se adornó en su cabeza con largos hilos platinados que se mezclaban como hebra de sus cabellos. Su vestimenta cambió, y en su lugar estaba un vestido amplio de color níveo con mangas largas de encaje. El encaje caía sobre el vestido de seda que tenía un degradado de tonos celestes, azules y lavandas en la parte inferior de la falda. En la altura de la espalda caía una capa de tela traslúcida platinada muy larga y en la parte frontal se adornaba con gemas diamantinas formando pequeños copos de nieve. Su apariencia divina sólo fue vista por los yokais.
Ahora sí se veía como la diosa invernal. Incluso el gran daiyokai no pudo negarlo, la imagen de ella era celestial. Sus ojos dorados la siguieron hasta que ella hizo su último movimiento. El rostro de la mujer era sereno y sus ojos tenían un brillo que sólo había visto por un instante cuando había cambiado el color de sus ojos días atrá incluso sonreía.
Por un momento Sesshomaru olvidó la molestia de la purificación y la barrera en la que estaba, la cuál debido a su gran poder Yokai podía soportar. Solo fue un breve instante, pero quedó embelesado por el poder que transmitía. Cuando ella se inclinó a la audiencia él apartó su mirada de ella, y todo volvió a verse como antes.
La gente aplaudió conmocionada, algunos incluso con lágrimas en los ojos. El momento había sido tan conmovedor, algunos la describieron como la danza de un ángel que abrazó sus corazones, o como si hubieran recibido un cálido beso de los cielos.
"Mi señora, su poder espiritual era… nunca antes había sentido algo tan potente. Usted debe ser bendecida y enviada de los cielos. Solo eso puede ser." los sacerdotes que la habían llevado se inclinaron ante ella reconociendo su superioridad espiritual.
"No fue nada, han sido varios años de entrenamiento." respondió ella restándole importancia y evitando llamar la atención, cosa que fue imposible.
"No lo creo, señorita Ria, usted es un regalo de los dioses." seguían diciendo desde el suelo.
"Y cómo no, ella es la mismísima deidad del invierno" susurró Shimo, pudiendo sólo ser oído por su hermano y el diablillo. La diosa lo miró advirtiéndole que fuera más discreto y él se calló.
"Ya debemos seguir nuestro viaje. Devolveré las vestimentas y me iré."
"No es necesario, por favor acepte las prendas como un obsequio por tan bello favor que nos hizo con su danza y por ayudar a la señorita Kyo. Insistimos."
"De acuerdo" respondió la diosa. Ella había considerado negarse, pero no les haría un desprecio así, y además ya desesba retirarse pronto, no quería ser interrogada.
Ellos se despidieron rápidamente y el grupo caminó de regreso a su campamento. En el camino, la dama invernal comenzó a sentir los estragos de su desatino, el dolor en el pecho había vuelto.
"¡Mi señora, estuvo magnífica! Su danza fue perfecta." elogió Shimo.
"Sí, los aldeanos decían que usted era como un ángel, totalmente encantadora. Algunos pensaron que era como una diosa danzando." Dijo Fubuki dando giros mientras caminaba por el sendero.
"Y no estaban equivocados, Fubuki" comentó alegre el kamaitachi.
"Pero ama, al final usted usó poder divino, nosotros lo sentimos."
"Sí, incluso te veías diferente, los humanos no se dieron cuenta, pero nosotros vimos que tu ropa y cabello cambió." agregó Jaken asintiendo con su cabeza varias veces.
"Es verdad, la vimos con sus atuendos divinos, señora." confirmaron los gemelos.
"Lo sé, me concentré tanto en el ritual de purificación que al final dejé salir poder divino para cerrar la barrera." dijo la deidad mirando pensativa a la nada.
"Ahora es tiempo de volver a la normalidad." korihana detuvo su andar y tocó las frentes de cada yokai, los talismanes volvieron a aparecer y con delicadeza los quitó, haciendo que cada uno volviera a su apariencia original. "Listo, regresemos, debemos descansar para partir mañana."
Los yokais apresuraron su paso y caminaron delante de ella. Ella iba atrás a paso más pausado disimulando el dolor que le oprimía el pecho.
Cuando todos llegaron al campamento sus ojos se abrieron con sorpresa, pues vieron que el daiyokai ya había vuelto y estaba reposando en su lugar de siempre. Su mirada era amenazadora y estaba direccionada a su sirviente.
"¡Amo bonito, ya volvió ! Yo emm…" el diablillo estaba muy nervioso y no sabía que decirle a su señor. Lo conocía demasiado bien para ver su enojo a través de su expresión indiferente. Sus ojos lo fulminaban.
"Sesshomaru, no te molestes con Jaken. Yo lo obligué a acompañarme." defendió la diosa.
"Mi señor Sesshomaru, su sirviente actuó mal. Perdóneme, perdóneme, perdóneme amo bonito." chilló dramáticamente el diablillo inclinándose varias veces. Una pequeña piedra acabó en la cabeza del yokai provocándole un chichón. "Ayyy"
"Haz silencio" ordenó.
"¡Sí mi señor!" volvió a hacer una reverencia. Luego se acercó a la deidad y le dijo "Tú señor no volverá hasta mañana" haciendo la voz más aguda que pudo, tratando de remedar a la deidad. "No volveré a confiar en ti, bruja" le gritó y se fue a acomodarse cerca del fuego para dormir.
"Ugg, y después de que usted lo defendiera…" vociferó el kamaitachi más rebelde.
"Déjalo así Shimo, mejor ve a descansar."
"Pero, pero" refutó el peliblanco "ahh, está bien, señora." bufó y se rindió el niño. Pronto se acomodó con Fubuki para dormir.
"No quisimos causar molestias, señor Sesshomaru." se disculpó Fubuki desde su lugar de descanso. "Que descanse, ama Korihana" se despidió el niño antes de cerrar los párpados que cayeron pronto por el cansancio del largo paseo.
Cuando la respiración de los yokais fue pausada, ella se acercó y acarició la cabeza de cada uno de los kamaitachis, e incluso puso una bandita en la herida de Jaken. Después regresó a su lugar y comenzó a soltar la horquilla de su cabello, pues aún seguía vestida como la miko del festival.
"¿Ahora eres una sacerdotisa?" preguntó el yokai con sorna sin abrir los ojos.
"Necesitaban una purificación en el festival, ¿quién mejor que una deidad para hacerlo?" le respondió escarmenando su ondulada cabellera. Ria asumía que era inevitable no darse cuenta de su traje sacerdotal, era muy notorio.
"Tu barrera no fue tan poderosa, no fue difícil cruzarla."
La divinidad giró rápidamente en su asiento para mirarlo, ella no podía creerlo, el yokai los había visto.
"Entonces fuiste al Tanabata."ella le comentó." No te imaginé como alguien que va a eventos humanos." dijo mordaz, aunque con su tono de siempre disfrazó su broma.
" No seas ridícula." el daiyokai la miró fijamente." Deja de meterte en cuestiones humanas y no involucres a mi sirviente en tus asuntos." dijo frío y amenazador.
" Había una joven enferma, y como dije no puedo ignorar ese tipo de situaciones, sobre todo en este día."
la seriedad con la que le habló hizo que el yokai se sintiera curioso, sobre la importancia de la fecha.
" ¿Qué tiene este día?" preguntó indiferente.
" El Tanabata es una celebración importante en la corte celestial. Orihime, la princesa hiladora de las nubes se reúne con su gran amor, Hikoboshi, un pastorcillo del mundo espiritual. Ella hace de este día un gran evento, y le gusta celebrarlo también con los humanos por eso se le pide a los dioses que ayuden en todo lo posible a los humanos para que no tengan impedimento de hacerlo. Además, es mi gran amiga, cómo no cumplir su pedido"
"¿y salvar a la humana ayudaría en algo?"
"Kyo es la miko del templo de esa aldea, ella debía hacer la purificación, pero estaba gravemente enferma. Entonces la curé y la sustituí."
El daiyokai entonces no preguntó más y miró el cielo estrellado. La doncella invernal también miró en esa dirección y pudo distinguir las estrellas Vega y Altair. Sólo el sonido de las hojas meciéndose en sus ramas se oyó inquietando un poco el mar del silencio en el que estaban sumergidos.
"Un suspiro en la eternidad,
Es el anhelo de dos almas,
Que se aman en la distancia.
No hay tiempo, no hay espacio,
No hay ley que separe tanto,
El latir de sus corazones los sostendrá.
Cuelgo mi deseo en el bambú,
Para encontrar a mi amor, que eres tú,
Te veré el otro año.
Por ahora firmaré esta promesa,
Las estrellas brillantes será el sello de esta,
Nos juntaremos en la inmensidad del firmamento."
La deidad recitó audiblemente sin darse cuenta. En las pupilas de la diosa se reflejaba el brillante fulgor de las estrellas. Korihana recordó uno de los poemas que había ganado el famoso concurso de las estrellas en el festejo de la princesa Ori.
" Tu poesía no es buena." dijo el daiyokai de cabello plateado. Una vez más parecía que él estaba ajeno a todo asunto del grupo, y de hecho, lo prefería así, pero cuando oyó los versos proferidos por la deidad, la curiosidad no lo abandonó y dejó su descanso.
Este era un comportamiento atípico de ella. La mujer siempre guardaba seriedad, difícilmente se mostraba emotiva o exteriorizaba sus pensamientos o intereses, salvo por la pintura y el dibujo en su tiempo libre.
Pero algo que él sabía es que ella se mostraba más abierta con sus sirvientes. Sus facciones siempre se suavizaban y lucían diferentes cuando creía que nadie la observaba.
"A veces me pregunto si alguna vez descansas." comentó sarcástica la deidad aunque nunca hizo un ademán de usar un tono bromista. Ella creía que el peliplateado por fin dormía, todo se escuchaba tan calmado. Pero tal parece que, aún si él descansaba, siempre estaba alerta, tal vez despertó al oírla.
" Es una tradición en el mundo celestial, en el festejo del reencuentro de los enamorados, hay un concurso de versos y poemas dedicados al amor de las deidades. Este poema fue uno de los participantes hace varios años, no ganó. Como dijiste no era muy destacable, pero no sé por qué, de repente vino a mi memoria y lo dije en voz alta. " dijo mirando al firmamento sentada en su lecho apoyada sobre sus palmas. Una vez más se hizo silencio.
" Hablas de una promesa sellada por las estrellas. ¿Son esas?" señaló el yokai de la luna creciente con el mentón mirando a las dos grandes lumbreras que centelleaban en el cielo nocturno. Sesshomaru por algún motivo siguió la conversación con la deidad, resultó interesado. Al oírlo la diosa siguió la vista del daiyokai y le respondió:
" Esas dos estrellas brillantes que están equidistantes separadas por el camino iluminado fueron puestas en el cielo para simbolizar el encuentro de Ori con su esposo una vez al año" comentó la diosa mirando con añoranza el cielo, más para ella que para el yokai, que con certeza la ignoraría
-Ori debe estar prendada al cuello de Boshi en estos momentos. - la deidad se sonrió recordando a su alborotada amiga que todo el año no deje de esperar su reencuentro, siempre planeando un gran regalo que darle.
"¿Por qué una vez al año?"
Ria no creía que él se interesaría en la historia, pero aún así le respondería. Eran muy extraños los momentos en los que hablaban más de lo necesario y sin amenazas.
"Ori es muy impetuosa y distraída. Cuando conoció a Hikoboshi ambos empezaron a descuidar sus trabajos como seres celestiales, y ella de por sí no era tan responsable." bromeó ella. "Entonces su padre, el líder de la corte celestial, ordenó que serían separados a fin de que volvieran a sus actividades, porque estaban ocasionando muchos problemas con su descuido. Pero como ambos sufrían mucho por su separación y él no soportaba ver a su pequeña llorar, les permitió reunirse una vez al año."
" Ustedes y los humanos, su convivencia es enfermiza, y su parecido aún más. " comentó inexpresivo. El yokai rechazaba todo tipo de rasgo humano y, según el relato de la mujer, habían deidades que se comportaban como ellos. Él entendió que esto era por la siempre existente relación entre ellos. Dependencia.
" Realmente no hay tal convivencia, solo cuidamos el orden natural de las cosas. Los humanos son muy vulnerables como tú lo has dicho y son quienes usualmente piden ayuda. Hay deidades que específicamente existen por el ruego de los hombres. Por eso la afinidad."Comentó ella comprendiendo lo que él quiso decir. "Dices que nos parecemos, pero ninguna criatura escapa del sentimiento y las emociones. Eso solo que hay quienes las abrazan más que otros. Fuera de eso, no podríamos ser más diferentes, ellos representan un momento, y nosotros la eternidad." dijo la diosa con melancolía posando su cabeza sobre sus rodillas sin apartar la vista del cielo, sus ojos se entristecieron.
Sesshomaru notó que la seguridad en su voz había cambiado, y supo que ella se había entristecido aún si sólo podía ver su cabello cubrirle el rostro. Una vez más su actitud impasible había dejado ver un poco de su vulnerabilidad. Él la miró un instante como intentando averiguar el cambio en su voz, pero enseguida la ignoró, poco le importaba sus razones.
Después de un rato la diosa volvió a sentir el dolor en su pecho, esta vez la presión fue fuerte y no pudo evitar soltar un quejido. La diosa se recostó en la manta que estaba tendida sobre la hierba y poniendo su mano sobre su pecho trató de respirar profundamente.
"No es la primera vez que te ocurre eso." dijo impasible el daiyokai después de que vio que su respiración se estabilizó. Él recordó su encuentro en el árbol cuando había dejado caer el cuaderno de dibujo, le había ocurrido lo mismo. "Tu condición empeora."
"Solo necesito absorber más energía fría, estaré bien." dijo la diosa con un poco de dificultad.
Pero el inu daiyokai no le creyó, sabía que mentía, sin embargo era problema de ella cuidar de sí misma.
"Saldremos mañana" sin más el yokai salto a una rama alta en el árbol donde estaba apoyado, concluyendo así la rara conversación que habían tenido.
¿Y qué les pareció?
Este cap se inspiró en el festival de Tanabata o festival de las estrellas. La historia original es muy conocida y creo que se resume bien en el dialogo. Si no la conocen, recomiendo leerla es muy bonita.
La danza que realizó Ria también es real, practicada en la religión sintoista. Las vestimentas que describo están basadas en el traje tradicional de las sacerdotisas cuando realizan la kagura con mis ideas de diseño original. Así mismo, la vestimenta divina de Ria que solo los gemelos, Jaken y Sesshomaru pudieron ver, me basé libremente en un traje de cosplay de Elsa en Frozen 2, por supuesto mucho más amplio y con cambios de diseño. El "poema" es de mi autoría.
Me gustó escribir este capitulo porque la brecha comunicativa de ambos se está empezando a romper, y por ende a conocerse, se vedrán más conversaciones.
Es tiempo de teorías, ¿A qué creen que se deba la melancolía que guarda Ria? ¿Volveremos a ver su estado emocional vulnerable pronto? ¿Habrá un acercamiento significativo entre Sesshomaru y ella?
Quizás en el próximo capítulo.
Por favor si disfrutas esta historia déjame un comentario. Me interesa conocer tu opinión.
Anímame a seguir escribiendo! XOXO
