Parte II
Capítulo 20: Questionamiento Yokai
"¿Amo Sesshomaru, no cree usted que es demasiado para la mujer?"
Preguntó Jaken un poco temeroso, mientras veía cómo gotas de sudor caían de la frente de la ninfa. Desde una distancia prudente, se encontraba él y los pequeños kamaitachis viendo como su señor y la mujer celestial tenían un nuevo enfrentamiento. Todo esto a raíz de algo que había ocurrido hace unas noches.
Después de viajar por algunos días el grupo había parado a tomar un descanso. Korihana consideró que era necesario aprovechar esa oportunidad para seguir el consejo de Sesshomaru de practicar el uso de su chal.
Así pues, cuando el campamento había sido puesto ella se apartó a una zona despejada donde pudo hacer uso de su chal. El toque de la ninfa transformó la prenda en una especie de cinta fina y alargada.
Con ella empezó a extender una capa de escarcha que la rodeó y golpeando el aire en dirección a un árbol disparó un ataque en el que la escarcha se incrustó en la madera. Al acercarse a comprobar el impacto de los minúsculos cristales pudo notar que los cortes no eran tan profundos como hubiera deseado.
Así que ondeó algunas veces el listón poniendo como objetivo distintos objetos. Ria podía sentir el poder emanar de la cinta, la energía del invierno dentro del chal; pero al ser tan fuerte le resultaba difícil manipularla no teniendo el poder de deidad. En momentos se sentía demasiado pesado para sostener.
Korihana trataba de proyectar lo único sobre lo que sí tenía poder, la escarcha, y provocar ataques más letales partiendo de ella. El perder su estatus de deidad; la creación simple de hielo, nieve, vestiscas y tormentas ya no era posible. Al menos no todas ellas.
"Ama Korihana permítanos ayudarle a entrenar" comentó Fubuki, quien venía acompañado por su gemelo.
"Sí señora, será como si siguiéramos en los años de entrenamiento en las montañas" agregó Shimo sonriente.
La ninfa les devolvió la sonrisa a sus fieles sirvientes y amigos. Ella agradecía profundamente el apoyo que siempre le brindaban.
"Cuento con ustedes" les dijo alegre. Su mirada suave y dulce, pronto se llenó de determinación, lista para comenzar.
"Es una gran idea que decida practicar con el chal. Cuando estuvimos en las montañas se centró en la extensión del invierno." dijo el ojinegro tomando posición distante frente a su ama.
"Pero ahora las cosas han cambiado, y nuestra señora deberá prepararse para atacar al dragón si es necesario." el ojiazul también se ubicó frente a la deidad listo para atacar.
"Señora, usted usualmente no es una mujer de guerra. Pero la hemos visto en acción, sabemos que es capaz de hacer frente incluso a la guardia celestial."
"Pero no será suficiente, estos youkais viven de la lucha diaria, debo estar a su nivel de combate. Sobretodo ahora que no puedo depender del poder divino."
Dicho esto Ria agitó el chal convertido el listón y una capa ligera de escarcha volvió a cubrirla. Los pequeños hurones blancos asintieron con orgullo y se dispusieron a pelear.
Corrieron a gran velocidad hacia Korihana y ambos trataron de atizarle un arañazos con sus garras, pero la dama invernal los esquivó con rapidez.
Los niños repartieron golpes con el filo de su cola y la mujer les lanzó cristales pequeños de escarcha que se clavaron en sus colas pero cuyo daño no duró mucho, pues sus pieles eran resistentes.
La mujer frunció el ceño molesta, y una vez más provocó otro golpe, esta vez el tamaño de los cristales crecieron un poco. Para provocar una mayor amenaza, los gemelos tomaron forma rueda y con sus colas y garras parecían hoces circulares filudas.
Korihana analizó cómo detener el impacto de los niños, que sin duda la cortarían. Por lo que con mayor concentración pudo hacer que la cinta arrojara pequeñas agujas de cristal a gran velocidad, aunque éstas fueron rotas por el filo cortante de las colas de los Kamaitachis. Aún no los había detenido.
Podía enfrentarse sin el chal como lo había hecho con la Yuki onna, pero el propósito de esto era manipular el poder del chal divino. Además el poder de una ninfa no estaba hecho para combatir y pronto se le agotaría. Debía aprender a proyectarlos con el chal, era la única forma de pelear.
Agitando una vez más el listón este se transformó en una especie de látigo cubierto con cristales con el que atrapó a uno de los gemelos y lanzó rápidamente a su hermano. El movimiento tenía que ser rápido para que las hoces no penetraran lo suficiente la capa de cristales de hielos y cortaran el núcleo del chal.
El choque de ambos niños los sacó de su forma esférica y estuvieron a punto de impactarse con un árbol del lugar, pero la ninfa los atrapó antes de que ocurriera.
Los niños cayeron mareados en el suelo dando pasos torpes.
"Ese fue un mo… mo… movimiento muy bueno, ama Korihana" dijo Shimo entrecortado pues estaba mareado.
"Lamento el golpe." se disculpó ella.
"no se preocupe, señora. Estamos bi…bi… bien" también tartamudeo Fubuki.
Ria sabía que no estaban heridos ni nada por el estilo, ella había respondido al ataque midiendo su fuerza, pues ellos seguían siendo unos niños.
"lo sé" dijo riendo suavemente, divertida ante la cómica vista de sus sirvientes mareados.
"Chicos, deberían descansar un poco. Ya me han ayudado mucho y será mejor que estén listos para los siguientes entrenamientos."
"¡Sí, mi ama!" respondieron ambos al unísono.
"mañana nos aseguraremos de darle más problemas." respondió Shimo, ahora más lúcido, levantando un puño al aire en señal de determinación.
Ría sólo pudo reír sonoramente ante la actitud del niño.
Los kamaitachis ya estaban de pie listos para volver al campamento pero se percataron que su señora no los seguía.
"¿Ama Korihana, no viene usted con nosotros?" preguntó Fubuki.
"Me quedaré a practicar un poco más. Los alcanzo después."
"Como usted diga, señora."
Los gemelos se fueron siguiendo el camino que pasaba los arbustos hasta el lugar de reposo.
"¿Hermano crees que logremos hallar al yokai dragón a tiempo?" preguntó el ojiazul.
"No lo sé, Shimo. La señora no es capaz de percibir la energía de la gema divina. Y cree que el monstruo Ryu podría tenerla o saber dónde está, ya que él también pensó que el señor Sesshomaru tenía la joya. No sé cuánto tiempo le queda a nuestra ama antes de que el tiempo la reclame. Como viste, ahora debe entrenar en combate porque no puede invocar todo el poder invernal que tenía cuando era diosa."
Los niños iban un poco pensativos, pues entendían que la situación en la que estaban no era la mejor y el tiempo los apuraba a terminar su trabajo de otra forma lo peor podría ocurrir.
"Deberíamos decirle que volvamos a nuestro tiempo. Si se recupera, luego podríamos volver y de nuevo sería una deidad." respondió Shimmo a su hermano, pensando que eso sería lo mejor.
"Sí, y creo que la señora sabe que eso es lo mejor, pero…."
"¿Pero qué?" una voz chirriosa ya conocida asustó a los kamaitachis.
"Jaken!" "renacuajo!" gritaron los hermanos al unísono siendo asustados por el diablillo.
"¿Qué diablos les pasa? ¿Por qué se asustan?" preguntó el quejumbroso yokai.
"¿Cómo por qué? ¡Apareces de la nada con esa cara en medio de la noche!"
Un golpe de bastón sacó un chichón de la cabeza del kamaitachi rebelde.
"Oye, me dolió!" le reclamó.
"Mocoso, respeta a tus mayores"
"Ya, ya, calma." intervino cómo siempre Fubuki. "Pero Jaken, ¿qué haces acá?"
"Pues mi amo Sesshomaru acaba de volver y preguntó dónde estaban, así que vine a buscarlos, porque no estaba seguro a dónde habían ido.
A penas llegamos desaparecieron diciendo que volvían más tarde, pero aún no aparecían."
"Por cierto." dijo moviéndose de un lado a otro mirando por el camino donde habían venido "¿dónde está la chica?"
"Mi ama está entrenando, nosotros estuvimos ayudándola, pero dijo que se quedaría un poco más."
"Mmm,ya veo. Bueno, entonces regresemos."
Los niños siguieron al diablillo verde y pronto estuvieron en el campamento. Al llegar vieron a Ah Un que estaba descansando cerca del fuego.
"Amo Sesshomaru" se anunció Jaken. "estamos de vuelta."
El daiyokai estaba apoyado contra un árbol con la mirada a la nada, como de costumbre.
"la mujer sigue entrenando, dice que estará aquí más tarde." informó el diablillo.
El daiyokai no dio respuesta.
Pronto los pequeños youkais se sentaron cerca del fuego y compartieron una taza de té.
"Fubuki, dijiste que tu ama podía regresar a su tiempo para recuperar fuerzas. ¿Por qué no lo hace?" preguntó Jaken recordando lo que estaban cuchicheando los gemelos antes de ser interrumpidos.
"Ah, bueno eso es porque…" Fubuki no estaba seguro si comentar lo siguiente o no. Es verdad que ellos ya sabían sobre los viajes en el tiempo, pero hablar sobre los motivos de su señora era algo más personal. Lo mejor era no hablarlo.
"Es por el orgullo de deidad." se adelantó Shimo diciendo esto con voz muy severa.
Fubuki miró sorprendido a su hermano, no creyendo que él de todas las personas contaría algo, que se consideraba muy personal. Era como develar los asuntos que le importaban a su ama.
" Shimo, no…"
" ¿Qué quieres decir con eso?" interrumpió el diablillo de ojos amarillos.
La cara del kamaitachi ojiazul puso su semblante muy serio e incluso su ceño se frunció.
"Cómo ya sabes mi ama no siempre fue una deidad. Y eso le valió ser señalada por algunos dioses." dijo en un sonoro suspiro. "Desde que hay existencia los dioses siempre han sido deidades propias de la naturaleza. Que un pequeño espíritu de la nieve lleve un título tan poderoso nunca se había visto."
La mirada azulina reflejaba enojo y tristeza al decir estas cosas. Fubuki pudo ver la molestia de su hermano y comprendió porque había dicho algo tan personal de su señora. Él quería defenderla y hacerle saber al diablillo que su ama y señora era tan fuerte y poderosa como cualquier otro.
"Por eso, cuando Tenkou, el líder de la corte celestial, la designó como deidad del invierno algunos se opusieron inmediatamente. Dijeron que con su poder de escarcha jamás conseguiría dominar el control que representaba desatar el invierno." continuó Fubuki. Su ama merecía más crédito del que recibía.
-Flash-back-
" Debes estar bromeando" la diosa del trueno se río maliciosamente. "que esa pequeña ninfa lleve el título de deidad del invierno, por favor Tenkou, no me hagas reir"
"¿Tienes idea del problema que generará cuando el invierno no llegue a todas partes? No tiene la capacidad para esparcir el frío" El dios de la cosecha también intervino dudando de lo que Korihana podría hacer, y dado que si fallaba, implicaba que la tierra debía seguir produciendo, lo que generaría un desbalance.
"Aishh, chicos, no sean tan odiosos. Un poco de viento ayudará a esta pequeñita a que haga au trabajo. Creo que tiene madera de deidad." Guiño el ojo Otohiko, el dios del viento, a quien no le molestaba la idea de que la ninfa ocupara un puesto en la Corte."
"Nunca, se ha tenido como señor o señora de las estaciones a un ser que no sea una divinidad. Ningún espíritu ha tomado antes esta posición. Las estaciones no nacen de los deseos humanos, son la naturaleza misma. Esto no es admisible, Tenkou" se alzó la voz de otra deidad.
-Fin de Flash-back-
"Pero esos tontos… no tenían la menor idea de que nuestra señora se había estado haciendo cargo de llevar el invierno desde hace varias estaciones." dijo triunfante Shimo. "La señora Korihana estuvo haciendo labores de diosa antes de que la nombraran y ellos no lo sabían."
"Por eso cuando se enteraron, sus caras se distorsionaron de la sorpresa." Río orgulloso el ojinegro.
"Para alguien como ella, hacer algo así era impensable. El trabajo era agotador, pero todos ayudamos. El dios Mikage y el dios Otohiko también. Pero fue ella quien hizo prácticamente todo. Sus acciones callaron a esos dioses engreídos. Es una mujer admirable."
" Pues sí que es muy tenaz" jaken no pudo evitar sentirse un poco admirado por el relato de los niños. Había visto a la mujer luchar y sin duda no era alguien fácil de vencer, sobre todo era su espíritu que siempre parecía valeroso.
"Por eso no querrá volver ahora. Venir aquí fue algo que no se acordó con todos los miembros de la corte, sino que fue encargado solo por Tenkou. Si volvemos sin la gema le daremos oportunidad a las habladurías de los que no le agradan a nuestra ama. Y por otra parte, le impedirán volver. "
"Además, la señora Korihana aprecia mucho a su Excelencia, el dios Tenkou, no quisiera que esto le cree problemas. Ella se quedará hasta terminar con su misión."
"¿Entonces si ella falla, enviarán a otro dios?" el diablillo no se imaginaba tener que conocer a otro ser celestial. Y bueno, no creía que su amo volviera a permitir que la situación se repitiera. Si otro dios venía a importunarlo, seguramente no regresaría.
" Seguramente" respondió Shimo.
"A todo esto…. ¿Cómo es que la chica llegó a convertirse en diosa? Habían dicho que en este tiempo existe otra deidad del invierno. La Yuki Onna lo llamó Hyozan ¿Qué le ocurrió?" Jaken recordó cuando la mujer había dicho que anterior a ella hubo otro dios del invierno y también cuando la yokai de la nieve se burló de ella nombrando al otro dios.
" Ah, pues…"
" El dios Hyozan simplemente desapareció." Fubuki respondió esta vez por su hermano. Este asunto era bastante delicado y sin duda sabían que no podían ni debían mencionarlo.
"¿Cómo que sólo desapareció?" Jaken fue mas inquisitivo esta vez. Eso era muy raro.
Shimo sabía que el diablillo era muy chismoso así que respondió algo más concreto para que ya no sugiera con el interrogatorio.
"Verás, renacuajo. El antiguo dios del invierno instruyó a nuestra señora cuando era una joven ninfa. Pero un día simplemente se fue y ya nunca nadie supo jamás de él. Entonces mi señora como su aprendiz cuidó de su santuario e hizo sus labores y posteriormente se le dio el título de deidad."
"Ah, eso es muy raro." comentó el diablillo verde poniendo sus dedos sobre su barbilla.
"Las deidades lo son." rió un poco nervioso Shimo.
"El pescado ya debe estar listo. Mejor vamos a comer." Fubuki los apuró a acercarse a la hoguera y a retirar los pescados.
Las horas pasaron pero la ninfa aún se encontraba en el espacio donde había estado entrenando.
Actualmente Korihana se encontraba en una posición de meditación, sentada en suelo con los brazos extendidos. Estaba absorbiendo la energía fría del viento. Esa noche el viento soplaba a buen ritmo y la temperatura era baja pero soportable.
Ria estaba totalmente concentrada, incluso había bajado su guardia para tener más capacidad de absorción. Claro, esto fue posible porque ella había conseguido reproducir unos polvos a base de plantas que le permitía disfrazar su olor y energía.
De esta manera se cercioraba de no llamar la atención de cualquier criatura que estuviera merodeando cerca. Sin embargo, esto no duraba más de una hora por lo que debía aprovechar cada minuto.
-Esta situación no me gusta-
La ex deidad estaba empezando a molestarse por la debilidad que ahora tenía.
-Ha pasado demasiado tiempo desde que fui una ninfa, que volver a tener esta capacidad tan pobre es molesto.-
Ria no se avergonzaba de ser quien era, como ninfa o como deidad, ella era fiel así misma. La persona que era o quién es, a todas ellas aceptó. Pero en este momento, perder su destreza divina… Mejor dicho, tener que adquirir un nivel combativo con un poder que no estaba diseñado para eso parecía toda una odisea.
-Ja, esto es déjà-vu- pensó divertida por la triste ironía.
-En el pasado también tuve que hacer algo que estaba fuera de mi capacidad para conseguir algo tan grande como traer el invierno-
Ella pensaba en los días en que Hyozan había desaparecido, faltaba alrededor de un mes para la llegada del invierno. La preocupación era evidente en el rostro de su amigo Mikage, él creía que Hyozan aparecería pronto, pero conforme pasaban los días la realidad marcaba otra situación.
La Yuki-Onna había dicho una verdad cuando combatieron. Ella era sólo una pequeña sirvienta.
Cuando Mikage le comentó su preocupación, y ya que nadie en la Corte sabía de la desaparición del dios del invierno, Ria había tenido un impulso por seguir el trabajo de su maestro. Pues de cierta forma, creía tener parte de culpa en la decisión del dios de desaparecer. Así que su sentido del deber, la hizo hacerse responsable de esto. Nadie debía afectar el curso propio de la naturaleza.
Así fue como ella con ayuda de Mikage potenció su poder sobre la escarcha, volviendola más sólida convirtiéndola en copos más grandes y posteriormente hacerla nieve. Ella uso todo el poder que pudo, y logró lo que ninguna ninfa había conseguido antes, pero aún así no era suficiente para producir y provocar todos los elementos necesarios para traer el invierno.
Así que el dios de la tierra, quien no podía hacer más que ayudarla a desarrollar sus poderes, pidió a su gran amigo Otohiko que la ayudara. El dios del viento, era el más adecuado para hacer que la nieve se expandiera. Y afortunadamente él lo hizo, según el dios del viento era lo más divertido que había hecho en mucho tiempo, "contrabandeemos el invierno" había dicho en esa ocasión.
Con mucho esfuerzo y con un desgaste atroz, lo había conseguido. Después de provocar la llegada del invierno, mantener la estación fue más fácil con la colaboración de los otros espíritus invernales. Quienes no notaron que todo eso fue hecho por una ninfa.
Pero la diferencia ahora es que si usaba su energía para maximizar su control invernal como lo hizo en el pasado, no sólo la desgastaría, sino que la haría morir y desaparecer antes de siquiera llegar al otoño.
Todo lo que podía hacer era usar el poder del chal lo mejor que pudiera. Pero temía que no fuera suficiente. Y era difícil desplegar mayor poder si tenía que medir su fuerza para no herir gravemenle a sus siervos.
Cuando un aura fría la envolvió por completo supo que había logrado tomar suficiente energía. Al contemplar sus muñecas vio cómo el dibujo de copos de nieve que tenía en ellas brillaba y creaba pequeños cristales sobre ellos, incluso sus mechones platinados brillaron por el poder.
Ella se sentía mucho más fuerte, y rápidamente quitó el chal que tenía sobre sus hombros y se transformó en una cinta fina y alargada. Con ella empezó a golpear el aire expulsando pequeñas agujas de cristal que se clavaron en los árboles, las cuales esta vez alcanzaron mayor profundidad y consiguieron romper algunas ramas.
Lo hizo algunas veces intentando crear el tamaño y grosor suficiente para partir un árbol, pero le estaba costando hacerlo. La frustración la comenzó a alcanzar, y realizó otro golpe con mayor fuerza, había conseguido partir a uno pero sus demás cristales fueron destruidos antes de llegar a sus objetivos.
"No está mal, pero hacerlo estando molesta también te dañará."
"Sesshomaru"
El daiyokai había llegado al lugar donde la ninfa practicaba, pero no guiado por su aroma, el cual repentinamente se había desvanecido en el aire hace algún tiempo, su aura espiritual tampoco era sensible. Eso fue lo que principalmente lo llevó a buscar a la chica.
"¿Por qué no puedo percibirte?" preguntó acercándose más al claro.
"Es por esto" dijo la mujer de ojos diamantinos agitando una bolsita a la altura de su cara. "Son polvos especiales que disipan mi aroma y aura. Y por lo que veo son muy efectivos si incluso tú me has perdido el rastro." dijo con un poco de diversión en el tono de su voz. Pero no duró mucho porque al bajar el brazo sintió una ligera molestia producto del brusco ataque lanzado hace unos momentos.
"Tenías razón" comentó sobando un poco su hombro. "no fue inteligente hacerlo."
"Te molesta haber perdido tu poder." aseguró el yokai.
"Al principio no le di importancia, no siempre fui una diosa, ya lo sabes. Pero el enfrentamiento que tuve con Yuki-Onna hizo que fuera más consciente de mi situación. No puedo sobreexplotar mi poder de ninfa para alcanzar una destreza mayor porque al hacerlo desapareceré. Así que como sugeriste debo valerme de esto" señaló ella el largo chal que había recuperado su forma. "No pretendo que lo entiendas, seguramente nunca has pasado algo así." Korihana volvió a poner el chal invernal sobre sus hombros y delicadamente arregló su falda para poder sentarse sobre la hierba.
Sesshomaru pensó en la vez que Tokijin había sido destruida o cuando el Meidou Zangetsuha había sido absorbido por la Tessaiga. Los ataques que adquirió con esas espadas en su momento habían quedado en el olvido. Y siendo el orgulloso daiyokai que era, no miró atrás ni se lamentó por ello. Él sabía a lo que ella se refería, pero a diferencia suya no cayó en desesperación.
"El poder… realmente no me importa. Yo no quiero la gloria suprema. No me molesta tener o no control sobre algo. Pero admito que este no es el mejor momento para ser débil" su voz sonaba un poco más apagada. Ria no sabía porqué sintió que podía hablar francamente sobre lo que pasaba en su mente en ese instante. Quizás era porque en otras ocasiones ya lo había hecho y el daiyokai no dudaba en decir lo que pensaba, o a veces simplemente ignorar lo que decía. Se había acostumbrado a ello.
"Nuestros intereses no son iguales. Y no te equivocas al decir que siempre he sido quien soy." la voz profunda del yokai de ojos dorados inundó el silencio del bosque. "Sin embargo, te diré que perder poder o destreza no es la tragedia de una única persona. Hn, nada lograrás lamentándote por eso." expresó con gélida severidad.
"Dijiste que tu deber es llevar la gema al lugar donde pertenece, no olvides tu objetivo entonces" aún con su voz profunda y enigmática, esto último sonó mucho más calmado y alentador. O al menos así lo escuchó la ninfa.
"No lo haré" Al oír esto Ria volteó a ver al yokai y con una ligera sonrisa asintió. Escuchar eso del frío lord del Oeste aligeró la frustración de la ninfa, porque después de todo él estaba en lo cierto. Y aparentemente era lo más amable que alguna vez había escuchado decir al indiferente demonio.
Sesshomaru pasó a sentarse a unos metros de distancia de la mujer, sobre el tronco de árbol que ella había cortado antes de su llegada. Por unos instantes sólo se escuchó el sonido de las hojas que se movían al compás de la sinfonía de silbidos del viento en la noche.
"¿Estás decidida a no volver a tu tiempo hasta hallar la gema?" la pregunta sorprendió un poco a la mujer. No entiendo porqué mencionaba algo como eso, ya que en la forma en que lo decía parecía que él sabía algo.
"Tus sirvientes dijeron que tu orgullo te impide volver"
- Claro, tuvieron que ser los niños.- pensó suspirante negando con la cabeza. No estaba molesta con ellos, es más casi soltó un bufido alegre.
"Tú lo dijiste, tengo un objetivo. No está en mí rendirme." contestó con toda seguridad y un poco de altivez.
"Has dicho que no te interesa el poder, pero aún así te hiciste cargo del trabajo del dios anterior y obtuviste su título. ¿Por qué lo hiciste?"
Después de oír el relato de los kamaitachis sobre la vida de la mujer, Sesshomaru había quedado más interesado en el asunto, pues la ninfa no parecía ser una persona ambiciosa.
Korihana no se atrevió a mirar en dirección del hombre. ¿Qué tanto habían dicho los gemelos? Según parecía contaron cómo fue que la nombraron deidad.
-Flash-back-
"Basta, es injusto que rechacen el mandato sin oír las razones para que Korihana haya sido escogida" Mikage se había puesto de pie desde su asiento en la asamblea defendiendo a la ninfa y la decisión de Tenkou.
Ria estaba en medio del salón mostrándose serena e impasible. Absolutamente no se sentía, ni quería dejarse intimidar por nadie.
"Silencio todo el mundo." ordenó el líder celestial con total autoridad, callando el bullicio que se había armado en el lugar. "Deben saber que durante las últimas siete estaciones invernales fue esta mujer y no Hyozan quien cumplió con los deberes de la deidad del Invierno. Fue ella quien provocó la caída de la primera nevada y la expansión del frío en todas las regiones."
La cara de todos los presentes se distorsionó de sorpresa. Quienes la rechazaban no podían creerlo y otros que se mantenían neutros, la admiraron. Los murmullos empezaron a expandirse en la gran sala.
" Muchos de ustedes solo descubrieron la ausencia de Hyozan por su inasistencia a la última gran reunión de deidades de la naturaleza al inicio de este año. Pero debo decir que incluso yo, no lo descubrí hasta años atrás. Permití que Korihana continuara con la labor que venía haciendo porque por su cuenta consiguió mantener los asuntos invernales en orden sin perturbar el equilibrio estacional. Y creo que eso es algo loable considerando que un espíritu lo hizo.
Mi decisión no cambiará, he demostrado que la ninfa de la escarcha Korihana tiene la capacidad de asumir la divinidad del invierno y por consiguiente su esencia será transformada al de una diosa."
-Fin de Flash-back-
" Está bien, no es necesario que lo digas." después de un prolongado silencio sin conseguir la respuesta de la mujer, Sesshomaru decidió que no era tan importante saberlo si ella no quería decirlo.
" Sentí que era mi deber."
Korihana quiso decir la razón, pero no pudo. El daiyokai actuaba como raras veces, e incluso parecía un poco amable, era eso o su mente había comenzado a distorsionar la realidad. Quería ser más honesta.
"Hyozan era…" pausó sus palabras un segundo antes de seguir " mi maestro''
"Aprendí de él el funcionamiento de la estación. Estuve con él hasta su desaparición, y al ser el espíritu más conocedor de todo lo que debía hacerse en ese momento, solo lo adopté como mi responsabilidad."
"¿No te pareció extraño que simplemente desapareciera?" Sesshomaru estaba convencido de que había mucho más en esa historia. En especial porque la mujer parecía incómoda al hablar de ello.
-De hecho jamás lo hubiera imaginado. Siempre creí conocerlo bien- pensó con tristeza la dama de la escarcha.
"Él era un tanto enigmático, pero sí fue sorpresivo." su tono se mantuvo monótono, como quitándole importancia a algo ocurrido hace siglos.
"Y supongo que lo buscaste."
-No, no era capaz de volver a verlo. No quería ir en su búsqueda, pero cuando el tiempo para el cambio de estación se acortó no pude hacer otra cosa.-
"Sí, por supuesto, por todas partes, especialmente aquí."con una ligera mueca que parecía ser una sonrisa triste ella continuó "Él prefería la simpleza de este mundo que el del mundo celestial, también era cercano a los humanos. Pero obviamente no lo encontré,y desde entonces no se ha sabido más de él."
Esta vez el daiyokai lo notó. La mujer meditó un poco antes de responder y en esta ocasión casi pudo oír un ligero quiebre en su voz. Y de nuevo una molestia creció en él al oírla vulnerable.
"Hn, ignoro lo que pueden ver en seres tan inferiores como los humanos. Convivir cerca de ellos es propio de su naturaleza blanda." dijo con sorna el perro demonio.
Un resuello alegre escapó de los labios de la ninfa "Claro, olvidé que estaba hablando con el yokai que no soporta a los humanos." "Sesshomaru creo que …" lo que iba a decir no pudo ser concluido por una fuerte punzada de dolor en su pecho.
De inmediato Ria se encogió de dolor, cerrando sus ojos y poniendo su mano sobre el pecho, respirando con dificultad.
"Parecía que eso ya no te pasaba" el daiyokai había fruncido su ceño al ver que una vez más la mujer era aquejada por el dolor que aparentaba haber desaparecido.
"Había disminuido considerablemente" contestó cuando la molestia se disipó. No duró mucho.
"¿Cómo lo hiciste?"
"Realmente no lo sé. Pero creo que es porque ahora ya no soy una diosa. Mi aura y energía divina disentían completamente de la tuya. Así que al estar cerca se debilitaban por tu yoki y eso aceleraba el efecto de regresión. Pero ahora, mi energía sólo es espiritual y es más tolerable a tu energía demoníaca. Supongo que es inevitable." dijo sin mayor preocupación.
"Hm, ya veo." respondió indiferente.
Ria ya se había puesto de pie, sacudiendo su hakama para retirarse cuando una energía venenosa se aproximaba velozmente a ella.
"¿Acaso enloqueciste?" gritó la ninfa un poco confundida pero sin perder su postura imperturbable. Con un ágil movimiento logró esquivar el ataque de garras venenosas del inuyokai. Sin embargo no fue suficiente, porque el peli plateado no tardó en apoderarse de su cuello.
La ex diosa le lanzó una mirada asesina cuando el yokai soltó un sonido de burla por la situación de desventaja en la que ella se encontraba. Ria fue rápida y aprovechó que aún la sujetaba para ejercer un punto de presión en el dorso de su mano creando una capa de escarcha que pronto endureció y perforó la piel del yokai como pequeñas cuchillas.
Sesshomaru con un lento movimiento quitó su mano del cuello de la chica y la sacudió arrojando la escarcha al suelo. El ataque no lo había afectado.
"Respondiste mejor al ataque en esta ocasión. Pero olvidaste usar tu arma." dijo con fría arrogancia. "Si mis garras hubieran estado envenenadas cuando te sujeté no estoy seguro de que sobrevivirías."
-Que tipo tan presuntuoso y engreído.- pensó ella, pero no se dejó llevar por su comentario. Al contrario tuvo una idea.
La ninfa cruzó sus brazos y, sin estar dispuesta a perder la competencia no oficial de posturas frías y arrogantes, le dijo.
"No puedo permitir que creas todo lo que dices" se burló "Sesshomaru, guarda tu audacia para mañana cuando pruebe que te equivocas."
Un brillo malicioso brilló en los orbes dorados del Lord daiyokai, pues estuvo genuinamente interesado en el desafío lanzado por la irreverente mujer.
"Mujer insolente, tu insensatez te hará pagar caro. No tendré consideración alguna" sentenció.
Ella solo rió " Estoy contando con ello"
La ninfa abandonó primero y caminó disfrutando la serenidad de la noche. Contenta con lo que había conseguido. Un entrenamiento con el arrogante daiyokai.
- Mis posibilidades son nulas, pero no puedo desaprovechar la oportunidad de atacar sin cuidarme de dañarlo. Que desafiar al yokai más orgulloso de esta era tenga un propósito útil.- una sonrisa volvió a escapar de sus labios. Se felicitó a sí misma por su astucia.
Sesshomaru, quien aún se había quedado en el lugar donde anteriormente ella entrenaba, pensó en lo que había descubierto sobre la mujer. Y no pudo evitar reconocer su valentía y tenacidad. Eran cualidades que él consideraba respetables.
"Además de astuta y osada" él entendió las intenciones de la mujer al desafiarlo. Y lo permitió, porque ella lo necesitaba.
¿En qué momento empezó a interesarle la suerte de la ninfa? Descartó esa idea tan pronto llegó. Se recordó así mismo que solo era útil porque tenseiga así lo quería.
Pero si ese era el caso, ¿Por qué no dejarla que se encargue de sus asuntos sola? y porqué se sintió ligeramente molesto cuando ella mencionó como le afectaba su yoki. Eso no era propio de él.
-Esto debe acabar.-
Hola de nuevo! Esta vez no demoré en actualizar.
Estamos en la segunda parte de esta historia la cual como dije revelaría con mayor profundidad la historia de Korihana.
El interés de nuestro daiyokai favorito crece poco a poco aunque él no lo entiende.
Me emociona escribir lo que seguirá de esta historia, aún hay mucho hilo que cortar.
Gracias infinitas a quienes me leen desde USA, España, México, Canadá, Chile, Francia, Alemania e Italia (son quienes han visto mi historia en estos pocos días desde que subí el último capítulo)
Por favor, sería genial leer algunos de sus comentarios.
Anímame a seguir escribiendo!
XOXO!
