Capítulo 17: Toda vida es preciosa
Shimo y Fubuki despertaron algo inquietos de su sueño, el olor de un yokai no conocido los perturbó y los hizo actuar en modo alerta y defensivo. Tan pronto como sus ojos se abrieron y sus fosas nasales captaron el olor extraño se pusieron delante de la ninfa que estaba guardando alguna de sus prendas en su bolso sin fondo.
"Mi señora, cuidado! Permanezca detrás de nosotros. Percibo a un yokai desconocido en el área." Alertó Shimo.
"¿Es así?" preguntó con voz suave e inexpresiva la ninfa invernal.
"No veo al señor Sesshomaru en ninguna parte" indicó Fubuki mirando en toda la cueva. "Jaken tampoco está"
"Están cerca, probablemente afuera. Quizás enfrentando a este otro yokai." replicó el ojiazul.
"Entonces será mejor que salgamos y veamos qué pasa" dijo la ex diosa. Ella no tenía el olfato de los yokais, pero aún podía percibir la energía de otros seres, aunque no tan intensamente como lo hacía antes. Su habilidad le indicaba que, en efecto, había otro yokai fuera, pero su aura no parecía agresiva o amenazadora.
"! No, claro que no, mi querida ama!" exclamó exageradamente Shimo.
"Señora Korihana, puede ser peligroso". Agregó Fubuki tratando de hacer que la ninfa se quedara. "Déjenos ir a ver primero. En su condición es mejor evitar sorpresa."
"Chicos, solo he vuelto a ser ninfa, no estoy incapacitada. Andando, vayamos afuera". replicó con simpleza.
"Pero, pero ..." la objeción de los niños quedó en el aire, pues Ría ya estaba caminando a la salida.
En cuanto la joven de cabello caoba y mechones plateados salió, llevó la mano a su boca, ahogando una expresión de sorpresa. Ante sus ojos estaba una magnífica bestia, un dragón de dos cabezas y escamas verdes. Era un hermoso ejemplar, grande y regio. Su mirada parecía amenazadora, pero sin duda mansa, aunque claro, los humanos no pensarían igual que ella.
"Es hermoso" susurró ella mientras se acercaba más a la criatura.
"¡Alto señora, cui…!" advirtieron los kamaitachis. Pero era tarde, Ria ya estaba frente a la bestia.
Ella acercó su mano a una de las cabezas y dejó que el yokai rompiera la distancia. Fue muy manso, no tomó más que unos segundos que frotara su frente en la palma de la mujer. Inmediatamente ella acarició la otra cabeza.
"¿.. dado?" los niños estaban algo confundidos por lo ocurrido. Ellos sabían que la dama invernal era buena domesticando, solía cuidar a los animales salvajes durante el crudo invierno. Pero no imaginaban que los yokais también caerían.
-Quizás es porque este yokai es una bestia de carga- pensó Fubuki.
"Parece que no le desagradas". dijo Jaken que había estado cerca de la criatura sin ser notado. Tal vez por su estatura.
"Es maravilloso, y muy pacífico. ¿De dónde ha venido?" Dijo ella con un ligero tono alegre en su voz, mientras seguía acariciando las cabezas del dragón. Una de ellas había atrapado el borde de su hakama levantandola un poco mostrando su pantalón interior.
"Este animal le pertenece a mi querido amo. Él lo ha traído" contestó como si estaba dando una clase ceremoniosa.
La ninfa miró inmediatamente al daiyokai buscando una explicación. Pero como siempre el poderoso perro demonio la ignoró y mantuvo su mirada indiferente a la nada.
la ninfa ignoró su actitud y volvió a mirar al diablillo esperando que tal vez este pueda responder su duda. Sin embargo, Jaken tampoco entendió el comportamiento de su amo, el porqué habría traído a Ah Un para acompañarlos en este viaje. Pero una parte de él le decía que era la mujercita la razón de todo eso.
-Tiene sentido, en su estado actual sería imposible para nosotros viajar a la misma velocidad que lo hace el Señor Sesshomaru. Entonces trajo a Ah Un para ...- Jaken cortó sus pensamientos, realmente no podía creer que su amo estaba haciendo lo que pensaba que hacía.
- ¡Imposible! Eso sería muy amable de su parte y no creo que el amo bonito sepa lo que es la amabilidad-
Inmediatamente miró a su señor discretamente a los ojos pero éste no le dio ninguna respuesta, ante eso el diablillo le dijo.
"Mi señor, acaso usted piensa ayu ..." no continuó su frase porque una mirada gélida dorada lo silenció inmediatamente.
Ria había ignorado el intercambio de miradas de ambos youkais pues seguía embelesada con la gran bestia.
"No importa de donde venga, sigue siendo un animal fantástico". agregó la dama invernal después de no recibir ninguna respuesta de parte del diablillo de ojos saltones.
"Moza, no está en ti cuestionar las razones de mi amo. Simplemente dedícate a escuchar y obedecer, pronto tendremos que partir". agregó molestó el diablillo porque aún seguía sin comprender cuál era esta actitud de parte de su señor ante la mujercilla espiritual.
"Escucha bien renacuajo, no tienes el derecho de mandar a nuestra señora. Ella es una divinidad" Dijo Shimo defendiendo a su diosa.
"Ja, pero ya no es una diosa, ¿lo olvidas? No es más que una ninfa" Replicó el pequeño yokai con burla.
"Basta, es suficiente. Es cierto Jaken, ya no soy una diosa pero no olvides que aún tengo mucho poder espiritual y seguramente no querrás ser objeto del uso del mismo. Démonos prisa." La diosa intervino en la discusión de ambos yokais y aunque ella prefiere mantenerse al margen de las discusiones banales de los pequeños sirvientes, no permitiría que su divinidad fuera de ofendida. Podría ya no ser una diosa pero su orgullo espiritual aún estaba intacto.
Korihana miró fugazmente al poderoso yokai, con su mirada ella preguntó si debía montar a la bestia. Como respuesta el peli plateado simplemente dio la vuelta y empezó su andar liderando el camino.
"¿Me darías permiso?" preguntó ella a la bestia
El yokai se acercó más a ella y bajó un poco sus lomos, de tal manera que le dio a entender que podía montar sobre él. Ria Levantó levemente su falda y se acomodó en el lomo del animal sólo dejando ver de lado los pantalones ajustados que usaba debajo de su hakama. Ella acarició tiernamente el suave pelaje que corría entre los cuellos del dragón y se sujetó levemente de ellos, pues el animal no tenía montura ni correas. Los kamaitachis se sentaron delante de ella.
"¿Tiene algún nombre?" preguntó la mujer después de volar durante unas horas en el animal.
"El señor Sesshomaru nunca le ha dado un nombre. Pero supongo que podrías llamarlo Ah Un" Respondió el diablillo verde que estaba sujeto a la larga esto la que usaba su amo. A pesar de que volaban Jaken pudo oír la pregunta de la mujer, pues el ritmo de vuelo era moderado considerando que Ah Un no podía desplazarse a la misma velocidad que su Señor.
"Ah Un, interesante. ¿Por qué ese nombre?"
"Bueno, hubo un niño en nuestro camino de la búsqueda de Naraku. Kohaku era su nombre, nos acompañó por un tiempo. Él le puso ese nombre."
"¿Viajaron con un niño? Es algo que no me puedo imaginar" Comentó Fubuki.
"¿Por qué un cachorro yokai se uniría a ustedes?" preguntó Shimo bastante impactado con la idea de que un niño estaba en el camino del temible inuyokai.
"Nunca dije que fuera yokai" respondió Jaken con autosuficiencia.
"¿Espera quieres decir que un niño humano viajaba con ustedes?" Gritaron al unísono los gemelos.
"Más bien era un niño poseído. Tenía las habilidades de un cazador de demonios. Intento estúpidamente tratar de matar a mi señor. Era una marioneta de Naraku."
El diablillo explicado un poco más cómo sus caminos se unieron. Pero su argumento no duró mucho pues sintió el aura gélida y maligna de su señor como una clara advertencia de no ser indiscreto. Aún así terminó recibiendo un fuerte golpe. Sesshomaru había descendido para continuar su viaje por tierra considerando que Ah Un no podía seguirle el ritmo. En ese momento, Jaken sufrió una "accidental" caída que lo hizo llegar a abajo más rápido.
"Yo y mi gran bocota". balbuceó sobándose el trasero que le había dolido por la caída. Los kamaitachis solo rieron divertidos.
"¿Te has cansado Ah Un?" preguntó la mujer. Ella pensaba que sí pues llevaban en el aire desde muy temprano. El animal de carga solo acercó su cabeza un poco hacia ella como respuesta.
"Entonces bajaré" dijo mirándolo cariñosamente.
Así continuaron su camino a pie por el frondoso bosque. Sesshomaru a la cabeza seguido por su fiel sirviente, Ah Un detrás de ellos llevando a los pequeños en su espalda y Ria al lado suyo caminando a su par.
"Señora, ¿qué cree que esté haciendo el amo Mikage en este momento?" Preguntó Fubuki para hacer conversación.
"Mmm… Tal vez esté en el templo supliendo mis obligaciones como le pedí"
"Entonces el maestro Mizuki, Kotetsu y Onikiri también estarán allí" comentó alegre Shimo.
"Tal vez, pero no creo que haya dejado su santuario solo. Alguien se habrá quedado a cuidarlo." Ella respondió.
"Es verdad. El amo no puede desatender sus obligaciones en su santuario." añadió Fubuki.
"Es una lástima no pudimos quedarnos mucho tiempo en casa después de que regresará de su entrenamiento, me hubiera gustado quedarnos a comer más banquetes y descansar algunas noches. Este viaje es tan largo." dijo con pesar Shimo.
"Estoy de acuerdo, al menos hubiéramos pasado más tiempo en el santuario del señor Mikage, tenía muchas ganas de probar el nuevo vino que hizo el maestro Mizuki."
"Muchachos regresaremos a casa pronto". les reconfortó la ninfa.
La ninfa también quería volver a ver a sus amigos. Tenía mucho que hablar con el dios de la tierra especialmente después del último sueño que tuvo.
- Qué pensarías tú de esto- Pensó ella sin estar segura de lo que le diría su amigo al oír que había vuelto a recordar a Hyozan. La voz chillona del diablillo la volvió a sacar de sus pensamientos.
"Entonces ¿cómo funciona esto? Si tú estás aquí ¿quién controla el invierno en tu tiempo? ¿Es ese hombre del que hablas?"
"No seas tonto, renacuajo. El amo Mikage no tiene poder sobre el frío o hielo. Él es la deidad de la tierra. Hace que todo crezca y florezca." Explicó burlón el ojiazul.
"Deja de faltarme el respeto mocoso. Cómo quieres que lo sepa si ni siquiera conozco al tal dios." respondió haciendo rabieta.
"Ya, ya, calma no empiecen" intervino como siempre el ojinegro. "Jaken tiene razón, él no conoce al amo Mikage. Además, por ahora no nos preocupamos sobre las obligaciones de la señora. Era Marzo cuando nos fuimos, el invierno ya estaba cesando y comenzaba la primavera. Así que aún hay mucho tiempo antes de que vuelva a ser invierno en nuestro tiempo. "
"¿Están aquí desde inicios de la primavera?" preguntó el diablillo.
"No, estamos aquí desde antes que inició el verano". aclaró Ria.
"Entonces, ¿qué es exactamente lo que hará ese dios, si aún no es invierno en tu tiempo? Dijiste que se encargaría de tus asuntos."
"Las deidades tenemos templos o santuarios algunos en la Tierra otros en el mundo espiritual, o ambos. Aunque las deidades no estén realizando alguna labor para la naturaleza es importante que cuiden de su lugar de reposo. En especial si son visitados por humanos."
-Y algunos somos guardianes de objetos espirituales muy importantes que deben ser custodiados.- completó en su mente. Una vez más son datos que no necesitaban saber.
"Ah, ya veo. ¿Y tú tienes un santuario en este mundo?"
"Mi residencia habitual está en el mundo celestial, pero tengo un pequeño santuario en el camino de Takao a Chichibu, no es muy conocido, pero algunos cazadores o sanadores logran encontrarlo y se quedan para resguardarse del frío en invierno."
"No eres muy popular, entonces." Dijo con burla el diablillo verde.
"Los humanos suelen pedir por temporadas no devastadoras en otros templos, a las deidades de la suerte o de la buena fortuna."
"¿Y no te molesta que no te busquen a tí para los problemas del invierno?"
"A lo largo del tiempo me han confundido con una yokai, y me temen. Aunque realmente solo que la estación fluya como debe ser. La naturaleza es así hago, aunque no muchos lo entiendan." respondió Ria indiferente.
"Los humanos llaman a toda criatura femenina de las nieves" Yuki Onna "Indicó Shimo poniendo sus ojos en blanco". Y son realmente tontos, porque no todos los espíritus son iguales. Hay hadas, ninfas, yokais, dioses y otras criaturas relacionadas con el invierno. "
"El problema es que debido a las acciones de las yokais, que son las que se apegan a los actos que temen los humanos, consideran que todo ser invernal es maligno." añadió Fubuki. "Por eso no imaginan que hay una deidad invernal, aunque hay algunos pocos sabios humanos que conocen la diferencia y ruegan por el favor de nuestra amada diosa".
"Como sea, el santuario que está en este mundo no está dedicado a la diosa por su poder invernal, sino por su poder protector curativo. Los heridos y extraviados de las montañas aledañas que se quedan en el templo ruegan por su sanidad ya que en invierno es una zona peligrosa, aún para los más expertos. "Explicó una vez más Shimo.
"Entiendo" Jaken recordó que, en efecto, la chica había sido particularmente solidaria curando a su amo. "Entonces, el dios amigo suyo, cuidará ese templo".
"Así es. El amo Mikage también es bueno y generoso, así que si se presenta alguna situación no será difícil para él ayudar. Pero no es muy común que haya accidentes en esta época del año" dijo alegremente Fubuki.
De repente Korihana detuvo su caminar, y miró a un costado hacia el profundo bosque. Percibía una llamada de auxilio no muy lejos de allí.
"Debo irme." dijo ella antes de apartarse del grupo corriendo tan rápido como podía.
"¡Mi señora!" gritaron los gemelos pero, era muy tarde porque ella ya estaba varios metros lejos. Jaken también gritó ordenándole que volviera para no retrasar su camino, pero también fue Un miró con volteó sus dos cabezas en la dirección en la que ella había desaparecido. Sesshomaru apenas y la miró. él siguió su camino como si nada.
"Espere un momento" dijo temeroso el kamaitachi de ojos negro dirigiéndose al poderoso yokai, pero este no le prestó atención.
-No sé para qué lo intento, si ya sé cómo reaccionará- pensó en un bufido Fubuki.
"Mi amo Sesshomaru no espera a nadie niño. Si tu señora se fue es su problema." dijo Jaken con su siempre fastidiosa actitud.
"Vamos, hermano, sigamos a la señora". Shimo animó y ambos Kamaitachis saltaron del lomo del dragón de dos cabezas y corrieron por donde se había ido su ama.
Ria llegó tan rápido como pudo hasta donde los gritos de auxilio tenían dueño. La voz era de una niña, no debería tener más de diez años y lloraba desconsoladamente.
"¿Qué tienes, pequeña?" preguntó la ninfa con notoria preocupación.
Los ojos empapados de la niña se agrandaron de la sorpresa, ante ella estaba una mujer con aspecto singular que no parecía humana. Se asustó un poco al verla, sin embargo pronto olvidó su miedo porque su problema era aún mayor. No importa quien fuera la mujer, Necesita ayuda desesperadamente.
"Yo, yo, yo ... necesito ayuda", dijo entre sollozos. "Es mi madre, está embarazada, se desmayó y no despierta. Por favor, ayúdeme!" clamó la niña inclinándose ante la ninfa, suplicando.
"Calma" Korihana se acuclilló a la altura de la niña y la hizo levantarse, sacudiendo delicadamente el polvo de su falda y limpiando su rostro húmedo. "Llévame a donde está ella". le dijo.
La niña asintió rápidamente y sujetó la mano de la ninfa guiándola. No muy lejos de allí vio a una mujer tendida en el suelo. Su vientre era enorme y por sus piernas transcurría abundante líquido. Estaba a punto de dar a luz.
"Mamá, mamá despierta. Él consiguió ayuda. Madre por favor, abre los ojos". gritó desesperada la pequeña quien corrió rápidamente a los pies de su madre.
Ria se acercó a la mujer y comprobó que aún tenía pulso. Estaba viva, pero su situación era muy delicada. Entonces lo percibió, la energía que venía de su vientre. Su bebé no era un humano común, había energía tokai en él. El bebé era un hanyo.
-Eso explica la poca vitalidad de la mujer, su energía es demasiado intensa para que ella pueda soportarlo. Debo sacarlo a como de lugar, o está mujer podría morir-
"Pequeña, ¿cuál es tu nombre?"
"Shizu" respondió la niña, sorbiendo los mocos producidos por el llanto.
"Shizu necesito que hagas exactamente lo que te digo. Haré todo lo que pueda para salvar a tu madre ya su bebé"
La niña se alegró y con los ojos aún vidriosos asintió.
Afortunadamente, traía su bolsa consigo. Podría tener una oportunidad con eso. La ninfa empezó a sacar varias cosas de su saco, paños, recipientes, un cuchillo, alcohol, y más cosas.
Le extendió una cantimplora a la niña y le ordenó que la vaciara en un recipiente que había sacado.
"Usa esta agua y con los paños mantén refrescada a tu madre".
Ria también sacó algunas de sus plantas medicinales, una que funcionaba como anestésico pero no quedaba mucha.
-Espero que sea suficiente-
Le administró la droga esperando que no afectara la "operación"
"¿Pará qué es eso?"
"Es para que tu madre no sienta dolor".
"¿Pero por qué si ella ya está inconsciente?" la niña preguntó asustada, creyendo que la gente extraña mujer frente a ella realmente no le ayudaría sino que atacaría a su mamá.
"Tu madre no está lo suficientemente despierta para dar a luz de forma natural. No podrá hacerlo. Así que debo ayudarla sacando al bebé, pero será doloroso por eso es mejor que esté relajada. Shizu, confía en mí. Debes ayudarme asegurándote que tu madre no se moverá mientras saco al bebé. "Al terminar de decir esto amarró un pañuelo sobre su rostro.
"De… De acuerdo" Shizu no sabía si creerle o no, pero no tenía a nadie más. Y la mujer no parecía mala, debería creerle por el bien de su familia.
Ria esterilizó el cuchillo que tenía y lo usó como bisturí haciendo una incisión en la zona baja del vientre abriendo también el útero.
El grito de la mujer que despertó por el dolor hizo que los pájaros del bosque huyeran.
-Supongo que no fue suficiente-
"¿Quién eres tú?" totalmente aterrada la mujer. Su rostro tenía una Muec que era una mezcla de dolor y miedo. "¿Qué me estás haciendo?"
"Mamá, no te alteres. Ella te está ayudando, tranquilizate, por favor", trató de calmarla Shizu.
"Mi Shizu, creí que no volvería a verte" empezó a llorar la mujer.
"Escúchame, debes tratar de no alterarte. Tu situación es delicada".
"Ayuda a mi bebé, quiero que esté bien" sollozaba desesperada la mujer.
"Haré lo que pueda. Pero debes calmarte. Recuéstate. Voy a sacarlo".
"Tengo mucho miedo". seguía balbuceando la mujer.
"Ánimo, mamá. Lo lograrás"
"Mi señora" gritaron los kamaitachis que había encontrado a su ama.
"¿Pero qué es todo esto?" preguntaron al unísono los gemelos.
"No hay tiempo de explicar. Shimo usa alcohol y prepara paños y toallas. Un niño viene en camino."
"Sí, mi señora"
"Fubuki, toma toallas y limpia esta sangre".
El ojinegro también asintió.
Korihana vio la cabeza del pequeño y poco a poco lo ayudó a salir.
Cuando lo tuvo fuera lo miró con ojos de completa ternura y felicidad. Era la primera vez que ayudaba a traer una vida humana al mundo, mejor dicho un hanyo. Ya había ayudado en partos de animales antes, pero esto era una experiencia totalmente distinta.
-Es un varón- pensó contenta.
Pero había un problema, hubo un gran silencio. Eso la hizo salir de su estupor. Tomó al niño y le dio una pequeña nalgada esperando su reacción pero no tuvo ninguna.
Rápidamente y con ayuda de Shimo limpiaron la sangre del pequeño, pero está seguía saliendo de alguna parte. Al revisar su espalda tenía dos pequeños agujeros.
-¿Qué es esto? -
"¿Qué está pasando? Madre!" El grito de la niña hizo que Ria se diera cuenta que la mujer se había vuelto a desmayar. Estaba perdiendo mucha sangre.
De prisa volvió al punto de cesárea esperando poder suturar la abertura pero, una vez más lo inesperado ocurrió. Algo más se asomaba por el corte. Eran dos pequeños cuernos.
-¿Mellizos? -
La ninfa reconoció esos cuernos plateados, era de un yokai ciervo.
"! Mi señora, es un sika hanyo!" Gritó Shimo. Los kamaitachis se asustaron al descubrirlo.
"Se dice que los demonios ciervos suelen ser criaturas frívolas un poco parecidas a sus versiones espirituales sagradas que son más nobles. Pero si tienes la mala suerte de molestarlos, no serán compasivos, por el contrario pueden ser muy agresivos y crueles." dijo Fubuki aún sosteniendo al primer bebé un poco lejos de donde estaba la ninfa.
La dama invernal no puso mayor atención y se dispuso a sacar al otro bebé. Al salir, lloraba desconsolado. Estaba vivo.
"Es una niña" susurró.
"Ama, este de aquí casi no respira". dijo Fubuki solo para ser oído por la ninfa. Sosteniendo al pequeño estaba preocupado, el niño estaba como dormido.
"¿Qué está pasando, señorita? ¿Qué ocurre con mi hermano? ¿Por qué no llora? ¿Por qué mi madre no despierta?" preguntaba exasperada Shizu, presa del pánico.
"Shimo toma la pequeña y limpiala" ordenó dándole a la bebé.
"Shizu, alcánzame ese hilo" volvió a ordenar Ria señalando al pequeño tubo de hilo que estaba en unos pasos de ella.
"Dígame lo que está pasando, por favor" dijo ella pasándole lo que le había pedido.
La ninfa no respondió, se concentró en limpiar el exceso de sangre, pero este seguía saliendo. Al parecer los cuernos del hanyo causaron un daño irreparable en la matriz de la madre. Korihana tomó una decisión, usaría su poder espiritual para curarla.
Puso su mano sobre la herida, y una tenue luz brilló de su palma, entonces el sangrado cesó, después de esto cerró la abertura.
La pequeña Shizu sonrió alegremente, confiando en que su madre estaba fuera de peligro. Pero la felicidad no duró mucho porque su madre seguía inconsciente.
- Perdió demasiada sangre- Pensó con tristeza la ninfa de la escarcha. En su rostro solo se notó un deje de pesadumbre. Sin embargo intentaría hacer más. Era su naturaleza.
Se acercó a escuchar el corazón de la mujer y notó que su palpitar era muy lento. Buscó en su bolso un polvo revitalizante, esperando que pudiera darle energía suficiente para despertarla. Se lo dio y todo parecía funcionar, sus ojos se abrieron a los pocos segundos.
"Mis hijos" alcanzó a pedir. "Sé que son dos" dijo dando una pequeña sonrisa.
Los kamaitachis acercaron a ambos bebés a la mujer. Sin embargo, Fubuki tenía una mirada de tristeza en sus oscuros ojos.
"Señora, lo lamento pero su hijo ... no lo conseguirá". dijo poniendo al pequeño en los brazos de la mujer.
Los ojos de la mujer se llenaron de lágrimas sosteniendo a su pequeño, cuya vida parecía escapar lentamente. "No, mi niño, por qué?! ¿Señorita, qué le ocurrió a mi hijo?" Preguntó ella desesperada a la ninfa.
Ria dio un largo suspiro.
"¿Conoces al padre de tus hijos?"
¿Qué quiere decir? "
"¿Sabes que era un yokai?"
"Yo ... yo, no estaba segura" dijo ella avergonzada apartando la mirada "parecía un hombre común, pero no niego que tenía una aura diferente a su alrededor".
"Él era un yokai, y ahora tus hijos son mitad demonios. Él es un sika, los sikas se distinguen por sus grandes y cortantes astas." Haciendo una señal, hizo que Shimo le diera a la niña. "Ella ha heredado las cornamentas" dijo mostrándola a la pequeña que se movía un poco inquieta entre sus brazos. "Las astas han provocado heridas profundas en ti y también han traspasado a su hermano. Lo lamento." La ninfa miró con tristeza a la mujer y la bebé.
-No es tu culpa, pequeña.- Pensó ella acariciando la frente de la bebé.
"Mató a mi hermanito" lloró Shizu.
"No digas eso, Shizu" La regañó tristemente su madre. "Todo esto es mi culpa". dijo abrazando con fuerza el pequeño cuerpo del niño, cuya respiración era casi nula. Su rostro pálido enrojeció por el llanto. De repente la pequeña hanyo también se unió al lamento de su madre, sus mejillas estaban rojas.
La antigua diosa la meció para calmarla, pero no tuvo result.
"Dame a mi niña, quiero sostenerla también".
La ninfa hizo como se le pidió. El llanto pronto se suavizó.
"Eres tan hermosa mi pequeña". dijo la mujer mirando con gran admiración los profundos ojos verdes de la niña. Le recordaban al bosque después de ser bañado por rocío. "Midori" la nombró dándole un beso en la frente
"Me hubiera gustado que tú también vivieras para ver tus ojos. Pero creo que no será así, mi niño." dijo al pequeño que sostenía en su otro brazo. Más lágrimas cayeron en el rostro pálido del bebé.
De pronto, la mujer cerró los ojos y sus brazos aflojaron el agarre de los niños. Pero estos fueron atrapados por los kamaitachis evitando su caida.
"¡Mamá!" gritó Shizu.
La ninfa la sostuvo y oyó su corazón de nuevo. Al parecer la pócima no fue lo suficientemente poderosa para curarla, solo prolongó un poco su vida. Estaba muriendo.
"Shizu, hija mía, debes ser fuerte. Cuida a Midori. Eres una niña muy buena y dulce, Midori tiene una gran hermana, sé que ambas podrán protegerse. Perdóname por no poder acompañarlas. Te amo, mi pequeña." Fue lo último que dijo antes de exhalar su último suspiro. Shizu quien estaba sujetando la mano de su madre gritó lastimeramente cuando su agarre se aflojó.
"¡Madre, madre! Por favor despierta, mamá!" gritó desconsolada.
Los kamaitachis también lloraron por el momento tan triste que acababan de ver. Esas niñas ahora estaban solas.
"Shizu, lo siento." Dijo Ria abrazando a la pequeña. Ella se sujetó al cuello de la ninfa y seguía lamentándose.
"Quiero a mi mamá" repetía una y otra vez.
"Llora pequeña, está bien llorar". le susurró acariciando su espalda.
"¡Es su culpa! Es culpa de ese monstruo". Gritó la niña después de unos instantes. Se soltó del agarre de la ninfa y dijo a Midori. "Ella es un demonio y mató a mi mamá ya mi hermano. No quiero verla nunca más."
"Shizu, no es culpa de Midori. Ella ni siquiera sabe lo que pasa". trató de explicar Ria. Quien entendía la tristeza de la niña. Pero no dejaría que odiara a su hermana.
"Ella no sabe nada. Ella no conoció a mamá, no sufrirá igual que yo. No tiene idea de lo que me quitó" gritó la niña.
-Es solo una niña que ha perdido a su madre. No es fácil. Los niños no entienden la lógica y la complejidad de la vida. Shizu solo entiende que su madre no está.-
"Shizu, no debes odiar a tu hermana."
"Esa cosa no es mi hermana. Es una mitad demonio. Y desearía que no existiera" dijo con resentimiento limpiando sus lágrimas con la manga de su kosode. La niña se paró lista para salir corriendo, no soportaba más.
"¿Romperás la promesa hecha a tu madre?" preguntó con firmeza Ria. Sabía que le dolía, pero no podía huir.
Shizu se detuvo y giró lentamente mirando a la ninfa. Sus ojos se han vuelto a empañar. Miró a su madre que aún estaba tendida en el suelo y regresó corriendo a ella.
"Madre, perdón. No quería romper mi promesa."
La ninfa puso su mano sobre el hombro de la niña y con suaves toques la calmó.
"Shizu, sé que estás triste y has perdido a tu madre. Pero Midori también perdió la suya. Y ella ni siquiera podrá conocerla. Toda vida es preciosa, no importa la especie que sea".
"No odio a Midori. Es solo que… quiero de vuelta a mamá. ¿Señorita no hay algo que usted pueda hacer?"
"Pequeña yo ..."
"Por favor, inténtelo. Yo sé que usted tiene poder espiritual. Lo sentí. Por favor, trate"
-¿Cómo quitarle la esperanza a unos ojos cargados de tristeza? -
Korihana, se arrodilló ante la mujer y el niño. No estaba segura si funcionaría pero no había pasado mucho tiempo desde el último latido de la mujer y el niño aún no estaba del todo ás si le transmitía su energía espiritual podría darle la fuerza para sanarlos.
La ninfa susurró un encantamiento y su poder comenzó a salir de ella. Un haz de luz nívea se exteriorizó de ella. Ella trataba de llegar al corazón de la mujer pero era muy difícil. Se concentró tanto como pudo y logró moverlo un poco, a penas un pequeño latido. Pero no era suficiente, no se mantenía por sí mismo. Lo mismo ocurrió con el niño, su corazón recuperó el ritmo pero no podía latir por sí.
Ella sintió como el dolor en su pecho volvía y la presionaba. Pero no abandonaría. Tenía que lograrlo. Por Shizu y Midori. Usaría su energía elemental si era necesario.
"Detente" La voz fría de Sesshomaru se escuchó como una sentencia en el lugar. Pero Ria lo ignoró y continuó con su hechizo.
Un látigo de energía yokai salió de él y la enlazó elevándola por el aire, soltándola a pocos metros de donde estaba sin hacer mucho daño.
"¡NO!" Gritó la ninfa desde el suelo. Pronto se puso de pie, casi cayéndose por la falta de energía y se acercó a la mujer. Sin su concentración los corazones de ambos no podría seguir latiendo y se paralizaron.
"Solo estabas prolongando lo inevitable. Lo sabes". volvió a hablar el daiyokai con frialdad.
- Lo sé, lo sé. Pero no quería quitarle esperanzas.- Ria solo agachó su rostro, él tenía razón.
"Mi mamá, mi mamá" susurró Shizu aguantando las lágrimas que salían.
Sesshomaru miró el rostro ensombrecido de la ninfa que miraba a la niña. Luego vió a la pequeña aferrarse al cuerpo sin vida de la mujer en el suelo que sostenía a un bebé.
-Un mestizo. Madre de un mestizo. Patético- se volteó para irse, pero el llamado de la ninfa lo detuvo.
"Sesshomaru, podrías…"
El poderoso yokai la miró severamente antes de que terminara su petición. Sabía lo que pediría y la respuesta era no.
"Este no es mi asunto".
El gran inu yokai volvió a ponerse en marcha, pero otra voz lo volvió a detener.
"¿Señor usted podría ayudar a mi madre y hermano?"
"Tu hermano es mitad bestia. Lo suficientemente fuerte para destruir una aldea humana, pero tan débil como para ser destruido por yokais. ¿Quieres que viva?"
"Alguien me dijo que toda vida es preciosa, no importa la especie que sea." dijo mirando sobre su hombro de vuelta a la ninfa dándole una sonrisa. "Además es mi familia, yo soy humana, mis hermanos son hanyos pero eso no cambia que sean mis hermanos".
El peli plateado vio la sinceridad en las palabras de la niña. Y por un breve instante recordó a la niña que había revivido usando a tenseiga y a Kohaku. Esos tres niños tenían algo similar, aunque aún no sabía que era.
De pronto escuchó a tenseiga vibrar, al parecer la espada había tomado su decisión.
Hola, lectores!
Ha pasado un tiempo, he estado algo ocupada, pero les traigo actualización. Espero que les haya gustado este capítulo. Creo que ha sido algo emotivo, a mí me pareció que sí.
Aclaro: Recuerden que en esta historia Rin no viaja con Sessh, por lo que le di otro origen al nombre de Ah Un.
Con suerte publicaré la continuación de este cap los proximos días.
Por favor déjame tus comentarios, si tienes dudas o preguntas me encantará responderlas.
Anímame a seguir escribiendo! besos y abrazos
