Capítulo 19: Confiando
Algo inquietaba a los Kamaitachis. Desde que se habían despertado para retomar el viaje al norte no habían podido ignorar que algo estaba distinto en su ama y señora.
Había un brillo en sus ojos y un suave y poco perceptible gesto relajado en su rostro. Su postura altiva e indiferente, que distinguía desde hace mucho tiempo a la ex deidad, casi parecía desvanecerse.
-Actúa como si los youkais no estuvieran.-
Pensó Shimo, quien le pareció que su señora hoy conversaba con ellos más que otras veces, como cuando estaban en su aposento celestial fuera del alcance de otras deidades. La diferencia es que en estas conversaciones estaba incluido cierto diablillo verde que casi siempre le sacaba de sus casillas.
"Por milésima vez, ya te dije que mi señora no es un hada. Es una ninfa." respondió molesto cuando Jaken volvió a referirse a su ama como uno de esos pequeños espíritus.
"Las hadas suelen modificar su tamaño, y aunque pueden tener la altura de un humano prefieren mostrarse como miniaturas. Además de que necesitan un chal para poder volar" explicó girando los ojos con fastidio.
"Te oí la primera vez que lo dijiste, mocoso. Ya sé, eso." respondió el diablillo sacándole la lengua.
"¿Entonces por qué sigues molestando?" por el berrinche que hizo, casi se cae del lomo de Ah Un, quien sobrevolaba los cielos siguiendo desde atrás al Lord del oeste.
" Porque quiero, tonto." dijo riéndose con malicia.
"Fubuki, dile algo a ese renacuajo. Te juro que lo tiraré si sigue fastidiando."
El Kamaitachi de ojos negros no prestó atención al reclamo de su hermano, pues también estaba perdido en sus pensamientos mientras veía discretamente como su señora tenía un gesto de diversión en su rostro.
-La señora está alegre, y esta vez no trata de ocultarlo. ¿Qué pasó añoche?-
-¿Tendrá algo que ver con los niños que ayudó ayer? Honestamente, pensé que la señora no intervendría en situaciones de este tiempo. Pero sé bien que, aunque por mucho tiempo ha dado una imagen seria y digna para ganarse el respeto de la corte celestial, en el fondo nunca dejó de ser la dama tierna y gentil que cuidó de mi y de mi hermano.-
-Lo que sea que haya sido, me hace feliz verla así, y sé que el señor Mikage también se alegraría de saberlo.-
"¡Fubuki te estoy hablando!" gritó Shimo para llamar la atención de su gemelo.
"¿Ah?" el ojinegro trató de retomar el hilo de lo que le habían dicho, pero no supo qué decir.
"Ashhh, olvídalo."
"¿Mi señora, cree que aún quede mucho para llegar a Aomori? Si ese yokai vive en el norte seguramente debe estar en esa región es las más al norte que existe." preguntó el ojiazul.
"Aún hay que cruzar Morioka y Hachimantai, después de eso estaremos en Aomori." respondió Ria, ahora un tanto pensativa. Es verdad que avanzaban tan rápido como podían, le habría tomado mucho más sin la ayuda de Ah Un cruzar las otras regiones, pero el tiempo seguía estando en su contra.
-50 días. Se ha cumplido ya la mitad del tiempo que tenía antes de volverme ninfa. ¡Y mira cómo resultó todo! Hice regresión mucho antes de lo esperado. Se suponía que esto ocurriría en cien días. Ahora no sé cuánto tiempo me queda antes de desaparecer.
Claro, podría regresar ahora a casa y recuperarme, y después intentar regresar. Pero la Corte celestial no lo permitirá, enviarán a otro, a alguna verdadera deidad. -
La ninfa estaba frustrada.-
-Lo correcto sería regresar, no arriesgar el cuidado y la protección de la gema.
Pero si vuelvo también le fallaré Tenkou, él confío en mí para completar este trabajo. Además de que será cuestionado por su decisión de enviar a alguien como yo por la gema divinal sin consultarle a nadie.-
-He logrado controlar un poco la reducción de mi poder, aún sigo absorbiendo energía fría del viento y del agua, moderadamente. Y creo que al cambiar mi energía divina por una espiritual menos pura, el efecto del yoki de Sesshomaru sobre mi no es tan agresivo. Aunque el dolor en el pecho aún se presenta de vez en cuando.-
-¿podré lograrlo? Prácticamente dependo de un yokai para cumplir mi deber, eso, esperando no estar equivocada y que Ryu tenga realmente la gema. De otra forma, habré perdido tiempo y energía.-
"¿Qué debo hacer?" susurró, siendo oída únicamente por el dragón de dos cabezas, ya que los otros pequeños youkais se habían enfrascado en una de sus tantas conversaciones que terminaban en pleitos.
Después de un día y medio de vuelo, el pequeño grupo hizo un descenso. Sesshomaru les dejó ordenado seguir el camino a pie luego de que Ah Un apacentara y descansara un poco. Él por su parte se separó del grupo, indicando que después los encontraría.
El tiempo pasó e incluso se hizo de noche, pero el daiyokai no aparecía. La ninfa estudió la idea de pasar la noche en el mismo lugar donde él los había dejado, pero no podía darse el lujo de retrasarse, además les indicó que se mantuvieran en movimiento.
Ah Un había descansado unas ocho horas, y Korihana esperaba que ese descanso hubiera sido de ayuda de alguna manera, pues había decidido que se moverían en la noche. Sin embargo, para no molestarlo, continuó su camino sin montarlo.
El bosque en la noche, era un lugar realmente oscuro, a pesar de que las estrellas iluminaban. Pero la ex deidad solucionó el problema de las sombras usando un farolillo que, por supuesto, había traído en su bolso sin fondo. Jaken ayudó con el fuego, y su mismo bastón sirvió de soporte para llevar la linterna.
La noche pasó entre risas y bromas de parte de los gemelos yokais hacia el diablillo. Ambos trataban de asustarlo contando historias de terror sobre fantasmas y espíritus malignos, a lo que el diablillo siempre respondió que no le daban ningún miedo.
"¿Ah, eso crees?" preguntó divertido Shimo
"¡Sí mocoso, yo no le temo a nada!" respondió golpeando con el pie derecho el suelo, como muestra de enojo.
"¡AHHHH, es el señor Sesshomaru! Y tiene una piedra en su mano, parece molesto porque sigues siendo un bocón." Dijo con sorpresa y susto Fubuki, tratando de aguantar una risilla.
"Amo lo siento, le prometo que de ahora en adelante seré pico de cera, pero no se enoje, amo bonito" el diablillo verde se giró e inclinó contra el suelo haciendo una reverencia. Pero no duró mucho, porque escuchó como los kamaitachis reían exageradamente.
"HAHAHAHA. ¿no que no temías a nada?" se burló Shimo.
Incluso Ria no pudo ocultar su diversión, su risa fue muy moderada, pero aún se podía escuchar. El diablillo la miró con ojos bien abiertos al oírla. Era extraño, ella no solía reírse.
"Ya cállate, niña tonta. Hump" le recriminó. Pero la ex deidad mantuvo la sonrisa.
Jaken a veces pensaba que ella tenía rasgos similares a su señor. Claro, sin la malicia y crueldad. Sino que ella tampoco era alguien muy expresiva. Excepto que en estos días su seriedad se había suavizado un poco. Pero eso no era lo que le había extrañado, lo que realmente lo descolocó fue ver que su amo tampoco estaba de mal humor en estos últimos días. El diablillo, como fiel sirviente que es, era consciente de los cambios de humor de su señor. No por nada lo había seguido desde hace tantos años.
Desde que se toparon con la mujer, percibió en su señor una molestia similar a la que solía tener por Inuyasha, no es que ya no la tuviera, pero ahora es un poco más tolerable con su medio hermano. El diablillo creyó que esto era porque la mujer era un ser celestial y por obvias razones eran enemigos naturales. Incluso cuando ambos grupos unieron sus viajes, Jaken sentía el fastidio de parte de su señor por tener que estar con esos viajeros. Como si por alguna razón que él desconocía tuviera que acompañar a la mujer. Le dio su protección.
Como sirviente del gran Lord del oeste, sabía que solo un demente con deseos suicidas se atrevería a atacar a algo o alguien que estuviera bajo la responsabilidad de su señor. En sus viajes para encontrar a Naraku, solo sus extensiones cometían la tontería de enfrentar a su señor, y aún cuando él estaba en peligro el Inu yokai de una forma u otra terminaba salvándole la vida. Jaken siempre pensó que él lo hacía por su orgullo de gran perro demonio, porque era su sirviente y no hablaría bien de él que cualquier ser inferior pudiera tomar sus pertenencias. Aunque una parte de él quería creer que lo hacía porque apreciaba su servicio y lealtad.
Bajo esa premisa, Jaken justificó el hecho de que su amo protegiera a la chica, porque la necesitaba con vida, y por eso no permitió que otros yokais que la cazaban pudieran acercarse a ella. Pero desde hace algunos días atrás notó que las facciones de su señor no se veían molestas e irritadas. Claro su rostro aún era estoico e indiferente, pero la aversión que tenía hacia la mujer había bajado considerablemente.
-Fue después de que se transformara en ninfa-
-tal vez porque su energía ya no es divina, y es más soportable para el yoki de mi señor.-
- y trajo a Ah Un… ¿es para que no nos retrasara? O… ¿para que ella estuviera cómoda? -
El diablillo bufó ante este pensamiento. Creyendo que era una gran tontería.
-Aunque antes de irse…-
Flash Back
"Amo, ¿tardará mucho?"
"Debo ir a comprobar algo."
"¿Es sobre ese dragón? ¿Cree que estamos cerca de hallarlo? Ya estamos prácticamente en su territorio aunque no hay señales de él." habló el diablillo de ojos saltones mientras guiaba a la bestia de carga hacia el pasto más tierno.
Ellos estaban a una distancia de tiro piedra de la ninfa y sus sirvientes. La mujer había decidido ocupar su tiempo de descanso en sus dibujos.
" Es lo que debo comprobar."
"Amo bonito, yo podría ser más útil si lo acompaño. No veo por qué quedarme con ellos." pidió Jaken en una súplica cómica.
"Te quedarás" sentenció con firmeza.
"Ay, Señor Sesshomaru. ¿Por qué impide a su sirviente cumplir con su deber? Sabe que mi trabajo es siempre servirle no importa dónde vaya." chilló dramáticamente, aunque no fue oído por los otros viajeros.
"Jaken" dijo el daiyokai, sin molestia ni enojo en el tono de su voz. El peli plateado miraba en dirección de la ex deidad, quien estaba distraída por el paisaje que estaba retratando.
"¿sí.. Sí, mi señor?" el diablillo también notó esa actitud de su amo. No se veía fastidiado, ni miraba con malicia a la mujer.
"Haz lo que te digo."
" de.. De acuerdo, amo."
"Procura que no haga nada peligroso." dijo refiriéndose a la mujer y lo ocurrido anteriormente con la familia de hanyos.
"Sí señor."
Fin de Flash Back
-Como sea, el Señor Sesshomaru ordenó que la vigilara. Si algo pasa en su ausencia, seré castigado. Lo sé, aunque no lo haya dicho.-
Jaken volvió a bufar, molesto con su suerte.
"Si sigues haciendo caras te arrugarás más" comentó la ninfa.
"Hump, mujer insolente."
La deidad soltó una risa tenue.
Viajaron toda la noche y continuaron en la mañana. Esta vez Ria subió al lomo de Ah Un quien le había insistido en hacerlo por medio de movimientos de sus cabezas. Los pequeños hurones iban caminando junto con el diablillo. Hablando sobre el futuro.
"¿y dices que los humanos construirán aparatos que les permitirán hablarse aunque estén en lugares lejanos entre sí?"
"Sí, se llaman teléfonos y son muy útiles." contestó animado Fubuki.
"Hermano, ¿qué sentido tiene que seamos discretos? , si vas por ahí contando todo sobre el futuro! Cielos! Creí que de los dos eras el más listo, pero no has dejado de hablar. ¡El sapo no debería saber sobre nuestro tiempo!" reprendió molesto Shimo.
"Sí, pero ya no importa. ¿Ya descubrieron que venimos del futuro o no? ¿Qué sentido tiene?"
"Sí, pero pero…" el ojiazul no tenía cómo responder ante eso. Era verdad, su tapadera había caído, la misma diosa no tuvo más remedio que confesarlo. "Pero y si hacen algo que cambie las cosas que los humanos harán?"
"¿Señora, usted que opina?" preguntó el hurón más impetuoso.
"Creo que no hará mayor diferencia a lo que ya hemos hecho. Por otra parte, Jaken y Sesshomaru no están interesados en los asuntos humanos, no afectará que sepan algo."
"Así es, a mi señor y a mí no nos interesa lo que hagan los humanos." dijo orgullosamente el diablillo.
"Visto así…" dicho esto, los pequeños youkais siguieron su charla entre burlas, y riñas.
Por otra parte, Korihana se preguntaba dónde había ido el daiyokai. La mujer invernal recordó la última charla que había tenido con él, la cual había sido bastante tensa pero tuvo un giro inesperado. Lo que él había dicho le dió una nueva perspectiva sobre sí misma.
Antes no había considerado como otros la percibían después de convertirse en diosa, la única realidad que conocía era la del mundo celestial, donde la esencia de cada ser muestra quienes somos.
-corrección, muestra lo que somos-
Para las deidades y espíritus ella ya no era una ninfa, sino una deidad. Un ser muy diferente a otro. Y ella llegó a creer que eso también significaba ser diferente a quien era en sí misma. Que aunque no lo notara, afectaba su personalidad, que pasaba de volátil e ingenua a alguien seria e impasible, incluso fría pues era un espíritu de la nieve.
Incluso aunque se ha relacionado con demonios, no había pensado que para ellos sería diferente la forma de percibir a alguien. Era difícil de saber porque sus kamaitachis habían estado con ella antes de su transformación y tenían un lazo que los ligaba. Mientras que en el caso de Tomoe tampoco fue un tema del que hablaran, ni había tenido intenciones de preguntar. Ella había asumido que cambiar su naturaleza lo cambiaba todo.
Mikage le había dicho que eso no era relevante, que eso no implicaba en que la afectaría como persona. Pero ella no lo creía así. Se sentía diferente. Aunque con el tiempo le había quitado toda importancia a eso. Hasta esa noche.
-Podrías ser lo que sea, y aún así sabría que eres tú-
Él dijo que los yokais de su tipo tiene el sentido olfativo altamente desarrollado, y que por su olor podía distinguirse a una persona de otra. y según él, ella no había cambiado.
No supo cómo explicarlo, pero eso la hizo feliz. Claro que el peli plateado no sabía porqué, y ella era consciente de que no lo dijo para hacerla sentir mejor. Simplemente dijo lo que era y ella estaba segura que no mentía. Ella pensó que se arrepentía de no haber preguntado antes a Tomoe, le habría ayudado mucho en su periodo de transición. Pero el destino había querido que lo supiera aquella noche, por la boca del yokai más antipático que había conocido, quien sorpresivamente la acompañó aquella madrugada. Compañía que no le había resultado molesta, sino extrañamente, amena.
¿Significaba eso que ahora eran amigos? Claro que no. Aún lo repelía, pero ahora le desagradaba un poco menos.
Tal fue el caso, que, aprovechando que el inuyokai había desaparecido, la mujer escarchada se tomó la libertad de hacer unos bocetos.
-Tendremos nuestras diferencias, pero sería un desperdicio no retratarlo.-
Su ojo artístico no le permitía ignorar las facciones del demonio perro, las cuales tenían mucha fuerza y elegancia. Por lo que, casi sin siquiera pensarlo, ya se encontraba realizando algunos trazos.
La imagen era una que ella había visto tantas veces. El hombre recostado contra un árbol con una pierna extendida y la otra flexionada, ojos cerrados.
El paisaje a su alrededor había sido muy fácil de dibujar, la figura relajada, aunque imponente del hombre tampoco había sido tan difícil de retratar, incluida su armadura y estola afelpada.
Su rostro, aunque de perfil, tomó más tiempo en detallar. La ex deidad no quería equivocarse en nada. Corrigió algunas veces las marcas en sus mejillas y el grosor de las dimensiones de la Luna en su frente. El delineado natural que tenía en sus ojos, lo marcó de distintas formas hasta que las sintió acorde a lo que podía recordar, incluso sus cejas y pestañas.
Todo parecía estar en su lugar, pero los artistas son muy exigentes con su trabajo, y algo en el papel no la convencía. Ella cerraba sus ojos y aplicaba su técnica de sensación y memoria.
Cuando el yokai parecía estar descansando le transmitía una sensación de relajación, es verdad, pero al mismo tiempo había algo en su rostro que se veía molesto.
-Difícil, a su alrededor a veces se siente irritable. Incluso cuando duerme se sigue viendo orgulloso y superior. ¿Cómo puedo verse calmado y al mismo tiempo amenazador?-
Hay quienes podrían decir que su dibujo era un retrato perfecto de la persona, pero ella no se sentiría satisfecha hasta que su trabajo revelara las mismas sensaciones que el modelo. Después de todo de eso se trataba el arte de la pintura, comunicar.
Ria sentía que el Sesshomaru del papel aún no se parecía al de carne y hueso que ella conocía.
Sin embargo, su trabajo se vio interrumpido cuando sus compañeros de viaje empezaron a hacer voces de sorpresa.
"Nieve?!"
"Es increíble! pero si aún es verano!"
Korihana quitó su mirada del papel y siguió las voces de los sirvientes. Era impresionante un camino de nieve se apreciaba a unos metros de ellos, el piso se había vestido de blanco e incluso los arbustos y algunos árboles estaban cubiertos por una ligera escarcha.
La ninfa guardó rápidamente su dibujo y bajó de los lomos del feroz animal acercándose al lugar.
"¿Acaso lo hiciste tú? Otra vez tu poder se ha descontrolado, muchacha?" preguntó Jaken, creyendo que esto pudo ser provocado inconscientemente por ella.
"Todos retrocedan" ordenó. Con su ceño notoriamente fruncido miró en dirección hacia donde se escondía el camino helado entre los árboles.
"Muéstrate" dijo con absoluta seriedad.
Una risa chirriante y estrepitosa se escuchó desde el fondo dando paso a una figura terrible. Una mujer de largo cabello negro se aproximó. Su piel era totalmente pálida, blanca con un toque casi azulado, sus ojos eran profundamente negros con un delgado filo rojo sangre que hacia juego con la exagerada sombra que usaba en sus párpados. Sus labios eran casi azules con un hilillo de sangre que se regaba por una comisura, y sus orejas puntiagudas.
Una señal distintiva de los yokais. Ella era una belleza, atractiva como pocas, pero sin duda alguna era una mujer fatal. Su apariencia era su arma.
"Pero qué tenemos por aquí" dijo burlona el espíritu maligno " una estúpida sirvienta celestial." "¿Hoy Hyozan les ha soltado la correa?" volvió a reírse con malicia.
"Es una, una, una… yuki onna!" dijeron al unísono los pequeños hurones, que al verla sintieron como una corriente eléctrica que les pasaba por la espalda. Jaken también se puso un poco nervioso ante la llegada de la mujer diabólica. En el mundo yokai, esos espíritus tenían reputación bastante mala, tan bien conocidas que, tal como habían dicho los kamaitachis tiempo atrás, son a las que se les atribuye tantas tragedias.
-Esta bruja rencillosa, seguramente ha venido a fastidiarnos. Korihana no es de conflictos, pero estoy bastante seguro de que su paciencia tiene un límite.-
"Apártate de nuestro camino" dijo con absoluta calma la ninfa, no dejándose perturbar por los comentarios mordaces de la otra mujer.
"¿Quién te crees que eres?" le respondió molesta YukiOnna al verse ignorada por la ninfa.
"Es algo pronto para que salgas a hacer tus fechorías, el invierno aún tarda." dijo, ignorando su pregunta.
El espíritu maligno ya enfurecida respondió mordazmente "No te pases de lista, maldita ninfa. No estamos en tus montañas nevadas y te aseguro que ser una de las florecillas del dios del invierno no hará tu muerte menos dolorosa. Eres muy osada al creer que una insignificante escarchadora como tú puede hacer algo contra mi." Inmediatame hizo que sus uñas se alargaran hasta tomar forma de garras de hielo las cuales lanzó como puntas de flecha con ira hacia la ninfa. Pero esta, con un solo movimiento certero de su chal invernal las rompió todas antes de que la tocaran.
"Atacas a una ninfa invernal con hielo. No es muy brillante de tu parte."comentó indiferente. Pero esto solo provocó al espíritu maligno, quien, haciendo que su cabello tomara vida propia, se enredó en el cuerpo de la ninfa como cuerdas, las cuales la apretaban hasta la asfixia.
"¿Qué decías? No puedo oírte" dijo sarcásticamente acercándose demasiado a la ninfa sujetándola de las mejillas. Con gran fuerza enterró sus uñas en la tierna piel de la dama escarchada haciéndola sangrar. Con una mirada de triunfo sacó su lengua bífida y lamió la sangre que caía del rostro de la ex deidad.
"¿Sabes qué es lo que más amamos devorar? Incluso más que un humano aterrorizado en medio de una nevada infernal? Un maldito espíritu celestial con aires de grandeza." rió con crueldad mientras mostraba sus dientes afilados.
Un aire frío salía de entre los cabellos de la Yuki-onna. La ex deidad estaba haciendo uso de su poder escarchado.
"Idiota, ¿crees que tu pobre escarcha podrá hacerme algún daño?"
El cabello negro de la yuki-onna se cubrió de una fina capa de pequeños cristales blancos que parecían tan frágiles que con un solo movimiento se caerían, pero de un momento a otro se endurecieron y comenzaron a pesarle al demonio de nieve.
"¿Qué es esto? Es solo escarcha cómo puede pesar tanto?" gritó conmocionada la yokai de hielo.
Haciendo uso de su fuerza, la ninfa rompió la prisión de hielo en la que estaba, haciendo que el cabello de la yokai cayera en mil pedazos de cristales, para luego deshacer la escarcha y quedar solo los largos mechones en el suelo.
"¿Qué hiciste?" gritó fúrica viendo su cabello esparcido por el suelo.
"Mal día para un corte de cabello." se burló la ex divinidad.
Los pequeños yokais que seguían atrás distantes de la pelea vitoreaban a su señora e incluso el diablillo amargado se rió del comentario.
En efecto, la fuerza con la que Ria había quebrado el cristal provocó que el cabello de la yukionna se cortara de forma escandalosa y dispareja, haciendo que algunos mechones llegaran sobre hombros y otros a media espalda.
"Te lo haré pagar, maldita ninfa"
Una vez más la yokai arremetió contra la ninfa, tratando de herirla con sus uñas, pero Ria era más rápida, e incluso la lanzó contra el suelo varias veces haciendo uso de su ventisca escarchada. Pero tal como la yokai había dicho, su poder de espíritu celestial era más débil que el de ella y pronto la yuki-onna tomaría ventaja.
Shimo y Fubuki al darse cuenta de la situación intervinieron, logrando provocar algunos cortes en la yokai, pero ella fue más astuta creando una capa de hielo como armadura, por lo que aunque los hurones la cortaban, la herida no era profunda. Jaken también actuó, quemándola con el poder del bastón de dos cabezas, eso les dió ventaja para irse.
"Maldito, diablillo" gritó, pues la palma de su mano había sido quemada. En su ira provocó una pequeña tormenta de nieve que los envolvió a todos, imposibilitándolos de verse unos con otros. Yuki-Onna aprovechó esto para soplar un viento gélido con su boca en las caras de los yokais provocándoles un congelamiento que los aturdió hasta caer desmayados. Claro que esto no afectó a la ninfa.
"Tus pequeños acompañantes son una molestia. Disfrutaré mucho devorándolos cuando acabe contigo."
-La dureza de la escarcha disminuye. Debo hacer algo rápido-
Decidida a usar su mejor arma, el chal invernal, planeaba concentrar su poder espiritual en un intento de purificar al espíritu maligno y destruirla. Aunque las probabilidades eran pocas, con suerte la aturdiría lo suficiente para salir de allí con los otros yokais, aprovechando que Ah Un había sido olvidado de parte de la yuki en su efecto de aturdimiento.
Su chal se alargó a modo de cinta y con ella intentó golpearla, aunque con la tormenta era muy difícil de manipular el chal. En uno de sus golpes había conseguido inmovilizar las manos de la yokai.
"Te ves agotada, pequeña. No sé de donde sacaste la fuerza para atacarme hace rato, pero es evidente que ya la has gastado, no tienes oportunidad" sonrió maléficamente.
Korihana concentró un mantra purificador en su mente provocando que la cinta se iluminara y empezara a quemar las muñecas de la yuki-onna. Pero el hechizo no logró terminarse.
"No sé como puedes manipular ese tipo de poder. Pero lastimosamente no es suficiente" dijo mirándola con burla antes de sujetar con fuerza la cinta de la ex deidad y enviarle un golpe de energía demoníaca tan intenso que envió a Korihana a impactarse con la parte alta de un muro de piedra. El choque había sido tan fuerte que Ria descendía en caída libre incapaz de aterrizar por sí misma.
La yokai admiraba complacida el fin de su rival, aunque este nunca llegó, porque otro yokai de cabello platinado había atrapado en el aire a la mujer, evitando que esta chocara contra el suelo.
La ninfa, había cerrado sus ojos preparándose para el impacto, ya que no tenía fuerzas para hacer algo más. Pero al sentir unos brazos que la rodeaban los abrió con sorpresa.
"Sessh…"
"¿Qué es todo esto?" preguntó soltando su agarre y poniéndola en el suelo.
"Maldito, perro. ¿Cómo te atreves a interferir?" vociferó locamente la yuki-onna.
"¿Quién te hizo eso?" ignorando a la yokai, el lord bestia preguntó a la ninfa refiriéndose a las pequeñas marcas en sus mejillas.
"Fue esta vieja bruja, amo Sesshomaru" respondió Jaken, quien ya había salido del aturdimiento del frío y se había aproximado al lugar donde estaba su señor.
"Largo de aquí" ordenó sin siquiera voltear a ver a la yokai.
"Ja, eso explica porqué estás tan lejos de casa, ninfilla." dijo con perversidad. "Te has convertido en la criada de este demonio. Aunque no creo que alguien como tú pueda atenderlo correctamente." insinuó mordaz.
La ex deidad le atizó un golpe en la cara con su cinta abriendo una larga herida en su mejilla. El golpe fue tan fuerte que la hizo agacharse del dolor.
"Cuida tus palabras."
Sesshomaru miró con desdén a la mujer en el suelo, pareciéndole inmediatamente burda y patética. Yuki-onna que había levantado de nuevo su rostro para insultar a la ninfa se quedó hechizada de la apariencia imponente del yokai peli plateado, a quien ahora sí pudo mirar a la cara.
"Claro, que con alguien como el Lord del Oeste, yo también dejaría a los aburridos celestiales para seguirlo." dijo mirando seductoramente al inu yokai al cual pudo reconocer. "Mi señor, le aseguro que yo podría serle de más utilidad que esa soza mujer." volvió a decir, sugerente. acercándose peligrosamente.
"Mujerzuela vulgar" dijo Jaken ante el atrevimiento de la yokai.
Sin advertencia alguna, el yokai desenvainó su espada y con un rápido movimiento disparó un ataque de energía destructora, que fue difícilmente esquivado por la yuki-onna.
"De acuerdo, por ahora acepto tu negativa, pero no esperaré mucho." Esta ya había oído del increíble poder de ese demonio, por lo que no se quiso arriesgar a provocarlo más. Guiñándole un ojo, la mujer desapareció en una neblina.
"¡Ay que ver lo que es esa bruja insolente!" volvió a decir el diablillo. Sesshomaru por su parte, siguió su camino como si nada seguido por Ah Un.
"Es verdad, es una regalada" dijo Shimo asintiendo con su cabeza, secundado por su hermano.
"¿Y ustedes cuando llegaron aquí?" Los ojos saltones del diablillo que sorprendieron cuando vio a los gemelos parados justo a su lado.
"desde que la señora cacheteó a la yuki-onna" contestó de lo más despreocupado Fubuki.
"¡Fue un gran golpe, ama. en el blanco!"
"¡Esa bruja! Se atrevió a compararla con una… una…" Shimmo no podía contener su enojo por el insulto que aquella escoria le había soltado a su señora.
"¿Ustedes están bien?" interrumpió Korihana.
"Estamos bien. Su poder aturdidor podrá hacer caer a los humanos hasta la muerte pero a nosotros no nos afecta tanto. Gracias, mi señora" respondió amablemente Fubuki.
"¿Podrás seguir hoy?" preguntó el daiyokai deteniendo su paso esperando su respuesta.
"Sí, no podemos retrasarnos." la ex deidad le aseguró. Confiada en que el daño ocasionado era bastante menor.
"Mujer" llamó el diablillo "será mejor que sigas sobre Ah Un"
La ex deidad asintió y ayudada por sus sirvientes se acomodó sobre el dragón. Al poco tiempo este se elevó por los aires siguiendo al daiyokai.
Korihana no tardó en acomodarse entre la unión de los dos cuellos del dragón de modo que pudo semi recostarse. Había intentado mantenerse despierta pero el cansancio fue mayor y ayudada por los pequeños youkais pudo descansar mientras volaban.
"Pobre de mi ama, esa bruja se ha aprovechado de su falta de poder." dijo Shimo con voz lastimera.
"Por fortuna no le causó ningún daño de gravedad, combatirla con hielo no le afectó tanto." comentó fubuki para no desalentar a su hermano.
"Sí, pero el golpe contra el muro de roca sin duda la dañó." dijo el diablillo mirando un poco preocupado a la chica. "Además mira su cara, esa atrevida le dejó algunas marcas." señaló el diablillo hacia las mejillas que aún tenían las marcas de las uñas de la yokai.
Shimo se aproximó y las revisó con cuidado de no despertar a su señora.
"Menos mal" suspiró aliviado " solo le clavó las garras. Hubiera sido realmente malo si las hubiera 'cicatrizado con energía maligna' No sólo habría reducido la energía espiritual de nuestra ama, sino que la hubiera marcado de por vida. Afortunadamente esto tiene solución."
"Así es. Toma hermano untala en su rostro" el hurón de ojos negros le pasó un pequeño bote que había sacado de la bolsa que siempre llevaban.
"Con esto las marcas desaparecerán en poco tiempo."
"pues qué útil " Jaken aún se asombraba de todo lo que tenían en la bolsa, a pesar de ya haber visto gran parte de ellas.
"La señora siempre está preparada con medicina, la necesita cuando ayuda a los que se pierden en la nieve." contestó el ojiazul.
Korihana mejoró en pocas horas y siguió el resto del viaje despierta.
Sesshomaru estaba molesto. Antes de alejarse del grupo había verificado que no hubiera amenazas relativamente cerca; necesitaba que ellos continuaran el camino a pie mientras él volvía. La aparición de la Yuki-onna solo les estorbó, al buscarle pelea a la ninfa.
La yokai se atrevió a insinuarsele y ofrecersele; si algo le asqueaba en sobremanera era la actitud buscona y complaciente. No podría interesarle menos alguien así.
Sin embargo su comportamiento fútil con él no era nada que valiera su ira, pero lo que había le hecho a la otra mujer sí había logrado inquietarlo. Había presenciado con anterioridad las luchas de la ex deidad, la vio defenderse y ser atacada, quedando incluso de peor estado que el actual. Pero ahora algo era diferente. La mujer ya no era una diosa, su estado actual era más frágil y según parecía ya no tenía el mismo poder con el que lo enfrentó en su primer encuentro.
Como lord, y por el acuerdo que tenía con la chica, era responsable de su vida hasta que muriera y pudiera cumplir el propósito de tenseiga; pero él sabía que esa caída no era mortal, y aún así se apresuró a evitar que se impactara contra el suelo. ¿Qué lo impulsó a hacerlo? No lo sabía. Quizás era el hecho de que desde que se había unido a él en su viaje era una subordinada.
"Sígueme" le dijo a la ninfa.
El grupo había hecho un descenso después de dos días de vuelo. Considerando que probablemente descansarían unas horas antes de retomar, Korihana había sacado lápiz y carboncillo de su bolso para distraerse un poco. Sin embargo, por el llamado que le había hecho el daiyokai, la doncella detuvo tu trabajo y le siguió.
Avanzaron en silencio hasta que, después de un rato de caminata, la ninfa consideró conveniente saber el propósito de su alejamiento.
"¿Qué ocurre?"
El inu yokai se detuvo y volteo hacia ella.
La actitud y las facciones de la mujer eran, una vez más, serias e impasibles. Tal parecía que desde el encuentro con la yuki-onna la ex deidad había hecho desaparecer el lado afable y cálido que había mostrado con anterioridad. Y de nuevo el daiyokai se sentía inquieto por eso.
Al mirarla a la cara no pudo evitar fruncir casi imperceptiblemente el ceño. Las marcas que le habían dejado las uñas de la yokai aún no había desaparecido.
"Las marcas aún no han desaparecido"
A Ria le tomó casi cinco segundos responder a eso. Sabía que se refería a las heridas hechas por la yokai de la nieve, pero no imaginó que Sesshomaru se molestaría en mencionar algo así.
"Aún tomará unos días más. Afortunadamente no dejará marcas, no tenían veneno." contestó ella ahora más amigablemente.
Cómo respuesta el peli plateado sólo asintió.
"No estamos muy lejos de llegar al extremo norte donde se supone está el castillo de Ryu. Al ritmo que vamos llegaremos en catorce días. Sin embargo, el dragón se ha cerciorado de marcar todo su territorio haciendo que su hedor esté en todas partes."
"Entiendo. Será una cacería. Eso podría ser entretenido." la ninfa hizo una media sonrisa sardónica.
"Tu humor parece bueno, considerando el destino que te espera." se burló sagazmente el yokai.
La ex deidad levantó ligeramente los hombros haciendo de menos el hecho. "Es algo que de todas formas va a pasar" comentó.
"Estoy aquí por la gema, espero poder sentirla estando cerca del dragón, tomarla y volver a casa."
"¿Y crees poder lograrlo ahora que no puedes mantener el combate con una simple yokai, cuya destreza es bastante lamentable en comparación a la de un daiyokai?" su voz fue firme y retadora. Quería hacerle ver su incapacidad para terminar lo que quería.
" No me compares, yokai." amenazó "la habilidad de esa burda yuki-onna no me perturba en lo absoluto. Estoy guardando mi energía para lo que realmente la requiere."
"Estoy interesado en verlo." dijo con una sonrisa maliciosa. Al instante un golpe de energía yokai de bakusaiga se dirigió hacia la mujer.
Esta logró esquivarlo con un gran salto, pero el golpe casi la rozó. Con agilidad evadió los siguientes ataques que la amenazaron pero después de unos minutos uno la alcanzó. Aunque no le provocó un daño a su energía puesto que el yokai no la había atacado con su yoki.
"Te falta agilidad. Y no me atacaste ni una sola vez."
Desde el suelo la ninfa lo miró con recelo; de un salto se puso de pie y con un rápido movimiento sacó una daga que escondía entre sus mangas y la puso a la altura del cuello del peli plateado.
"Una" dijo serenamente ella.
"No cuenta si no planeas usarla" comentó antes de tomarla por su muñeca y hacerla girar quitándole el puñal.
" ¿Qué sentido tiene? Si realmente no te hará ningún daño." Ria volvió a intentar un ataque rápido, está vez haciendo un corte a la altura del brazo con otra daga que tenía, logrando hacer que sangre levemente. Aunque el corte se cerró muy pronto.
"No te has defendido con tus poderes espirituales. Sabes que no son lo suficientemente fuertes para enfrentarme."
Ria sabía que tenía razón, su poder no era el de una deidad, a estas alturas enfrentarse a Ryu sería un suicidio si él era tan bueno como Sesshomaru. Cada vez tenía más sentido su conexión con tenseiga.
Ella respiró hondo y se apartó unos pasos de él.
" Lo sé."
"El arma que tienes podría ser útil, su energía aún es divina."
"El chal invernal es una manifestación del poder de la deidad del invierno. Su poder aún es divino aunque su intensidad varía según el portador."
"Entonces debes entrenarlo." dicho esto el daiyokai empezó a moverse en dirección al lugar por donde había venido.
"Sesshomaru"
El llamado detuvo al daiyokai.
"No te lo dije en ese momento, pero gracias." la doncella escarchada había estado pensando en lo ocurrido y verdaderamente estaba agradecida por esta segunda vez que el yokai la ayudaba. De hecho planeó decirlo llegando a tierra pero lo aplazó y ahora tuvo la oportunidad. Además apreció su consejo de entrenar con su chal.
"Olvídalo." contestó secamente. "Sé más cuidadosa."
Ella sonrió ligeramente sin que él la viera y también se dispuso a regresar.
Esa noche, cuando todos los youkais dormían, los ojos celestes de la ninfa reflejaban las llamas del fuego al que se había acercado para tener mejor luz para su arte.
Su mirada estaba concentrada en los trazos que hacía en el papel. Sin querer, había vuelto a retratar al imponente daiyokai; sin embargo esta vez, no había resultado difícil dibujar sus facciones.
Al cerrar sus ojos, la ninfa visualizó la situación que se había suscitado horas antes, y en aquella ocasión las sensaciones que le habían embargado ninguna fue de aversión sino de confianza.
-Tal vez… puedo empezar a fiarme de ti- pensó dando una mirada de soslayo hacia dónde descansaba el yokai.
Pensó en las veces que se había mostrado tal cómo se sentía. Furiosa, melancólica, triste e incluso alegre. El daiyokai ya había visto esa parte de ella.
-Supongo que he sido más abierta contigo de lo he sido con otros celestiales-
De inmediato sacó el dibujo que había hecho del yokai días antes y los comparó. Aunque los ángulos del dibujo eran diferentes, aún podía percibirse la energía que emanaba cada dibujo. Eran diferentes. El segundo tenía trazos más fluidos y relajados.
El Sesshomaru del segundo dibujo expresaba menos dureza que el primero.
-Si puedes verte así, es que no eres tan frío como pensaba, Lord del Oeste.-
Hola!
¿Qué les ha parecido? Hemos llegado al final de la primera parte de esta historia. Desde el comienzo había decidido que esta historia que dividiría en dos partes. Una que nos presentaría a la protagonista y mostraría su evolución en el camino de bajar sus murallas internas. y la segunda parte donde veremos ... (eso tendrás que descubrirlo en la siguiente parte)
No es que vaya a abrir otra historia, sino que el capitulo 20 marcará esta segunda sección que creo también tendrá al rededor de la misma cantida de capítulos.
Por favor déjame tus comentarios, hazme saber que opinas de Korihana, su historia. Tienes dudas? Qué crees que pasará? Y sí en la siguiente parte ahondaré la historia que ella evita contar.
He revisado desde dónde me leen y quiero saludar y agaradecer a los lectores de Estados Unidos, Francia, Mexico, Argentina, Corea, Moldavia, España, Chile, Italia y Canada. (Esto fue en el mes de Julio según la estadística de FF) Les agardezco de todo corazón! Si me lees de alguna otra parte, por favor hazmelo saber!
Anímame a seguir escribiendo!
XOXO
